Recuerdo del primer mensaje :
Planta de habitaciones para pacientes ingresados. Hay varias habitaciones, con varias camas en cada habitación. Las camas pueden separarse con biombos.
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Aldaron Failon
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-De nada hija, aquí estoy yo para salvar el día- le dije en cuanto me dio las gracias por echar a su madre pero me crucé de brazos en cuanto justificó lo de Lucio con eso de ser descendiente -Pues que me hagan descendiente a mi también! que prácticamente vivo en este hospital! menos mal que la isla tiene muchas áreas verdes y bosque que si no me pongo mustio y a ver quien se come las guardias del descendiente!- quejarse siempre era bueno y gratis porque en verdad la culpa era mía por no dejarle el marronazo a otro pero ya me lo cobraría de una forma u otra.
Me eché hacia atrás cuando dijo lo de pegarme llevándome las manos al pecho -Pero cuanta violencia! si no hice nada, además solo me viste tu, Giordano ni se habrá enterado...- pero por si acaso moví el sillón lejos de su alcance no fuera que me desgraciara la cara. A pesar de que no quería noticias yo se lo solté todo igualmente y estaba claro que lo del descendiente de Da vinci la alteraba de una forma u otra porque pude ver la sonrisa que se le puso al mencionarlo y claro, yo hice lo mismo porque cada vez tenía más claro que le gustaba, ahí había tema seguro.
Con la noticia de la boda no me esperaba esa reacción, que alzara la voz me sorprendió tanto que me encogí al escucharla -Pues me lo acaba de contar Lucio... - lo raro es que ella lo supiera porque estaba sopas... ¿y si Lucio se lo había contado antes? pues se la liaba porque su amigo era yo! nos quedamos un momento en silencio, cada uno pensando en una cosa hasta que ella empezó a hablar de sus vestidos, que si boda el lunes y no sé que historia -Espera... ¿Vestido para ti!? ¿TE VAS A CASAR EL LUNES!? Y NO ME HAS INVITADO! QUE FUERTE!!! CON RAZÓN TANTO MIMO Y CARANTOÑA!-
Me eché hacia atrás cuando dijo lo de pegarme llevándome las manos al pecho -Pero cuanta violencia! si no hice nada, además solo me viste tu, Giordano ni se habrá enterado...- pero por si acaso moví el sillón lejos de su alcance no fuera que me desgraciara la cara. A pesar de que no quería noticias yo se lo solté todo igualmente y estaba claro que lo del descendiente de Da vinci la alteraba de una forma u otra porque pude ver la sonrisa que se le puso al mencionarlo y claro, yo hice lo mismo porque cada vez tenía más claro que le gustaba, ahí había tema seguro.
Con la noticia de la boda no me esperaba esa reacción, que alzara la voz me sorprendió tanto que me encogí al escucharla -Pues me lo acaba de contar Lucio... - lo raro es que ella lo supiera porque estaba sopas... ¿y si Lucio se lo había contado antes? pues se la liaba porque su amigo era yo! nos quedamos un momento en silencio, cada uno pensando en una cosa hasta que ella empezó a hablar de sus vestidos, que si boda el lunes y no sé que historia -Espera... ¿Vestido para ti!? ¿TE VAS A CASAR EL LUNES!? Y NO ME HAS INVITADO! QUE FUERTE!!! CON RAZÓN TANTO MIMO Y CARANTOÑA!-
A lo de los turnos prefirió no decir nada. Tenía razón, Aldaron trabajaba mucho en el hospital y sin embargo tenía una vida privada. Algo... que ella no tenía. Bueno, ahora sí iba a tener. Sonrió al verlo alejarse de su alcance y cuando habló de Giordano, cerró los ojos -No, no se dio cuenta. Pensó que me pasaba algo y me midió la fiebre con los labios. Un método arcaico, pero bueno- Dijo alzando el hombro bueno con suavidad.
-¿Lucio? ¿Y cómo lo sabe Lucio?- No sabía que el Descendiente Sayid fuera tan amigo de Lucio. O tal vez si algún Descendiente se casaba tenía que avisarlo a todo el Consejo, lo que le hacía preguntarse porqué le había dicho que vendría mañana a escuchar su respuesta. ¿Para qué le daba una opción si iba regando por allí que se iba a casar con ella? Siguió sin comprender en el silencio que siguió y simplemente respiró profundamente varias veces -No entiendo porqué lo sabe Lucio, si ni siquiera Vishous lo sabe. Mi madre no se lo dijo...Y tú no le vayas a decir nada, quiero decírselo yo, a ver si lo calmo antes de que la líe- Eso le había molestado pero era cierto que V no había tendio nunca una muestra tan grande hacia una mujer. ¿Más de 10 vestidos? Le entró la curiosidad.
-Cuando se entere se va a liar a golpes con alguien ¿Tienes la cerbatana por ahi?- Le preguntó antes de que cayera en cuenta de que estaba hablando de ella. Arleen alzó las cejas y después frunció el ceño -¡Pero si me enteré esta mañana!- Le respondió a Aldaron, negando con la cabeza. Cuando habló de los mimos y carantoñas alzó una ceja. Su madre no había hecho eso en su vida y no iba a empezar ahora, menos después de la respuesta que le había dado -Por supuesto que estás invitado. Pero insisto ¿Cómo es que Lucio lo sabe? Se supone que iba a esperar mi respuesta...- Indicó algo ofuscada.
-¿Lucio? ¿Y cómo lo sabe Lucio?- No sabía que el Descendiente Sayid fuera tan amigo de Lucio. O tal vez si algún Descendiente se casaba tenía que avisarlo a todo el Consejo, lo que le hacía preguntarse porqué le había dicho que vendría mañana a escuchar su respuesta. ¿Para qué le daba una opción si iba regando por allí que se iba a casar con ella? Siguió sin comprender en el silencio que siguió y simplemente respiró profundamente varias veces -No entiendo porqué lo sabe Lucio, si ni siquiera Vishous lo sabe. Mi madre no se lo dijo...Y tú no le vayas a decir nada, quiero decírselo yo, a ver si lo calmo antes de que la líe- Eso le había molestado pero era cierto que V no había tendio nunca una muestra tan grande hacia una mujer. ¿Más de 10 vestidos? Le entró la curiosidad.
-Cuando se entere se va a liar a golpes con alguien ¿Tienes la cerbatana por ahi?- Le preguntó antes de que cayera en cuenta de que estaba hablando de ella. Arleen alzó las cejas y después frunció el ceño -¡Pero si me enteré esta mañana!- Le respondió a Aldaron, negando con la cabeza. Cuando habló de los mimos y carantoñas alzó una ceja. Su madre no había hecho eso en su vida y no iba a empezar ahora, menos después de la respuesta que le había dado -Por supuesto que estás invitado. Pero insisto ¿Cómo es que Lucio lo sabe? Se supone que iba a esperar mi respuesta...- Indicó algo ofuscada.
Aldaron Failon
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-Si, temperatura, claro- "ahora lo llaman así" completé la frase en mi mente para que la bruja no tuviera otra razón de darme una bofetada pero a mi ya no me engañaban, esos dos tenían algo pero se resistían a las feromonas.
Puse cara de no entender nada cuando me preguntó cómo es que lo sabía Lucio, era su boda pero claro, cada uno estaba hablando de una cosa distinta y me di cuenta de ello cuando dijo lo del vestido, el radar del salseo se me había activado y había gato encerrado, de nuevo la chica preguntó por lo de Lucio y supe que tendría que soltarle la bomba en algún momento. Me llevé las manos a la cabeza cuando mencionó a su hermano, claro que no se lo iba a decir... si no venía a preguntarme directamente y con erótico resultado - Pues si quiere liarse a golpes que lo haga fuera del hospital... que fuerte! y yo que venía a darte salseo y vas y me sueltas esto...-
Ella siguió dando explicaciones a lo que le decía, me ofendía que no me invitara, pero claro, la razón estaba clara -Espera, te has enterado esta mañana de tu boda? ... no jodas... - miré a la puerta por la que su madre había salido y entonces su expresión y el agobio -¿¡Tu madre te ha arreglado el matrimonio!? no puede ser, es que no me lo creo! NI QUE ESTUVIÉRAMOS EN LA EDAD MEDIA!- solo eran suposiciones mías pero ya me había indignado -Por que yo estaba hablando de la boda de Lucio! se lo pidió a su churri el otro día y me lo acaba de contar! no tenía ni idea de lo tuyo!- dije contestando a su pregunta pero claro, esa boda sería feliz , los tortolitos se querían pero a Arleen le había tocado .. a saber quien -a ver, quien es el afortunado? digo yo que al menos será buen mozo, si me dices que es un viejo gordo y calvo te juro que la que se lleva un dardo es tu madre-
Puse cara de no entender nada cuando me preguntó cómo es que lo sabía Lucio, era su boda pero claro, cada uno estaba hablando de una cosa distinta y me di cuenta de ello cuando dijo lo del vestido, el radar del salseo se me había activado y había gato encerrado, de nuevo la chica preguntó por lo de Lucio y supe que tendría que soltarle la bomba en algún momento. Me llevé las manos a la cabeza cuando mencionó a su hermano, claro que no se lo iba a decir... si no venía a preguntarme directamente y con erótico resultado - Pues si quiere liarse a golpes que lo haga fuera del hospital... que fuerte! y yo que venía a darte salseo y vas y me sueltas esto...-
Ella siguió dando explicaciones a lo que le decía, me ofendía que no me invitara, pero claro, la razón estaba clara -Espera, te has enterado esta mañana de tu boda? ... no jodas... - miré a la puerta por la que su madre había salido y entonces su expresión y el agobio -¿¡Tu madre te ha arreglado el matrimonio!? no puede ser, es que no me lo creo! NI QUE ESTUVIÉRAMOS EN LA EDAD MEDIA!- solo eran suposiciones mías pero ya me había indignado -Por que yo estaba hablando de la boda de Lucio! se lo pidió a su churri el otro día y me lo acaba de contar! no tenía ni idea de lo tuyo!- dije contestando a su pregunta pero claro, esa boda sería feliz , los tortolitos se querían pero a Arleen le había tocado .. a saber quien -a ver, quien es el afortunado? digo yo que al menos será buen mozo, si me dices que es un viejo gordo y calvo te juro que la que se lleva un dardo es tu madre-
Se quedó mirando a Aldaron cuando soltó eso de “sí, claro”. A esta altura que pensara lo que quisiera, era lo que había hecho Giordano y ya. Lo de Vishous en el fondo le preocupaba pero lo dejó pasar porque esperaba poder calmarlo un poco. Aunque tenía cierto temperamento explosivo. Al ver su expresión sobre la boda, Arleen cerró los ojos y asintió pensando en que al menos Sayid había sido bastante educado al respecto.
El grito que pegó el elfo cuando se dio cuenta de que su madre había arreglado todo casi la deja sorda -Sí… Hace mucho quiere que despose un Descendiente y bueno, lo ha logrado- Al menos él estaba teniendo esa expresión que ella estaba tratando de contener. Y aunque lo primero que había salido de su boca era excusarla, Arleen no dijo nada más al respecto -Oh…- La noticia de Lucio sí que fue algo alegre, le hacía mucha ilusión que fuera feliz. Sabía que había pasado día y noche junto a Sean cuando se encontraba mal, estaba alegre por ellos -Qué bonito, será muy felices. Se lo veo en los ojos, lo ama incondicionalmente- Ella también quería ese tipo de amor, quería una propuesta de matrimonio romántica, quería un beso inolvidable.
Al ver que preguntaba por el “afortunado” pensó en Sayid y miró hacia las flores. Al menos había sido educado y sus ínfulas de molestia al pensar que había regado la noticia se apaciguaron – El Descendiente de Saladino- Respondió y volvió su vista hacia el elfo, no le interesaba su reacción a fin de cuentas no iba a negarse al matrimonio -Sí, es muy inteligente…Y guapo. No es ni viejo, ni calvo, ni feo- Por supuesto, esa era la primera impresión que tenía de él. Las sugerencias que le había dado a Giordano sobre el proyecto de ambos le habían sorprendido, tenía ingenio y eso era algo interesante. Ya no tendría que preocuparse de, por lo menos, poder hablar de cosas más allá de banalidades. Eso, al menos, le dejaba tranquila. También era muy amable -Fue quien me trajo las flores- Le dijo a Aldaron y suspiró antes de mirarlo con una sonrisa pequeña -Todo estará bien- No sabía si se lo decía a él o a ella misma, pero necesitaba oír esas palabras.
El grito que pegó el elfo cuando se dio cuenta de que su madre había arreglado todo casi la deja sorda -Sí… Hace mucho quiere que despose un Descendiente y bueno, lo ha logrado- Al menos él estaba teniendo esa expresión que ella estaba tratando de contener. Y aunque lo primero que había salido de su boca era excusarla, Arleen no dijo nada más al respecto -Oh…- La noticia de Lucio sí que fue algo alegre, le hacía mucha ilusión que fuera feliz. Sabía que había pasado día y noche junto a Sean cuando se encontraba mal, estaba alegre por ellos -Qué bonito, será muy felices. Se lo veo en los ojos, lo ama incondicionalmente- Ella también quería ese tipo de amor, quería una propuesta de matrimonio romántica, quería un beso inolvidable.
Al ver que preguntaba por el “afortunado” pensó en Sayid y miró hacia las flores. Al menos había sido educado y sus ínfulas de molestia al pensar que había regado la noticia se apaciguaron – El Descendiente de Saladino- Respondió y volvió su vista hacia el elfo, no le interesaba su reacción a fin de cuentas no iba a negarse al matrimonio -Sí, es muy inteligente…Y guapo. No es ni viejo, ni calvo, ni feo- Por supuesto, esa era la primera impresión que tenía de él. Las sugerencias que le había dado a Giordano sobre el proyecto de ambos le habían sorprendido, tenía ingenio y eso era algo interesante. Ya no tendría que preocuparse de, por lo menos, poder hablar de cosas más allá de banalidades. Eso, al menos, le dejaba tranquila. También era muy amable -Fue quien me trajo las flores- Le dijo a Aldaron y suspiró antes de mirarlo con una sonrisa pequeña -Todo estará bien- No sabía si se lo decía a él o a ella misma, pero necesitaba oír esas palabras.
Aldaron Failon
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puse cara de circunstancia cuando confesó que su madre lo había arreglado todo para que se casara con un descendiente, eso era bueno! aunque por su cara, no era el descendiente que ella quería y me sentí bastante mal por ella al igual que enfadado ¿cómo se podían seguir permitiendo esas cosas en la isla en pleno 2040? por mi parte pensaba que debía rechazar el compromiso pero no sabía todos los detalles por lo que de momento me guardaría esa opinión.
Sonreí un poco cuando por fin le dije lo de Lucio y Sean, se alegraba por ellos como yo pensaba que harían todos en el hospital, lo de su relación ya casi parecía un secreto a voces entre el personal -Si, he de admitir que no soy de relaciones pero me dan un poco de envidia, Lucio no puede ocultar esa sonrisilla tonta de enamorado cuando habla de Sean, son tan monos- me llevé las manos a las mejillas pensando en ello y mirando la revista de novios que tenía en el regazo, tal vez no era el mejor momento para preguntarle por esas cosas a la morena.
El nombre del susodicho salió a la luz y me quedé con la boca abierta al descubrir que era Sayid -Pues chica menudo partidazo, le vendrás bien, no sabes la de veces que he tenido que atenderlo... y si quieres un dato, lo tiene todo bien puesto, está fortote, no veas como lo gozamos Chloe y yo en el torneo cuando tuvimos que ponerle una pomada por todo el cuerpo y..- me había venido arriba, que pronto sería hombre casado así que mejor me callaba, ya lo descubriría ella misma pero me podía la curiosidad por sus técnicas en la cama "no, elfo malo! céntrate" me dije a mi mismo mordiéndome el labio inferior. Miré las flores cuando ella mencionó que fue Sayid quien se las trajo pero su voz y su mirada parecían tan tristes que no me pude aguantar -Arleen, si no quieres hacerlo deberías rechazar ese compromiso absurdo, chica que esto no es orgullo y prejuicio, estoy seguro que si lo hablas con Sayid podéis llegar a entenderos-
Sonreí un poco cuando por fin le dije lo de Lucio y Sean, se alegraba por ellos como yo pensaba que harían todos en el hospital, lo de su relación ya casi parecía un secreto a voces entre el personal -Si, he de admitir que no soy de relaciones pero me dan un poco de envidia, Lucio no puede ocultar esa sonrisilla tonta de enamorado cuando habla de Sean, son tan monos- me llevé las manos a las mejillas pensando en ello y mirando la revista de novios que tenía en el regazo, tal vez no era el mejor momento para preguntarle por esas cosas a la morena.
El nombre del susodicho salió a la luz y me quedé con la boca abierta al descubrir que era Sayid -Pues chica menudo partidazo, le vendrás bien, no sabes la de veces que he tenido que atenderlo... y si quieres un dato, lo tiene todo bien puesto, está fortote, no veas como lo gozamos Chloe y yo en el torneo cuando tuvimos que ponerle una pomada por todo el cuerpo y..- me había venido arriba, que pronto sería hombre casado así que mejor me callaba, ya lo descubriría ella misma pero me podía la curiosidad por sus técnicas en la cama "no, elfo malo! céntrate" me dije a mi mismo mordiéndome el labio inferior. Miré las flores cuando ella mencionó que fue Sayid quien se las trajo pero su voz y su mirada parecían tan tristes que no me pude aguantar -Arleen, si no quieres hacerlo deberías rechazar ese compromiso absurdo, chica que esto no es orgullo y prejuicio, estoy seguro que si lo hablas con Sayid podéis llegar a entenderos-
-Aldaron…- Le dedicó una mirada amable con una sonrisa pequeña -No eres de relaciones porque no ha llegado la persona indicada para ti. Cuando llegue lo notarás y adorarás tener esa sonrisa que dices. Te lo notaremos todos… - Expresó con profunda sinceridad y estima hacia el elfo. Jugueteó un poco con la sábana nerviosa de que tal vez no iba a poder experimentar eso en su vida, pero prefirió guardarse aquel pensamiento para sí misma. Se había hecho una promesa, una promesa que no iba a incumplir. Miró hacia la revista igual que lo hizo él -¿Estás ayudándolos? Seguro quedará todo de ensueño- Indicó, romántica perdida. Se preguntó si su boda también sería bonita, si el vestido que le hacía su madre le gustaría, si sería aceptada por la familia de Sayid y de pronto empezó a sentir nervios en el estómago.
Al escuchar las descripciones del elfo Arleen tuvo que alzar las cejas ante la verborrea que le dio a éste. Le parecía muy bien que todo estuviera en su sitio. Eso era…Bueno. Porque claro…si tenía un sexto dedo o así. Bah, daba igual. Tenía que amarlo con sus cosas buenas y malas. -No te calles, cuéntame más. ¿Qué sabes de él?- Preguntó, curiosa, a fin de cuentas…- Yo podría hablarte de Tesla, de Da Vinci, de Newton, hasta de Franklin- Se había cruzado alguna vez con el nuevo Descendiente pero con el de Saladino, no -De él no sé nada. Vishous y Fred lo han mencionado alguna vez como su superior, pero es lo único que sé- Expresó reacomodándose en la cama con mucha lentitud y cuidado -Vamos Aldaron…Lo sabes todo de todos. Ayúdame- Le pidió.
Alzó la mirada y observó al elfo cuando soltó aquello de orgullo y prejuicio. Ladeó suavemente la cabeza y lo analizó -Aldaron… No voy a defraudar a mi familia, aparte, tú lo has dicho. Es un buen partido. Los matrimonios concertados en mi familia son usuales, mi prima Amaya se casó con un Hua- Le indicó con total naturalidad y después ya con un gesto algo íntimo le miró -Aparte, siendo sinceros, tal vez sea mi única oportunidad de casarme. Tengo ya edad y…Ningún pretendiente a la vuelta de la esquina. Y no es que no sea porque no haya tenido citas pero es que…- El hombro bueno se movió hacia arriba y se sorprendió a sí misma del análisis que había hecho -Es inteligente, es guapo, es amable. Es todo lo que puedo pedir y tal vez más. Espero poder ser suficiente, eso es todo- Expresó pensando en lo que su madre le había dicho sobre su descortesía. Frunció el ceño y después hizo una leve mueca -No quiero seguir hablando de cancelar el compromiso -Dime qué sabes de él-
Al escuchar las descripciones del elfo Arleen tuvo que alzar las cejas ante la verborrea que le dio a éste. Le parecía muy bien que todo estuviera en su sitio. Eso era…Bueno. Porque claro…si tenía un sexto dedo o así. Bah, daba igual. Tenía que amarlo con sus cosas buenas y malas. -No te calles, cuéntame más. ¿Qué sabes de él?- Preguntó, curiosa, a fin de cuentas…- Yo podría hablarte de Tesla, de Da Vinci, de Newton, hasta de Franklin- Se había cruzado alguna vez con el nuevo Descendiente pero con el de Saladino, no -De él no sé nada. Vishous y Fred lo han mencionado alguna vez como su superior, pero es lo único que sé- Expresó reacomodándose en la cama con mucha lentitud y cuidado -Vamos Aldaron…Lo sabes todo de todos. Ayúdame- Le pidió.
Alzó la mirada y observó al elfo cuando soltó aquello de orgullo y prejuicio. Ladeó suavemente la cabeza y lo analizó -Aldaron… No voy a defraudar a mi familia, aparte, tú lo has dicho. Es un buen partido. Los matrimonios concertados en mi familia son usuales, mi prima Amaya se casó con un Hua- Le indicó con total naturalidad y después ya con un gesto algo íntimo le miró -Aparte, siendo sinceros, tal vez sea mi única oportunidad de casarme. Tengo ya edad y…Ningún pretendiente a la vuelta de la esquina. Y no es que no sea porque no haya tenido citas pero es que…- El hombro bueno se movió hacia arriba y se sorprendió a sí misma del análisis que había hecho -Es inteligente, es guapo, es amable. Es todo lo que puedo pedir y tal vez más. Espero poder ser suficiente, eso es todo- Expresó pensando en lo que su madre le había dicho sobre su descortesía. Frunció el ceño y después hizo una leve mueca -No quiero seguir hablando de cancelar el compromiso -Dime qué sabes de él-
Aldaron Failon
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Me reí por lo bajini cuando me dijo aquello de que no había encontrado a la persona adecuada -Chica, si en 200 años no he encontrado a esa persona, dudo mucho que lo haga, pero yo vivo feliz~ tengo trabajo, casa y un consolador con patas ¿qué mas se puede pedir? - nah, lo de las relaciones no era lo mío pero tal vez ella si quería eso. Arleen se percató de la revista y no pude evitar sentirme algo culpable por haberla traído en tan mal momento -si, Lucio me ha pedido que les ayude aunque aún no tienen fecha... - vi la expresión en su rostro, estaba preocupada y no era para menos porque si se acababa de enterar ni tan siquiera sabría como sería su boda, no tendría el placer de prepararla a su gusto.
Como de costumbre cuando me tiraban de la lengua se me escapaba toda la información que tenía dentro, si le dabas al botón adecuado el chisme salía solo pero esta vez Arleen queria saber más sobre su futuro marido porque no sabía absolutamente nada de él -Si, tus hermanos lo habrán conocido de sus entrenamientos con la guardia, tampoco es que yo sepa mucho más de él- pensándolo bien, Sayid era muy discreto, en general todos los descendientes lo eran pero alguna que otra vez se escuchaba algún chismorreo de ellos, sin embargo de Sayid no tenía nada.
Suspiré cuando dijo lo de defraudar a su familia ¿cómo podía defraudar a alguien siendo la neurocirujana del hospital? A mi me parecía que era más por avaricia de su madre?-pero... Y qué pasa con Gio? No puedes hacer algo para casarte con él y no con Sayid? Mejor casarte con alguien que te guste que con un desconocido- me puse de morros mientras intentaba justificar lo del compromiso, a mi me seguía sonando fatal y mucho más cuando se preocupaba de no ser suficiente -ya vale! Por supuesto que eres suficiente y más! Eres la soltera de oro del hospital!! Cualquiera se alegraría de echarte el lazo así que deja de pensar tonterías - me levanté de la silla y me acerqué de nuevo a ella - de Sayid te puedo decir poco, sólo sé que suele ir de misión a tierra con el marido de Josephine, es muy amable y educado, lo de guapo ya lo sabes, también es reservado y muy correcto porque nunca he escuchado ningún rumor extraño de él y créeme, éstas orejotas lo escuchan todo- enrolle la revista y la sujete entre mis manos -si estás segura de aceptar esa locura no te doy más la chapa pero te prometo una despedida de soltera inolvidable!! Ya lo verás!! Ahora mismo me voy a prepararlo todo y no acepto un no por respuesta! ¿Te gustan los boys? ¿Te van más los policias o mejor un médico? ¿Tal vez un mecánico sexy? Bueno, no importa! Yo me encargo!!! - y tal y como entre me fui directo a hacer unnpar de llamadas y prepararlo todo, lo de Lucio tendría que esperar.
Como de costumbre cuando me tiraban de la lengua se me escapaba toda la información que tenía dentro, si le dabas al botón adecuado el chisme salía solo pero esta vez Arleen queria saber más sobre su futuro marido porque no sabía absolutamente nada de él -Si, tus hermanos lo habrán conocido de sus entrenamientos con la guardia, tampoco es que yo sepa mucho más de él- pensándolo bien, Sayid era muy discreto, en general todos los descendientes lo eran pero alguna que otra vez se escuchaba algún chismorreo de ellos, sin embargo de Sayid no tenía nada.
Suspiré cuando dijo lo de defraudar a su familia ¿cómo podía defraudar a alguien siendo la neurocirujana del hospital? A mi me parecía que era más por avaricia de su madre?-pero... Y qué pasa con Gio? No puedes hacer algo para casarte con él y no con Sayid? Mejor casarte con alguien que te guste que con un desconocido- me puse de morros mientras intentaba justificar lo del compromiso, a mi me seguía sonando fatal y mucho más cuando se preocupaba de no ser suficiente -ya vale! Por supuesto que eres suficiente y más! Eres la soltera de oro del hospital!! Cualquiera se alegraría de echarte el lazo así que deja de pensar tonterías - me levanté de la silla y me acerqué de nuevo a ella - de Sayid te puedo decir poco, sólo sé que suele ir de misión a tierra con el marido de Josephine, es muy amable y educado, lo de guapo ya lo sabes, también es reservado y muy correcto porque nunca he escuchado ningún rumor extraño de él y créeme, éstas orejotas lo escuchan todo- enrolle la revista y la sujete entre mis manos -si estás segura de aceptar esa locura no te doy más la chapa pero te prometo una despedida de soltera inolvidable!! Ya lo verás!! Ahora mismo me voy a prepararlo todo y no acepto un no por respuesta! ¿Te gustan los boys? ¿Te van más los policias o mejor un médico? ¿Tal vez un mecánico sexy? Bueno, no importa! Yo me encargo!!! - y tal y como entre me fui directo a hacer unnpar de llamadas y prepararlo todo, lo de Lucio tendría que esperar.
Aquello no le dio esperanza. Él podía vivir 200 años, pero ella no. Y si él no había conseguido a alguien, que quedaba para ella? Suspiró brevemente al oír eso de consolador con patas. Le hacía gracia pero sabía que no podía, o no debía, reírse para que no le doliera todo por dentro -Me alegro mucho- Tras eso, el elfo no pudo decirle mucha cosa más de Sayid lo que le generaba sentimientos encontrados. Por un lado agradecía que no fuera la comidilla de todo el hospital y por el otro sólo quería saber más de él.
Arleen puso los ojos en blanco cuando Aldaron pregunto por Giordano -Aldaron, basta ya. Giordano no está interesado en mí de esa manera. Somos compañeros de trabajo, es mi tutor. ¿Crees que soy estúpida para no ver si quiere algo conmigo? Hasta el más imberbe de mis citas tuvo el atrevimiento de robarme un beso- Dejó escapar el aire con algo de brusquedad -No voy a ir por la vida rogando que Da Vinci me mire con otros ojos para ver si “puede ser” que tengamos algo. Basta. Nos atrajimos una noche con vino y allí acabó todo. Déjalo estar. Y controla los rumores, están diciendo muchas tonterías de él y nada es cierto. Es una persona muy cuidadosa y muy respetable, estás ensuciando su imagen y me molesta muchísimo. Le voy a decir que es tu culpa- Le espetó un poco molesta. No estaba demasiado segura de porqué había explotado de esa manera. Tal vez porque daba igual lo que sucediera de ahora en adelante, si Giordano alguna vez albergó siquiera un ápice de curiosidad por ella, aquello había acabado.
Lo de soltera de oro no se lo creía pero no quería seguir discutiendo con él. Tenía demasiadas cosas en la cabeza, demasiadas preguntas. Le miró a los ojos cuando empezó a hablar de Sayid y asintió con suavidad. Suponía que tenía que ser ese tipo de hombre, por eso hablaba con tanta experticia a Giordano sobre aquellas sugerencias en combate. ¡Oh por todos los encantamientos! Ni siquiera sabía cual era su especialidad dentro del Consejo. Se sintió atacada de los nervios un instante antes de que el rubietas se pusiera a gritar algo de despedida de soltera -¿Qué? No no no no…Aldaron, estoy conva…- Cuando soltó que no aceptaría una negativa se llevó las manos a la cara con frustración pero él ya se había ido.
Se sentía como un barco a la deriva, dejando que el viento la llevara en la dirección que quisiera. Perdiendo el control de su vida y de todos sus objetivos. Cerró los ojos para concentrarse en la única cosa a la que le encontraba sentido en ese momento: Los índices médicos de los autómatas para la extracción de combatientes en batalla. Y así se quedó rumiando hasta cenar y de allí a dormir.
Arleen puso los ojos en blanco cuando Aldaron pregunto por Giordano -Aldaron, basta ya. Giordano no está interesado en mí de esa manera. Somos compañeros de trabajo, es mi tutor. ¿Crees que soy estúpida para no ver si quiere algo conmigo? Hasta el más imberbe de mis citas tuvo el atrevimiento de robarme un beso- Dejó escapar el aire con algo de brusquedad -No voy a ir por la vida rogando que Da Vinci me mire con otros ojos para ver si “puede ser” que tengamos algo. Basta. Nos atrajimos una noche con vino y allí acabó todo. Déjalo estar. Y controla los rumores, están diciendo muchas tonterías de él y nada es cierto. Es una persona muy cuidadosa y muy respetable, estás ensuciando su imagen y me molesta muchísimo. Le voy a decir que es tu culpa- Le espetó un poco molesta. No estaba demasiado segura de porqué había explotado de esa manera. Tal vez porque daba igual lo que sucediera de ahora en adelante, si Giordano alguna vez albergó siquiera un ápice de curiosidad por ella, aquello había acabado.
Lo de soltera de oro no se lo creía pero no quería seguir discutiendo con él. Tenía demasiadas cosas en la cabeza, demasiadas preguntas. Le miró a los ojos cuando empezó a hablar de Sayid y asintió con suavidad. Suponía que tenía que ser ese tipo de hombre, por eso hablaba con tanta experticia a Giordano sobre aquellas sugerencias en combate. ¡Oh por todos los encantamientos! Ni siquiera sabía cual era su especialidad dentro del Consejo. Se sintió atacada de los nervios un instante antes de que el rubietas se pusiera a gritar algo de despedida de soltera -¿Qué? No no no no…Aldaron, estoy conva…- Cuando soltó que no aceptaría una negativa se llevó las manos a la cara con frustración pero él ya se había ido.
Se sentía como un barco a la deriva, dejando que el viento la llevara en la dirección que quisiera. Perdiendo el control de su vida y de todos sus objetivos. Cerró los ojos para concentrarse en la única cosa a la que le encontraba sentido en ese momento: Los índices médicos de los autómatas para la extracción de combatientes en batalla. Y así se quedó rumiando hasta cenar y de allí a dormir.
Sonrió cuando escuchó el "inevitable". Era una sonrisa no de felicidad, sino de compromiso, pues de nuevo estaban con esa palabra. Como si fuera en contra de las voluntades de ambos. Si así lo quería ver, así lo dejaría, con lo que no dijo nada más. Tampoco contestó a la pregunta sobre quién le haría contenerse. Solo le miró divertida, porque no conocía a los que alguna vez fueron sus padres y tampoco sabía mucho de su situación, pero era más gente de la que él creía. Habían pasado bastante desapercibidos hasta que los radares de magia entraron en funcionamiento y todos los esfuerzos de normalidad se fueron por la borda.
No te localicé, creí que seguías en el auto.- Murmuró, aunque prefería que alguien que conocía de bombas hubiera desactivado la de Johan. Ella solo habría terminado por cortar todos los cables a ver cual era el bueno. Al final, comenzaron a despedirse de manera silenciosa. Habían sido muy ellos, habían hablado solo lo necesario y de manera directa, por eso "la charla" había terminado con un poco más de certidumbre a pesar de todo. Asintió a su decisión, a sabiendas de que terminaría diciéndolo tarde o temprano. Él ya tenía esa resolución muy arraigada.- Trataré de descansar.- Ella tampoco le dio certezas, pues a como estaba todo era más probable que no pudiera. Fuera del cansancio y el veneno, ya no se sentía tan mal, pero seguro que Aldaron no la dejaría ir sin saber completo el chisme.- Sí, te avisaré. Te avisaré.- Concedió mientras lo veía salir por la puerta y detenerse para asegurarse de que lo haría. Le sonrió, para que al menos se quedara un poco más tranquilo respecto a todo. Cuando el moreno se hubo ido, jugó unos instantes con la cama hasta quedar en una posición cómoda, que no le molestaba para la operación, y se quedó mirando el techo, esperando las respuestas que quería oír.
No te localicé, creí que seguías en el auto.- Murmuró, aunque prefería que alguien que conocía de bombas hubiera desactivado la de Johan. Ella solo habría terminado por cortar todos los cables a ver cual era el bueno. Al final, comenzaron a despedirse de manera silenciosa. Habían sido muy ellos, habían hablado solo lo necesario y de manera directa, por eso "la charla" había terminado con un poco más de certidumbre a pesar de todo. Asintió a su decisión, a sabiendas de que terminaría diciéndolo tarde o temprano. Él ya tenía esa resolución muy arraigada.- Trataré de descansar.- Ella tampoco le dio certezas, pues a como estaba todo era más probable que no pudiera. Fuera del cansancio y el veneno, ya no se sentía tan mal, pero seguro que Aldaron no la dejaría ir sin saber completo el chisme.- Sí, te avisaré. Te avisaré.- Concedió mientras lo veía salir por la puerta y detenerse para asegurarse de que lo haría. Le sonrió, para que al menos se quedara un poco más tranquilo respecto a todo. Cuando el moreno se hubo ido, jugó unos instantes con la cama hasta quedar en una posición cómoda, que no le molestaba para la operación, y se quedó mirando el techo, esperando las respuestas que quería oír.
"Nos sacamos una foto en el faro maldito" "Te veo" "Lo escuché, pero fingí estar dormido" "¡Spencer!" "Por favor, házlo" "Cazaré humanos" "Nadé y nadé pero el bote solo se alejaba" "¡Quisiera poder ayudarla!" "Solo había oscuridad" "Dolor" "Vamos, contesta el teléfono" "La orilla. Tengo que llegar a la orilla" "¿Mami?¿Papi?" "Ayuda…" "Ellos me aceptan, son mis amigos" "Comida…" "¿Qué he hecho?" "Obtendré un cuerpo, si no es el tuyo, será el de cualquiera" "Lo logré con una sola mano" "Por favor… ayuda" "Lastimalo" "Alma hermosa" "Estoy en el infierno" "La muerte es como irse a dormir, pero sin levantarse para ir al baño" "¡¿¡¿Por que?!?!" "Volaba como un ave majestuosa" "Algo malo va a pasar…Algo malo va a pasar…Algo malo va a pasar…" "¡No, por favor!¡Soy inocente!¡Por favor!" "Tammy" "¿Dónde está mi casa?" "Cae" "Lo siento" "Detenla" "¿Me recuerdas?"
Voces, lamentos, gemidos y gritos desgarradores. El eco de lo que alguna vez fueron. Cada una transmitía su propia emoción. La bruja podía oírlas luego de un mes de silencio, sentía la vitalidad volver a su cuerpo, la magia le había sido devuelta aunque, al abrir los ojos, éstos eran completamente negros, como si de dos pozos sin fondo se tratasen. Creó un trozo de hielo en su mano para usar como espejo y, al ver su aspecto, esbozó una sonrisa macabra de oreja a oreja. Llevaba puesta la cánula nasal, su cabello, siempre prolijamente peinado, estaba desordenado, en lugar de sus sedosas ropas, llevaba prendas genéricas y se encontraba en una habitación de hospital.
-Un hospital público. Caíste bajo.- De su boca salió una voz aguda que habló con un cantito en italiano con tono burlón mientras los ojos negros contemplaban su reflejo. Deshizo el trozo de hielo para luego congelar el suelo y hacer patinar a quien quiera poner un pié allí.
Voces, lamentos, gemidos y gritos desgarradores. El eco de lo que alguna vez fueron. Cada una transmitía su propia emoción. La bruja podía oírlas luego de un mes de silencio, sentía la vitalidad volver a su cuerpo, la magia le había sido devuelta aunque, al abrir los ojos, éstos eran completamente negros, como si de dos pozos sin fondo se tratasen. Creó un trozo de hielo en su mano para usar como espejo y, al ver su aspecto, esbozó una sonrisa macabra de oreja a oreja. Llevaba puesta la cánula nasal, su cabello, siempre prolijamente peinado, estaba desordenado, en lugar de sus sedosas ropas, llevaba prendas genéricas y se encontraba en una habitación de hospital.
-Un hospital público. Caíste bajo.- De su boca salió una voz aguda que habló con un cantito en italiano con tono burlón mientras los ojos negros contemplaban su reflejo. Deshizo el trozo de hielo para luego congelar el suelo y hacer patinar a quien quiera poner un pié allí.
El turno estaba siendo relativamente tranquilo, aunque con bastante tarea porque todavía no habíamos dado ningún alta a los heridos de la batalla. Fui haciendo la ronda por las habitaciones, pasando en primer lugar a la de Kyllian y Mérida, que estaban muy monos durmiendo juntos. Revisé los sueros que tenían puestos y las medicaciones, realizando otra sanación sobre el cuello dañado del feral. Esperaba que pudiese hablar pronto, porque si no iba a acabar deforestando todo el país con tanto escribir en hojas de papel. Después me pasé por la habitación de mi crush ruso, aunque estaba acompañado por su ruidoso y ahora borracho hermano. Le reprendí su comportamiento, aunque no me hizo mucho caso. Decidí pasar de él mientras revisaba el estado de Yaroslav y le ponía otro suero nuevo. Al salir de la habitación le hice un gesto a Thoren de 'te vigilo'.
Me dirigí después a la de Bellatrix, pero en cuanto abrí la puerta me resbalé por algo que había en el suelo. Acabé cayendo de culo y apoyándome con las manos para amortiguar la caída, resbalando un par de metros hasta llegar casi a su cama. - ¡Pero a quién se le ocurre poner hielo en el suelo del hospital! - me levanté todo lo rápido que pude, agarrándome a los pies de su cama con una mano. Hice un gesto de molestia porque me había hecho daño en la otra muñeca, así que resoplé bastante fastidiada mientras miraba a Bellatrix.
- No te quité las cadenas para que intentases atentar contra los enfermos del hospital ni contra los que los cuidan. Deshaz el hielo. - crucé los brazos con un gesto serio poco habitual en mí. - Confié en ti. Aquí sólo queremos ayudarte para que sanes pronto y puedas marcharte. Venía a revisarte.
Me dirigí después a la de Bellatrix, pero en cuanto abrí la puerta me resbalé por algo que había en el suelo. Acabé cayendo de culo y apoyándome con las manos para amortiguar la caída, resbalando un par de metros hasta llegar casi a su cama. - ¡Pero a quién se le ocurre poner hielo en el suelo del hospital! - me levanté todo lo rápido que pude, agarrándome a los pies de su cama con una mano. Hice un gesto de molestia porque me había hecho daño en la otra muñeca, así que resoplé bastante fastidiada mientras miraba a Bellatrix.
- No te quité las cadenas para que intentases atentar contra los enfermos del hospital ni contra los que los cuidan. Deshaz el hielo. - crucé los brazos con un gesto serio poco habitual en mí. - Confié en ti. Aquí sólo queremos ayudarte para que sanes pronto y puedas marcharte. Venía a revisarte.
Estalló entre chillonas risas al ver caer a la joven desde su cómodo lugar en la cama. Las quejas solo hacían que riera más atragantadose con el aire que no llegaba a aspirar. Terminó emitiendo un ruido raro al respirar mientras seguía carcajeandose, al soltar el aire ya no era capaz de emitir sonido. Golpeaba débilmente el colchón mientras se doblaba de la risa porque ya no le quedaban más fuerzas.
Progresivamente dejó de reír y suspiró con satisfacción para parar las risas definitivamente, aunque la sonrisa macabra de oreja a oreja se mantuvo allí. Reapper no fue capaz de reprimir su natural impulso de hacer bromas pesadas y menos cuando había logrado obtener el control del cuerpo de Bellatrix. Miró a la muchacha con los globos oculares teñidos completamente de negro.
-Eres una aguafiestas, Zanahoria.- Le hizo una pedorreta y deshizo el hielo del suelo.
-En realidad…- Dijo levantando el dedo índice. -Confiaste en Bellatrix, a mi no me conoces, aquella loca no me saca a pasear y no tengo amigos con los que jugar…- Dijo en una cancioncilla. La miró de arriba a abajo y su sonrisa dantesca se amplió.
-¡Juguemos! El hospital se ve dormido… zzzzzz… podríamos despertarlo con una bocina… a través de los altavoces… ¡JEJEJEJE!- Rió con su risa aguda al imaginar a todos despertar de un salto.
Progresivamente dejó de reír y suspiró con satisfacción para parar las risas definitivamente, aunque la sonrisa macabra de oreja a oreja se mantuvo allí. Reapper no fue capaz de reprimir su natural impulso de hacer bromas pesadas y menos cuando había logrado obtener el control del cuerpo de Bellatrix. Miró a la muchacha con los globos oculares teñidos completamente de negro.
-Eres una aguafiestas, Zanahoria.- Le hizo una pedorreta y deshizo el hielo del suelo.
-En realidad…- Dijo levantando el dedo índice. -Confiaste en Bellatrix, a mi no me conoces, aquella loca no me saca a pasear y no tengo amigos con los que jugar…- Dijo en una cancioncilla. La miró de arriba a abajo y su sonrisa dantesca se amplió.
-¡Juguemos! El hospital se ve dormido… zzzzzz… podríamos despertarlo con una bocina… a través de los altavoces… ¡JEJEJEJE!- Rió con su risa aguda al imaginar a todos despertar de un salto.
Resultaba bastante molesto que se partiese de risa por la caída en lugar de disculparse. Definitivamente no estaba bien. Primero para hacer aquella cosa de hielo, y luego para reírse de ese modo. Al menos deshizo el hielo tras llame aguafiestas.
- No eres Bellatrix? - la miré dudosa, pensando que estaba peor de lo que pensaba. Eso o se quería hacer la lista. También imaginé que podría tener que ver con su habilidad de médium. Sentí una inmensa pena al pensar el Desmond y su posesión, en el modo en que acabó.
- No...no me gustan los que toman posesión de otros cuerpos. Eso nunca acaba bien. Quiero hablar con Bellatrix. Quiero preguntarle por qué hizo eso con Matvey en la plaza, delante de todos. Y quiero saber por que permitió que entrase aquel espíritu Pendragon.
- No eres Bellatrix? - la miré dudosa, pensando que estaba peor de lo que pensaba. Eso o se quería hacer la lista. También imaginé que podría tener que ver con su habilidad de médium. Sentí una inmensa pena al pensar el Desmond y su posesión, en el modo en que acabó.
- No...no me gustan los que toman posesión de otros cuerpos. Eso nunca acaba bien. Quiero hablar con Bellatrix. Quiero preguntarle por qué hizo eso con Matvey en la plaza, delante de todos. Y quiero saber por que permitió que entrase aquel espíritu Pendragon.
Aquella muchacha no conocía a Bellatrix, si lo hiciera sabría que la bruja no sonreía ni cuando estaba feliz y tampoco parecía muy observadora ya que tener los globos oculares completamente teñidos de negro no era algo normal, se ve que ni siquiera había prestado atención a su voz.
A Reapper le resultó gracioso que no le creyera sobre que no era Bellatrix, a ella por otra parte le resultó casi insultante. Buscó recuperar el control de su cuerpo con más fuerza, tuvo ligeros espasmos y el negro de los ojos se aclaró por un instante pero luego volvió el negro sólido. Reapper no estaba dispuesto a volver al aburrimiento en el que la bruja lo confinaba.
-¿Crees que te va a responder?¿Responderle una zanahoria? No, pero voy a responder por ella sólo para que te arrepientas por no haberme preguntado a mí. Ella no está completamente en desacuerdo con los Pendragon ¿Escuchaste lo que dijo durante la fiesta de la elección de nuevos linajes? Dejó entrever algunos de sus pensamientos, por lo general juzga en silencio.- Habló con su voz chillona y apresuradamente, sabiendo que Bellatrix volvería a tomar el control pronto.
-Para lo único que me habla es para criticar a los miembros del Concejo, es desespe- No pudo terminar la oración ya que el alma de Bellatrix volvió a tomar el control del cuerpo erradicando la bruma negra de sus ojos para volver a dejar a la vista sus ojos azul hielo.
Se reacomodó en la camilla, sentándose, miró a la mujer y carraspeo incómoda preguntándose si debía disculparse. Reapper no solo la había agredido verbalmente, sino también físicamente, eso era preocupante.
-Lamento lo ocurrido. Has hecho bien en no seguirle el juego. Entenderé si resuelves volver a esposarme, ya me siento mejor.- Habló con la voz de siempre con tono pausado y contenido. Le tendió las muñecas para que le vuelva a poner los grilletes, si así lo consideraba conveniente.
-¿Cuándo seré dada de alta?- Ansiaba salir de aquel lugar, debía charlar con cada miembro del Concejo, recuperar el puesto del Concejo que le correspondía, ganar la confianza de los Pendragon y sus vasallos para que el sacrificio de Matvey no sea en vano, deshacerse de ellos y traer de vuelta al nigromante, cueste lo que cueste.
A Reapper le resultó gracioso que no le creyera sobre que no era Bellatrix, a ella por otra parte le resultó casi insultante. Buscó recuperar el control de su cuerpo con más fuerza, tuvo ligeros espasmos y el negro de los ojos se aclaró por un instante pero luego volvió el negro sólido. Reapper no estaba dispuesto a volver al aburrimiento en el que la bruja lo confinaba.
-¿Crees que te va a responder?¿Responderle una zanahoria? No, pero voy a responder por ella sólo para que te arrepientas por no haberme preguntado a mí. Ella no está completamente en desacuerdo con los Pendragon ¿Escuchaste lo que dijo durante la fiesta de la elección de nuevos linajes? Dejó entrever algunos de sus pensamientos, por lo general juzga en silencio.- Habló con su voz chillona y apresuradamente, sabiendo que Bellatrix volvería a tomar el control pronto.
-Para lo único que me habla es para criticar a los miembros del Concejo, es desespe- No pudo terminar la oración ya que el alma de Bellatrix volvió a tomar el control del cuerpo erradicando la bruma negra de sus ojos para volver a dejar a la vista sus ojos azul hielo.
Se reacomodó en la camilla, sentándose, miró a la mujer y carraspeo incómoda preguntándose si debía disculparse. Reapper no solo la había agredido verbalmente, sino también físicamente, eso era preocupante.
-Lamento lo ocurrido. Has hecho bien en no seguirle el juego. Entenderé si resuelves volver a esposarme, ya me siento mejor.- Habló con la voz de siempre con tono pausado y contenido. Le tendió las muñecas para que le vuelva a poner los grilletes, si así lo consideraba conveniente.
-¿Cuándo seré dada de alta?- Ansiaba salir de aquel lugar, debía charlar con cada miembro del Concejo, recuperar el puesto del Concejo que le correspondía, ganar la confianza de los Pendragon y sus vasallos para que el sacrificio de Matvey no sea en vano, deshacerse de ellos y traer de vuelta al nigromante, cueste lo que cueste.
HABITACIÓN PRIVADA
ARLEEN ROYDEN
Después de llegar a su casa se bañó, se cambió el uniforme y fue a desayunar. Un desayuno de mierda por cierto porque su madre tenía noticias que le habían cerrado el estómago a Vishous. Le parecía una tontería la excusa de su cita para no decirle la gravedad de Arleen y, encima, la noticia del matrimonio. Por su rostro, su madre supo que aquello no le había caído bien pero también sabía que Vishous no le diría nada. Le quitaría la palabra un par de días como mucho, pero era un buen hijo. Obediente sin duda. Había dejado todo el desayuno en la mesa y había desaparecido inmediatamente.
Apareció en la puerta del hospital y fue hacia la recepción donde estaba su cuñada para preguntar por la habitación de Arleen con un gesto hosco. La rubia, que conocía muy bien al mellizo de su marido, sabía que habría problemas pero ella no se atrevía a decirle nada a V. Menos en uniforme. Le indicó la habitación y el teniente avanzó a pasos agigantados hasta que corrió hacia la habitación de su hermana, abriendo la puerta no tan lentamente y encontrándola haciendo garabatos en una libreta.
-Arleen- Fue caminando hasta ella, cerrando la puerta antes, y se acercó hasta tomarle el rostro entre sus manos y besarle la frente. Se quedó en silencio, no sabía por dónde comenzar a pedirle perdón por no haber ido él mismo a ayudarla y a protegerla. Le acarició el cabello y la atrajó contra sí un poco para abrazarla, tras eso volvió a dejarle un par de besos en la cabeza -Perdón…- Musitó sentándose en la camilla y cogiéndole la mano, echando un vistazo a lo que escribía y frunciendo el ceño. Pero lo dejó pasar, tenía cosas más importantes -Tendrías que haberme avisado. Habría ido contigo, te habría protegido… ¿Cómo has podido cometer semejante locura? ¿Qué es lo que te ha hecho? – Preguntó mirando hacia la bata. Evidentemente, no iba a desnudarla pero su madre no había sido muy específica en los daños sino en las consecuencias de la “horrorosa cicatriz” que le iba a quedar y lo “imperfecta” que se vería para su prometido.
-Dime que estás bien. Prométeme que estás bien- Le pidió, con un poco de ansiedad en su tono de voz. Alzó la mano de su hermana para besarla y luego apretarla con las dos manos -No me habían dicho nada hasta esta mañana. Ayer tenía la cabeza en otro lado, lo lamento. Tendría que haber estado aquí-
ARLEEN ROYDEN
Después de llegar a su casa se bañó, se cambió el uniforme y fue a desayunar. Un desayuno de mierda por cierto porque su madre tenía noticias que le habían cerrado el estómago a Vishous. Le parecía una tontería la excusa de su cita para no decirle la gravedad de Arleen y, encima, la noticia del matrimonio. Por su rostro, su madre supo que aquello no le había caído bien pero también sabía que Vishous no le diría nada. Le quitaría la palabra un par de días como mucho, pero era un buen hijo. Obediente sin duda. Había dejado todo el desayuno en la mesa y había desaparecido inmediatamente.
Apareció en la puerta del hospital y fue hacia la recepción donde estaba su cuñada para preguntar por la habitación de Arleen con un gesto hosco. La rubia, que conocía muy bien al mellizo de su marido, sabía que habría problemas pero ella no se atrevía a decirle nada a V. Menos en uniforme. Le indicó la habitación y el teniente avanzó a pasos agigantados hasta que corrió hacia la habitación de su hermana, abriendo la puerta no tan lentamente y encontrándola haciendo garabatos en una libreta.
-Arleen- Fue caminando hasta ella, cerrando la puerta antes, y se acercó hasta tomarle el rostro entre sus manos y besarle la frente. Se quedó en silencio, no sabía por dónde comenzar a pedirle perdón por no haber ido él mismo a ayudarla y a protegerla. Le acarició el cabello y la atrajó contra sí un poco para abrazarla, tras eso volvió a dejarle un par de besos en la cabeza -Perdón…- Musitó sentándose en la camilla y cogiéndole la mano, echando un vistazo a lo que escribía y frunciendo el ceño. Pero lo dejó pasar, tenía cosas más importantes -Tendrías que haberme avisado. Habría ido contigo, te habría protegido… ¿Cómo has podido cometer semejante locura? ¿Qué es lo que te ha hecho? – Preguntó mirando hacia la bata. Evidentemente, no iba a desnudarla pero su madre no había sido muy específica en los daños sino en las consecuencias de la “horrorosa cicatriz” que le iba a quedar y lo “imperfecta” que se vería para su prometido.
-Dime que estás bien. Prométeme que estás bien- Le pidió, con un poco de ansiedad en su tono de voz. Alzó la mano de su hermana para besarla y luego apretarla con las dos manos -No me habían dicho nada hasta esta mañana. Ayer tenía la cabeza en otro lado, lo lamento. Tendría que haber estado aquí-
Estaba tan ensimismada anotando los índices que le había encargado Giordano que cuando Vishous abrió la puerta no se dio cuenta, al menos hasta que la llamó. Alzó la mirada hacia él y se dio cuenta de que, no solo sabía todo, sino que se sentía culpable. Se le revolvió un poco el estómago cuando empezó a besarla y abrazarla y, encima, pedirle perdón. No lo comprendía hasta que siguió hablando, sentándose con ella -V… - Le acarició las manos acercándoselas ella a sus labios y besándolo. -No puedes protegerme toda la vida-
Sonrió de lado y se reacomodó. La verdad ya se sentía mejor, aparte de las curaciones que le habían hecho, ella había aprovechado para curarse a sí misma -Me atacó directamente. ¿Recuerdas la nanotecnología que estudie después del ataque a Sean? - El asintió y Arleen hizo una leve mueca al recordar la imagen. Apretó suavemente las manos y respiro hondo, ya no le dolía cuando lo hacía -Ahora es capaz de hacer una forma física y me atravesó con una espada. Desde la cadera hasta el hombro fue…- Alzó la cara cuando Vishous la tomó del mentón para que le mirara y ella negó con la cabeza antes de que su gesto se entristeciera -Fue horrible. Pero Giordano estaba allí y me ayudó, me cuido. También el descendiente Altair- Le explicó, tratando de sonreír levemente. Al ver su gesto negó ella -No, no es como lo del torneo. Esto… lo entiendo, sé cómo funciona. Los demonios… - En seguida su piel palideció y ella negó con la cabeza -No quiero hablar de eso.
Respiro profundamente y le miró. Esta vez sonrió de lado y tiró de sus manos un poco para que le mirara -Mama me dijo que tenías una cita y que compraste más de 10 vestidos. Tienes que contarme - Le pidió con riéndose al ver su expresión pero su risa fue muriendo cuando observó su gesto. Entonces ya era hora de hablar sobre el elefante blanco en la habitación. Estaba segurísima de que el no estaba de acuerdo y lo podía ver en sus ojos, en sus gestos. Él siempre había sido el rebelde, el que plantaba cara cuando sus padres intentaban dominarlos -V…- Murmuró y soltó sus manos para recostarse en la camilla, empezando a sentir que no podría contener lo que venía -Me casaré, V. Déjalo estar-
Sonrió de lado y se reacomodó. La verdad ya se sentía mejor, aparte de las curaciones que le habían hecho, ella había aprovechado para curarse a sí misma -Me atacó directamente. ¿Recuerdas la nanotecnología que estudie después del ataque a Sean? - El asintió y Arleen hizo una leve mueca al recordar la imagen. Apretó suavemente las manos y respiro hondo, ya no le dolía cuando lo hacía -Ahora es capaz de hacer una forma física y me atravesó con una espada. Desde la cadera hasta el hombro fue…- Alzó la cara cuando Vishous la tomó del mentón para que le mirara y ella negó con la cabeza antes de que su gesto se entristeciera -Fue horrible. Pero Giordano estaba allí y me ayudó, me cuido. También el descendiente Altair- Le explicó, tratando de sonreír levemente. Al ver su gesto negó ella -No, no es como lo del torneo. Esto… lo entiendo, sé cómo funciona. Los demonios… - En seguida su piel palideció y ella negó con la cabeza -No quiero hablar de eso.
Respiro profundamente y le miró. Esta vez sonrió de lado y tiró de sus manos un poco para que le mirara -Mama me dijo que tenías una cita y que compraste más de 10 vestidos. Tienes que contarme - Le pidió con riéndose al ver su expresión pero su risa fue muriendo cuando observó su gesto. Entonces ya era hora de hablar sobre el elefante blanco en la habitación. Estaba segurísima de que el no estaba de acuerdo y lo podía ver en sus ojos, en sus gestos. Él siempre había sido el rebelde, el que plantaba cara cuando sus padres intentaban dominarlos -V…- Murmuró y soltó sus manos para recostarse en la camilla, empezando a sentir que no podría contener lo que venía -Me casaré, V. Déjalo estar-
-Puedo intentarlo- Le soltó con el ceño fruncido pero era cierto. Había visto a su hermana pequeña como participante del torneo de Ouroboros, luego desarrollándose como una sanadora especializada, luego con proyectos tecnomágicos… había crecido. Él no era ciego, pero aún así… era su hermana pequeña. Escuchó con atención todo lo que dijo alzando una mano para mover la bata y mirar los vendajes del hombro, suspirando pesadamente. Luego la observó al rostro, tenía ese gesto tan temeroso como las veces que se despertaba de sus pesadillas y el tenía que ir a ver qué le pasaba. La respuesta era siempre la misma: Demonios. Se tranquilizó cuando dio los argumentos necesarios para saber qué no tendrían que lidiar con eso más adelante -De acuerdo-
-Agh…- Se pasó la mano por el pelo mojado y se levantó de la cama cuando escuchó que Arleen le pedía información sobre Sofía porque su madre no podía callarse la boca -Le rompí uno y le pagué con una docena. Es simple- El gesto de su hermana le hizo sonreír un poco porque lo cierto es que no pararía hasta que le dijera alguna información -No puedo decirte nada. No ahora…. Yo quiero hablar contigo sobre otra cosa, Arleen… Madre me ha contado otra noticia que sinceramente me tocó las narices. ¿Hasta cuando seguir con la tradición? Esa es una obsesión malsana, joder. No puede o…-
Se calló cuando vio el gesto de la morena y soltó una maldición entre dientes ante su respuesta -Pero ¿Qué estás diciendo? ¡No lo conoces de nada! - se apoyó en la base de la camilla mirándola con aquellos ojos diamantinos oscurecidos por la rabia - ¿Por qué tienes que complacerla porque ella no pudo casarse con un Descendiente? Que da igual el status, Arleen. Has marcado la diferencia en el hospital desde que llegaste. Todos te conocen por quién eres no por quién estás casada, joder- Espeto y golpeó la camilla con bastante ira mal contenida. No es que creyera en el amor, pero lo había visto en su mellizo y Aurora. En su opinion, Arleen deberia tener la opción de poder elegir
-Escúchame- Se acercó a ella cogiéndole de la barbilla para que le mirará. Se encontraba desesperado -¿No se supone que quieres amor en tu vida? ¿No hay nadie que te guste? ¿Que te atraiga? - Pregunto, intentando indagar en la vida amorosa de su hermana aunque lo cierto es que, en su opinión, nadie valía la pena para estar con ella.
-Agh…- Se pasó la mano por el pelo mojado y se levantó de la cama cuando escuchó que Arleen le pedía información sobre Sofía porque su madre no podía callarse la boca -Le rompí uno y le pagué con una docena. Es simple- El gesto de su hermana le hizo sonreír un poco porque lo cierto es que no pararía hasta que le dijera alguna información -No puedo decirte nada. No ahora…. Yo quiero hablar contigo sobre otra cosa, Arleen… Madre me ha contado otra noticia que sinceramente me tocó las narices. ¿Hasta cuando seguir con la tradición? Esa es una obsesión malsana, joder. No puede o…-
Se calló cuando vio el gesto de la morena y soltó una maldición entre dientes ante su respuesta -Pero ¿Qué estás diciendo? ¡No lo conoces de nada! - se apoyó en la base de la camilla mirándola con aquellos ojos diamantinos oscurecidos por la rabia - ¿Por qué tienes que complacerla porque ella no pudo casarse con un Descendiente? Que da igual el status, Arleen. Has marcado la diferencia en el hospital desde que llegaste. Todos te conocen por quién eres no por quién estás casada, joder- Espeto y golpeó la camilla con bastante ira mal contenida. No es que creyera en el amor, pero lo había visto en su mellizo y Aurora. En su opinion, Arleen deberia tener la opción de poder elegir
-Escúchame- Se acercó a ella cogiéndole de la barbilla para que le mirará. Se encontraba desesperado -¿No se supone que quieres amor en tu vida? ¿No hay nadie que te guste? ¿Que te atraiga? - Pregunto, intentando indagar en la vida amorosa de su hermana aunque lo cierto es que, en su opinión, nadie valía la pena para estar con ella.
-¿Es un mal hombre?- Preguntó y volvió la mirada hacia Vishous. Era cierto que ella no lo conocía, pero tampoco se iba a amedrentar por sus maldiciones y golpes. Él sí conocía a Sayid, porque estaban relacionados por el tema de la guardia de Ouroboros. Cerró la libreta donde estaba anotando las cosas del proyecto de Giordano mientras usaba toda su fuerza para poder controlar a su hermano -¿Me hará daño? ¿Me tratará mal? ¿Qué es lo que sabes de el, V?-
-¡Vishous!- Gritó cuando hablo de su madre de esa manera y frunció el ceño algo molesta. Es cierto que la verdad… tenía sentido que la obsesión de su madre se debía a que ella no alcanzó a casarse con un Descendiente, pero en su matrimonio concertado hubo amor. O eso era lo que percibían sus hijos. Ella estaba segura de que podría tener esa misma suerte su ponía su corazón en ello. Se lo había prometido a sí misma pero eso aún no se lo había dicho a su hermano. Se cruzó de brazos molesta por su actitud.
Dejó que le cogiera el rostro y le miró a los ojos con un gesto intenso -Vishous… ¿Cuando has visto a alguien interesado en mi? ¿Realmente interesado? Me he concentrado tanto en mi carrera… que lo he dejado de lado y .. esto está bien. Me casaré con Sayid. Es la decisión que he tomado- Respondió y cogió su mano para que volviera a sentarse en la camilla tratando de controlar su actitud -¿Crees que seré infeliz con él?- Le cuestionó, esta vez de forma muy sincera porque él era el más cercano a Sayid de los que conocía. Por encima del elfo. -¿Crees que no es bueno para mí? Respóndeme V, porque me dijo que vendría hoy para saber mi respuesta. Necesito… saberlo, si seré infeliz o no. Porque casarme me casaré…-
-¡Vishous!- Gritó cuando hablo de su madre de esa manera y frunció el ceño algo molesta. Es cierto que la verdad… tenía sentido que la obsesión de su madre se debía a que ella no alcanzó a casarse con un Descendiente, pero en su matrimonio concertado hubo amor. O eso era lo que percibían sus hijos. Ella estaba segura de que podría tener esa misma suerte su ponía su corazón en ello. Se lo había prometido a sí misma pero eso aún no se lo había dicho a su hermano. Se cruzó de brazos molesta por su actitud.
Dejó que le cogiera el rostro y le miró a los ojos con un gesto intenso -Vishous… ¿Cuando has visto a alguien interesado en mi? ¿Realmente interesado? Me he concentrado tanto en mi carrera… que lo he dejado de lado y .. esto está bien. Me casaré con Sayid. Es la decisión que he tomado- Respondió y cogió su mano para que volviera a sentarse en la camilla tratando de controlar su actitud -¿Crees que seré infeliz con él?- Le cuestionó, esta vez de forma muy sincera porque él era el más cercano a Sayid de los que conocía. Por encima del elfo. -¿Crees que no es bueno para mí? Respóndeme V, porque me dijo que vendría hoy para saber mi respuesta. Necesito… saberlo, si seré infeliz o no. Porque casarme me casaré…-
Sayid Ibn Salah
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
aquella mañana me desperté y no pude evitar quedarme un rato mirando al techo, bueno, al dosel de la cama, cuando decidí levantarme me pasé una mano por el pelo que suponía ahora era decente pero con el turbante lo arreglaría todo hasta que volviera a crecer. Tomé una ducha rápida, me vestí de forma adecuada pero tal vez menos elegante que el día anterior. si me veía tan bien todos los días sería difícil mantener el nivel durante todo el matrimonio si es que al final llegábamos a ello.
Salí de casa antes de lo que esperaba, podía enfrentarme a cualquier enemigo casi sin pestañear pero un compromiso escapaba a mis habilidades en combate por lo que decidí ir hasta el hospital de nuevo dando un paseo. Caminé por las calles de la zona residencial, ya empezaba a hacer frío y había cierto olor a leña por las chimeneas que ya empezaban a cumplir su función -¿debería llevarle algo?- aquella idea pasó por mi mente pero no sabía qué podría gustarle, no la conocía.
Llegué al hospital y al final me había decidido por un pequeño ramo de gardenias pues el día anterior pareció interesarse por ellas... ¿sería demasiado cutre llevarle flores otra vez? no lo sabía, ojalá hubiera podido consultarlo con alguien pero solo tenía a Sofía o a Sigrid, dos polos opuestos, al final sentí que sería una tontería y dejé las flores en recepción, así se alegrarían la vista. Subí hasta las habitaciones saludando al personal del hospital de camino, lo raro era no ver al elfo haciendo de las suyas, toqué la puerta que estaba cerrada al contrario que el día anterior -Buenos días señorita Royden ¿puedo pasar?-
Salí de casa antes de lo que esperaba, podía enfrentarme a cualquier enemigo casi sin pestañear pero un compromiso escapaba a mis habilidades en combate por lo que decidí ir hasta el hospital de nuevo dando un paseo. Caminé por las calles de la zona residencial, ya empezaba a hacer frío y había cierto olor a leña por las chimeneas que ya empezaban a cumplir su función -¿debería llevarle algo?- aquella idea pasó por mi mente pero no sabía qué podría gustarle, no la conocía.
Llegué al hospital y al final me había decidido por un pequeño ramo de gardenias pues el día anterior pareció interesarse por ellas... ¿sería demasiado cutre llevarle flores otra vez? no lo sabía, ojalá hubiera podido consultarlo con alguien pero solo tenía a Sofía o a Sigrid, dos polos opuestos, al final sentí que sería una tontería y dejé las flores en recepción, así se alegrarían la vista. Subí hasta las habitaciones saludando al personal del hospital de camino, lo raro era no ver al elfo haciendo de las suyas, toqué la puerta que estaba cerrada al contrario que el día anterior -Buenos días señorita Royden ¿puedo pasar?-
Las preguntas de Arleen estaban desbaratando su ira. Tenía ese efecto en él. Como si su lógica fuera irrefutable -No, no es eso…- Ante su atenta mirada, Vishous se llevó la mano a la cara con un gesto de frustración evidente. No podía creer que estuviera tan entregada a aquel compromiso. Pero si se ponía a analizar bien, no podía recordar absolutamente nada en contra de Sayid. Era un hombre relajado, educado y que tenía ideas muy claras. Era competente. ¡Hasta a Amaya le caía bien! Y eso era algo digno de colocar en algún cuadro. Supuso que si alguien estaba a su altura seria un Descendiente.
-Por supuesto que no vas a ser infeliz- Decretó sentándose y cogiendo sus manos con seguridad para saber que pasara lo que pasara él iba a estar allí -Como si tengo que partirle la cara a Sayid si te veo llorando algún día- El gesto de Arleen dio a entender que aquello le había horrorizado -No me importa que sea Descendiente ni mi superior. Si algún día te veo derramar una lágrima por él, te juro que van a tener que cortarme las manos para poder detenerme…- Le besó de nuevo las manos, en un gesto fraternal antes de acercarse y abrazarla con fuerza -Te juro que voy a estar allí, para lo que necesites. Y que sepas que no estoy de acuerdo con la boda pero respeto tu decisión…Si es lo que realmente quieres, sino…Sino pues le digo a mi madre que voy a desposar a Sofía Dioscórides si tú eres libre…- Le soltó y se alejó para mirarla a los ojos. No fue necesario hacer ningún gesto para que ella supiera a qué se refería.
-Tengo que irme, quería…Hablar contigo antes de comenzar el turno- Le acarició la mejilla con el pulgar sonriéndole -Para lo que sea…- Repitió, dejándole en claro que lo que sea que necesitara él estaría allí. Al terminar de decirlo escuchó la puerta y vio una sonrisa intranquila en Arleen, esa que hacía para autoconvencerse y convencerlo de que todo iba bien -Puedo pegarle ahora…Y así se retrasa todo- Ella le miró con los ojos entrecerrados y negó con la cabeza antes de despacharlo. Él se incorporó cuando Arleen dijo “adelante” y se colocó en medio de los dos, con lo cual Sayid lo primero que vería sería a él.
Vishous le plantó cara, acercándose a él con un gesto nada agradable; un gesto que Sayid veía por primera vez en la vida en el teniente y, sinceramente, no inspiraba nada de confianza -Descendiente. Espero que tengáis en claro donde os estáis metiendo- Le advirtió y le recorrió la cara con la mirada preguntándose dónde sería mejor meterle el puñetazo -Si os atr…- El carraspeo de Arleen le llamó la atención y, aunque no volteó a verla, se calló y entrecerró los ojos para que aquello fuera una suficiente advertencia antes de retirarse dejándolos solos en contra de su voluntad. Pero el deber era el deber.
-Por supuesto que no vas a ser infeliz- Decretó sentándose y cogiendo sus manos con seguridad para saber que pasara lo que pasara él iba a estar allí -Como si tengo que partirle la cara a Sayid si te veo llorando algún día- El gesto de Arleen dio a entender que aquello le había horrorizado -No me importa que sea Descendiente ni mi superior. Si algún día te veo derramar una lágrima por él, te juro que van a tener que cortarme las manos para poder detenerme…- Le besó de nuevo las manos, en un gesto fraternal antes de acercarse y abrazarla con fuerza -Te juro que voy a estar allí, para lo que necesites. Y que sepas que no estoy de acuerdo con la boda pero respeto tu decisión…Si es lo que realmente quieres, sino…Sino pues le digo a mi madre que voy a desposar a Sofía Dioscórides si tú eres libre…- Le soltó y se alejó para mirarla a los ojos. No fue necesario hacer ningún gesto para que ella supiera a qué se refería.
-Tengo que irme, quería…Hablar contigo antes de comenzar el turno- Le acarició la mejilla con el pulgar sonriéndole -Para lo que sea…- Repitió, dejándole en claro que lo que sea que necesitara él estaría allí. Al terminar de decirlo escuchó la puerta y vio una sonrisa intranquila en Arleen, esa que hacía para autoconvencerse y convencerlo de que todo iba bien -Puedo pegarle ahora…Y así se retrasa todo- Ella le miró con los ojos entrecerrados y negó con la cabeza antes de despacharlo. Él se incorporó cuando Arleen dijo “adelante” y se colocó en medio de los dos, con lo cual Sayid lo primero que vería sería a él.
Vishous le plantó cara, acercándose a él con un gesto nada agradable; un gesto que Sayid veía por primera vez en la vida en el teniente y, sinceramente, no inspiraba nada de confianza -Descendiente. Espero que tengáis en claro donde os estáis metiendo- Le advirtió y le recorrió la cara con la mirada preguntándose dónde sería mejor meterle el puñetazo -Si os atr…- El carraspeo de Arleen le llamó la atención y, aunque no volteó a verla, se calló y entrecerró los ojos para que aquello fuera una suficiente advertencia antes de retirarse dejándolos solos en contra de su voluntad. Pero el deber era el deber.
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