Hogsmeade

A fin de cuentas, un argumento de niños le había costado la posibilidad de ser líder de una banda de mercenarios. Rodó los ojos ante la premisa, pues a la próxima, se aseguraría de ser quien pidiera primero las cosas y podría echarle en cara que lo pidió antes.- Entonces yo le pondré nombre. Y necesitarás un tesorero, me autoproclamo.- Sonrió con suficiencia mientras volvía a la comida.

Afortunadamente, Reiv lograba calmar sus temores, pues él, que llevaba más tiempo envuelto en la guerra de Londres, no creía que el movimiento fuera a terminar.- Eso espero. No creo que Johan nos haya citado por nada.- Susurró. Aunque podía creer que se sentiría nerviosa por ver a Johan por primera vez desde aquello que no puede ser nombrado, en realidad se sentía feliz de saber que seguía bien.

El primer reclamo de la situación va para la chica, por querer calmar los humos. Y por parte de ambos, que Thran le impide decir la relación entre ellos.- Si te estoy diciendo que está bien, no... - Thalos le gana el tirón diciendo que es su tío, cosa que no quería contar por ser una desconfiada total. Sobre todo, quería que se callara, porque Reiv tenía facilidad de palabra para crear líos, sobre todo cuando estaba molesto por algo. Empujó a Reiv un par de pasos más lejos del elfo, interponiéndose entre ellos y colocando las manos sobre su pecho.- Reiv, déjalo pasar. No tiene importancia.- Susurró un par de veces, hasta escuchar la última frase. De haber un humor de menos agresión, hasta habría sido tierno saber que le importaba. Al final, se pasó una mano por la cara de frustración, pues si el elfo seguía picándole, sabía que iba a encontrar algo que no le gustara.

Inflé el pecho brevemente. Si lo que decía Thalos era cierto y el chico tenía complejo de bajito, aquello solo lo picaría más. Y había tenido algunos días aburridos, aunque el viaje en moto y lo de los explosivos habían servido para mejorar un poco las cosas.

No creo que nuestras costumbres sean de tu incumbencia. - Aclaré con rapidez, pues hacía diez años ella no se quejaba y tampoco se había quejado las últimas veces que la vi. Era un gesto de cariño, así como los muchos otros que las familias se daban de tanto en tanto, y ella lo entendía bien. Aunque no me molestaría si lo tomara como algo más pasional.

- Si esa es tu único argumento, creo que no puedo debatir. Haz hecho un alboroto de prácticamente nada. Recuerda, hijo mío, que los celos son malos consejeros.- Murmuré con una sonrisilla en los labios, aunque en verdad no me hacía gracia eso de que Juliet se mantuviera al lado de ese chico. Contrario a lo que pensé que haría (cerrar la boca y quedarse callado) el chico me reta con la mirada y se toma su tiempo para responder. Definitivamente no la quería a su lado cuando estuviera molesto. Era algo que ella no necesitaba ver. Al menos podía añadir lo de ser testarudo en la lista, y no era algo enteramente malo.

Black... Como en Johan Black...- Estaba por dejar de molestarle con mi fingida indignación cuando algo muy puntual hizo saltar mis alarmas. Había algo que no me gustaba en él y eso era raro, pues a mi me gustaba todo mundo.- ¿Que tu recuerdes? ¿No estás ahí cuestionando su capacidad de decisión sin estar tu presente? ¿Qué clase de relación abusiva es esa? Estás diciendo que si tú no lo recuerdas, nunca pasó...- Si bien al inicio no planeaba molestarme con el chico, aquello último lo había logrado, pues podía ser un cariño sincero, pero no lo sacaba a relucir con sus palabras.

-Juliet, ven conmigo cariño. Creo que hay cosas que me gustaría oír de tu propia boca.

Retrocedo de espaldas unos cuantos pasos en el momento en que Juliet pone la mano en mi pecho para empujarme hacia atrás, separándome así de Thranduil. Ella no hace más que insistir en que no pasa nada, afirmando que todo está bien, pero no me está dando ninguna información. Más bien parece que desea pasar del tema por completo, como si la situación le incomodase tanto como para no ser capaz de explicarse. - Vale, vale, si ya está...- respondo a Juliet con la intención de dejar correr el asunto, pero el elfo me resulta tan impertinente que no puedo pasarlo por alto, así que vuelvo a la carga. No, claro que sus costumbres no son de mi incumbencia, como él dice, pero a mí me sigue pareciendo raro eso de que el tío bese a la sobrina.

- Y yo qué sabía que eran vuestras costumbres. Es lógico que reaccione así porque no te conozco de nada y no tenía ni idea de que eres su tío. Digas lo que digas, yo sigo viendo extraña esa costumbre. - mi forma de actuar no han sido simples celos, ha sido más bien una reacción defensiva ante un extraño que me ha dado la impresión de que se estaba pasando con ella. Chisto por lo bajo porque no le doy la razón en ese punto, no es tan sencillo como unos celos . Asiento a lo de Johan, no sé de qué lo conoce pero la verdad es que ahora mismo me importa bien poco. La intensidad de la hostilidad va en aumento, pues se pone a enfrentarse y a cuestionar mi relación con ella. Avanzo los pasos que retrocedí anteriormente, intentando contenerme porque me están dando ganas de pegarle y no creo que deba hacerlo.

- Pero...¿de qué mierdas estás hablando? ¿qué película te has montado de cuestionarla o relación abusiva? estoy diciendo que yo no te he visto pedirle permiso cuando has entrado, que simplemente te has lanzado a besar a tu sobrina sin más. - dejo escapar un sonido de exasperación cuando llama a Juliet para que vaya con él, molesto por el tono paternalista que utiliza. - Elfo pervertido...- murmuro por lo bajo, dándome la vuelta para volver a sentarme en la mesa de la que me he levantado hace unos minutos. Pego un buen trago a la cerveza, intentando ignorar un poco al elfo mientras habla con ella. Echo un vistazo de reojo al resto del local, comprobando que Thalos se ha dormido como un viejo y que Chloe y el ruso están modo cotilla con todo este jaleo.

Justo cuando creyó que el conflicto estaba por acabarse cuando Reiv aceptó parar, sobre todo porque era un poco más unilateral que otra cosa, tenía que pasar lo inexplicable. El elfo siguió el juego, comenzando a hablar en un tono más fuerte que su habitual tono meloso.- ¡Tío! - Le recriminó, primero por lo de los celos y luego una vez más por aquello de la relación abusiva. Lo peor de todo era que ninguno de los dos tenía la culpa, pues uno tenía las mejores intenciones a sabiendas de su pasado y el otro... bueno, los dos querían lo mismo, solo que no terminaban de sincronizar la manera en la que lo hacían.

Al menos, con Reiv sentado ya podía dejar de preocuparse por uno y ocuparse del otro. Caminó hasta su tío y lo tomó por el brazo para comenzar a caminar con él, solo para escuchar el insulto final del moreno.- ¡Reiv!- Le regañó también, volteando a verle con su rostro lleno de incredulidad. Siguió hasta encontrar un lugar calmado y apartado, que con todo el alboroto se sentía demasiado observada.

Mientras hablaba con el contrario, su rostro iba de la sorpresa a la vergüenza, y de nuevo a la incredulidad por lo que acababa de pasar. Nunca le había escuchado enojado, y eso era lo verdaderamente escalofriante del asunto. A fin de cuentas, volvió a la mesa con el rostro ligeramente agachado, primero porque no le gustaba la atención que sentía encima y segundo por el ligero regaño que estaba recibiendo. Aunque más bien era la típica charla de te mereces amor y no porque viviste una adolescencia traumática tienes que vivir la vida entera así. Pero se esperaba del elfo aquella combinación entre cero por ciento de pena al hablar y cien por ciento preocupación genuina.

Se sentó sin decir palabra al inicio, pues también estaba apenada con Reiv por todo lo que había pasado y no sabía como volver al momento previo, donde reían de tonterías.- Él es... Te... Te caería bien si ignoramos todo esto. De verdad, es agradable y divertido y le gusta ayudar a los demás.- Susurró sin dirigirle la mirada, pues aún no sabía como enfrentarse a él después de todo lo que había salido de su boca. Por mucho que quería olvidar el asunto, sabía que Reiv se había pasado un poco. De haber conocido a su padre, probablemente ya le faltaría un brazo de un mordisco.

Determinado a ignorar al chiquillo que sigue con sus alegatos sobre la relación que tengo con mi sobrina, me giré un poco, sacándolo de mi campo visual y llevándome el cigarrillo a los labios. Quisiera decir que él había armado todo el jaleo solo, pero mi último comentario sí que contribuyó a la causa.

Que te extrañe o no, no es mi prioridad. Más vale que no seas de esos idiotas manipuladores.- Justo cuando estaba por ir a enfrentármele de nuevo, Juliet viene, respondiendo a mi gesto, pues necesitaba hablar con ella de aquello. Comenzamos a caminar, y aunque doy media vuelta para golpear al chico en cuanto escucho lo de pervertido, me encuentro con que la chica ya no es tan escueta como antes, pues me agarra firmemente y me lleva hasta la otra punta del bar.

Inicié con mis pensamientos sobre el chico. Aunque no quería ser muy evidente, sí que terminé moviendo mucho las manos y apuntando en su dirección. Era bastante claro lo que le estaba diciendo, sobre todo porque su rostro mostraba bastante. Pasé el típico discurso de: qué pensaría tu padre, piensa en la familia, mereces más que esto y cosas así. Para mis buenas pulgas, ella no lo defendió como hasta la mitad, y luego iniciamos otra vez con todo el discurso. A fin de cuentas, terminé dándole un sermón sobre lo que era ser madre, por eso de que la vi con los dragonzuelos que se había encontrado. Y al aclarar el asunto, le coloqué en las manos un frasquillo de algo que solía comprar en una botellita de cristal con toques dorados. Mientras esperaba a Thalos en China Town, había aprovechado para surtir un poco la despensa de ese caro elixir, y la dejé ir.

La observé mientras caminaba hacia el chico y después me fui yo mismo a la barra, a sentarme con Thalos. Mi cerveza ya estaba caliente y el pobre se veía cansado así que inicié tomándomela en silencio. Que después de todo el jaleo no tenía mucho más que decir.

Pego otro buen trago de cerveza por no soltarle algo más al puñetero elfo, que hace que me indigne más todavía al decirme que soy un manipulador. No me conoce y ya me está juzgando, creo que empezamos bastante mal. Por suerte Juliet y él se van a hablar a solas, apartándose de mi lo suficiente como para que no pueda escucharlos. Eso no quita ara que no vea los gestos que hace al mirar en mi dirección, y por el modo en que gesticula puedo suponer que me está poniendo verde o algo por el estilo. No es la primera vez que comienzo mal la relación con un elfo, pero me da la sensación de que en esta ocasión no va a mejorar mucho ni con el paso del tiempo.

Espero que no tarden mucho en terminar de hablar, pues la comida que nos han servido empieza a enfriarse. Pruebo un poco de lo que han traído, que no está mal del todo. Intento abstraerme de la conversación de los otros, pero no puedo evitar mirar de reojo hasta que por fin terminan y Juliet regresa a la mesa. El elfo se acerca de nuevo a Thalos, con el que no entiendo cómo ha hecho buenas migas o lo que sea.

- No tiene por qué caerme bien, ni yo a él. Da igual, déjalo. Lo mejor será no decirnos nada ni hablarnos, que supongo que para ti será incómodo. - por respeto a ella intentaré callarme y no responder a provocaciones, aunque no prometo nada. Todo depende de si la cosa se queda como está o de si intentan buscarme las cosquillas. - Por mi parte ya está todo dicho, no voy a buscar problemas.- al menos no conscientemente. Observo extrañado el frasco que le ha dado el elfo, acercándome un poco más por pura curiosidad. - ¿Qué es eso, una poción de regalo?

Una vez en la mesa, la comida aún parecía buena, aunque había perdido ligeramente el apetito. Tomó un poco de beber y tras algunos largos tragos, dejó el vaso de nuevo, suspirando pesadamente ante lo que el moreno mencionaba. Después del incidente podía decirse que se sentía ligeramente triste de que dos personas tan importantes para ella no se llevaran bien. Y eso solo podía ponerse mucho más desastroso si pensaba en que pudo ser su padre quien protagonizara la escena, con diferentes y más violentos resultados. En un rápido plan para que ideó en su cabeza para hacer que el elfo y el mago se entendieran mejor, quería dejar la puerta abierta para un futuro encuentro.- Ya verás que irá mejor. Él no se mantiene enojado por mucho tiempo. N-No puede...- Susurró, pues si aún era el tío que conocía, mañana, o la próxima vez que les viera, les abrazaría doblemente.

Al menos, si Reiv no buscaba problemas como decía, un segundo encuentro era un poco más probable de que saliera bien. Con mucha suerte podrían de nuevo tener una oportunidad de una buena primera impresión. Tomó un bocado de la dudosa carne con papas. Era buena. Lo comió sin demasiadas ganas, solo porque siempre tenía la paranoia de que aquella podía ser su última comida caliente.

Casi había olvidado la botellita que llevaba entre manos cuando Reiv se la recordó. Sus mejillas se sonrosaron de nuevo, mirándole mortificada, sin saber cómo respondería el contrario si le mostrara aquello. Su primer instinto fue ocultarla entre sus manos, pero no le vio el punto.- Él... vio los dragones el otro día y que fui con Thalos a ayudarle... no hubo ocasión de sacarlo de dudas y...- Murmuró pobremente, mientras intentaba justificarle. Si ya lo había tildado de pervertido, aquello no contribuía mucho a su causa. Abrió las manos para mostrarle la botella. Si él sabía que era una poción, probablemente sabría lo que era.

- No me explicó bien qué es. Pero creo que tengo la idea general...

Me habia mantenido al margen con mi cerveza y comida cortesia del elfo, en cuanto sus conversacione tomaron derroteros mas tensos y "familiares". En cierto modo, ahi podia identificarme con Reiv, porque tenia una idea clara de lo que se sentía cuando el que trata de ejercer de "hermano mayor" sobre la chica que te gusta, te hace ver lo mala influencia que eres para ella porque no sabes mas que buscarte problemas.

"como si juliet no se buscase los problemas solita"

Pensé con la mejilla apoyada en mi mano, en la barra, evidentemente cansado. Largué un bostezo antes de seguir bebiendo y entonces Thranduil volvio a donde estaba y se sentó a mi lado. No dije nada aun, saqué mi galeon y me puse a freir a Johan a mensajes: "vagomierdas" "ven ya" "a tu hermano le estan pegando una paliza delante de mi ojo" "se acaba la cerveza fria" y etc. Si estaba vivo, el muy capullo no podria ignorarme. Si no constestaba o no aparecia a una reunion convocada por él mismo, empezaria a preocuparme.

Cuando terminé mi agresivo spam guardé el galeon y entonces si que miré al elfo, un poco de reojo.

- Probablemente me odies por lo que voy a decirte - pero me la sopla - pero voy a romper una lanza a favor de él. Es....dificil de matar. - me reí entre dientes recordando mis tiempos como soldadito. -Como todos los Black.

Beber cerveza con el ceño fruncido no era la mejor manera de hacerlo. Pero tras darle la poción a Juliet, ya me sentía mejor por sus malas decisiones. Ahora, al menos tendría oportunidad de deshacer algún errorcillo por ahí.

Mientras Thalos enviaba mensajes de texto por una moneda, me preguntaba como sus dedos gordos podían escribir con tanta gracia. Seguro que era un hombre muy versado. Pero al menos terminó rápidamente e hizo algo que no imaginé que él podría hacer... El ciego me vio de reojo...

Escuché atentamente, frunciendo bastante más el ceño cuando comenzó a interceder por el chicuelo al que una buena paliza le hizo falta de chiquito. Ya decía yo que los padres tenían que volver a los métodos antiguos de crianza.

-¿Odiarte? - Le miré con todo el fingido odio del que sería caoaz y luego relajé la cara, porque si no se marcan las arrugas.- ¿Y yo para que lo quiero matar? ¿Viste como saltó a empujarme? Sí, se tardó más de lo que esperaba, pero es un hombre de acción, eso es una cualidad buena. Aunque tiene una cabeza dura gigante.

Además, Juliet es un poco pasiva, le viene bien la acción.- Pensé, poniendo de nuevo la cara de enojo por si me estaba viendo Reiv. Había que aparentar. Pero solté una carcajada cuando me pensé peleando contra Reiv.- Uno pensaría que un rey elfo es pacífico y todo, pero es una desventaja física. ¡Me habría destrozado en una pelea a mano limpia! Siempre escoge bien tus batallas, querido humano. El truco es empujar lo suficiente,
pero no demasiado...

Aparezco por fin en la taberna de Hogsmeade en la que acordamos reunirnos, justo en la entrada del local. Abro la puerta esperando no encontrarme toda la gente en el sitio, lo cual sería señal de que llego extremadamente tarde. Por suerte no está tan lleno como creía, unas 6 personas echando cuentas rápidamente. Chloe, Yaroslav y Thalos son de nuestro grupo, aunque hay otros 3 que no lo son. No me resulta ningún problema, puesto que por las veces que han colaborado con nosotros bien podrían pasar por uno de los nuestros. Alzo la voz para hacer un saludo general, atravesando el local hasta llegar al centro de éste. - Buenos días, siento el retraso. - podría admitir que se me pegaron las sábanas, pero no es el momento. Me fijo un poco mejor en Reiv, que según Thalos se estaba peleando, cosa que no veo que sea cierta. Seguro que sólo me ha mandado ese mensaje para que me diese prisa, o vete a saber. Lo que sí observo es que está sentado junto a Juliet, así que supongo que han estado por ahí juntos durante el tiempo que no he sabido nada de ellos. Más tarde hablaré con ellos, si se muestran receptivos.

- Sé que todavía faltan algunos por llegar, pero vamos a ir comenzando de una vez, no quiero haceros esperar más. Supongo que imagináis a qué viene la reunión. Toca movernos de nuevo para desatascar la situación de tira y afloja en la que nos encontramos con la Alianza desde hace meses, justo desde el asunto de la epidemia y la reunión fallida. También sabemos que están más cabreados por una fuga de presos que fue liderada por los de la Brigada, y que tienen problemas internos y se les rebelan ejecutores e inspectores. - miro a Chloe de manera significativa, ya que fue ella la que se encargó de decirme que había contactado con uno de esos seres mágicos que se rebelaron. - Chloe se ha encargado de quitarle el chip a uno de los dragones que se fugaron, aunque los métodos que usó no fueron los mejores. - no voy a echarle una reprimenda ahora, pero que sepa atenerse a las medidas de seguridad básicas para hacer algo así. Termino de hacer el breve resumen, recapitulando uno de los principales motivos para reunirnos.

- Hace unos días hicimos una misión en la base militar de la Alianza, utilizando y controlando a la prisionera de guerra Morgana Wolf para que se adentrase en el recinto como si hubiese logrado escapar de nosotros. Allí conseguimos que robase unos planos de la sala de archivos. Nos costó bastante escapar con vida de aquello, el centinela nos persiguió a Ellyos, a Victorya y a mí hasta Bastion Hollow. - saco del bolsillo los dos papeles doblados que he traído. Los coloco sobre una mesa que hay en el centro del local, por si quieren acercarse a echarles un vistazo. - Uno de estos planos muestra datos sobre los centinelas, el otro parece una especie de arma, pero no lo tenemos claro. Puede servirnos de ayuda para librarnos de los centinelas o reprogramarlos, o ponerlos en su contra, no lo sé, pero necesitaremos alguien que tenga más idea de máquinas. - esta vez miro a Thalos, aunque lo suyo son más bien las bombas. A mi no se me da mal arreglar objetos, pero creo que es más cuestiones de mecánica simple como reparar mi moto u otros artefactos. Esto ya está a otro nivel.

Sigo sin estar muy convencido de que el elfo y yo podamos llevarnos bien, a pesar de lo que Juliet dice sobre él. Después de todo es lógico que lo defienda aunque sea un tipo raro, pues es su tío. La verdad es que me da igual que el otro siga enfadado o no, tampoco voy a buscarlo mucho para mejorar nuestra relación ni tenemos por qué hacerlo. Podemos ser indiferentes el uno para el otro, bastará con que no llegue la sangre al río.

- De verdad, no te compliques, no pasa nada. Nos ignoramos y ya. Igualmente sabemos que estamos en el mismo bando para luchar contra la Alianza, con eso será suficiente. – dejo que transcurran algunos minutos para que podamos comer con calma, terminando los platos y la cerveza. Así también se tranquiliza y deja de darle vueltas al incidente de antes, que tampoco tiene mayor importancia. De vez en cuando echo una mirada de reojo hacia el lugar en el que se encuentra el elfo, hablando con Thalos en la barra. Fijo que me están poniendo verde entre ambos, y el tuerto le estará contando cotilleos pasados. O no, eso sería creerme el ombligo del mundo.

Sigo sin identificar por completo la botella que tiene Juliet entre las manos, aunque por lo visto le da bastante vergüenza hablar del tema. Voy atando cabos con lo que me dice, como lo de los dragones pequeños, las dudas de su tío al verla con Thalos, el hecho de que le haya dado esa poción justo ahora. Arqueo una ceja al terminar de comprenderlo, acompañando el gesto de una sonrisa irónica. - ¿En serio...? – le ha faltado ponerse a darle “la charla” aquí mismo, aunque llega unos cuantos años tarde. Bajo un poco más la voz a un tono confidencial, para que no nos escuche su tío desde donde está. No estoy muy seguro de si he acertado o no, así que decido preguntar, aunque me provoque algo de vergüenza por el contexto en el que sucede y por el hecho de que venga por parte del elfo. – Es una de esas pociones anticonceptivas, ¿no? No entiendo de que va el orejas picudas...primero me odia, luego te da eso...- obviamente en algún momento puede que tengamos que usarla, pero será cuando nosotros decidamos, sin sentirnos observados.

Justo en ese momento aparece Johan, intentando arreglar lo de su retraso (el temporal, el mental tendrá que dejarlo para luego) con una explicación que suelta sin muchos preámbulos. Me cuesta unos segundos asimilarlo todo, sobre todo porque tengo la cabeza un poco en el asunto de antes, pero cuando lo consigo creo que pillo más o menos por dónde va la cosa. Alzo la voz para intervenir, tomándome la confianza de hacerlo aunque no sea uno de los suyos.

- Claro, con unos planos sin más no hacemos nada. O secuestramos a alguien que podamos controlar y utilizar, un científico, o usamos nuestros propios métodos con magia para volver esas armas en su contra. Y aun así no creo que sea suficiente, o bien sacarán algún arreglo para subsanar el fallo o fabricarán más. – intento dar alguna solución para que no parezcan todo quejas, pero por ahora no se me ocurre, necesito pensar más.

El letrero frente al que se había aparecido tenía fachada de haber estado ahí hacía muchísimo tiempo. Lo recordaba, pues su maestro de magia la había llevado ahí una vez hacía mucho tiempo. En esa aldea sin humanos, era fácil aparecerse y no ser perjudicado por ser brujo o bruja.

Caminé hacia donde se dirigían los pasos en la nieve. ¡La nieve, que locura! En aquellas épocas parecía cosa de magia, y podía serlo... Al llegar a la casita a la que tantas pisadas iban, vio el cartel de taberna y pensó en lo mucho que se reunían en esos lugares. Después de todo, el Moulin también era de esos.

Tardó un instante afuera, mirado a su alrededor. El lugar parecía deshabitado y aún así estaba segura de que había personas dentro de las casas, ahí ocultas por el frío. De repente, escuchó su nombre adentro y la sacó del instante dentro de su mente que había tenido. Tomó el frío pomo de la puerta con sus delgados dedos y la abrió para entrar en dos largos pasos. Su mirada se paseó por los presentes mientras caminaba para encontrar un lugar. No había mucha gente, había lugares, pero terminó quedándose junto a la puerta, con la espalda recargada en la pared, escuchando lo último del discurso de Johan... Al menos había tomado los planos y no se habían hecho cenizas.

Colocó el codo en la esa y la mejilla en el puño mientras escuchaba a Reiv. Ya con decir que iban a ignorarse era suficiente para saber que él no intentaría algo más amistoso que eso. Aún cuando se sentía casi segura de que sí podría dar ese paso. Pero al menos si no había agresión, podrían pasar tranquilos los ratos feos. No pudo evitar el puchero que hizo tras su comentario, pues en realidad quería que el percance reciente fuera agua pasada.

Comió un poco a la fuerza, por no tirar la comida a la basura, y pidió que retiraran los platos una vez terminaron, pidiendo a su vez un baso de agua para bajar el sabor amargo de la cerveza.- No sé si sientes como que traté de ocultarte de mi tío, o de minimizar tu preocupación, pero es que no estaba preparada para la charla que de todos modos me dio...- Susurró sin poder verle a la cara, pues si la cosa hubiera sido al revés, le habría gustado que él no tomara bandos como ella hizo.-... No me gusta que me digan mis verdades.

La sonrisa de Reiv al entender lo que la poción era solo contribuyó a hacer más notorio su deseo de desaparecer.- ¡No te rías! - Le reclamó entre susurros, alterada, aunque también riéndose ella por los nervios y lo irónico del tema. Pero cuando aquello pareció no callar al joven y comenzó a hablar sobre que tipo de poción era, trató primero de taparle la boca con las manos y luego de taparse los oídos mientras lo decía.- ¡Shhh! - Terminó por guardar aquella cosa en su mochila, y acercarse a Reiv con los codos en la mesa.- Dije que tengo la idea general, no se si es... E-ESO.- Susurró con tono de urgencia en la voz. Agobiada, se echó atrás en la silla y se fundió un poco en el asiento.- No es que me importe, pero no quiero que piense que tu y yo...- Dejó en blanco el resto, pero después recapacitó.- No es que sea una locura o que sea totalmente... imposible... que tu y yo... Solo no me gusta que piensen en Eso y lo asocien conmigo. Es... demasiado privado.

Para cuando Johan llega, la chica ya estaba bien sentada en la silla y con los brazos cruzados bajo el pecho, pero no evitó que le sonriera y levantara un saludo con la mano cuando vio en su dirección. Al menos parecía que traía algo de prisa y que la reunión sería productiva. Comenzó a escuchar con interés, siendo eso el respiro que necesitaba para que su rostro perdiera el el sonrojo. Más o menos a la mitad, y antes de que Reiv participara, una chica más entró. Al principio sintió algo raro sobre ella, pero después de algunos minutos, su descontento con ella creció de manera irracional. Había algo de ella que no le agradaba del todo, aunque no solía juzgar de buenas a primeras. Tras escuchar opinión de Reiv, solo tenía una pregunta.

¿Sabemos si los planos son recientes o de los centinelas y armas actuales?

Ha sido divertido poder cotillear la discusión del elfo y del otro mientras comentaba cosas por lo bajo con Yaroslav, dándole codazos en las costillas  alguna que otra vez, sobre todo antes de murmurar algún jugoso comentario. El entretenimiento se termina cuando cada uno se va por su lado y se ponen con sus conversaciones. Pongo la oreja de manera más o menos disimulada, intentando alcanzar lo que dicen los de la barra, pero nada.

- Pues que rollo...- me quejo por lo bajo, volviendo a beber lo que quiera que sea que me he pedido, que se me ha olvidado con toda la movida. Lo bueno es que todo esto me ha distraído un poco de los pensamientos que traía al venir, que no eran demasiado buenos después de ver lo del elfo aquel. Sigue preocupándome un poco el drow al que parecía que se le iba la pinza, se notaba que no estaba bien en absoluto. Me quedo un tanto empanada dándole vueltas a eso, observando de manera distraída a los asistentes a la reunión por ahora. El elfo no me suena, a Reiv no lo he tratado pero lo conozco por su relación con Johan, y a la chica que tiene el pelo de un color similar al mío la recuerdo del  día de la batalla. Los que me resultan más familiares, por razones obvias, son Yaroslav y Thalos, aunque a éste último hace tiempo que no lo veo. Decido levantarme para ir a saludarlo, avisando a Yaroslav de que vuelvo en un rato.

– Hoola Thalos. Cuánto tiempo sin saber de ti. ¿Qué tal están Erika y Reed? – quiero saber de ellos, que también les he perdido la pista y me gustaría saber si están bien.  No creo que la conversación dure mucho, pues enseguida aparece Johan para empezar a contarnos el motivo de la reunión. Sonrío de manera nerviosa cuando hace referencia a lo que hice con el dragón de la Alianza, esperando una especie de bronca que se queda en simple advertencia.

– Es que...necesitaba ayuda, no podía dejarlo así. Y me hacía falta el instrumental de la enfermería y demás para poder hacerlo en condiciones. Ahora se ha quedado con Lyran, está todo controlado. – me siento en un taburete al lado de Thalos, guardando silencio y dejando que Johan siga contando esas cosas de las que no me entero muy bien. Los métodos que proponen no son pacíficos, así que no estoy muy de acuerdo con lo que se vaya a decir aquí. Me quedaré un poco más y después me marcharé, no encajo mucho en este tipo de reuniones.

Rei entredientes por lo de juliet siendo un poco pasiva, imaginandomelo siendo pero en el ambito de la cama. Luego negué con mi cabeza, agarrando un periodico de la barra y echandole una ojeada.

- Ya veo. Habia olvidado que eres un elfo hecho a base de pragmatismo.

Se acercó Chloe y dirigí mi vista a ella. La chavala habia desarrollado, se le notaba. Chloe era de las pocas personas en los Renegados a la que nunca le dedicaba un mal gesto o una mala palabra de mi parte, o con la que nunca era un borde irónico por mas que pensase que sus metodos eran en execso utopicos. Y hoy no iba a ser diferente.

- Erika y Reed? Están bien. Se fueron de Londres hace ya varios meses, asi que llevo tiempo sin verlos o recibir noticias...pero Erika había encontrado a alguien que podía enteder a Reed. O algo asi me dijo

"antes de tirarme la chaqueta quemada a la cara"

Di por terminada la conversacion, y gracias, cuando vino Johan. Con una morena realtivamente desconocida a la cual evalué con la mirada ni corto ni perezoso. Tambien habia desconfianza en aquel gesto.

- Ya era hora Black.

Le dejé hablar, enterandome de las cosas a modo expres. Mi rostro reflejó mas interes cuando mencionaron a Morgana y luego terminé de escuchar lo que tenian por decir. Habia sido una buena jugada por su parte. Intui que la morena debia ser esa tal Victorya. Me levanté de mi sitio dejando la botella de cerveza y fui a mirar los planos que habian robado y estaban sobre la mesa.

- Habeis dado un buen golpe.... - aquellos planos escapaban a mi comprension, me di cuenta al mirarlos. - Entiendo los modelos de armas que han implementado en los centinelas, las municiones que emplean y su....su sistema de alimentacion seria esto? - señalé lo que parecia el nucleo que llevaba un codigo alfanumerico de lo mas raro y miré a Johan. - Este no es mi campo. Vendria bien secuestrar a un par de ingenieros o cerebritos del asunto.

Miré a Johan seguidamente. -Yo también tengo algo que contar. Me encontré con O'Connel en el burdel, para los que no sepais quien es, es uno de los ministros que mas poder tiene en londres ahora mismo. Me propuso que te traicionase para tenderte una emboscada, Johan. Internamente, están jodidos. - me rei de lado. - Luego se estampó con su coche gracias al elfo. Acabo de descubrirlo leyendo esa basura. Y por si os interesa...hemos preparado explosivo. Mucho.

- Un mago nunca llega tarde. Ni pronto. Llega justo cuando se lo propone. - no puedo evitar soltarle a Thalos esa frase que ya le he dicho en alguna otra ocasión, cuando me ha recriminado el llegar tarde.

La espera para iniciar la reunión no ha hecho decrecer los ánimos de los presentes, sino más bien al contrario. Prácticamente todos se muestran participativos, con ganas de atender y preguntar. No es para menos, nos jugamos mucho en cualquier paso que demos. Me separo un poco de la mesa en la que he dejado los planos, dejando espacio para que puedan acercarse todos los que quieran. Frunzo levemente el ceño ante los comentarios negativos de Reiv, que parece que sólo ve problemas en todo esto.

- Sí, es cierto que tener unos planos no nos garantiza nada. Pero tenemos que evitar por todos los medios que sigan utilizando esos robots, o cualquier método que nos escanee y nos distinga de ellos. Yo creo que estamos más cerca que nunca de darles de una vez el golpe definitivo, aunque sea con pasos como este. - Echo un rápido vistazo a los planos al escuchar la pregunta de Juliet, algo en lo que no me había parado a pensar hasta ahora. - No sé si son recientes, pero al menos son bases sobre las que trabajar. Uno está claro que es el centinela, y el otro...parece una especie de nave, o arma. - Alzo la mirada hacia Chloe, haciendo un gesto con la mano como quitando importancia a su error. Luego saludo a Victorya al verla entrar, alzando la voz para presentársela al resto. No sé si le hará  mucha gracia eso de no pasar desapercibida, pero ha formado parte de la misión y deben conocerla, al igual que a Ellyos. - Ella es Victorya, una de las prisioneras de los campos de concentración que escapó gracias a la ayuda de la Brigada. Colaboró en lo de llevarnos los mapas de la base, al igual que Ellyos. Creo que ha estado mirando los planos para ver si averiguaba algo, que nos cuente lo que sepa. - Thalos sigue examinando los planos y sacando conclusiones, aunque poco puede hacer él con lo que tenemos, no es su especialidad.

- Pues si hay que secuestrar se secuestra. No van a pararnos detalles como esos. - presto atención a lo de O'Connell, indignado por lo que le ha pedido a Thalos que haga. Por suerte puedo confiar en él, el iluso es el otro por pensar que podría ponerlo de su parte. - A estas alturas ya debe haberse dado cuenta de que no vas a hacerle caso. - Deben estar desesperados como para intentar algo así.  Presto atención al elfo con el que dice que ha hecho explosivos, lo cual lo convierte en algo así como su nuevo mejor amigo de aficiones por eso de preparar cosas que explotan.

- No estaría mal utilizar el explosivo a modo de distracción para acceder a los científicos... dejando caer el explosivo sobre alguna de los hangares de su base. Si creamos ahí una pequeña escaramuza tal vez podríamos secuestrar algún científico.

Niego de manera enérgica para que no piense que creo que quería ocultarme de su tío, está claro que ha sido todo un encontronazo fortuito. Y claro que a nadie le gusta que le digan sus verdades, porque nosotros mejor que nadie sabemos cuáles son nuestras debilidades y no necesitamos que nos las recuerden o señalen. Por eso es preferible que las conozcan el menor número de personas posibles, o simplemente uno mismo. El tema de la poción parece que le pone un tanto nerviosa, como si le diese vergüenza. Intento que no me de la risa por esa reacción, pero no puedo evitar que se me escape un poco por lo bajo. La verdad es que a mi también me inquieta un poco que el elfo le haya dado eso así sin más, y conmigo delante. Es un poco perturbador.

Bajo la voz a un susurro, por eso de que estamos hablando de un tema privado y no es cuestión de que los demás pongan el oído. - Lo sé, lo sé. Entiendo lo que quieres decir. Es cosa nuestra y no queremos que nadie más se meta en eso. Cuando tenga que suceder, sucederá, y ya está. - y está claro que acabará sucediendo, porque conexión e interés por parte de ambos hay, algo que llevaba mucho tiempo sin pasarme.

La llegada de Johan hace que tengamos que dejar de lado los temas previos, aunque ya está todo más o menos aclarado y hablado. Mi hermano me mira con cierto disgusto al comprobar que no soy muy optimista respecto a lo de los planos. No es que estén mal, pero...no lo veo como solución a largo plazo. Escucho a unos y otros en completo silencio, pensando en la posibilidad que plantea Juliet. Nadie nos asegura que no estén actualizados.

- A mi no me importaría encargarme de eso, de secuestrar a un científico.- Miro significativamente a Juliet para ver si está conmigo en eso de unirse al secuestro, apoyando una mano en su rodilla por debajo de la mesa. - Si nos dejáis los explosivos y nos dais algo más a cambio, claro...seguimos siendo mercenarios que necesitan ganarse la vida. De todos modos sigo pensando que no basta con que un científico toquetee en los sistemas de un centinela o que un prototipo para nosotros. tenemos que meterles algo que no entiendan, y si usamos magia con esos chismes...ahí sí que se acojonan. Magia oscura con algún tipo de maldición, para que no se atrevan a tocarlos más. Llevamos ya años aguantando a los centinelas, antes ya estábamos jodidos, pero desde que tienen esos chismes es mucho peor. - arqueo una ceja al escuchar que Thalos y orejas picudas han estado con cosas de explosivos, pensando que el tío de Juliet es más chungo de lo que pensaba. Seguro que ahora no quiere dejarnos los explosivos o no se fía de nosotros.

- ¿Cuándo podemos empezar? - me levanto para ir a echar un vistazo a los planos, que no termino de entender porque a mi no me han enseñado demasiado de estos temas. Puede que Johan sepa más al respecto, que él se crió en un entorno que era más tolerante con la tecnología humana, y seguro que nuestro padre le enseñó algunas cosas.

Aparecí con Erebo en el pequeño pueblecito de Hogsmeade que, curiosamente, estaba cubierto de nieve. Sonreí y miré para arriba soltando el hombro del dragon, que habia tomado para trasnportarlo conmingo.

"oh....algun tipo de mago jugando con el clima? Me alegraria saber que aun existen meteolomantes"

- Habias estado ya alguna vez en Hogsmeade?

Le pregunté al dragón, comenzando a avanzar por las calles entre las casitas. Tenían peor aspecto que cuando yo era joven, algunas ya no estaban en su sitio, pero...me traia recuerdos, sin duda. La de veces que habiamos bebido en una taberna hasta la borrachera en nuestros 17 años, Adam, Vic, Anteia y yo. Bueno, yo sé que bebia y cantaba mucho...los otros creo que no tanto.

Pero aquello ya no volvería a pasar nunca, asi que me encaminé con el dragón a la puerta de la taberna, saqué la moneda y avisé de que estaba afuera con el dragón. Sabía que estaban reunidos y no podía entrar con él.

-Esperaremos aquí. Espero que la nieve no te sea un problema. - le dije guardando mis manos en los bolsillos y mirándolo.

¡Eh! ¡Es mi sobrina! - Le recriminé a Thalos cuando se rió. Sabía que el muy sucio estaría imaginándose a Juliet en maneras indecentes, pero en realidad él podía imaginarse lo que quisiera mientras yo no le estuviera leyendo el pensamiento. Seguramente no era el único que lo hacía.- Eso puede ser verdad.

Después de que la jovencita de pelo rosa saludó a Thalos, Johan Black entró a la sala a hablar sobre lo que había de la reunión, y después una chica morena de bonitas piernas... que seguramente Thalos también había visto a juzgar por como le había dado el chequeo. Les dejé hablar, hacer preguntas y lo que sea mientras sacaba otro cigarrillo y me ponía con él. Realmente no era mi lugar para opinar, y no me encantaba hacerlo en reuniones con tanta gente y de nuevo saqué mi libretilla, una pluma y comencé a escribir cuanto necesité. Cuando hubiera algo que hacer, se haría.

La primera impresión siempre era la más difícil de superar, pero había hecho una buena entrada. Podía parecer antipática al estar cerca de la salida, recargada en la pared y escuchando la conversación y las dudas, pero se encargó de pasear su mirada por todos los rincones, encontrándose principalmente con la de Thalos, que no parecía demasiado cohibido.

Mientras la reunión se desarrollaba, no había gran necesidad de intervenir. Después de todo, Johan lo iba haciendo bien y se veía familiar con los planos. Tras una pregunta puntual de la pelirroja del fondo, se alejó de la pared, acercándose a la mesa con largos y delicados pasos para señalar puntualmente con el índice uno de los tantos números que aparecían en los planos. Ambos, en la esquina superior derecha.- La Alianza usa números de serie. Así saben tanto de cada robot aún cuando no esté en la base. Si no han cambiado la manera de numerar, este plano es reciente y está activo.- Finalizó, retirando la mirada de la chica y volviéndola a Johan. Ya que la había presentado, bien podía contribuir con la causa ahora que había más gente alrededor de los planos.

Las conclusiones a las que el tuerto había llegado le habían gustado. No parecía ser tan cabeza hueca después de todo. Tomó su codo con la mano y le escuchó mientras su mano derecha levantaba ligeramente su barbilla.- También pensé que sería una especie de fuente de poder, pero dado que no tenemos la escala, puede ser algo más... un vehículo, un arma nueva, una bomba... o lo que mantiene vivos a los centinelas... El código parece ser algo estructural más que de programación, pero quizás la persona adecuada puede usarlo para tomar control del objeto.- Susurró mientras paseaba las puntas de sus dedos lentamente por la línea de su mandíbula, pensando en lo que implicarían todas las teorías que se estaban desarrollando.

Quizás era la situación, el lugar o el ambiente, pero cuando el nombre apellido O'Connel surgió en la conversación, no pudo mas que verse gratamente agradecida con el elfo maquiavélico. No era propio de ella lanzar sonrisitas a la gente que no conocía, pero aquella criatura se la había ganado a pulso.

Dejó de hablar cuando alguien más comenzó a hablar. Dirigió su mirada hacia Reiv y escuchó su plan. Era arriesgado, y si se quería arriesgar que se arriesgara, pero que no lo hiciera enteramente en vano.- Si quieres usar magia negra ¿para que quieres secuestrar al científico?- Preguntó un tanto confundida, pues sentía que eso lo podía hacer sin ir raptando gente que luego cuando apareciera no podría reincorporarse a su vida normal. En todo caso, su rostro se mantuvo expectante, tranquilo, sereno y serio, como si aquella pregunta realmente no implicara nada.