Recuerdo del primer mensaje :
Los casos más críticos reciben una supervisión más profunda
Tras llegar al hospital, me sorprendió que no estuviera medio derrumbado y carente como el resto de los lugares. Quizás sería algo más secreto y por eso nos llevaron a punta de desapariciones hasta adentro y no volando como preferiría. Después de todo, eso de desaparecer no era lo mío, se sentía horrible y me daban ganas de golpear al tipo. No tardamos nada en llegar a los laboratorios, donde tras varias pruebas de encontrar mi vena y algunos pinchazos de más (y un par de reclamos contra la enfermera), lograron sacar una buena cantidad. Ni Daniel ni yo sabíamos si aquello sería suficiente, pero al menos era algo. De buenas a primeras, la cosa no sonaba muy grave. O eso pensé.
Volvimos nuestros pasos siguiendo a la enfermera, que llevaba solamente la sangre de Dan. No esperaba que cuando llegáramos ella estaría postrada, inconsciente, en una camilla de hospital. Para mi sorpresa, aquello parecía algo serio a juzgar por todos los aparatos que había conectados y porque allí había muchas más personas que se veían igual de jodidos que ella, pero de una manera diferente. Ella se veía pálida y el resto cenizos.
Quizás se notaba mi incomodidad, y por eso pasé lentamente hasta llegar junto a Thranduil, recargándome en la pared cercana. Definitivamente tenía que ser ella. Aún con mi cara de molestia y la suya de convaleciente, era obvio que yo y ella eramos bastante similares. Y más aún se parecía a nuestra madre. Menuda molestia tanto buscarla para que se muera. ¿Qué edad tenía? ¿30? ¿50? No lo recordaba, pero igual después de todo lo que pasó debería ser indestructible... o algo así. Me puse alerta cuando vi al tipo que se había despertado histérico. Esos locos eran los peores.
Volvimos nuestros pasos siguiendo a la enfermera, que llevaba solamente la sangre de Dan. No esperaba que cuando llegáramos ella estaría postrada, inconsciente, en una camilla de hospital. Para mi sorpresa, aquello parecía algo serio a juzgar por todos los aparatos que había conectados y porque allí había muchas más personas que se veían igual de jodidos que ella, pero de una manera diferente. Ella se veía pálida y el resto cenizos.
Quizás se notaba mi incomodidad, y por eso pasé lentamente hasta llegar junto a Thranduil, recargándome en la pared cercana. Definitivamente tenía que ser ella. Aún con mi cara de molestia y la suya de convaleciente, era obvio que yo y ella eramos bastante similares. Y más aún se parecía a nuestra madre. Menuda molestia tanto buscarla para que se muera. ¿Qué edad tenía? ¿30? ¿50? No lo recordaba, pero igual después de todo lo que pasó debería ser indestructible... o algo así. Me puse alerta cuando vi al tipo que se había despertado histérico. Esos locos eran los peores.
Habiendo donado la sangre, se dirigieron juntos Aiden y Daniel al lugar donde le habían dicho que era Terapia Intensiva. Apenas entrar se dio cuenta de que sus estimaciones eran ciertas, y algo grave había pasado. Si aquello era posible, se veía más pálida que todos juntos. Se acercó a los pies de la cama, evaluando su condición sin demasiada emoción en el rostro, percatándose de que se parecía más a Aiden de lo que quería aceptar. Si era igual de cabeza hueca y de impulsiva, seguro que se había ganado a pulso su lugar en esa cama.
Se cruzó de brazos sobre el pecho, observando las maquinillas que rodeaban a la chica. Era algo incómodo y sentía que se irían pronto, pues ahí no había nada más que hacer. Sin embargo, cambió un poco de opinión, pues no tardó mucho en caer en cuenta de que el moreno estaba tomando la mano de Juliet, dedicándole una mirada ligeramente irritada por aquello. Así que cuando había dicho que estaba con ella no era precisamente a modo de compañero... o al menos parecía desear algo más.- ¿Cuál dijiste que era tu nombre? - Preguntó, quizás sonando un poco despectivo, aunque la intención no era enteramente esa.
Se cruzó de brazos sobre el pecho, observando las maquinillas que rodeaban a la chica. Era algo incómodo y sentía que se irían pronto, pues ahí no había nada más que hacer. Sin embargo, cambió un poco de opinión, pues no tardó mucho en caer en cuenta de que el moreno estaba tomando la mano de Juliet, dedicándole una mirada ligeramente irritada por aquello. Así que cuando había dicho que estaba con ella no era precisamente a modo de compañero... o al menos parecía desear algo más.- ¿Cuál dijiste que era tu nombre? - Preguntó, quizás sonando un poco despectivo, aunque la intención no era enteramente esa.
Escuché con demasiada claridad el sonido irónico de Reiv. Por ser hermano de Johan, podía decir que era un mago y de ser así, era bastante más mortal que nosotros. Oh pobre Juliet que nadie le dijo que su primer amor nunca debía ser alguien más mortal que ella. Pensé en alertar sobre eso a Reiv, pero a fin de cuentas me sabía mal eso de separar parejitas, aunque fuera por el bien de ella. A veces era abrumador para nosotros el tener que vivir sin nuestro compañero, y muchos caen en la depresión. Otros nos vamos de juerga...
Asentí ante que las decisiones difíciles eran las peores. Aunque le hacía bien, a ver si así maduraba un poco con todas las crisis que tenía encima.- Si monto un casino no puedo apostar. Es como si me follara a todas las chicas si montara un burdel...- Aunque eso no sonaba na-da-mal. Nada mal. Asentí también a lo de la gloria del vencedor. Había sido exactamente eso. Había sido algo más difícil que eso, pues cuando nos dimos cuenta de las dimensiones de lo que habíamos hecho, fue muy duro para todos. Escuché atentamente la historia de Reiv. Habiendo testigos, siempre era más difícil lidiar con las consecuencias de las batallas.- ¿Fue una vida por otra vida o se te pasó un poco la mano?- Pregunté curioso, pues las circunstancias eran importantes en ese tipo de situaciones.
Al menos hubo algo de tiempo para hablar de sentimientos. Él parecía un buen chico, quitando toda la paja de que tiene su carácter, es un impulsivo de lo peor y va ganándose enemigos por donde pisa. Asiento a lo de que quedará entre nosotros, solo porque no tengo a quien contarle, que aquello me parecía un buen chisme.- Al contrario, chico, yo espero que esto no quede solo entre nosotros y puedas decir lo que piensas.
Negué rapidamente con un bufido a lo de la fotosíntesis. Eso fue hace mucho. Lo de ahora son los filetes y un buen corte de carne. De algo hay que morirse.- Me encogí de hombros, viendo entrar a los chicos tras un buen rato que no les había visto.- ¿Cómo les fue? ¿Mareados? Espero que hayan dado hasta la última gota.- Bromeé.
Asentí ante que las decisiones difíciles eran las peores. Aunque le hacía bien, a ver si así maduraba un poco con todas las crisis que tenía encima.- Si monto un casino no puedo apostar. Es como si me follara a todas las chicas si montara un burdel...- Aunque eso no sonaba na-da-mal. Nada mal. Asentí también a lo de la gloria del vencedor. Había sido exactamente eso. Había sido algo más difícil que eso, pues cuando nos dimos cuenta de las dimensiones de lo que habíamos hecho, fue muy duro para todos. Escuché atentamente la historia de Reiv. Habiendo testigos, siempre era más difícil lidiar con las consecuencias de las batallas.- ¿Fue una vida por otra vida o se te pasó un poco la mano?- Pregunté curioso, pues las circunstancias eran importantes en ese tipo de situaciones.
Al menos hubo algo de tiempo para hablar de sentimientos. Él parecía un buen chico, quitando toda la paja de que tiene su carácter, es un impulsivo de lo peor y va ganándose enemigos por donde pisa. Asiento a lo de que quedará entre nosotros, solo porque no tengo a quien contarle, que aquello me parecía un buen chisme.- Al contrario, chico, yo espero que esto no quede solo entre nosotros y puedas decir lo que piensas.
Negué rapidamente con un bufido a lo de la fotosíntesis. Eso fue hace mucho. Lo de ahora son los filetes y un buen corte de carne. De algo hay que morirse.- Me encogí de hombros, viendo entrar a los chicos tras un buen rato que no les había visto.- ¿Cómo les fue? ¿Mareados? Espero que hayan dado hasta la última gota.- Bromeé.
No sé si echarme a reír o fingir que me escandalizo por su comparación entre lo del casino y lo del burdel. Al final simplemente aqueo una ceja y sonrío de lado, negando con la cabeza después. Se me hace gracioso escuchar a un elfo soltando cosas así, que parece que a ellos les pega más ir de poetas y de cultos. - Definitivamente...te iría bien abriendo uno de esos negocios turbios. - un elfo mafias, adaptado a los tiempos que corren. Asiento un poco más serio cuando me habla de la confesión que le he hecho, aunque no sea exactamente como él dice. - Sí pero no. Es decir...yo quería matarlo, no se me fue la mano. Venganza por cosas que le hizo a otra persona. Ajuste de cuentas, por llamarlo de alguna manera. - no sé si está justificado o no, pero en aquel momento lo tenía como objetivo. Queda bastante lejano todo aquello...
- Me refiero a que quede entre nosotros hasta que pueda decirlo. - concreto un tanto cortado, esperando que entienda que me refiero a que no diga nada hasta que yo lo haya hecho. Por suerte no he de aclarar mucho más porque en ese momento llegan por fin los hermanos. El pelirrojo sigue sin dirigirme la palabra, aunque tampoco es que parezca muy comunicativo. El otro me lanza una mirada un tanto inquisitiva, tal vez fijándose en mi cercanía con su hermana. El tono que emplea para dirigirse a mi también parece de interrogatorio, así que decido levantarme de la silla, soltando la mano de Juliet en ese momento. Supongo que toca presentarse formalmente, que antes no lo hicimos. La verdad es que no recuerdo si nos hemos dicho los nombres o no, que con lo de las prisas fue todo demasiado rápido. - Reiv Black. - extiendo la mano a modo de presentación para estrechársela, aunque no me guste mucho eso de presentarme del modo habitual. - Gracias a ambos por venir rápido y sin hacer demasiadas preguntas. Ya veis que no mentía. - y ahora que lo pienso no sé si debería hacer lo mismo con Johan y ofrecerme para donar, aunque tampoco me han preguntado nada los médicos, desconozco si es necesario. - Ahora os puedo explicar mejor lo que ha pasado. Ella y yo estábamos en misión para robar un arma de la Alianza, pero al final del plan acabaron hiriéndola gravemente. Tuve bastante culpa, tardé más de la cuenta en dejar el arma y regresar - suspiro pesadamente por eso del sentimiento de culpabilidad, apartándome después para dejarle hueco por si quiere ponerse Daniel al lado. - Supongo que querréis estar a solas un rato y hablar entre vosotros, así que creo que os dejaré unos minutos. Me gustaría estar aquí cuando ella despierte.
Ladeo la cabeza para ver qué es lo que sucede, debido al jaleo hecho por otro de los ingresados, Marcus . Al parecer uno de ellos ha despertado, aunque parece alterado y extrañado. - Oiga, que está a salvo, en un hospital. - si hablo con él tal vez me entere de más cosas sobre la explosión y la trampa que nos tendieron.
- Me refiero a que quede entre nosotros hasta que pueda decirlo. - concreto un tanto cortado, esperando que entienda que me refiero a que no diga nada hasta que yo lo haya hecho. Por suerte no he de aclarar mucho más porque en ese momento llegan por fin los hermanos. El pelirrojo sigue sin dirigirme la palabra, aunque tampoco es que parezca muy comunicativo. El otro me lanza una mirada un tanto inquisitiva, tal vez fijándose en mi cercanía con su hermana. El tono que emplea para dirigirse a mi también parece de interrogatorio, así que decido levantarme de la silla, soltando la mano de Juliet en ese momento. Supongo que toca presentarse formalmente, que antes no lo hicimos. La verdad es que no recuerdo si nos hemos dicho los nombres o no, que con lo de las prisas fue todo demasiado rápido. - Reiv Black. - extiendo la mano a modo de presentación para estrechársela, aunque no me guste mucho eso de presentarme del modo habitual. - Gracias a ambos por venir rápido y sin hacer demasiadas preguntas. Ya veis que no mentía. - y ahora que lo pienso no sé si debería hacer lo mismo con Johan y ofrecerme para donar, aunque tampoco me han preguntado nada los médicos, desconozco si es necesario. - Ahora os puedo explicar mejor lo que ha pasado. Ella y yo estábamos en misión para robar un arma de la Alianza, pero al final del plan acabaron hiriéndola gravemente. Tuve bastante culpa, tardé más de la cuenta en dejar el arma y regresar - suspiro pesadamente por eso del sentimiento de culpabilidad, apartándome después para dejarle hueco por si quiere ponerse Daniel al lado. - Supongo que querréis estar a solas un rato y hablar entre vosotros, así que creo que os dejaré unos minutos. Me gustaría estar aquí cuando ella despierte.
Ladeo la cabeza para ver qué es lo que sucede, debido al jaleo hecho por otro de los ingresados, Marcus . Al parecer uno de ellos ha despertado, aunque parece alterado y extrañado. - Oiga, que está a salvo, en un hospital. - si hablo con él tal vez me entere de más cosas sobre la explosión y la trampa que nos tendieron.
Sintió la explosión primero. Luego lo sintió todo y nada. Un jalón, chocar contra otro cuerpo, un intento de tomarla y luego el techo cayendo sobre ellos. Sintió el dolor y cayó inconsciente mientras sentía como la boca del estómago colapsaba bajo el peso de una roca demasiado grande para removerla. Probó el sabor de la sangre y después comenzó a escuchar el pitido en los oidos fruto de la explosión.
Ahora, un pitido muy diferente e insistente le zumbaba en los oidos. Esos sonidos que hacían las máquinas en los hospitales caros de la Alianza.La desesperación la embargó cuando no pudo abrir los ojos y asoció el recuerdo, creyendo que habían sido capturados después de todo lo que habían hecho. Tardó mucho rato en lograr abrir los ojos, pues tras el mareo y el cansancio había también un toque de letargo casi fatal. No logró fijar los ojos en nada la primera vez que los abrió. Solo los cerró de nuevo tras sentir una potente luz, quedando de nuevo sumida en las sombras al instante.
Varias horas después, unos gritos nuevos y ligeramente más conocidos la volvían a despertar. Se sentía pesada, adolorida y por demás cansada. Como si aún tuviera aquel bloque de piedra encima. Se encontraba consciente de su entorno, pero no de su cuerpo. Sabía ya que de ser un lugar enemigo, no estaría siendo atendida en el hospital. Pero sobre todo sabía que estaba con vida después de aquella trampa. Abrió como pudo los ojos, esta vez alcanzaba a mirar a dos personas conocidas, que reconoció más por instinto que por enfocarlas adecuadamente. Su mirada borrosa le dijo que aquellos eran Lyran y Johan, quienes habían también estado en la explosión.
- Jo...- Murmuró encontrando su voz tras un buen rato de buscarla.- ...han- Su rostro cayó a un lado y tuvo que cerrar de nuevo los ojos para prevenir dormirse otra vez.
Ahora, un pitido muy diferente e insistente le zumbaba en los oidos. Esos sonidos que hacían las máquinas en los hospitales caros de la Alianza.La desesperación la embargó cuando no pudo abrir los ojos y asoció el recuerdo, creyendo que habían sido capturados después de todo lo que habían hecho. Tardó mucho rato en lograr abrir los ojos, pues tras el mareo y el cansancio había también un toque de letargo casi fatal. No logró fijar los ojos en nada la primera vez que los abrió. Solo los cerró de nuevo tras sentir una potente luz, quedando de nuevo sumida en las sombras al instante.
Varias horas después, unos gritos nuevos y ligeramente más conocidos la volvían a despertar. Se sentía pesada, adolorida y por demás cansada. Como si aún tuviera aquel bloque de piedra encima. Se encontraba consciente de su entorno, pero no de su cuerpo. Sabía ya que de ser un lugar enemigo, no estaría siendo atendida en el hospital. Pero sobre todo sabía que estaba con vida después de aquella trampa. Abrió como pudo los ojos, esta vez alcanzaba a mirar a dos personas conocidas, que reconoció más por instinto que por enfocarlas adecuadamente. Su mirada borrosa le dijo que aquellos eran Lyran y Johan, quienes habían también estado en la explosión.
- Jo...- Murmuró encontrando su voz tras un buen rato de buscarla.- ...han- Su rostro cayó a un lado y tuvo que cerrar de nuevo los ojos para prevenir dormirse otra vez.
Vuelvo al hospital después de haber pasado antes por mis aposentos en la isla. Éstos estaban un poco revueltos, como si un clon o una versión de un universo alternativo hubiese estado hurgando en ellos, pero a Markus eso le dio un poco igual, pues lo que él necesitaba lo encontró rápidamente, en el mismo o un sitio similar al que lo había dejado.
Tras unos experimentos en los que algunos pobres animalitos habrán sufrido, y es posible que algún mago despistado también, vuelvo al hospital. Markus carga en su Markus-bolsa varias herramientas, un cable de hierro galvanizado, unos tornillos, una vasija de terracota con una pila de Bagdag. La idea de Markus, basada en los experimentos del señor Frankenstein, era enchufar la cocorota de Lucio a algún tipo de corriente mágica y así restaurar sus poderes. Mas cuando Markus llega se percata de que su juguete se ha marchado. Le informan que Lucio salió y convocó a Snagov.
Con una pataleta y bastante celoso por no haber sido él el avisado, Markus sale de la sala buscando a los otros sin magia. De camino se encuentra con un tipo con Tesla-bigote, Tesla-bigote y otros caracteres Tesla-típicos. Raro pues el único Tesla es Markus Tesla. Pero como Markus va entendido en buscar a susvíctimas pacientes no se percata de tal encuentro. Hasta doblar una esquina.
Se percata. ¿Me he cruzado conmigo mismo? Markus asoma la nariz por la esquina, pero en el pasillo no había ya nadie. Habrá sido una ilusión, se autoconvence Markus. Y puesto que todos sus juguetes se habían ido de allí, él también sale, pues hay viandantes que hablan de una boda. Y a Markus, aunque no le gustan las bodas, opina que siempre es un buen lugar para conseguir nuevos juguetes. Por tanto, sale del hospital de nuevo
Tras unos experimentos en los que algunos pobres animalitos habrán sufrido, y es posible que algún mago despistado también, vuelvo al hospital. Markus carga en su Markus-bolsa varias herramientas, un cable de hierro galvanizado, unos tornillos, una vasija de terracota con una pila de Bagdag. La idea de Markus, basada en los experimentos del señor Frankenstein, era enchufar la cocorota de Lucio a algún tipo de corriente mágica y así restaurar sus poderes. Mas cuando Markus llega se percata de que su juguete se ha marchado. Le informan que Lucio salió y convocó a Snagov.
Con una pataleta y bastante celoso por no haber sido él el avisado, Markus sale de la sala buscando a los otros sin magia. De camino se encuentra con un tipo con Tesla-bigote, Tesla-bigote y otros caracteres Tesla-típicos. Raro pues el único Tesla es Markus Tesla. Pero como Markus va entendido en buscar a sus
Se percata. ¿Me he cruzado conmigo mismo? Markus asoma la nariz por la esquina, pero en el pasillo no había ya nadie. Habrá sido una ilusión, se autoconvence Markus. Y puesto que todos sus juguetes se habían ido de allí, él también sale, pues hay viandantes que hablan de una boda. Y a Markus, aunque no le gustan las bodas, opina que siempre es un buen lugar para conseguir nuevos juguetes. Por tanto, sale del hospital de nuevo
Habían pasado unos cuantos días desde que fui ingresado en esta unidad. A decir verdad, de los primeros no fui apenas consciente. De algún modo, me las apañaba para superar hora tras hora y dia tras dia, gracias a los sanadores y a Anteia.
Más consciente fui de los siguientes días. Fueron difíciles, pero al menos, saber que no habia muerto nadie era algo que ayudaba muchisimo a afrontar las cosas de otra manera.
Gracias a Anteia supe que el tiempo habia pasado mas rapido de lo que creia y acabé informado de otras tantas cosas: a parte de la trampa sufrida en la base, se sumaba otra desgracia. Y es que me enteré por ella de lo ocurrido en Irlanda a los muchachos, a manos de los retornados Soul Reaper. Yo sabia que nunca habian dejado de actuar de un modo u otro pero que entrase en escena de nuevo el mismisimo nigromante de aquella epoca...era algo que no me esperaba. Algo que me habia puesto furioso y me habia hecho arremeter contra un pobre florero de la sala, que habia acabado hecho trizas. ¿Como se les ocurria volver, ademas, poniendole las manos encimas a mi hija....?
Pero el dolor y la ira fue algo que tuve que tragarme. En breves se iba a celebrar una boda, asi que.... no podiamos faltar. Ni tampoco podiamos aparecer con mala cara. Ademas tenia ganas de ver a Azahar y a Ian, saber como estaban despues de aquello.
Dejamos el hospital pues, quizá de un modo un tanto precipitado en cuanto al estado de recuperacion, pero aquel era un evento que no podiamos perdernos.
Más consciente fui de los siguientes días. Fueron difíciles, pero al menos, saber que no habia muerto nadie era algo que ayudaba muchisimo a afrontar las cosas de otra manera.
Gracias a Anteia supe que el tiempo habia pasado mas rapido de lo que creia y acabé informado de otras tantas cosas: a parte de la trampa sufrida en la base, se sumaba otra desgracia. Y es que me enteré por ella de lo ocurrido en Irlanda a los muchachos, a manos de los retornados Soul Reaper. Yo sabia que nunca habian dejado de actuar de un modo u otro pero que entrase en escena de nuevo el mismisimo nigromante de aquella epoca...era algo que no me esperaba. Algo que me habia puesto furioso y me habia hecho arremeter contra un pobre florero de la sala, que habia acabado hecho trizas. ¿Como se les ocurria volver, ademas, poniendole las manos encimas a mi hija....?
Pero el dolor y la ira fue algo que tuve que tragarme. En breves se iba a celebrar una boda, asi que.... no podiamos faltar. Ni tampoco podiamos aparecer con mala cara. Ademas tenia ganas de ver a Azahar y a Ian, saber como estaban despues de aquello.
Dejamos el hospital pues, quizá de un modo un tanto precipitado en cuanto al estado de recuperacion, pero aquel era un evento que no podiamos perdernos.
Marcus Tesla
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Histérico, Marcus Tesla sale de la sala donde estaba metido, recuperado a plenitud. Nunca le gustó usar aparatos en el cuerpo, pero todo lo que pasó con eso de la explosión le obligó, contra sus fuerzas, usarlos para recuperarse. Creyó haber usado la barrera protectora, incluso creyó que aquello le defendería del fuego demoledor del Telio Arcano, un arma que no era la verdadera, lo mismo que su ser.
Un dolor de cabeza le azotó la mitad de su cerebro. Lo recordó todo antes de salir de la cárcel a la que le llamaban habitación, una serie de nuevas imágenes empezaron a recorrerle su conciencia e indiscutiblemente descubrir que ese no era su mundo.
─La máquina interdimensional ha dado muy buenos resultados. Solo me faltaría agregar unos cuantos códigos de sistema─. Su bata se movió en paralelo a la rapidez en que tocaba los teclados con todos sus dedos. En la pantalla, una serie de letras y símbolos verdes en fondo negro que, cualquiera que no haya estudiado del tema, se perdería entre los mismos. Una línea luminosa cortó el aire en dos y se abrió, dando paso a la habitación del mago. Su mano derecha tocó una pantalla táctil en el que había una barra medidora e hizo los gestos como subiendo el volumen de una consola, solo que estaba subiendo la frecuencia y la fuerza de las partículas especiales, produciendo una explosión letal que le llevó a su habitación. Tenía que contarselo a sus amigos del consejo, por lo que se dirigió a la sala de reuniones y fue donde todo empezó y donde todo llegaría próximamente a su fin.
"Estoy en una dimensión paralela", pensó al abrir sus ojos en exuberancia. Salió de la habitación y se encontró con el problema. Otro de su "Yo" caminaba campante entre las salas. Era su paralelo dimensional.
─¿Marcus Tesla?─ gritó en todo el pasillo con el fin de que se devolviera y viera su otra realidad. Esa era la dimensión en la que debía estar, debía salvar al mundo del desastre en que estaban metidos.Piensa que la única forma de salvar al mundo es matar a su "gemelo" dimensional.
Un dolor de cabeza le azotó la mitad de su cerebro. Lo recordó todo antes de salir de la cárcel a la que le llamaban habitación, una serie de nuevas imágenes empezaron a recorrerle su conciencia e indiscutiblemente descubrir que ese no era su mundo.
─La máquina interdimensional ha dado muy buenos resultados. Solo me faltaría agregar unos cuantos códigos de sistema─. Su bata se movió en paralelo a la rapidez en que tocaba los teclados con todos sus dedos. En la pantalla, una serie de letras y símbolos verdes en fondo negro que, cualquiera que no haya estudiado del tema, se perdería entre los mismos. Una línea luminosa cortó el aire en dos y se abrió, dando paso a la habitación del mago. Su mano derecha tocó una pantalla táctil en el que había una barra medidora e hizo los gestos como subiendo el volumen de una consola, solo que estaba subiendo la frecuencia y la fuerza de las partículas especiales, produciendo una explosión letal que le llevó a su habitación. Tenía que contarselo a sus amigos del consejo, por lo que se dirigió a la sala de reuniones y fue donde todo empezó y donde todo llegaría próximamente a su fin.
"Estoy en una dimensión paralela", pensó al abrir sus ojos en exuberancia. Salió de la habitación y se encontró con el problema. Otro de su "Yo" caminaba campante entre las salas. Era su paralelo dimensional.
─¿Marcus Tesla?─ gritó en todo el pasillo con el fin de que se devolviera y viera su otra realidad. Esa era la dimensión en la que debía estar, debía salvar al mundo del desastre en que estaban metidos.Piensa que la única forma de salvar al mundo es matar a su "gemelo" dimensional.
Se hacía pesado respirar. Como si encima del pecho tuviera una loza de concreto aplastando. El cuerpo no respondía. Así se debía sentir estar muerto. La conciencia tranquila y el cuerpo inmóvil, pero el aire aún llegaba de apoco a los pulmones. De a poco... Tan poco que apenas y lo sentía. No tardó mucho su desesperación en surgir. Ya no podía más. Era estar encerrada en su propio cuerpo. Hasta que logró abrir los ojos. Los cerró al instante, pues la luz era intensa. Le molestaba. Le molestaba todo lo que llegó a ella como si de un golpe se tratara. La temperatura fría del aire, los sonidos tan chirriantes de su alrededor, y luego alcanzó a ver. La sangre. ¿Subía o bajaba? ¿Era para ella? Aunque la vio conectada a su brazo tardó un momento para entender que sí, que se trataba de ella. ¿Algo había pasado? ¡Reiv! Gritó sin lograr escuchar su voz, quizás porque el sonido nunca había salido de sus labios, ni siquiera se había movido, solo veía la sangre. La sangre. La sangre.
Trató de quitarse aquel aparatejo que parecía enterrarse en sus venas. Seguía sin saber si aquello le quitaba o le ponía. Lo jaló sin respuesta, sintiendo luego la mascarilla de oxígeno en su cara. Dejó el catéter y se sacó el oxígeno, tratando de bajarse de la cama con desesperación al ver que sus piernas no respondían con movimientos tan firmes como solían hacerlo. Un par de manos la tomaron por los hombros, tratando de consolarla. El instinto era el de golpear y empujar, pero entonces vio el rostro del elfo. Le conocía. Era amigo. Le hacía sentir más tranquila. ¿Pero de dónde le conocía? Cerró los ojos con fuerza mientras volvía a recostarse contra su voluntad, tratando de recordar que era lo que tenía enfrente. ¿Quién, quién? Familia. Era familia. Sí. Se recostó con un poco más de confianza, con sus ojos rodando por todo alrededor hasta que captaron a un hombre moreno.- Papá...- Murmuró. Se veía más delgado que la última ves que le vio. ¿Cuando había sido? Más delgado, quizás un poco más bajo. Tenía tantos años. No tardó nada Thranduil en aseverar que él no era quien creía, pero es que era tan parecido que ella no le creía del todo.
Y el otro... El otro era un caso extraño que la confundía. ¿Sería su tío? ¡Tio! ¡Eso era Thranduil! Al menos eso lo recordaba.- Tio...- Murmuró insegura de sus palabras, aún tratando de levantarse y aún siendo sujetada por el elfo. Un dolor de cabeza inmenso le recorría y sentía perdida y desubicada. ¿Era aquello un hospital? Joder, no recordaba haber estado en ninguno, no tenía punto de comparación más que la sangre que subía o bajaba.- ¿Me sacan sangre? - Preguntó inocentemente, ajena a aquel aparato que no tenía idea de para qué servía. Joder. Despertar era difícil.
Trató de quitarse aquel aparatejo que parecía enterrarse en sus venas. Seguía sin saber si aquello le quitaba o le ponía. Lo jaló sin respuesta, sintiendo luego la mascarilla de oxígeno en su cara. Dejó el catéter y se sacó el oxígeno, tratando de bajarse de la cama con desesperación al ver que sus piernas no respondían con movimientos tan firmes como solían hacerlo. Un par de manos la tomaron por los hombros, tratando de consolarla. El instinto era el de golpear y empujar, pero entonces vio el rostro del elfo. Le conocía. Era amigo. Le hacía sentir más tranquila. ¿Pero de dónde le conocía? Cerró los ojos con fuerza mientras volvía a recostarse contra su voluntad, tratando de recordar que era lo que tenía enfrente. ¿Quién, quién? Familia. Era familia. Sí. Se recostó con un poco más de confianza, con sus ojos rodando por todo alrededor hasta que captaron a un hombre moreno.- Papá...- Murmuró. Se veía más delgado que la última ves que le vio. ¿Cuando había sido? Más delgado, quizás un poco más bajo. Tenía tantos años. No tardó nada Thranduil en aseverar que él no era quien creía, pero es que era tan parecido que ella no le creía del todo.
Y el otro... El otro era un caso extraño que la confundía. ¿Sería su tío? ¡Tio! ¡Eso era Thranduil! Al menos eso lo recordaba.- Tio...- Murmuró insegura de sus palabras, aún tratando de levantarse y aún siendo sujetada por el elfo. Un dolor de cabeza inmenso le recorría y sentía perdida y desubicada. ¿Era aquello un hospital? Joder, no recordaba haber estado en ninguno, no tenía punto de comparación más que la sangre que subía o bajaba.- ¿Me sacan sangre? - Preguntó inocentemente, ajena a aquel aparato que no tenía idea de para qué servía. Joder. Despertar era difícil.
El pirado del bigote se marchó sin decir nada, así que me encogí de hombros. Las conversaciones con los hermanos de Juliet tampoco fueron muy fluidas, aunque al menos ya me empezaba a llevar algo mejor con el elfo. Transcurrieron unos pocos días desde la llegada de los hermanos y de la transfusión que le hicieron, aunque Juliet seguía sin despertar, y a ratos empezaba a perder la esperanza de que regresase. Apenas me separé de su lado durante esos días, sólo lo justo para salir a ducharme, cambiarme, tomar algo rápido y regresar. A pesar de todos los cuidados del hospital ella seguía igual, sin cambios, ni a mejor ni a peor. Johan tampoco parecía mejorar con rapidez, a diferencia del par de ingresados que ya habían abandonado el hospital, entre ellos el profesor Knox. Lo único que pude hacer era donar sangre, que a él si le servía la mía. Recordé entonces que dejé a Sirius allí en su castillo con apenas la sangre justa para que pudiera salir a cazar, y comencé a pensar que debería hacer otra visita para ver si era necesaria más sangre para que comenzase a moverse. A decir verdad estaba un tanto agobiado, entre unas cosas y otras.
Entonces por fin sucede. Revive. Comienza a dar señales de vida, abre los ojos aunque los cierre rápidamente. Me levanto de la silla en la que estaba, tan rápido que la acabo tirando al suelo. Apoyo una mano en el colchón y me inclino un poco sobre ella para mirarla, intentando tranquilizarla al ver lo mucho que se altera al despertar. - Juliet, tranquila, estás a salvo en el hospital...estamos aquí contigo. - pero nada, sigue tratando de levantarse, así que ayudo a Thranduil a sujetarla con cuidado para volver a tumbarla en la cama, llamando por el timbre las enfermeras para que no tarden en acudir a ponerle lo que se ha quitado.
Al principio no parece reconocer a nadie, incluso confunde a su hermano con su padre. Al menos reconoce al tío al cabo de un par de minutos, lo que significa que sólo está confusa y no ha perdido la memoria, cosa que me he temido por un momento. - Ey, tómatelo con calma, descansa. Has estado inconsciente mucho tiempo, así que tienes que ir despacio. - pongo una mano en su hombro para que se quede quieta, apartándole con la otra un poco el cabello que le caía por el rostro tras levantarse así. Ahora puedo respirar aliviado. - ¿Cómo te sientes? - pregunto aunque la respuesta obvia sea que bastante mal, pero quiero escucharlo por ella misma. - ¿Le pedimos algo a los médicos? - cojo un vaso de agua de la mesilla y se lo ofrezco por si quiere beber, que seguro lo necesita.
Entonces por fin sucede. Revive. Comienza a dar señales de vida, abre los ojos aunque los cierre rápidamente. Me levanto de la silla en la que estaba, tan rápido que la acabo tirando al suelo. Apoyo una mano en el colchón y me inclino un poco sobre ella para mirarla, intentando tranquilizarla al ver lo mucho que se altera al despertar. - Juliet, tranquila, estás a salvo en el hospital...estamos aquí contigo. - pero nada, sigue tratando de levantarse, así que ayudo a Thranduil a sujetarla con cuidado para volver a tumbarla en la cama, llamando por el timbre las enfermeras para que no tarden en acudir a ponerle lo que se ha quitado.
Al principio no parece reconocer a nadie, incluso confunde a su hermano con su padre. Al menos reconoce al tío al cabo de un par de minutos, lo que significa que sólo está confusa y no ha perdido la memoria, cosa que me he temido por un momento. - Ey, tómatelo con calma, descansa. Has estado inconsciente mucho tiempo, así que tienes que ir despacio. - pongo una mano en su hombro para que se quede quieta, apartándole con la otra un poco el cabello que le caía por el rostro tras levantarse así. Ahora puedo respirar aliviado. - ¿Cómo te sientes? - pregunto aunque la respuesta obvia sea que bastante mal, pero quiero escucharlo por ella misma. - ¿Le pedimos algo a los médicos? - cojo un vaso de agua de la mesilla y se lo ofrezco por si quiere beber, que seguro lo necesita.
Las manos que la ataban a la cama llovieron en cuanto fue capaz de bajar los pies para levantarse. No logró ir muy lejos, pues con la poca fuerza con la que contaba no fue capaz de liberarse. Empujó las manos que la contenían, sobre todo las de Reiv a quien aún no lograba identificar. Tenía en la mirada un indicio de que le conocía, eso era definitivo, pero no lograba recordar de qué. El sonido de la silla cayéndose logró alterarla más, pero Thranduil logró calmarla cuando la atrajo entre su pecho y sus brazos, inmovilizándola a la ves que la arrullaba con el tarareo de una canción que tenía muchísimos años sin escuchar. La calma fue casi instantánea, aún cuando su respiración seguía siendo difícil y su corazón bombeaba como si fuera a estallar.
Su mirada se quedó fija en Reiv escuchaba la canción, permitiéndole quitarle el cabello del rostro pues ya no había manos con qué defenderse. El abrazo del elfo era férreo a pesar de ser tan delicado. Del resto de los presentes sabía bien si les conocía o no, pero de él solo conocía su nombre. Un nombre que tenía temor de externar y equivocarse. No respondió a su primera pregunta, y tampoco a la segunda, pues simplemente no sabía qué contestar. Se sentía cansada y extrañada, asustada incluso, y no sabía qué podía necesitar de un médico. Se dedicó entonces a mirarle con una concentración que era casi hipnótica. Tan fija y tan necesitada, tratando de encontrar su rostro en la memoria.- Reiv.- Dijo con la voz tranquila y demasiado dulce, sedosa tras el episodio de neurosis.- ¿Que hago aquí? ¿Quienes son?- Susurró a su tío mientras se enfocaba ahora en el chico de cabellos rojos y luego paseaba la mirada al otro muchacho, al que había visto como su padre. Ahora que lo veía bien tenía rasgos que hacían falta. Algunas arrugas y algunas cicatrices más que otra cosa.
Thranduil habló con la voz más suave y armónica que un elfo puede contener, presentando a los hermanos como familia lejana que habían venido a visitarle. Sintió que era mejor dejar la verdadera presentación para después, aunque con Reiv no dio precisamente esa cortesía.- Y él es como tu novio...- dijo el elfo tratando de simplificar su relación para la mente intranquila de la chica, aunque no sabía que solo la alborotaba más. Las palabras le asustaron, pues si así era, no lo recordaba del todo, y si no lo recordaba, cómo podía ser cierto. Cerró los ojos con fuerza, abriéndolos cuando escuchó estruendo de nuevo, no creyendo lo que sucedía.
Su mirada se quedó fija en Reiv escuchaba la canción, permitiéndole quitarle el cabello del rostro pues ya no había manos con qué defenderse. El abrazo del elfo era férreo a pesar de ser tan delicado. Del resto de los presentes sabía bien si les conocía o no, pero de él solo conocía su nombre. Un nombre que tenía temor de externar y equivocarse. No respondió a su primera pregunta, y tampoco a la segunda, pues simplemente no sabía qué contestar. Se sentía cansada y extrañada, asustada incluso, y no sabía qué podía necesitar de un médico. Se dedicó entonces a mirarle con una concentración que era casi hipnótica. Tan fija y tan necesitada, tratando de encontrar su rostro en la memoria.- Reiv.- Dijo con la voz tranquila y demasiado dulce, sedosa tras el episodio de neurosis.- ¿Que hago aquí? ¿Quienes son?- Susurró a su tío mientras se enfocaba ahora en el chico de cabellos rojos y luego paseaba la mirada al otro muchacho, al que había visto como su padre. Ahora que lo veía bien tenía rasgos que hacían falta. Algunas arrugas y algunas cicatrices más que otra cosa.
Thranduil habló con la voz más suave y armónica que un elfo puede contener, presentando a los hermanos como familia lejana que habían venido a visitarle. Sintió que era mejor dejar la verdadera presentación para después, aunque con Reiv no dio precisamente esa cortesía.- Y él es como tu novio...- dijo el elfo tratando de simplificar su relación para la mente intranquila de la chica, aunque no sabía que solo la alborotaba más. Las palabras le asustaron, pues si así era, no lo recordaba del todo, y si no lo recordaba, cómo podía ser cierto. Cerró los ojos con fuerza, abriéndolos cuando escuchó estruendo de nuevo, no creyendo lo que sucedía.
Al fin había despertado. Menos mal que ya podríamos largarnos de aquel lugar. Siempre odié los hospitales, sobre todo porque más que curar a la gente eran lugares donde uno iba a morirse. Al menos ella ya no se moriría.
No pude evitar tenerle una ligera simpatía, aunque tenía mucho tiempo sin verla. Tan asustada estaba que me recordaba a la niñita que había visto hace tantos años, aunque aquella estaba tan tranquila y sin preocupaciones, en gran contraste con lo que ahora ocurría. Aún me molestaba que se pareciera tanto a mi. Debía admitirlo aunque no me gustaba. Hubiera preferido que se pareciera a Daniel. Él manejaba mejor eso de tratar a las chicas con respeto y podría ser mejor hermano.
Los últimos días no habíamos hablado mucho con el chico que acompañaba a Thranduil. Ni siquiera habíamos cruzado palabra, porque no teníamos nada de que hablar con él. Permanecimos en silencio, mayormente fuera de la habitación, hasta aquel instante en que la atmósfera se cargó.
Una chispa me hizo saltar la electricidad del cuerpo. Corrí a abalanzarme sobre Reiv y lo tomé por el cuello de la camisa hasta empujarlo contra la pared. La jodida silla tirada casi nos hace caer, pero logré mantenernos a ambos de pie. Mejor, así pude colocar mis manos alrededor de su cuello y cerrarlas con fuerza, toda la que fui capaz a pesar del cansancio de los últimos días. Un dragón es siempre fuerte y sólido, pero descuidarse tanto como para no comer ni descansar es un castigo imperdonable.
Miré a Juliet por el rabillo del ojo. Primero se sorprendió y luego trató de detenerme con esa miradita de borrego asustado. La realidad era que me había precipitado. Solo por ser su novio no lo hacía responsable de lo que a Juliet le pasara, sobre todo porque era una dragona fuerte y joven y culparlo degradaba un poco el valor de Juliet de defenderse por sí misma. Pero ya había empezado, y detenerse ahora me era complicado, sobre todo porque no me gustaba pasar por un idiota precipitado. Entre la espada y la pared, decidí la espada y le metí un rodillazo al chico en la boca del estómago, sin dejar de ahogarlo.
No pude evitar tenerle una ligera simpatía, aunque tenía mucho tiempo sin verla. Tan asustada estaba que me recordaba a la niñita que había visto hace tantos años, aunque aquella estaba tan tranquila y sin preocupaciones, en gran contraste con lo que ahora ocurría. Aún me molestaba que se pareciera tanto a mi. Debía admitirlo aunque no me gustaba. Hubiera preferido que se pareciera a Daniel. Él manejaba mejor eso de tratar a las chicas con respeto y podría ser mejor hermano.
Los últimos días no habíamos hablado mucho con el chico que acompañaba a Thranduil. Ni siquiera habíamos cruzado palabra, porque no teníamos nada de que hablar con él. Permanecimos en silencio, mayormente fuera de la habitación, hasta aquel instante en que la atmósfera se cargó.
Una chispa me hizo saltar la electricidad del cuerpo. Corrí a abalanzarme sobre Reiv y lo tomé por el cuello de la camisa hasta empujarlo contra la pared. La jodida silla tirada casi nos hace caer, pero logré mantenernos a ambos de pie. Mejor, así pude colocar mis manos alrededor de su cuello y cerrarlas con fuerza, toda la que fui capaz a pesar del cansancio de los últimos días. Un dragón es siempre fuerte y sólido, pero descuidarse tanto como para no comer ni descansar es un castigo imperdonable.
Miré a Juliet por el rabillo del ojo. Primero se sorprendió y luego trató de detenerme con esa miradita de borrego asustado. La realidad era que me había precipitado. Solo por ser su novio no lo hacía responsable de lo que a Juliet le pasara, sobre todo porque era una dragona fuerte y joven y culparlo degradaba un poco el valor de Juliet de defenderse por sí misma. Pero ya había empezado, y detenerse ahora me era complicado, sobre todo porque no me gustaba pasar por un idiota precipitado. Entre la espada y la pared, decidí la espada y le metí un rodillazo al chico en la boca del estómago, sin dejar de ahogarlo.
Dejo el vaso de agua a un lado mientras Thranduil la abraza para tranquilizarla, aunque creo que a mí me pondría nervioso eso de que me cantasen algo por lo bajo, me haría cabrearme. A ella parece que le funciona, poco a poco va calmándose y ubicándose, incluso llega a llamarme por mi nombre. Por un momento temí que hubiese perdido la memoria, o algo así. - Sí, soy yo...- sonrío levemente, respirando aliviado. - Menudo susto me has dado. - entorno levemente los ojos ante la explicación de Thranduil sobre quiénes son el par de hermanos, a los cuales presenta como familiares lejanos. Supongo que será para no liarla por ahora, como hace tantos años que no se ven. Lo que se llama una mentira piadosa. También me hace gracia el modo en que me presenta a mí, que no sé si será buena idea teniendo en cuenta lo alterada que se ha despertado Juliet.
- Algo así como lo que dice tu tío. ¿Lo recuerdas? - pregunto intentando acercarme un poco, aunque sigo dejando que su tío la calme, que parece que es el que mejor le viene en este momento. - Nos metimos en una misión peligrosa contra la Alianza y no acabó bien. Por eso has acabado en el hospital. Lo siento, Juliet. - pido perdón de todo corazón, porque está claro que si no nos hubiésemos separado la cosa no hubiese acabado tan mal como acabó. De no ser por la intervención de Sirius no lo hubiésemos contado. Y todavía le debo sangre para que pueda regenerarse como es debido.
De repente se vuelve completamente loco uno de los hermanos, atacándome de tal manera que no me da tiempo a reaccionar. Al principio casi ni puedo moverme, en parte no me lo esperaba para nada, y en parte porque es bastante fuerte. Las manos alrededor de su cuello no me dejan respirar en condiciones, y además su agarre es doloroso - ¿¿Qué... cojones estás...haciendo?? - consigo protestar con voz ahogada, llevando mis manos a sus muñecas para intentar que me suelte. Al parecer no va a hacerlo por las buenas, porque el cabronazo va y me suelta un rodillazo en el estómago que me hace doblarme. Ahora sí que me ha cabreado, si piensa que va a salir de aquí sin un rasguño sólo por ser su hermano va listo. Aprovecho que sigue intentando ahogarme, atacándolo con una descarga eléctrica potente tras concentrar electricidad que le suelto a través de las manos que tengo sobre sus muñecas. Esto debería ser suficiente para que me soltase y quedase escarmentado, aunque trato de controlarme para que no explote ningún aparato de la habitación.
- Algo así como lo que dice tu tío. ¿Lo recuerdas? - pregunto intentando acercarme un poco, aunque sigo dejando que su tío la calme, que parece que es el que mejor le viene en este momento. - Nos metimos en una misión peligrosa contra la Alianza y no acabó bien. Por eso has acabado en el hospital. Lo siento, Juliet. - pido perdón de todo corazón, porque está claro que si no nos hubiésemos separado la cosa no hubiese acabado tan mal como acabó. De no ser por la intervención de Sirius no lo hubiésemos contado. Y todavía le debo sangre para que pueda regenerarse como es debido.
De repente se vuelve completamente loco uno de los hermanos, atacándome de tal manera que no me da tiempo a reaccionar. Al principio casi ni puedo moverme, en parte no me lo esperaba para nada, y en parte porque es bastante fuerte. Las manos alrededor de su cuello no me dejan respirar en condiciones, y además su agarre es doloroso - ¿¿Qué... cojones estás...haciendo?? - consigo protestar con voz ahogada, llevando mis manos a sus muñecas para intentar que me suelte. Al parecer no va a hacerlo por las buenas, porque el cabronazo va y me suelta un rodillazo en el estómago que me hace doblarme. Ahora sí que me ha cabreado, si piensa que va a salir de aquí sin un rasguño sólo por ser su hermano va listo. Aprovecho que sigue intentando ahogarme, atacándolo con una descarga eléctrica potente tras concentrar electricidad que le suelto a través de las manos que tengo sobre sus muñecas. Esto debería ser suficiente para que me soltase y quedase escarmentado, aunque trato de controlarme para que no explote ningún aparato de la habitación.
Sintió alivio cuando escuchó la afirmación del moreno.- Reiv...- Volvió a susurrar cerrando los ojos mientras escuchaba su voz. Al menos dentro de su confusión tenía bien en claro quien era. Abrió de nuevo los ojos, sin entender a qué se refería con el susto hasta que recordó que estaba en un hospital. Su mente se aclaraba cada minuto que pasaba, y con ella algunos recuerdos de lo que había ocurrido el último año. Sobre todo tenía en la cabeza uno demasiado personal que incluía el océano y un atardecer muy avanzado. Y no estaba equivocada. Después de presentar al par como familia lejana - de la que jamás jamás escuchó hablar- Thranduil volvió a explicar lo mismo por Reiv. Asintió suavemente cuando preguntó si lo recordaba, pues lo hacía, aunque en su cabeza todo parecía mucho más de lo que le estaban diciendo. Había pasión a pesar de que ahora se sentía cohibida incluso para mirarle. En cambio, y aunque apenas empezaba a recordar a la Alianza, asintió a su disculpa pero sentía que no era necesaria.
Estaba extendiendo apenas la mano para tomar la de Reiv cuando vio claramente el momento en que el pelirrojo le tomó del cuello y empezó a ahogarlo. Trató rápidamente de detenerlo con una mano cuando Thranduil le soltó para detenerle, pero la cirugía del hombro aún le dolía y sintió como el dolor le recorrió todo el brazo. Soltó un chillido por el dolor que ahora también se concentraba en su cuello mientras comenzaba a recordar el último ataque del que fueron blanco. Tras el golpe que el pelirrojo le metió a Reiv en las costillas, le tendió la mano para que se acercara, tratando de alejarlo de aquel reciente problema.- ¡Reiv...!- Le llamó asustada, observando cómo el elfo trataba de detenerle de manera más que aparatosa. Se sentó rápidamente en la cama, esta vez sí quitándose el suero de la vena, aunque dolió horrores y la sangre comenzó a brotar, mareándola un poco al verla tan decidida a salir de su cuerpo. Se cubrió el puño con la sábana y trató de acercarse a Reiv, aún sin bajarse de la camilla.- ¿Estás bien? Vámonos de aqui... ¿Estás bien?- Sentenció al final de la oración, sin pensar siquiera en lo que estaba pidiendo.
Estaba extendiendo apenas la mano para tomar la de Reiv cuando vio claramente el momento en que el pelirrojo le tomó del cuello y empezó a ahogarlo. Trató rápidamente de detenerlo con una mano cuando Thranduil le soltó para detenerle, pero la cirugía del hombro aún le dolía y sintió como el dolor le recorrió todo el brazo. Soltó un chillido por el dolor que ahora también se concentraba en su cuello mientras comenzaba a recordar el último ataque del que fueron blanco. Tras el golpe que el pelirrojo le metió a Reiv en las costillas, le tendió la mano para que se acercara, tratando de alejarlo de aquel reciente problema.- ¡Reiv...!- Le llamó asustada, observando cómo el elfo trataba de detenerle de manera más que aparatosa. Se sentó rápidamente en la cama, esta vez sí quitándose el suero de la vena, aunque dolió horrores y la sangre comenzó a brotar, mareándola un poco al verla tan decidida a salir de su cuerpo. Se cubrió el puño con la sábana y trató de acercarse a Reiv, aún sin bajarse de la camilla.- ¿Estás bien? Vámonos de aqui... ¿Estás bien?- Sentenció al final de la oración, sin pensar siquiera en lo que estaba pidiendo.
Al parecer todo había pasado. La chica parecía estar bastante mejor. Había recordado rápidamente el nombre de Reiv y eso era un gran avance. No tenía esperanza alguna de que reconociera a los chicos, así que por ahora estaba bien todo. Por ahora...
Debí imaginar que al idiota de Aiden se le iba a saltar la vena sádica en algun punto. Es que a ese lo que le gustaba era pelear y no había mucha manera de justificar a Reiv. Por eso mismo decía que me iba a necesitar de su lado. Les dejé un instante, a ver si se arreglaban entre ellos, pero mi sobrino parecía estar llevando demasiada ventaja, y cuando vi a Juliet ya alterada, no hubo más que meter también mi cuchara. Tomé a Aiden por los hombros lo justo para sentir una descarga eléctrica. Al pelirrojo le incomodó lo suficiente como para dejar de tocar a Reiv, así que era más probable que este último la hubiese generado... Volví a tomar a Aiden mientras seguía confundido. Me puse frente a él y empecé a empujarlo hacia atrás, más concretamente hacia la salida.- ¡Cálmate! ¡¿No ves que este no es lugar?! ¡Compórtate, carajo, esto no es una cantina! - Ante su agresiva mirada y sus intensos por golpearme, solo tuve que ser más rápido que él. No era difícil, el chico era pura fuerza bruta pero sin agilidad. Una vez fuera de la habitación, le pateé contra la pared y encesté un par de puños en su cara. Al menos ya no iba enojado con Reiv, sino conmigo por golpearle, y eso no era precisamente mejor.- Basta, dejémonos de estupideces. Hay mejores cosas en las que enfocarse en este momento.- Murmuré acomodándome la ropa tras el encuentro. El chico seguía tan enfadado que no podía articular palabra, pero al menos mi ropa pasaría el incidente sin arrugas.
Debí imaginar que al idiota de Aiden se le iba a saltar la vena sádica en algun punto. Es que a ese lo que le gustaba era pelear y no había mucha manera de justificar a Reiv. Por eso mismo decía que me iba a necesitar de su lado. Les dejé un instante, a ver si se arreglaban entre ellos, pero mi sobrino parecía estar llevando demasiada ventaja, y cuando vi a Juliet ya alterada, no hubo más que meter también mi cuchara. Tomé a Aiden por los hombros lo justo para sentir una descarga eléctrica. Al pelirrojo le incomodó lo suficiente como para dejar de tocar a Reiv, así que era más probable que este último la hubiese generado... Volví a tomar a Aiden mientras seguía confundido. Me puse frente a él y empecé a empujarlo hacia atrás, más concretamente hacia la salida.- ¡Cálmate! ¡¿No ves que este no es lugar?! ¡Compórtate, carajo, esto no es una cantina! - Ante su agresiva mirada y sus intensos por golpearme, solo tuve que ser más rápido que él. No era difícil, el chico era pura fuerza bruta pero sin agilidad. Una vez fuera de la habitación, le pateé contra la pared y encesté un par de puños en su cara. Al menos ya no iba enojado con Reiv, sino conmigo por golpearle, y eso no era precisamente mejor.- Basta, dejémonos de estupideces. Hay mejores cosas en las que enfocarse en este momento.- Murmuré acomodándome la ropa tras el encuentro. El chico seguía tan enfadado que no podía articular palabra, pero al menos mi ropa pasaría el incidente sin arrugas.
La pelea no va a más, aunque no por falta de ganas. El pelirrojo se aparta por fin tras recibir la descarga eléctrica que le doy, lo que me permite poder volver a respirar. Me llevo la mano al cuello entre toses, recuperando el aire poco a poco. El elfo se encarga de su colérico sobrino, increpándolo y sacándolo con cierta brusquedad de la habitación. No había necesidad de montar un espectáculo así, menos uno que pusiese nerviosa a Juliet justo después de despertar tras tantos días. Me acerco a ella con gesto de preocupación al ver que se ha quitado la vía e intenta levantarse, tratando de hacer que se tumbe de nuevo.
- Sí, no ha sido nada, el pelirrojo ese es un capullo de cuidado. No sé que manía tiene toda tu familia de empezar mal conmigo. Cuando consigo llevarme bien con uno va y llega otro a joderlo todo - el elfo había pasado a ser aliado, o algo así, pero también tuvimos un comienzo malo, con golpes de por medio. Esta vez no he empezado yo, para variar. - Y tú no deberías levantarte todavía, tienes que ir poco a poco. Necesitas coger unas pocas fuerzas antes de salir de aquí, y deberían verte los médicos. Ya habrá tiempo para marcharnos y estar tranquilos los dos. - aviso a unas enfermeras y a un médico para que vengan a revisarla ahora que ha despertado, para que se aseguren de que todo marcha como debería. Tras examinarla y poner las vías de nuevo en su sitio se marchan, comunicando que en 4 o 5 días podrá marcharse de aquí. Estaría bien que me diesen las mismas noticias sobre Johan, pero todavía deben esperar a que despierte. A partir de ahí el tiempo transcurre despacio, aunque de manera menos pesada que antes cuando estábamos tan preocupados porque no despertaba. Aprovecho estos días de recuperación para ir explicándole poco a poco lo sucedido, como lo que pasó después con la bomba, o la gente herida que trajeron después el hospital. También le cuento que su tío y yo hemos limado asperezas, y que ya le iríamos contando algo más sobre el par de jóvenes que han venido a visitarla al hospital. Debe saber que gracias a su sangre se ha recuperado. Por supuesto no la atosigo hablando, le dejo el tiempo necesario para dormir lo que le haga falta, hasta que vaya sintiéndose bien como para levantarse de la cama y caminar.
- Sí, no ha sido nada, el pelirrojo ese es un capullo de cuidado. No sé que manía tiene toda tu familia de empezar mal conmigo. Cuando consigo llevarme bien con uno va y llega otro a joderlo todo - el elfo había pasado a ser aliado, o algo así, pero también tuvimos un comienzo malo, con golpes de por medio. Esta vez no he empezado yo, para variar. - Y tú no deberías levantarte todavía, tienes que ir poco a poco. Necesitas coger unas pocas fuerzas antes de salir de aquí, y deberían verte los médicos. Ya habrá tiempo para marcharnos y estar tranquilos los dos. - aviso a unas enfermeras y a un médico para que vengan a revisarla ahora que ha despertado, para que se aseguren de que todo marcha como debería. Tras examinarla y poner las vías de nuevo en su sitio se marchan, comunicando que en 4 o 5 días podrá marcharse de aquí. Estaría bien que me diesen las mismas noticias sobre Johan, pero todavía deben esperar a que despierte. A partir de ahí el tiempo transcurre despacio, aunque de manera menos pesada que antes cuando estábamos tan preocupados porque no despertaba. Aprovecho estos días de recuperación para ir explicándole poco a poco lo sucedido, como lo que pasó después con la bomba, o la gente herida que trajeron después el hospital. También le cuento que su tío y yo hemos limado asperezas, y que ya le iríamos contando algo más sobre el par de jóvenes que han venido a visitarla al hospital. Debe saber que gracias a su sangre se ha recuperado. Por supuesto no la atosigo hablando, le dejo el tiempo necesario para dormir lo que le haga falta, hasta que vaya sintiéndose bien como para levantarse de la cama y caminar.
El despertar fue súbito, pero no por ello intranquilo. Se alegró de poder ver el techo blanco del hospital. Al menos se veía más claro que cuando habían estado bajo las ruinas. Giró el rostro para ver alrededor, pues recordaba que ahí había personas que conocía. Ahora solo se encontraba Johan, pero recordaba haber visto a Lyran y a Markus (¿o era Marcus?).
Tras unos instantes, de levantó para sentarse al borde de la camilla. Observó cómo sus pies colgaban y su cabello lleno de polvo. Recordó muy bien lo que pasó, y cómo por su culpa volaron todos. Aún recordaba aquel clic metálico que le había erizado la piel de pies a cabeza. Había sido una total trampa y habían caído redondos. O quizás simplemente no habían tomado la bola adecuada. Debieron haber sido mucho más cuidadosos, mucho más listos, y ahora había que devolver el favor con intereses. Se puso de pie. Casi cayó pues las piernas no le respondían aún, por lo que tuvo que sostenerse fieramente a la cama hasta que se acostumbró. Tenía un golpe en la espalda, lo sabía bien pues ahí era donde el dolor era más constante. Cuando pudo caminar, cerró el suero y se lo quitó con cuidado de la vena. Cubrió la herida con una gasa y se acercó a Johan en una camilla cercana. Tocó su rostro. Estaba cálido, la temperatura le parecía normal, parecía que solo estaba dormido, aunque sabía que no podía tener una buena referencia.
Volvió a echar la vista alrededor y encontró en la otra punta a personas cuchicheando. No las alcanzaba a ver ni a oir del todo, pero ahí estaban. Encontróentonces su bolsa infinita en uno de las mesillas. La tomó en seguida y la abrió solo para descubrir que estaba todo, con la excepción de los planos. Tardó bastante en pensar quien se los habría quedado, pero la verdad es que no lo recordaba. Lyran o Markus...Soltó un pesado suspiro. ¿Sería cuestión de olvidarse de eso y concentrarse en un ataque más contundente o de empeñarse? Volvió con Johan. No se veía tan golpeado. Quizás algún golpe en la cabeza lo tendría así. Le dejó un beso en los labios, a ver si la cosa era como en la bella durmiente...- Despierta ya, hay cosas que hacer.- Susurró para luego alejarse de él, observándole un instante antes de caminar al fondo de la habitación donde encontró una especie de baño en el cual limpiarse un poco. Entró sin pensarlo, agradecida cuando sintió el agua caliente sobre la cabeza, cosa que era muy escasa en Londres... así como los hospitales bien equipados... ¿Dónde rayos estarían? ¿Sería un lugar de la Alianza? El pánico la domó, aunque muy en el fondo sabía que de caer de nuevo en la Alianza el último lugar que tocaría sería un hospital.
Tras unos instantes, de levantó para sentarse al borde de la camilla. Observó cómo sus pies colgaban y su cabello lleno de polvo. Recordó muy bien lo que pasó, y cómo por su culpa volaron todos. Aún recordaba aquel clic metálico que le había erizado la piel de pies a cabeza. Había sido una total trampa y habían caído redondos. O quizás simplemente no habían tomado la bola adecuada. Debieron haber sido mucho más cuidadosos, mucho más listos, y ahora había que devolver el favor con intereses. Se puso de pie. Casi cayó pues las piernas no le respondían aún, por lo que tuvo que sostenerse fieramente a la cama hasta que se acostumbró. Tenía un golpe en la espalda, lo sabía bien pues ahí era donde el dolor era más constante. Cuando pudo caminar, cerró el suero y se lo quitó con cuidado de la vena. Cubrió la herida con una gasa y se acercó a Johan en una camilla cercana. Tocó su rostro. Estaba cálido, la temperatura le parecía normal, parecía que solo estaba dormido, aunque sabía que no podía tener una buena referencia.
Volvió a echar la vista alrededor y encontró en la otra punta a personas cuchicheando. No las alcanzaba a ver ni a oir del todo, pero ahí estaban. Encontróentonces su bolsa infinita en uno de las mesillas. La tomó en seguida y la abrió solo para descubrir que estaba todo, con la excepción de los planos. Tardó bastante en pensar quien se los habría quedado, pero la verdad es que no lo recordaba. Lyran o Markus...Soltó un pesado suspiro. ¿Sería cuestión de olvidarse de eso y concentrarse en un ataque más contundente o de empeñarse? Volvió con Johan. No se veía tan golpeado. Quizás algún golpe en la cabeza lo tendría así. Le dejó un beso en los labios, a ver si la cosa era como en la bella durmiente...- Despierta ya, hay cosas que hacer.- Susurró para luego alejarse de él, observándole un instante antes de caminar al fondo de la habitación donde encontró una especie de baño en el cual limpiarse un poco. Entró sin pensarlo, agradecida cuando sintió el agua caliente sobre la cabeza, cosa que era muy escasa en Londres... así como los hospitales bien equipados... ¿Dónde rayos estarían? ¿Sería un lugar de la Alianza? El pánico la domó, aunque muy en el fondo sabía que de caer de nuevo en la Alianza el último lugar que tocaría sería un hospital.
A como logró, atrajo a Reiv hacia la camilla donde estaba mientras Thranduil se encargaba de él, incluso llegando a sacarlo de la habitación para arreglar diferencias afuera. Se oían bastantes gritos y escándalo, pero fue la voz de Reiv la que captó su atención, aunque no estaba del todo tranquila. Se resistió lo que pudo a recostarse, pero no tenía suficientes fuerzas para hacerlo. No ignoró la crítica contra la familia, pero sí que no tenía ganas de pensar en eso ahora. No siquiera sabía si ese par realmente lo era, pues a diferencia del elfo, ella no los había visto nunca en la vida. Al final, sí quedó algo tranquila, sobre todo porque él así lo parecía.
No pudo evitar molestarse porque volvieron a canalizarla en la vena y por el regaño que le metieron, sobre todo porque ya no quería estar ahí. Y 5 días le parecía un exceso. El tiempo pasó lento para ella. No recordaba haber estado en cama por tanto tiempo nunca, y ahora se daba cuenta de que era una mala paciente. A ratos se sentía tan desesperada de estar ahí que quería arrancarse todo y salir corriendo, y en otros solo tenía ganas de llorar para que la sacaran de ahí. Estaba harta, harta de las enfermeras, de no poder estar de pie, de los cuidados y de que hubiera tanta gente siempre alrededor.
Aquellos días, especialmente cuando el silencio reinaba y el cuerpo comenzaba a sentirse atrofiado por la cama, habían sido los peores de la vida. Más que curarla, sentía que la estaban debilitando más. Sobre todo al enterarse de lo que había pasado cuando estaba inconsciente.
- Vámonos.- Le rogó al moreno hasta el último día, justo antes de que la enfermera llegara a quitar todos los aparatos. Su tío se había ido temprano aquel día tras traer algunas prendas para que saliera del hospital. No había sido algo del gusto de la chica, por supuesto, pero era mejor que nada... Todos tenían tanto tiempo sin moverse de aquellas sillas que se veían tan incómodas que mejor le pidió que se fuera.
Tras darse una ducha con ayuda de la enfermera y cambiarse de ropa, se levantó pidiéndole ayuda al chico, abrazándose con fuerza de él para comenzar a caminar.- De verdad creí que no saldría nunca. Pude haberme curado yo sola, Reiv, no me internes en hospitales.- Gimoteó cansada, aún con algunas energías para un pequeño reclamo.- Reiv, ¿qué vamos a hacer ahora? Tu hermano inconsciente, bombardeamos la base, el arma sigue en algún lugar... Debí haberte escuchado cuando dijiste que te parecía muy fácil cuando estábamos robando la esfera.
No pudo evitar molestarse porque volvieron a canalizarla en la vena y por el regaño que le metieron, sobre todo porque ya no quería estar ahí. Y 5 días le parecía un exceso. El tiempo pasó lento para ella. No recordaba haber estado en cama por tanto tiempo nunca, y ahora se daba cuenta de que era una mala paciente. A ratos se sentía tan desesperada de estar ahí que quería arrancarse todo y salir corriendo, y en otros solo tenía ganas de llorar para que la sacaran de ahí. Estaba harta, harta de las enfermeras, de no poder estar de pie, de los cuidados y de que hubiera tanta gente siempre alrededor.
Aquellos días, especialmente cuando el silencio reinaba y el cuerpo comenzaba a sentirse atrofiado por la cama, habían sido los peores de la vida. Más que curarla, sentía que la estaban debilitando más. Sobre todo al enterarse de lo que había pasado cuando estaba inconsciente.
- Vámonos.- Le rogó al moreno hasta el último día, justo antes de que la enfermera llegara a quitar todos los aparatos. Su tío se había ido temprano aquel día tras traer algunas prendas para que saliera del hospital. No había sido algo del gusto de la chica, por supuesto, pero era mejor que nada... Todos tenían tanto tiempo sin moverse de aquellas sillas que se veían tan incómodas que mejor le pidió que se fuera.
Tras darse una ducha con ayuda de la enfermera y cambiarse de ropa, se levantó pidiéndole ayuda al chico, abrazándose con fuerza de él para comenzar a caminar.- De verdad creí que no saldría nunca. Pude haberme curado yo sola, Reiv, no me internes en hospitales.- Gimoteó cansada, aún con algunas energías para un pequeño reclamo.- Reiv, ¿qué vamos a hacer ahora? Tu hermano inconsciente, bombardeamos la base, el arma sigue en algún lugar... Debí haberte escuchado cuando dijiste que te parecía muy fácil cuando estábamos robando la esfera.
Por fin llega el día en que le dan el alta y podemos marcharnos de una vez. No ha sido fácil hacer que aguantase aquí hasta recuperarse por completo, la pobre estaba ya agobiada y con necesidad de salir. Un dragón no debería estar nunca encerrado. Me costaba mucho decirle que no cuando me pedía que nos fuésemos, pero el sentido común debía imponerse. Paso una mano tras su cintura para ayudarla a caminar una vez que está lista y vestida con la ropa que le ha traído su tío, que en este momento no está por aquí. Por suerte no ha habido ningún día tan tenso como en el que vinieron sus hermanos, aunque intuyo que tendré que verlos en más ocasiones. La miro con cara de disculpa cuando me dice eso de que no la interne más, pero dudo que hubiese sobrevivido si no lo hubiese hecho. - Sé que lo has pasado mal, pero no quedaba otro remedio. No iba a arriesgarme a que... - hago una pausa porque me cuesta decirlo, aunque esté seguro de que es lo que hubiese pasado. - a que murieses. - estuve bastante acojonado, sobre todo cuando casi nos matan a ambos en el cementerio y yo no podía hacer nada porque estaba paralizado por completo. - Creo que tu habrías lo mismo conmigo.- seguimos caminando hasta llegar a la zona del área de terapia intensiva en la que está mi hermano, que sigue sin despertar todavía. Quedan unos pocos que siguen como él, pero la mayoría ha ido despertando. Me detengo un momento a los pies de su cama, parando ahí con Juliet.
- Ojalá supiese que hacer. Cuando hacia planes para beneficio propio era todo más sencillo, aunque a veces acabase fastidiándola. - hubo unos cuantos tratos que no me salieron bien, pero esa es otra historia. - No fue culpa nuestra que pasase esto, la puta Alianza nos tendió una trampa. Ahora deben estar riéndose en su base, los muy desgraciados. - murmuro por lo bajo con rabia, pensando que esto de implicarse con los renegados es más complejo de lo que creía. - Es cierto, parecía muy sencillo robarla. Creo que en la base sólo hicieron como que nos lo impedían, para que no sospechásemos. Puede que lo del arma sólo fuese un anzuelo para ver a cuántos de nosotros podían matar. Ni idea. Tampoco sé cuándo despertará Johan, ni qué querría hacer él. Creo que el único que tendrá idea es Draven. Podría buscarlo...- no es que me caiga especialmente bien, pero no sé a quién recurrir para saber qué hacer a continuación, y él es de los que más saben del asunto. - Pero no será hoy. Por ahora vámonos de aquí, te vendrá bien tomar el aire. Venga, te dejo que elijas sitio, que estás convaleciente.
- Ojalá supiese que hacer. Cuando hacia planes para beneficio propio era todo más sencillo, aunque a veces acabase fastidiándola. - hubo unos cuantos tratos que no me salieron bien, pero esa es otra historia. - No fue culpa nuestra que pasase esto, la puta Alianza nos tendió una trampa. Ahora deben estar riéndose en su base, los muy desgraciados. - murmuro por lo bajo con rabia, pensando que esto de implicarse con los renegados es más complejo de lo que creía. - Es cierto, parecía muy sencillo robarla. Creo que en la base sólo hicieron como que nos lo impedían, para que no sospechásemos. Puede que lo del arma sólo fuese un anzuelo para ver a cuántos de nosotros podían matar. Ni idea. Tampoco sé cuándo despertará Johan, ni qué querría hacer él. Creo que el único que tendrá idea es Draven. Podría buscarlo...- no es que me caiga especialmente bien, pero no sé a quién recurrir para saber qué hacer a continuación, y él es de los que más saben del asunto. - Pero no será hoy. Por ahora vámonos de aquí, te vendrá bien tomar el aire. Venga, te dejo que elijas sitio, que estás convaleciente.
Agachó el rostro ligeramente cuando escuchó la respuesta de Reiv. Pensar en la muerte siempre le hacia sentir extraña, y no quería que él viera la sombra en sus ojos.- Tal vez te habría tratado de curar por mi misma primero.- Ella no era tan instantánea como él para llegar de un lugar a otro. De haber sido la situación así, quizás transportarlo en dragón habría sido demasiado que soportar. Se preguntó unos momentos si ella podría llegar a aprender la desparición. Recordaba bien que él le había pedido enseñarle la curación, y eso lo podría aprender sin dificultades, ¿pero sería igual? ¿Sería un dragón lo suficientemente mágico para desaparecerse?
Salió de sus pensamientos cuando llegaron a los pies de Johan. No se veía mal, solo parecía dormido. Quizás demasiado dormido. Se le vino a la mente el recuerdo de algo que no recordaba haber vivido ni haber olvidado. Un beso apasionado que, en su momento, le había dejado con ganas de algo más. Sabía bien ahora que era hermano de la persona con quien estaba. ¿Reiv lo sabría? No se había dado cuenta antes que había ligeras lagunas en su cabeza. Huecos sin llenar y épocas completas que no recordaba. ¿Qué había sido de ella al inicio de la guerra? Miró a Reiv un instante, tratando de ver si había olvidado algo sobre él, pero no llegó nada, y quizás había problemas más urgentes...- Fue nuestro enredo. Nosotros... Yo saqué la esfera de la base. No se cómo enmendarlo.- Murmuró pegándose más a Reiv, recostando la cabeza en su pecho. No había calculado antes la magnitud de lo que habían hecho, pero en aquel lugar había muchas personas heridas que tampoco despertaban.- Pero... entonces ¿esa arma seguirá en algún lugar o solo era un caballo de troya? No sé si el peligro ya pasó o si hay que preocuparnos aún por lo que viene.- Aunque el nombre de Draven no lo recordaba de nada, a su mente vino un rostro que podía concordar con el apellido. Y quizás él sí podía ser de ayuda a pesar de que sabía que él y Reiv no congeniaban.
Se abrazó del pecho de Reiv cuando escuchó por fin la palabra mágica que había estado esperando. "Vámonos", pero se encogió de hombros rápidamente.- Cualquier lugar. Solo quiero recostarme en algo que no sea una camilla... y supongo que también tu.
Salió de sus pensamientos cuando llegaron a los pies de Johan. No se veía mal, solo parecía dormido. Quizás demasiado dormido. Se le vino a la mente el recuerdo de algo que no recordaba haber vivido ni haber olvidado. Un beso apasionado que, en su momento, le había dejado con ganas de algo más. Sabía bien ahora que era hermano de la persona con quien estaba. ¿Reiv lo sabría? No se había dado cuenta antes que había ligeras lagunas en su cabeza. Huecos sin llenar y épocas completas que no recordaba. ¿Qué había sido de ella al inicio de la guerra? Miró a Reiv un instante, tratando de ver si había olvidado algo sobre él, pero no llegó nada, y quizás había problemas más urgentes...- Fue nuestro enredo. Nosotros... Yo saqué la esfera de la base. No se cómo enmendarlo.- Murmuró pegándose más a Reiv, recostando la cabeza en su pecho. No había calculado antes la magnitud de lo que habían hecho, pero en aquel lugar había muchas personas heridas que tampoco despertaban.- Pero... entonces ¿esa arma seguirá en algún lugar o solo era un caballo de troya? No sé si el peligro ya pasó o si hay que preocuparnos aún por lo que viene.- Aunque el nombre de Draven no lo recordaba de nada, a su mente vino un rostro que podía concordar con el apellido. Y quizás él sí podía ser de ayuda a pesar de que sabía que él y Reiv no congeniaban.
Se abrazó del pecho de Reiv cuando escuchó por fin la palabra mágica que había estado esperando. "Vámonos", pero se encogió de hombros rápidamente.- Cualquier lugar. Solo quiero recostarme en algo que no sea una camilla... y supongo que también tu.
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