Cueva de la desesperación

El miembro 'Edhel Knox' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Curación' :

Me pone putonervioso mirar hacia donde están operando a Azahar, prefiero girar la cabeza hacia otro lado porque la espera es insoportable. Decido salir de nuevo hacia la entrada, al menos luchando se me pasará más rápido el tiempo. Una vez estoy fuera compruebo que ya no queda nada, tan sólo los cuerpos de los últimos soldados que estuvieron allí luchando. La gente ha comenzado a entrar a la cueva para que los curen, no queda prácticamente nadie ya.

Observo al tipo que nos cubrió antes usando su fuego, un chaval bastante joven. Parece más que traumado, mirando al frente como si estuviese en otro mundo. En circunstancias normales no me habría acercado a él para hablar, paso mucho de la gente, pero ahora lo utilizo para distraerme y que se me pase más rápido el tiempo hasta que curen a Azahar. Además, sería correcto agradecerle lo de antes. Me saco un cigarro del bolsillo de la chaqueta, encendiéndolo con un mechero. Era eso o pedirle fuego al pirómano.

- Gracias por lo de antes. - no sé si me va a responder, parece un tanto mudo ahora mismo. Por eso sigo hablando, me vaya a responder o no. - ¿Es tu primera batalla? ¿sabes si han caído muchos de la Resistencia en la batalla de las calles? - recuerdo que Ian se había quedado esperando a que llegasen sus compañeros a la ciénaga, pero no venían. Puede que estén todos muertos. Ian también está tardando en llegar, más le vale estar aquí rápido y no haberse entretenido volviendo atrás. Pego una calada al cigarro, exhalando después el humo lentamente y hacia arriba.

- Antes era yo el que atacaba a los de la Resistencia...son difíciles de matar los cabrones. Por eso supongo que mi presencia aquí no es muy grata. Jamás podría pertenecer a ellos, hay demasiado pasado. El único motivo por el que puedo estar aquí ahora mismo son mis hijos. Mi hijo mayor debe tener tu edad. - así me pasa a veces cuando estoy nervioso, me pongo a hablar más de la cuenta o a contar mi vida aunque no le interese una mierda.


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PS:84-5= 79

Miro de reojo hacia mi lado al oir los pasos de alguien aproximandose. No lo conozco de nada, pero sigue acercandose a donde estoy yo. Automaticamente comienzo a ponerme nervioso, observando que saca un cigarrillo. Vale, ahora que lo miro a la cara, lo he visto antes. Era el hombre que iba con aquella chica en brazos y que queria entrar a la cueva, a los que protegí un momento. Cuando me dio las gracias me dieron ganas de reirme...

-No me des las gracias, de verdad. -no sonaba como el tipico "Ohh George no, no hay de que, no face falta dar las gracias". Sonaba a "no me des las putas gracias porque no me las merezco, mas bien echame una mano al cuello". El hombre me sigue hablando...mas alla de haberlo visto hacia unos minutos, su cara no me sonaba de nada asi que supuse que el no se habia enterado de nada. Ademas no habia estado en calles. -No, no es la primera batalla. He estado en un par mas. Pero ...ninguna como esta.-no, desde luego que no.

Niego con la cabeza a su pregunta, no tenia ni idea. Yo habia perdido el conocimiento pronto. -Espero que no.

Me empieza a llegar el olor del cigarrillo y vuelvo a mirar al frente, a ningun punto en concreto, escuchando al hombre. ¿Antes era él quien atacaba a la resistencia? No tenia mucho sentido...que hacia aqui entonces? Habia sido soldado....blood keeper....? No, debia ser mago, lo vi controlando el metal. Ese hecho me sorprendió un tanto.
-Difíciles de matar. No tanto...- me quedé pensativo repitiendo sus palabras. Se ve que el ejército pensaba lo mismo. -No, mi presencia aqui tampoco es grata, puedo asegurartelo...

"y es normal"

-Y el pasado no se borra, verdad? - sonreí un poco sin mirarlo, dejando los brazos apoyados en las rodillas y resoplando un poco. Joder.

"Hijos"

-¿Tus hijos? ¿Quienes son? La chica que llevabas en brazos. ¿Está bien?

Después de lanzar aquella flecha me quedo apoyada contra la pared, tomando un poco de aire. Por suerte el resto de gente que hay fuera terminan con los soldados restantes, yo estoy muy débil ya... Aunque veo salir al hombre que ayudé antes para abrir la entrada de nuevo no me acerco, hago un gran esfuerzo por entrar y seguir las voces hasta la enfermería/cueva de nuevo. Hay mucha gente, muchos gritos y demasiada sangre, todo me dice que salga de allí pero no puedo. Las piezas de metal siguen clavadas en mi piel, han hecho unos feos agujeros y unas bonitas hemorragias, siento cómo mi cuerpo va perdiendo fuerza.

De las personas allí dentro reconozco a los que vi al despertarme, aunque no me fijé mucho, a la rubia de antes, a Ben y a Antonio. Parecen todos muy ocupados, están salvando vidas o ayudando, y yo no puedo ni usar mi magia para aunque sea detener la sangre que se me escapa. Así que me quedo ahí apoyada en la pared cerca de la puerta, esperando a que acaben con los más graves para que alguien me saque las piezas de metal del cuerpo.

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Vida: 110-5 (sangrado fuerte) = 105 PS

El miembro 'Zoey Cyreidë' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Parecía que la batalla había acabado. Dejaron de escucharse explosiones y detonaciones de los rifles enemigos. Todo se sumió en un profundo silencio incómodo, solo roto por los gritos de dolor de los heridos y los llantos por la gente que perdimos en la batalla. El soldado al que ataco huye en dirección a calles y no vuelvo a saber nada de él. Varios compañeros salen de las cuevas con la cara pálida, como si hubierna visto un fantasma o estuvieran traumatizados. Estoy agotado, el uso de tanta magia me ha dejado por los suelos. Tendré que descansar un poco, pero antes...

Veo a Zoey entrar por las cuevas, sangrando por sus heridas, dirigendose a la enfermería. La sigo a una distancia prudente y cuando estoy solo y oculto entre las sombras de la cueva me transformo en águila. Sigo volando entre los túneles hasta llegar a la enfermería, dónde Zoey se encuentra apoyada en una pared esperando a que la atiendan. La dejé allí inconsciente hacía un rato. Que estuviera viva y relativamente bien era todo un milagro. A pesar de que siguiera herida me quedé mucho más tranquilo. La sala estaba llena de gente, en concreto solo conocía a Ben y a Antonio Bastet. Me entró un poco el pánico. Aún no sabía si su lechuza me había llegado a ver transformarme... o si se lo había dicho. No lo pensé más, tenía que saber como estaba Zoey...

"¡Zoey!"Me dirigí a ella y me posé a su lado."¿Cómo estás? ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? Estaba muy preocupado"

Parecía que las cosas se habían calmado por ahí abajo. No divisaba más aviones, ni centinelas ni soldados enemigos. En la entrada de las cuevas un ir y devenir de personas entrada y salía de las cuevas, como un enjambre. Pero yo no me confiaba, la Alianza aún podía atacar en cualquier momento, ya habían bombardeado la entrada una vez, nada les impedía volver a hacerlo. Decidí bajar y proteger la entrada de la cueva hasta que se hubieran atendido a todos los heridos. Además Edhel seguía dentro y era quién me trajo aquí, no tenía ni idea de donde ir ahora... y además me debía una cerveza.

Baje y me posé al frente de la entrada de las cuevas, dejando suficiente espacio libre como para pasar pero al mismo tiempo protegiéndola, como hacía con mis cuevas-hogar en otras épocas, preparado para cubrir la entrada en caso de un ataque. No debía dejar que volvíeran a bloquearla con rocas, y no sólo por el hecho de que quedar bloqueada, sino porque podía morir alguien aplastado por ellas. "Hablé" telepáticamente, como si fuera en voz alta para que llegara a lo profundo de las cuevas, sólo a Edhel, sin que nadie más pudiera escucharme.- "Edhel, soy Villentretenmerth, estoy en la entrada de las cuevas. Os protegeré de cualquier posible eventualidad hasta que hayáis terminado de atender a los heridos. Cuando hayas acabado, por favor, reúnete conmigo aquí. Ánimo y suerte"- le dije.

Me tumbé en el suelo, rodeando con mi cola mi cuerpo, haciendo una especie de bola enorme dorada y apoyando mi cabeza en ésta, de forma que pudiera ver todo lo que pasaba.

Edhel intenta tranquilizarme con Azahar pero sin darme falsas esperanzas con lo del ojo. El ataque ha sido tan brutal que lo ha perdido por completo. No puedo evitar que me caiga alguna lágrima por la mejilla mientras sigo utilizando mi magia de sanación con ella. Se me hace un nudo en la garganta y me cuesta hablar. Poco a poco parece que vamos estabilizándola, incluso cerrando la herida más grave que es la de la cabeza. Termino poniendo una venda alrededor de su cabeza y el hueco del ojo, dando así por terminada la curación de Azahar.

- A mi tampoco.- respondo en voz baja a lo no gustarle la mala pinta del ojo, comunicando mentalmente a mi padre que ya hemos terminado con Azahar, que puede venir a llevársela. Será lo mejor, que termine de recuperarse en casa. Además, no podemos permanecer aquí muchas horas más.


- Al menos la hemos sacado adelante, Edhel. - intento animar al sanador, que también debe de estar más preocupado de lo normal al estar tratando a su sobrina. En estos casos cuesta más mantener la calma. - Todavía quedan muchos...voy a ver cómo están otros. Si me necesitas para alguno de los graves ahora vuelvo. -
me limpio un poco las manos en un trapo antes de acercarme a otra chica que está algo apartada del resto, cabizbaja y también bastante herida. Le doy un pequeño toque en el hombro a Scar, para que se percate de mi presencia. - Voy a curarte eso.- comento en tono amable refiriéndome al brazo herido al que se aferra, preguntando después. - ¿Qué más heridas graves tienes?


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sanación:

30dado + 10 por habilidad especial + 40 anillo Vilya=70 a AZAHAR

40 Edhel (en 2 posts) + 130 Chloe (2 posts)= AZAHAR a 150 (a sacar para hacer hueco y curar a otros)

PS : 90-5=85

El miembro 'Chloe Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Curación' :

No tardó mucho en comenzar a sentirse mejor después de los acontecimientos de la noche. El cuerpo ya no le dolía, la sangre ya no la abandonaba, ahora lo único que sentía era cansancio y una extrema pereza. Mientras Alex le hacía compañía y un poco de plática, no pudo evitar lo rara que había sido en el bar y lo diferente que era entre borracha, con resaca y sobria. Aquel pensamiento le sacó una ligera sonrisa.- No, no creo conocerla en absoluto.- Susurró al chico con un suspiro mientras volvía a tratar de levantarse. Estaba comenzando a entrar la gente de verdad herida, así que si no quería verse atrapada en una cueva llena de emociones, tenía que salir del lugar. Pero antes de pensar en aquello, el chico pidió por su nombre. Había dicho ya en la reunión que no era algo importante, y él seguramente estaba ahí pues le había visto por el lugar. Y tomando en cuenta que al menos algunos recordarían que gritó su apellido en las calles cerca de Bastion Hollow ya no quedaba gran misterio por resolver con ella.- Me... M-Me llamo Juliet. Solo no lo divulgues mucho.- Bromeó susurrando suavemente para que le escuchara la menor gente posible. Podía dar el nombre con más facilidad, pero eso no quitaba del todo su pena al darlo.

Al llegar Thalos y Scar, no pudo evitar sonreír por aquel comentario del moreno. Había algo en él que realmente le agradaba, aunque fuera de lo más irritante, si cabía la posibilidad de la palabra. Su preocupación por los Black le recordó la propia angustia. Si estaban heridos irían por la cueva, y si no, quizás también pasarían. Al que no creía encontrar ya era a Reiv, que seguro se habría ido en cuanto la batalla terminó. Esperaba poder darle las gracias después y ahora que lo pensaba, quizás conocer a su maestro no sería tan mala idea. Necesitaba lograr que su transformación a dragón fuera menos cansada y más satisfactoria, tal como debía ser. Más ahora que conocía un par de dragones, seguro que podría pedir algún consejo.

Cuando Scar se alejó, pudo poner los ojos en como Thalos se sacaba la bala a sí mismo. Si aquella grotesca escena era en algo similar a lo que ella misma había hecho, seguramente se habría visto muy mal. Finalmente, algunos llantos alejados la terminaron de sacudir. No se sentía del todo bien en medio de tantas emociones. Sentía que necesitaba un poco de paz. Se levantó de la piedra por fin y le sonrió a Alex cuando pasó por su lado, con un brazo en las costillas pues aún le incomodaban un poco para respirar.- Te veré luego, supongo.- Susurró a modo de despedida, acercándose a la camilla de Thalos y posando la mano en la herida donde se había sacado la bala él mismo.- Veo que no soy la única loca que hace estas cosas... - Debajo de su mano, un brillo azulado inundó la herida, haciéndola sentir fresca al contacto y cerrándola totalmente al terminarla. Seguramente le quedaban más heridas, pero al menos una cerrada era menos trabajo para él.- Cuando termines de sacarlas, estaré afuera si quieres.- Susurró, y se alejó procurando caminar lo más derecha que podía a pesar de sus propios dolores.

En su camino a la salida, encontró a Scar en un rincón. De nuevo la vio tan deprimida como en el campo de batalla. No estaba segura de si sería su primer asesinato o algo así, solo la sentía muy triste. Al menos en aquel lugar podía estar más segura de expresar sus emociones que a mitad de una batalla campal.

Siguió caminando, encontrando a Nidt descansando en el piso. Pudo adivinar, sin muchos rodeos, que ella había sido la otra dragona plateada en el cielo aquella noche. No pudo evitar emocionarse, sobre todo de conocer más dragones y estar en contacto con su verdadera naturaleza. Era como haber encontrado familia que no sabía que tenía. Con aquello en mente, salió por la entrada improvisada de la cueva, que parecía haber sido bloqueada y desbloqueada tras el derrumbe, pues había piedras tiradas por todo el lugar.

Alcanzó a ver, y como no verlo, al enorme dragón dorado, gigantesco, sentado frente a la entrada principal. Había escuchado historias de dragones que custodiaban tesoros en cuevas, pero esta vez el tesoro de adentro estaba demasiado maltrecho. Pasando una mano por las escamas, recorrió toda la cola del dragón hasta que estuvo en la entrada de la cueva. Todo parecía tan distinto aquella mañana de lo que había sido la noche anterior. Incluso la luz del sol se sentía bien tras una fría noche volando.

- No sé si te di las gracias, pero gracias. Fue todo un espectáculo poder conocer dragones hoy. Espero volar con ustedes alguna otra vez... - Dijo, muy contenta de haberles conocido. Se sentía bastante optimista a pesar de la batalla. Ciertamente, tenía ya varios años sin toparse con un dragón que no fuera su madre.

Salió de la cueva a la montaña, algo cansada, y se recostó a un lado de la entrada. Había un pequeño pedazo de pasto que se veía bastante bien. Decidió que cerraría los ojos por unos minutos, para volver a recuperar fuerzas. Así, en modo humano, era un blanco un poco menos colosal que en forma dragón. Estaba segura del espectáculo que estaba dando: tirada en el suelo, con la camisa blanca llena de sangre, un poco despeinada, tirada en el suelo tomando el sol y con los ojos cerrados, podría pasar por un muerto más. Disfrutando de aquello como una broma privada, sonrió y decidió dormir por un rato, al menos mientras algo más pasaba.



Curación = 10 + 30 = 40 a Thalos

El miembro 'Juliet Bennett' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Curación' :

Voy pegando caladas al cigarro más seguidas de lo habitual, tratando de mantener los nervios a raya. De vez en cuando miro hacia el interior de la cueva, por si salen a darme alguna noticia de Azahar. El chaval con el que estoy hablando lleva una pinta de amargado que no puede con ella, el modo en el que dice que no le de las gracias es como si se sintiese mal consigo mismo. Ha sido un tono raro.

- En lo que a mi respecta...es lo que toca.- tampoco le voy a preguntar por qué lo dice, no parece el momento. Mike desmiente eso de ser un novato en grandes batallas, aunque por lo que he visto y lo que estoy oyendo da la impresión de que las supera a todas las que haya podido haber en bastante tiempo. Para mí fue más jodida la huida de los campos cuando rescatamos a Ian, pero porque éramos menos. Aquí han juntado un buen batallón de combatientes contra la Alianza. Me contradice en eso de que sean difíciles de matar, aunque no estoy de acuerdo. A mí me lo parecían, no desaparecían por más que lo intentásemos. Lo miro frunciendo levemente el ceño ante su pregunta sobre borrar el pasado. Intuyo que debe estar traumado por algo que ha hecho hoy. Mi expresión se vuelve algo más sombría, por un momento olvido un poco los nervios por lo que está sucediendo en la enfermería. Por experiencia propia puedo responder muy bien a esa pregunta.

- No. - niego tajantemente. - El pasado jamás puede borrarse, estará contigo siempre. Sea bueno, o malo. Es algo que también forma ya parte de lo que eres. Lo único que puedes hacer es...- ¿qué cojones hago yo dando consejos? tampoco tengo la fórmula definitiva y he sido más inestable que nadie. - Aprender a convivir con tu propia mierda sin que haga demasiado ruido, sin que te joda tanto como para no dejarte avanzar. Supongo que no es la respuesta que buscabas, pero es lo que hay. - doy otra calada más al cigarro y lo tiro al suelo, pisándolo con la punta del pie.

Hago un gesto negativo respecto a su pregunta sobre si soy el padre de Azahar. - No, pero es como de la familia. Mi hija es la que estaba dentro curando, Chloe. - comento con orgullo de padre, creo que ellos son lo único que vale la pena de todo lo que he hecho. - Mi hijo debe estar en camino. - en ese momento recibo el mensaje telepático de Chloe, que me informa que ya han terminado con Azahar, que puedo pasar a por ella. - Tengo que marcharme. Ten esto, calma los nervios. - le dejo un cigarro, sin mechero ni nada, ya he visto que se lo puede encender solo. Entro por la gruta que lleva a la enfermería, acercándome a la camilla de Azahar. Lleva la cabeza vendada y el ojo tapado, así que no puedo ver cómo ha quedado. Chloe ya se ha ido a curar a otros, así que hablo con Edhel brevemente. - Chloe me ha dicho que lo habéis conseguido. Esperemos que se recupere pronto. Será mejor que no le digamos nada a Lyran de momento, ni a Anteia. Me la llevo a nuestra casa para que se recupere, podéis venir más tarde, cuando acabéis aquí. Cuando vengan Ian y Chloe avísales de que estaremos allí. - cargo a Azahar en brazos, despidiéndome de Edhel antes de desaparecer de allí con la joven Knox.


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PS: 79-5= 74

Pasados algunos minutos recupero la consciencia, aunque sigo jodido y débil, todavía no me ha curado nadie. La única diferencia reside en que ahora me han colocado sobre una de las camillas caóticamente desperdigadas por toda la cueva. Al abrir los ojos ladeo la cabeza, viendo a Bastet también en una camilla. Su padre está a su lado, llorando dramáticamente porque cree que está muerta. Los animales del padre también la rodean, en una escena digna del final de Blancanieves, con sus ciervos, sus pájaros, sus cosis...

- Eh...- alzo la mano vagamente, intentando llamar a Antonio. - Te dije que existía de verdad...lo malo es que hayas llegado tarde. - me incorporo en la camilla, con un jeto pálido de perder sangre. Camino hacia Antonio un par de escasos pasos, dándole un par de palmadas en la espalda. - Lo siento...- después echo a andar hacia el exterior de la enfermería, un poco modo zombie. La verdad es que me siento un poco mal por no haber podido hacer nada por salvar a la chica, bueno, por eso y porque me han reventado, seamos prácticos.

Al salir de la cueva paso al lado de autist-mike, pasando de él bastante porque empiezo a ver brillos. Ahí dentro había demasiado ruido y gente, no tengo no puuta idea de dónde están los míos, no tengo puta casa ni puto dinero ni puta vida. Sobre todo eso último. Me caigo al suelo comenzando a rodar colina abajo, quedando por algún lado al final de la cuesta que lleva a la cueva.

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PS: 13-5=8

Aparezco con Lykaios y Ailanthus en la puerta de las cuevas, justo en el lugar en el que han caído bombas, centinelas, soldados...nunca había visto así la entrada de esta cueva. Por un lado tengo ganas de entrar y ver cómo está el resto, pero por otro tampoco quiero encontrarme con alguna mala noticia. Dejo a Lykaios a su aire para que vaya a recoger a los suyos, a partir de ahora nos separamos hasta que volvamos a reunirnos en el Moulin.

Suelto también a Ailanthus, que supongo que irá dentro a buscar a los otros dos elfos. Por mi parte echo primero un vistazo alrededor, viendo en primer lugar al dragón dorado protegiendo la entrada, y a las otra dragona Juliet, descansando en el suelo. Voy a acercarme a ella para comprobar cómo está, pero antes me topo con Mike, en la puerta sentado completamente sólo. No sólo ha sobrevivido, sino que ha venido hasta aquí. No me esperaba algo así de uno de los miembros actuales de la base. Lo miro con decepción, hablándole en tono serio.

- Tienes que venirte conmigo. Hay cosas que necesito saber. - lo cojo por el brazo para que se venga conmigo al interior de la cueva, pero antes me acerco brevemente a Juliet para comprobar que esté vivas, que respire. La dejo descansar, ahora saldré a verla. También me encuentro tirado a Yaroslav, pero en su caso no parece que esté descansando, así que lo meto para dentro, recogiéndolo del suelo para pasar su brazo sobre mi hombro y llevármelo a rastras. Me meto para dentro con Mike y Yaros, llegando a la enfermería con bastante esfuerzo. Deposito a Yaroslav en una camilla que encuentro, pero me temo que tendrá que esperar. Todos están trabajando al máximo, en medio de agobio, caos, sangre...entre ellos están Scar y Thalos, a los que saludo alzando el brazo un momento, para que me vean en medio del jaleo. Erika no sé dónde se ha metido, así que le mando un mensaje con la moneda para localizarla, desde que se fue a la ciénaga no sé nada de ella.

- La batalla en las calles ha terminado. Los hemos echado a todos, hemos ganado. - anuncio en el tono más alto que me permiten las circunstancias, sin perder tiempo para decir lo que haremos a continuación. - Hay que estabilizar a los más graves antes de trasladarnos a otro lado. Si los centinelas han venido hasta aquí ya saben dónde estamos. Nos dispersaremos en varias casas. Yo tengo una a la que podéis venir. Kosuke ofrece otra. Ailanthus otra. También está la opción del Moulin Noir. En una hora como mucho deberíamos estar fuera de aquí...- dejo que se vayan haciendo a la idea, mientras voy haciendo un repaso por la enfermería de cómo han quedado todos. No suelto a Mike en ningún momento, no quiero que se escape.

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PS: 45-5=40

Aún en calles le había respondido alguna cosa. Estaba bastante perdido respecto qué hacer, o como actuar, o… Johan, en algún momento, me había comentado lo de llevarme a los sanadores. -Realmente… Ellos decidirán si quieren ir o no. Saben donde está el hogar, y ahora mismo, es necesario que se recuperen todos cuanto antes. Tenemos poco margen para rehacernos.- Suspiré un poco -Me aseguraré de que cuando lleguen a casa lo tengan todo listo…- En el fondo era algo que me hacía sentir útil. Poder ayudar aunque fuera en tareas de la casa. Apañaría una buena comida para ellos, después de hablar con mi hermano.

Respecto lo de la amenaza se lo comentaría después. Si que respondería en las mismas calles lo de la base. -Si crees que no hay nada importante, entonces es poco prioritario. No sé cuanta información guardáis ahí. No se… Mucho, realmente.- No tardamos en irnos después de que también cogiera a Lykaios. Una vez en la entrada de las cuevas hice algo de acopio de valor para mirar a Johan y hablarle sobre el tema que más me había escamado.

-No… No me ha salido bien, lo de la amenza. No le vi especialmente afectado, y… Sé que tiene algún as bajo la manga y…- Durante unos momentos me pregunté si decírselo. Al final solo me salió una respuesta poco precisa. -... Tengo algo de miedo por suponer un peligro por todo lo que ha pasado en campos… Mucho de mí cambió allí. Y no sé hasta que punto he cortado relaciones con ellos, y… No estoy seguro. De nada.- Solté un largo suspiro, observando un poco el panorama. -No quiero ponerles en peligro- Realmente todo se resumía en algo tan sencillo como eso.

Yo vi a Mike bastante rápido. Aunque antes de poder intervenir Johan se lo llevó. Los seguí un poco corriendo sin saber muy bien que hacer. Una vez allí abajo, el mago anunció que la batalla había acabado. La imagen de la enfermería era desoladora. Yo… Aproveché para hablar, no con tanta contundencia, del tema de la tregua. -Tenemos un plazo de 24 horas para limpiar nuestras calles de… Posibles muertos…- De hecho yo seguía con Szyraenk sobre el hombro. -Vendrán aviones a recoger los restos de los soldados. Os rogaría que no los atacárais bajo ningún concepto, es una cuestión de moral e imagen pública.- Tras eso bajé la mirada y me arrimé un poco a Mike y a Johan.

Hablé con el segundo brevemente. -Johan. Sé que debes estar enfadado con él. Pero te ruego suavidad al respecto, no… No es más que un adolescente. Todos cometemos errores.- Miré al chaval, que hacía pocas horas había querido matarme. -Y es que es hijo del capitán Javert, ¿Cierto? Morgana me lo mencionó. Por supuesto, lo más obvio es creer que yo lo maté. Y si la Alianza sabe hacer algo es aprovecharse de aquellos que ansían la venganza.- Quizás por eso no quería que fueran severos con él.

-Escúchame, Mike. Sé sincero. No sé que querrán hacer contigo. Pero si estabas ahí fuera es que debiste haber luchado, ¿No? Has demostrado algo con eso. Tienen que dejarte ir. Te harán unas preguntas, te… gritarán y no sé que más. En todo caso quiero que sepas que tienes a disposición mi hogar. Entiendo lo que has hecho, y… Me gustaría poder ayudarte. Si te dejan, pregúntale a Roäc o Vor’Kalth para que te lleven a mi… nuestro hogar.- Igual hacía aquello por el respeto que profesaba a Javert. Estuviera donde estuviera, no debía hacerle gracia que hubieran usado a su hijo de tal manera. Me sentía responsable por él. Miré un poco más lo que quedara de la herida que le hiciera antes en la cara y le di una palmada en la espalda, como deseándole suerte.

Después de eso fui a buscar a Roäc y a Vor’Kalth, que estaban los dos ocupados con sus curaciones y parecían bastantes cansados. -Escuchadme ambos. Voy a ir ya a casa a por Dyospiros. Venid cuando queráis, no hacéis ya buena cara. Quiero felicitaros por vuestro trabajo, y…- Supuse que la imagen del drow degollado no debía ser lo que más les animará en aquel momento. -Ya hablaremos. Tengo que ir a casa. Si podéis, ayudad al chico que Johan está arrastrando, y si lo creéis necesario traed a algún herido a casa. Podemos encargarnos de ello.-

Tras mirármelos una vez más a ambos decidí salir de allí de una vez por todas. Si bien en la enfermería procuré caminar, en cuanto salí de ella entré en carrera aún con el cansancio y el muerto encima, sabiendo que había algo que me llamaba más en aquel momento. Con esas abandoné las cuevas de una vez.

Entre Chloe y yo conseguimos dejar a Azahar más o menos bien, pero su ojo... Probablemente no vuelva a recuperar la vista, eso me destroza. La joven Hacksaw se decide a ir a ayudar a otros, yo me quedo a su lado un poco más, estoy agotado, demasiadas personas heridas. Al poco llega Adam, diciendo que se la llevará para que se recupere tranquila, que no avise a mi hermano aún. Definitivamente prefiero esperar a que despierte y ver el alcance total de daños, pero no tengo muchas esperanzas, y eso no suele ser lo usual en mí. Asiento a su petición de avisar a sus hijos y dejo que se marche, mirando alrededor de la cueva, a toda esta gente sangrando y dolorida que han luchado hasta la muerte por defenderse.

Escucho en mi mente la voz de Borch, diciendo que se quedará fuera para protegernos por si intentan atacar de nuevo el lugar. "Muchas gracias, amigo". Veo entonces a Antonio, junto a su hija en una camilla, incosciente. Me acerco a ellos y concentro mi energía en mis manos, intentando cerrar sus heridas para que no sangre, pero no puedo hacer mucho a causa de mi propio cansancio.

-Lo siento mucho, llevo toda la noche con esto, me llevará un poco de tiempo.

Y así es que cojo gasas y pinzas y comienzo a extraer balas, cerrando después con algunos puntos de sutura. Espero no dejarlos muy feos, que Bastet es la que suele hacer estas cosas y como se vea una herida en plan desastre seguro que no le gusta nada. Pero hago lo que puedo, intentando alejarla de la muerte y traerla más cerca del mundo de los vivos, que es donde debe estar.

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Curación: 0 (ya empezamos) + 10 (habilidad) = 10 PS para Bastet

El miembro 'Edhel Knox' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Curación' :

Abrí los ojos para encontrarme de nuevo en el sitio en el que había empezado todo, sino hubiera sido por Reiv yo no sabría de la existencia de la cueva y mucho menos que era una enfermería improvisada. Quité mi mano del hombro de Imram -Ya estamos aquí- le comenté sin pensar mucho en que fuera a necesitar ayuda para llegar hasta donde se oía tanta charla, me decidí por ir unos pasos por detrás y ya cuándo llegáramos sino había demasiada gente herida pediría que me echaran un ojo a los rasguños que tenía por los brazos y por las piernas por culpa del soldado negro del que no me pude vengar por que se murió demasiado rápido... "Cada vez los hacen más debiluchos y malhumorados"

Pensé al darme cuenta de que ya había matado a varios soldados de la alianza. No me arrepentía de ello pues ya estaba hecho y si no moría él en ese momento lo habría hecho yo. Lo único en lo que verdaderamente pensaba era en que no tenía dónde quedarme que no fuera el Moulin y tampoco estaba segura de que fuera bien recibida por Indira después de que le cortara todo el ambiente para que Reiv me trajera a la batalla y al final decidiera unirse y luchar con nosotros. Tenía un inconveniente con eso, pero ya había dormido a la intemperie antes, así que mientras me mantuviera lejos de los zombies no tenía por qué surgirme ningún problema.

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PS: 141

Sharon me pilla por el camino mientras nos alejamos de las calles, teletransportándome hasta donde yo quería ir. Al reaparecer en la entrada de la cueva le doy las gracias por el viaje. Su voz no me suena de nada, pero parece la de una chica joven. - ¿Eres nueva recluta de la Brigada? - en las calles he creído entender que había un par de nuevos, tal vez ella también lo sea. Comienzo a caminar con el bastón-katana por delante, cojeando un poco por la herida de la pierna.

Escucho que la chica también me sigue, aunque va muy silenciosa. Le hago saber que sé que está ahí, intentando que diga algo más. - No sé cómo estarás de herida, pero si estás peor puedes pasar delante, lo mío sólo es la pierna. - un balazo que me habían metido y seguía sangrando, pero no era ningún órgano vital. - Por cierto, me llamo Imram. Llevo bastantes años en la Brigada, puedes preguntarme lo que quieras si es que eres recluta nueva. - Por fin llegamos al interior de las cuevas, siguiendo el jaleo ha sido sencillo. Agudizo el oído para tratar de reconocer voces, ninguna que me suena como la de Lykaios o Ben.

Busco a tientas alguna roca en la que sentarme para descansar la pierna, apoyando la espalda contra la pared mientras dejo el bastón a un lado. De fondo escucho las voces de Johan y el otro con el que hablaba en las calles. Evacuación, tregua, etc... más de lo que he oído antes. Espero pacientemente hasta que alguien pueda atenderme, y si al cabo de un rato veo que no es posible ya me comunicaré con Lykaios.

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PS: 95-5=90

Había sido incapaz de conciliar el sueño con tanta gente fuera, parecía que nadie quería entrar en la cueva si no estaba suficientemente herido. Por fin olí a alguien conocido entre tanta gente, Juliet, que parecía salir de la cueva para dar un paseo y agradecer a Villen de que la rescatara. También añadió que esperaba volver a volar con nosotros. Me giré hacia el lugar del que procedía el sonido.

–Claro que volaremos de nuevo juntas, Shulizek- respondí divertida y feliz de que estuviera mejor –Tenemos que hacer carreras de dragones- añadí para que viera mis intenciones, seguía siendo bastante infantil a pesar de tener casi 90 años. Esto era culpa de tener tantos hermanos y hermanas menores con quienes tenía que jugar muy a menudo y dejarme ganar para contentarlos a todos.

Habían pasado uno o dos minutos en los que ya no se oían más que murmullos, y sin embargo me tuve que levantar de golpe al oler fuera de la cueva que de nuevo alguien sangraba y se le oía caerse cada vez más rápido. No me paré a pensar en quién era, cualquiera que estuviera allí era un aliado, así que me puse a bajar las rocas a gran velocidad, hasta hallar un cuerpo que respiraba costosamente y estaba cubierto de sangre. Me molestaba la espalda por las heridas que todavía tenía sin curar, y sin embargo tenía que volver a subirlo al interior de la cueva y no podía tocarlo en aquella forma si no quería matarlo sin darme cuenta.

Al final me transformé y lo cogí entre mis fauces, ya que lo manejaría mejor y podría caminar durante más tiempo dentro de la cueva. Y así ocurrió, solo lo solté cuando ya estaba casi en la enfermería para volver a la forma pequeña –Se os escapaba uno- avisé mientras volvía a cogerlo y llevarlo hasta una de las camillas para instantes después volverme a marchar al exterior de la cueva, esta vez a vigilar que nadie se escapara de los curanderos y no se intentaran despeñar para evitarlos.

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PS: 121