Bosque de Sherwood

Me incorporo cuando una ráfaga azul de alegría llega hasta nosotros. No puedo evitar sonreír de lado con cierta nostalgia, las sonrisas grandes nunca han sido lo mío y le respondo el abrazo que dura poco. Me alejó sonriéndole un poco más hasta que Rhaegar toma las riendas de la conversación. Ladeo la cabeza para ver a mi hermano con una mirada que calcinaría hasta una piedra cuando me ha llamado Catty. ¡CATTY ME HA LLAMADO!. Con lo que generalmente odio los apodos y a él se le ocurre ponerme algún diminutivo. Cierro los ojos controlando mis nervios y sensaciones, nunca he sido de las personas que explotan sino que canalizan la ira de otra manera. Una manera más mental, siniestra y molesta. Ya pagaría su error.

-Max, ella es Azahar. Azahar... Él es Max-

Los señalo a ambos a medida que los nombro y me abstengo de decirle a él que ella vive en el piso y a ella de decirle que es él el tipo que le mencioné en mis sueños, pero la mirada que le echo es suficientemente significativa para que lo averigüe solita. Cuando llega Ian lo miro a los ojos dos segundos tratando de dilucidar cómo nos comportariamos pero le sonrío cuando me pide a Azahar. Normal, hay que comportarse absolutamente normal aunque se tengan unas molestas mariposas en el estómago. El mensaje de Desmond me pilla desprevenida y alzo los ojos, encendidos, hacia él.

"Nada...¿Por?"

Escucho a Max con todo y, a diferencia de otras veces, me siento identificada con lo que dice. Verlo a él, un pupilo de mi padre para guiarme en ello me hace sentir con mucha más confianza de lo que creía. Miro a Max a los ojos asintiendo un poco como gesto de agradecimiento.

-Arranquemos. Necesito caminar-

Y como quien se sabe el camino de memoria comienzo a caminar hacia el frente, liderando al grupo excepto que es totalmente errónea la dirección aunque yo no tenga ni idea.

Me separo de Cat viendo que sonrie levemente, a su modo. Ya es algo que sonria. Al poco llega Ian, el maldito hacksaw dado a la fuga. Pero claro, eso de que te suecuestren es que le jode a uno un poco los planes de vida...por fortuna ya lo teniamos en "casa". Pero el muy capullo es malditamente adorable y le pide a Catherine que si se me prestan y abre un poco sus brazos, asi que me lanzo contra el soltandole un buen abrazo knox, achuchandole por el cuell con fuerza. Al separarme le doy una palmada en el hombro, con fuerza, en expresion de cariño.

-Que puto! O sea que si no es por esta excursion no me vienes a visitar. Pero...te perdono, por eso de que casi te matan y tal. Tienes buena cara.

Le sonrio y me paso el indice bajo la nariz, sorbiendo levemente y mirando luego a Max, el hombre demasiado elegante para existir.

-Asi que tu eres Max. -suelto tras la presentacion de la morena. No añado mas comentarios al respecto. Parece que vamos a iniciar ya la caminata....Max dice que si tenemos alguna pregunta y yo levanto la mano.

-Si, si. Yo. A que tipo de peligros te refieres, Max? Criaturas mutadas? ...trolls? Acromántulas? Aqui soldados no, ni Centinelas, verdad?

Des retorna con nosotros, y le saludo sonriendo y moviendo la cabeza en su direccion. Si iban a haber peligros habia que estar preparados, y yo creia estarlo...mas o menos... Cat echó a andar, y yo tras dudar unos instantes, la segui tambien.

El hermano borde de Cat, al que llamaré así a partir de ahora, me responde con cara de pocos amigos que él ya había dicho eso de los rezagados antes. Creo que es la primera vez que lo oigo hablar, pero intuyo que no me llevaré muy bien con él. Es más, en este viaje dudo que me vaya a llevar bien con casi nadie. Eso sin tener en cuenta a Azahar y a Catherine, puede que incluso a su hermano Dsmond, el no antipático, al que devuelvo el saludo. No intercambio ninguna palabra con la Descendiente por el momento, tan sólo una mirada fugaz antes de que me 'preste' a Azahar. Abrazo a mi amiga con fuerza en cuanto se echa a mis brazos, aunque ella también le echa energía y casi me estrangula con eso de achucharme por el cuello, eso sin contar que vengo algo resentido por la reciente pelea lobuna. En cuanto se suelta tomo aire, aunque no protesto lo más mínimo porque en realidad tenía ganas de que sucediese este encuentro. En otro momento me habría quejado de sus formas brutas, aunque así es ella, hay que quererla igual.

- Te prometo que tenía pendiente una visita a tu familia y a ti, pero ya sabes que no suelo ser muy puntual. - paso por alto eso de que casi me matan, prefiero no comentar demasiado sobre el tema, aunque ella lo haga para quitarle hierro al asunto. - Gracias, tú también tienes buena pinta.- después me giro levemente para mirar también a Max, cuando Azahar se refiere a él. Por ahora sólo puedo pensar en las cosas que me ha contado Catherine sobre él. Pero yo no decido aquí quien va a ese castillo y quien no. Me chirría un poco el hecho de que tenga que resaltar que la viviendo pertenece a Catherine por legítima heredera, como si tuviese que recordarnos eso a los demás. ¿Acaso cree que le queremos robar la casa o asaltarla como okupas o qué?. Niego con la cabeza, por mi parte no hay preguntas. Tampoco creo que haya tantos peligros de aquí hasta que lleguemos a nuestro destino, así que tranquilizo a Azahar cuando se pone a preguntar a Max.

- No te preocupes, el ejército no suele interesarse por controlar bosques o aldeas, si nos mantenemos alejados de las ciudades todo irá bien. Criaturas sí, es probable que encontremos más de una. Los bosques están revueltos, y los seres mágicos furiosos. - entorno los ojos mirando alrededor, percibiendo cierta inquietud en el bosque, como si un sexto sentido de mi parte más animal estuviese intranquilo. Echo a andar junto al resto del grupo, siguiendo a Catherine porque se supone que es la que sabe la dirección a seguir. Intento llegar a su altura para empezar la conversación con ella, empezando por algo fácil, relacionado con el viaje. Ya habrá tiempo para preguntarle sobre todo este tiempo.

- Dijiste que el castillo estaba en Escocia, pero...¿dónde exactamente? para calcular las jornadas de viaje que nos faltan. - pasaremos varios días caminando, habrá que hacer varias paradas, y con tanto tiempo por delante pueden pasar bastantes cosas. No puedo negar que todo eso me crea expectación, sobre todo porque tan sólo pasamos unas cuantas horas juntos después de mi cautiverio. A los pocos minutos de caminata comienza a caer una fina llovizna, no demasiado excesiva, pero sí constante. Por el momento no molesta, pero si arrecia habrá que hacer algún tipo de refugio más adelante. - Creo que deberíamos salir del bosque, ir por los alrededores. Daremos menos rodeo.- comento en general, para ver qué piensa el resto. Lo malo de los viajes en grupo es cuando cada uno quiere hacer una cosa distinta, y las elecciones de los otros no tienen por qué ser necesariamente buenas.

Una pirámide que se invierte y apoya contra su cúspide. El ojo queda ciego, ignorante de lo que ve; completamente perdida, sumida en la confusión. Alzó las cejas, intentando disminuir el tono, bajar los decibeles de la voz ajena dentro de su cabeza. Muy tarde, las palabras se han grabado a fuego. Desde allí ¿Por dónde se parte? Ese hijo de Morfeo quedó estático, sopesando las opciones, rogando por dar con la correcta. Demasiados errores en un día ¿Era ese otro, dejar fluir su cordialidad?

El chico de mirada perdida, Desmond caminando por cada recoveco verde con una mezcla mecanizada de expectativa y curiosidad sobre sus facciones. Un tacto frágil a la vista, cual bebé que experimenta el mundo a través de los sentidos de su madre. Su silueta una sombra perdida y danzante entre la naturaleza muy sabida de su presencia. Labios que repetían las palabras la cubierta de amiguismo. Por su parte se había colocado junto a Catherine, esperando pacientemente el final del discurso del grupo acompañante. Nada que agregar, las preguntas se respondían entre ellos.

-Uno o dos días-

El entorno daba otro giro, cada punta de la pirámide seguía girando a pesar de su forma. El ambiente cargado de barullo constante, una melodía que anunciaba la llegada de un evento de proporción comunal. No un coro de ángeles, sino el de docenas de seres de irreconocible voz clamando desde el conjunto un encuentro destinado. Un paso en falso y se es esclavo de las circunstancias. Miradas de cuencas vacías, carentes de brillo, emoción, el alma que les hace ser. Carcasas de la historia, testigos del frío y etéreo andar de un amo sin jerarquía, destinado a un único deber. El hambre.

Sonrió para sus adentros – No dejen que los sentidos los engañen, a estas alturas han de saber bien que las distancias para un mago pueden ser lo que dura un parpadeo. Pero las viejas vigilias están activas, lo que no quita que haya maneras de ir por un camino más rápido y directo. Como todo buen amo del laberinto, Stavron rodeó su casa de trampas para indeseados, muchas sé cómo eludirlas y otras podrían ser un peligro. Una vez que el sitio reconozca a Catherine como heredera podrá poner todo a ventaja propia- agregó con una media sonrisa de orgullo dedicada a la muchacha, como si la labor que caía a sus hombros no fuera poca y llena de poder. Una mano al hombro y le hizo girar.

-Es hacia allí. Tres horas y habrá un pasadizo que desciende en la tierra, viejos túneles. Un verdadero laberinto. Sortearemos los obstáculos sobre la marcha.

Escuchó la pregunta de Azahar sintiendo un leve escalofrío. Más allá de dragones, Catherine no había estado enfrentada a ninguna criatura mágica y esperaba no hacerlo en toda su vida. Metió las manos en el bolsillo del pantalón sintiendose incómoda nuevamente. No sabía como enfrentarse a ese tipo de cosas y los recuerdos de la batalla en la que capturaron a Ian hicieron que le palideciera el rostor. ¿Y si estaba arriesgandolos a todos al ir en esa excursión? Bajó la mirada al piso con gesto pensativo hasta que Ian se pone a su altura, a quien mira cuando le habla -Oh, los mapas. Sí- Se detuvo un momento descolgándose la mochila para sacar los pergaminos donde había trazado algunas rutas -¿Crees que daremos menos rodeo? ¿Estás seguro?- Le preguntó distraída, pero las palabras de Max le hicieron incorporarse.

Sus ojos se clavaron en los azules de él. Un escaso momento de tensión se generó entre ellos; un momento de entendimiento. Catherine iba a tener que sangrar, estaba segura. Para que el terreno reconociera su existencia y su linaje. Iba a tener que sangrar. Su gesto fue estoico, determinado. Si era algo que tenía que hacer... Tendría que lidiar con la magia negra de su padre; con Max de guía. Tomó un respiro profundo y se inclinó de nuevo sacando los mapas y tendiéndoselos a Ian para que los mirara segudnos antes de que Max le tocara el hombro. Cat levantó la cabeza hacia la mano y luego hacia él, sus ojos brillaban con cierta extrañeza. No estaba cómoda con el contacto pero tampoco podía decirse que pudiese alejarlo. Era su guía ahora.

-Gracias- Murmuro moviéndose para colgarse la mochila y rompiendo el contacto entre ellos. Desmond empezó a preguntar sobre el laberinto con una emoción algo impropia de él pero Cat no lo miró, miró a Ian con un gesto lleno de significado para que comprendiera a qué se refería en aquella larga conversación que habían tenido meses atrás. Rompió el contacto visual para empezar a caminar sintiendo las gotas de agua fría que caían en su rostro, el viento también comenzaba a alzarse templado y un poco tormentoso. Catherine alzo la vista al cielo con una leve sonrisa.

Recordaba la primera vez que se había bañado en la lluvia. Su padre los había sacado de la cama contra todos los gritos de su madre y había llevado a sus tres hijos menores a la lluvia, para que se bañaran en ella. Tenía seis ella y cinco los chiquillos. Había sido una tremenda tormenta. Su padre levanto ilusiones para hacerlo más divertido y poco más tarde se habían unido Layla y Altair, despierto por las risas de los otros tres. Un momento en el que incluso Rhaegar había hecho una mueca de felicidad. Compartió aquel recuerdo, que creía perdido y se volvía tan vívido, con sus dos hermanos. No se dio cuenta de que estaba aún mirando el cielo con una sonrisa grande en los labios. ¿Era aquello una señal de su padre? ¿Debía seguir, no era así? Soltó una risa, que seguramente sorprendería al grupo pero cuando bajó el rostro ignoró las miradas para ir caminando mientras se ponía el cabello tras las orejas. En la oscuridad nadie lo vería, pero haberse reido delante de todos la llenó de verguenza hasta colorearle las mejillas. Al haberse quedado parada el grupo se había adelantado así que apresuró el paso para ir hasta Ian que tenía los mapas.

Mi paz no dura mucho, puesto que en seguida deciden que es buena idea ponerse en marcha nuevamente. Catherine echa a andar, y los demas deciden seguirla. Yo me quedo apoyado en mi arbol mirandolos con cara de....cara de que? de nada, absolutamente de nada. Pero Max la agarra por el hombro y la reconduce. Si, se habia equivocado, la muy matriarca Le Fay no conocia el camino.

"si, lo de llenarle el pelo de arañas me sigue tentando. Tiene demasiado pelo, ademas. Deberia cortarselo"

Cual hermano pequeño capullo, sigo pensando fechorias. Desmond me hace un gesto en plan majo para que camine con él. Paso de su cara, no me apetece unirme a tan numeroso grupo. Me despego del tronco del arbol y comienzo a andar, siguiendolos. En serio, aun me cuesta recordar por qué estoy aqui....estaria mas a gusto en el piso.

"ah, ya. La happy family que Cat ha adoptado. Ugh"

De algun modo u otro, acabo caminando mas o menos cerca de Desmond. A su lado, despegado un par de metros, un poco mas retrasado. La llovizna no me molesta y no hago gesto de cubrirme la cabeza. Enfria un poco mis pensamientos. Me dedico a observar los gestos y las palabras de los demas, y cuando no me ven, mis ojos pasean por sus rostros, evaluando cada movimiento facial, o cada movimiento de la pupila. En cierto instante, mis pensamientos se ven invadidos por una proyeccion de Cate. La verdad, odio cuando hace eso. Consigue hacer que mis pasos se detengan un microsegundo. La lluvia, nosotros de pequeños con nuestro padre, jugando y esas mierdas que se hacen cuando eres pequeño. La miro, con mi cara ya empapada, al igual que el pelo, las mejillas surcadas por gotas de lluvia. Ella, a diferencia mia, se rie, como si el recuerdo le trajese paz y felicidad. La cosa es que a mi no me trae nada, ni alegria, ni tristeza ni rabia. Reanudo mi marcha, agradeciendo la lluvia, aunque ella se ha quedado ahi rezagada, riendose...

"por que te molestas en hacer cosas de esas? Pertenecen al pasado y están muertisimas, como nuestro padre y los demas. Igual que la idea de retomar este estupido castillo."

Habria abierto los labios para preguntar como de lejos estaba el maldito castillo, pero preferia no hacer intentos por entablar ningun tipo de conversacion nueva ni nada que se le pareciese.

-Ya Ian, la puntualidad no es lo tuyo.

Le sonrio a mi amigo, contenta de tenerlo de vuelta. No dudé ni por un mometo de que lo lograriamos, la verdad. Tras corregir el rumbo, que Cat se habia equivocado y Max rectifica, seguimos avanzando. Rhaegar tan callado como siempre, Des, mas amigable, junto al cual camino ahora. Se oye una especie de murmullo en el bosque, un tanto siniestro, que me hace estar alerta. La llovizna me hace alzar la mirada. No me mola mojarme pero me da mucho material con el cual trabajar, la verdad...

"habra que dar las gracias y todo..."

-Stavron tenia muchos enemigos como para montar tanto laberinto y trampas, supongo. ¿Como es que siguen activas...después de su muerte, si se me permite la pregunta? Muchos hechizos de proteccion del territorio, por no decir la mayoria, se pierden cuando fallece su invocador. Igual que el fidelio, si muere el ultimo guardian de las llaves.

Digo mirando a Max de reojo, la mano izquierda descansando placidamente sobre la empuñadura de mi katana. El comentario de Desmond sobre las celebraciones me hace apartar la mirada.

-Cierto. Ya me invitarás a algo en vuestro castillo cuando lo reconquisteis.

Sigo andando atenta a lo que pudiese ocurrir, esperando a Cat cuando se retrasa, pues nadie debe de quedar rezagado en un bosque. Por mi, habriamos hecho lo que decia Ian, bordearlo. Cuando Cat nos alcanza, hablo con ella.

-No te separes mucho, Cat. ¿Te gusta la lluvia?

La lluvia no proporciona la mejor de las situaciones cuando uno se va de excursión, pero también podría decirse que esto es una excursión un tanto atípica. No vamos con el único fin de pasar dos o tres jornadas al aire libre, sino que más bien tenemos un fin, una especie de 'peregrinaje' hacia el misterioso castillo Le Fay. Escucho las palabras de Maxwell mientras caminamos, pero tampoco me giro para mirarlo. Parece saber muy bien a dónde vamos, conoce sus secretos, laberintos y demás. No sé si me tranquiliza el hecho de que lo sepa o me hace sentir más inseguro porque sabe manejar cosas de las que yo no tengo ni puta idea. No soy yo el que tengo el control, y eso no me gusta.

- ¿ Cuándo fue la última vez que estuviste en el castillo? Lo digo porque tal vez el túnel ese bajo tierra no siga en pie. - comento en sentido práctico más que nada, por si acabamos en un túnel cerrado o que se ha venido abajo. - Y otra cosa...¿ el castillo tiene algún tipo de hechizo antiaparición en él? Llegado el momento podría ahorrarnos algún trecho de camino que no merezca la pena. Aunque a Desmond el minotauro ese le parezca genial. - las preguntas van dirigidas a cualquiera de los que alguna vez han estado en la casa, así que puede contestarlas cualquiera de ellos que tenga alguna idea. Observo los mapas que me pasa Catherine, corroborando eso de que sería mejor rodear. Después miro de reojo a Max cuando pone una mano sobre el hombro de Cat para hacerla girar hacia otra dirección, pero no hago ningún gesto más que pueda delatar mis pensamientos. No me ha pasado desapercibida la significativa mirada de Catherine tras esto, aunque ahora no puedo hablar con ella ni preguntarle nada, no hasta que tengamos más privacidad. Supongo que debía referirse a esto cuando decía que el otro la toqueteaba. Apenas ha sido un toque en el hombro, así que no sé hasta qué punto puede haberla incomodado, sabiendo que ella no es muy de contacto físico. Sigo caminando ahora en la nueva dirección después de que corrijan el rumbo. A diferencia de otros no me he puesto ninguna capucha, sobre todo porque con las prisas no me he traído capa de viaje ni nada de eso, sólo cogí lo que pude pillar por el camino para no ir en bolas tras la transformación. Tras varios minutos de caminata ya vamos bastante calados, así que de vez en cuando me retiro un poco el pelo de la frente y los ojos para que no interfiera en mi visión.

Al poco Catherine nos vuelve a alcanzar, pero Azahar le hace una pregunta para sacarle conversación. A decir verdad es como si todos estuviésemos poco habladores, tal vez algo tensos, o como si el grupo no congeniase bien. El que peor parece llevarlo es el hermano simpático de Cat, Rhaegar. Dejo a Aza y a Catherine un poco a su aire, acercándome un poco al callado. Tal vez por molestarlo, tal vez porque no vaya todo el rato con esa cara de odiar al mundo. - ¿ Por qué te has apuntado a esta excursión si no aguantas ni a la gente ni te interesa lo que vamos a hacer? - pregunto así directamente sin rodeos, con cierto descaro. Así a lo mejor reacciona, aunque sea con alguna bordería, que sería merecida. - No te habrá obligado Catherine, ¿no?

-¿Genial? Esa es una manera de verlo. Dejadme explayar mi conocimiento- Una pausa.

El tiempo es una identidad que arrastra con el poder de la marea, llevando consigo los restos del pasado hasta desembocar en la amplia laguna del olvido. ¿Qué es lo que sucede con lo que queda detrás, aquellas rocas inamovibles en el origen y sin transcurso? Los testigos mudos de una evolución que parte de los escombros de la erosionada perfección. El sin fin de ojos que observa desde la oscuridad, eternos y perpetuos como un cielo sin estrellas. En el alborear de la conciencia los restos de su origen pincelan la existencia en una escala monocromática, un panorama incompleto  del precioso lienzo llamado creación. Eran incapaces de ver y comprender el alcance del poder Le Fay, uno que había dejado a él y Catherine como legado. Sangre, aprendiz, y un grupo ciego a las posibilidades. No comprenderían lo que es estar sentado sobre una piedra primigenia con la marca de Dios aun grabada entre las moléculas que la componían, observando los caminos crecer, ramificarse en realidades que florecen bajo el brillo de su mirar. Moldear un mundo. Cuando la magnificencia atrapa todos los sentidos, enalteciendo la esencia ante la labor más pura, el sentir se arraiga a la pasión más profunda. ¿Cómo no amar todo aquello que era capaz de manipular con el arrojo? La magia de un hálito que no posee igual, dando sitio al día y la noche sin la necesidad de palabras; la voluntad expresa tomaba forma con la facilidad de un parpadeo.

-Verán, toda ilusión nace de una esperanza, fundada o no. La creencia o voluntad, el poder del mago… - y antes de continuar elegantemente señalaba a Catherine como ejemplo- es capaz de dar vida de acuerdo a su control y habilidad. Hablo de poder engañar más allá que los sentidos mundanos. Con el tiempo y la dedicación suficiente, la retroalimentación de la creencia puede dar lugar a lo que se conocen como semipermanencias. –de nuevo ese tono señorial que se mezclaba con el de elocuente tutor, particular reflejo de Stavron- Una imagen que se ha fundido con la realidad, una existencia entre nuestro mundo y la imaginación que puede influir en ambos. La creación es una magia tan antigua como la vida y muerte, e igual de peligrosa. Siempre que su propósito continúe, las salvaguardas estarán activas hasta ser sorteadas o que alguien haya caiga en ellas. Una década y poco más no es suficiente para erosionar la maestría con que estos túneles fueron hechos. No me sorprendería encontrarlos intactos.

Era un dios impío que miente tras la luz de tus propios ojos. Conocedor de la verdad, destructor de ilusiones. Aquél razón y sentido; sabiduría que solo ha sido confinada al resguardo de tu ser. Quizás miras a quien habla, pero tu percepción se escapa y vuelve ajena, siguiendo a la única particularidad que sabes merecedora y que acompaña casi al brazo. Apariencias de absurda mentira, tan sucias como la imagen que representan. La figura de oscuro cabello cautivaba atención; entre  ellos el susurro de palabras que se perdían. El aire se volvía oscuro y denso en particular forma, una línea negra que al levantar el brazo se transformaba en algo de lo más mundano. Las gotas cesaron de acariciar sus caras telas, cubriendo a él y Catherine en el resguardo de negro paraguas. – Y en cuanto siga creyendo que mi magia, que este objeto da freno al agua, su existencia obedecerá al propósito dado -Un gesto con doble sentido, tan sigiloso y violento como la serpiente que mordió el aire a milímetros sobre el hombro de Rhaegar, tragando las palabras que el joven había dejado morir. El animal había descendido del escondite de una rama para zigzaguear por la vegetación hasta desaparecer. Todo a orden del ilusionista, desvaneciendo finalmente, invisible a ojos ajenos.  El paraguas había sido la excusa para traerla y buscar la reacción del poco elocuente Le Fay. Un recordatorio que  nadie iba a actuar altivo con él presente, rompía con los principios de su ego.

Fueron dos horas entre silencios y conversaciones inocuas, Azahar parecía llenar la mayoría de los vacíos con su voz. Su mano detenía el andar de Catherine, entrelazando sus dedos sobre la fina muñeca de la chica – A partir de aquí no te separas de mí. Tus amigos pueden encargarse de cualquier incordio bestial, pero tú y yo tenemos una ardua batalla por delante…-

-Vamos a vencer las defensas de tu padre-

El suelo invitaba al descenso, el  verde solo había llegado a crecer en los peldaños pocos metros hasta frenar abruptamente casi sin motivo. Dio su aprobación, sus ojos refulgían allí como lo harían los de cualquier felino. Nada de magia en las inmediaciones. Era hora de ponerse serios, pues no había mentido respecto las tribulaciones que esperaban. Necesitaban llegar al otro lado. Bueno, él y Catherine, el resto le era un total objetivo opcional -con cierto orden de prioridad si debía actuar en defensa de uno, y adivinas, la chica ruidosa iba a la última.

- Desmond como buen niño explorador, has tus cosas- dijo haciendo gesto con la mano a que adentrara primero – Iré indicando lo mejor que pueda.- allí murió su voz, con esa boca oscura en la tierra pudiendo ser la entrada al mismo infierno.

El nido de arañas de los túneles había permanecido tranquilo y en silencio durante mucho tiempo, multiplicando de manera considerable el número de vástagos que habitaban aquellos recovecos. El alimento en la zona subterránea no era demasiado abundante, así que con frecuencia había que realizar viajes al exterior para volver con presas lo suficientemente grandes como para poder alimentar a la creciente comunidad. Los pequeños roedores de los túneles no eran suficiente. Una de las arañas madre inicia el camino hacia el exterior en busca de sangre fresca para llevar de vuelta, pero lo que se encuentra es mucho más interesante que un zorro o un ciervo, algo que solía encontrar en los bosques. Hace demasiado tiempo que no prueba la carne humana, así que el posible festín se antoja interesante. Y no es sólo cuestión de conseguir comida, sino de evitar que el intruso avance hacia la guarida de las acromántulas. Del agujero emerge un enorme y peludo arácnido de alrededor de dos metros de altura, bastante gorda por la buena vida que ha llevado. Tras emitir un agudo chillido se abalanza contra ....

OFF: Editado por Admin. Tiradas de dados de Desmond y Catherine anuladas, el combate será por el momento a interpretativo. Anulado también el dado de probabilidad de ataque dirigido a Ian, el ataque va para Desmond para no tener que modificar los dos posts posteriores, el destinatario será DESMOND.

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Ataque dirigido a:

1-Desmond
2- Max
3- Catherine
4- Ian
5- Azahar
6- Rhaegar
7- Desmond
8- Max
9- Catherine
10- Ian
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Probabilidad de envenenar: éxito o fallo

El miembro 'Acromántula' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Dado opciones' : 4

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#2 'Probabilidad' :

-Si no has ingresado nunca al castillo no te permitirá aparecer dentro. Los expulsará  y seguramente los mate. A ustedes y a nosotros. Papá era muy exigente con el ingreso al castillo- Le explicó a Ian. Era cierto que a veces no era exigente el adjetivo que ella le solía poner, era más “paranoico”  igual que Altair pero ahora que todo se había descubierto entendía mucho de las acciones de su padre. Escuchó las preguntas de Azahar y la respuesta de Desmond,a  lo que sonrió. Des sabía cómo hablar sobre Stavron.

El compartir de aquel recuerdo tuvo buena reacción de parte del castaño pero Rhaegar, muy por el contrario, lo detesto. Los ojos de Catherine se posaron en los de su hermano con un dolor que probablemente nunca hubiesen visto en ella. Su padre era algo particularmente preciado para ella. Estuvo a punto de sacrificar cosas por verlo una vez más. Tal vez ellos no hubiesen tenido el mismo contacto o lazo, pero no tenía derecho a destruir sus esperanzas de recordar su pasado. Azahar llamó su atención y Catherine cortó el contacto mental con ellos para que sus ojos no se iluminaran y las lágrimas que anegaban sus ojos no se notaran -Sí- Dijo con un hilo de voz y camino hacia Max. Hablaba como su padre pero eso no le levantó el ánimo. Notó el hilo de calor que le generó la lágrima mientras descendía por su mejilla.  Dejó de percibir la lluvia cuando Max hizo aparecer el paraguas pero Catherine tenía la vista clavada en el piso. Sin ganas de establecer contacto visual con nadie. Catherine no volvió a interactuar con nadie en todo el camino preguntándose si era correcto hacer lo que estaba haciendo.

“¿Max? ¿Estoy haciendo lo correcto?”

Cuestionó segundos antes de que le tomara de la muñeca y la detuviera tan fuertemente. Aquel movimiento la tomó desprevenida y más aún sus palabras -Así no funciona. No soy una niña, no me tomes así. Me molesta es forma que tienes de tocarme- Le espetó soltando su muñeca de un tirón, en parte para que comprendiera que no podía agarrarla como una niña pequeña porque no lo era. Sin embargo, sabía que el conocimiento de Max y su propio poder servirán para desbancar a Stavron con lo cual deslizó los dedos entre los demás, entrelazándolos.

“Si ellos necesitan ayuda no voy a dejarlos Max, así me cueste volver alguna vez al castillo. Ninguno de ellos va a morir por mi culpa.”

Sus ojos, brillantes por el contacto telepático, miraron de reojo a Ian y Azahar. No iba a permitir que se sacrificaran por ella. En lo absoluto. Tras eso fue Desmond quien pasó al frente, Catherine se mordisqueó los labios un poco cuando su hermano menor se iba acercando al agujero. Su grito despertó los sentidos de Catherine en seguida aunque la acromántula no tardó nada en atacar -¡¡¡DESMOND!!!- Gritó a la desesperada tratando de zafarse del agarre de Max que no la dejaba ir en primera instancia. Lo miró con cierta molestia pero su gesto era más bien impenetrable y eso no le agradó nada.

Con su mano libre canalizó una bola de luz cada vez más grande que lanzó directamente hacia los millones de ojos de la acromántula para cegarla y que se alejara de Desmond desorientada -¡RHAEGAR!- Lo llamó. Cuando estaban sus hermanos, tenía la costumbre de recurrir a ellos como había hecho durante largos años cuando no tenían a nadie más. Al notar que Max seguía sin dejarla ir Catherine empezaba  a ponerse histérica, ignorando por completo el grito de Desmond para que se fuera -¡MAX, DEJAME IR! ¡ES MI HERMANO! ¡MAAAX!!- Gritó su nombre con un chillido transtornado y fuera de control mientras intentaba arrancarse del agarre del hombre. No iba a perder a su hermano en sus narices.

El chillido de la primera araña atrae a otro especímen que anda muy cerca del lugar, aunque esta vez no viene de la cueva, sino del bosque. Ha salido de expedición con alguna que otra acromántula más, y en su regreso se ha encontrado con unos cuantos intrusos desagradables en la entrada. Avanza corriendo de manera bastante silenciosa hacia el grupo, acercándose por detrás para tratar de envenenar y neutralizar al enemigo. Esta araña gigante no emite ningún sonido, y es algo más pequeña que la anterior, pero su ataque sorpresa va dirigido a ...

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Ataque dirigido a:

1-Desmond
2- Max
3- Catherine
4- Ian
5- Azahar
6- Rhaegar
7- Desmond
8- Max
9- Catherine
10- Ian
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Probabilidad de envenenar: éxito o fallo

El miembro 'Acromántula' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Dado opciones' : 7

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#2 'Probabilidad' :

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El grupo arácnido se completa (o eso parece por el momento) con una tercera araña que parece tener todas las intenciones de emboscarlos. Se acerca también por la retaguardia, pero esta vez desciende de la copa de de un árbol alto, cayendo sobre el grupo al acortar la distancia hasta el suelo. De este modo tienen la salida cortada, si retroceden encuentran dos arañas, si avanzan se meten en la cueva, donde puede haber muchas más. Están atrapados, se mire como se mire. La envergadura de esta araña no es mayor que la primera, pero es mucho más obesa, rezumando un desagradable líquido verdoso de su boca. Tras un agudo chillido se lanza a por otra presa.

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Ataque dirigido a:

1-Desmond
2- Max
3- Catherine
4- Ian
5- Azahar
6- Rhaegar
7- Desmond
8- Max
9- Catherine
10- Ian
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Probabilidad de envenenar: éxito o fallo

El miembro 'Acromántula' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Dado opciones' : 3

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#2 'Probabilidad' :

Cat me mira realmente mal por responder a su recuerdo con poco mas que la realidad . ¿Qué? Era el unico que estaba siendo realista en todo aquello? No habia hecho si no devolverle a la tierra. Desmond se acerca y me golpea con fuerza en el brazo. Yo lo miro mal cubriendome con la otra mano la zona en la que me ha golpeado. Lo malo es que sé que tanto Des como Cat son telépatas y cualquier pensamiento que dirija por ellos ahora va a ser leido.

"Cállate ya Desmond, no me digas lo que tengo que hacer. Las lecciones de modales para otro momento"

Ian, el moreno, se acerca a mi. Yo sigo caminando como si nada, aunque lo malo es que el comienza a hablarme de un modo que no solo es impropio, si no que ademas me pone de mala hostia. Pero sigo sabiendo mantenerme frio ante gente como el.
-No te importa. Y no, Catherine no me ha obligado.

"como si pudiera. Pero hay que vigilarla."

Y mis ojos se clavan en la espalda de Max, tan pegadito a mi hermana...estoy seguro de que mi mirada debe de picarle al adulto ahi en su espalda.
-¿A ti te ha obligado alguien?

Aunque no aparto la mirada de Max, que responde a todo aquello de las ilusiones, y el conjurador, con una larguisima explicacion, una respuesta a lo que Azahar preguntó con anterioridad. Un paraguas aparece sobre su cabeza y la de Catherine, protegiendolos de la lluvia. Aunque mis impresiones sobre aquel ilusiorio paraguas se diluyen con rapidez cuando una serpiente sale de la nada y muerde el aire muy cerca de mi cabeza, pasando de largo y desvaneciendose entre la hierba.

No he emitido sonido de sorpresa alguno. Sí que me he echado a un lado, y mi pulso se ha acelerado un tanto por lo repentino y por el susto, pero aquello no era una serpiende te verdad, o habria atacado a mi cuello en lugar de irse sin mas tras esa finta... suspiro, calmándome un poco...o intentandolo. No estoy acostumbrado a que me ataquen reptiles asi de la nada.

Camino hasta equipararme a los demas, pues hemos llegado a la entrada de algo. Max agarra a mi hermana de la muñeca y puedo sentir su incomodidad. Ademas, azuza a mi hermano al interior del tunel, el primero, cual peon.

"Pero que se ha creido este, que es el Rey de este tablero?"

Pasan varias cosas en ese entonces. La llegada de la acromantula es la que dispara todas ellas. El grito de mi hermano me pone alerta, cosa que por cierto, no se me nota. Le grita a Cat que huya, como si fuera a hacerle caso. Ella me grita a mi, y tambien a Max. Que la suelte. No la oyes, imbecil? Que la sueltes. Me acerco a ellos dos, definitivamente, y propino un manotazo limpio y seco a la mano de Max, como aquel que le darias a un gnomo que se te ha enganchado a los bajos de los pantalones, lanzandole la mirada mas despectiva del mundo, para apartar su mano de la de mi hermana, que al suelte, y lograr que deje de hacerla gritar como una histerica.

-Deja de sobetear la muñeca de mi hermanita y haz algo, pringao.

"hay cosas que hacer"

Miro a Ian y a la otra. Segun tengo entendido, ese par de dos saben luchar bastante bien. Pues ha llegado el momento de demostrarlo. De la nada, aparecen otras dos putas arañas. Vale, la cosa se pone jodida. Y lo que corre por esa mierda de bichos no es sangre, o eso puedo suponer del conocimiento que tengo de esos animales. Deshago el fardo que llevaba a mi espalda, lo mas a mano que traia era....mi guitarra. Asi que sujetandola por el mastil, golpeo con ella a la araña que se ha lanzado contra Cat, la gorda esa (ORANGE). Yo, que habia pensado en llenarle a mi hermana el pelo de arañas para hacerla gritar, empiezo a reirme dentro de mi cabeza por la ironia, mientras repito el golpe a la araña

-Maxwell, sí? Tu explicacion sobre las ilusiones y su semipermanencia me resulta interesante. La consultaré con mi padre, seguro que a él le interesa. Le interesan todas las movidas que tengan que ver con magia.

Camino empanadisima y super feliz bajo la lluvia, aunque la mirada rara brillante de Cat me llama la atencion. Creo que es porque el otro le toca la muñeca. Aunque me hace mucha gracia la reaccion de su hermano menor. Tambien me ha hecho gracia Ian hablandole, o Desmond pegándole a Rhaegar en el brazo y abroncandole, o su grito indignado porque no habian minotauros. En fin, casi todo me parecia gracioso, hasta esa acromantula gigante. Lo que no me parecen tan graciosos son los gritos del pobre Des, o de Cat, que suenan totalmente desesperados. Desenvaino mi katana, por fin iba a haber algo de accion.

No contentas con venir una, de dos metros la tia, acaban apareciendo otras dos. Una mas pequeña y cabrona que va a por nuestro ya envenenado Desmond.
- HAY CANGREJO EN EL MENU!!!

Las arañas me dan puto asco, para que negarlo. Pero me lanzo contra la segunda que vino (RED) y que pretende atacar a Desmond por la espalda, lanzando un tajo preciso contra sus malignos quelíceros de artropodo aracnido magico.
-No muerdas a mis amigos, perra!