Comedor de la Academia Ouroboros

Por la mañana el mago llegó al comedor. Aún no era la hora del desayuno, así que pensó que era un buen momento para buscar al drow cocinero del que el soul le había hablado. Quería preguntarle qué era lo que sabía de los fuegos fatuos, pero no quería interrumpir su trabajo.

-¿Hola?- Preguntó acercándose al mostrador que separaba a los comensales del lugar de trabajo de los cocineros. -Permiso.- Pidió asomándose en la gran cocina. -Estoy buscando a un drow, me dijeron que uno trabaja aquí.- Explicó al aire mientras caminaba dudoso con los pies descalzos.

Estaba en cocinas preparando una estupenda fabada y unos cachopos, además de un tupper para darle a mi primo Dyospiros. Me alegraba mucho que ahora estuviese menos alcohólico y que le hubiese aceptado un grupo de locos llamado Brigada, esperaba que hubiese encontrado su sitio. No nos iba mal, yo tenía trabajo en las cocinas y podía hacer algo útil por la gente, y él no andaba por ahí perdido y descarriado.

- ¡Tres de fabada y cuatro cachopos para la mesa tres! ¡no, no me cambies las comandas! - grité al camarero cuando en el lío de la llegada de gente a comer empezamos a parecer un episodio de 'Pesadilla en la cocina', aunque pronto retomamos el control. En mitad de aquello me dijeron que Adael preguntaba por mí, así que me encogí de hombros y salí. Seguro que no era para quejarse de mis platos, eso era imposible.

- Buenos días, señor Cohen. ¿Qué se le ofrece? el menú del día de hoy es muyy bueno. - le enseñé la carta al llegar al mostrador, echando el falta el gorro de cocinero que me había robado mi mascota. La marmota del viejo drow se encontraba en una de las mesas, bebiendo un vino dulce que había robado por ahí. No tenía remedio.

Le indicaron que, efectivamente, un drow llamado Crasuláceo trabajaba en la cocina y fueron a llamarlo. Mientras esperaba, divisó a través del espacio entre unas bandejas relucientes y prolijamente acumuladas en una estantería a sus abuelos en el fondo de la cocina trabajando, se saludaron con la mano y volvieron a lo suyo porque se habían visto más temprano. Entonces la criatura de piel negra y corto pelo blanco apareció ante él.

Eran de estatura similar, pero de distinta complexión. Sonrió a gusto ante su rechoncho y afable rostro de vivaces ojos violetas cuando lo saludó tan amablemente y le ofreció la carta. Todo lo feo que decían de su raza le pareció ridículo mientras inspeccionaba el menú. -Que difícil desición, todo suena delicioso. Mmm… quisiera un batido de frambuesa y coco por favor.- Dijo cuando finalmente escogió algo relativamente ligero.

Cuando la hipnosis de los manjares en la carta se rompió, recordó que venía a otra cosa y se sintió mal por pedirle así que trabaje. -Oh, en realidad vengo por otra cosa.- Dijo con una sonrisa apenada. -Pero todo se ve tan rico.- Se excusó. -La carta me hipnotizó.- Bromeó un poco. -Sucede que me encuentro en una investigación sobre el fuego; una bruja tiene fuego azul y un mago también, pero él afirma que se trata de fuego fatuo ¿Tu sabes algo sobre éste fuego?- Preguntó dándose cuenta que sonaba algo racista.

Sonreí entusiasmado cuando se puso a mirar la carta con interés, me gustaba que se tomasen el tiempo para valorar lo que se hacía en cocinas. Por fin eligió un batido, así que le pasé la comanda a otro compañero. - ¡Marchando un batido de coco y y frambuesa! enseguida lo traen. - yo me quedé en la barra para seguir conversando con el maestro Cohen, que al parecer no venía únicamente a comer.

- ¡Gracias! intentamos hacer cambios en los menús para que la gente no se aburra. - afirmé orgulloso mientras le ponía unas pastas de cortesía de las que tenía en la barra. Lo miré con curiosidad al escuchar lo de la investigación del fuego de colores, asintiendo al escuchar lo de fuego fatuo. - El fuego fatuo es un tipo de habilidad que tienen los de mi raza. Las llamas son moradas, y el fuego no quema. No sé si los magos pueden hacer fuegos fatuos o son sólo una habilidad nuestra, pero me decanto por eso último. Tal vez el fuego del chico simplemente sea un fuego de color diferente. Si quema yo diría que no es fatuo. - expliqué lo que sabía, aunque también podía equivocarme, así que maticé mientras chocaba los índices mirando hacia abajo. - Eso creo...hace mucho tiempo que dejé los asentamientos drow. Llevo mucho tiempo sin convivir con drows, excepto con mi primo. - suspiré al pensar en el viejo Szyraenk, a veces me acordaba de él y me invadía la nostalgia. El batido no tardó en llegar, así que se lo serví con algo de ralladura de coco por encima. - ¡Buen provecho!

Asaltó la pasta en cuanto se la puso en frente y asintió ya que había notado la nueva variedad, luego le preguntaría si se encontraban bien abastecidos. Se notaba la pasión que el drow tenía por la cocina, como el mago por la enseñanza, esa clase de cosas daban gusto. Sintió alivio cuando Crasuláceo no se ofendió por la pregunta, comió la pasta mientras el otro hablaba y él lo escuchaba atentamente.

Asintió afligido por su historia de distanciamiento con su lugar natal, él no podía imaginarse sin su familia, lejos de su casa. Recibió el batido justo a tiempo para bajar la pasta con la bebida y puso una mano en el hombro del contrario. -Muchas gracias y espero que te sientas cómodo aquí en la isla, puedes pedirme lo que necesites porque esto está…- Bebió de su batido. -Increíble.- Sentenció para darle una palmada en el hombro sonriente.

Lamió el plato en el que le había servido la pasta hasta dejarlo casi sin rastros de que ahí había habido comida porque en verdad le había gustado mucho y se lo devolvió dejando claro que con el batido no podría comer un bocado más. Bebió un poco más de la bebida color magenta brillante que no solo estaba llena de sabor con la cantidad justa de dulzura y una consistencia espesa y cremosa, si no que además era nutritiva. Era casi demasiado bonita para comer, casi.

-La verdad es que no me fijé si los fuegos de ellos quemaban, dí por hecho que si, me serviría mucho una demostración.- Comentó, esperando que el cocinero le haga una demostración de esa habilidad. -Ésto me recuerda a una historia de Moisés que cuenta la vez que vió un arbusto arder sin consumirse y de la zarza surgió "la voz de Dios" para, entre otras cosas, darle la misión de emprender la vuelta a Egipto.- Dió otro sorbo al batido y miró al drow dudoso.

-El mago que te comenté antes, relacionó su fuego con los fuegos fatuos y los definió como un tipo de fuego que se produce en los bosques, pantanos y que hacen las veces de guía ¿Tendrán alguna relación? Porque el arbusto en llamas fue una especie de guía, aunque no se dice que haya sido en un bosque o un pantano… a menos que la historia esté mal, no sería la primera vez, tal vez fue en un bosque o tal vez un drow encendió el arbusto… lo siento ¿Crees que estoy desvariando?- Preguntó mirando al contrario con una sonrisa para beber otro sorbo del batido porque le hizo gracia relacionarlo todo e hipotizar hasta concluir en un error bíblico que le darían a los drows gran parte de la responsabilidad de la creación de una religión.

- Sí, sí... estamos cómodos en la isla. No hay racismo ni nada de eso, o al menos yo no lo he notado. - comenté con sinceridad, volviendo a sonreír de nuevo cuando me dijo que le gustaba el batido. Me agradaba eso de hacer feliz a la gente con la comida, era lo que se me daba bien y con lo que podía ayudar. Era curioso ver a un Descendiente lamiendo el plato, me los imaginaba más estirados como para hacer esas cosas mundanas. En el fondo era gracioso.

- En ese caso tendrías que haber metido la mano para ver si quemaba ese fuego. Un momento nada más. - cuando empezó con lo de un dios, Moisés y una zarza me perdí un poco, no sabía nada sobre esa historia. Cosas de magos, supuse. Empecé a sentirme un poco tonto porque yo tampoco sabía sobre los fuegos esos de los pantanos, no me había preguntado a mí mismo por el origen de los fuegos fatuos. - Eh...lo siento, pero no sé qué decirte. No tengo ni idea, la verdad. No creo que ningún drow encendiese nada, por lo general hemos estado viviendo en ciudades subterráneas durante muchos años, pocos salían a la superficie. - recogí el plato que había terminado para llevarlo al fregadero, que era importante tenerlo todo siempre bien limpio.

Después del susto que le había dado Kyllian, había pasado una noche rara. Muy rara. Con ensoñaciones y preocupaciones varias al estar sola. No se sentí a muy a gusto porque ...de una u otra manera, aunque en la última semana habia estado un poco ausente siempre había sentido que si se le presentaba algo respecto al embarazo podía contar con él. Y se sintió sola pero al final acabó durmiendose y cuando se despertó Kyllian estaba allí, pero terminó yendose al hospital y ella también tenía cosas que hacer sólo que no se lo contó.  Ella iría al hospital luego a ver a Anteia por lo de la marca. Y tenía que ir al mercado también a buscar algo.

Bajó hacia las cocinas donde se supone que, segun ella, era su mejor opción de trabajo estando embarazada. Avanzó sin ningún problema para buscar al mítico drow de los guisados y no tardó en encontrarlo junto con Adael.  Llegó al final de la conversación así que no se enteró de nada -Hola Adael. Hola... tú. No me acuerdo tu nombre... pero vengo en tú búsqueda- Le señaló con el dedo de modo guay y le guiñó un ojo para luego apoyar el brazo en la mesa y allí su peso -Como ahora no puedo bajar con la Brigada me encuentro bastante aburrida y deprimida y quería ver si tenias una plaza en las cocinas para que yo pudiera trabajar - Se señaló la panza como para que el drow entendiera. Ni corta ni perezosa, su honestidad era  exactamente una de las cosas que destacaba de la pelirroja -Quiero aprender a cocinar como lo haces tú y puedo ayudar- Dijo haciendo una llama con la mano donde tenía la marca, pero al verla, recordó algo. Kyllian era un elemental del rayo y ella de fuego -Ohhhhhhh...Tú puedes saber- Dijo mirando a Adael con una sonrisa para luego mostrarle la marca, agitó la mano cerca de su cara -¿Es algo elemental? Nos salió a Kyllian y a mi después de... tener sexo-  Aunque para ser sincera no llamaría "sexo" a lo que habían tenido, se sentía vulgar pero decidió no entrar en detalles.

El mago rió con soltura y bebió más de su licuado, justo en ése momento llegó la bruja del fuego azul a la que saludó alegremente. Ella también venía en busca del cocinero pero para conseguir trabajo. Cuando vió el fuego en su mano se le ocurrió una idea, le estrechó la mano e inmediatamente se arrepintió.

Apartó la mano adolorido por la quemadura, la agitó y la sopló para calmar el dolor. -Sip, su fuego quema, me falta comprobar el de Nichollas.- Sentenció mirando su palma enrojecida para continuar soplandola. Alzó las cejas y sonrió cuando a Mérida se le ocurrió algo en lo que la podría ayudar.

Tomó su mano y analizó la marca en la piel del dorso en la luz. El dato le hizo hacer una ligera mueca de desaprobación ya que las relaciones carnales se hacen dentro del matrimonio. -Te diría que no porque, si fuera una quemadura, no tendría ésta forma. Les recomiendo que hablen con M…-

Iba a decir Matvey ya que era el experto en magia negra, pero él ya no se encontraba entre ellos. -Digo, Catherine Le Fay, ella es experta en maleficios, o Keli'l Franklin, él sabe sobre el control de la carne.- Concluyó soltando su mano para volver a darle un sorbo a su bebida, el último porque ya no había más.

-Estoy investigando sobre el fuego azul, lo estoy comprando con el fuego fatuo y Crasuláceo me contó que éste último no quema, por eso probé si tu fuego quemaba o no ¿Nos harías una demostración, por favor?- Le preguntó al drow. -Me gustaría que me acompañes al hospital para seguir con la investigación.- Le dijo a Mérida.

-¿Alguna vez se sintieron guiados por su fuego?- Les preguntó a ambos, le gustaba investigar sobre su especialidad.

Hice gesto de disculpa a Adael por no poder darle más datos, la investigación no era lo mío. Luego apareció Mérida, a la que saludé con una tímida sonrisa para después repetir mi nombre por eso de que no se acordaba. - Crasuláceo. Soy el primo de Dyospiros. ¿Me buscabas? - enseguida entendí que quería trabajo o algo así, aunque eso no dependía de mí. Pensé que estaba pasando hambre y por eso se señalaba a la barriga, así que rápidamente le saqué del mostrador un plato de patatas bravas para que se le pasase.

- Pues no sé quién manda aquí, la verdad...yo sólo vine un día y pregunté si podía ayudar porque se me daba bien cocinar. El resto de cocineros me dijeron que vale y aquí me quedé. Es lo poco que puedo hacer, cocinar a cambio de que nos dejen vivir aquí. Me gusta ser útil en algo. - le di una palmadita en el hombro a Mérida para que se animase, poniéndole lo de ir a cocinas bastante sencillo. - Ahora pasas y te explicamos un poco dónde están las cosas para cocinar. Te puedo enseñar alguna receta.- le puse otro plato de patatas a Adael aunque no lo hubiese pedido, escuchando su conversación con Mérida sobre la marca que le había salido. Otra cosa para investigar, se iba a inflar. - La verdad es que no, nunca me he sentido guiado por mi fuego. Apenas lo uso...soy más de ataques físicos. - señalé con el pulgar detrás de mí, a unas sartenes que colgaban de la pared. Aún así accedí a hacerle la demostración del fuego fatuo. Abrí la palma de la mano, poniéndola hacia arriba. Después me concentré bastante, pues llevaba tiempo sin hacerlo. Luego logré que apareciesen unas llamitas de color morado, que danzaban en mi mano hasta que las puse sobre una patata brava que se había caído sobre el mostrador. - Toca, no quema.

Lo de la marca Adael tampoco lo sabia y Mer se miro la mano bastante confundida. Vale. No era algo elemental. Definitivamente tenía que ir a ver q Anteia y que ella le ayudará así que le escribió un mensaje por moneda a la rubia para decirle que iría a verla pero no era nada preocupante.

-Oh..- Miro a Crasulaceo -Si, lo se. Tu te uniste a la pelea que nos llevó al calabozo jajajaja- Se rió, dándole con el codo en modo jocoso antes de empezar a comer las papas. Escucho aquello de ayudar y asintió -Es lo que quiero, ayudar. Pero también necesito dinero para el bebé así que... Espero que puedan pagarme algo- Suspiro pero cuando vio las papas se concentró en ellas. Comió poco a poco

-Tengo que ir al mercado antes del hospital... Y en cuanto a guiados por mi fuego, no. No que yo recuerde al menos- Observó con una sonrisa la mano de Crasu mientras esperaba. Tardo un poco más de lo que esperaba pero luego lo vio y aplaudió... -Ay!- pensó en una idea y se rió brevemente. Convocó su llama azul y la puso al lado de Crasu -Si mezclamos fuego azul y morado .. ¿Sale rojo?- Preguntó a Adael antes de juntarlos, en caso de que eso fuera malo. A fin de cuentas, en los colores funcionaba. Más o menos. Se quedó manejando su llama con mucha tranquilidad.

Asintió a lo que decía el drow, sus abuelos maternos habían llegado a las cocinas de la misma forma, cocinando para que los dejen vivir en la isla. Comió dos trozos de papas para cederle el resto a Mérida que tanta comida lo iba a hacer explotar.

Ninguno de los dos se habían sentido guiados por el fuego. Le dedicó una sonrisa a Crasuláceo por la idea de verlo pelear con sartenes, debían ser golpes duros. Observó su concentración como si fuera una clase, como en las películas cuando un personaje está abajo del agua y desde el sillón aguantamos la respiración junto a él, se concentró en su concentración.

Quedó admirado al ver la llama, siguió el consejo del drow y posó un dedo sobre la patata flameante para luego agarrarla para comprobar que efectivamente, no quemaba. Los miró con la boca abierta, estaba maravillado y sin palabras, lo cual era raro en él.

La idea de Mérida le hizo alzar las cejas al tiempo que las comisuras de los labios para luego encogerse de hombros. -Probemos.- De un fluido movimiento hizo que de un grifo salga un cúmulo de agua que atrajo y mantuvo levitando. -Por las dudas.- Explicó.

Fuego caliente con fuego frío ¿Qué pasaría? Azul con morado. Probablemente eso dé violeta azulado o un azul violáceo. Pensaba que sería bastante improbable que dé rojo. -¿Hechas de menos el fuego rojo?- Le preguntó a la de risos rojos.

Me di con la palma de la mano en la frente cuando Mérida me recordó lo de la pelea en la taberna, ya se me había olvidado. Tras el despiste inicial sonreí azorado, disculpándome por aquello. - Se nos fue de las manos. Pero por suerte sirvió para que Dyospiros os conociese y se uniese a vosotros. Lo del calabozo fue toda una experiencia. - reí de nuevo, esta vez de manera más sonora. - Oohhh, un bebé, ¡enhorabuena! - entendí, ahora sí, lo del gesto de la tripa de antes. Todavía no se le notaba nada, así que por eso no lo asocié. - Pues habla con los del Consejo, que supongo que si pagan algo será cosa de ellos. Yo no cobro nada, pero tampoco lo necesito. Te puedes quedar hoy en las cocinas para que te haga una ruta breve, o si quieres otro día, cuando hayas hablado con alguno de los jefazos. - me quedó claro que sería otro día, porque la chica tenía varios recados que hacer.

Luego empezamos con aquello de la demostración de llamas de diferentes colores, algo que pareció gustarle a Adael. Comprobó que el fuego fatuo no quemaba, y luego se motivó más aún con eso de las mezclas. Quedaba bonito el azul con el morado, pero no pasó nada extraño al juntarlos. Las dos llamas se entremezclaron ligeramente, dando lugar a una especie de llama con vetas de colores. - Je, parecen fuegos artificiales. Para un espectáculo quedaría bien. - cerré el puño, haciendo que la llama desapareciese. En ese momento me llamaron de cocinas, al parecer se acumulaban las comandas. - Ayyy, lo siento, pero tengo que seguir trabajando. Espero haberos ayudado con vuestras dudas, y que os haya gustado la comida. Suerte en su investigación, señor Cohen. Mérida, te espero otro día para lo del trabajo. ¡Nos vemos! - me despedí de ellos con la mano, volviendo a entrar de nuevo en la cocina.

Escucho a Crasu y se rió como cerdita cuando lo de la pelea -Las peleas siempre son buenas. La Brigada se fundó en un calabozo. No es nada del otro mundo, tranquilo- Dijo codeandolo con camaradería. Después de eso oyó lo de la enhorabuena y sonrió asintiendo, pensando en que cada vez estaba más contenta de estar embarazada y menos deprimida por no ir con la Brigada a Francia. Lo que le recordaba su recado -Valep. Pues intento hablar con alguien que se encargue de aquí y luego vengo, así me muestras todo-

Observó lo de las llamas y sonrió, puso la mano encima y se dio cuenta de que estaba menos cálida. Estaba a una temperatura agradable. -No... La verdad sólo no entiendo porqué cambió. Es lo que me da curiosidad. Mientras pueda seguir peleando todo va bien- Asintió mientras terminaba las papas. Crasu al final se iba y ella también debía hacer marcha, leyó la moneda después de vibrar y sonrió -Adael, luego nos vemos. A ver si puedo acudir a una de tus clases un día... Pero tengo recados que hacer- Le lanzó un beso al aire y partió de allí caminando, después de eso convocó el grifo y se fue volando al mercado

La combinación creó una llama de un lindo color, el rostro del mago se iluminó con la luz de ese fuego. Se preguntó si la bruja le temía a aquello que no entendía, no parecía afectada o con miedo a aquello que hizo cambiar el color de su llama, como ella dijo, se la notaba curiosa.

-Encontraremos la razón, a eso me dedico.- Le dijo seguro de sí mismo. Con unos pocos fluidos movimientos de sus brazos llevó el cúmulo de agua flotante al fregadero cuando llamaron al drow ya que afortunadamente no había sido necesario.

Despidió a Crasuláceo con un abrazo mientras le agradecía por su ayuda y por la rica comida para dejarlo ir a hacer su trabajo. Debía hablar con Sofía por el tema del abastecimiento. Mérida se iba a hacer sus cosas, sonrió encantado cuando se despidió prometiendo asistir a una clase.

-¡Oh!¡Mérida, no olvides lo del hospital!- Recordó, no supo si lo escuchó. Él también debía partir, pero iba a ir caminando despacio porque después de todo lo que había comido siendo tan temprano se sentía llenisimo. Salió del comedor tecleando en su brazalete comunicador.

Me había limpiado las manchas de sangre y había ido hasta los comedores donde trabajaba el otro. A esas horas aún había algo de ajetreo.

Mantuve un perfil bajo e incluso comí algo muy tranquilamente. Miré mis cubiertos, no era lo mismo, pero ese cuchillo era de los de punta afilada y me podría servir igual, asi que me lo guardé.

Esperaría a que terminase el servicio de la noche, y luego me acercaría a ver a "mi primo" a las cocinas.

Cuando aparecieron en el comedor todo estaba en orden. Cada vez quedaba menos gente para comer y Vishous avanzó con cuidado para no llamar demasiado la atención, activó el casco e informó al guardia de turno el porqué de su presencia allí. Pero no pidió ni permiso, ni excusas para ingresar directamente en las cocinas. El personal le quedó mirando raro y Vishous sonrió con encanto -Buenas noches a todos- Informó y se llevó una mano a la sien para preguntar por el nombre del drow cocinero.

-Estoy buscando al Sr. Crasuláceo. Necesito que responda un par de preguntas- Informó Vishous con muchas tranquilidad y en cuanto el jefe de la cocina se acercó hacia él le dirigió la mirada -¿Ha sucedido algo? También lo vino a buscar el Descendiente Cohen- Aquella información no sabía si le resultaba relevante o no pero la anotó mentalmente, V elevó una mano hasta el hombro del hombre y negó -Sólo necesito información- Le dijo y entonces el hombre finalmente lo guió hasta la parte trasera donde se encontraba.

-¿Crasu? Te buscan...otra vez- Expresó y entonces se retiró. Vishous esperó hasta que el drow lo mirara y sonrió de nuevo -Buenas noches. ¿Un largo turno, eh?-

El día se presentaba a tope de trabajo, con mucha gente viniendo al comedor. Ese día me apetecía animar un poco el ambiente, así que cogí la guitarra que me habían regalado hace unos días, todo a cambio de una buena comida. Apenas sabía tocar, pero tenía que practicar para poder usarla. Salí con mi guitarra para empezar a tocar una cancioncilla alegre, cantando entre las mesas de los comensales. De vez en cuando metía un "olé" totalmente a destiempo, y mi entonación no es que fuese la mejor del mundo.

Mis compañeros, los que servían las mesas, empezaron a mosquearse. No entendía por qué, yo sólo quería traer una poca alegría y la comida acabaría saliendo de un modo u otro. Fue entonces cuando el jefe de cocinas se cabreó, yendo hacia mí con cara de pocos amigos. Soltó un "a tomar por culo" cuando me agarró la guitarra, asomándose a la ventana del comedor para tirarla a un estanque contiguo, en el exterior. La guitarra cayó al agua dramáticamente, y a mí casi me da algo.

- ¡NO! - chillé desesperado, empezando a lloriquear por lo bajo mientras apartaba una silla de mi camino con un golpe. - ¡Yo ahora no puedo estar sin mi guitarra! - me quité la chaquetilla de cocina, saltando por la ventana para tirarme al estanque, a coger mi guitarra. Nadé torpemente hasta alcanzarla, y luego con más esfuerzo hasta la orilla del estanque. Por fin conseguí salir, con la ayuda de alguien que pasaba por allí. El jefe de cocina me pidió que volviese, flipando por lo que acababa de pasar. Al final regresé al comedor, lloroso y mojado. Ya no tenía ganas de tocar más. Encima había un guardia que preguntaba por mí, así que tuve que ir a ver qué quería. Esperaba que no fuese por tirarme al estanque.

- Yo no he hecho nada, se lo juro. Sólo quería animar a la gente tocando la guitarra. ¿Me buscan por eso?

reto:

Terminé el plato y luego me quedé aburrido mirando, con la cara sobre la mano, el ir y venir de la gente. Hasta presencié el final de aquella patética escena en la cual subía hecho una sopa despues de recuperar su guitarra.

"bueno, ahi está. Este será facil...no va a resistirse"

Sabía que era mejor que estuviera solo o si no pasaría como con el humano, aunque al menos lograría inflgir el mayor daño posible antes de que me detuviesen. Era, simplemente, divertido. Mientras estuviera al timón sería asi. Aunque para este habían motivos diferentes que los que habían con Andreas. Era solo que, con ese fuera de juego, tendría muchas mas posibilidades de seguir al mando, y no el debilucho de Dyospiros.

Iba a levantarme cuando vi a un tio con armadura entrar y dirigirse hacia él. Ese tenia pinta de ser la guardia, o alguien encargado de mantener el orden. Que fastidio. Pero no me habia visto.

"estarán buscandome ya?"

Aquello era inconveniente. Ahora...tendría que usar un cuchillo solo para dos personas!  Me levanté y fui hacia donde se habian metido él y el primo, la parte trasera de las cocinas. Los otros cocineros me conocian ya y sabia que era colega de Crasu (bueno, el otro) asi que no pusieron inconveniente.

Allí habia menos bullicio. Me acerqué despacio, con el sigilo tipico de los de mi raza.  Ubiqué a ambos, estaban hablando.
El alto parecía un hueso algo mas duro de roer.  Di algunos pasos mas, aproximandome por su espalda de modo estrategico. Algunos dirian que atacar por la espalda es rastrero, pero en mi lengua, lo llamo astuto. Lancé sendos globos de oscuridad,  uno para cegar a Crasulaceo y otro a Vishous, y por la espalda me encaramé al alto soldado, buscando un hueco en su cuello donde el yelmo dejase para acuchillarlo ahi.


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ataque a V
10 hab+0 dado+ +40 abse+5 guantecicos= 55

(6/8 botas)

El miembro 'Dyospiros' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque Físico' :

La escena que presentaba el drow mojado con su guitarra lo dejó bastante sorprendido pero decidió no decir absolutamente nada porque aquella no era su zona, ni tenía ningún tipo de jerarquía. Aparentemente, lo primero que soltó era que no había hecho nada lo que hizo que V se comunicara con uno de los dos guardias que le acompañaba para que fuera a corroborar lo que el drow decía -Entiendo. Vamos a buscarte algo para secarte- Indicó y fue hasta la zona más alejadas de la cocina buscando un par de paños que parecían manteles y se los echó por los hombros al tipo.

Después de que, en efecto, fuera corroborada la coartada; Vishous miró a Crasuláceo con otros ojos. Menos bruscos tal vez -¿Qué relación tienes con Dyospiros? ¿Sabes dónde puedo encontrarlo?- Inquirió cruzándose de brazos esperando una respuesta pero inmediatamente después la oscuridad los atrapó, V maldijo y canalizó su magia en su mano que generó luz a través de su piel pero no lo suficiente para dar con su atacante. Un gruñido de molestia salió de la garganta de V cuando sintió un corte en la garganta y su sangre chorreando.

No lo dudó ni un instante y canalizó su magia para lanzar un campo de energía que repeliera al drow de su espalda y que sirviera de ataque, con suerte terminaba estampándolo en la pared. Entonces llamó al otro de los guardias para avisarle que estaba allí. Lo cierto es que la oscuridad les jugaba en contra pero Vishous no dudó en, primero, cumplir las reglas -Soy el Teniente Royden y exijo que disipes esta oscuridad y te entregues voluntariamente a la Guardia de Ouroboros para tu procesamiento-No obstante, sabía que aquello no serviría de nada porque...

Recibió el mensaje de Chloe y su excusa, por lo que chistó. No iba a dejar que se moviera de donde estaba ¡¿QUIÉN CARAJOS HERIRÍA A CHLOE?! Quería cogerlo del cuello, zarandearlo y pegarlo contra la pared hasta que se le partiera el cráneo -Estás acusado de intento de asesinato contra Chloe Hacksaw y...- ¿Quién mierda era el otro? - Un Ministro humano- A ese podría haberlo matado, le daba igual.

"Estar atentos y cubrir las salidas. Yo me encargo, por ahora"

Defensa: 10 dado + 5 can + 10 hab + 12 defensa: 37 de defensa - 55 : 18 (activa sangrado fuerte en proximo post)

Ataque: 25 + 5 can + 10 hab + 10 stat: 50de ataque mágico.