Comedor de la Academia Ouroboros

Despues de recorrer ciertas partes del recinto aquel y de haberme puesto en contacto con Galahad para ciertos asuntos, mis pasos me llevan ante las puertas de una sala grande. Por lo que veo, parece un comedor. ¿Pero cuanta gente serían capaces de juntar aqui? El lugar parece bastante grande, y sin embargo, está vacío. Fuera de horario quizá, por lo que leo en la puerta....Aun asi, no somos tantos los que hemos conseguido pasar las fases del torneo, de hecho somos mas bien pocos. Con una mueca de disgusto recuerdo los hechos: seguia sin entender qué demonios hacía yo allí. En lo mas profundo de mi persona me lo preguntaba y no encontraba una respuesta. Vale, era bueno con la magia, pero ya.
Y sabía que no tanto, nada especial. Asi que no podia evitar sentirme fuera de lugar, incluso como si me tomasen el pelo. Sin embargo, no es algo que fuese a dejar ver, mi ego me lo impide. De todos modos, ahora me tocaba elegir un mentor. Paso al interior del comedor, ignorando por completo los horarios. No tengo hambre, solo busco un lugar donde sentarme en el que no haya mucha gente, y parece que no es hora punta, porque no hay nadie. Una vez dentro, tomo asiento y vuelvo a sacar el pergamino, paseando mi vista por los nombres de los descendientes y sus especialidades, tratando de discernir cual podria ser de mi interes. Una cosa tenia clara y es que iba a aprovechar esa situacion para mejorar mis habilidades arcanas. No me disgustaban, salvo el licántropo...y algunos que sin duda no podrían ser puros de sangre dados sus apellidos, pero tampoco es que pudiera tener datos de todos ellos. Eran grandes magos, me decía, y eso debía bastarme en principio. Ademas seguro que ellos tampoco aceptarian mis puntos de vista, al menos en su mayoria. Con la lista desplegada, empiezo a repasar nombres.

-Sean Eire...no, definitivamente no. Le Fay...podria ser interesante. Tepes, de Molay.....la mentalista....ughm.

Todos tienen algo pero ninguno termina de cuadrar al 100%. Con dolor de cabeza, apoyo mi frente sobre mi mano, mirando la lista con aburrimiento. Le Fay sería. Su disciplina me era interesante y la que mas cuadraba conmigo. Eso si, si no recordaba mal, era una muchachita. Con la poca paciencia que yo tengo...

Sigo leyendo la lista de descencientes, aunque ya me haya decidido por una. Ahora tocaba ver si esa una accedía. No sabía si nos iban a dejar elegir con total libertad o si teniamos que pasar un filtro y se reservaban el derecho a decirnos que no. Me daba igual. No iba a hacerme ninguna gracia, en tal caso, pero tampoco iba a expresarlo. Entonces oigo a alguien llegar y miro en direccion a la entrada, viendo alli a una joven de pelo moreno, a la cual creo que no conozco de nada salvo del mismo torneo, porque hemos coincidido en las fases que fueron comunes. Pero no tengo mucha informacion sobre ella. Sin embargo, hay algo en su modo de mirar que me mosquea un poco. Porque parece estar un poco perdida, y en verdad, no parece que mire a ningun lado. Asoma a mi cabeza la posibilidad de que sea ciega

"Un poco precipitado el ponerse a sacar conclusiones"

Tamborileo mis dedos sobre la mesa de madera, esperando que el ruido del metal y el cuero contra la superficie de ésta cause en ella algun efecto. Si eso le da una pista, entonces yo podria confirmar mis sospechas, además, luego carraspeo para aclararme la voz.

-El comedor está cerrado, creo. Llevan una serie de horarios...

"Como si fueramos chiquillos"

El disgusto es palpable a través de mi voz. Es imposible que en ese sitio no se pueda conseguir algo para reponer fuerzas por mucho que hayan horarios. Mi edad de asistir a campamentos ya se habia terminado. Inevitablemente acabo pensando en el Stirling, el castillo que teniamos en Escocia y que cayó a manos del ejército de los humanos de modo irrevocable. Seguro que a estas alturas ya lo debian haber destrozado entero....y eso me llenaba de ganas de venganza. Y era en parte lo que me empujaba a permanecer en la isla, mejorar mis habilidades magicas para poder darles su merecido a esos del ejército.

"Si, efectivamente. La vista"

Por algun motivo ese hecho me incomoda. Asi que desvio la vista y dejo de mirarla conforme se acerca, concentrandome en mi papel. Yo mismo habia experimentado lo que era no ver un pimiento, durante el torneo. Y me habia sentido como un completo inutil que iba a morir en cualquier momento. Pero lo suyo parecia permanente. Como lo de Imram. Y los dos sobrevivian. Es más, ella, si estaba aqui, debia ser finalista.

-No, no lo sé. Que más da? Si tienes hambre...cuélate en las cocinas

¿Acababa de sugerirle que se pasase por el forro las reglas? Yo? Definitivamente necesitaba descansar un rato. Eso, o que estaba de un humor peor que el habitual. Escucho su pregunta tamborileando sobre mi trozo de pergamino.

-Gané, en combate contra Galahad. Casualmente, compañero mío. Creo que acabó bastante ofendido....aunque ya se le debe de haber pasado a estas alturas. Asumo que si tu estas aqui es porque tambien has ganado....cómo fué tu duelo?

La miro jodidamente serio cuando la oigo reirse por lo que le he dicho. En ningun momento habia ido en broma, asi que su risa me parecia que estaba fuera de lugar y hasta ofensiva. No se que tenia de gracioso pero a ella le habia hecho gracia. En esos momentos me entran ganas de hacerla parar lanzandole una maldicion o algo, pero me limito a resoplar y mirar al frente. Sin embargo me sorprende que pese a su risa me haya tomado en serio, porque se levanta como si fuera a hacerme caso, dirigiendose a las cocinas pero haciendome un ofrecimiento antes, que me veo obligado a aceptar porque aunque tengo cero apetito, mi garganta está muriendo y agua seria bien recibida. Mis ganas de lanzarle una maldicion entonces se esfuman en gran parte.

-Lo que sea, y si se bebe mejor

Antes de irse, me responde a lo de su combate, el cual parece haberle motivado bastante porque le plantó pelea y tuvo que esforzarse, pareciendo orgullosa. No me siento de ese modo respecto a mi victoria sobre Galahad, sé que no se habia dejado ni nada, pero.... una victoria sin sentido, le habia ganado por ser más cruel que él. Si no poco habria tenido qeu hacer

-Armas malditas, eso me suena.

"si, muy recurrente"

La dejo marchar a su pequeña incursion en las cocinas, no iba a ser yo quien la detuviese. Si volvia, ya le seguiria preguntando sobre su combate y sus expectativas de mentor.

Quedo a solas de nuevo en el comedor. Pienso brevemente que quizá la chica que se ha ido a los comedores no se moleste en volver. Mejor, por un lado...asi no me tocaría fingir ser amable. Cuando la veo volver, chasqueo la lengua mentalmente, con pereza. Pero la compostura era lo ultimo que se perdía, asi que...sin embargo la veo venir con algo que parece una botella de vino en sus manos. No se si la habra cogido por casualidad o porque de verdad sabia que era vino y lo ha hecho a drede, pero echaba de menos esa bebida.
"Me recuerda a Stirling"
Agradezco a la chica la botella con un gesto de cabeza cuando recuerda que no puede verme. En fin. No iba a molestarme en gastar palabras, ya habia hecho un gesto. Y ademas si era ciega al estilo de aquel muggle, seguro que tenia otras maneras de enterarse de lo que sucedia a su alrededor.

-Es vino. Tinto, para más detalles. Si has cogido por azar esta botella tenemos que darle las gracias al azar. - le digo mientras la abro, escuchando a continuacion su apellido. Black. Un renombrado apellido de magos de sangre pura....hace tiempo. Ahora, ya no tanto. Quiza la pureza se conservase pero lo que no se conservaba era la ideologia que dicha familia habia tenido durante generaciones, al ser conservadores. Muchos Black habian terminado siendo unos traidores a la sangre, unos miembros de la Resistencia, disidentes todos ellos. Si, de hecho la gran mayoria de los Black...ya no gozaban de buena reputacion. Pero por mucho que eso me desagradase este no era el momento ni el lugar de hacerlo ver, ademas que tampoco iba a sacar nada provechoso de ello.

-Así que Black. Un apellido que no pasa desapercibido...yo soy Rybar Dvorak- le digo mi nombre y apellidos a sabiendas que puede que los conozca y que tampoco le gusten. Pero eh, igualdad de condiciones. Si al final decidimos que somos enemigos y nos tenemos que matar, ya les tocaria a los Descendientes deshacer el entuerto por habernos metido juntos en un mismo sitio. Descorcho la botella y como me doy cuenta que no hay vasos, le pego un trago directamente. Mientras la chica come, veo entrar a la alada aquella que vino a pedirnos trabajo al hospital. La cual se sienta frente a nosotros y no dice ni mu. Le ofrezco vino, extendiendo la botella brevemente hacia ella, respondiendole a sus "buenas tardes"

-Si tú lo dices.

"ya que estamos aqui..."

-¿Alguna de vosotras sabe quienes son el resto de ganadores?

Indira indica que se retira tras informar que sabe que Reiv Black salio ganador. Ese chiquillo que habia pretendido ser auror y luego habia desertado? No llego a explicarmelo muy bien, tal suceso. Pero ha ganado, al igual que Adele o yo, y aqui estamos. Me despido de la joven alada quedando a solas con Dana. Nuestra conversacion termina por morir más bien pronto, pero sobre todo, por el hecho de que nos vienen a interrumpir. Entran una mujer y un hombre, que por lo que creo recordar, llevan los mismos uniformes que aquellos de las casas de curacion. Tras susurrarle algo a Dana, se marchan de alli con ella y yo me quedo a solas en plan gilipollas

Me lo tomo bastante a mal en principio. Tanto secretismo me toca las narices, y no poco. Me pregunto cuando puñetas van a empezar nuestro entrenamiento si es que lo hacen alguna vez....asi que decido que debo salir de ese sitio, y buscar a alguno de los Descendientes para comenzar cuanto antes. No puedo seguir perdiendo el tiempo, y quisiera comunicarle a mi mentor que la he elegido antes de dejar la isla. Porque tengo asuntos pendientes, eso desde luego.

Pero antes, cojo la botella de vino que sacó Dana de las cocinas, apenas la he probado y no se va a quedar ahi a medias. Me marcho del comedor aquel, para seguir recorriendo la zona y buscar a alguien que pueda orientarme de una vez.

142 + 5 (regeneración)= 147 PS

Me asomo a la puerta del comedor antes de entrar, por si había alguien que pudiera pillarme. Todavía estaba inmersa en un complicado debate mental por la fechoría que estaba apunto de cometer.

"Ya has visto lo que tienen en la base, Indira. Como hagamos la fiesta no les quedará nada. Además, aquí hay de sobra para todos"

Camino sigilosamente, aún temerosa de que me pillen, por el comedor. Siempre que estoy en esta isla siento que me observan mil ojos, ahí, acechantes, esperando a que baje la guardia para echarse sobre mí. Últimamente estoy un poco paranoica. Llego hasta la puerta que comunicaba con la cocina, y entro cuando veo que está vacía. Allí saco una lista de las cosas que Ben y yo habíamos acordado para que me trajera. Va a ser un poco complicado llevarme todo eso, pero es necesario, para que la fiesta no termine con toda la despensa de la base.

Después de dar algunas vueltas por el barrio residencial humano no consigo encontrar nada, ni soldados, ni humanos fuera de sus casas...por no encontrar no he encontrado ni centinelas. Se ve que después del último ataque están todavía recuperándose y la zona debe ser limpiada de escombros, cuerpos, destrozos...etc. Por lo visto debió liarse una buena por aquella zona. Decido que probaré suerte más tarde por otra zona de Londres, pero primero decido volver a la isla Ouroboros, para atender algunos asuntos. Por un lado, volver a la habitación para ver cómo estaba mi dragón, al que he dejado solo de nuevo muchos días. Después ir a dejarle una nota a Snagov para decirle que he traído al dragón y que quiero hablar con él pronto. Ya poco me queda por hacer aquí antes de volver a hacer el intento número dos de misión, pero antes decido pasar por la cocina del lugar para coger algo para el camino.

Mi "sorpresa" es que no soy el único que ha tenido esa idea, ya que veo a Indira dirigirse también a la cocina. Lo bueno es que no se ha dado cuenta de que voy unos cuantos metros por detrás, así que la sigo de manera sigilosa, esperando que entre ella primero. Me fijo en que lleva un pequeño papel en la mano, aunque desde donde estoy no alcanzo a leer nada.  Tras unos segundos entro en la cocina, apoyándome de espaldas en la pared que hay junto a la puerta de brazos cruzados.

- ¿Entrando a escondidas en la cocina de Los Descendientes?...- hago un sonido de reproche, negando levemente con la cabeza para sonreír después de lado. - Una alada siguiendo el camino de la delincuencia...tendré que dar cuenta de esto. - Finjo que me voy a marchar, descruzando los brazos como si fuera a abrir la puerta, pero antes me giro, mirándola de refilón. - A no ser que me des la mitad de lo que saques de aquí. ¿Hay trato?

"cosas de la profesión, te pasas el día haciendo tratos"

- Eso y decirme para qué has venido aquí con una...¿lista de la compra?

- Ya veremos. Me tienta mucho lo del chivatazo por dinero...se me pegan malas costumbres de los mercenarios. - Me voy acercando sin prisa, como si no tuviese nada mejor que hacer, con las manos metidas en los bolsillos hasta llegar a donde está ella. No la he pillado tan desprevenida como pensaba, ha estado rápida para seguirme el juego. Al llegar a su lado miro por encima de su hombro, interesado en la lista. - Pues no sé, puesto que puedes ir al comedor y coger lo que quieras ahí siempre que quieras...yo diría que eso es para llevarse comida fuera. Por tanto, robar. - termino con tono de sabelotodo, dándole un pequeño empujón a su hombro con el mío.

Se me queda cara de póker cuando me invita a lo de la fiesta, no porque fuese nada raro, sino por falta de costumbre. ¿Yo, en una fiesta de Halloween? ¿socializando con otra gente así como si nada?. Cuando era adolescente y debería haber estado haciendo fiestas en realidad estaba peleando y trabajando para los aurores, a sus órdenes. Digamos que no tengo mucha experiencia en eso de las fiestas, poca costumbre. Además, siendo de Halloween no me veo disfrazado de nada, que es lo que se supone que hace la gente. Pero por otro lado he de reconocer que siento algo de curiosidad, sobre todo por saber dónde será y quién irá.

- Pueees...no sé qué decirte. La última fiesta de esas que celebré debió ser cuando era muy pequeño, porque me acuerdo de poco. ¿Dónde se supone que lo haréis, en el Moulin? ¿La entrada es libre?

"para eso la comida, supongo. Fuera de aquí todo el mundo es más pobre que las ratas. En el fondo tenemos suerte"

No respondo a su pregunta de las monedas, simplemente le pincho con el dedo en un mofletes para desinflarlo, por el mero hecho de fastidiar. Lo siguiente que dice sobre coger un par de cosas me da igual, creo que no pasa nada porque les quitemos varias cosas, tienen de sobra. Es más, me apetece sacar también para llevarme a mi piso chungo de Londres, que lo único que debe quedar allí es el típico limón seco y el ketchup caducado de hace siglos. - Coge lo que quieras, estos tíos tienen de sobra. Son la élite...no han pasado hambre durante estos años. Por eso tenemos que aprovecharnos de ellos todo lo que podamos, tanto para aprender como para coger lo que nos haga falta. Yo pienso poner la situación a mi favor. Ya que las pasamos canutas en el torneo por lo menos ahora nos "conviene" tener contactos de este tipo. Piénsalo, hay que saber con quién te relacionas.

Mi cambio de mentalidad con respecto a los primeros momentos ha sido todo fruto del pensamiento de conveniencia, lo que mejor me vaya a venir a mí. He de ser egoísta en ese sentido, así que prefiero tener todos los "aliados" que pueda, nunca se sabe cuando te pueden hacer falta. Mi cara cambia cuando habla de la base de los renegados, yo creo que tengo vetada la entrada ahí. ¿O tal vez no? no recuerdo exactamente en qué términos estaba mi relación con Johan, pero al menos me había echado una mano con el asunto de Tobías y demás. Puede que ya sea hora de normalizar la situación.

- Tengo una misión que cumplir y tal...pero supongo que podré ir a la fiesta esa un rato. Por curiosidad, beber, reírme de la gente...o todo junto. ¿La moto dices? ¿es que sigue sin aparecer Johan?

"no entiendo cómo se pudo dejar la moto abandonada para que la cogiera cualquiera"

- No hace falta que hagas varios viajes, menudo coñazo, carguemos en un saco y bajamos ahora todo lo que podamos. Te puedo acompañar a la puerta de la base, y luego me voy a seguir con la misión.- no doy muchos detalles porque supongo que si se lo digo no le va a hacer gracia, así que como ella no quiere escucharlo y yo no quiero contarlo mejor me quedo callado respecto a eso. Cambio de tema rápidamente, por si se le ocurre preguntar. - ¿Y tú, te deja tu madre ir? ¿no te va a decir que eres muy joven para ciertas cosas como andar por ahí bebiendo en fiestas subterráneas con gentes poco recomendables? - pregunto con cierta intencionalidad y tono para picarla, como cuestionando el hecho de que sea mayor para ese tipo de fiestas.