Planta de habitaciones para ingresos

Estaba casi dormido cuando abrieron la puerta. Se esperaba que fuera Lytta trayendo su casco pero no, eran dos Descendientes. Entre ellos, Sofía a quien había enviado el patronus pero no había recibido respuesta. -Buenas noches, Descendientes- Dijo intentando ponerse recto, conteniendo el gruñido. Tenía que mantener una relación discreta delante del Descendiente de Moisés asi que Vishous sólo miró a Sofía un momento, pero se percató de que estaba…distinta. ¿Más pálida?

-Os agradezco vuestra visita. Pero no entiendo a qué viene eso de la administración. Os aseguro que la General Amaya está haciendo lo posible por organizar todo en la isla desde que está al mando- Le informó y luego vio a la pelirroja cogerse del Descendiente, V entrecerró el único ojo que tenía. -¿Un nuevo sistema?- Estaba perdiéndose algo. Tal vez venían conversando de ello antes y entonces entraron los enfermeros. Tuvo que aguantarse la risa cuando Sofía intentó resistirse, pero él no dijo nada porque no estaba en su lugar hacerlo al menos delante de otras personas que no fueran ellos dos solos.

-¿Os encontráis bien?- Preguntó a la pelirroja mirándola sentarse en una silla y entonces escuchó sus palabras -Subestimé también al agresor. Pero protegí a mis compañeros, así que... Eso es lo importante. Todos estamos con vida- Le dijo con profunda sinceridad y volvió a mirarla, esta vez no pudo contener la revisión que le hizo, esperó que su ojo hablara por si sólo “¿Qué te pasa?” -No es tu…vuestra culpa- Dijo hablando con más respeto -Los jardines ahora están más protegidos. Y estamos haciendo lo posible porque no vuelva a repetirse, pero hay muchísima gente en la isla que no conocemos y no podemos estudiar a todo el mundo porque tenemos otras prioridades- Indicó y se señaló la herida del ojo con una pequeña sonrisa -Esto son solo… gajes del oficio- Miró a Sofía un momento, esperando que entendiera aquel chiste interno y entonces observó al Descendiente de Moisés -Es un honor para mí que vengáis a visitarme. Pero manteneros alejados de la habitación 506. Se encuentra allí el drow- Inspiró profundamente y se dejó caer en la camilla.

Al cabo de pocos minutos volvieron las enfermeras y le pidieron a Sofía que se acercara a la consulta para los resultados. Vishous frunció el ceño y luego la miró a ella, esperando que fuera. Tras eso se volvió a Adael -Descendiente, era usted el encargado de hacer el censo en el Castillo Le Fay, no? Quería agradeceros, nos ha ayudado mucho para los expedientes de la guardia-

Saludó al teniente inclinando la cabeza y le dedicó una sonrisa cuando entendió que su charla sobre la administración se refería a Amaya. -Nos referimos al Consejo, cosas de política.- Explicó. Recibió el peso de su compañera preocupado por que le bajó la presión dos veces en un corto espacio de tiempo. La miró ir a sentarse sin estar muy convencido y se asomó por la puerta para ver si algún sanador estaba cerca. -Un nuevo sistema… es un proyecto ambicioso, lo que digo es que mientras trabajamos en el nuevo sistema podríamos adoptar una estructura más armónica que nos permita usar de forma más eficiente lo que ya tenemos.- Explicó. El café lo tenía caminando de un lado a otro, nervioso. Suspiró aliviado cuando llegaron los servicios médicos, pero no por eso dejó de moverse.

Cuando terminaron les agradeció a los enfermeros el haber atendido a su llamado con tal premura y los despidió para que vuelvan a su trabajo. -Yo aterricé sobre ella.- Dijo rascandose la nuca apenado cuando el hombre le preguntó a la pocionista si se encontraba bien. No hacía falta especificar lo siguiente que había ocurrido pero el calor subió por su cara hasta dejarla roja cual tomate al recordarlo. Escuchó su relato sobre el altercado con atención pero no podía evitar sentirse culpable. El tema del aumento de la población en la isla volvía a aparecer por lo que se pasó una mano por el cabello mientras no dejaba de caminar pensativo. Su mente estaba en otra parte, pero la advertencia de Vishous lo devolvió a la tierra y asintió, lo tendría en cuenta. Recordó a Crasuláceo cuando dijo que se trató de un drow.

-Mi madre va a llorar a moco tendido cuando se entere de ésto.- Dijo con una suave sonrisa, deteniéndose a los pies de la cama donde el hombre se encontraba para mirarlo y cruzarse de brazos. -En verdad lo siento.- Pidió el perdón del teniente borrando la sonrisa de su cara, para mostrar lo culpable que se sentía. -¿Cómo se encuentra su familia?- Le preguntó dando por hecho que sabían lo que había pasado. -Estoy seguro que, si lo pide, le pueden reconstruir el ojo. Si así lo quiere, yo mismo se lo diré a Lucio.- Se ofreció. Miró extrañado a las enfermeras volver a aparecer para que Sofía vaya a la consulta por los resultados ¿No podían dárselos aquí? Aunque no protestó. -¿Quieres que te acompañe?- Le preguntó a la mujer. Se volvió a Vishous cuando éste se dirigió a él y asintió como respuesta a su pregunta.

-Oh ¿Siguen estando? Pensé que con el castillo bajo ataque sería lo último en lo que pensarían. Bueno, me alegra ayudar. Habría que actualizarlo ¿Verdad?- Habían más personas en la isla que las que habían habido en el castillo, sería una tarea más para sumar a la lista: Hablar con muuuuuuuchas personas, investigación fuego azul y censo. Suspiró cansado, tantas cosas habían cambiado, tenía muchos conflictos pero los evadia manteniéndose ocupado. -He oído que bajo el mando de la General Amaya se han conseguido más sumas a la Guardia ¿Qué tal los nuevos reclutas?- Preguntó para pensar en otras cosas. Pensó en si se trataba del otro drow que Adramelech le había mencionado, le pareció improbable que se tratara de Crasuláceo.

Buenas noches.- Respondió al convaleciente, pues se había olvidado por un momento de sus modales. Era culpa del shock, supuso, y de que la guerra era horrible, y de que odiaba con todo su ser el no haber acudido a los jardines. Qué horrible destino le había sellado creyéndole exagerado.

Negó rápidamente a lo de Amaya y sobre todo a lo del nuevo sistema.- No haga caso, estábamos divagando.- Susurró, conteniendo su rostro de hacer gestos y quedándose serena antes que le adivinaran lo mal que se sentía por todo. Maldijo de nuevo a los enfermeros cuando se fueron con su sangre, porque no había podido librarse de aquello y en lo que discutían no le había dado mucha oportunidad a atender lo que decían los presentes. Miró a Adael con un suspiro, a ver si así se quedaba tranquilo de que no tenía nada, aunque ya se lo había dicho con anterioridad. Giró el rostro hacia Vishous, asintiendo suavemente a si estaba bien, haciendo un gesto para minimizar lo de que había caído sobre ella.- Le di café a Adael y lo puse hiperactivo. Terminé resbalando en la lluvia y cayendo al suelo.- Sonrió divertida de recordar el momento y después de ver la manera tan complicada en la que habían llegado al hospital. Su compañero era todo un caso. Si bien, el contrario se había esforzado en asegurarle que sus jardines estaban protegidos, no era eso lo que le importaba.- Gajes del oficio... Gaje del oficio es que le duelan las rodillas de caminar todo el día, que la espalda le pese por la armadura, tener sueño en la mañana de despertar tan temprano... no perder la vista. ¿Le han dicho algo de su... ojo? ¿De verdad está todo perdido? - Su congoja fue visible en aquel instante, más de lo que quería mostrar, pero aún entendible siendo que ella se preocupaba por todo ser en la tierra. Al menos se quedó más conforme de que Adael hablara con Lucio y le sonrió a manera afirmativa de que aquello sería lindo de su parte.

Suspiró profundamente cuando las enfermeras la llamaron. No podía ser cierto que los análisis de sangre tomaran tan poco tiempo.- Tengo que bajar antes de que vuelvan a venir por mi. Cómo odio los hospitales...- Dijo cuando se fueron las enfermeras, claro estaba. No odiaba esos lugares, en realidad colaboraba mucho y en todo lo que podía, pero sí cuando eran para ella misma. Solía hacerse sus propios remedios y muy rara vez fallaban. Negó a Adael su compañía con una sonrisa y se levantó de la silla con cuidado.- Volveré en nada.- Dijo, sonriéndole a ambos, aunque al moreno no le podía ocultar que su mirada no reflejaba precisamente felicidad. Tras aquello, caminó hacia la puerta y la cruzó para ir al lugar destinado.

-No es una mala idea, aunque todos los proyectos tienen una fase de ensayo y error.  Y hay que enfrentarlos con la humildad y valentía que se requiera- Indicó con bastante tranquilidad pero cuando dijo eso se quedó mirando a Sofía pensando en las 7 páginas que le había escrito a Leticia y en la hoja que le había escrito a Chloe. Definitivamente, era mucho más fácil escribir. ¿Quién lo diría?

-¿Aterrizó?- Aquello le sentó como una patada en el estómago al ver el sonrojo de Adael pero tuvo que controlar sus reacciones porque sino podría inferior alguna cosa. Escuchó la respuesta de Sofía y le pareció una chiquillada pero no dijo nada.  Miró al Descendiente de  Moisés de arriba abajo con el ceño fruncido -¿Y vos os encontráis bien?- Claro que iba a encontrarse bien, cualquiera que aterrizara sobre el suave cuerpo de Sofía estaría bien. Sin embargo, no se sintió cómodo con la idea.

-¿Por qué lloraría vuestra madre por un teniente herido? – Inquirió, esta vez, bastante más extrañado y luego escuchó a Sofía con lo de gajes del oficio sabiendo que le había dicho lo mismo la última vez. V se reacomodó en la cama, incómodo, sin mucho qué decir al respecto -Arleen hablará con el Descendiente de Galenus para pedirle que haga lo que pueda pero mis expectativas no son muy altas, al menos las propias- Explicó con tranquilidad y asintió en forma de agradecimiento a Adael por su intervención.

Observó a la pelirroja irse bastante insatisfecha pero no sonrió, sólo lo hizo interiormente, a sabiendas de que a ella le gustaba atenderse a sí misma. La siguió con la mirada hasta que se fue y entonces observó a Adael, asintiendo -Lo cierto es que si, sería necesario actualizarlo, dividirlo por organizaciones y sinceramente últimamente hay muchos que están dando problemas. Los licántropos atacaron el laboratorio I+D, algunos se rehúsan a tomar la matalobos y las noches de luna llena son un infierno- Le informó al Descendiente aunque sabía que ese era tema de Altair. Cuando el tema cambió a los reclutas sonrió -Si, es bueno ver sangre nuevas en las tropas. Sino fuera por el feral…Le he dado acceso directo, fue quien atrapó el drow.. Estoy bastante contento y Aldaron ha dicho que tiene una nueva incorporación con experiencia. Creo que tenemos un fallo a la hora de pelear abajo, más allá de las misiones en las que os acompañábamos realmente no nos hemos enfrentado a la IA. Nos hace falta más conocimiento al respecto-

Después de mi comida medio deprimente con el pobre Thoren, me lo llevé a casa como primer paso en un super plan maestro que iba montando sobre la marcha, lo primero era que durmiera la cogorza, se puso revoltoso porque quería a toda costa ir a la guardia pero con la mierda que llevaba encima como que no.

Una vez subí lo que hice fue tirarlo en la cama, quitarle las botas y darle algo con leche de amapola para que muriera de una buena vez y durmiera la mona como buen borracho, eso y que necesitaba tiempo para ocultar a mi hermoso robot mayordomo... y con una bolsa en la cabeza iba que chutaba, le hice agujeritos para que pudiera ver y dibujé una hermosa sonrisa -Aparcao- dije orgulloso de mi mismo, qué listo era.

Después de todo aquello me quedé un rato mirando al oso roncador sobre mi cama, cualquiera diría que solo era un borracho grandote que olía a Vodka y roncaba pero yo tenía el filtro de crush puesto y era mi machote ruso de ondulantes pectorales que dormía como todo un macho, estaba super empanado cuando llegó el mensaje de V -Mierda.. ¿¡y ahora qué le ha pasado!?- dije para mi mismo saliendo del piso mirando por última vez a Thoren, ya estaba en la puerta cuando decidí dejarle una nota por si se despertaba.

Fui hasta el hospital lo más rápido que pude y pregunté por el teniente, en seguida me dieron el número de habitación y fui corriendo a su encuentro, abrí la puerta sin cuidado alguno y ni tan siquiera presté atención al descediente (porque estaba de espaldas y no le vi la cara cuando entré) fui hasta el hombre en la cama y me llevé las manos a la boca al ver su rostro -¡Joder Vishous! ¡LA CARA NO!- lo tomé de la barbilla examinando las heridas, haciendo que girara la cara de un lado a otro y después le di un pellizco -¡maldito camorrista del demonio! ¿¡cómo se te ocurre estropear el patrimonio de Ouroboros!?- me crucé de brazos medio indignado mirándolo con los ojos entornados, ahora tendría que llevar parche pero seguramente Lucio podría hacer algo, después de todo había curado los ojos de Sean... lo imaginé con el ojo cubierto, con todo su poderío y... se me empezaron a subir los colores pensando en cosas poco inocentes -aunque te da un punto... dame cita antes de que te lo curen- le guiñé un ojo relajando la expresión y ahora que había soltado mi drama fue cuando vi a Adael -ups... ¿asunto oficial?-

Poco a poco los ruidos del hospital comenzaron a resultar molestos para el sueño anestésico en que se encontraba Gelion. Gruñó por lo bajo mientras su mano, que tenía una vía , alcanzaba su rostro.
Sentía la cabeza alborotada, no como antes. Antes era todo confusión ahora sin embargo la anestesia hacía parecer que todo estaba bien a pesar de notar su mente pesada al igual que su cuerpo.
Enfocó la ventana con dificultad, la vista aún se estaba acostumbrando a la escasa iluminación de la habitación. Era de noche y podía ver tenues puntos de luz en la ciudad que había divisado esa mañana.
Pasó tiempo hasta que incorporó un poco en la cama ayudándose del apoyo de su brazo. Llevó su otra mano a la nuca encontrando algo que tapaba la zona que le molestaba. Por el momento no había signos de aquellos calambres infernales ni de la paranoia mental que tenía antes de la operación.
No se escuchaba jaleo en el lugar, esperaría un rato prudencial antes de largarse de ese lugar.

-¿Yo? Si, solo algo acelerado, no puedo dejar de temblar.- Respondió a la pregunta del teniente de si se encontraba bien. Sentía que no tenía control sobre su propio cuerpo. -Mi madre tiene en alta estima a los Royden, adora a Eleonore.- Explicó la razón por la que su madre lloraría lo ocurrido. -Algo se podrá hacer, estoy seguro.- Afirmó y se anotó mentalmente hablar con Lucio también por lo de Vishous. Le sonrió a Sofía como respuesta para luego volver su atención al hombre.

Volvió a pasarse la mano por el cabello para revolverlo con frustración ante la noticia del ataque de los licántropos al laboratorio. A éste paso se iba a quedar calvo antes de tener una barba decente. -Hablaré con Altaïr en cuanto pueda sobre los licántropos, haré los preparativos para el censo y lo comunicaré con el Consejo. Se tomarán las medidas necesarias.- Le dijo con una pequeña sonrisa para tratar de infundirle tranquilidad.

-¿Los atacantes han sido arrestados?- Preguntó tanto por el episodio del drow, los del ataque al laboratorio y los de las noches de luna llena. Le alivió verlo sonreír, lo escuchó hablar con atención e iba a responder pero un escandalizado Aldaron entró en la habitación. Alzó las cejas perdidísimo, no entendía a qué se refería el elfo pero sonrió cuando se relajó. -No, no, tranquilo. Vine con Sofía a visitar al Teniente, al enterarnos de lo ocurrido y también por… otras cosas.- Los detalles estaban de más.

A todo esto, Sofía ya se estaba tardando ¿Había sido muy grave el golpe del aterrizaje? Los calores le subieron al recordar la escena y decidió que no podía esperar más por lo que conjuró un patronus con forma de nutria para enviar un mensaje. -En fin, debo irme. Teniente, espero que tenga una pronta recuperación. Hasta pronto Aldaron.- Los saludó a ambos con una amplia sonrisa para retirarse de la habitación a pié, tenía mucho para hacer y se le estaba acumulando.

Los días pasaron más lentos de lo que esperaba, al igual que la recuperación. Que todo fuese tan despacio me desesperaba, a veces pensaba que no volvería a ser como antes. Tenía que salir de allí, aunque no estuviese todavía listo para volver a la normalidad.

Las visitas de Juliet y su regalo habían logrado animarme un poco, aunque eso no quitaba que me sintiese encerrado y un tanto inútil. Había perdido ya la noción del tiempo, llegando a agobiarme lo suficiente para intentar irme de allí por mi cuenta. No podría ir muy lejos andando, pero sí podría intentar desaparecerme. Me quité la vía del brazo que llevaba aún puesta, para no llevarme eso. Cogí con una mano la piedra regalo de Juliet, que estaba en la mesa de al lado. Todavía no había podido averiguar cómo usarla, así que no intentaría lo del portal. Luego traté de concentrarme en hacer una desaparición, cerrando los ojos para pensar un destino. Me costó más de lo habitual, pero al final logré desaparecerme de allí, marchándome del hospital.

Entendió lo que le decia Adael, asintiendo con suavidad respecto a lo de su madre. Sin duda, tenía buenos contactos así que sonrió al recordarlo -Os agradezco mucho- Mencionó al ver que tenía una “lista” de cosas por hacer. Parecía intranquilo pero aún así centrado, no había tenido mucho contacto con él y esperaba que las tareas no lo sobrepasaran. Cuando inquirió sobre si habían sido arrestados, negó -Tenía que encargarme de los interrogatorios pero se han visto retrasados por eso. Así que…En cuanto salga intentaré aclarar todo-

Cuando entró Aldaron se rió de su expresión y alzó las manos como excusándose -Gajes del oficio, Aldaron- Se rió un poco más, a pura carcajada limpia cuando soltó lo del “patrimonio” -Que he tenido que defender a Chloe y a un humano. Un drow psicópata , que por cierto, hay que vigilarlo y enviar a los medigamos. Creo que incluso a la descendiente Mei… La verdad es que le falla bastante- Le expresó, mirándolo con su ojo esperando que comprendiera que le encargaba aquella misión para que no ocurriera ningún otro problema -¿De pirata?- Preguntó con eso de “darle un punto” y luego miró a Adael cuando Aldaron finalmente se dio cuenta, V negó con la cabeza. Sin embargo, notó que Sofía estaba tardando -Hasta luego, muchas gracias por vuestra visita, fue un honor- Dijo con mucha tranquilidad y llevándose una mano al corazón en forma de puño. Esperó a que se fuera y se giró hacia Aldaron.

-¿Dónde coño estabas? Ya le he dicho a Arleen que no quiero que me atiendan las rubias de aquí…Aparte Anteia se ha colado en la habitación del drow y ella no es psicomedimaga. Ese tipo es un peligro…- Recostó la cabeza, sintiendo un poco de dolor en ella, se llevó la mano al entrecejo masajeándolo.  Lytta tampoco había vuelto con su casco -Aldaron.. Sofí… La Descendiente de Dioscórides…- Apretó las muelas, lo mejor era que le preguntara a ella directamente -En realidad, puedes llamar a uno de los guardias ¿Por favor? Necesito dar un par de órdenes   y luego descansar…Mencionó y empezó a buscar uno de los papeles que había usado para enviarle la carta a Chloe.

Entorné los ojos cuando Vishous empezó a reírse, al menos se lo tomaba bien pero eso no me detuvo a la hora de darle un golpe en el brazo -Serás idiota, ahora a ver como te arreglamos eso- dije señalando a su ojo pero al final sonreí. -Así que Chloe ¿eh? viejo pervertido, no te preocupes, luego envío personal y aviso a Lucio si hiciera falta Mei-

Para cuando me di cuenta de la presencia de Adael ya se estaba despidiendo, le hice un gesto de reverencia porue con él no tenía confianza alguna y esperé a que dejara la habitación -que majo... - iba a hablarle de mi conquista rusa a V cuando empezó a reclamrle la tardanza -¡es culpa tuya! ¡casi vivo en este hospital y tu vas y te pones malo cuando acabo el turno! tienes suerte de ser tu porque no habría vuelto a hacer horas extra por cualquiera- dije poniendo los brazos en jarras antes de ver su historial para ver que le habían recetado -Bueno, tu rubia favorita ya está aquí, te voy a recetar algo para el dolor y algún relajante muscular por tu problemilla de "hiperactividad", lo justo para que no te subas por las paredes aunque.. puedo venir a darte un tratamiento más homeopático- dije levantando las cejas repetidas veces y de forma muy sugerente.

-así que Sofía ¿eh?- ya llevaba un tiempo con Vishous, de amiwis y tal y algo que sabía muy bien era que siempre había respeto en sus palabras cuando hablaba de los descendientes pero casi se le escapa el nombre de la descendiente sin honoríficos, me quedé mirando un momento con esa cara de maruja que tenía y después empecé a escribir en el informe -vale, te llamo al guardia, te haré una curación y dejaré las instrucciones para que te atienda Karen, no es rubia y solo hará lo que yo deje escrito...- lo dejé todo hecho dejando la carpeta en su sitio para empezar acanalizar mi magia a V -¡Oh! lo que quería contarte! te tengo un ruso alto, guapo y fornido para la guardia~ le falta un hervor ¿vale? pero sé bueno con él que está modo tristón, pertenecía a los renegados así que tiene mucha experiencia en combates, creo que te será de ayuda-

-No me llames pervertido. Eso implicaría que a Chloe no le interesa. Y…lo dudo-  Indicó alzando un índice para sonreír, al menos con Aldaron podía ser totalmente sincero. Ignoró deliberadamente lo de que era culpa suya -Claro, porque yo coordino mis horarios según los psicópatas que tenemos rondando en la isla- Hizo un gesto en redondo como abarcando todo Ouroboros.

-Mmm…Me haces sentir importante con eso de las horas extras…- Se rió un poco, porqué no, era bueno sentir que era importante para alguien. Que sería suficiente para que volviera  a su trabajo. Sonrió, de una forma mucho más sutil y nostálgica -El tratamiento homeopático no estaría nada mal…Pero por ahora pasaré. Tengo…una que otra prioridad- Mencionó, observando a los papeles y empezando a escribir todo lo que tenía que decirle a Sofía. Ignoró al elfo cuando mencionó lo de la pelirroja.

- De acuerdo. Soy todo tuyo. Karen, bien. No rubia, bien- Dijo con una sonrisa mientras doblaba la carta para que Aldaron no pudiera verlo. Entonces escuchó todo lo del nuevo recluta, asintiendo con suavidad a todo lo que le decía-No nos viene mal, lo cierto es que necesitamos gente experimentada en el campo y que conozca más o menos la IA. ¿Cuál es su nombre? Intentaré que entre en mi escuadrón….El único problema que veo en los nuevos es que tienen una pequeña rebeldía con las órdenes… Pero bueno…soy yo- Alzó las manos como restándole importancia y sonriendo cándidamente -Me encargaré-

Al llegar al hospital ya tenía información de Arleen sobre el tema de su hermano, así que había venido preparado con lo que podría hacerme falta. Apenas había tenido tiempo de pasar por casa, y en los últimos días no había podido pasar mucho tiempo con Sean entre unas cosas y otras. En primer lugar fui a mi despacho para enviar un memorándum a Amaya, con el informe psicológico que había hecho sobre Leila. También anotaba que preguntase si tenía dudas sobre lo escrito. Con esa tarea hecha ya pude dirigirme hacia donde estaba el teniente Royden. Había leído más a fondo el informe durante los minutos que estuve en el despacho, y por el tipo de herida supuse que podría hacer un buen arreglo. Conservaba ojo, no había sido exceso de magia, ni magia negra...

- Buenos días a ambos. Tranquilo, señor Royden, tiene un buen pronóstico para su ojo. - comenté amablemente al entrar en la habitación. Aldaron se encontraba allí con él, muy en modo colegueo marujeo. - Aldaron, si quieres puedes irte a descansar, que llevas muchas horas seguidas aquí. Yo voy a intentar recuperar el ojo del paciente con una técnica experimental que probé con Sean. Con él funcionó y era un caso de ceguera grave, así que espero que con usted también funcione. - me acerqué más a Vishous, como pidiéndole permiso para que me dejase ver su ojo. A los pies de la cama dejé mi maletín, con el libro que había usado el día que recuperé la vista de Sean. También tenía un pequeño vial con dos o tres lágrimas de fénix.

-Bueno, un poco si lo eres- dije sonriendo con picardía porque ya nos conocíamos y muy normales no éramos ninguno de los dos. su tono de sarcasmo con lo de los turnos me hizo levantar una ceja -¿y entonces porqué debería yo estar inmediatamente aquí cuando me llamas? he salido corriendo de casa, te recuerdo que no me desaparezco-

-bueno, está bien, pero después no te quejes si no llego pronto- dije a lo del tratamiento homeopatico, una lástima porque algo me decía que iba a estar a dos velas con el ruso mientras preparaba el terreno. Lo dejé todo preparado y después de hablar sobre Thoren V pareció interesarse lo que me hizo dar un par de botecitos de alegría -Se llama Thoren, participó en el torneo, al menos en la primera prueba, es mi amorcito platónico porque me lo está poniendo difícil el maldito... y bueno... creo que rebelde es un rato así que vas a tener trabajo, pero es un grandote bueno, solo muy revoltoso- al decir que se encargaría me tiré encima para darle un abrazo de agradecimiento y entonces entró Lucio a la habitación.

-¡Hey! ¡hola Lucio!- saludé de forma totalmente amistosa y sin despegarme de V como si nos hubieran pillado, sólo me despegué cuando dijo aquello del pronóstico -Eso es bueno, he visto el informe un poco por encima, el daño necesita una buena regeneración, no basta con la curación normal...- me alejé de la cama para que Lucio pudiera verlo mejor pero me quedé cotilleando lo que había traído -Tranqui, yo te ayudo, aquí el señor Royden tiene pase VIP con este buen elfo me iré después - eché un vistazo al libro y leí lo que decía a demás de los pequeños apuntes soltando un "uuh" o un "oooh" de sorpresa con cada cosa que me resultaba interesante -oye pero para hacer esto necesitas un catalizador ¿verdad? algo que le de un empujoncito a la magia... ¿que has usado y porqué no me has dicho nada para curarte el ojo?-

-Tienes que comprarte algo para movilizarte- Le dijo al elfo sonriendo al verlo dar botecitos. Escucho la especificación sobre el nuevo recluta y asintió. Thoren. Un nombre que recordaría y luego escuché claramente lo que decía sobre su amor platónico y sonrió -Lamento informarte que los amores platónicos no siempre traen buenas cosas. Yo me estoy liberando de 15 años de mierda... Bueno, 25 casi

Saludo a Lucio sin importarle que los encontrará abrazados y sonrió de lado ante la noticia -Me alegro. Es difícil pelear sin un ojo- se acomodó en la camilla y sonrió de lado. Al menos el no era rubio eso le ayudaba. Se dejó hacer por ambos -Ahora me quedo tranquilo y relajado y os dejo trabajar - en efecto, se quedó cual estatua en la camilla.

Tras salir del despacho de la general, me desaparecí de las dependencias de la Guardia y reaparecí en el hospital, en la recepción. No había cogido mucha ropa de invierno, y con la charla con Amaya ya había pasado parte de la tarde y apretaba el frío invernal. En la recepción pregunté por el teniente de la guardia, mintiendo al decir que veía de parte de la General Amaya para conocer el estado del teniente. Una mujer muy agradable, de nombre Doris, me indicó la habitación.

En esta ocasión subí por las escaleras y recorrí los austeros pasillos de la planta hasta llegar a la sala. En la puerta, Eleanore se mostraba incómoda y nerviosa, y después de darme la bienvenida, me puso al día de todo lo que estaba pasando y que los medimagos estaban con V. Le prometí que volvería con más información, de modo que toqué la puerta y una enfermera salió. -Venía a ver al teniente, la general Amaya y su madre quieren saber cómo está- Volví a mentir, en parte. La primera que quería saber cómo estaba V era yo misma, pero se notaría demasiado mis intenciones. De modo que usé la excusa perfecta de la superior y de la familia. La enfermerá indicó que en este momento estaban los doctores ocupados con el ojo de teniente y que tendría que esperar, de modo que eso hice, sentándome de nuevo junto a Eleanore y Fred, esperando las noticias de los medimagos.

El teniente no parecía incómodo con el abrazo de Aldaron, por lo que supuse que debían tener muy buena relación, más allá de la afición de cotilleos que tenía el elfo. Acepté la ayuda de mi compañero con una sonrisa, él siempre estaba dispuesto a hacer horas extra. Seguro que también lo habría hecho aunque el herido no fuese un amigo, su profesionalidad y vocación estaban por delante de todo. Indiqué a Vishous que se tumbase y se pusiese cómodo, echando un vistazo a su herida para dejarla al descubierto. Todo lo de los ojos solía ser muy escandaloso. Había tenido suerte, había material para regenerar a pesar de la herida incisa. - Bien...podemos trabajar sobre esto. Te dolerá un poco, pero no será demasiado tiempo. Puedes aguantarlo. - avisé mientras iba hacia mi maletín de nuevo. Aldaron ya estaba cotilleando todo, libro incluido. Cogí el pequeño vial de cristal en el que había vertido las lágrimas de Rubi en la mezcla de poción, moviéndolo delante de los ojos del doctor.

- Precisamente. El catalizador son lágrimas de fénix, usadas como base para la poción. Además de las piedras canalizadoras que suelo usar normalmente en otras sanaciones. Pensaba decirte algo, pero tampoco lo vi urgente. He modificado ligeramente un conjuro sanador que había encontrado en el tratado del médico Ibn Sina, el primero en describir correctamente la anatomía del ojo humano. En su tratado aportaba información sobre cómo sanar ojos deteriorados. Ahora haz esta curación conmigo y te sirve de práctica. Requiere bastante esfuerzo de canalización.- le pasé la poción a Aldaron, indicando que la vertiese en el ojo herido de Vishous. - Humeará un poco, pero así debe ser. - Luego activé el anillo Vilya mientra comenzaba a canalizar mi magia de sanación, aunque de un modo algo distinto. Dejé el libro abierto por la página del conjuro, pidiendo a Aldaron que recitase conmigo las letanías escritas en el Kitab Al Qanûn fi Al-Tibb, el libro escrito por Ibn Sina.

Por segunda vez la luz azulada habitual de mi magia sanadora se tornó dorada, describiendo espirales que se movían en retroceso sobre el ojo del Royden. Esta vez no me sorprendió que el anillo se sobrecalentase sobre mi dedo. Alcé más la voz repitiendo la letanía hasta que la luz dorada comenzó a deslumbrarme. En esta ocasión me estaba resultando menos cansado porque Aldaron colaboraba conmigo en la canalización de magia. Le hice un gesto como queriendo decir que observase el ojo, que funcionaba. Después le indiqué que hiciese un último esfuerzo para terminar lo que habíamos empezado juntos.

-Tengo un ave Roc, pero la pobre también tiene cosas que hacer, a diferencia que ti yo puedo escuchar como mi pajarraco se queja cuando lo llamo a las tantas para que me lleve a tu casa por un polvo- la advertencia sobre los amores platónicos ya no me sonó tan bien... si la cosa se llegaba a poner fea con Thoren mejor lo dejaba estar y se acabó, ya estaba muy mal el mercado como para ponerme exquisito y decirle no a los albinos.

Cuando Lucio entró a hacer su trabajo le eché un vistazo a aquel libro, la poción era de nivel avanzado, bastante complicada y aún así no me parecía suficiente a la teoría que describía el libro -uh! eso es que va a doler, tranquilo, no le diré a nadie que has llorado- dije levantando la mirada al teniente mientras sonreía de forma maliciosa, obviamente se trataba de una broma pero en lo del dolor ya no estaba seguro.

-El pajarraco con mala leche de Sean... claro, tiene sentido, sus lágrimas lo curan todo...- escuché atentamente las explicaciones del jefe asintiendo mientras comprendía a lo que se refería, di una palmada y me froté las manos listo para empezar con el procedimiento -¡Vamos a ello! si esto funciona podríamos seguir investigando sobre la regeneración- aquello era emocionante y podríamos ayudar a mucha gente... aunque dejaríamos seco al pollo de Sean. Hice lo que Lucio me pidió y añadí las gotas al ojo de V sujetando sus parpados para que no cerrara el ojo con el contacto, un humillo se elevó y entonces empezamos a recitar aquellas escrituras entre los dos.

La magia combinada de ambos parecía funcionar tornándose en una luz dorada, el anillo me estaba chamuscando el dedo y de no ser porque teníamos que seguir recitando el corán ese raro le habría echado la culpa a Vishous, en el momento que la luz se hizo más cegadora pude ver el gesto de Lucio y al echar un vistazo pude ver que funcionaba, lo miré con una sonrisa sin dejar de canalizar o recitar hasta que por fin terminamos el conjuro.

Tomé el rostro del teniente entre mis manos y empecé a verlo mientras lo movía de un lado a otro para verlo desde todos los ángulos -¡Estoy alucinando! ¡¡no se nota casi nada!! Vishous ¿puedes ver mi hermosa cara élfica esculpida por los dioses? ¿eh? va, dime, dimeee!!- dije zarandeandolo un poco esperando respuestas y a ver si había valido la pena que el anillo casi me amputara el dedo y en efecto, valió la pena porque cuando empecé a zarandearlo el estúpido y sensual teniente levantó el brazo, me pilló del cuello y me acercó a él para plantarme un morreo de esos que asfixian frente a Lucio -...De nada- dije cuando nos separamos viendo como le guiñaba su ojo bueno a Lucio y después le daba las gracias.

-Bueno, ahora a descansar señorito, te voy a poner el relajante que te dije antes para que descanses y tu cuerpo termine de curarse por si solo- le robé algo a lucio de su super maletín e inyecté un calmante al teniente que no tardó en cerrar los ojos -Te veo mañana Vishous- dije finalmente dándole un besito pero esta vez en la frente, le hice una señal a Lucio que no sabía si estaba flipando o no para recoger las cosas y salir de la habitación.

El entusiasmo de Aldaron con la magia de regeneración contribuyó a mi propio entusiasmo, y entre los dos terminamos el trabajo con Vishous de manera satisfactoria. Esta vez no estaba tan derrotado como cuando hice el hechizo con Sean, gracias a que tenía ayuda. Cuando acabamos dejé que comprobase lo bien que había quedado el ojo, y completamente funcional. El teniente había aguantado bien a pesar del dolor del procedimiento, y como agradecimiento le plantó un beso a Aldaron en los morros. Yo aluciné un poco por la efusividad, aunque supuse que era normal teniendo en cuenta que habíamos hecho que dejase de estar medio tuerto. Luego me guiñó el ojo a mí, a lo que respondí con una sonrisa y una leve inclinación de cabeza. - Ha quedado muy bien. Ahora debes reposar, nada de irte por tu cuenta. Probablemente puedas marcharte en 24 horas, para asegurarnos de que todo está bien. Ah, y no te desaparezcas durante unos días. El tejido todavía está algo sensible y pueden afectarle esos cambios bruscos. - ojalá fuese un buen paciente y me hiciese caso.

Salimos de la habitación después de que Aldaron le dejase grogui, encontrándonos con Sarah esperando en el pasillo. - Supongo que vienes para saber cómo está Vishous, ¿no? acabamos de hacerle un hechizo de regeneración ocular, así que ha recuperado la visión del ojo y su aspecto. Tendrá que descansar aquí un día más, y no hacer actividades de riesgo en los próximos días. Por lo demás todo bien. Ahora está dormido, pero si quieres puedes esperar aquí para visitarle cuando despierte. Nosotros nos vamos ya, te veré en la próxima reunión, Sarah. Creo que toca hablar de la temida misión... - comenté con tono preocupado antes de alejarme, concretando por el camino una cita con el elfo para vernos otro día. Después cada uno se fue por su lado, a seguir trabajando hasta que acabásemos el turno para marcharnos de allí al finalizar.

Estuve charlando con los familiares del teniente un buen rato, poniéndonos al día mientras esperábamos pacientemente a que hubiera novedades respecto a la operación. Estuvimos hablando de la boda del descendiente Sayid, de la visita La noche se nos echó encima, y los sobrinos del teniente se retiraron con su padre Fred. Sentadas, esperando, quedamos Eleanore y yo hasta que finalmente hubo movimiento. Primero salió el elfo, y al poco Lucio. Se alegró que fuera el mismísimo director del centro el que se encargara del tratamiento de su colega.

Las dos mujeres se levantaron y se acercaron al medimago, asintiendo a lo de que venían a ver al teniente. -Muchas gracias Lucio- Suspiré más tranquila sabiendo que V estaría bien y que se recompondría sin aparentemente mayor problema. Ahora descansaba. -Sí, nos veremos pronto- Asentí. Luego noté una punzada de dolor, viniéndome a la cabeza todo lo de Bellatrix y lo de Matvey. ¿Lucio también estaría en el ajo? ¿Debía desconfiar también de él? Le vi alejarse, sumida en sus pensamientos, pensando que alguien debería de haber certificado la muerte del nigromante, ¿habría sido Lucio? ¿También estaba metido en la trama? -Sí… nos veremos pronto- Susurré de nuevo, absorta en mis pensamientos. La voz de Eleanora me devolvió al aquí y ahora y a pesar de que nos indicaron que V descansaba, ambas mujeres entramos para poder ver al hombre. Eleanora toqueteó la cara del teniente, llorando de alegría, como destape del estrés y la preocupación acumulada. Yo permanecí tranquila, a su lado, dedicándole un beso en la frente. Apañamos un par de sillones y nos quedamos a dormir allí. Yo me apoyé en la cama, y quedé dormida allí, a la altura de las manos de V, a la espera de que el teniente se despertara.

Había quedado drogado no, lo siguiente. Durmió profundamente y no tuvo siquiera sueños, pero sí descanso. Cuando su consciencia volvió en sí estaba otra vez en la cama del hospital, con la boca seca y un poco de mareo. Abrió los ojos y le pareció increíble volver a tener vista panorámica  y cuando dio un recorrido a la habitación y vio a su madre y una melena roja. Por apenas un instante pensó que se trataba de Sofía. Tardó un parpadeo pero en seguida notó la diferencia. Eran pelirrojas, sí, pero muy diferentes y él lo sabía.

-¿Sarah?- Inquirió moviendo la mano para apartarle un poco el pelo de la cara  y darse cuenta de que se había quedado dormida allí. Le parecía raro que viniera a visitarle, más aún que se quedara dormida. Le hacía sentir… Importante y abochornado al mismo tiempo. Carraspeó un poco -Mamá…- Llamó a Eleonore que ante la voz de su hijo se despertó casi en seguida y le sonrió. Vishous vio de nuevo cómo las lágrimas volvían a recorrerle el rostro y le abrió los brazos para que viniera con él, la estrechó entre ellos riéndose -Te dije que todo estaría bien…- Le murmuró al oído y la volvió a abrazar, cuando se alejó le cogió el rostro con las manos y le limpió las lágrimas con los pulgares -Me darán el alta en un par de horas, no te preocupes. Lo único que me dijo Lucio es que no debo desaparecerme- Ella pareció asentir pero no podía decir nada porque seguía llorando

-¿Volvió algún guardia con alguna carta?- Podría haber preguntado por Sofía directamente pero aquello los comprometería a ambos. Seguía, igual, con la espina clavada al costado. ¿Qué le habían dicho en el hospital? Su madre negó con la cabeza y aquello le confirmó que no era nada bueno. Primera parada tras el alta: Cabaña de Dioscórides -¿Le has comentado a Arleen? Estaba preocupada- En cuanto mencionó eso, Eleonore pareció incorporarse con sorpresa y con un elegante pañuelo se limpio las lágrimas -Ya mismo informaré a toda la familia, estábamos muy preocupados- Murmuró ya un poco más compuesta y eso le hizo sonreír al teniente -Está bien, gracias, mamá- Dijo y cuando se inclinó para darle un beso no la detuvo, después de eso se retiró.

Volvió la mirada hacia la pelirroja -Te tocará hacer estiramientos después de esa posición, Darwin- Le sonrió de forma pícara mientras el mismo alzaba los brazos por encima de la cabeza y se estiraba -Es un honor que me visites, aunque no era necesario...- Era el...¿cuarto? Descendiente que venía por allí y él era egocéntrico...Pero no tanto.