Recuerdo del primer mensaje :
Casa de aspecto rural, amplia y protegida por hechizos de protección y barreras que permiten el paso solo de aquellas personas autorizadas por los descendientes de Galeno y Merlín.
En su interior hay una gran biblioteca con la colección personal de ambos descendientes., una consulta privada y una habitación de hechizos y encantamientos.
Biblioteca:
Habitación principal:
Salón:
Casa de aspecto rural, amplia y protegida por hechizos de protección y barreras que permiten el paso solo de aquellas personas autorizadas por los descendientes de Galeno y Merlín.
En su interior hay una gran biblioteca con la colección personal de ambos descendientes., una consulta privada y una habitación de hechizos y encantamientos.
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Zaphira Eire
Raza
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puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Después de tocar Lucio fue quien me abrió la puerta con una bienvenida más que calurosa, lo miré con los ojos entornados y algo sospechosa -Buenas...- dije secamente mientras él me pasaba una mano por el hombro que me hizo fruncir el ceño, últimamente estaba demasiado enfadada con todo y mucho más arisca de lo normal. Cuando me ofreció un hueco en el sofá lo rechacé, prefería una silla para mi sola pero en cuanto Sean me pidió ayuda desde la cocina el gesto me cambió -¿qué necesitas? ¿estás cocinando? ten cuidado con el fuego y con el aceite ¿quieres que lo haga yo?- el chico salió de la cocina y en cuanto se acercó le di un abrazo que por alguna razón casi me hace llorar... y eso me hizo enfadar, todo era demasiado raro.
Me senté en una de las sillas acercándola ala chimenea -La verdad no me he encontrado demasiado bien estos días... para eso he venido, tengo que contaron un par de cosas- dije mientras Sean preguntaba por los álbumes de fotos -Los tienes todos aquí, cuando te mudaste los empaqué por ti, busca el grande de tapa roja, en ese están tus fotos de pequeño, las de preescolar y creo que algunas de la academia- el juego de té se acercó y ya estaba preparando el té como a mi me gustaba, me llevé una mano al pecho y miré a Sean porque se acordaba de eso, de como me gustaba el té y me dio mucha ternura, lo miré casi el punto de lágrimas pero entonces carraspeé intentando controlarme -Sean, no pudo beber té, pero gracias, mejor una manzanilla... no quiero quitaros mucho tiempo así que voy a ir al grano- dije tomando la taza que me ofrecía el juego.
Aquella agua de hierbas sabía a meado de goblin pero era lo que había, primero Adramelech -En la misión Adramelech fue mordido por Altair, al ser culpa de un descendiente me parece que os incumbe, el chico lo está pasando mal y necesita que un médico le eche un vistazo, os lo pido como un favor personal también, es un buen muchacho- le di otro sorbo a la manzanilla, uno bien largo para entrar en calor y que mi estómago por fin tuviera algo porque por culpa de las náuseas no podía comer casi nada -Y estoy embarazada- dije como si fuera lo más normal del mundo dando otro trago al agua rara.
Me senté en una de las sillas acercándola ala chimenea -La verdad no me he encontrado demasiado bien estos días... para eso he venido, tengo que contaron un par de cosas- dije mientras Sean preguntaba por los álbumes de fotos -Los tienes todos aquí, cuando te mudaste los empaqué por ti, busca el grande de tapa roja, en ese están tus fotos de pequeño, las de preescolar y creo que algunas de la academia- el juego de té se acercó y ya estaba preparando el té como a mi me gustaba, me llevé una mano al pecho y miré a Sean porque se acordaba de eso, de como me gustaba el té y me dio mucha ternura, lo miré casi el punto de lágrimas pero entonces carraspeé intentando controlarme -Sean, no pudo beber té, pero gracias, mejor una manzanilla... no quiero quitaros mucho tiempo así que voy a ir al grano- dije tomando la taza que me ofrecía el juego.
Aquella agua de hierbas sabía a meado de goblin pero era lo que había, primero Adramelech -En la misión Adramelech fue mordido por Altair, al ser culpa de un descendiente me parece que os incumbe, el chico lo está pasando mal y necesita que un médico le eche un vistazo, os lo pido como un favor personal también, es un buen muchacho- le di otro sorbo a la manzanilla, uno bien largo para entrar en calor y que mi estómago por fin tuviera algo porque por culpa de las náuseas no podía comer casi nada -Y estoy embarazada- dije como si fuera lo más normal del mundo dando otro trago al agua rara.
Ya sabía yo que ni el Sean niño ni el de ahora responderían con violencia a las provocaciones, aunque a mi me daban ganas de defenderlo cuando me decía que le hacían esas cosas. Vaya con Catherine y el compinche. Probablemente hubiese muerto, de lo contrario seguiría en la isla. La conversación quedó ahí cuando él fue a la cocina y yo a abrir la puerta, recibiendo a Zaphira. Noté que me saludó de modo un poco seco, pero no le di mucha importancia porque con ella tenía ese tipo de relación. Tampoco quiso sentarse en el sofá, sino que se quedó en una silla como una visita rápida. Yo sí que me senté en el sofá, aunque un poco más incómodo de lo que había estado antes. Evité decir nada cuando Zaphira se ofreció para ir a la cocina con Sean, comprendiendo con eso un poco el motivo por el que mi pareja apenas sabía cocinar. No le habían dejado probar, como si se fuese a romper. Esperé a que Sean volviese, sonriendo un poco al verles darse un abrazo. Luego escuché a la dragona, interesándome por su estado de salud.
- Puedes ir a que te hagan un chequeo al hospital, Zaphira. Sé que no te gusta mucho ir, pero puedes confiar en cualquiera de los que allí trabajan. - aunque ahora estarían con falta de personal, conmigo y con Arleen de baja. Volví a fijarme en los álbumes que había dejado sobre el sofá, intercambiando una mirada de complicidad con Sean cuando Zaphira dijo que tenía aquí todas sus fotos. Ya no había escapatoria, vería hasta las fotos que daban vergüenza. - Genial, pues ahora las vemos. Tengo curiosidad. - me pareció raro ver a Zaphira tan emocionada por aquello o por lo del té, pareciéndome un poco soso que pidiese una infusión. Sí que debía encontrarse mal, o estaba mayor...
- No nos quitas tiempo, ya te digo que estábamos de relax. Puedes quedarte cuanto quieras. - le puse cara de tú dirás para que empezase a hablar, asintiendo a sus explicaciones sobre la mordedura de Altair. Fue durante la misión, cuando todo se descontroló. Yo no había estado muy al tanto de lo que había pasado con el resto, así que desconocía lo de Adramelech. - Es un desafortunado accidente, espero que el chico no culpe en exceso a Altair. Intentaré pasarme más tarde por el lugar en el que esté, he atendido antes otros casos así. - iba a pedirle algún dato más, pero de repente soltó aquella frase que me dejó perplejo, como si hubiese escuchado mal. ¿Zaphira embarazada, en serio? Durante algunos segundos no supe reaccionar ni me salieron las palabras, me quedé con una cara de sorpresa que seguramente no era la que ella esperaba. Al final corregí mi gesto de estar alucinando, parpadeando un par de veces antes de lograr hablar.
- ¡Vaya! ¡Enhorabuena, Zaphira! menuda sorpresa... - miré de reojo a Sean para ver su reacción, aunque me obligué a decir algo más. - ¿Desde cuándo lo sabes? ¿Quién es el...padre? - que yo supiese Zaphira no tenía ninguna relación con nadie, así que bien podía ser algo no deseado o simplemente buscado pero sin querer un padre que ejerciese como tal. - Tendrás que contactar con Anteia...
- Puedes ir a que te hagan un chequeo al hospital, Zaphira. Sé que no te gusta mucho ir, pero puedes confiar en cualquiera de los que allí trabajan. - aunque ahora estarían con falta de personal, conmigo y con Arleen de baja. Volví a fijarme en los álbumes que había dejado sobre el sofá, intercambiando una mirada de complicidad con Sean cuando Zaphira dijo que tenía aquí todas sus fotos. Ya no había escapatoria, vería hasta las fotos que daban vergüenza. - Genial, pues ahora las vemos. Tengo curiosidad. - me pareció raro ver a Zaphira tan emocionada por aquello o por lo del té, pareciéndome un poco soso que pidiese una infusión. Sí que debía encontrarse mal, o estaba mayor...
- No nos quitas tiempo, ya te digo que estábamos de relax. Puedes quedarte cuanto quieras. - le puse cara de tú dirás para que empezase a hablar, asintiendo a sus explicaciones sobre la mordedura de Altair. Fue durante la misión, cuando todo se descontroló. Yo no había estado muy al tanto de lo que había pasado con el resto, así que desconocía lo de Adramelech. - Es un desafortunado accidente, espero que el chico no culpe en exceso a Altair. Intentaré pasarme más tarde por el lugar en el que esté, he atendido antes otros casos así. - iba a pedirle algún dato más, pero de repente soltó aquella frase que me dejó perplejo, como si hubiese escuchado mal. ¿Zaphira embarazada, en serio? Durante algunos segundos no supe reaccionar ni me salieron las palabras, me quedé con una cara de sorpresa que seguramente no era la que ella esperaba. Al final corregí mi gesto de estar alucinando, parpadeando un par de veces antes de lograr hablar.
- ¡Vaya! ¡Enhorabuena, Zaphira! menuda sorpresa... - miré de reojo a Sean para ver su reacción, aunque me obligué a decir algo más. - ¿Desde cuándo lo sabes? ¿Quién es el...padre? - que yo supiese Zaphira no tenía ninguna relación con nadie, así que bien podía ser algo no deseado o simplemente buscado pero sin querer un padre que ejerciese como tal. - Tendrás que contactar con Anteia...
Salí de la cocina cuando Zaphira se ofreció a hacerlo ella pero no podía dejarla, el que tenía que aprender era yo, la abracé fuerte y entonces le dije lo que quería -¿Me enseñas después a cocinar algunas cosas? no podemos mantenernos con sándwiches todo el tiempo - y desde luego dejar que Lucio cocinara siempre no estaba entre mis planes, él estaba muy ocupado con el hospital y ahora recuperándose tanto de las heridas como el luto por sus padres.
Lucio preguntó por cortesía si ella se encontraba bien y esperaba una respuesta afirmativa pero no fue así lo que me hizo preocuparme, tenía un poco descuidada a Zaphira y ella siempre cuidaba de mi -¿qué tienes Zaph? ¿necesitas que te leve al hospital? Aldaron estará de guardia por si quieres que te eche un vistazo, puedo avisarle- ella se negó y después contestó a mi pregunta sobre las fotos pero ya se me había quedado esa preocupación en el cuerpo, miré a Lucio por si le echaba un vistazo antes de que se fuera para quedarme más tranquilo.
Tomé asiento junto a Lucio preparando té para todos, pero cuando Zaphira lo rechazó diciendo que no podía me entró un poco la paranoia -Zaphira deja que Lucio te eche un vistazo, te doy tu manzanilla pero no te vas hasta que sepamos que estás bien ¿por qué no vienes a quedarte unos días a casa hasta que te encuentres mejor? Lucio, a ti no te importa ¿verdad?- ella se excusó diciendo que no quería quitarnos tiempo y a diferencia de Lucio yo me estaba mosqueando y al final la obligaría a ir al hospital, yo mismo la llevaría. La noticia sobre Adramelech tampoco era buena, lo conocía por poco pero el trato quehabiamos tenido era cordial e incluso se ofreció una vez a ayudarme a curar mis ojos cuando no podía ver -Claro Zaph, Adramelech es un amigo, al menos para mi, yo también puedo ir a ver que tal se encuentra y ofrecerle una disculpa por el incidente- porque dudaba que Altair lo hiciera.
Bebí de mi té, a diferencia de Zaphira a mi me gustaba suave, con leche y más azúcar pero no pude saborearlo porque en cuanto dijo que estaba embarazada lo escupí y casi me atraganto -¡¿QUE QUÉ!?¡¿ EMBARAZADA!? ¡¿Y ME LO DICES ASÍ, SIN MÁS!? PERO CÓMO, CUANDO, DÓNDE!? POR MERLÍN ZAPHIRA...¡ME LO TIENES QUE CONTAR TODO!- estaba entre emocionado y angustiado porque jamás conocí a ningún hombre que pudiera encajar con Zaphira y... era muy extraño pero a la vez me alegraba por ella, independientemente del padre ella sería una gran madre y yo... tendría una hermano o algo parecido -a la porra, da igual, pero... pero.. AAAAH!!! ¡ZAPHIRA QUE VAS A SER MAMÁ! - me levanté de un salto y dejé la taza para tirarme encima de ella para abrazarla, lo cierto es que me hacia mucha ilusión -Pero no te libras, me lo tienes que contar, espero que el padre responda... si tu quieres, aunque sino ya sabes que es un Eire, eso no se puede discutir- la volví a achuchar y empecé a darle besos en la mejilla, por fin una buena noticia.
Lucio preguntó por cortesía si ella se encontraba bien y esperaba una respuesta afirmativa pero no fue así lo que me hizo preocuparme, tenía un poco descuidada a Zaphira y ella siempre cuidaba de mi -¿qué tienes Zaph? ¿necesitas que te leve al hospital? Aldaron estará de guardia por si quieres que te eche un vistazo, puedo avisarle- ella se negó y después contestó a mi pregunta sobre las fotos pero ya se me había quedado esa preocupación en el cuerpo, miré a Lucio por si le echaba un vistazo antes de que se fuera para quedarme más tranquilo.
Tomé asiento junto a Lucio preparando té para todos, pero cuando Zaphira lo rechazó diciendo que no podía me entró un poco la paranoia -Zaphira deja que Lucio te eche un vistazo, te doy tu manzanilla pero no te vas hasta que sepamos que estás bien ¿por qué no vienes a quedarte unos días a casa hasta que te encuentres mejor? Lucio, a ti no te importa ¿verdad?- ella se excusó diciendo que no quería quitarnos tiempo y a diferencia de Lucio yo me estaba mosqueando y al final la obligaría a ir al hospital, yo mismo la llevaría. La noticia sobre Adramelech tampoco era buena, lo conocía por poco pero el trato quehabiamos tenido era cordial e incluso se ofreció una vez a ayudarme a curar mis ojos cuando no podía ver -Claro Zaph, Adramelech es un amigo, al menos para mi, yo también puedo ir a ver que tal se encuentra y ofrecerle una disculpa por el incidente- porque dudaba que Altair lo hiciera.
Bebí de mi té, a diferencia de Zaphira a mi me gustaba suave, con leche y más azúcar pero no pude saborearlo porque en cuanto dijo que estaba embarazada lo escupí y casi me atraganto -¡¿QUE QUÉ!?¡¿ EMBARAZADA!? ¡¿Y ME LO DICES ASÍ, SIN MÁS!? PERO CÓMO, CUANDO, DÓNDE!? POR MERLÍN ZAPHIRA...¡ME LO TIENES QUE CONTAR TODO!- estaba entre emocionado y angustiado porque jamás conocí a ningún hombre que pudiera encajar con Zaphira y... era muy extraño pero a la vez me alegraba por ella, independientemente del padre ella sería una gran madre y yo... tendría una hermano o algo parecido -a la porra, da igual, pero... pero.. AAAAH!!! ¡ZAPHIRA QUE VAS A SER MAMÁ! - me levanté de un salto y dejé la taza para tirarme encima de ella para abrazarla, lo cierto es que me hacia mucha ilusión -Pero no te libras, me lo tienes que contar, espero que el padre responda... si tu quieres, aunque sino ya sabes que es un Eire, eso no se puede discutir- la volví a achuchar y empecé a darle besos en la mejilla, por fin una buena noticia.
Zaphira Eire
Raza
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Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Sonreí cuando Sean me pidió que le enseñara a cocinar y por supuesto que lo haría... bajo estricta supervisión claro está -Yo te enseño, te traeré un par de libros de encantamientos de cocina también- le di un beso en la frente y pasamos a sentarnos en el salón. Contesté a la pregunta de Lucio con sinceridad, no tenía porqué ocultarlo pero Sean empezó a preocuparse de más -Lo sé, ya pasé por el hospital hace unos días, tanto Chloe como Aldaron me echaron un vistazo y de momento todo es normal-
Rechacé el té y les comenté lo de Adramelech, no había problema por parte de ninguno de los dos pero no podían ir así como así a la torre -Gracias a los dos y si no os importa si que me gustaría pasar unos días aquí pero para enseñarte a cocinar, aunque en mi estado actual la verdad es que podré hacer poco- di otro sorbo y entonces continué -Adramelech está en la torre de los Soul pero antes tengo que pedir a Khaled que os deje pasar, si lo hacéis sin consentimiento el guardián os dará problemas-.
con eso aclarado solo quedaba dar la gran noticia, una vez más lo solté rápido para no prolongar la agonía, Sean era mi familia y aunque me costara reconocerlo ahora Lucio también lo era y en principio se tomó mejor la noticia que Sean, que casi muere por su propio té -a ver, calmaos, sobretodo tu Sean, os lo voy a contar...- quería explicarlo todo con calma, tranquila pero entonces el chico se levantó dando saltitos y después me abrazó, sentí en ese momento alivio, sobretodo cuando se ofreció a darle el apellido de su familia a mi futuro hijo dándole la bienvenida, al final me puse tonta y empecé a llorar mientras sonreía y lo abrazaba de vuelta -No hagas eso Sean, estos días lloro por todo y luego tendré que ir a pegarle a alguien para compensar- pero nada él seguía a lo suyo dándome besos en la cara y yo mientras sonreía y lloraba, todo a la vez.
Al final acepté sentarme en el sofá entre ellos por culpa de Sean y empecé a contarles mientras me secaba las lágrimas con un pañuelo -No os lo había querido decir antes porque ya teníais suficiente y yo tenía que decírselo a su padre, me enteré cuando te llevé al hospital después del ataque a la isla- dije mirando a Sean -Aldaron me hizo unas pruebas y ya estaba embarazada, aún así me pareció raro y le pedí que me las repitiera, el día de navidad Chloe me lo confirmó y ya tengo una cita con Anteia, tengo un mes y poco- por ese lado estaba todo bien, ahora quedaba soltarles el resto de la información y con eso dudé un poco más -Su padre se hará cargo de él, no os preocupéis... pero os quiero pedir la máxima discreción, solo lo sabéis vosotros, él y los del hospital, al elfo ya lo he amenazado- con eso me refería alo de mi embarazo, para lo otro hice una pequeña pausa y entonces lo dije -El padre es Khaled, el líder de los Soul -
Esperé por sus reacciones pero no nos dio tiempo a mucho, un patronus se presentó en el salón, uno de los guardias me había mandado a llamar por alguien que me buscaba y encima había agredido a unos cuantos, fruncí el ceño y entonces me levanté -Me tengo que ir, os veo después- dicho eso salí de casa, fui a por mi cota y mis armas y después a la plaza central lo más rápido que pude.
Rechacé el té y les comenté lo de Adramelech, no había problema por parte de ninguno de los dos pero no podían ir así como así a la torre -Gracias a los dos y si no os importa si que me gustaría pasar unos días aquí pero para enseñarte a cocinar, aunque en mi estado actual la verdad es que podré hacer poco- di otro sorbo y entonces continué -Adramelech está en la torre de los Soul pero antes tengo que pedir a Khaled que os deje pasar, si lo hacéis sin consentimiento el guardián os dará problemas-.
con eso aclarado solo quedaba dar la gran noticia, una vez más lo solté rápido para no prolongar la agonía, Sean era mi familia y aunque me costara reconocerlo ahora Lucio también lo era y en principio se tomó mejor la noticia que Sean, que casi muere por su propio té -a ver, calmaos, sobretodo tu Sean, os lo voy a contar...- quería explicarlo todo con calma, tranquila pero entonces el chico se levantó dando saltitos y después me abrazó, sentí en ese momento alivio, sobretodo cuando se ofreció a darle el apellido de su familia a mi futuro hijo dándole la bienvenida, al final me puse tonta y empecé a llorar mientras sonreía y lo abrazaba de vuelta -No hagas eso Sean, estos días lloro por todo y luego tendré que ir a pegarle a alguien para compensar- pero nada él seguía a lo suyo dándome besos en la cara y yo mientras sonreía y lloraba, todo a la vez.
Al final acepté sentarme en el sofá entre ellos por culpa de Sean y empecé a contarles mientras me secaba las lágrimas con un pañuelo -No os lo había querido decir antes porque ya teníais suficiente y yo tenía que decírselo a su padre, me enteré cuando te llevé al hospital después del ataque a la isla- dije mirando a Sean -Aldaron me hizo unas pruebas y ya estaba embarazada, aún así me pareció raro y le pedí que me las repitiera, el día de navidad Chloe me lo confirmó y ya tengo una cita con Anteia, tengo un mes y poco- por ese lado estaba todo bien, ahora quedaba soltarles el resto de la información y con eso dudé un poco más -Su padre se hará cargo de él, no os preocupéis... pero os quiero pedir la máxima discreción, solo lo sabéis vosotros, él y los del hospital, al elfo ya lo he amenazado- con eso me refería alo de mi embarazo, para lo otro hice una pequeña pausa y entonces lo dije -El padre es Khaled, el líder de los Soul -
Esperé por sus reacciones pero no nos dio tiempo a mucho, un patronus se presentó en el salón, uno de los guardias me había mandado a llamar por alguien que me buscaba y encima había agredido a unos cuantos, fruncí el ceño y entonces me levanté -Me tengo que ir, os veo después- dicho eso salí de casa, fui a por mi cota y mis armas y después a la plaza central lo más rápido que pude.
Entendí perfectamente que Sean quisiese que le echase un vistazo a Zaphira, era raro que a la dragona le pasase algo. No solía ser de las que pasaban por consultas casi nunca. - Claro, le puedo hacer revisión, pero tendrá que ser allí en el hospital, con pruebas. Y se puede quedar el tiempo que quiera, faltaría más. Como si estuvieras en tu casa. - ofrecí de buen grado a Zaphira, sabiendo lo mucho que significaba ella para Sean. Entre lo de la dragona y lo de Adramelech ya tenía a dos pacientes en agendas, cosa que tal vez me viniese bien para empezar a trabajar poco a poco y olvidarme por un rato de todo lo sucedido. El misterio con lo de Zaph no duró mucho tiempo, pues enseguida desveló el secreto de su embarazo. La reacción de él fue mucho más efusiva que la mía, con infinitas preguntas y un tono de voz que bien podría haberse escuchado en toda la casa. Reí por la reacción de Sean, observando después con emoción la escena del abrazo.
- Seguro que Zaphira está deseando contarlo, pero poco a poco. - era normal que quisiese saber, pero tal vez la estábamos agobiando. Le hice un hueco a ella para que se sentase con nosotros en el sofá, alucinando un poco al verla tan sensible en comparación a como solía ser ella. Estaba claro que había bajado así a la misión, lo cual era un riesgo. - Sí, seremos discretos, de verdad. Lo dirás tú a su debido momento. - pensaba que ya no podía darnos más sorpresas, pero lo de Khaled fue ya lo más desconcertante. Otra vez tardé en poner cara de no estar sorprendido, aunque en el fondo debía reconocer que sólo alguien peculiar podría estar con Zaphira.
- Quién lo iba a decir...- no me imaginaba a ese hombre tratando con un bebé, no después de haberlo visto en acción a él y todo lo que le rodeaba. El patronus que irrumpió en el salón hizo que tuviésemos que dejar la conversación a medias. - ¡Ve con cuidado, ahora no es momento de luchar! - le advertí antes de que se fuese a asuntos de la guardia, quedando después a solas con Sean. Me giré hacia él con una sonrisa de sorpresa, echándome un poco el pelo hacia atrás.
- Qué fuerte. Tal vez me la imaginaba de "abuela" de algún hijo nuestro en el futuro, pero no como madre. ¿Crees que está contenta, no?-
- Seguro que Zaphira está deseando contarlo, pero poco a poco. - era normal que quisiese saber, pero tal vez la estábamos agobiando. Le hice un hueco a ella para que se sentase con nosotros en el sofá, alucinando un poco al verla tan sensible en comparación a como solía ser ella. Estaba claro que había bajado así a la misión, lo cual era un riesgo. - Sí, seremos discretos, de verdad. Lo dirás tú a su debido momento. - pensaba que ya no podía darnos más sorpresas, pero lo de Khaled fue ya lo más desconcertante. Otra vez tardé en poner cara de no estar sorprendido, aunque en el fondo debía reconocer que sólo alguien peculiar podría estar con Zaphira.
- Quién lo iba a decir...- no me imaginaba a ese hombre tratando con un bebé, no después de haberlo visto en acción a él y todo lo que le rodeaba. El patronus que irrumpió en el salón hizo que tuviésemos que dejar la conversación a medias. - ¡Ve con cuidado, ahora no es momento de luchar! - le advertí antes de que se fuese a asuntos de la guardia, quedando después a solas con Sean. Me giré hacia él con una sonrisa de sorpresa, echándome un poco el pelo hacia atrás.
- Qué fuerte. Tal vez me la imaginaba de "abuela" de algún hijo nuestro en el futuro, pero no como madre. ¿Crees que está contenta, no?-
Sonreí cuando Zaphira aceptó enseñarme y después pasamos al tema de sus salud que me preocupó mucho, además parecía que Adramelech no estaba demasiado bien por loq ue tanto Lucio como yo estabamos dispuestos a echarle un vistazo pero había ciertas restricciones, aún así que la dragona dijera con tanta confianza que se lo preguntaría al lider Soul me pareció un tanto extraño pero no dije nada, me preocupaban más los enfermos.
Zaphira pasó a darnos la gran noticia y como era de esperar me puse histérico, necesitaba respuestas y dejar el té o volvería a atragantarme -¿cómo esperas que me calme? ¿pero tu sabes lo que me acabas de decir?- miré a Lucio esperando apoyo pero él estaba muy calmado, mucho más que yo, tanto que hasta me dijo que poco a poco... yo necesitaba respuestas de inmediato porque mi cabeza iba a mil por hora y la idea de un nuevo miembro de la familia me hizo muy feliz, ya no seriamos solo Zaphira y yo, habría uno más y no me aguanté las ganas de felicitarla, la abracé y le dije lo que pensaba, esa criaturilla sería un Eire más, pero cuando empezó a llorar a mi también me emocionó porque era tan raro verla así -Pero no llores que lloro yo también y no le pegues a nadie- al menos ella tendría la excusa de las hormonas pero yo era un llorica profesional.
Al final todos nos sentamos en el sofá y atraje una caja de pañuelos para Zaphira y para mi, no entendía tanto misterio pero acepté lo de ser discreto y entonces ella empezó a hablar, haciendo cuentas, ella había bajado a la misión en su estado y ya no me parecía que estuviera tan bien, una razón más para llevarla al hospital y asegurarnos de que todo estaba bien. -Ay Zaph... ¿por qué no viniste a decírmelo?...- le puse carita de perrito abandonado porque me habría gustado enterarme antes, a lo mejor la noticia me habría ayudado a pasar el mal trago con todo lo que pasó con Lucio, la dragona me miró con una sonrisa de disculpa y ya no pude hacer nada más, solo hacerle pucheritos y esperar a que me contara el resto de la historia.
Si antes casi me atraganto con el té ahora casi me trago el pañuelo por abrir la boca y contener un grito.... el señor Khaled... ese hombre que me daba pánico y ella iba a tener un hijo con él, claro, por eso lo había llamado contanta confianza, me quedé mirándola atónito y ya no pude decir mucho más , un patronus apareció en casa y mi pulsera empezó a sonar con un mensaje pero aún estaba procesando eso. La dragona se levantó y fue hacia la salida, Lucio le hizo una advertencia y entonces yo hice lo mismo -¡Zaphira como no vengas a casa esta misma noche con tus cosas y de una pieza... no me lavo los dientes!- si es que no sabía con que amenazarla y dije lo primero que se me ocurrió.
Me quedé a solas con Lucio y me tiré de nuevo en el sofá -Que fuerte- dije casi al mismo tiempo que él. -Zaphira ha sido como mi madre por mucho tiempo yo también la veía de abuela pero no me lo esperaba para nada y ¿Khaled? ¿en serio? ese hombre es terrorífico ¿Cómo demonios han acabado así? es que... es como muy de romeo y julieta,¡ Zaphira es de la orden de Merlín y él un Soul! ¿te acuerdas de la reunión en el lefay con los Soul? yo me reuní antes con ellos, les pedí que me contaran su historia, quería saber más de ellos y me dijo que la orden les dio caza por mucho tiempo... y ahora esto- solo esperaba que les fuera bien, Zaphira se merecía un hombre que la amara, una familia propia por la cual velar por amor y no por obligación, no dudaba de sus sentimientos hacia mi pero ya le iba tocando hacer su propia vida y si de verdad Khaled le daba eso era más que bienvenido a la familia -¡OH! ya lo sé, ¡vamos al mercado! seguro que tienen cosas super monas para bebés y de paso comemos algo fuera, que se nos ha acabado la pasta- salté del sofá y pillé a Lucio para arrastrarlo conmigo dándole un besazo en los labios, pillé mi abrigo y estaba listo para irme pero entonces recordé la pulsera y la miré... la emoción se vino abajo al ver el mensaje de Catherine -¿qué?- dije para mi mismo con cara de preocupación.
-Mira esto... Jack se ha vuelto loco- le dije enseñándole el mensaje y desde luego que no podía hacer eso, era totalmente ilegal y si otro miembro del consejo se oponía eso entraría en discusión, no era como lo de Bella que todos estuvimos de acuerdo -¿Te parece si antes pasamos a ver a la brigada? esto es totalmente injusto... pero alguien debe decirles que la decisión no está tomada... y ellos tienen un tratado de paz y colaboración con nosotros, no los puede echar- ahora me estaba indignando, lo primero era contestarle a Catherine:
"Es totalmente ilegal Cath, más aún si otro miembro del consejo o varios se oponen y yo me opongo rotundamente, iré a ver a los de la brigada, alguien tiene que decirles que no se va a cumplir esa sentencia... ¡y sobre mi cadaver echa a los soul de la isla! luego te cuento."
Dicho eso pillé a Lucio y nos desaparecimos de casa para ir a buscar a los miembros de la brigada, al menos a su lider.
Zaphira pasó a darnos la gran noticia y como era de esperar me puse histérico, necesitaba respuestas y dejar el té o volvería a atragantarme -¿cómo esperas que me calme? ¿pero tu sabes lo que me acabas de decir?- miré a Lucio esperando apoyo pero él estaba muy calmado, mucho más que yo, tanto que hasta me dijo que poco a poco... yo necesitaba respuestas de inmediato porque mi cabeza iba a mil por hora y la idea de un nuevo miembro de la familia me hizo muy feliz, ya no seriamos solo Zaphira y yo, habría uno más y no me aguanté las ganas de felicitarla, la abracé y le dije lo que pensaba, esa criaturilla sería un Eire más, pero cuando empezó a llorar a mi también me emocionó porque era tan raro verla así -Pero no llores que lloro yo también y no le pegues a nadie- al menos ella tendría la excusa de las hormonas pero yo era un llorica profesional.
Al final todos nos sentamos en el sofá y atraje una caja de pañuelos para Zaphira y para mi, no entendía tanto misterio pero acepté lo de ser discreto y entonces ella empezó a hablar, haciendo cuentas, ella había bajado a la misión en su estado y ya no me parecía que estuviera tan bien, una razón más para llevarla al hospital y asegurarnos de que todo estaba bien. -Ay Zaph... ¿por qué no viniste a decírmelo?...- le puse carita de perrito abandonado porque me habría gustado enterarme antes, a lo mejor la noticia me habría ayudado a pasar el mal trago con todo lo que pasó con Lucio, la dragona me miró con una sonrisa de disculpa y ya no pude hacer nada más, solo hacerle pucheritos y esperar a que me contara el resto de la historia.
Si antes casi me atraganto con el té ahora casi me trago el pañuelo por abrir la boca y contener un grito.... el señor Khaled... ese hombre que me daba pánico y ella iba a tener un hijo con él, claro, por eso lo había llamado contanta confianza, me quedé mirándola atónito y ya no pude decir mucho más , un patronus apareció en casa y mi pulsera empezó a sonar con un mensaje pero aún estaba procesando eso. La dragona se levantó y fue hacia la salida, Lucio le hizo una advertencia y entonces yo hice lo mismo -¡Zaphira como no vengas a casa esta misma noche con tus cosas y de una pieza... no me lavo los dientes!- si es que no sabía con que amenazarla y dije lo primero que se me ocurrió.
Me quedé a solas con Lucio y me tiré de nuevo en el sofá -Que fuerte- dije casi al mismo tiempo que él. -Zaphira ha sido como mi madre por mucho tiempo yo también la veía de abuela pero no me lo esperaba para nada y ¿Khaled? ¿en serio? ese hombre es terrorífico ¿Cómo demonios han acabado así? es que... es como muy de romeo y julieta,¡ Zaphira es de la orden de Merlín y él un Soul! ¿te acuerdas de la reunión en el lefay con los Soul? yo me reuní antes con ellos, les pedí que me contaran su historia, quería saber más de ellos y me dijo que la orden les dio caza por mucho tiempo... y ahora esto- solo esperaba que les fuera bien, Zaphira se merecía un hombre que la amara, una familia propia por la cual velar por amor y no por obligación, no dudaba de sus sentimientos hacia mi pero ya le iba tocando hacer su propia vida y si de verdad Khaled le daba eso era más que bienvenido a la familia -¡OH! ya lo sé, ¡vamos al mercado! seguro que tienen cosas super monas para bebés y de paso comemos algo fuera, que se nos ha acabado la pasta- salté del sofá y pillé a Lucio para arrastrarlo conmigo dándole un besazo en los labios, pillé mi abrigo y estaba listo para irme pero entonces recordé la pulsera y la miré... la emoción se vino abajo al ver el mensaje de Catherine -¿qué?- dije para mi mismo con cara de preocupación.
-Mira esto... Jack se ha vuelto loco- le dije enseñándole el mensaje y desde luego que no podía hacer eso, era totalmente ilegal y si otro miembro del consejo se oponía eso entraría en discusión, no era como lo de Bella que todos estuvimos de acuerdo -¿Te parece si antes pasamos a ver a la brigada? esto es totalmente injusto... pero alguien debe decirles que la decisión no está tomada... y ellos tienen un tratado de paz y colaboración con nosotros, no los puede echar- ahora me estaba indignando, lo primero era contestarle a Catherine:
"Es totalmente ilegal Cath, más aún si otro miembro del consejo o varios se oponen y yo me opongo rotundamente, iré a ver a los de la brigada, alguien tiene que decirles que no se va a cumplir esa sentencia... ¡y sobre mi cadaver echa a los soul de la isla! luego te cuento."
Dicho eso pillé a Lucio y nos desaparecimos de casa para ir a buscar a los miembros de la brigada, al menos a su lider.
Después de pasear y pasar un rato juntos volví a casa mucho más tranquilo, nos quitamos las chaquetas y todas las capas extra de ropa para poder sentarnos y esperar a Catherine o a que llegara el momento de bajar a rescatar a los otros. Me senté frente a la chimenea y dejé que Aedan jugara con sus juguetes, excepto los de Giordano porque ya sabía como acabaría aquello.
El tiempo fue pasando y empecé a equiparme para bajar a tierra, no había noticias por el momento de ninguno de los equipos y quería estar preparado, llamé a Rubi y el fénix apareció con todo un espectáculo de luces que hizo las delicias del crío que en seguida quiso tocarlo. Miré mi pulsera varias veces esperando recibir noticias de alguien pero no habría nada, de momento le escribiría un mensaje a Zaphira para que volviera a casa, seguramente estaría trabajando pero en su estado era mejor que se quedara en casa y así tendría a alguien para que cuidara de Aedan, solo esperaba que a Catherine no le molestara.
El tiempo fue pasando y empecé a equiparme para bajar a tierra, no había noticias por el momento de ninguno de los equipos y quería estar preparado, llamé a Rubi y el fénix apareció con todo un espectáculo de luces que hizo las delicias del crío que en seguida quiso tocarlo. Miré mi pulsera varias veces esperando recibir noticias de alguien pero no habría nada, de momento le escribiría un mensaje a Zaphira para que volviera a casa, seguramente estaría trabajando pero en su estado era mejor que se quedara en casa y así tendría a alguien para que cuidara de Aedan, solo esperaba que a Catherine no le molestara.
Apareció en la sala de la casa de Sean con el ceño fruncido. Llevaba el abrigo grueso negro y la bufanda en color gris. El pelo suelto y aún la sensación pesada en la cabeza. No por todo lo que le había dicho Morgana, sino por el fantasmal peso de aquella corona. ¿Y si eso era lo que quería Wthyr? ¿Instándola con eso del poder interno? No, quizás era para que le ayudara. ¿En qué iba a ayudarles? ¿Qué maldición tenían los Pendragon?
Avanzó y Aedan fue el primero en verla pero aunque le sonrió, la misma no le llegó a los ojos. ¿Cómo podía aligerar su carga si no era abandonando el Consejo? Y si lo dejaba…¿Qué sucedía con su familia? Miró a Sean mientras cargaba a Aedan en brazos y lo abrazaba con fuerza contra sí misma. El pequeñajo jugó con la cadena que ahora llevaba en el cuello con varios dijes. Uno por cada uno de sus familiares, cuatro de los seis que le faltaban.
-¿Se ha portado bien?- Inquirió la Descendiente cerrando los ojos y, simplemente, respirando profundamente su aroma. Lo adoraba. Daría todo por él. Lo bajó al piso para que fuera a jugar, con un movimiento de mano elevó una ilusión de música para el niño y se acercó a Sean -Avalon es una isla, está protegida y por eso no sale en los mapas. Es difícil de ingresar pero tengo un método para hacerlo…- Mencionó y se cruzó de brazos, evidentemente incómoda -Morgana fue reina de esa isla, Sean. Me ha encomendado que vaya allí a ver qué han hecho los Pendragon con esa isla y…Además me prohibió destruirla- Tragó en seco y frunció el entrecejo nuevamente, hizo una mueca con los labios -¿Se sabe algo de la misión? ¿Estás preparándote para bajar?
Avanzó y Aedan fue el primero en verla pero aunque le sonrió, la misma no le llegó a los ojos. ¿Cómo podía aligerar su carga si no era abandonando el Consejo? Y si lo dejaba…¿Qué sucedía con su familia? Miró a Sean mientras cargaba a Aedan en brazos y lo abrazaba con fuerza contra sí misma. El pequeñajo jugó con la cadena que ahora llevaba en el cuello con varios dijes. Uno por cada uno de sus familiares, cuatro de los seis que le faltaban.
-¿Se ha portado bien?- Inquirió la Descendiente cerrando los ojos y, simplemente, respirando profundamente su aroma. Lo adoraba. Daría todo por él. Lo bajó al piso para que fuera a jugar, con un movimiento de mano elevó una ilusión de música para el niño y se acercó a Sean -Avalon es una isla, está protegida y por eso no sale en los mapas. Es difícil de ingresar pero tengo un método para hacerlo…- Mencionó y se cruzó de brazos, evidentemente incómoda -Morgana fue reina de esa isla, Sean. Me ha encomendado que vaya allí a ver qué han hecho los Pendragon con esa isla y…Además me prohibió destruirla- Tragó en seco y frunció el entrecejo nuevamente, hizo una mueca con los labios -¿Se sabe algo de la misión? ¿Estás preparándote para bajar?
Estaba a punto de enviarle el mensaje a Zaphira cuando Catherine apareció en el salón, Aedan fue directo a por su madre pero algo había en esa sonrisa que no me gustaba nada. Me crucé de brazos mirando a la morena mientras avanzaba hacia ella esperando respuestas de su viaje al laberinto -Se ha portado muy bien, hemos ido a dar un paseo, al salón del té y a jugar en la nieve, pero aún le queda batería para rato- El pequeño fue a jugar y al ver el movimiento de mano de ella supe que iría directa al grano.
No me sorprendía la información que Catherine me daba, entre unos libros y otros había algo de información dentro de la leyenda pero ahora confirmábamos que todo era cierto, me llevé una mano a la cadera y otra a la barbilla pensando en lo que ello implicaba -Reina de Ávalon... dado que los linajes de la isla son puros... ¿eso te convierte en heredera o algo así? es decir... tienes relación con ellos- entorné los ojos cuando dijo que tenía una misión y que debía ir -no me gusta esa misión de Morgana , mucho menos que tengas que ir a meterte en la boca del lobo, ¿solo te ha dado esa información? ¿esto no te hace desconfiar más? ya tienen su propia isla, un lugar para asentarse, sus vasallos e incluso...realeza...- dije señalándola a ella antes de continuar -y vienen a nuestra isla a pedir un puesto en el consejo... no me gusta nada Catherine y antes de hacer algo creo que yo también debería contactar con mis antepasados, de alguna forma se han comunicado conmigo a través de sueños así que creo que puedo intentarlo- me senté un momento pasandome las manos por el rostro -es realmente frustrante, yo no suelo ser así, incluso he tenido la oportunidad de hablar con dos de ellos, pero hay algo que no me deja confiar, es un mal presentimiento, una sensación de alerta constante y siento que os están absorbiendo poco a poco y que no puedo bajar la guardia, solo me falta ponerme un gorro de papel aluminio en la cabeza-
Suspiré pesadamente y ella me preguntó por la misión, negué con la cabeza porque no sabíamos nada de nadie -Nada de nada, voy a bajar a Turín con el equipo de rescate, traeré a Gio y a Ian cueste lo que cueste, así que no te preocupes por eso, me llevo a Rubi por si hay que hacer alguna curación milagrosa de emergencia- al decir su nombre el ave se posó en mi hombro y acaricié su suave plumaje -He dejado todo listo en la biblioteca por si hiciera falta un nuevo refugio, he reforzado barreras y todo lo demás, el hospital también está asegurado además del dispositivo de seguridad que dejó Giordano hecho, lo mismo con las barreras mágicas de la isla, seguro que Markus también ha reforzado la Faraday-
No me sorprendía la información que Catherine me daba, entre unos libros y otros había algo de información dentro de la leyenda pero ahora confirmábamos que todo era cierto, me llevé una mano a la cadera y otra a la barbilla pensando en lo que ello implicaba -Reina de Ávalon... dado que los linajes de la isla son puros... ¿eso te convierte en heredera o algo así? es decir... tienes relación con ellos- entorné los ojos cuando dijo que tenía una misión y que debía ir -no me gusta esa misión de Morgana , mucho menos que tengas que ir a meterte en la boca del lobo, ¿solo te ha dado esa información? ¿esto no te hace desconfiar más? ya tienen su propia isla, un lugar para asentarse, sus vasallos e incluso...realeza...- dije señalándola a ella antes de continuar -y vienen a nuestra isla a pedir un puesto en el consejo... no me gusta nada Catherine y antes de hacer algo creo que yo también debería contactar con mis antepasados, de alguna forma se han comunicado conmigo a través de sueños así que creo que puedo intentarlo- me senté un momento pasandome las manos por el rostro -es realmente frustrante, yo no suelo ser así, incluso he tenido la oportunidad de hablar con dos de ellos, pero hay algo que no me deja confiar, es un mal presentimiento, una sensación de alerta constante y siento que os están absorbiendo poco a poco y que no puedo bajar la guardia, solo me falta ponerme un gorro de papel aluminio en la cabeza-
Suspiré pesadamente y ella me preguntó por la misión, negué con la cabeza porque no sabíamos nada de nadie -Nada de nada, voy a bajar a Turín con el equipo de rescate, traeré a Gio y a Ian cueste lo que cueste, así que no te preocupes por eso, me llevo a Rubi por si hay que hacer alguna curación milagrosa de emergencia- al decir su nombre el ave se posó en mi hombro y acaricié su suave plumaje -He dejado todo listo en la biblioteca por si hiciera falta un nuevo refugio, he reforzado barreras y todo lo demás, el hospital también está asegurado además del dispositivo de seguridad que dejó Giordano hecho, lo mismo con las barreras mágicas de la isla, seguro que Markus también ha reforzado la Faraday-
-Lo sé…- Sonrió de lado al oír lo de la batería. Su hijo tenía demasiada energía…Demasiada. Le recordaba a sí misma de pequeña y eso era una buena memoria. Aunque luego se hubiese ido apagando con el tiempo. Agradeció que la expresión de Sean fuera más bien neutral sobre lo de Ávalon -Sí. Tengo relación con ellos. Ya no puedo hallar la forma de negarlo, es algo que debo aceptar y que creo que tenemos que usar en nuestro favor, Sean- Mencionó quitádose la bufanda porque tenía el presentimiento de que esa conversación iba para largo.
-¿Y tú crees que a mi sí?- Le preguntó a su amigo con rintintin pero entonces sintió un escalofrío al recordar la forma en la que sus lazos de oscuridad le habían atrapado la garganta -¿Por qué habría yo de desconfiar de Morgana?- Aquello le pareció extraño y tuvo que arquear una ceja, negando con la cabeza. No le encontraba sentido a esa “acusación”. Se cruzó de brazos para luego pasarse la lengua por los dientes en un gesto de incomodidad -Bueno, no será la primera vez que hago algo peligroso. Además… - Iba a decir algo más pero Sean estaba modo monólogo así que se calló y le escuchó. Puso los ojos en blanco de una forma un tanto dramática cuando soltó lo de la “realeza”. Ella no quería ser reina de nada. Además…¿Cómo se iba a tomar esa gente que llegara a una isla que no conocía de nada y les dijera …Oye, soy la reina, arrodíllate. Era estúpido, insensato y no lo quería.
Venían a la isla por orgullo. Quizás Sean era demasiado inocente para entender aquello, pensó mientras le evaluaba el rostro. ¿Cómo se tomaría él que lo exiliaran? Asintió a aquello de que contactara con sus antepasados. Le parecía buena idea. -¿Absorbiendo?- Frunció el ceño y recapituló. ¿De qué iba este? Él sí había hablado con ellos -Primero que nada, no hay nada que absorber. Cuidadito con ese sentimiento de posesión, Sean, te puede jugar en contra- Tal como había hecho en el cónclave cuando ella misma le había soltado a Giordano, en uno de sus arranques rebeldes, que se casara con una Pendragon -El papel de aluminio no va a salvarte de su magia de sangre- Puntualizó con un tono más bien drástico y oscuro mientras su mirada se alejaba de él. De él y de ese sitio para recordar al vikingo que había explotado con un movimiento de mano. Dejó escapar el aire lentamente y cerró los ojos. Debió haberle preguntado eso a Morgana…O tenía que hablar con Rhaegar -Sean…¿Con quienes has hablado tu de los Pendragon? ¿Te han dicho algo de alguna maldición?- Inquirió con curiosidad, poniéndose las ondas oscuras tras las orejas.
Catherine miró a Rubí y luego asintió a Sean. Aunque Giordano e Ian no eran los únicos que le importaban. Kyllian, Lykaios… Apretó un poco las muelas -Finalmente…Podremos ver un nuevo mundo. O morir en el antiguo- Qué opciones tan extrañas pues ninguna de esas le daba paz. Deberían…Pero no -Protegeré a Lucio- Le dijo asintiendo con suavidad.
-¿Y tú crees que a mi sí?- Le preguntó a su amigo con rintintin pero entonces sintió un escalofrío al recordar la forma en la que sus lazos de oscuridad le habían atrapado la garganta -¿Por qué habría yo de desconfiar de Morgana?- Aquello le pareció extraño y tuvo que arquear una ceja, negando con la cabeza. No le encontraba sentido a esa “acusación”. Se cruzó de brazos para luego pasarse la lengua por los dientes en un gesto de incomodidad -Bueno, no será la primera vez que hago algo peligroso. Además… - Iba a decir algo más pero Sean estaba modo monólogo así que se calló y le escuchó. Puso los ojos en blanco de una forma un tanto dramática cuando soltó lo de la “realeza”. Ella no quería ser reina de nada. Además…¿Cómo se iba a tomar esa gente que llegara a una isla que no conocía de nada y les dijera …Oye, soy la reina, arrodíllate. Era estúpido, insensato y no lo quería.
Venían a la isla por orgullo. Quizás Sean era demasiado inocente para entender aquello, pensó mientras le evaluaba el rostro. ¿Cómo se tomaría él que lo exiliaran? Asintió a aquello de que contactara con sus antepasados. Le parecía buena idea. -¿Absorbiendo?- Frunció el ceño y recapituló. ¿De qué iba este? Él sí había hablado con ellos -Primero que nada, no hay nada que absorber. Cuidadito con ese sentimiento de posesión, Sean, te puede jugar en contra- Tal como había hecho en el cónclave cuando ella misma le había soltado a Giordano, en uno de sus arranques rebeldes, que se casara con una Pendragon -El papel de aluminio no va a salvarte de su magia de sangre- Puntualizó con un tono más bien drástico y oscuro mientras su mirada se alejaba de él. De él y de ese sitio para recordar al vikingo que había explotado con un movimiento de mano. Dejó escapar el aire lentamente y cerró los ojos. Debió haberle preguntado eso a Morgana…O tenía que hablar con Rhaegar -Sean…¿Con quienes has hablado tu de los Pendragon? ¿Te han dicho algo de alguna maldición?- Inquirió con curiosidad, poniéndose las ondas oscuras tras las orejas.
Catherine miró a Rubí y luego asintió a Sean. Aunque Giordano e Ian no eran los únicos que le importaban. Kyllian, Lykaios… Apretó un poco las muelas -Finalmente…Podremos ver un nuevo mundo. O morir en el antiguo- Qué opciones tan extrañas pues ninguna de esas le daba paz. Deberían…Pero no -Protegeré a Lucio- Le dijo asintiendo con suavidad.
Torcí el gesto cuando Catherine dijo que teníamos que usar a nuestro favor su relación con ellos pero no me parecía lo más adecuado -No lo sé Cath... solo con tener relación de sangre no nos vale para asegurar nada o tener una mínima posibilidad y si ya sé que eres muy lista y seguro lo has pensado pero no está de más recordarlo- de hecho me parecía que todo se enredaba aún más. -No, no he dicho que desconfíes de ella, digo que no me gusta que tengas que infiltrarte como te ha pedido, dudo que quiera que te suceda algo pero decir "ve" puede tener mucho más implicito... y que ya hayas hecho algo peligroso no me tranquiliza, de hecho me preocupa que le restes importancia- que ella pudiera formar parte de todo ese jaleo y ser de la realeza me daba dos variantes, entre ellas la posibilidad de reclamar el trono con funestos resultados y que la exprimieran como una caja de zumo.
Fruncí el ceño con aquella advertencia de Catherine sobre mi sentimiento de posesión -¿Perdona? me preocupo por vosotros, por mi como si te juntas con la criatura más horrible de este mundo mientras no quiera hacerte daño, estoy harto de que os toméis a malas mis advertencias y al final pasa lo que pasa, claro, que majos los pendragon que os invitan a pizzas después de matar a los guardias y quemar cosas, eso quiere decir que como soy tu amigo y te he hecho muchos favores ahora te apuñalo y santas pascuas- ahora estaba mosqueado y la obviedad de que el papel de aluminio no me serviría me hizo chistar -Déjalo...- estaba claro que no estábamos para bromas. Me moví por el salón terminando de recopilar las cosas que necesitaría para bajar, trasladores, pergaminos, incluso el maletín médico extra que tenía Lucio en su pequeño consultorio por si acaso, todo fue levitando desde distintas zonas de la casa hasta entrar en mi bolsa mágica.
-He hablado con Darren y con Shyvanna... y con Wthyr muy malamente, ese tipo me da escalofríos solo con mirarlo. los otros dos parecen menos hostiles pero no sé... y aún tengo que agradecerle a Darren que salvara a Lucio- suspiré de nuevo e hice levitar un vaso con agua desde la cocina para beberlo de un trago -La chica, hablé con ella, después de acabar con su prometido encima fue al taller de Gio, la ayudé un poco y me dijo que estaban malditos o algo así, dijo que Wthyr no podía tener hijos y algo sobre sus esposas, que quizás estaban malditos pero utilicé mi magia y ella no tenía nada, ese fue el día que me vio Ian en el bosque- Desde entonces no había sabido nada de ella, solo el mensaje que me devolvió el día de navidad.
Yo era fatalista, muchas veces, pero Catherine ciertamente tenía mucho más dramatismo que yo -No, solo cambiaremos, nada muere, solo cambia para bien o para mal pero el mundo seguirá siendo el mismo- con o sin nosotros, eso estaba claro. Miré a mi fénix y sonreí cuando dijo que protegería a Lucio yendo a por ella para abrazarla -Sé que lo harás, gracias- la estrujé con fuerza aunque poco tiempo, ya sabía que no le gustaba mucho aquello. Miré mi reloj y casi había pasado las dos horas de misión -Tengo que ir a la plaza, saldremos desde allí, llevaré a todos directamente al hospital así que espera por Ian en urgencias.- le dije antes de despedirme y marcharnos de casa, ella iría a hacer sus cosas y yo a la plaza central a esperar.
Fruncí el ceño con aquella advertencia de Catherine sobre mi sentimiento de posesión -¿Perdona? me preocupo por vosotros, por mi como si te juntas con la criatura más horrible de este mundo mientras no quiera hacerte daño, estoy harto de que os toméis a malas mis advertencias y al final pasa lo que pasa, claro, que majos los pendragon que os invitan a pizzas después de matar a los guardias y quemar cosas, eso quiere decir que como soy tu amigo y te he hecho muchos favores ahora te apuñalo y santas pascuas- ahora estaba mosqueado y la obviedad de que el papel de aluminio no me serviría me hizo chistar -Déjalo...- estaba claro que no estábamos para bromas. Me moví por el salón terminando de recopilar las cosas que necesitaría para bajar, trasladores, pergaminos, incluso el maletín médico extra que tenía Lucio en su pequeño consultorio por si acaso, todo fue levitando desde distintas zonas de la casa hasta entrar en mi bolsa mágica.
-He hablado con Darren y con Shyvanna... y con Wthyr muy malamente, ese tipo me da escalofríos solo con mirarlo. los otros dos parecen menos hostiles pero no sé... y aún tengo que agradecerle a Darren que salvara a Lucio- suspiré de nuevo e hice levitar un vaso con agua desde la cocina para beberlo de un trago -La chica, hablé con ella, después de acabar con su prometido encima fue al taller de Gio, la ayudé un poco y me dijo que estaban malditos o algo así, dijo que Wthyr no podía tener hijos y algo sobre sus esposas, que quizás estaban malditos pero utilicé mi magia y ella no tenía nada, ese fue el día que me vio Ian en el bosque- Desde entonces no había sabido nada de ella, solo el mensaje que me devolvió el día de navidad.
Yo era fatalista, muchas veces, pero Catherine ciertamente tenía mucho más dramatismo que yo -No, solo cambiaremos, nada muere, solo cambia para bien o para mal pero el mundo seguirá siendo el mismo- con o sin nosotros, eso estaba claro. Miré a mi fénix y sonreí cuando dijo que protegería a Lucio yendo a por ella para abrazarla -Sé que lo harás, gracias- la estrujé con fuerza aunque poco tiempo, ya sabía que no le gustaba mucho aquello. Miré mi reloj y casi había pasado las dos horas de misión -Tengo que ir a la plaza, saldremos desde allí, llevaré a todos directamente al hospital así que espera por Ian en urgencias.- le dije antes de despedirme y marcharnos de casa, ella iría a hacer sus cosas y yo a la plaza central a esperar.
Había acabado un largo turno en el hospital, y a última hora decidí hacer algo que llevaba rondándome la cabeza todo el día. La niña de los O'Connell estaba en la guardería del hospital porque la habían llevado allí los servicios sociales de la isla, y me daba bastante pena que se quedase sola en un lugar así. Al final me ofrecí a llevármela como casa de acogida, al menos de manera temporal. Su madre había muerto y no sabía qué sería de su padre. Por el momento estaba en la cárcel. De los hermanos no sabía qué había sido, aunque supuse que al ser mayores de edad les habrían dejado libres. A pesar de eso tampoco los veía en condiciones de cuidar a una niña. O eso quería creer, como justificación personal para llevármela a casa.
Aparecí directamente en el salón, buscando a Sean para darle la noticia sorpresa. Tal vez se enfadase por no haberle consultado, o tal vez le gustase la idea. De todos modos me iba a quedar con las ganas de saber su reacción, pues no estaba allí. Tampoco sabía dónde había ido, pero prefería que lo viese en persona a decírselo por mensaje. - Bienvenida a tu nuevo hogar, Erin. - le dije al bebé antes de dejarla en el sofá rodeada de cojines, comenzando a buscar por los armarios algo que pudiese servir para hacerle una cuna. No encontré nada útil después de un rato buscando, así que la cogí para llevarla de paseo y de paso comprar lo que hiciese falta para tenerla en la casa. Salí de allí tras dejar una nota en el sofá diciéndole a Sean que pronto vería la sorpresa que tenía para él.
Aparecí directamente en el salón, buscando a Sean para darle la noticia sorpresa. Tal vez se enfadase por no haberle consultado, o tal vez le gustase la idea. De todos modos me iba a quedar con las ganas de saber su reacción, pues no estaba allí. Tampoco sabía dónde había ido, pero prefería que lo viese en persona a decírselo por mensaje. - Bienvenida a tu nuevo hogar, Erin. - le dije al bebé antes de dejarla en el sofá rodeada de cojines, comenzando a buscar por los armarios algo que pudiese servir para hacerle una cuna. No encontré nada útil después de un rato buscando, así que la cogí para llevarla de paseo y de paso comprar lo que hiciese falta para tenerla en la casa. Salí de allí tras dejar una nota en el sofá diciéndole a Sean que pronto vería la sorpresa que tenía para él.
El espectáculo en la boda con el tema del secuestro de Lucio me pareció tan bochornoso que, tras volver al hospital después de salir del casamiento, con las indicaciones de que el jefe ya no estaba allí, me hice con la mochila al hombre y abandoné el centro. Me cogí la tarde libre. Con ello, y todavía frustrado, me dirigí al segundo sitio donde esperaba toparme con el jefe: su casa.
Hacía frío, más de lo que esperaba, o quizás era cosa de vestir el uniforme en pleno invierno. Cuando llegué a la casita me di cuenta de que quizás estaba haciendo el idiota, pero… no. Y aunque dudé un segundo en ir a tocar, finalmente atravesé el jardín húmedo y toqué con los nudillos la fría y húmeda madera…
Hacía frío, más de lo que esperaba, o quizás era cosa de vestir el uniforme en pleno invierno. Cuando llegué a la casita me di cuenta de que quizás estaba haciendo el idiota, pero… no. Y aunque dudé un segundo en ir a tocar, finalmente atravesé el jardín húmedo y toqué con los nudillos la fría y húmeda madera…
Tras renunciar a mi puesto en el Consejo sentía cierta liberación, aunque también incertidumbre por cómo sería mi sucesor en el cargo. Aún así ya había tomado una decisión y estaba listo para partir. No me había llevado demasiado el organizar los preparativos, me llevaría poco equipaje y un pequeño equipo médico de colegas del hospital para poder desarrollar una labor humanitaria por el mundo más completa. También me llevaría a la pequeña Erin O'Connell, a la que pasaría a recoger por la guardería cuando estuviese listo.
Estaba ya con la maleta lista en el piso de abajo cuando de repente llamaron a la puerta. No esperaba la visita de nadie, y mucho menos de Sean. Él se habría aparecido directamente, no llamaría. Tampoco pensaba dejarle nota, la última no la había leído. Además, estaba algo molesto por no haberme dicho nada claramente antes de marcharse. Caminé hacia la puerta un tanto resignado, por si acaso era alguien tratando de convencerme de que me quedase. Mi sorpresa fue ver allí a mi joven aprendiz.
- Justin...pasa, no te quedes en la puerta. Estaba a punto de marcharme. No sé si te lo han dicho. - tal vez aún no habían llegado las noticias, o tal vez sí y por eso estaba allí. Cerré una vez que estuvo dentro, y le invité a sentarse en el sofá del salón. - He dejado el Consejo, y abandono Ouroboros durante una temporada. - vendría puntualmente si se me requería por aquí, y por Catherine, que se lo había prometido. - Oscurus heredará mi puesto en el Consejo de los 20, con todas sus labores. - suspiré mientras me sentaba en el sofá, dirigiendo una larga mirada al muchacho como esperando que me contase a qué había venido.
Estaba ya con la maleta lista en el piso de abajo cuando de repente llamaron a la puerta. No esperaba la visita de nadie, y mucho menos de Sean. Él se habría aparecido directamente, no llamaría. Tampoco pensaba dejarle nota, la última no la había leído. Además, estaba algo molesto por no haberme dicho nada claramente antes de marcharse. Caminé hacia la puerta un tanto resignado, por si acaso era alguien tratando de convencerme de que me quedase. Mi sorpresa fue ver allí a mi joven aprendiz.
- Justin...pasa, no te quedes en la puerta. Estaba a punto de marcharme. No sé si te lo han dicho. - tal vez aún no habían llegado las noticias, o tal vez sí y por eso estaba allí. Cerré una vez que estuvo dentro, y le invité a sentarse en el sofá del salón. - He dejado el Consejo, y abandono Ouroboros durante una temporada. - vendría puntualmente si se me requería por aquí, y por Catherine, que se lo había prometido. - Oscurus heredará mi puesto en el Consejo de los 20, con todas sus labores. - suspiré mientras me sentaba en el sofá, dirigiendo una larga mirada al muchacho como esperando que me contase a qué había venido.
En cuanto se abrió la puerta revisé a la persona que estaba al otro lado del umbral de arriba a bajo, con gesto parcialmente confuso cuando me topé con aquella maleta que esperaba detrás del medimago, el que se supone que iba a ser mi mentor. -¿Marcharse?- Le pregunté, arrugando la nariz, cada vez entendiendo menos. Era todo extraño, ¿marcharse? ¿a dónde? ¿de vacaciones? Pasé, eso sí, al interior cálido de la casa, pero ni me quité el abrigo ni la mochila… algo me decía que aquella visita no iba a ser muy larga. A pesar de ello me encaminé al salón, pero no me senté. Así los tirantes de la mochila, a la altura del pecho para explicarle qué hacía allí -He ido a la boda… me dijeron que estuviste allí… que.. todo había sido una confusión. Pero el Pendragon, Darren, pensé que…-
Entonces empezó a explicar la causa de la mochila preparada y con ellas las noticias. El gesto de estupefacción fue cada vez más y más notable. -¿Y… y las clases?- “¿Y aquello de no convertirme en poto? ¿En ayudar?” Pensé, un poco egoístamente. Negué con la cabeza, no queriendo escuchar lo que el medimago decía porque no tenía sentido -No, no puede ser. Los Pendragon le han lavado el cerebro… Sí, es eso- ¿Por qué? ¿Por qué ahora? Le seguí con la mirada, azul, mientras se sentaba cómodamente en su salón. ¿Cómo podía sentarse y ya está? No me lo podía creer… no tenía sentido. Se esbozó una leve sonrisa que desvió la comisura -Es una broma… tiene que serlo-
Entonces empezó a explicar la causa de la mochila preparada y con ellas las noticias. El gesto de estupefacción fue cada vez más y más notable. -¿Y… y las clases?- “¿Y aquello de no convertirme en poto? ¿En ayudar?” Pensé, un poco egoístamente. Negué con la cabeza, no queriendo escuchar lo que el medimago decía porque no tenía sentido -No, no puede ser. Los Pendragon le han lavado el cerebro… Sí, es eso- ¿Por qué? ¿Por qué ahora? Le seguí con la mirada, azul, mientras se sentaba cómodamente en su salón. ¿Cómo podía sentarse y ya está? No me lo podía creer… no tenía sentido. Se esbozó una leve sonrisa que desvió la comisura -Es una broma… tiene que serlo-
Comprendí la preocupación del muchacho al enterarse del asunto con Darren Pendragon, así que le sonreí agradecido por su preocupación. Era un buen chico, no cabía duda. - Así es, atendí una urgencia en Ávalon y después regresé a la fiesta. Darren Pendragon tenía una poca prisa para que fuese con él, y por eso no fue demasiado amable en las formas...pero bueno. Tenía que hacer mi labor allí. Gracias por preocuparte. - entrelacé las manos sobre las rodillas, un poco incómodo porque se acababa de dar cuenta de que las clases quedarían inconclusas. Me iba a hacer sentirme culpable, pero yo también debía pensar en qué necesitaba yo. Llevaba demasiado tiempo centrado solo en los demás.
- Nadie me ha lavado el cerebro, Justin. Llevo tiempo pensándolo, y necesito cambiar de aires, dejar el Consejo atrás. Prefiero ser honesto y dejarlo. La otra opción sería desaparecer sin soltar el cargo ni decir nada claro, y eso no me parece bien. - no, yo no haría eso. No era mi estilo. - Aquí hay muchos sanadores muy buenos que pueden enseñarte lo mismo que yo, no soy el único. Tu formación no se termina porque yo me vaya. La única opción que puedo darte, en caso de que quieras seguir conmigo, es que te unas a mi en el viaje que haré de labores humanitarias por el mundo. Vamos varios sanadores, estarías bien. Tendrías que pedirle permiso a tu tía, eso sí... - aunque ya era mayor de edad, pero no dejaba de ser un adolescente. - ¿Qué me dices?
- Nadie me ha lavado el cerebro, Justin. Llevo tiempo pensándolo, y necesito cambiar de aires, dejar el Consejo atrás. Prefiero ser honesto y dejarlo. La otra opción sería desaparecer sin soltar el cargo ni decir nada claro, y eso no me parece bien. - no, yo no haría eso. No era mi estilo. - Aquí hay muchos sanadores muy buenos que pueden enseñarte lo mismo que yo, no soy el único. Tu formación no se termina porque yo me vaya. La única opción que puedo darte, en caso de que quieras seguir conmigo, es que te unas a mi en el viaje que haré de labores humanitarias por el mundo. Vamos varios sanadores, estarías bien. Tendrías que pedirle permiso a tu tía, eso sí... - aunque ya era mayor de edad, pero no dejaba de ser un adolescente. - ¿Qué me dices?
Miré a mi profesor con duda, con aquella sonrisa cuando trataba de explicarle que temía que pudiera haberle pasado algo después del… -Pero él… te secuestró- No entendía por qué parecía defenderle, a su forma. Estaba seguro de lo que había visto, el fuego… todo -El fuego en el despacho, la sangre y la forma en la que os desapareció, claro que no fue amable en las formas. Ese señor cortó un … Es normal preocuparse- Y por mucho que siguieran tratando de escurrir el bulto, ese tipo, por muy rubio y fuerte que fuera, era un buscado por la ley. Seguía sin entender por qué no querían verlo. Si no les paraban los pies, al final los Pendragon harán lo que quieran con todos en aquella isla -Hay que decirles un par de cosas. No pueden ir llevándose a la gente sin autorización, por muy justificado que estuviera. Eso es ilegal- Seguía, empecinado.
Pero todo el tema de Darren quedó un poco a un lado con toda la noticia del abandono del Consejo, de la academia… otra vez me volvían a dejar tirado, cual colilla. Negué con la cabeza mientras Lucio seguía hablando, no queriendo escuchar ninguna de esas palabras, ni ninguna de lo que me parecían escusas. -¿Ser honesto y dejarlo? ¿Cambiar de aires? ¿Como el que cambia de chaqueta?- Eso era, ¿no? Una chaqueta de usar y tirar. Un chicle de los que, cuando se quedan sin sabor simplemente te tiran. -Pero…. Tú… Yo…- Pensé egoístamente, bajando la mirada a los pies del sanado, dudando si podría seguir manteniéndole la mirada por mucho más tiempo porque de lo contrario seguramente me pondría a llorar. -Íbamos a hacer grandes cosas… No íbamos a ser un poto- Había confiado tanto en Lucio, era como el verdadero tutor que siempre hubiera querido tener: atento, amable… y ahora… se iría.
Alcé la mirada cuando comentó que había una opción. ¿Una opción? Quería escucharla, agarrarse a ella como si fuera un clavo ardiendo. Tanto que se quemó. Fijé la mirada en la cara de Lucio, pero luego la fui bajando de nuevo despacio porque esa no era la opción que quería escuchar. -No es solo Josephine- Había más personas… -Entiendo, entonces, que esto es algún tipo de adiós…- Aquella era la respuesta definitiva, y alcé la mirada a la de Lucio, pero esta vez de había empañado un poco. Cedí a lo del sofá para sentarme a su lado y abrazar a Lucio para agradecerle todo. Le pregunté para devolverle sus libros, pero me los regaló, incluso establecimos una vía de comunicación para charlar de vez en cuando.
Y organizando un futuro estudiantil, que ya no existiría, pasaron varias de las horas de la tarde hasta el ocaso. Y, entonces, cada uno emprendería sus nuevas aventuras, en esta ocasión, solos.
Pero todo el tema de Darren quedó un poco a un lado con toda la noticia del abandono del Consejo, de la academia… otra vez me volvían a dejar tirado, cual colilla. Negué con la cabeza mientras Lucio seguía hablando, no queriendo escuchar ninguna de esas palabras, ni ninguna de lo que me parecían escusas. -¿Ser honesto y dejarlo? ¿Cambiar de aires? ¿Como el que cambia de chaqueta?- Eso era, ¿no? Una chaqueta de usar y tirar. Un chicle de los que, cuando se quedan sin sabor simplemente te tiran. -Pero…. Tú… Yo…- Pensé egoístamente, bajando la mirada a los pies del sanado, dudando si podría seguir manteniéndole la mirada por mucho más tiempo porque de lo contrario seguramente me pondría a llorar. -Íbamos a hacer grandes cosas… No íbamos a ser un poto- Había confiado tanto en Lucio, era como el verdadero tutor que siempre hubiera querido tener: atento, amable… y ahora… se iría.
Alcé la mirada cuando comentó que había una opción. ¿Una opción? Quería escucharla, agarrarse a ella como si fuera un clavo ardiendo. Tanto que se quemó. Fijé la mirada en la cara de Lucio, pero luego la fui bajando de nuevo despacio porque esa no era la opción que quería escuchar. -No es solo Josephine- Había más personas… -Entiendo, entonces, que esto es algún tipo de adiós…- Aquella era la respuesta definitiva, y alcé la mirada a la de Lucio, pero esta vez de había empañado un poco. Cedí a lo del sofá para sentarme a su lado y abrazar a Lucio para agradecerle todo. Le pregunté para devolverle sus libros, pero me los regaló, incluso establecimos una vía de comunicación para charlar de vez en cuando.
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