Zona de reunión

Ignoro el resto de conversacion sobre dragones. Si se meten o no es cosa de ellos, obviamente. El unico trato directo que he tenido nunca con un dragon fue con Mooshie, el dragon enano. Ese dragon medio retrasado que creia que yo era su gato o algo asi y que traida peces crudos.... ese mismo que me habia salvado el culo en mas de una ocasion. Se me pasó por la cabeza donde estaria en esos instantes. Seguro que pescando en algun lago.

Rio un poco entredientes por la frase de Reiv a Ailanthus. Joder con el crio, como las tira. Al menos se marcha y deja de meter cizaña. Empecé a recabar opiniones en la sala. Alex dejó claro que opinaba como yo, que convirtiesemos este sitio en la ratonera para ellos. Pero tras eso, él quedo bastante empanado con Scar....como habia supuesto, entre esos dos habia habido algo.

Chasqueé la lengua y con parsimonia volví al curro, aunque en ese momento Juliet, tras decirle que yo era humano, se dirigio a mi pidiendome que no me moviese y respirase con normalidad, lo cual hice, aunque con una mueca de incomodidad al notarla posar sus manos en mis hombros, por la espalda.
-¿que haces, algun truco de esos de magos?- solté un resoplido irónico cuando me devolvio la jugada llamandome "moreno". Pero al parecer asi pudo comprobar que lo que tenia Scar no era nada severo...como la propia muchacha lo demostró al poco, despertandose como con una resaca de mil demonios y marchandose de alli. Miré a Eason de reojo y me pregunté si la seguiría

"bueno, joder, a centrarse ya hostias"

Juliet, aparentemente alguien de nuevo ingreso, no se pronunció. No iba a culparla por ello, es normal. Vanessa opinó igual. La mayoria de las voces que hablaron, si no todas, algunas mas timidas y dudosas que otras, estaban a favor de plantar cara. Abri uno de los cajones de la mesa metalica y saqué un plano del pueblo, mientras escuchaba al elfo y los demas. Lo extendi sobre la mesa y lo dejé ahi.

- Dejaremos cámaras en la superficie, cerca de la entrada. Tengo trastos para ello. Llenaremos dicha superficie de trampas para recibirlos cuando lleguen, moldear el campo de batalla a nuestro favor. Confío en vuestros trucos de magia para ello, y en unos cuantos nuestros. Las minas hacen maravillas.... -pase una mano por mi escasa barba, mirando al plano.  -En cuanto las camaras capten el minimo movimiento, saldremos al exterior, antes de que conviertan esto en una zona antidesaparicion. Conviene tener vehiculos de huida a mano, bien ocultos, por si hay que evacuar a algun herido y aun no hemos conseguido tirar las barreras antidesapaicion, asi que..... Preparad lo que tengais. Lo primero será neutralizar a los centinelas y las fuerzas aéreas que traigan. Y localizar a los capitanes y cabos.

Miré a Ailanthus con mi unico ojo visible, clavandole una pupila empequeñecida, un punto negro que era un alfiler minimo en el iris. "No dudes que tomarán rehenes, si vienen aquí. Gente a campos. Pero los más altos jefazos asistirán a la batalla, incluída Morgana. Adivino que le guardas cierto rencor, ¿No?".

Sí, le guardaba rencor a Morgana. Más de lo que él pudiese intuir. Pero a él tambien. Que tuviesemos a una rubia como enemiga comun no le daba derecho ninguno a hablarme con complicidad o lo que quisiera que hubiese sido aquello...y...ni mucho menos...a darme ordenes.

-Haremos presos nosotros tambien.

El drow proponia una cueva para establecer ahi la enfermeria de campaña para atender a los heridos que pudieran darse en batalla. Yo estaba dudando entre aquella cueva y el bosque de Walden. La presencia de criaturas magicas en ese area disimularia a la perfeccion la de los propios magos, pero tambien, por ello mismo, podia ser mas inseguro. Sin embargo, en la cueva, podriamos ser facilmente bloqueados. Harían falta barreras magicas para ocultarnos, y sabia que los magos podian hacer eso.

-Estableceremos la enfermeria para los heridos en batalla en esa misma cueva. Si alguno de los presentes tiene o conoce a quien tenga dispositivos de ocultacion magica, que los use ahi. Si no, mas nos vale tener unos tuneles para otra puta evacuacion. Vanessa, puedes llevar ahi el material, hasta nuevo aviso. Y los sanadores tambien se dirigirán alli cuando comience todo.


Ailanthus pensaba como yo en cuanto a la estrategia. Me habria gustado llevarle la contra y llamarlo gilipollas, pero habiamos coincidido en aquello, y no sabia que pensar. Si era un espia o un traidor, lo estaba haciendo muy bien...pero antes de que llegase el momento, lo haría confesar. Queria llevarme a un camion a aquello de robar material explosivo. A lo que accedí asintiendo con mi cabeza. Que mejor manera de comprobar quien era realmente que haciendole ver que habia caido en su bote?


Entonces se abrió la puerta y entro Erika con Reed, que cantaba aquella cancion llena de palabrotas que le habia enseñado. Se me acerca diciendo que no sabe a donde llevar al crio y luego entre susurros me dice que sabe lo que hice en China Town.
-Oh, si? -mi mirada se desvió brevemente hacia el elfo oscuro y luego la posé en los demás. Me parecía que ya estaba todo dicho.

-Si alguien tiene quejas, dudas, sugerencias o alguna mierda sobre la batalla....que se las diga a Johan, a mi no me toqueis los huevos. Es lo que hay. - sonreí de lado, lo cual aligeraba un poco mi mala forma de hablar. Me encanta cargarle el muerto a Johan. Que es mucho mas paciente que yo, por otro lado. - Alguna pregunta de lo dicho? Si no es asi, podeis volver a lo vuestro. Todos tenemos trabajo. Estaos atentos a las monedas.

Bajo la voz nuevamente, dirigiendome a la pelirroja. -¿como que no sabes a donde llevarle? Creia que lo sabias. - era capaz de percibir las ganas de zurrarme que tenia Erika. Y ahi estabamos los dos culpables de lo de China Town, yo mismo, y el capitan renegado. Le dediqué una sonrisita con sorna al tal Ailanthus y me dirigí a el, pero señalando a Erika.
-Mira, te presento a Erika. Ella es la madre de Reed. Erika, te presento al Ailanplanta, capitan fugado de la alianza. ¿Sabes lo que hice en China Town? él tambien te lo puede explicar

Tenía que reconocer que por un momento bajé la guardia con respecto a Ailanthus. En otra situación no hubiera suprimido ni un atisbo de soberbia pero a medida que el drow hablaba, su plan, muy a mi pesar, tomaba sentido en mi cabeza. Y era gracias a él que podíamos sofisticar más el poco contraataque que pudiéramos hacer a la alianza. Escuchaba a Ailanthus con mis nervios más apaciguados, poco a poco me venía la tentación de preguntarle sobre los números 754 y 755, mis padres. Era una herida que había conseguido cerrar sobradamente pero ahora tenía la oportunidad única de saber qué fue de ellos. De cualquier manera, no se lo preguntaría aquí.

Observaba con incredulidad a la chica pelirroja acercándose a Thalos. Había visto formas y formas de sanar pero así ninguna. Así que esperaba a que despertara con poca esperanza. Aquello se tornó completemente cuando Alexa comenzó a despertar y detuvo su mirada en mí, intentó balbucear algo, supongo que estaría tan sorprendida como yo al ver que no me mandaba a la mierda. Ella me vió, sin dudas lo hizo, pero desvió rápidamente la vista. Mis manos comenzaron a sudar en ese momento. Se levantó como si nada y se largó. Y yo me quedé ahí, plantado, viendo como volvía a irse sin decir una palabra. Hubiera sido fácil seguirla y obligarla a que se comunicase conmigo aunque fuera a base de insultos, pero ella no funcionaba así. Me retiré de la mesa donde estaba tumbada y volví junto a Thalos, como si nada hubiera pasado, como si nunca la hubiese visto.

Mientras intentaba retomar el hilo de la conversación, Thalos concluyó el plan con bastante soltura. No pude decir ni aportar nada más, mi mente estaba en blanco. Mi atención se fue a otra chica, que entraba por la puerta con el creo que era el hijo de Thalos. De alguna manera pensaba que podría ser Alexa volviendo a por... algo. Entonces la reunión sobre el contraataque se zanjó. Yo me reincorporé, y me abrí paso bruscamente entre la gente hasta llegar a mi saco de botellas y cigarrillos y colocarmelo a las espaldas. Pensé en largarme, y hacer las maletas, pero me fijé en Ailanthus, ahora que me encontraba más tranquilo debía aprovechar. Así que, con prisas y sin pensarlo mucho más, volví a hacerme paso entre la gente para llegar a Ailanthus. - Tú - le dije con tono intimidante - ¿recuerdas a los 754 y 755?

Permanezco en la reunión completamente en silencio, acatando unos y otros planes propuestos. Si bien, el plan del contraataque se hizo más rápido de lo que pensaba, muchos de los allí presentes no tenían la cabeza puesta en la reunión. Afortunadamente el chico mandón hermano de Johan se largó, uno de los dos hombres que presidía la reunión se evadió completamente al aparecer la humana sedada, y más aún cuando ésta despertó y se fue, el excapitán de la Alianza se sentía realmente culpable y arrepentido de su pasado, estos eran algunos de las sensaciones ambiguas que alcanzaba a reconocer entre tanta gente.

Por otro lado la batalla iba a ser difícil, somos pocos los aptos para luchar. Y aunque estoy dudando entre ir a la batalla o ir junto a los enfermos. Finalmente decido que este arco está necesita de matar humanos alianzosos. Apretando los labios bastante decidida, me largo de la reunión para ayudar en la evacuación y vaciar la base cuanto antes. Estaría atenta a los pasos que se fueran dando, de todas formas no era difícil mientras pudiese leerles los pensamientos.

Ciertamente no presté mucha atención a todo lo que concernía la salud de la mujer que, después de la inconsciencia, no tardó mucho en irse por su propio pie. Antes de ello se había acercado la pelirroja y se había dirigido a Thalos para hacer algunas… Comprobaciones. Magia. Todo aquello me resultó irrelevante, excepto por la mujer… Teóricamente humana. Me sonaba algo su rostro de alguna grabación durante el ataque del… ¿Palacio? ¿Tal vez era de la Brigada? Habían dicho que todos los atacantes de aquel lugar eran de aquella asociación. ¿Estaban tan unidos a los renegados como para participar en sus reuniones?

La mujer que había visto en enfermería no intervenía. Alex había quedado especialmente prendado de la que se había marchado, y durante aquel momento no pareció querer intervenir en la reunión. Lo había notado algo más tranquilo que antes y en el fondo se lo agradecía, con una mirada breve, vencida. No quería discutir. No con él. No con ningún preso. Me empatizaba con ellos ahora que… lo veía desde un lado más humano, ahora que tenía la capacidad de discernir entre realidad y mentira. Mis tiempos como Ejecutor habían estado llenos de… Lavados y… Muchas cosas que me habían cegado el juicio. Y tal vez saber que mi hermano había pasado por allí era otro factor importante.

El discurso de Thalos tuvo una respuesta en general positiva entre los renegados de la estancia. Otros no se pronunciaron, pero muchos estuvieron de acuerdo a luchar. Yo asentí brevemente a esa decisión. Tenía sus ventajas y sus inconvenientes… Prevenía que el desenlace de la ducha no sería el más feliz. Pero era mi deber intentar reducir bajas por nuestro… Lado. Nuestro. Qué rara era aquella palabra. -Entonces se protegerá la base con todo lo que podamos.- Era una mera obviedad como para recalcar el resultado de la “votación”, poco formal.

Entonces Thalos extendió un mapa del pueblo. Habló de usar minas y cámaras. -No se las esperarán.- Eran demasiado imbéciles como para comprender que los seres “mágicos” tenían también tecnología. El asco que les profesaban desde la Alianza a veces provocaba que los subestimaran. Explicó que saldríamos al exterior en cuanto se acercaran, que no nos quedaríamos allí dentro a esperar… Lo que fuera a suceder. -El bosque sería nuestra mejor opción para… Huir y preparar la ofensiva. La cuestión es impedir que puedan usar gran parte de la maquinaria.

Ahí necesitaríamos las bombas. Thalos me clavó el ojo al mencionar a Morgana, a lo que yo le devolví una mirada poco intimidada, seria. No iba a dejarme acobardar por aquel tipo de expresión. No me contestó. Sencillamente dijo que haríamos presos. Si habían tenido alguna relación más allá de la del trabajo poco me importaba, y di poco valor a aquel silencio. Asentí a lo de tomar nuestros rehenes y no medié más palabra al respecto.

Me gustó más que estuviera de acuerdo con utilizar la cueva. Mencionó la necesidad de preparar túneles de evacuación. -Si puedo hacer una visita a mi antiguo hogar debo tener mapas aún de cuando vine aquí. Hay varias salidas, por supuesto. Deberían haber varios magos que recorrieran los túneles para poder desaparecer a cualquiera de las posibles zonas secundarias.- Expliqué brevemente. La cueva de la desesperación había sido por la que salí, y de hecho mi hogar estaba cerca.

Estuvo de acuerdo con lo del atraco al camión. Aunque no acababa de fiarme de aquel hombre. Le dirigí como una mirada de advertencia, como si supiera que debía tener… Algo de precaución con él. Fue entonces cuando entró una mujer con un niño… ESE niño. Alegó saber qué había pasado en China Town. Yo me puse algo tenso. Thalos declaró la reunión acabada y yo me quedé ahí, con los ojos muy abiertos, observando al niño. A él le debía una disculpa… Aquella sonrisa no hizo mucho más aparte de darme algo de asco. Me la presentó, equivocándose de nombre e identificándola como la madre del niño al que había amenazado. Y me dejó a mí que explicara lo de China Town.

-¿Es que tu no tienes boca para contárselo a tu mujer?- Le recriminé. ¿Qué clase de relación era aquella en la que no podía contar algo que afectaba al niño de ambos? Miré a Reed con bastante… Bastante cansancio. -Primero de todo, mi nombre es Ailanthus. Y hubo una redada en China Town, en la que aproveché para huir de una vez por todas de la Alianza. La cabo Morgana Wolf estuvo implicada en ello…- Faltaban detalles realmente. -En medio de aquella redada Thalos y su hijo fueron encontrados… Y Morgana quiso tomar venganza sobre él. No sé que se traían entre medias.- Gruñí. Suspiré. Todo a la vez.

-Morgana me mandó a coger el niño… Y lo hice. Pero para evitar que le diera un tiro, pues ya se había cargado a otro crío esa misma tarde. No iba a dejar que sucediera de nuevo.- Sentado como estaba en la mesa me encogí un poco, maldiciendo mi pierna rota. -Lo mantuve falsamente amenazado hasta que Thalos se deshizo de ella y pudo hacerse cargo de su niño. No le hice ningún daño y no opuse resistencia para que se lo llevara, pues lo único que quería era su bien. Pues ellos no son culpables, de nada.

Y otra cosa es lo que él quisiera contar. -Le debo unas disculpas a Reed. No tuve otra opción. Tal vez podría haber sido más suave, ¿Pero valía la pena arriesgarse a que Morgana me tomara por traidor y lo disparara a él?- Y no tenía chuches para él. -Escúchame, Reed. Te conseguiré algo para hacer las paces, ¿Sí? ¿Qué quieres?- Tal vez chuches, tal vez un juguete. Me daba igual, yo se lo conseguiría.

Entonces también entró Alex y me preguntó por dos prisioneros más… Sus padres. Entrecerré los ojos y luego bajé algo más la cabeza. Al menos era una ocasión para hablar.
Pero en aquel momento lo único que pude pensar es que me habría gustado en absolutamente cualquier otro lugar menos ese. Sabía… Lo que había pasado con la mayoría de gente de campos. Quienes habían muerto, quienes vivían, quienes habían habían huido y… Ellos se encontraban en el primer grupo. No era extraño que el resentimiento de los torturadores, el odio de los científicos o el exceso de números acabaran manifestándose en muertes hacia los presos.

Y las razas más comunes, como humanos traidores o magos, eran las que menos interesaban a los científicos. Tenían más que suficientes y en caso de necesitar prescindir de alguno eran los primeros en llevarse las papeletas… Y más si había relaciones entre ellos. Y más si, como era el caso de los padres de Alex, habían logrado escapar algunos de sus familiares. Era la forma de evitar que se hicieran ilusiones de huir, o incluso quitar a sus compañeros la idea de intentarlo… Y aún peor. Los preferían jóvenes. Los adultos eran menos útiles para el trabajo.

Al bajar la mirada debió augurar que había algo malo en todo aquello. Tenía la opción de alegar que no lo sabía. Al fin y al cabo había sido un… Perro. Los Perros no estaban hechos para saber, solo para obedecer. Pero si que lo sabía. Sabía demasiadas cosas. Y también sabía que no era mi deber mentir, no sobre algo así. No iba a darle esperanzas vacías a aquel hombre. -Sabes… Podría mentir sobre ello.- Voz trémula. Afligida. -De hecho, me convendría más hacerlo. Pero quiero qe sepas la verdad. Es lo mínimo que puedo hacer después de todo esto…

Aire. Tomé aire, pero me seguía faltando. -754 y 755… No. No es correcto llamarlos por números. Tus… Tus padres fueron asesinados.- Iba a matarme ahí mismo. O en cuanto estuviera todo un poco más vacío. -Tu huida hizo que para los científicos resultaran algo menos… Útiles. Decidieron que debían reducir números, y… Ocurrió. No tomé parte en aquello. No tomé parte en ninguna de esas condenadas matanzas.- Eso no iba a cambiar nada. -Lo… Lo siento. Debería haber hecho algo. Debería haber hecho alguna maldita cosa. Estaba demasiado ciego… No… No podía…

De hecho era cierto. Era incapaz de hacer nada, ellos mismos se aseguraron de remodelar toda mi persona desde cero. Y en el Perro nunca cupo la misericordia hacia los presos.

Asiento con mis ojos entrecerrados mirando a Draven, aunque en realidad no tengo mucha idea de que ha pasado, pero me gusta hacerme la lista. Aupo a Reed recolocandole entre mis brazos ya que se mueve mucho el jodío y aprieto mis dientes cuando dice eso de que yo sabía donde llevar al crío.
-¿Ahora?¿Pretendes que me lleve al niño en mitad de una evacuación a un viaje largo?Ni siquiera me has dicho si la evacuación era por algo grave!
Oigo por ahí que alguien dice la palabra batalla y le lanzo una mirada asesina al tuerto.
-En mitad de una batalla. Quieres que me lleve a Reed cuando estamos en mitad de un ataque.
"además..."
-Además sabes que puedo ayudar cuando se trata de defender la base.
Entonces me señala a un drow, al parecer hay plaga de drows en la resistencia ultimamente. Escucho su nombre y miro a Draven de nuevo.
-¿El que atacó a Reed está aquí?!No solo en nuestra casa sino que... ¿en la sala de reuniones?!¿Os habéis vuelto locos?!
Abro los ojos señalando al elfo cuando oigo ESA palabra.
-Ni de coña soy su esposa¿me oyes?
El tipo se pone a contarme la historia mientras yo estoy tentada de sacar la katana y destrozarle la garganta.Gruño por lo bajo ya que sus argumentos son buenos.
-Entiendo tus motivos, pero no justifica que hicieses pasar por eso a un niño.Además...
Acabo diciendo con voz de que le voy a matar pero realmente parezco bastante comprensiva con él. Rápidamente mi mirada se clava en Draven, en su ojo, esa mirada de que cada vez la está cagando más.
-El culpable es su padre por sacarle de un sitio seguro. Por cierto...
Sonrío altivamente a Thalos mirando de reojo al drow.
-Gracias por contármelo, no tenía ni idea de que había pasado.
Poso de nuevo la mirada en Draven ahora con cara de que de verdad voy a matarle.
-Creo que ya tengo suficiente motivos para arrancarte el otro ojo.

La gente empieza a marchar de ahi, espero que se hayan quedado con la copla y sepan todos lo que hay que hacer. Lo primordial terminar de evacuar el sitio, preparar el hospital de campaña en sitio protegido y establecer el equipo de lucha. Cuando caeria el ataque no podiamos saberlo. Y si al final no caia? Pues que quedariamos como gilipollas. Pero era un riesgo que estaba dispuesto a correr.

El plan ya parece mas o menos cocinado. A falta de llevarlo a cabo y hacer los preparativos del mejor modo posible...aquello no iba a ser sencillo, pero nada lo era. Escuche a Ailanthus con aquello de la cueva y señalé a Yaroslav con la cabeza.

-Dale una copia de esas grutas y esas salidas al ruso - si johan me habia contado algo de ese tio, es que era un experto realizando mapas, ya fuera desde cero o copiandolos, y ademas el muy cabron lo disfrutaba. -Luego las compruebas, Tolstoi.

Luego vino lo de Erika y....bueno, casi me da un ataque de risa cuando dijo que si yo no tenia boca para contarselo a "mi mujer". Ella contestó sobradamente a aquello.
-La evacuacion es porque hemos encontrado a un blood keeper ahi arriba con un chip de los militares y escuchas, que se ha confesado diciendo que lo habian enviado aqui para localizarnos. Deben de tener nuestra localizacion exacta y desde nuestro ultimo golpe no se han movido. Tenemos motivos mas que de sobra para tomar precauciones y evacuar. No es algo inminente ni de emergencia maxima, pero cuando antes se haga mejor. No estamos en mitad de ninguna batalla....aun. Pero puede que pronto lo estemos, y no quiero que Reed esté aqui para entonces.


Intente ser lo mas neutro posible con ella, mirando a nuestro hijo y luego a ella. Se ofrecio para luchar, y yo de sobra sabia que podia hacerlo y que ademas nos vendria mas que bien alguien como ella.
-Lo sé. Pero hay que llevarse al crio. No puede quedarse. Donde quiera que estuvieses estos meses.... si era seguro, puede servir. -con su hermano, o con...con quien? Tampoco teniamos a nadie mas que llevase vidas pacificas.

Asiento cuando nos pregunta si nos hemos vuelto locos, echandole la culpa a la pequeña Hacksaw por lo bajo, que era la que la habia liado parda en un principio. Cuando Ailanthus termina con la historia, yo, cruzado de brazos, asiento.

-Dice la verdad. - habia sido asi y yo no era tan gilipollas como para no haberme dado cuenta. Pero me la soplaba muy mucho, para empezar no tenian ni que haberse acercado a nosotros. Luego le levanto dos dedos a Ailanthus. -Tienes dos dias para recuperarte, elfo. Dia y medio si las cosas van deprisa

Alex se acercó a Ailanthus, preguntandole algo que tenia pinta de ser personal. Aparté mi mirada de ellos y la pose en Erika, hablandole entredientes y en voz baja para no molestar a los otros, que parecian hablar de cosas serias...
-Claro, la culpa es mia por pretender que pudiese ver algo mas que piedras y paredes y quemar colchones.- vale, si, realmente, la culpa era mia. Una buena intencion no justificaba un acto estupido. Pero estaba el crio delante, y despierto, y no queria discutir con ella delante suya. Asi que resoplé levemente y volvi a enrollar el mapa de la mesa.
-ahora ya lo sabes. ¿que piensas hacer?

Tuvo muchas oportunidades de salir de aquella sala, empezando por el saludo de Scar y su ida. No supo que contestar a lo de que estaba contenta de verle, por lo que solo le respondió con una sonrisa ligera. Ya no olía a alcohol, y eso hacía mucho más fácil la interacción con ella, y con cualquier humano. Reiv también se había ido por Svart, y no tardaría en irse también aquel lugar. Aún estaba indecisa. Indecisa de quedarse, de revelar lo que era, lo que pensaba de los planes que había y sus opiniones en general de la reunión. Le resultaba fácil normalmente quedarse callada en aquellas situaciones, pero sabía que necesitaban un dragón, al menos uno más del que ya tenían, y ayudar en aquel ataque podía ayudarle un poco con sus números rojos.

Y aquel drow... al inicio le habían dado igual sus heridas. Bajo ningún motivo habría revelado que ella podía curarlas, pero de pronto... con Scar y Johan ahí, sabiendo que quizás él era de las pocas oportunidades que tenían para contraatacar y mantenerse con vida... Era por eso que odiaba tanto relacionarse con personas. Las personas morían todos los días y mantener amistades era una manera muy fácil de salir lastimada en medio de una guerra. Cada vez más nerviosa, tamborileaba los dedos contra la mesa, buscando tomar una decisión. Principalmente, la tenía confundida el hecho de sentirse tan falta de información, aún cuando habían sintetizado un poco toda la situación.

Cuando todos estaban desalojando ya la sala y comenzaba a verse un poco más vacía de lo que estaba, dio un par de pasos al frente. Se odió un momento por haber sido tan ingenua y por permitirse haber estrechado lazos con personas que no conocía, pues no hacerlo era su primera regla de supervivencia. Soltó el aire que había estado guardando, y habló con voz suave. Salió un poco más baja de lo que esperaba.- Yo... soy... un dragón.- Susurró. Y con aquella declaración, sintió que ya no había marcha atrás en lo de involucrarse en aquella lucha. Al menos, si salvaba algunas vidas, podría estar contenta de acercarse más a saldar su deuda. Pero lo primero era saber qué era precisamente lo que necesitaban que hiciera... Había escuchado un poco, pero le gustaba tener detalles. Después vio al drow, su cuello sangrando y lo que habían dicho de su pierna... Si ya estaba exponiéndose, qué más daba soltar la lengua un poco más.- Y también sé sanar con "magia".- Murmuró, rehuyendo un poco de ver a Thalos, pues él le había preguntado si era sanadora... Igual no se sentía como tal.

Thalos sigue planificando después de que Scar se marche, situando un puesto de sanción en una cueva, probablemente aquella en la que encontré a mi jefe y al otro loco luchando desnudos como dos perros. Sep, igual que dos perros. Escucho en silencio y asiento cuando me dice que lleve allí las provisiones, mirando hacia la puerta cuando se abre y entra Erika, la madre del hijo de Thalos. Es de las pocas que hay en la Base, entre que tenemos escasas mujeres luchando y que si alguna se queda embarazada no suele volver… Pues eso.

El caso, Thalos da por terminada la reunión y la gente empieza a irse, tanto para ayudar en la evacuación como para prepararse. Yo me ofrecería voluntaria… pero acabo de volver de misión, creo que merezco un pequeño descanso. Nadie más de la Brigada ha aparecido, aunque si es una situación de emergencia y la reunión ha sido planeada deprisa y corriendo tal vez no hayan tenido la oportunidad de venir.

Como aún tienen que pulir detalles y hacer planos y tal decido marcharme de allí, camino a las habitaciones para coger un par de cosas que necesito y buscar a Scar, ella tiene la cápsula con la bolsa donde dejé mis guanteletes y granadas. Así también le digo dónde debemos dejar todo lo que hemos conseguido. Me cae bien la chica… es extraño, para lo seca que me pareció cuando la conocí hace unas horas en un callejón oscuro, claro.

No pensé absolutamente nada cuando las palabras de Ailathus iban a avanzando y vaticinando lo que ya me imaginaba. Ni su confirmación de que mis padres estaban muertos removieron ni un ápice de mi mente. Me soprendí, pero me sorprendí por no sorprenderme. Porque ya sentía tan extraños y lejanos a mis padres, era como si nunca hubiesen existido. No me enfurecí, no lloré, no sentí ganas ningunas de afligirme. Incluso tampoco me llevó ningún esfuerzo creer a Ailanthus.

En ese momento desee querer enfurecerme. Mantuve mi mirada fija en el drow buscando una reacción coherente en el fondo de mi mente pero fue imposible. No sentía absolutamente nada, estaba inmunizado de alguna manera. Humedecí mis labios - Bien - concluí con un tono de lo más neutral, ablandando sin querer siquiera mi actitud para con el drow.

Me dí la vuelta y desaparecí de la sala de reuniones con mi saco a la espalda de botellas y tabaco con la cabeza contagiada por la tensión de la evacuación. Por inercia me dirigí a las habitaciones a coger lo pocas pertenencias que tenía dejando atrás a Thalos, Ailanthus y a los demás.

La respuesta de Alex había sido, probablemente, lo que menos pudiera esperarme. En contra de mi propia preocupación o… Intento de ser delicado con el asunto, él me respondió con el más frío de los “Bien” que hubiera escuchado nada. -No quería… No quería que…- Realmente no sabía ni que decir. Lo helado de aquella palabra me había dejado a mi completamente fuera de lugar. Y sin despedirse, sin decir nada, se marchó.

Me quedaban por atender los asuntos de la reunión. Entre ellos destacó la intervención de la muy silenciosa chavala pelirroja, que tras no mediar palabra en todo aquel asunto, decidió entrar una vez acabada la reunión. Se habían empezado a ir las personas de allí, la mayoría a evacuar. Otros a correr la voz. Y quizás algún otro a prepararse para la contienda. De pie y dando dos pasos hizo la confesión, aquello que llevaba callándose desde hacía rato, tal vez. La razón por la que Reiv había tenido que destacar lo muy interesante que era su vida al querer proteger los dragones.

Pues ella era otro dragón. -Un dragón… Hacía años que no veía ninguno.- Dejé ir con cierta admiración en mis palabras. -Entonces… Habrás escuchado lo que mencioné antes. Participar o no es tu decisión, no te sientas más obligada que cualquier otro al hacerlo. Es algo muy peligroso, lo de luchar allí arriba… Aunque puede salvar muchas vidas.- Me preguntaba qué tipo de dragón sería ella. Pues no había visto más que negros y púrpuras, los únicos que deambulaban en las cuevas.

Su siguiente afirmación me pilló algo de imprevisto y no pensé que fuera por mi propia condición. No me encontraba bien pero había logrado estabilizarme un poco. Al oír aquella palabra, lo único que pude pensar es que Dyospiros necesitaba todas las curaciones que pudiera recibir. -¿Sanadora? ¿Crees que…? Es… Es un favor, quiero pedirte un favor y… No tengo mucho a cambio, más allá de la información- Miré al suelo. No me gustaba pedir favores, pero debía intentarlo. Por mi hermano. -Mi hermano fue herido por la Alianza, de gravedad… Y los pocos recursos que hay y la escasez de sanadores o… El cansancio de estos ha hecho algo complicado poder asegurar su recuperación. ¿Crees que podrías ayudarle? Es un buen chaval, y ayudó a los renegados en un ataque y… No quiero perderle.

Casi con timidez me atreví a dirigirle la mirada. Antes de que la voz de Thalos y la charla de la reunión ya acabada volviera a pedir toda mi atención. -¿Mapas para Yaroslav? De acuerdo.- Me parecía un hombre fiable. Apreciaba aquellos mapas y eran mi única forma de volver, tal vez, a ver a mis padres alguna vez. Aunque la situación cobró menos importancia al entrar en juego Erika, a quien Thalos resumió la situación. No intervine en aquello. Discutían, no parecían llevarse bien.

Algo histérica se alteró y gritó por mi presencia. -Hay razones para que esté aquí.- Respondí secamente. Pero decidí que Erika era un caso intratable al gritarme que no era su esposa. ¿Separados? -Como sea.- Y no quise meterme más en sus vidas privadas. A mi historia la mujer no acabó de reaccionar bien, si bien no me agredió, me dijo que no había justificación para que un niño pasara por eso. -Sí que la hay. Era la única forma de garantizar su supervivencia, y no iba a dejar que Morgana matara otro crío esa noche, fuera cual fuera el coste. ¿Que tal vez le quede un trauma hacia los drows? Pues casi que mejor. Le ayudará en el futuro no arrimarse a los de mi raza.

Todo aquel tema me tenía impaciente. Y Thalos insistía, al menos, en que había dicho la verdad. No se había ocultado. La mujer agradeció que se lo contara y asentí, en un intento de reconciliarme con ella. -China Town no es el mejor sitio ni aún en tiempos de paz. Lo que corre por aquellas calles no es ni medio normal.- Lo decía yo, que hacía tratos con gitanas que llevaban tiendas extrañas y lúgubres. Y quizás lo decía por esa misma razón. No entré más en sus discusiones de pareja o… Ex-pareja. Si que contesté a Thalos al decirme que tenía dos días.

-Sabes perfectamente que dos días no son suficientes para una pierna. A no ser que tu intención sea venderme a la Alianza o tirarme por el primer puente que veas. En ese caso hasta te convendría, ¿No?- No iba a ocultar que desconfiaba de él… Y más me molestó que el niño, ante mi pregunta, callara. Tenía sus razones. Pero estaba empezando a perder mi paciencia. -Escucha, Reed. No entenderías porqué hice aquello. La cuestión es, podemos… arreglarlo. Sé que hice algo mal. Sé que aquello fue… “caca”, como decís vosotros. ¿Estás seguro que no quieres nada? ¿Un juguetito? ¿Unas chuches? Lo… Lo que sea…

Escucho la situación, parecida a las que algunas de las veces se habían dado, cuando se habían acercado demasiado a la base. Sin embargo ahora aquellos militares disponían de una mejor tecnología que antaño. Frunzo mis labios, quedando pensativa ante las instrucciones que había oído en los últimos momentos de reunión.
-Le diré a Romeo que venga a por Reed, será más rápido.
Mientras tanto el elfo hablaba con Reed que le miraba tan tranquilo, asintiendo a cada una de las posibilidades que le daba para poder arreglar las cosas.
-Pero yo me quedo.
"no voy a perderme esta mierda"
Encojo un hombro ante la pregunta de Draven negando algo resignada.
-¿Que voy a hacer?no puedo hacer nada para solucionar que no seamos capaces de cuidar a nuestro hijo.
Frunzo ahora mi ceño con extrañeza, miro hacia la muchacha timidilla. Me ha parecido oír algo.
-Ha...ha dicho...¿ha dicho que es un dragón?
Dedico una mirada de reojo a Thalos y luego miro a Reed que parece querer jugar con el Drow o algo. Carraspeo y me fijo en la chica de nuevo.

-Me han dicho que necesitáis gente, así que si queréis a alguien de refuerzo, yo soy vuestro hombre -nada más aparecerme en la sala de reuniones de la base de los Renegados solté aquella frase como el que no quiere la cosa, pero hay que ejercer como mercenario y además, ésta guerra influye en el retorno de la búsqueda del nigromante Terumi Akira (recordatorio, soy tan jodidamente japo que el apellido lo pongo primero y el nombre el segundo). Me encontraba allí apoyado en una esquina y con ambos brazos cruzados, el brazo mecánico estaba oculto por la manga ancha que sale de la hombrera, como mucho solo podrían verse los dedos.

-Zekerasu Kosuke -una breve presentación es lo suyo para ir empezando pues las caras de los que se encuentran en ésta sala no me son familiares y es la primera vez que los veo, a todos y cada uno -Yaroslav Tolstoi, amigo aquí presente que creo que casi todos tenemos en común fue quien ha solicitado mi presencia en éste sitio hace unos instantes -mi tono serio como mercenario profesional no cambia en ningún momento, pues hay que irse haciendo un nombre en éstos lares -también soy conocido de Aikawa Kenji quien se transfirió desde la Resistencia Japonesa para echaros un cable en lo que es el tema tecnológico y mi técnico personal -menuda presentación estoy echando... será mejor que para cuando tenga mucha pasta contrate a un tipo que haga los discursos por mi, no es algo que se me den bien.

Examinemos con ojo analítico a los presentes en la sala, el ruso, un tuerto, dos mujeres pelirrojas y un drow... joder antes era raro encontrarte con uno y ahora te los encuentras incluso de debajo de las piedras, lo curioso del drow es que ahora que lo miro bien he visto su careto en otra parte... ah hostia, en los periódicos, era... más bien fue, uno de los capitanes de la Alianza Humana, Ailanthus Sreysnah -Vaya Ex-capitán, ¿decidiste escaparte del Bronx -barrio de Estados Unidos conocido por su población de negros -para unirte a los Renegados? Espero que seas consciente de lo que haces y de que te buscan.

Habiendo mirado a todos los presentes, me extraña que no se encuentre el líder de la Resistencia, Johan Black -¿Por qué no está presente Johan? ¿Acaso he llegado tarde a la reunión? -les pregunto a todos pues me extraña que solo haya cuatro gatos (vale son cinco, pero bah) en la sala -Si es así, hacedme un resumen de todo lo que habéis hablado por favor.

Me dirijo a la sala de reuniones después de despedirme de Harley, Bastet e Ilzt, ya que todos tendrían sus cosas que hacer. Anteriormente aparecí por aquí el tiempo justo para dejar a Scar y a Vanessa, pero no pude enterarme de nada de la reunión. De todos modos confío en Thalos, seguro que él ha sabido llevar bien la reunión. Reaparezco en el mismo sitio de antes, aunque Scar y Vanessa ya no están por allí. Supongo que se las han llevado para atenderlas. Intuyo también que la reunión está prácticamente acabada, ya que queda bastante menos gente que la otra vez que vine. Hay alguna cara nueva, entre ellas la del japonés que había ayudado a Yaroslav, o la de alguien que me hace bastante ilusión ver de nuevo por allí, a pesar de lo que me ha contado Thalos.

Voy hacia Erika para saludarla con un efusivo abrazo, porque me sale sin más, murmurando por lo bajo que me alegro de verla por aquí. Reparo después en el drow huido de la Alianza, que trata de comunicarse con el crío, aunque dudo que la conversación fluya mucho. Si se entrase en batalla ahora mismo dudo que el elfo oscuro aguantase un asalto, su aspecto no ha mejorado nada desde que los vi en la enfermería. No le digo nada por ahora, esto no es ninguna conversación privada.

Después regreso al lugar en el que está Thalos, sumándome a la petición que le escuché a Kosuke nada más aparecerme. - Eso, resume en qué habéis quedado. Al final he tardado un poco más en recoger a los que se habían quedado en la misión y creo que me he perdido casi toda la reunión. ¿Se están encargando de Scar en la enfermería, no? ¿han guardado ya los medicamentos? - hasta que no sepa de qué va la cosa no creo que pueda dar mi punto de vista o ayudar con ideas o planes, pero la cosa es ir terminando y dejar las cosas claras para un enfrentamiento inminente.

- Thalos os habrá hablado ya de la evacuación. Cuanto más repartidos y lejos de la ciudad mejor. Cabañas en el bosque, cuevas, ruinas de castillos...tenemos unos cuantos puntos estratégicos conocidos a los que poder acudir. Y si se realizan hechizos de ocultamiento mejor. Los que no vayan a luchar porque no puedan o no quieran deben marcharse a un lugar seguro ya, cuanto antes mejor. - unos cuantos comienza a abandonar la sala, seguramente para recoger sus pocas pertenencias y para llevarse a otros que no puedan o quieran pelear. Otros tantos se quedan, que suelen ser los de siempre. - Los que nos quedamos también empezaremos a prepararnos desde este momento.

Llegué a la sala de reuniones con más energía de la que me solía gastar al caminar, sin ningún resto de lo que pudo ser un sedante. Al entrar suspiré de alivio, Alex ya no estaba, y a la misma vez me jodía aquello. Me jodía hacerme a la idea de algo que luego no iba a suceder en el momento planeado. Johan ya estaba allí, llegué justo a tiempo para escuchar en silencio, un breve resumen de la marcha que debía llevar ahora la base respecto a la evacuación. Di por hecho que allí quedaríamos los aptos para luchar, cosa que me daba una pereza increíble pero no tanta como volver a huir.

Sin ningún tipo de saludo ni nada me puse cerca de una de las pocas personas que conocía en la sala, Juliet. - Quiero saber hasta qué punto estamos bajo amenaza y porqué. - dije en tono alto y firme dirigiéndome tanto a Johan como a Thalos, dueño de la ropa que llevaba yo puesta todavía, como a quién me quisiera contestar. Lo hice de una manera un tanto intimidante, y no era para menos, quería saber qué posibilidades teníamos de salir ilesos, si tenía que desaparecer de aquella base o si tenía que darme la borrachera de mi vida antes de morir...

Mas gente salió de la sala, Alex entre ellos. Escuché a Erika, que propuso avisar a Romeo para que recogiese a Reed y lo llevase a lugar seguro. Era la mejor opcion. Asi que asentí...que el tío no me cayese bien (y yo a el tampoco) no queria decir nada.
-Avísalo cuanto antes, no podemos saber con exactitud cuanto tiempo de margen tenemos.

La miré en silencio cuando dijo que ella se quedaba a defender el lugar. Era tonteria discutir con ella, acabaria haciendo lo que le diese la gana.... y tambien era cierto que podia defenderse mejor que mas de la mitad de los que estabamos aqui reunidos. Bueno...quizá no mejor que un dragón. Miré a Juliet sin poder ocultar  cierta sorpresa

"un dragon...aqui?"

Yo tambien llevaba tiempo sin ver a ninguno. Y capté a la perfeccion la mirada de Erika y su carraspeo. No es que hubiesemos visto muchos dragones en forma de persona, con los que pudiesemos hablar.
-¿Nos has dicho tu nombre antes...? -no habia caido. Y si lo habia dicho, se me debia de haber olvidado. Pero ahora veia a la chica bajo otra luz. Quizá ella tuviese algunas respuestas.

Lancé una mirada con algo de fastidio a Erika por lo que dijo de que no fuesemos capaces de cuidar a nuestro hijo, porque veia que tenia razon en parte. Por mucho que lo intentase....
-No puedo impedir que hagas lo que te de la gana, asi que adelante. Pelear es lo que toca.

Escuché tambien al elfo, que se quejaba porque dos dias no eran suficientes para sanar una pierna. Pues claro que no lo eran, y menos por medios tradicionales. Pero aqui habian personas con habilidades para curar ese tipo de heridas con rapidez. ¿Tirarlo por un puente?
-No tengo nada mejor que hacer. -  él desconfiaba de mi tanto como yo de él. -Pero con magia, las cosas se aceleran y mucho. A no ser que prefieras indicarme donde está ese almacen de suministros y continuar tu descanso. Andamos escasos de tiempo.

Apareció entonces un chaval, con todas las pintas de mercenario del mundo. Venia de parte del ruso, al cual miré brevemente viendolo asentir. Nada que añadir, entonces. Se presentó y tras ofrecer su ayuda pidió informacion. Preguntó por Johan pero al poco aparecio este respondiendo a la pregunta por si mismo. Me aparté un poco cuando saludó a Erika con un abrazo. Scar tambien volvió, pidiendo informacion al igual que los dos anteriormente mencionados.

-Bueno...parece que la enferma ha vuelto rapido. -dije refiriendome a Scar. Luego miré tambien a Johan y Kosuke. -Esta bien, os resumo lo que hemos hablado. Basicamente hemos decidido que tras evacuar a los que no pueden pelear, nos prepararemos para la llegada de los militares. Voy a instalar unas cámaras en la superficie para prevenirnos de su llegada, en cuanto los veamos llegar, pasaremos a la accion, ellos harán algo para forzarnos a salir, la cosa es adelantarse aunque ellos crean que ha sido efectivo. Sabemos que quieren luchar contra nosotros a campo abierto, asi que seria buena idea plagar dicho terreno que ellos creen conveniente con trampas. La cosa es hacerles creer al principio que hemos caido. Trasladamos una enfermeria de campaña a las cuevas que estan cercanas a Bastion, la cueva de la desesperacion, no seria seguro atender a los heridos en batalla en la enfermeria de la propia base. En caso de que todo salga mal, nos replegaremos hacia el bosque. Los objetivos iniciales serán los centinelas, el elfo y yo queremos asaltar un almacen para buscar juguetitos que pueden ayudar en eso. Tambien nos ha informado de que es posible que encontremos algun alto cargo por ahi pululando. Haremos prisioneros. Por lo que pueda pasar. -miré a Juliet al final. Ella podria ayudar con el apoyo aéreo. Pero parecia tener dudas....

-Eso es todo, Johan. Si quieres añadir algo... -que sea ahora. Miré a Scar que habia preguntado por la amenaza, hasta que punto estabamos bajo ella y por qué. Quizá ahora era el momento de insinuarselo. - Del uno al cinco....nivel cinco de alerta. Tranquila, normalmente estamos en nivel 3. - realmente no era para estar tranquilos, pero eso se notaba en el modo que tuve de decirlo. Luego repetí lo anteriormente dicho. -Un auror echado de los campos estaba en la superficie, con un chip geolocalizador. Practicamente en nuestra entrada. Nos contó que le habian pedido que se infiltrase - bajé un poco mi voz. - Ah, y preguntó por tí.

Su indecisión no se acabó cuando soltó aquellas palabras sobre sí misma. En realidad, la respuesta que recibió fue confusa y bastante variada. En parte fue un poco de... no sabía si respeto o miedo, y por otro lado algo de reconocimiento. El primero en reaccionar fue el drow. Y aunque fue de lo más cálido con respecto a si ella debía o no participar en el ataque, aquello de "salvar muchas vidas" dio en su talón de Aquiles. Suspiró suavemente, luchando contra sus instintos de quedarse ahí y luchar mientras pensaba que era una locura irracional. De sus pensamientos la sacó aquel favor que el contrario quería pedirle. Lo escuchó con atención, pues parecía que él tampoco era muy convencional.- ¿Un favor? - Preguntó extrañada, animándole un poco a hablar. Nadie le había pedido antes un favor y saber que se trataba de una curación para su hermano le llamaba la atención.- No te aseguro nada... yo misma no estoy en muy buenas condiciones...- Susurró un tanto apenada por la condición en la que estaba y al no haber comido en algunos días, no sabía si podría curar a alguien con efectividad.-...pero veré cómo intentarlo.¿Quién es él?- Aseguró al ver la intensidad con la que hacía aquella petición. Parecía ser buena persona a pesar del recelo que todos le tenían. Si, después de todo, pedía una curación para otra persona estando él mismo herido, no podía ser tan malo.

No había querido interrumpir a Thalos y la otra chica, pero cuando ella pareció sorprenderse por su raza, asintió suavemente con una sonrisa cuya intención era tranquilizarla, pero que solo logró apenarla ligeramente por haber atraído la atención hacia ella. Thalos también se había sorprendido por la noticia y eso solo podía contribuir con su sonrojo. Evitando la mirada del moreno, se colocó un mechón de cabello detrás de la oreja en un gesto de nerviosismo que no pudo ocultar. Normalmente dejaría la duda volando, pero no había necesidad ya de andarse por las ramas. A la pregunta de si había dicho antes su nombre, negó suavemente.- Mi nombre...- Detuvo la frase a la mitad. No le gustaba tanto Irina, como le había llamado Reiv para sacarla del apuro en la isla, pero dar su nombre era comprometerse a demasiadas cosas, según su parecer. Pudo haberse quedado callada medio minuto, o quizás más, mientras pensaba en qué nombre pronunciar.

-Mi nombre... no es importante ahora.- Susurró finalmente. Mientras observaba la situación y trataba de pasar desapercibida, la sala se fue llenando de gente conocida. Johan, Scar y un chico que se presentaba con un nombre nada europeo habían llegado al lugar. Scar dijo la pregunta que ella misma no había podido pronunciar, y justo a tiempo como para darle tiempo de pensar mejor en si debía o no abrirse a una vida más pública. Cuando Thalos terminó de explicar y hubo quedado claro para ella la situación, aquella mirada de su 'ojo' pareció inyectarle un poco más de valentía.- Creo...- Carraspeó un poco antes de continuar, pues con lo bajo que había hablado antes se había quedado un sin voz.- Es bastante peligroso si hay gente luchando debajo de... bueno, de un dragón.- Quizás de ella más que de ninguno, pues en cualquier momento podía caer un pedazo de hielo y aplastarlos a todos... o algo(?) Un poco intimidada por toda la gente que había, entrelazó las manos detrás de la espalda y siguió hablando, tratando de que la voz no sonara tan dulcecilla como siempre le salía cuando estaba tan nerviosa.-Yo... no lanzo fuego, no explotaría nada, creo. Quizás caerían enteros a tierra los aviones. O en pedazos los helicópteros. Haría más daño que beneficio... si se hiciera cerca de aquí... Hasta donde tengo entendido, ellos también tienen una base o...algo. Si en vez de esperarlos aquí, ataco allá, quizás podría destruir algo y darles menos espacio de maniobra. Sería menos peligro que estar aquí, pero tendrían que resistir algunos impactos mientras los hago volver o arriesgar a que conozcan el plan y atacarles directamente en su base cuando los aviones salgan. Supongo que los que vayan a pie saldrán primero. N-No sé que funcione más según como ellos ataquen...- El plan era adaptable, pero la ventaja de la sorpresa debía poder mantenerse cualquiera que fuera.

Erika se dedicaba a hablar con Thalos, y Thalos con Erika. Ya fuera de sus discusiones y mucho más tranquilo por ello me pude sentar para hablar con el niño, el cual finalmente se había abierto y parecía más abierto. Yo quería intentar sacarle una respuesta sobre qué quería, así que saqué mi libretita y empecé a dibujar juguetes y chuches. -¿Qué quieres?- Pregunté con la infinita paciencia que solo los elfos tienen. Quizás por eso se me daban… Bien los niños. No iba a mentir. Me habría gustado poder hacerme cargo de alguno, pero sin embargo, yo mismo no veía forma de producirlo. Por decirlo de mala manera. No era un hombre dado al amor, y no quería comprometer a nadie por algo así.

Aunque tenía la ligera sensación de que el día llegaría. Había quedado algo apartado de la situación general. Al sentarme había empezado a mareame de nuevo y lo notaba en mi pulso, muy trémulo. Tenía bastante frío y la pérdida de sangre empezaba a entrar con mucha fuerza. Por eso quizás no presté mucha atención a la llegada de nuevas personas: El borde que había visto en enfermería, al cual no dije nada, una mujer que pedía un resumen, con esa sensación de… lejanísima familiaridad, y un asiático cuyo rostro si que me sonaba. Como criminal.

Creo que si nos hubiera dado un currículum nos habríamos quedado más cortos de información. -Desde los datos de la Alianza puedo asegurar que está fichado como enemigo.- Aparentemente lo había traído mi ruso vigilante. Descuidé en ese momento la libreta y el lápiz. Esperaba que el niño no se las agenciara. Era mi querido lápiz de minas con una del 2B, que tanto me gustaba para dibujar muy directamente. Me sorprendió un poco que el mercenario también conociera mis orígenes… E hizo un comentario un tanto curioso al respecto. -Mucho me temo que si viniera del Bronx sería un hombre más feliz. No se merecen comparación los de ese barrio con la Alianza.- Escaso el humor pero no porque quisiera ser antipático, si no porque me costaba mantenerme despierto.

A todo eso, Thalos me protestó sobre mi queja de aquellos dos días siendo muy pocos. -No pienso quedarme aquí. Pediré ayuda para lo de la pierna, siempre que la situación de mi hermano mejore. Él está por delante. Si en dos días no ha despertado no iré al asalto.- Mencionaría eso en el resumen que hiciera después. Pero de nuevo aquello me resultaba ya de difícil comprensión. Ahora quedaba la dragona. No sabía exactamente cual sería su decisión al principio, aunque la comentaría durante el resumen general. Al principio pareció dudar… Yo la noté tímida y me daba miedo amedrentarla, pues no eran pocos los que habían quedado algo asustados de verme. Incluyendo el niñato de los pasillos.

Tomó interés por el favor que quería pedirle. No me aseguró no poder hacer nada dado su condición. -¿Es algo en lo que pueda ayudar?- Quería ayudarla a recuperarse ya no por mi propio interés, si no… Por el mero hecho de ayudar. Aunque era consciente de que apenas estaba en condiciones de seguir allí despierto por mucho tiempo. Eché un urgente trago a la petaca con aquel sucedáneo de café que debía mantenerme despierto. Finalmente accedió a intentarlo. Yo le dediqué una muy sincera sonrisa. Los dos semielfos habían intentado ayudar pero venían ambos terriblemente agotados.

Su nombre. Me preguntó por su nombre. -Él es Dyospiros Sreysnah.- Siempre el nombre completo. Algo de ternura al pronunciar esas palabras. -La Alianza le hirió de gravedad. Es… Alguien que ha ayudado a los renegados alguna vez. Buen chico.- Aunque suponía que ella no era una habitual en la base, porque su naturaleza draconiana había sorprendido a la gente. -... Gracias por prestarte a ayudar. No hay compromiso, pero… Es importante. Es muy importante para mí.- Eché una mirada de reojo al niño de Erika y Thalos, para ver que no hiciera nada raro. Luego se la devolví a ella. -Debería haber alguien en enfermería capaz de ayudarte con ello.- ¿Era una forma de quitarle peso? No quería que se sintiera sola en aquello.

Ya no me metí en los largos resúmenes o diálogos o situaciones estrategias. Si bien antes había tomado un papel muy activo, en aquel momento me empezaba a resultar difícil seguir el hilo. Me eché aquella capa élfica que me habían prestado por encima, cada vez más frío.

Hice una mueca sarcástica no demasiado agradable cuando Thalos ser refirió a mi, y procedió a resumir la reunión. Me fui alterando progresivamente, en mi mente solo rondaba una idea, la de irme de la base cagando leches, muy a mi pesar por la confianza que había brindado Johan. El plan que había contado Thalos me parecía demasiado cutre, incapaz de hacer frente a la Alianza, y aquello de los prisioneros... la Alianza no movería un dedo por ellos, aquello no daría ninguna garantía. Y además, yo no sabía pelear en grupo y menos contra todo un ejército.

- Joder joder joder - repetí cuando escuché que estábamos en alerta máxima. Para ser sincera hice un amago de largarme de allí, dirección a la habitaciones otra vez, para quitarme la ropa de Thalos, coger la mía y largarme.

Pero otra frase me hizo volver sobre mis pasos, confundida por unos instantes, y luego decidida a dirigirme a Thalos como si me fuese a abalanzar sobre él entre la furia y el terror.  - ¿Qué cojones acabas de decir, Thalos? - pregunté cerca de su cara, le agarré del brazo algo fuerte, para qué mentir. En mi cabeza solamente se repetía un ''otra vez no, otra vez no...''

Asiento dispuesta a agarrar a Reed y largarme para dárselo a mi hermano. Oigo el típico sonido de desaparición con el que llega Johan y me abraza, a lo que le respondo con un pequeño apretón.

Veo que Reed anda señalando a todos y cada uno de los dibujos que hace el elfo y decido ponerme en marcha cuanto antes pero antes de ello señalo a la chica dragón.
-Ya hablaremos.
Llega una tía con pinta de ser la hermana perdida de Thalos, arqueo una ceja y tras fijarme en ella la otra se levanta por inercia.
"Wow...con su ropa y todo"
-Dile adiós a papá.
Me acerco a Draven para que Reed le de un besito de los suyos y carraspeo susurrándole por lo bajo con "tonito".
-Ya veo que no pierdes el tiempo...Te pega
Salgo de la sala mientras escribo a mi hermano por el galeón intercomunicador.

Al momento de pedir un resumen de los planes aparece Johan Black, quien me cuestionaba por qué no estaba aquí -Hablando del demonio, justo preguntaba donde te habías metido -el mismo líder de los renegados solicita lo mismo que yo, un resumen de todo lo acordado en la sala. Justifica su tardanza para la reunión con que debía recoger a algunas personas que terminaron una misión. Al decir la palabra medicamentos pude intuir más o menos de que se habría tratado, pero eso no es lo que nos incumbe en ésta ocasión mis fieles lectores.

Thalos nos revela el plan el cual se realizaría post evacuación:
Instalación de cámaras para prevenir la visita del enemigo. Con ello podremos reaccionar a tiempo a su ataque, pues querrán hacernos salir de nuestra madriguera. Lo que se hará con ello es hacerles creer que han logrado su objetivo pero seremos nosotros quienes los sorprendamos. Para ello se colocarán varias trampas en sitios clave del campo de batalla, con ello ganaríamos cierta ventaja, estaba de acuerdo con el planteamiento -Van a venir con la artillería pesada... ¿tenemos material disponible para parar su maquinaria? Por no decir centinelas.

La enfermería ha sido trasladada a las cuevas cercanas de por aquí, lo cual me parece bien, no es conveniente tener a los heridos tan cerca del combate, cuanto más alejados y a salvo mejor. El tuerto cuenta el plan B en caso de que el plan A falle, el cual consiste en reunirnos en el bosque. Nos centraremos en los centinelas, quienes son los enemigos más fuertes -El tema de achicharrar circuitos lo llevo bien, podéis dejármelo a mi -si de centinelas se trata, puedo ocuparme de ello -eso sí, mi parálisis no dura demasiado tiempo en caso de éxito, así que destrozadlo rápido. Thalos quiere asaltar junto a Ailanthus uno de los almacenes de la Alianza por si encuentran cosas útiles que nos ayuden en nuestra lucha y de paso hacer prisioneros en caso de que encuentren peces gordos -Que la fuerza de la pesca os acompañe con esos peces gordos -comenté deseándoles suerte en esa tarea.

-Thalos tengo una pequeña pregunta -dije llevándome la mano izquierda hacia la pitillera para coger un cigarro, el cual me llevo a la boca, ya se que anteriormente me dije que no era correcto fumar aquí debajo al ser un recinto cerrado y bajo tierra pero... bah, qué más da, lo enciendo usando un poco de magia de fuego y miro a todos los presentes, para luego fijar la mirada en mi interlocutor -¿De cuantos efectivos contamos? ¿Y quienes? Por supuesto sin contarte a ti y a los presentes. -para mi era importante saber eso, pues se necesitaría del trabajo en equipo para ésta misión de defensa, es cierto que la última vez que trabajé con desconocidos salió bien, pero si puedo conocer a mis compañeros mejor que mejor.

Al poco rato vino otra mujer, aliada, preguntando por el nivel de alerta a nuestro amigo el tuerto, la respuesta fue alerta máxima. La mujer no paraba de repetir joder, como si algo malo fuese a pasar -Y van a pasar cosas malas, pero para ellos por tocar los cojones. Tranquilízate, alerta máxima significa "golpea a todos los gilipollas que vengan a tocar la moral" -tosco, brusco, pero simple, era mi manera de tranquilizar algunas situaciones -lo peor que te puede pasar es que se te pegue un chicle al zapato o pises una mierda de perro.

La pelirroja no quiso revelar su nombre, se la nota tímida, nerviosa, como si nunca hubiese estado en el campo de batalla alguna vez -Si no quieres revelar tu nombre está bien, pero yo de tí lo daría, a la gente que no me da su nombre suelo ponerles mote -va con mi naturaleza y mi personalidad cómica el ponerles motes ridículos a quienes no conozco su nombre.
La chica dice que es bastante peligroso luchar debajo de un dragón... espera... ¿qué? Continúo escuchándola, hablaba de sus habilidades, no lanza fuego, lo cual haría que los objeos aéreos cayesen sobre nosotros -No lanzas fuego... -murmuro existen elementaristas que son capaces de escupirte en la cara una piedra pero aquello que ha dicho ha captado mi especial interés. *Cierro mis ojos y los vuelvo a abrir, mi ojo izquierdo había pasado del verde al rojo y en las pupilas de ambos ojos se rodearon de 6 tomoes o comos, como queráis llamarlos. Había activado mi Hōkuai, ojos que los Zekerasu eramos capaces de despertar, y yo pude recuperar dicha habilidad tras los sucesos en la Torre de Alta Hechicería.

Con aquellos ojos observo a todos los presentes, pudiendo ver como era la energía interna de cada uno de los presentes, Thalos solo contiene la energía necesaria para vivir, lo cual significa que es humano, lo mismo veo en Scar. En Johan obviamente veo su energía interna azulada pero en mayor cantidad que el tuerto y en la mujer, la propia de los magos como yo, el cual también percibo en el crío. Erika tenía un color distinto, amarillento, no he visto ese caso por lo tanto no puedo identificarla. Ailanthus también tiene magia en su interior, de un color púrpura, supongo que ese debe ser el color de la magia que tienen los drows. Juliet tiene en su interior magia de un tono anaranjado y en gran cantidad, ese caso lo he visto en dragones -Sep... nuestra amiga la pelirroja es una dragona -dije con total simplesa, como si hubiese visto dragones todos los días. Tío, después de haber visto demonios y a Nery, las razas raras... ya no me sorprenden, si quiero tener conocimiento de todas las razas existentes, deberé de usar más éstos ojos aunque sea fuera del combate.*

-No te preocupes por las cosas que puedan caer de ahí arriba, podemos ocuparnos de esas cosas -pero la chica propone que ella atacaría la base -atacar por tu cuenta y sola es arriesgado, y podría afectar al plan de infiltración de Thalos y el Ex-capitán del Bronx, piensa minuciosamente tus movimientos -sólo le estaba dando algunos consejos para éstas situaciones -hay muchos más planes y sinceramente, hay algunos que por muchos que los planees se desvían un poco y tienes que tirar de la improvisación. Si vas a ir allí, necesitarás de un pequeño equipo que te apoye.

Ailanthus el Ex-capitán del Bronx asegura que fui fichado como criminal en la Alianza -Vaya hombre... supongo que hasta algún antecedente de Japón se habrá filtrado en la base de datos de aquí o alguno de los centinelas o soldados me echaría la foto - solté el humo por mi boca observando al drow frente a mi y escuchando como contesta al llamarle negrata -Y serías el puto amo jugando al baloncesto -concluyo. El chico está con una pata jodida, parece que debe recuperarse de la lesión -Pero bueno, ¿que has hecho para joderte la pierna?
Menciona algo de que si no despierta alguien en dos días no irá al asalto, ¿alguien importante quizás? La dragona había accedido a ayudar al amigo del negrata, ¿estará más herido qué él? ¿en qué estado han logrado huir de los humanos? Sea como sea, yo no sabía nada al respecto.

Thalos había mencionado anteriormente que un auror se había presentado en la entrada con un chip de localización... ¿qué demonios hacía un tipo racista con un localizador de la Alianza? Vale le habían pedido que se infiltrara aquí... seguramente fuese un pobre idiota al que capturaron y le prometieron que si le daban la posición de éste lugar supongo que lo liberarían... pobres almas que caen en las garras de los humanos incapaces de convivir con las demás razas, para suerte de éste mundo aun quedan humanos que comprenden las cosas como Aikawa-sensei o los dos humanos presentes en la sala.

Observo como los que son incapaces de luchar efectúan el protocolo de evacuación, yo ya venía preparado para luchar. Miro al líder de la operación y de la Resitencia -Johan, sólo dime qué debo hacer y con quienes ir y empezaré a trabajar -como mercenario, él es mi contratista aunque en realidad lo fuese Yaroslav, pero soy alguien apto para el trabajo.

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*Hablé con el admin para que me dejase usar la habilidad que tengo en espera de aprobación y su respuesta fue afirmativa.