Recuerdo del primer mensaje :
El Bosque de Sherwood es un bosque conocido mundialmente, que se encuentra en el pueblo de Edwinstowe en Nottinghamshire, Inglaterra, que históricamente asociada con la leyenda de Robin Hood una leyenda que se cree que fue cierta. Actualmente también sirve de refugio a grupos guerrilleros renegados.
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El miembro 'Boggarth' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Shiro
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La zorra se adentro en el bosque esperando a que el lobo la siguiera a la cabaña, era un camino largo y había que pasar por el bosque para llegar al hogar.
Tuvieron que hacer un par de paradas en el camino ya que Shiro se descomponía al caminar mucho incluso estando transformada en zorro, era algo bastante incómodo para ella y tedioso pues significaba que tardaría una o dos horas más tarde en llegar que lo habitual.
-Dante... ¿Me das un beso?- dijo poniendo cara de pobresita con una voz suave y dulce como necesitando mimos de aquel ser que dijo que la cuidaría más aún en este momento de su vida.
- Dante... He oido hablar sobre un descendiente que es licántropo y que según dice controla la transformación a voluntad, ¿será esa la solución para los cachorros?¿tu que sabes de el?-
Tuvieron que hacer un par de paradas en el camino ya que Shiro se descomponía al caminar mucho incluso estando transformada en zorro, era algo bastante incómodo para ella y tedioso pues significaba que tardaría una o dos horas más tarde en llegar que lo habitual.
-Dante... ¿Me das un beso?- dijo poniendo cara de pobresita con una voz suave y dulce como necesitando mimos de aquel ser que dijo que la cuidaría más aún en este momento de su vida.
- Dante... He oido hablar sobre un descendiente que es licántropo y que según dice controla la transformación a voluntad, ¿será esa la solución para los cachorros?¿tu que sabes de el?-
Dante Alighieri
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Camine al ritmo de Shiro dejando que se transformara como ella quisiera ya que tenia que cambiar a la forma que no de doliera, para que tanto ella como los bebes estuvieran bien. Nos detuvimos algunas veces con mis insistentes preguntas de ''¿Te encuentras bien?'' sabia que no lo estaba y que debía descansar para poder recomponerse.
-Eso ni se pregunta, linda - La bese con ternura para tomarle la una mejilla, acariciándola suavemente con su pulgar y tomándole la cintura con la otra mano. La mire sonriendo al separarme de ella dejando un pequeño beso en la frente, por lo poco que la conocía le tenia mucho cariño.
-¿De verdad? Si, creo que ayudaría mucho y no solo a mi sino a mi clan, pero seguro es algo difícil de contactarlo... En verdad no se nada sobre los tales descendientes, solo se de su existencia pero no mucho mas... o y que están en contra de la mezcla de razas o algo así, nunca supe mucho de ellos mi madre no me contó mucho, se dedicaba a enseñarme otras cosas. -Me encogí de hombros tranquilamente.
-Eso ni se pregunta, linda - La bese con ternura para tomarle la una mejilla, acariciándola suavemente con su pulgar y tomándole la cintura con la otra mano. La mire sonriendo al separarme de ella dejando un pequeño beso en la frente, por lo poco que la conocía le tenia mucho cariño.
-¿De verdad? Si, creo que ayudaría mucho y no solo a mi sino a mi clan, pero seguro es algo difícil de contactarlo... En verdad no se nada sobre los tales descendientes, solo se de su existencia pero no mucho mas... o y que están en contra de la mezcla de razas o algo así, nunca supe mucho de ellos mi madre no me contó mucho, se dedicaba a enseñarme otras cosas. -Me encogí de hombros tranquilamente.
Friedrich von Hammer
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Friedrich trataba de mantener la seriedad en todo momento. Era cierto que, su madre, en algunas ocasiones, le había hablado sobre los experimentos y abusos que los magos del pasado habían practicado sobre otras criaturas, sin embargo, eso era todo cuanto sabía de ellos y su pasado, pues su querida madre jamás había mencionado siquiera el nombre específico de esta raza tan particular. ¿Eran así originalmente, o las torturas de los magos habían ido degenerando a los suyos lentamente hasta convertirlos en lo que eran? ¿Eran organizados? Muy probablemente, sino, dificilmente hubieran sobrevivido. De ser así, ¿cómo era su sociedad? Una lluvia de preguntas curiosas le inundó mientras el joven trataba de tantear lo menos posible a la criatura, la cual se le antojaba impredecible; era muy probable que no le gustara que Friedrich se descojonara mientras él le explicaba sobre el sometimiento de su pueblo, más aún, quizás aquello solo fuera una distracción para atacarle, pero, ¿qué culpa tenía él que le hicieran tanta gracia sus rimas? En cuanto la criatura volvió a hablar en verso, el alemán respiró hondo antes de, inevitablemente, soltar la carcajada que llevaba reprimiendo un par de minutos, la cual retumbó por toda la habitación.—Lograste lo que pocos pueden conseguir... y no es menos que hacerme reír.—trató de rimar torpemente, trabándose.—No te des por ofendido, pues tus palabras en verso me han convencido.—dijo, agarrando el cazo por el asa, la cual se encontraba ya completamente fría, y colocándolo entre él y el goblin.
—Si tienes hambre, puedes comer, tenemos más en común de lo que quieres creer...—suficiente de eso, Friedrich borró la sonrisa que cruzaba su cara y, esta vez, empezó a hablar en verso.—No es que yo sea un buen samaritano, pero me has caído bien por extraño que te suene. Mientras te portes bien, tú y ese... bicho, podéis quedaros un rato, hay comida de sobra.—se encogió de hombros. Diablos, hasta él necesitaba, de vez en cuando, algo que le alegrara un poco la noche. Todo dependía, claro, de lo que el goblin quisiera. Olvidar su odio y desconfianza, o encerrarse en él. La primera opción le parecía a Friedrich la más lógica y viable para ambos, pero, ¿quién era él para juzgar a nadie en ese sentido?
—Si tienes hambre, puedes comer, tenemos más en común de lo que quieres creer...—suficiente de eso, Friedrich borró la sonrisa que cruzaba su cara y, esta vez, empezó a hablar en verso.—No es que yo sea un buen samaritano, pero me has caído bien por extraño que te suene. Mientras te portes bien, tú y ese... bicho, podéis quedaros un rato, hay comida de sobra.—se encogió de hombros. Diablos, hasta él necesitaba, de vez en cuando, algo que le alegrara un poco la noche. Todo dependía, claro, de lo que el goblin quisiera. Olvidar su odio y desconfianza, o encerrarse en él. La primera opción le parecía a Friedrich la más lógica y viable para ambos, pero, ¿quién era él para juzgar a nadie en ese sentido?
Boggarth
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El Goblin esbozo una gran sonrisa, -Ha elegido... Trato... ¡HA ELEGIDO TRATO!- dio un par de brincos antes de subirse a un baúl, se cruzo de piernas y saco unas pequeñas piedras del bolsillo. -Ha elegido trato, ¿pero conoce las normas de mi canción? Imposible Betsy, bueno que menos que explicárselas- ¿Como era? Pensó mientras jugueteaba con las piedras en la mano. -Me das un regalo de bienvenida, que tu mesa sea la mía. Me das un regalo de despedida, los dos vivimos otro día-. Se acerco al mago y le dejo un par de huevos podridos a los pies -TU REGALO!- grito
Tomo un tazón y lo relleno de comida mientras volvía a su baúl, cruzo de nuevo las piernas y su ornitorranco se poso en la cabeza. Empezó a mascar las piedras, le ayudaba a concentrarse y para hablar con humanos, magos, o esa clase de burócratas que no les gustaban sus frases en rima ni sus griteríos. Todo su rostro se sereno y por primera vez en mucho tiempo el bufón que escondía al Goblin dejo la habitación. -Supongo que tendrás preguntas- dijo en un tono mucho mas grave que el habitual- Puedo responder a algunas, honrar la memoria de mi pueblo me honra. Soy un goblin, gremling, trasgo, para vosotros bichos, y no te equivoques, no me caes bien mago, pero cantaste conmigo y no respondiste a mi ataque, no te puedo ofrecer menos que un debate.- Una débil sonrisa se le escapo al ver que había soltado sin querer otra rima.
-Empezare por lo básico ¿cultura Goblin? Alguna,almenos en mi tribu, lejos de aquí somos nómadas en los pantanos, tenemos dioses y un idioma, pero solo los chamanes lo escriben, la mayoría de nuestros mitos y cuentos no nos pertenecen, pero los robamos y los hicimos nuestros. Venimos... venimos de los magos, no, no lo se, no me acuerdo, no recuerdo que había antes de los magos...- Boggarth empezó a temblar sudoroso, abrazo fuerte su ornitorranco y trago las piedras. -PUEDES LANZARME UN HECHIZO MALDITO MAGO, COSQUILLAS, ME HARAS COOOOOOOSQUILLAS- Betsy gruño y zarandeo la bolsa donde guardaba las piedras, Boggarth se movió lentamente y volvió a coger algunas para mascar. -Lo que quería decir, desarrollamos una resistencia a la magia después de los magos, ni ella nos gusta a nosotros ni nosotros a ella. Tu, tu tenias preguntas si si, lo se lo veo... Mi tribu... si... mi tribu huyo de un gremio de magos arcanos, dominaban la energía de los espíritus, pero....pero... hay mas tribus también, se que hay una tribu que huyeron de un piromántico, y otra que tienen pelos, no les gusta el frío jeje, magos de escarcha. Vivimos dispersados, pero, nos conocemos, dejamos marcas por donde pasamos.-
Volvió a tragarse las piedras y la tensión en su rostro desapareció, sonrío placidamente y empezó a comer mientras golpeaba el baúl al ritmo de un cántico extraño.
Tomo un tazón y lo relleno de comida mientras volvía a su baúl, cruzo de nuevo las piernas y su ornitorranco se poso en la cabeza. Empezó a mascar las piedras, le ayudaba a concentrarse y para hablar con humanos, magos, o esa clase de burócratas que no les gustaban sus frases en rima ni sus griteríos. Todo su rostro se sereno y por primera vez en mucho tiempo el bufón que escondía al Goblin dejo la habitación. -Supongo que tendrás preguntas- dijo en un tono mucho mas grave que el habitual- Puedo responder a algunas, honrar la memoria de mi pueblo me honra. Soy un goblin, gremling, trasgo, para vosotros bichos, y no te equivoques, no me caes bien mago, pero cantaste conmigo y no respondiste a mi ataque, no te puedo ofrecer menos que un debate.- Una débil sonrisa se le escapo al ver que había soltado sin querer otra rima.
-Empezare por lo básico ¿cultura Goblin? Alguna,almenos en mi tribu, lejos de aquí somos nómadas en los pantanos, tenemos dioses y un idioma, pero solo los chamanes lo escriben, la mayoría de nuestros mitos y cuentos no nos pertenecen, pero los robamos y los hicimos nuestros. Venimos... venimos de los magos, no, no lo se, no me acuerdo, no recuerdo que había antes de los magos...- Boggarth empezó a temblar sudoroso, abrazo fuerte su ornitorranco y trago las piedras. -PUEDES LANZARME UN HECHIZO MALDITO MAGO, COSQUILLAS, ME HARAS COOOOOOOSQUILLAS- Betsy gruño y zarandeo la bolsa donde guardaba las piedras, Boggarth se movió lentamente y volvió a coger algunas para mascar. -Lo que quería decir, desarrollamos una resistencia a la magia después de los magos, ni ella nos gusta a nosotros ni nosotros a ella. Tu, tu tenias preguntas si si, lo se lo veo... Mi tribu... si... mi tribu huyo de un gremio de magos arcanos, dominaban la energía de los espíritus, pero....pero... hay mas tribus también, se que hay una tribu que huyeron de un piromántico, y otra que tienen pelos, no les gusta el frío jeje, magos de escarcha. Vivimos dispersados, pero, nos conocemos, dejamos marcas por donde pasamos.-
Volvió a tragarse las piedras y la tensión en su rostro desapareció, sonrío placidamente y empezó a comer mientras golpeaba el baúl al ritmo de un cántico extraño.
Friedrich von Hammer
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—G... gracias.— tartamudeó el mago, sin poder reprimir un gesto de disgusto al notar el olor de los huevos podridos llegar a su nariz. Sin respirar, los apartó a un lado con cuidado y una vez el goblin terminó de servirse se colocó el cazo, ya a una temperatura soportable sobre el regazo. "Espero que no me pegue nada rato" pensó acercándose la cuchara a la boca. En su mente recordaba las palabras del goblin, ¿trato? Sonaba como si él y el mago tuvieran alguna inclinación natural a matarse los unos a los otros. Definitivamente, de las ocasiones más extrañas podían salir conversaciones interesantes, incluso en tiempos tan negros como aquellos, pues el mago no dijo una sola palabra durante el largo discurso del goblin, con mayor interés por su cultura del que realmente pensó en un principio. Tuvo que esforzarse por no mostrar su decepción, no obstante, cuando el goblin le aclaró que sus mitos y leyendas eran robados de otras razas. Aunque por otro lado, le hacía gracia la idea de un goblin crucificado rodeado de devotos. —¿Sois una sociedad matriarcal?—¿sabría el significado de matriarca?
—¿A qué os habéis dedicado desde la guerra? ¿Rapiñais cosas para vuestros poblados, ahora que el telón ha caído? No te ofendas, yo también lo hago, es mera curiosidad. Debe haber sido un alivio que os quitaran a esos puñeteros magos de encima y que podáis caminar casi libremente por la tierra.—preguntó con una sonrisa amarga, apoyando la espalda en la pared. No cabía duda de que habían sufrido. Al fin y al cabo, los magos no dejaban de ser humanos, y por mucho que lo que la alianza hubiera hecho fuera imperdonable... seguramente para los goblins era algún tipo de justicia poética.
—¿A qué os habéis dedicado desde la guerra? ¿Rapiñais cosas para vuestros poblados, ahora que el telón ha caído? No te ofendas, yo también lo hago, es mera curiosidad. Debe haber sido un alivio que os quitaran a esos puñeteros magos de encima y que podáis caminar casi libremente por la tierra.—preguntó con una sonrisa amarga, apoyando la espalda en la pared. No cabía duda de que habían sufrido. Al fin y al cabo, los magos no dejaban de ser humanos, y por mucho que lo que la alianza hubiera hecho fuera imperdonable... seguramente para los goblins era algún tipo de justicia poética.
Boggarth
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Con un sonoro eructo y una carcajada Boggarth lleno la sala. – ¡Tienes muchas preguntas, eres curioso como yo!- Cada vez me pareces menos malo. - En las tribus mandan las tías, solo hay una tía por tribu, no solemos tener hembras entre nosotros para… ya sabes- Dijo mientras daba un codazo al mago – También viven más años y son las que se encargan de distribuir las tareas entre nosotros, yo era cocinero y campesino ¡El mejor de la ciénaga! Cocinaba para todos mis primos… - El ambiente se volvió tenso con el recuerdo, no le gustaba recordar los buenos tiempos, sabía que no volverían, sus ojos se humedecieron.
-¿Puedes ayudarme?- dijo soltando un breve sollozo, parecía que se iba a desmoronar, después de tanto tiempo, sabía que no tendría que haber seguido a Betsy, estúpida ornitorranca, le obligaba a recordar.
Salió corriendo y se metió bajo un barril temblando, abrazando a Betsy con fuerza, su voz salía temblorosa, sin rastro de aquella locura parece que las piedras de mascar al fin habían serenado su mente durante un rato, y lo que guardaba le desgarraba bajo la piel. -¿Puedes ayudarme?-
-Te, te contare mi historia, yo… mi poblado… estoy solo, creo… Mi pueblo fue atacado, defendí a los que pude, nos capturaron, llevaron lejos de nuestro cenagal… No eran magos, querían que lucháramos contra los magos, conocían nuestra resistencia a su magia… A mí me dejaron, creían que estaba enfermo, que era un inútil pero no era así…- Salió del barril y saco su puñal, dibujo unas marcas en el suelo y se atravesó la mano con él. Su sangre se derramo sobre ellas mientras Boggarth observaba como si algo increíble estuviera a punto de ocurrir, pasaron unos segundos. Nada. Suspiro, al menos todo seguía como siempre se vendo la mano y siguió su historia.
– Todo era parte del plan de la tía, ella me hizo enfermar apropósito para que me dieran por muerto, en nuestra tribu no teníamos chaman nadie podía preservar nuestro legado, sin lengua sin historia, no existíamos… Pase días enfermo moribundo, hasta que un médico me encontró era como yo; no un goblin, pero si distinto, trabaje para él un tiempo, le traía enfermos o partes de gente, el me daba comida y me curaba de mi enfermedad poco a poco. Una de sus noches el médico era animal, siempre se enfadaba con la luna y le chillaba, me echo me dijo que me fuera lejos, y supe que era la hora de cumplir la misión de la tía, ser chaman, pero… pero desde entonces no he logrado nada, mi sangre no activa los glifos goblins como la de un chaman, no conozco nuestro idioma ni se luchar bien… Necesito… Necesito ayuda… aun que seas un mago…- Mantenerse cuerdo tanto rato no podía ser bueno, ni siquiera los chamanes expertos podían hacerlo, como el que ni siquiera lo era podía aguantar, espero la respuesta del mago y a continuación cayó al suelo, agotado, no volvería a despertar-se esa noche.
Betsy lo cubrió para protegerlo del frio. Ella siempre lo cuidaría.
-¿Puedes ayudarme?- dijo soltando un breve sollozo, parecía que se iba a desmoronar, después de tanto tiempo, sabía que no tendría que haber seguido a Betsy, estúpida ornitorranca, le obligaba a recordar.
Salió corriendo y se metió bajo un barril temblando, abrazando a Betsy con fuerza, su voz salía temblorosa, sin rastro de aquella locura parece que las piedras de mascar al fin habían serenado su mente durante un rato, y lo que guardaba le desgarraba bajo la piel. -¿Puedes ayudarme?-
-Te, te contare mi historia, yo… mi poblado… estoy solo, creo… Mi pueblo fue atacado, defendí a los que pude, nos capturaron, llevaron lejos de nuestro cenagal… No eran magos, querían que lucháramos contra los magos, conocían nuestra resistencia a su magia… A mí me dejaron, creían que estaba enfermo, que era un inútil pero no era así…- Salió del barril y saco su puñal, dibujo unas marcas en el suelo y se atravesó la mano con él. Su sangre se derramo sobre ellas mientras Boggarth observaba como si algo increíble estuviera a punto de ocurrir, pasaron unos segundos. Nada. Suspiro, al menos todo seguía como siempre se vendo la mano y siguió su historia.
– Todo era parte del plan de la tía, ella me hizo enfermar apropósito para que me dieran por muerto, en nuestra tribu no teníamos chaman nadie podía preservar nuestro legado, sin lengua sin historia, no existíamos… Pase días enfermo moribundo, hasta que un médico me encontró era como yo; no un goblin, pero si distinto, trabaje para él un tiempo, le traía enfermos o partes de gente, el me daba comida y me curaba de mi enfermedad poco a poco. Una de sus noches el médico era animal, siempre se enfadaba con la luna y le chillaba, me echo me dijo que me fuera lejos, y supe que era la hora de cumplir la misión de la tía, ser chaman, pero… pero desde entonces no he logrado nada, mi sangre no activa los glifos goblins como la de un chaman, no conozco nuestro idioma ni se luchar bien… Necesito… Necesito ayuda… aun que seas un mago…- Mantenerse cuerdo tanto rato no podía ser bueno, ni siquiera los chamanes expertos podían hacerlo, como el que ni siquiera lo era podía aguantar, espero la respuesta del mago y a continuación cayó al suelo, agotado, no volvería a despertar-se esa noche.
Betsy lo cubrió para protegerlo del frio. Ella siempre lo cuidaría.
Friedrich von Hammer
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El mago agradeció el practicamente haber terminado de comer antes de que el goblin soltara aquel repugnante eructo. Sin embargo, su forma de reír le hizo gracia y terminó devolviéndole la sonrisa, aún pensativo sobre aquel ser que continuaba hablando frente a él. Por primera vez en mucho tiempo, el mago se sorprendió a sí mismo pensando en algo que no fuera la guerra o el odio que sentía contra la Alianza. No era el goblin en sí, pero aquella criatura pequeña y de aspecto desagradable le había despertado un extraño interés por cómo sería un poblado goblin.—Espera un momento...—su mente volvió al pasado por un segundo.—¿de qué nivel de resistencia hablas? ¿Es vuestral piel?—por algún motivo, el mago no esperó respuesta y siguió escuchando. Le hacía gracia como llamaban a la matriarca, ¿sería su idioma una versión retorcida y estúpida del inglés? No dijo una sola palabra más, pues no quería agobiar a la criatura con muchas preguntas.—Nigromante... la palabra para "dominar la energía de los espíritus" es nigromancia.—se vio en la necesidad de aclarar algo que, quizás, el goblin ya sabía. Aquella criatura estaba resultando una casa de sorpresas, ayudarle, ¿ayudarle en qué, exactamente? No hizo falta preguntar, pues el goblin comenzó a contarle el cómo había acabado allí.
Por algún motivo, no pudo evitar sentir cierta lástima por el goblin. Le estaba pidiendo ayuda con una tarea que parecía imposible, él no era un chamán goblin, ni siquiera sabía si esa magia existía, pero lo peor de todo era que, dentro de la nigromancia, él tampoco era un experto. Era capaz de alzar dos o tres muertos a la vez y vincular a un espíritu bajo su control, pero le faltaban muchos, muchísimos conocimientos que no sabía por qué no había buscado ya. Él no era como su madre, una nigromante de pro capaz de llenar una sala de almas. —¿Me estás pidiendo que... te enseñe a usar tu propia magia?—el mago enarcó una ceja. Se le ocurrió otra posibilidad. —¿O quieres que rescate a tu gente?—casi como de reojo, su mente observó la lejana posibilidad de que aquella criatura les consiguiera el favor de los goblins. La alianza los quería usar contra ellos, ya era motivo suficiente para querer oponerse, pero más aún, ¿serían capaces de descubrir el secreto de esa resistencia mágica? ¿O siquiera tendrían alguna utilidad en combate? Tenía que consultarlo. Con agilidad, se levantó y se dirigió a la puerta del salón que daba al jardin.—Tengo que hacer una llamada...—se excusó, saliendo al jardin y sacando de un bolsillo la insignia comunicadora.—¿Dvorak? Tenemos que hablar. Es importante.—se dejaría de rodeos, era muy probable que ya supiera de los goblins.
Por algún motivo, no pudo evitar sentir cierta lástima por el goblin. Le estaba pidiendo ayuda con una tarea que parecía imposible, él no era un chamán goblin, ni siquiera sabía si esa magia existía, pero lo peor de todo era que, dentro de la nigromancia, él tampoco era un experto. Era capaz de alzar dos o tres muertos a la vez y vincular a un espíritu bajo su control, pero le faltaban muchos, muchísimos conocimientos que no sabía por qué no había buscado ya. Él no era como su madre, una nigromante de pro capaz de llenar una sala de almas. —¿Me estás pidiendo que... te enseñe a usar tu propia magia?—el mago enarcó una ceja. Se le ocurrió otra posibilidad. —¿O quieres que rescate a tu gente?—casi como de reojo, su mente observó la lejana posibilidad de que aquella criatura les consiguiera el favor de los goblins. La alianza los quería usar contra ellos, ya era motivo suficiente para querer oponerse, pero más aún, ¿serían capaces de descubrir el secreto de esa resistencia mágica? ¿O siquiera tendrían alguna utilidad en combate? Tenía que consultarlo. Con agilidad, se levantó y se dirigió a la puerta del salón que daba al jardin.—Tengo que hacer una llamada...—se excusó, saliendo al jardin y sacando de un bolsillo la insignia comunicadora.—¿Dvorak? Tenemos que hablar. Es importante.—se dejaría de rodeos, era muy probable que ya supiera de los goblins.
Boggarth
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Sus sueños siempre eran tranquilos, como el ojo de un huracán, y hablar tanto de su pasado lo dejaba mas exhausto. Se levanto antes de la primera luz, tenía los ojos húmedos. –Espero no haber llorado, eso seria... pehj, da igual- Miro a Betsy aun dormida, no podía llevarla con el, al menos no por ahora. Busco entre los cajones de aquella casa para encontrar algo lo que escribir, no podía irse sin más. Después de un esfuerzo hercúleo encontró un panfleto de propaganda, con una mezcla de heces y fango empezó a garabatear su mensaje en la pared.
“Mago...” Recordó que no sabía escribir bien, el médico que lo salvo le intento enseñar pero era incapaz de recordar algunos símbolos. Intentando copiar aquellos que estaban escritos siguió
“Mago, graziaz x todo. Yo OK. Deber ser fuerte xra ayudar, ir a buscar pelea, entrenr. Tu ayuda a hablar antiguo Goblin. Si saber tu decir a Betsy, ella encontrar mi. Ella se queda, tu cuida, ella buena y suave, buenos huebos y lexe. MAgo. Yo saber tu no intelijente. Repetir. Boggart necesitar tu ayudar a hablar como goblin antes. Palabras antiguas. ¿Entender tu?. Caaaaaaaabeza deee caaazo :·) “
Orgulloso contemplo su mural, secándose las manos con las paredes y muebles llego hasta Betsy, la agarro en brazos, su pequeña, donde iba no podría acompañarlo, por lo menos hasta que no pudiera protegerla bien. La llevo cerca del mago y la dejo al suelo. Rodeándola con hierbas y flores del pantano, no quería que se asustara al levantarse. Un beso en la frente peluda como adiós.
Recolecto todo lo que pudo de aquella casa y afilo su pincho de hueso, era hora de comenzar su propia aventura.
-jeje, un mural de caca, verás cuando se despierte- Dijo mientras se marchava con una sonrisa
“Mago...” Recordó que no sabía escribir bien, el médico que lo salvo le intento enseñar pero era incapaz de recordar algunos símbolos. Intentando copiar aquellos que estaban escritos siguió
“Mago, graziaz x todo. Yo OK. Deber ser fuerte xra ayudar, ir a buscar pelea, entrenr. Tu ayuda a hablar antiguo Goblin. Si saber tu decir a Betsy, ella encontrar mi. Ella se queda, tu cuida, ella buena y suave, buenos huebos y lexe. MAgo. Yo saber tu no intelijente. Repetir. Boggart necesitar tu ayudar a hablar como goblin antes. Palabras antiguas. ¿Entender tu?. Caaaaaaaabeza deee caaazo :·) “
Orgulloso contemplo su mural, secándose las manos con las paredes y muebles llego hasta Betsy, la agarro en brazos, su pequeña, donde iba no podría acompañarlo, por lo menos hasta que no pudiera protegerla bien. La llevo cerca del mago y la dejo al suelo. Rodeándola con hierbas y flores del pantano, no quería que se asustara al levantarse. Un beso en la frente peluda como adiós.
Recolecto todo lo que pudo de aquella casa y afilo su pincho de hueso, era hora de comenzar su propia aventura.
-jeje, un mural de caca, verás cuando se despierte- Dijo mientras se marchava con una sonrisa
Friedrich von Hammer
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La respuesta de Rybar se demoró unos segundos, pero le dio tiempo al mago de pensar en cómo trataría de colar aquella idea suya.—Verás...—se aclaró la garganta—¿sabes qué son los goblins? Yo acabo de descubrir que existen, y no me preguntes como, el caso es que ha terminado comiendo en mi mesa. Su tribu ha sido secuestrada por la Alianzan y me ha pedido un favor... sí... es eso, basicamente. Ya, pero ten en cuenta que son un pueblo resistente a la magia. Si él se convirtiera en chamán...—trataba de no parar, pero el punto era que todo aquello le sonaba estúpido hasta a él.—Tienen una especie de magia extraña... unas runas... sí, no sé si funcionan, el caso es que está aprendiendo a usarlas... sí, sé que suena extraño, pero piensa en lo que pasaría si tuviéramos a los goblins de nuestra parte... Su gente está descabezada, a poco que aprenda a infundirles algo de respeto... Estupendo, allí nos veremos.—se giró y caminó en dirección al goblin, que yacía en el suelo. Le dio una pequeña patada en el pie a ver si despertaba y se retiró cerca de la chimenea, tapándose la cuerpo y cara con la capa y quedándose profundamente dormido.
Cuando despertó, no dudó por un segundo de que tras quitarse la capa del rostro el goblin, cuyo nombre ahora que lo pensaba aún desconocía. No estaba, ¿se habría despertado antes? Betsy seguía durmiendo, extrañamente a su lado, así que no creía que hubiera ido muy lejos. Comenzó a dar vueltas sin rumbo por la habitación hasta que un cartel con un olor muy desagradable llamó su atención. Con una profunda mueca de asco, trató de contener la respiración mientras leía aquello. ¿A dónde habría ido ese idiota? Pateó la parte más limpia del cartel, teniendo que echarse hacia atrás para no mancharse. Despacio, caminó hasta la ornitorrinca, que aún dormía, y la levantó por el estómago, zarandeandola ligeramente para despertarla.—¿Y yo qué hago ahora contigo?—le dijo, a lo que el animal respondió mirándole fijamente y abriendo la boca. Sonrió, antes de dejarla caer en su bolsa, en el lugar vacío del cual sacó la comida la noche anterior.—Trata de no moverte mucho, ¿quieres? Al menos ahí estarás cómoda...—se agachó y recogió su bastón, colocándoselo en la espalda y cubriéndose el cuerpo con la capa. Quizás el goblin tuviera éxito, quizás fuera un matado y terminara en una cuneta en dos semanas... pero si de verdad estaba destinado a algo, Fried esperaba con impaciencia saber a qué era. Mientras tanto, Betsy sería su rehén.
Cuando despertó, no dudó por un segundo de que tras quitarse la capa del rostro el goblin, cuyo nombre ahora que lo pensaba aún desconocía. No estaba, ¿se habría despertado antes? Betsy seguía durmiendo, extrañamente a su lado, así que no creía que hubiera ido muy lejos. Comenzó a dar vueltas sin rumbo por la habitación hasta que un cartel con un olor muy desagradable llamó su atención. Con una profunda mueca de asco, trató de contener la respiración mientras leía aquello. ¿A dónde habría ido ese idiota? Pateó la parte más limpia del cartel, teniendo que echarse hacia atrás para no mancharse. Despacio, caminó hasta la ornitorrinca, que aún dormía, y la levantó por el estómago, zarandeandola ligeramente para despertarla.—¿Y yo qué hago ahora contigo?—le dijo, a lo que el animal respondió mirándole fijamente y abriendo la boca. Sonrió, antes de dejarla caer en su bolsa, en el lugar vacío del cual sacó la comida la noche anterior.—Trata de no moverte mucho, ¿quieres? Al menos ahí estarás cómoda...—se agachó y recogió su bastón, colocándoselo en la espalda y cubriéndose el cuerpo con la capa. Quizás el goblin tuviera éxito, quizás fuera un matado y terminara en una cuneta en dos semanas... pero si de verdad estaba destinado a algo, Fried esperaba con impaciencia saber a qué era. Mientras tanto, Betsy sería su rehén.
Julies Verne
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Al sentirlo sobre mi lomo seguí con mi plan de alzar vuelo para alejarnos rápidamente de la isla. Me quede algo extrañada al escuchar su agradecimiento y su forma tan extrañamente formal de hablar, iba a responder pero no era de mi agrado hablar estando en esa forma. Logre sentir como dejaba algo en una de mis patas delanteras por lo que la cerré para que no se me cayera pero con poca fuerza como para no romper nada, deseaba aterrizar para descubrir de que se trataba ya que estos presentes no eran normales viniendo del licantropo.
Volé lo mas rápido que pude, aunque siempre manteniendo un buen ritmo y planeo como para que al hombre no le sucediera nada. Baje la altura ya que con las nubes poco y nada se veía para descubrir que estábamos muy cerca de un gran bosque por lo que baje teniendo cuidado de no pegarle a algún árbol. No fue un aterrizaje muy suave ya que con solo tres patas no tenia tan buen agarre pero de todos modos fue bueno por lo que me recosté en el suelo esperando a que el hombre lobo bajara de mi lomo, dejando su obsequio en el suelo para volver a mi forma humana... o semi humana..
-Ahora si... Estuve bien... como se puede estar estando 3 días dando vueltas a una isla, sin nada mas que hacer ¿y tu? ¿Que te sucede, ninguna chica pico el anzuelo? -Pregunte intentando subirle un poco el animo en lo que tomaba el regalo que me había dado sonriendo como tonta- Sabes que no debes agradecerme por estas cosas... ¿a donde pensabas ir, acaso ibas a abandonarme? -Arquee una ceja fingiendo estar ofendida en lo que abría el obsequio viendo el vino pero mi vista se desvío inmediatamente a la fotografía sacándola para mirarla mejor, sonriendo con nostalgia y terminar sacando el ultimo regalo envuelto aparte, sacando el pequeño colgante. -A..Altair... esto es demasiado... No debías... -Lo mire para acercarme a él y abrazarlo con mucho cariño.- Es precioso... ¿Me ayudas? -Me gire entregándole el collar para que me ayudara a colocármelo.
Volé lo mas rápido que pude, aunque siempre manteniendo un buen ritmo y planeo como para que al hombre no le sucediera nada. Baje la altura ya que con las nubes poco y nada se veía para descubrir que estábamos muy cerca de un gran bosque por lo que baje teniendo cuidado de no pegarle a algún árbol. No fue un aterrizaje muy suave ya que con solo tres patas no tenia tan buen agarre pero de todos modos fue bueno por lo que me recosté en el suelo esperando a que el hombre lobo bajara de mi lomo, dejando su obsequio en el suelo para volver a mi forma humana... o semi humana..
-Ahora si... Estuve bien... como se puede estar estando 3 días dando vueltas a una isla, sin nada mas que hacer ¿y tu? ¿Que te sucede, ninguna chica pico el anzuelo? -Pregunte intentando subirle un poco el animo en lo que tomaba el regalo que me había dado sonriendo como tonta- Sabes que no debes agradecerme por estas cosas... ¿a donde pensabas ir, acaso ibas a abandonarme? -Arquee una ceja fingiendo estar ofendida en lo que abría el obsequio viendo el vino pero mi vista se desvío inmediatamente a la fotografía sacándola para mirarla mejor, sonriendo con nostalgia y terminar sacando el ultimo regalo envuelto aparte, sacando el pequeño colgante. -A..Altair... esto es demasiado... No debías... -Lo mire para acercarme a él y abrazarlo con mucho cariño.- Es precioso... ¿Me ayudas? -Me gire entregándole el collar para que me ayudara a colocármelo.
Altair Kirgyakos
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El vuelo fue tranquilo, se notaba que la dragona hacia todo lo posible para que a Altair le sea lo más agradable posible. El lobo no espero una respuesta inmediata de la dragona ya que sabía muy bien sus mañas, desde hace rato que no le gustaba hablar en su forma draconiana vaya uno a saber porque. Se limitó a aferrarse fuertemente para no despegarse de ella por la inercia al bajar a tierra, aquel bosque se veía bastante prometedor y lo mejor de todo, ya no estaban en la isla de los descendientes, aquel lugar apresante y estresante lleno de reglas y formalidades tediosas.
- no... No es eso, odio los cónclaves, la gente solo crítica y no escucha las críticas.- bajo un poco la mirada respirando con profundidad y suavidad
Escucho a Julies y le sonrrio al escuchar o más bien sentir que de alguna manera ella se sentía mal al decir "pensabas abandonarme?" - no, jamás haría eso, es solo que necesito salir de ouroboros, no me molestaría que me acompañarás, por cierto.-
La verdad es que el lobo apreciaba bastante a la dragona, aunque jamás se lo decía, ya iba siendo hora de que le agradeciera de alguna manera tantos años de "amistad" con al menos un simple collar. Se acercó a ella para ayudarla a colocarle el collar y le sonrrio cariñosamente luego de corresponder su abrazo.
- sabes. Sé que no es normal oírme decir esto, pero... Me alegra mucho haberte conocido July -
Julies Verne
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-Siempre es así… Sabes que todos son bastante cerrados cuando escuchan opiniones que no apoyan la suya...
Dije sonriendo y sabiendo que hasta él era así en algunos momentos y más si era con alguien con quien no tenía mucha confianza, no le gustaba mucho dar el brazo a torcer. Sonreí abiertamente al escuchar que no me abandonaria y decidí asentir sin dudarlo dos veces al escuchar que podría acompañarlo, siempre era bueno salir de la rutina, ademas de que seria bueno volver a mi forma ‘’humana’’ en lugar de estar dando vueltas sobre aquella isla.
-Me encantaría acompañarte…
Miraba atentamente el collar con una cariñosa y amplia sonrisa en lo que el licántropo enganchaba el collar, al terminar me gire para abrazarlo fuertemente mirándolo a los ojos y sintiendo como mi corazón se aceleraba con tan solo tenerlo cerca.
-No es para nada normal en ti ver tu lado cariñoso… Supongo que por eso me gusta tanto verla cuando aparece… -Sonreía mirandolo, ambos nos conocíamos hace mucho tiempo, por lo cual sabíamos bastante como era el otro y sus manías, además de lo mal de la cabeza que estábamos ambos, supongo que por eso era que estábamos juntos y por esa maldita razón habían florecido estos sentimientos hacia él… Los odiaba pero no podía negarlos. Sin notarlo me había perdido en sus ojos arena, con una tonta sonrisa.
Dije sonriendo y sabiendo que hasta él era así en algunos momentos y más si era con alguien con quien no tenía mucha confianza, no le gustaba mucho dar el brazo a torcer. Sonreí abiertamente al escuchar que no me abandonaria y decidí asentir sin dudarlo dos veces al escuchar que podría acompañarlo, siempre era bueno salir de la rutina, ademas de que seria bueno volver a mi forma ‘’humana’’ en lugar de estar dando vueltas sobre aquella isla.
-Me encantaría acompañarte…
Miraba atentamente el collar con una cariñosa y amplia sonrisa en lo que el licántropo enganchaba el collar, al terminar me gire para abrazarlo fuertemente mirándolo a los ojos y sintiendo como mi corazón se aceleraba con tan solo tenerlo cerca.
-No es para nada normal en ti ver tu lado cariñoso… Supongo que por eso me gusta tanto verla cuando aparece… -Sonreía mirandolo, ambos nos conocíamos hace mucho tiempo, por lo cual sabíamos bastante como era el otro y sus manías, además de lo mal de la cabeza que estábamos ambos, supongo que por eso era que estábamos juntos y por esa maldita razón habían florecido estos sentimientos hacia él… Los odiaba pero no podía negarlos. Sin notarlo me había perdido en sus ojos arena, con una tonta sonrisa.
Altair Kirgyakos
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El lobo de sintió algo apenado por el comentario de la dragona, sin embargo no quiso hacer que se notará pues todo hombre macho peludo que se respeta (?) No es de expresar mucho sus sentimientos a menos que sea algo muy importante.
- bueno no te acostumbres, por cierto... ¿Porque ya no hablas más en tu otra forma?- dijo queriendo cambiar el tema mientras empezaba a caminar por el bosque mirándola para que lo siguiera. Para ser la época que era, el clima parecía estar al reves, un aire raro, una brisa, hacia mover las ramas de las copas de los árboles. El hombre empezó a juntar ramas y cosas mientras esperaba la respuesta de la reptil ya que se hacía de noche y lo primero que debían hacer para "vivir en el bosque" era construir ahora algún refugio provisorio donde poder pasar esa noche. Con un gesto le dio a entender a la mujer que necesitaba ayuda pero habia que ver si ella quería ayudar o se iba a ir a la isla ya, cosa que mucha gracia no le hacía al Lican.
Julies Verne
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Lo conocía y sabia que no demostraría nada por lo que le había dicho pero eso poco me importaba, sabia que no lo hubiera dicho si no fuera importante para él lo cual me había realmente feliz.
-No me acostumbro... Así es mas fácil sorprenderme cada vez que muestras que tienes sentimientos, en lugar de ser un idiota mujeriego que hace lo que la sociedad espera que haga -Me encogí de hombros para acercarme a él y guardar el regalo que me había dado en su mochila para comenzar a recoger ramas como si la conversación no hubiera sucedido.- Sabes muy bien que no me gusta... La voz es demasiado gruesa y una conversación de dos puede convertirse en algo que escuchen demasiadas personas... Ademas de que cuando estoy en vuelo la boca se me seca y puedo llegar a tragarme bastantes pájaros, aunque no lo creas. -Me encogí de hombros buscando ramas que nos sirvieran en el suelo del bosque, caminando junto a él.
-No me acostumbro... Así es mas fácil sorprenderme cada vez que muestras que tienes sentimientos, en lugar de ser un idiota mujeriego que hace lo que la sociedad espera que haga -Me encogí de hombros para acercarme a él y guardar el regalo que me había dado en su mochila para comenzar a recoger ramas como si la conversación no hubiera sucedido.- Sabes muy bien que no me gusta... La voz es demasiado gruesa y una conversación de dos puede convertirse en algo que escuchen demasiadas personas... Ademas de que cuando estoy en vuelo la boca se me seca y puedo llegar a tragarme bastantes pájaros, aunque no lo creas. -Me encogí de hombros buscando ramas que nos sirvieran en el suelo del bosque, caminando junto a él.
Altair Kirgyakos
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Junto troncos y ramas y las ato con otras ramas más flexibles haciendo así una plataforma la cual cubrió con hojas grandes a modo de colchón. Hecho esto hizo lo mismo para levantar unas paredes, clavando troncos en el suelo usando su gran fuerza para acomodarlos. Por último busco paja para entrelazarla con unas hojas haciendo un techo todo improvisado para poder dormir allí esa noche.
- tus dos voces son lindas. De última abrías la boca y ahora teníamos pollo para cenar a patadas...- dijo con una leve sonrrisa disimulando su sonrrojez y cambiando el tema de conversación, al otro quizás busquen alguna cueva o hagan alguna casa en el árbol para estar más cómodos.
En hacer todo los jóvenes tardaron más o menos unas cinco horas, tiempo en el cual el sol aprovecho y salió corriendo dándole el lugar a la luna casi llena, quizás entre mañana o pasado esta estaría completa, pero, aunque ahora no estuviese así, el Lican sentía como el lobo quería aparecer, ambos eran buenos amigos para ese entonces, el lobo era como otra alma atrapada dentro de su ser y para no ser un peligro lo más bueno y correcto era que aprendieran a convivir, una pata rasca la otra.. y ambas patas rascan el culo. Aullar era algo muy común en las noches con una luna muy despejada, no quiso aguantarse más y soltó aquel desde lo más profundo de su ser, el aullido de un lobo a la luna que dio lugar a una leve transformación no dolorosa, casi involuntaria. Altair, mitad hombre mitad lobo, miro a Julies y le sonrió mientras la abrazaba por la espalda y le besaba el cuello, acariciando su vientre suavemente con sus garras negras. - si fueses cualquier otro ser saldrías corriendo, pero tú ya me conoces en todas mis formas, Juli... - dijo con un tono seductor y a la ves nostálgico recordando la primera ves que ella lo vio y su reacción ante eso.
Julies Verne
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-¿Y todo este trabajo es solo para una noche? -Dije riendo y negando con la cabeza ayudándolo a acomodar las ramas, hojas y paja. Arquee una ceja al escuchar lo que decía que ambas voces eral lindas. Eso no era muy normal en él por lo que me acerque poniendo una mano en su frente como si le tomara la temperatura.
-¿Te sientes bien? Creo que no estas siendo muy consiente de lo que dices, perrido...
Al terminar con nuestro trabajo para la casa levante la vista al ver la noche bastante iluminada, notando la luna, pero no me preocupe por lo que pasaría simplemente acomode los regalos que él me había dado, dentro de la pequeña casa, sintiéndome completamente tranquila si era que Altair decidía traer a su amigo peludo con nosotros, junte algunas ramas para una fogata con la cual solo basto un pequeño aliento de fuego para encenderla, aunque no pudo evitar que un pequeño escalofrío recorriera su espalda al escuchar aquel aullido. Me levante del suelo con la intención de arreglar la casita un poco mas al sentir aquel abrazo por el cual sonreí ladeando la cabeza para darle mas espacio en mi cuello dando pequeños gruñidos al sentir la caricia con sus garras sobre mi vientre.
-Tu sabes muy bien que no soy como otros... Nos conocemos completamente, Lobito.
Dije llevando una mano a su mejilla algo peluda, acariciándola y mirándolo a los ojos sonriendo. Podía recordar que la primera vez que lo vi de esa forma me quede algo paralizada durante un largo tiempo, pero ahora ya nada importaba, mientras estuviera con él y supera que estaría bien.
-¿Te sientes bien? Creo que no estas siendo muy consiente de lo que dices, perrido...
Al terminar con nuestro trabajo para la casa levante la vista al ver la noche bastante iluminada, notando la luna, pero no me preocupe por lo que pasaría simplemente acomode los regalos que él me había dado, dentro de la pequeña casa, sintiéndome completamente tranquila si era que Altair decidía traer a su amigo peludo con nosotros, junte algunas ramas para una fogata con la cual solo basto un pequeño aliento de fuego para encenderla, aunque no pudo evitar que un pequeño escalofrío recorriera su espalda al escuchar aquel aullido. Me levante del suelo con la intención de arreglar la casita un poco mas al sentir aquel abrazo por el cual sonreí ladeando la cabeza para darle mas espacio en mi cuello dando pequeños gruñidos al sentir la caricia con sus garras sobre mi vientre.
-Tu sabes muy bien que no soy como otros... Nos conocemos completamente, Lobito.
Dije llevando una mano a su mejilla algo peluda, acariciándola y mirándolo a los ojos sonriendo. Podía recordar que la primera vez que lo vi de esa forma me quede algo paralizada durante un largo tiempo, pero ahora ya nada importaba, mientras estuviera con él y supera que estaría bien.
Altair Kirgyakos
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La luna brillaba con una luz casi calida, el pelo negro del licántropo resplandecía al igual que sus ojos ahora amarillos. El pelaje de si cuerpo era suave y se mantenía de color gris, creando un contraste entre el pelo del cuerpo y el pelo de su cabeza. En está forma casi humana ya poseia la dentadura canina correspondiente de un lobo, toda en un leve osico que asomaba ya de su cara. Sus orejas reaparecieron por entre su pelo negro, y sus piernas ya pasaban a adoptar la forma del lobo. Apareció su cola, de color gris aún, y allí fue donde termino su transformación parcial.
- no pienses que estoy enfermo, sabes perfectamente que con vos soy otra persona. Odio a todo el mundo. Pero tengo mis excepciones...- dijo con una voz ligeramente más gruesa mientras la rasguñaba suavemente con sus garras en el abdomen y atacaba con delicadeza su cuello, lamiendolo y mordisqueandolo un poco. Con su cola moviéndose de un lado al otro, era muy evidente que Altair la estaba pasando de maravilla, pasaba su lengua por la espalda de la joven y luego paraba solo para acariciar su pelo, muy hermoso. De un momento a otro se separó de ella y se sentó en la entrada de la choza.
- la noche está hermosa... Vení, vamos adentro de nuestra humilde y chota choza... sonrrio.
Julies Verne
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Había ladeado mi cabeza sonriendo abiertamente y entrecerrando mis ojos al sentir los lametones y mordidas que me hacían gruñir de placer pegando mas mi espalda a su pecho y dejándome rasguñar, lo cual hacia que mi excitación subiera.
Bufe un poco al sentir que se separaba de esa forma tan repentina para reír al escucharlo para sentarme sobre sus piernas en lo que me quitaba el manto rojo, que siempre llevaba sobre mis diminutas vestimentas, para lanzarlo dentro de la choza.
-¿Porque ocultar nuestro amor? -Pregunte de forma burlona acariciando la mejilla de él acercando mi rostro al del hombre lobo.- Aun tenemos una botella de champagne sin abrir y la noche aun es joven -Le dije sonriendo de lado recorriendo su torso con mis manos, de arriba a abajo, sintiendo su suave pelaje.
Bufe un poco al sentir que se separaba de esa forma tan repentina para reír al escucharlo para sentarme sobre sus piernas en lo que me quitaba el manto rojo, que siempre llevaba sobre mis diminutas vestimentas, para lanzarlo dentro de la choza.
-¿Porque ocultar nuestro amor? -Pregunte de forma burlona acariciando la mejilla de él acercando mi rostro al del hombre lobo.- Aun tenemos una botella de champagne sin abrir y la noche aun es joven -Le dije sonriendo de lado recorriendo su torso con mis manos, de arriba a abajo, sintiendo su suave pelaje.
Altair Kirgyakos
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Tumbado sobre las hojas que hacían de conchon bastante mullido, se giró de lado quedando tirado al lado de ella en La choza. - sabes cómo son las cosas allá, y aparte... Dudo que tú o yo podamos con una vida de casados con la soga en el cuello, en especial tú, jejej- La miró con una sonrrisa pícara y levanto su cabeza apoyándola en su mano con el codo en las hojas - La noche es joven, nosotros somos jóvenes, hay algo de alcohol, no hay nadie cerca... ¿que se te viene a la cabeza oh poderoso dragón?- dijo mientras levantaba una seja y se reía al pronunciar su pregunta.
Se levantó y tomo su mochila guardándola adentro del refugio, a su ves abrió La botella a lo salvaje y le sirvió una copa a La dama mientras disimuladamente los ojos del hombre lobo se iban hasta enfocar La punta de La cola de Julies y La seguían hasta su trasero muy disimuladamente . Agradecia a Dios que se había acordado de dejarse los pantalones puestos, caso contrario "algo" sería muy evidente en el.
- Juli, solo por preguntar. ¿no te gusta tú forma humana? Me refiero a La forma completa completa, sin cola y escamas - pregunto como un niño preguntón de esos que les damos curiosidad todo.
El pelo en su cuerpo lo abrigaba en esa noche fresca, fresca con el frescor perfecto para hacer se esa noche una noche perfecta e inolvidable. No se escuchaba ni un alma en el hanbiente al parecer nadie aparecería de repente, estaban totalmente solos.
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