Comedor de la Academia Ouroboros

Yo no estaría tan segura. Te secuestran muy fácil, necesitas estar cien por ciento concentrado. En todo lo que tengas alrededor.- Y aunque no sabía si el descanso le ayudaría en que dejaran de secuestrarlo, quizás era algo que le haría mejor. Aunque si su cabeza estaba tan liada como la de Victorya, el sueño podía ser algo difícil de conciliar. Negó rápidamente ante lo de las sombras, recordando la situación con Catherine y el portal.- No lo sé, estuvieron calladas un tiempo con lo de Catherine, pero... no quiero culpar a las hormonas por todo, pero...- Soltó un suspiro, pues no podía creer que el cuerpo cambiara tanto por dentro, aún cuando no lo reflejaba todavía por fuera. Miró a Johan por un instante, calculando si debía decirle su otra teoría al respecto, pero quizás lo mejor era dejarlo como estaba.

Dejaron por la paz el tema del bicho atrapado, porque nada bueno podía salir de algo que jamás habían visto antes. Era demasiado curioso que hubieran llegado siquiera a probarlo. Al menos había un poco de todo en el buffet, y ahora en su plato, tal como Johan señaló nada más sentarse a la mesa.- En realidad tu comida no se me antoja hoy. Ya sé que dije que las hormonas no tenían la culpa, pero te prometo que de esto sí. Tengo esta necesidad de combinar dulce con salado.- Su plato podía verse un poco infantil, pero al menos le apetecía. Agradeció el agua y comenzó a sumergir un nugget de pollo en la mezcla.- Está delicioso.- Murmuró, encogiéndose de hombros, masticando su comida con deleite mientras le escuchaba hablar.

Bombas PEM... Las que Thalos quería. Sí, Quizás si se encuentran con S.A.M. directamente puedan lanzarle una directa y más fuerte.- Murmuró, ideando cosas mientras trataba de ver lo que necesitaría.- Por lo general las cosas tecnológicas quedan por todos lados en el taller, creo que puedo hacer algunas pocas sin muchos problemas.- En tanto al resto de su sentencia, aceptando que había cosas ya amarradas en tanto a las rutas de escape, pero quizás deberían tener un plan C. Se lamentaba de no tener buenas noticias en tanto a lo oido en el taller.- ¿Al núcleo? ¿Cómo dices? ¿Te refieres al lugar en Francia? - Quizás no estaba tan atenta a la misión como debería, pues en la misión anterior no recordaba ningún núcleo, y tampoco estaba tan atenta al taller por lo que parecía...- Te... te tendré algunos informes después, ¿de acuerdo? Por ahora he esuchado sandeces... Cosas que no sé si estén desarrollando o alguien se fumó cosas. Chalecos anti anti magia, un autómata que aún no sé su función, hay ideas por doquier pero algunas solo se quedan en eso.

Abrí la boca para protestar, indignado con eso de que dijese que me secuestraban mucho. Después la miré con los ojos entornados, preguntándome si lo decía para picarme o si de verdad lo pensaba. Al fin y al cabo era lógico que me hubiesen pillado en más de una ocasión, si me pasaba el tiempo metido en situaciones problemáticas lo raro sería que nunca me hubiesen atrapado. El misterio de las sombras hizo que no llegase a dar mi réplica a lo otro, cambiando un poco mi gesto de indignación por otro de intriga. La frase a medias no ayudó, sonaba a que no era muy normal eso de las sombras.

- ¿Pero...? ahora me cuentas lo que te ronda por la cabeza. - Se la veía muy satisfecha con lo que había escogido, así que me entró curiosidad por saber si alguna de sus mezclas estaban buenas. Debían ser cosas de embarazada, no le encontraba otra explicación. - Es un antojo un poco raro, pero...voy a probar, aún a riesgo de arrepentirme. - cogí una de mis patatas para probar una de esas salsas, mezclándola con otra dulce después. A lo del helado no me atreví. Puse cara rara sin saber muy bien si aquello me gustaba o no. Definitivamente no era la mejor mezcla del mundo. Decidí seguir con mi plato, que era infinitamente mejor.

Presté atención a todo lo que ella me iba contando sobre el taller, pensando en acompañarla más tarde u otro día para intentar colaborar con ellos. - Vale, pues se lo dices cuando vayas, o se lo decimos los dos. Y sí, el núcleo es el centro de la Ciudadela. ¿Te acuerdas cuando me cubriste las espaldas para que pudiese hacer la proyección? pues pude ver dónde estaba situado todo, el lugar donde está la "mente" principal de S.A.M. Si quieres puedo mostrártela. - no recordaba haber compartido esa imagen mental con ella, pero sí con Thalos. También tenían que tenerla todos los que fuesen a ir allí. Me pareció interesante eso de los chalecos que impidiesen lo de bloquear la magia, aunque no recordaba que en la Ciudadela hubiese de eso. Mejor prevenir. - Suena como a réplicas del amplificador de magia que se usó en el castillo Le Fay, con el material que trajeron los de la expedición a Turín. Deberían desarrollarlo para todos. Tenemos que repasar bien los errores que cometimos las otras veces. Ah, y no digas dejarme secuestrar. - advertí bromeando alzando el dedo índice.

Supo que había dado en el clavo cuando el contrario se quedó callado ante su afirmación. Sonrió de lado, consciente, a sabiendas de que al menos ahora lo consideraba. Sin embargo, tuvo que soltar un suspiro cuando notó que la idea había quedado incompleta, se enfocó en revolver su plato un poco; ya no quedaba tanto en él como debería.- Pero creo... que no les gusta esta situación.- Murmuró, levantando la mirada levemente hacia el contrario, aspirando lentamente.- Es complicado, pero hablan mucho de... de... - Se quedó buscando una palabra que fuera ligeramente menos mala para externarle lo que le proponían, pero no encontró tan término, por lo que solo agachó el rostro a revolver su plato de nuevo y sumergir un trozo de panqué en la mezcla.

Miró a Johan con curiosidad, inspeccionándole mientras hacía aquello de probar su comida. Se supo en el primer instante que no le había gustado y tuvo que soltar una suave carcajada, que claramente era un sabor que querría evitar en el futuro.- No es tan horrible, no seas así...

Asintió a lo de acompañarla, quizás sería buena idea, así se iban enterando más de lo que llevarían a la misión, porque tenían que familiarizarse con las cosas o nunca servirían de nada.- Vale, me pondré en ello, pero...- Hizo una mueca a lo de la ciudadela.- ¿Estás seguro de que lo de la Ciudadela va a funcionar? ¿Qué tal si tiene copias? Vamos a estar yendo de ciudad en ciudad quemando servidores que construyen en dos días.- Murmuró, sintiendo que aquello era un poco como cortar una hierba mala y que salieran dos.- Tenemos que verificar la locación, o locaciones. Ya ves lo que hizo abajo de aparecerse en dos espacios a la vez. Si tiene la capacidad de autoreplicarse, nada nos dice que no pueda pasarse la información de un servidor a otro en nada.- Soltó un gran suspiro, pensando en que aquello sería un inconveniente demasiado grande de prever.

Puede ser, aunque por lo de chalecos me suena a que es un poco más personal. Serviría bastante, así podrían realmente luchar con toda la capacidad. Esquivar cosas... Salir de situaciones. Y sobre todo, no podemos ir por la vida solos. Si no hubiera visto que te arrastraron por el callejón, nadie te habría encontrado. Necesitamos más organización también en ese rubro. No descarto que aprendamos una cosa o dos de la Guardia...

Poco a poco fui comprendiendo a qué se refería con el tema de las sombras, a pesar de lo críptica que estaba siendo. No les gustaba la situación, según ella, pero eso era atribuirles características que tal vez no tenían. La miré dudoso, como preguntándole si se refería a lo que yo estaba pensando. Me fijé mucho en cómo evitaba ponerle nombre al tema, como si la incomodase. - Puede que lo perciban como un peligro...creo que sé a qué te refieres. Y también creo que necesitas hablar, pero tómate tu tiempo. Podemos hablar de esto en otro sitio, cuando terminemos.-   el comedor no era el mejor lugar para hablar de algo tan personal, así que preferí dejarlo para un paseo después, o para cuando fuésemos al edificio de habitaciones. Seguí comiendo un poco más, aunque algo más tenso que antes. No tardé mucho en terminar lo que me quedaba, yo me había puesto una cantidad normal, al contrario que ella.

Hablar de cosas como lo mala que estaba su comida o de la misión parecía mucho más sencillo que hablar del  tema del embarazo no buscado, y por eso mismo ella parecía más cómoda al tratar esos otros temas. - Si te refieres a garantías...nunca las hay al cien por cien. Lo de las copias sí es probable. Puede que incluso más después de que capturásemos a uno de sus androides. Si tiene copias de su núcleo por mil lugares...podemos darnos por jodidos. Sería enviar una misión a cada punto, y coordinarnos para acabar con todo a la vez. El problema es que, en el hipotético caso de que haya hecho copias, no sabemos dónde pueden estar. Hay que preguntarse en qué lugares querría colocarlas. Una opción sería hacer una incursión rápida con dos o tres personas como mucho, usando un portal para comprobar que haya "cerebro" al lugar al que vayamos. Ya vi que podía replicarse, lo malo es que nosotros no, y nuestros efectivos no son tan numerosos. - bebí un poco de agua después de tanto hablar, pensando en todas esas posibilidades. Teníamos que ser lógicos, pensar como lo haría la máquina con la situación actual. Éramos una amenaza para él, y debía estar buscándonos.

- Me arrastraron porque ya iba jodido previamente. No llegué bien a esa última parte de la misión. Sé que si no fuese por ti no me habrían encontrado. Y que sin Thalos habría acabado volando por los aires con la puta bomba. Está claro que sin el equipo no somos nada. - solté un sonido irónico cuando mencionó lo de aprender cosas de la guardia, poniéndolo en duda.  - Cosas como pasarse años en la isla sin participar en nada de lo que sucedía allí abajo. Tocándose los huevos a dos manos. No tienen experiencia ninguna en la guerra. Lo único que han hecho es escoltar Descendientes. ¿Dónde estaba la guardia cuando acabamos con Termeritus? ¿Dónde estaban cuando dejamos a la Alianza reducida prácticamente a nada, antes de que se volviesen a alzar? ¿Dónde estaban cuando acabamos con el vampiro Enkil y su maldito año de oscuridad? ¿o cuando defendíamos Bastion Hollow? - pregunté enumerando únicamente algunas de las cosas contra las que habíamos luchado durante tanto tiempo, y en ninguna batalla importante habían estado. - Te lo diré. No estaban, ni han estado en nada relevante. Que ayuden si quieren y se ven capaces, pero nada tienen que enseñar a quienes llevan años partiéndose la cara y derrotando enemigos. - terminé de manera vehemente para poner las cosas en contexto. Ahora mismo lo más interesante de la isla correspondía a la parte de desarrollo tecnomágico, que era probablemente el que nos iba a salvar el culo en la batalla final.  Suspiré finalmente, calmándome un poco. - ¿Has terminado ya? - pregunté refiriéndome a la comida, porque igual era ya demasiado para las horas de la noche que eran.

Negó suavemente a su comentario. Siempre le avisaban de peligros, sí, pero estaban muy inmiscuidas en aquel asunto.- No, están siendo... malvadas.- Susurró. Siempre lo eran, pero tenían su tiempo siendo especialmente gráficas. Le miró un tanto extrañada a lo de necesitar hablar. Quizás no estaba comprendiendo bien lo que el moreno le proponía, pero podía sentir que él tampoco había dicho todo lo que tenía del tema.

Asintió con mucho pesar a todo lo que Johan afirmaba sobre S.A.M. La verdad era que la captura del androide sí podía ser un punto decisivo en caso de que hubiera que cambiar una base de operaciones. Para el caso, era como capturar a un alto miembro de los renegados, pues todos los androides tenían la información necesaria para encontrar a S.A.M.- Recuerda que se basa en probabilidades. Necesitamos hacer esto con bases de ciencia si queremos encontrarles, no podemos hacer todo con corazón. ¿Haz estado practicando tu poder este de la proyección? ¿Quién va a ser tu compinche de misión ahora que no vaya? Quizás debería ir... En modo sombra, no les estorbaría y tampoco sería un gran objetivo.- Thalos no sabía si iría, pero seguro que Erika no lo haría. Al menos ese par tenían tanto buen rollo que parecía que podían salir con vida de donde fuera. Asintió suavemente a eso de no ser nada sin el equipo, porque ella también lo pensaba así.

Exacto. Pasarse años aquí arriba, entrenándose y disciplinándose, haciendo jugadas mentales para cosas improbables en vez de trazar planes en un día. Algo más elaborado. Se les da bien lo que se nos da mal, y nosotros podemos hacerles que pasen a la acción. Y tenemos que dejar todo ese rencor. No te olvides que estamos trabajando ahora con los ministros como para ponernos más enemigos. Esos volverán a formar la Alianza en cuanto destrocemos a S.A.M... Habrá que matarlos.- Murmuró, bebiendo un poco de su agua. Se sentía tan tranquila hablando de muertes que por un momento se sintió algo psicópata. Volteó a mirar su plato cuando Johan hizo la observación. Le quedaban patatas fritas y el helado que se había derretido bastante y ya no le apetecía. Estaba segura que debía quedar más comida en su plato de la que había.- Hmmm, si... No tomamos postre, pero hagamos como que siempre cenamos ligero.- Bromeó, tendiéndole la mano al contrario para desaparecerse del lugar.

Luego de ducharse para quitarse el sudor de la clase y relajar los músculos, el joven maestro acudió al comedor de la Academia en el centro de Ouroboros. Las distendidas conversaciones de los presentes y los sonidos de los utensilios al ser usados se mezclaban creando un murmullo generalizado que vibraba en el lugar y que envolvió al moreno cuando se adentró. La luz del sol entraba a raudales por los grandes ventanales e inundaba el agradable salón lleno de deliciosos olores y melodiosa música. De vez en cuando, risas, aplausos y otros ruidos se alzaban sobre los murmullos pero la paz y la armonía persistían imperturbables. La magnífica belleza del comedor era producto de una majestuosa pero sutil decoración, una placentera distribución y una impecable limpieza.

El moreno saludó a muchos conocidos mientras caminaba en busca de un asiento, deteniéndose cada tanto para intercambiar algunas palabras y reanudando su marcha al terminar. Entre los comensales encontró a un niño preadolescente, con el que estaba familiarizado, comiendo cerca de un ventanal así que se sentó junto a él y se unió a la charla con los que estaban allí. Enseguida un plato completo de diversos vegetales frescos y un jugoso filete asado apareció frente a él así que no tardó en hincarle el diente porque estaba hambriento. La calidez que entraba por la cristalera se diluía con la fresca brisa primaveral y las espléndidas vistas de la mágica Isla Flotante con el cielo azul de fondo hacían de esa experiencia algo aún más excepcional, si cabía.

Después de una media hora, ya estoy en el sitio, sigo con la misma ropa, pero con otra encima, solo por las apariencias. Se puede contemplar una magnificencia en una comuna que ha permanecido a grandes rasgos un estado atemporal medieval, social, económica y tecnológicamente hablando. Aunque agregando la fantasía mediante la magia y las criaturas de cuentos de hadas, además de otras cosas que han traído del exterior. Como sea, de momento las cosas están bien.

Me detengo a mirar alrededor para ubicar al…avatar. Hasta que por fin le encuentro y me dirijo hacia él. Pero me detengo un momento, pues está platicando con un joven, y él se muestra más animado. Pero el hambre es más desconsiderada que el corazón y antes de que se me ganen un sitio, me acerco—perdón por el retraso, ¿cuáles son las especialidades del día?—luego de haberme sentado reviso en la mesa por si hay un menú. Ya llevo como unos meses aquí y todavía me pierdo en el sentido común de la isla—ah, espera, acabo de recordar algo que he querido comer y ahora veo la oportunidad dada la magia de este comedor—entonces pienso en los platos y en un cerrar y abrir los ojos, aparece un bœuf bourguignon y de acompañamiento, ratatouille…y si, el interés se debe por la película, ¿hay algo de malo?.

Itadakimasu—digo antes de iniciar mi degustación. El cual como carnívoro que soy, lo disfruto como es debido, y claro, también pruebo el acompañamiento, que, aunque de curioso sabor, no es algo para rechazar—por cierto, aprovechando que no hay robots suicidas que combatir, me gustaría saber algo de la historia de la isla, nada muy detallado, pero me intriga, me he pasado tanto entrenando que me he olvidado darme una vuelta a la biblioteca—ya que mis usuales informantes no han vuelto, tendré que investigar a la vieja usanza. Sin duda ha de ser interesante.

Al notar la presencia del peliblanco, el joven maestro le hizo señas con la mano para que se acerque y se sentara con ellos mientras masticaba una gran porción de ensalada pero se encogió de hombros ante la pregunta sobre las especialidades del día. El moreno cortó un trozo de carne que se llevó a la boca al tiempo que observaba al tuerto divagar, pedir su almuerzo y comenzar a comer. Cuando expresó que quería que le cuenten algo más sobre la historia de la Isla Flotante le hizo un gesto con la mano para que espere un momento porque estaba tomando agua.

-Ouroboros se fundó durante la Edad Media en un período de resurgimiento cultural.- Dijo dejando el vaso en la mesa. -En esa época se impulsaron muchos campos de estudio, incluídas las disciplinas mágicas, entonces surgió la idea de encontrar a los descendientes de los magos más talentosos y célebres hasta la fecha para reunirlos y formar un consejo de sabios que mantuvieran los saberes mágicos. Poco a poco fueron localizando a varios aunque tardó años en consolidarse.- Apenas terminó de hablar, comió otra porción de carne acompañada con vegetales.

-¡Ah! Disculpen mis modales, Hohenheim permíteme presentarte a Arturo Lizarraga, un mago elementarista del fuego. Arturo te presento a Hohenheim Paracelso, Descendiente de Teofrasto Paracelso.- El niño miró al viajero dimensional, esbozó una suave sonrisa, inclinó la cabeza a modo de saludo y siguió comiendo. -¿Tienes planes para ésta semana?- Preguntó con los ojos color caoba fijos en el hombre para luego llevarse a la boca otro trozo de carne junto con ensalada. Había una idea que se había estado gestando en su cabeza...

Por fin le encuentro entre la multitud, es una barbaridad la cantidad de gente que aún se encuentra dado los últimos incidentes en la isla. Me imagino que se debe a una considerable resiliencia, muy notable teniendo en cuenta lo aislada que ha estado la nación flotante. Pero como dicen por ahí “la adversidad saca lo mejor de uno”. Y la isla ha tenido una buena racha de adversidad en los últimos años según lo poco que me he enterado.

Entonces el Descendiente atiende a mi curiosidad sobre la historia de la isla. Yo por mi parte aprovecho para llevarme a la boca una cucharada de carne y otros complementos mientras escucho atentamente. "Surgió una idea. La idea era buscar y reunir a un grupo de personas excepcionales, y tratar de convertirlas en algo más. Ver si podían unirse cuando necesitáramos que libraran las batallas que no podríamos ganar." Ahh no, eso ultimo no cuela aquí. Pero tomando más en serio la historia, las motivaciones de su fundación y las ideas precedidas que dieron forma a lo que es ahora, suena sin duda, a cuento de hadas. Y en cierta forma, la isla y sus habitantes, son parte de una. Especialmente si combinamos a los hermanos Grimm con obras cyberpunk.

No recuerdo si ya te lo comenté, pero en mi mundo también tenemos un Consejo. Cuyas diferencias radican en su ubicación, misión e integrantes—esta disparidad entre Consejos es ciertamente interesante. Una vez dicho esto, me doy otro bocado y bebo algo de agua, aunque tal vez deba de cambiar a algo con sabor para complementar mejor la comida.

Entonces, soy presentado ante el joven con quien Adael estuvo platicando antes de mi llegada. A lo que yo solo hago una seña con la mano de paz—un gusto—en eso comenta el linaje del muchacho—vaya, dosis sola facit venenum—sí, solo estoy presumiendo mi galería de frases, pero si tiene relación con el suizo alquimista—solo una duda, ¿Paracelso no era un seudónimo?—sospecho que terminaré conociendo a todos los linajes que hay en la isla—ya que el nombre es más bien el apellido, si no me equivoco— amenos que aquí se esté siguiendo una regla idiomática y cultural del cual no estoy enterado—si me permites curiosear, ¿Cuál de las 3 ramas es especialista tu linaje?, ¿o son los 3 que profesaba tu ancestro?.

¿Planes?, últimamente he estado entrenando, pero tengo intenciones de ir a la superficie para realizar una cacería particular, pero hasta no tener permiso, doy un apoyo a la Guardia—vuelvo a dar más cucharadas a mis platos y esta vez, bebo un jugo de naranja. Estuve a punto de mencionar el caso del Bosque Oscuro, pero mejor callo, no vaya a ser que me meto en problemas por filtrar información sensible que pueda afectar a la población.

Siguió comiendo mientras el guerrero contaba sobre la realidad en la que había vivido en el pasado. -Si, ya lo comentaste.- Sentenció, recordaba que el peliblanco lo había mencionado en la cena de navidad, el tuerto había pedido más información sobre la Isla Flotante, le habían relatado la historia y se había puesto a hablar sobre el consejo de su dimensión, escena que se repitió en el comedor ese día de primavera.

-Moisés es un apodo.- Comentó encogiéndose de hombros y llevándose a la boca otra porción de carne acompañada con vegetales. No eran quienes para juzgar el nombre que habían elegido para el niño, el tema de los nombres era muy subjetivo. -La principal área de estudio de los Descendientes de Paracelso es la alquimia.- Volvió a responder por Hohenheim el cual comía mientras alternaba la mirada entre el moreno y el viajero dimensional.

La contestación del guerrero sobre sus planes le dio a entender que estaba libre. -Tengo una misión de reconocimiento para ti, será un viaje de tres días para llegar a tu destino y tres días para volver a Ouroboros, ¿te interesa?- Le preguntó luego de masticar y tragar el último trozo de comida así que dejó los cubiertos en la mesa y bebió más tragos de agua.

Me lo temía—comento ante tajante respuesta. Esperaba ver una reacción de curiosidad ante las diferencias y posibles coincidencias entre realidades. Digo, uno no tiene muchas oportunidades de conocer esta clase de cosas todos los días, ¿me entiendes?. En fin, parece que soy el único interesado en estas divergencias.

¿Apodo…Moisés?—me sorprende con el comentario—tal vez no sea un nombre hebreo, pero tengo entendido que es un nombre al fin y al cabo. Pero bueno, podremos debatirlo en otro momento—que el hambre sigue y toca seguir saciándolo—mmm alquimia, será interesante ver como funciona en este mundo, espero tener oportunidad si me lo permites algún día—le digo al muchacho. Pero creo que será cosa difícil, no me ha respondido por su propia lengua, me imagino que es tímido.

Claro, supongo que es una oportunidad de conocer las afueras—y de investigar si cierto enemigo sigue vivo—¿qué tanto puedes decirme en este momento?—de seguro habrá algún protocolo para no filtrar nada sensible en un sitio tan concurrido.

Hasta el momento solo he salido de la isla una vez, y fui a una ciudad derruida por la guerra, hasta unas instalaciones cyberpunk ultrafuturista. Seguramente no será suficiente para darme una idea de cómo está el mundo actualmente.

Una vez terminada la comida, dejo las cosas en orden y me levanto, para así seguir a Adael a donde sea que me vaya a llevar—nos vemos en el futuro—le hago una seña con los dedos a modo de saludo o despedida en este caso al joven alquimista. Una vez fuera del comedor—vale, ¿a dónde vamos?, no va a ser necesario que me pongan una bolsa en la cabeza, ¿verdad?

Después de semejante caos solo por abrir un tonto libro, nada mejor que ir a saciar mi hambre a la hora de la cena así que cuando llego al comedor.
Alos alumnos que ya han entrado a cenar se reúnen con sus compañeros después de un largo día de estudio y practicas, yo en mi caso debo ser la excepción, veo alrededor a los grupos de alumnos que ya se han formado, quizás sean clubes o simplemente amigos, o solo compañeros de clase, en mi caso como soy nuevo y no conozco a nadie decido mejor acercarme a las mesas de al frente y comenzar a comer solo.
-de todas las pociones que tenían que enseñarme, tendría que ponerme la más dificil-
-habla por ti- responde su compañera- soy alérgica a las Centinodias, la ultima vez que intete crear una poción con eso, uy esas rochas que me salieron-
Paso a la barra de comida y la señora comienza a preguntarme por lo que voy a querer.
-espagueti, un poco de esa carne,  esas papas hervidas, pan y jugo- le digo pensando que  comer así me traerá una  bonita indigestión, cuando la señora deposita la cuchara en mi plato me alejo del lugar y me siento en una de las  sillas  disponibles y le doy un buen mordisco a un pedazo de pan antes de probar lo demás,  aprovechando mi mano que ya está sana y que bueno no soportaría tener que comer con una mano de zombi.
Una vez que termino me levanto hacia la barra dónde dejo los platos que use en una bandeja de los platos sucios, ants de salir del comedor una vez que salgo pienso en que después de comer nada mejor que el ejercicio.