Recuerdo del primer mensaje :
Estos calabozos se encuentran bajo las dependencias de la Guardia de Ouroboros, que son los encargados de proteger la isla. No cuentan con muchas celdas, pues raramente hay crímenes en la ciudad. Los detenidos son custodiados por guardias día y noche. Dentro de la celda se usan las llamadas "cadenas del penitente" para impedir que puedan utilizar cualquier habilidad mágica que les permita escapar.
Lyosha Svensson
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Mantuvo los ojos cerrados cuando escuchó aquel sonidito de la boca de Khaled, ese sonidito que decía: Soy tu hermano mayor y no me puedes echar de tus dependencias. No me mandoneas. Apretó los labios al oírlo moverse y estuvo a punto de soltarle una zarrapanda de insultos cuando le dijo que era infantil pero entonces soltó algo de la reclusión y abrió los ojos con un gesto fiero. Se incorporó para sentarse y se giró sobre la cama para enfrentarlo pero rehuyó sus ojos.
-¿Está muerta?- Preguntó con curiosidad porque si antes no la había matado, ahora sí lo haría por mentirosa. Con la boca cerrada apoyó la punta de la lengua en su colmillo, en un gesto pensativo mientras observaba más allá de los barrotes escuchando aún numerosas voces y observando a los guardias reducidos ya que de los cuatro quedaban dos. Sin duda, habían ido a avisar sobre la extraña visita.
-No tienes que interpretar nada- Pero lo otro sería fácil de responder -Porque lo necesito para reforzar mi sello de revenant y no quiero hacerlo contigo- Dijo, reacomodando la postura. Sabía que sería un tema espinoso así que fue con cuidado pero sin mirarlo -No es por ti. Es por él. No quiero estar a su alrededor- No mencionó su nombre pero estaba claro que sabría a quien se refería -Y necesito permanecer cuan lejos sea posible de él. Si eso implica estar aquí que en la torre, seguiré golpeando guardias- Añadió, esperando que comprendiera pero en el fondo sabiendo que no lo haría. Cerró los ojos y frunció el ceño, sólo la mención... la hizo que su mente desvariara un poco. Movió suavemente la cabeza negando para volver a tener el control.
-¿Está muerta?- Preguntó con curiosidad porque si antes no la había matado, ahora sí lo haría por mentirosa. Con la boca cerrada apoyó la punta de la lengua en su colmillo, en un gesto pensativo mientras observaba más allá de los barrotes escuchando aún numerosas voces y observando a los guardias reducidos ya que de los cuatro quedaban dos. Sin duda, habían ido a avisar sobre la extraña visita.
-No tienes que interpretar nada- Pero lo otro sería fácil de responder -Porque lo necesito para reforzar mi sello de revenant y no quiero hacerlo contigo- Dijo, reacomodando la postura. Sabía que sería un tema espinoso así que fue con cuidado pero sin mirarlo -No es por ti. Es por él. No quiero estar a su alrededor- No mencionó su nombre pero estaba claro que sabría a quien se refería -Y necesito permanecer cuan lejos sea posible de él. Si eso implica estar aquí que en la torre, seguiré golpeando guardias- Añadió, esperando que comprendiera pero en el fondo sabiendo que no lo haría. Cerró los ojos y frunció el ceño, sólo la mención... la hizo que su mente desvariara un poco. Movió suavemente la cabeza negando para volver a tener el control.
- ¿Cómo va a estar muerta por ser una bocachancla? - se decía asi? - Bastante matanza entre Soul Reapers tuvimos ya al recuperar las calaveras.... No. No está muerta, ni lo va a estar. - le dije, dejándole bien claro que podía tragarse sus ansias de venganza por un fallo estúpido de Vanessa, vamos, que le dije que se olvidase de matarla. - Si quieres matar a alguien, podemos desquitarnos con ese tal Altair, que ha dejado a Adramelech hecho un desastre. - le dije, bajando mi voz, con una sutileza y una tranquilidad un tanto inquietantes. A veces a Lyosha se le olvidaba el saber elegir que batallas debiamos luchar, y contra quienes....
Se habia sentado pero no me pasó desapercibido que evitaba mirarme a los ojos, y sabía bien por qué. Asi que la sangre era para el sello. Lo habia supuesto. Aun asi habia esperado que me lo pidiese a mi.
- Lo vas a dejar en manos de un nigromante de segunda? - alcé una ceja. Allá ella. Muy adentro, muy en el fondo, me sentía ofendido porque lo eligiese a él, aunque no por orgullo, el mio seguia intacto.
"Se ha cortado el pelo?"
- Entonces tampoco quieres estar a mi alrededor.
"No le gustaba el look de Diana...debe ser eso. Una lástima.... que no quiere estar a mi alrededor? Buena suerte"
- Sigue golpeando guardias si quieres, pero a Zaphira será mejor que la dejes. - nota de advertencia en la voz. - Está embarazada.
Chasqueé la lengua y me subí la manga de la chaqueta, dejando mi antebrazo a la vista. Alli no habia nada malditamente afilado? Bueno, ella podría hacerlo.
- Y sírvete, si quieres mi sangre, la sacas tu misma y te manchas las manos, no mandes a gente de recados. - fruncí mi ceño al decirle eso.
Se habia sentado pero no me pasó desapercibido que evitaba mirarme a los ojos, y sabía bien por qué. Asi que la sangre era para el sello. Lo habia supuesto. Aun asi habia esperado que me lo pidiese a mi.
- Lo vas a dejar en manos de un nigromante de segunda? - alcé una ceja. Allá ella. Muy adentro, muy en el fondo, me sentía ofendido porque lo eligiese a él, aunque no por orgullo, el mio seguia intacto.
"Se ha cortado el pelo?"
- Entonces tampoco quieres estar a mi alrededor.
"No le gustaba el look de Diana...debe ser eso. Una lástima.... que no quiere estar a mi alrededor? Buena suerte"
- Sigue golpeando guardias si quieres, pero a Zaphira será mejor que la dejes. - nota de advertencia en la voz. - Está embarazada.
Chasqueé la lengua y me subí la manga de la chaqueta, dejando mi antebrazo a la vista. Alli no habia nada malditamente afilado? Bueno, ella podría hacerlo.
- Y sírvete, si quieres mi sangre, la sacas tu misma y te manchas las manos, no mandes a gente de recados. - fruncí mi ceño al decirle eso.
Lyosha Svensson
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-Podria estar muerta porque la tire de mi grifo a gran altura- Dijo Lyosha como si nada. Lo cierto es que le importaba tres pepinos pero le encantaría poder destrozarle la cara que tenía. Pero las palabras del jefe de los Souls sonaron altas y claras así que la revenant solo chasqueó la lengua. Tras eso mencionó lo de Adramelech y el tal Altaïr -Que se encargue él, le falta sangre en las manos- Sangre mágica para ser exacta.
Terminó parándose cuando llamo a Matvey nigromante de segunda -Un nigromante de segunda que se dio cuenta, a la primera, de que mi envase está destrozándome la existencia- Sentenció con voz seca antes de escuchar aquello de que no quería estar a su alrededor -Siempre estaré ahi- Era un juramento que se había hecho a si misma y que, al ver la confianza ciega de Zaphira en Khaled, había renovado. Aunque no... No sabia como hacerlo funcionar.
Había estado caminando por la celda mientras hablaba y se detuvo cuando escucho que Zaphira estaba embarazada. Alzó la vista hacia él con cierta alarma, finalmente haciendo contacto con sus ojos- Está poseída- Su hermano sería capaz de notar aquella pequeña tilde de preocupación en su voz. Frunció el ceño sin comprender cómo es que... Había llegado a eso. Pero allí estaba de nuevo. Un nuevo Svensson -Enhorabuena- Dijo, con voz neutral. Mantuvo controlada la envidia.
Lo miro alzarse la manga y tensó los labios mientras se acercaba a él. No sabia como podía explicárselo así que simplemente fue cruda y sincera mientras extraía metal de los barrotes y formaba una daga y un cuenco -Cada vez que te veo, hay una parte de mi que busca en tus ojos la sombra de él esperando que le devuelva la mirada. Y empiezan a fluir, no solo recuerdos, no solo un maldito eco. Son sentimientos que no me pertenecen pero que hago míos, cada maldita vez... ¿Y sabes que más? Ansío, sí, ansío el momento en el que tome su verdadera forma porque me calienta y tengo que usar toda mi fuerza para controlar el cuerpazo- le cortó el antebrazo en un movimiento limpio y puso el cuenco debajo -Asi que comprenderás porque busco soluciones más allá de ti, Khaled- Inspiró profundamente y manipuló el metal del cuenco para cerrarlo. Tras eso se levantó un poco el jersey para coger la camiseta blanca y romper una tira que empezó a anudar sobre la herida manteniendo la vista allí -...Y la cosa es que ya no se dónde termina ella y empiezo yo-
Terminó parándose cuando llamo a Matvey nigromante de segunda -Un nigromante de segunda que se dio cuenta, a la primera, de que mi envase está destrozándome la existencia- Sentenció con voz seca antes de escuchar aquello de que no quería estar a su alrededor -Siempre estaré ahi- Era un juramento que se había hecho a si misma y que, al ver la confianza ciega de Zaphira en Khaled, había renovado. Aunque no... No sabia como hacerlo funcionar.
Había estado caminando por la celda mientras hablaba y se detuvo cuando escucho que Zaphira estaba embarazada. Alzó la vista hacia él con cierta alarma, finalmente haciendo contacto con sus ojos- Está poseída- Su hermano sería capaz de notar aquella pequeña tilde de preocupación en su voz. Frunció el ceño sin comprender cómo es que... Había llegado a eso. Pero allí estaba de nuevo. Un nuevo Svensson -Enhorabuena- Dijo, con voz neutral. Mantuvo controlada la envidia.
Lo miro alzarse la manga y tensó los labios mientras se acercaba a él. No sabia como podía explicárselo así que simplemente fue cruda y sincera mientras extraía metal de los barrotes y formaba una daga y un cuenco -Cada vez que te veo, hay una parte de mi que busca en tus ojos la sombra de él esperando que le devuelva la mirada. Y empiezan a fluir, no solo recuerdos, no solo un maldito eco. Son sentimientos que no me pertenecen pero que hago míos, cada maldita vez... ¿Y sabes que más? Ansío, sí, ansío el momento en el que tome su verdadera forma porque me calienta y tengo que usar toda mi fuerza para controlar el cuerpazo- le cortó el antebrazo en un movimiento limpio y puso el cuenco debajo -Asi que comprenderás porque busco soluciones más allá de ti, Khaled- Inspiró profundamente y manipuló el metal del cuenco para cerrarlo. Tras eso se levantó un poco el jersey para coger la camiseta blanca y romper una tira que empezó a anudar sobre la herida manteniendo la vista allí -...Y la cosa es que ya no se dónde termina ella y empiezo yo-
-Supongo que piensan que esta isla es segura porque olvidan el ataque de los pterodáctilos, el de los androides, etcétera, etcétera... Si esperaban que la dejara con la primera persona con la que me cruzara, estaban muy equivocados.- Dije con calma. -Si, eso.- Contesté cuando Cleo preguntó si me había hecho la histerectomía -Ben me acompañó, aunque él estaba inconsciente.- Dije en tono de humor porque, en ese momento, el pelirrojo aún no había despertado pero lo había pasado a visitar después de mi operación y la sugerencia de comer apareció, lógicamente. -Me siento llena, como si hubiera comido un montón aun sin haber probado bocado.- Respondí a la pregunta de Ben. Llegó también Genievre con un estirado más, que según la arabe se llamaba Sean, y Lucio, Kyllian se fue y Lyka dijo que no se acordaba de algo.
“Oficialmente, perdimos la cabeza.”
Aparentemente, la morena no tenía respuestas para mis preguntas. Los magos se pusieron a pedir disculpas y a ofrecer el hospital en vez de reconstruir los de tierra, lo que Cleo agradeció pero yo tenía mis reservas. Después el peliazul empezó a hablar un poco de la historia de la Brigada y me sorprendí al pensar que sus palabras eran ciertas, los ayudaríamos en caso de necesidad, aunque no lo expresé. Escuché la explicación de Cleo sobre la ilegalización y no me extrañó mientras pasaban más personas por el lugar, pero me encantaron las palabras del pelirrojo aunque tampoco lo demostré. A Mérida, por su parte, pareció afectarle mucho la noticia tanto que se fue y apareció una de esas luces que se movían para comunicar que habría reunión. Acto seguido la morena desapareció también mientras yo me mantuve en mi lugar apoyada de lado en una pared de la celda con los brazos cruzados, observando.
“Oficialmente, perdimos la cabeza.”
Aparentemente, la morena no tenía respuestas para mis preguntas. Los magos se pusieron a pedir disculpas y a ofrecer el hospital en vez de reconstruir los de tierra, lo que Cleo agradeció pero yo tenía mis reservas. Después el peliazul empezó a hablar un poco de la historia de la Brigada y me sorprendí al pensar que sus palabras eran ciertas, los ayudaríamos en caso de necesidad, aunque no lo expresé. Escuché la explicación de Cleo sobre la ilegalización y no me extrañó mientras pasaban más personas por el lugar, pero me encantaron las palabras del pelirrojo aunque tampoco lo demostré. A Mérida, por su parte, pareció afectarle mucho la noticia tanto que se fue y apareció una de esas luces que se movían para comunicar que habría reunión. Acto seguido la morena desapareció también mientras yo me mantuve en mi lugar apoyada de lado en una pared de la celda con los brazos cruzados, observando.
Cleo y Ben siguieron discutiendo. Cleo parecía....querer sentar cabeza, elegir "donde vivir". Miré hacia abajo, pensativo. Con Mérida pasaría lo mismo. Una oleada de tristeza se me clavó en el corazón al darme cuenta de que algunas de mis grullas se habían cansado de migrar...que querían cerrar sus alas.
Pero sabía que tenían derecho a hacerlo.
Volví a escuchar a Cath en mi cabeza e intercambié una mirada con ella.
"....entonces no me sorprende en absoluto el por qué Ouroboros no movió un dedo antes con la guerra, con la que estaba cayendo. Quizá fue mejor asi....quizá se habrian aliado con el viejo Ministerio de Jones"
Intenté recordarme a mi mismo que Leila no estaba bien de la cabeza, antes de contestarle a eso de dejarla con cualquier desconocido con el que se cruzara, pero mi lengua era dificil de atar.
- Y los enanos de Uganda son colegas tuyos? - me di con la palma de la mano abierta en la frente. - Agh....olvidalo.
"olvídalo..."
Gen apareció frente a los barrotes, por fin, llevaba un rato sabiendo que estaba ahi pero sin verla. Sonreí brevemente al conectar mis ojos con los suyos. Puse un momento mi mano sobre la suya cuando tocó los barrotes diciendo eso.
- Por variar un poco, no? Pero en Azkaban hacía mas frío.... - levanté una ceja, desviando mi mirada a Kyllian, cuya reacción a nuestras palabras fue...evitación, total y absoluta. Ni lo que yo dije, ni lo que dijo Genievre o Ben le hicieron si quiera mirarnos. Además, Cleo y los otros se encargaron de explicarles tanto a Gen como a Mérida en qué consistia le proceso de ilegalizacion de la Brigada en Ouroboros. No se lo tomó nada bien, el asunto le superó por momentos y salió huyendo.
No medié palabra alguna más. Solo miré con desaprobación a Kyllian. No quería ponerselo mas dificil a Mérida. Pero con los dos fuera de escena....
- Egoísta. - resoplé. No iba a negar que el chaval estaba sufriendo, que lo estaba pasando mal por perder a una hija, porque era un dolor que yo mismo sentía. Pero su postura era egoísta, a mi modo de ver. Intercambié una mirada con Genievre, aunque estaba casi seguro de que ella lo haría por si sola. - Creo que va a necesitar compañía.....
Escuché a Sean y a Lucio hablar. La verdad es que me daba igual que no fuesen capaces de ponerse puto de acuerdo en sus puntos de vista, pero aquello seguia siendo una injusticia. Al menos ellos dos dieron la cara.
- Gracias, Sean, Lucio. Catherine. No somos nosotros los que hemos roto el tratado ese... y por lo ocurrido con Leila es absurdo que juzgueis a todos los demas. - la morena se fue, estaba casi todo dicho. Entonces llegó el patronus de Johan.... iban a reunirse ya para hablar sobre la ultima mision. Gruñí con rabia porque nosotros estabamos aquí metidos, y le pegué un puñetazo a uno de los barrotes. - Esto es absurdo! Nos estáis haciendo perder el tiempo! - señalé a Gen, ya solo quedaba ella. - Habla con Imram, uno de nosotros al menos tiene que ir alli. El no se habrá enterado de lo que ha pasado.
Pero sabía que tenían derecho a hacerlo.
Volví a escuchar a Cath en mi cabeza e intercambié una mirada con ella.
"....entonces no me sorprende en absoluto el por qué Ouroboros no movió un dedo antes con la guerra, con la que estaba cayendo. Quizá fue mejor asi....quizá se habrian aliado con el viejo Ministerio de Jones"
Intenté recordarme a mi mismo que Leila no estaba bien de la cabeza, antes de contestarle a eso de dejarla con cualquier desconocido con el que se cruzara, pero mi lengua era dificil de atar.
- Y los enanos de Uganda son colegas tuyos? - me di con la palma de la mano abierta en la frente. - Agh....olvidalo.
"olvídalo..."
Gen apareció frente a los barrotes, por fin, llevaba un rato sabiendo que estaba ahi pero sin verla. Sonreí brevemente al conectar mis ojos con los suyos. Puse un momento mi mano sobre la suya cuando tocó los barrotes diciendo eso.
- Por variar un poco, no? Pero en Azkaban hacía mas frío.... - levanté una ceja, desviando mi mirada a Kyllian, cuya reacción a nuestras palabras fue...evitación, total y absoluta. Ni lo que yo dije, ni lo que dijo Genievre o Ben le hicieron si quiera mirarnos. Además, Cleo y los otros se encargaron de explicarles tanto a Gen como a Mérida en qué consistia le proceso de ilegalizacion de la Brigada en Ouroboros. No se lo tomó nada bien, el asunto le superó por momentos y salió huyendo.
No medié palabra alguna más. Solo miré con desaprobación a Kyllian. No quería ponerselo mas dificil a Mérida. Pero con los dos fuera de escena....
- Egoísta. - resoplé. No iba a negar que el chaval estaba sufriendo, que lo estaba pasando mal por perder a una hija, porque era un dolor que yo mismo sentía. Pero su postura era egoísta, a mi modo de ver. Intercambié una mirada con Genievre, aunque estaba casi seguro de que ella lo haría por si sola. - Creo que va a necesitar compañía.....
Escuché a Sean y a Lucio hablar. La verdad es que me daba igual que no fuesen capaces de ponerse puto de acuerdo en sus puntos de vista, pero aquello seguia siendo una injusticia. Al menos ellos dos dieron la cara.
- Gracias, Sean, Lucio. Catherine. No somos nosotros los que hemos roto el tratado ese... y por lo ocurrido con Leila es absurdo que juzgueis a todos los demas. - la morena se fue, estaba casi todo dicho. Entonces llegó el patronus de Johan.... iban a reunirse ya para hablar sobre la ultima mision. Gruñí con rabia porque nosotros estabamos aquí metidos, y le pegué un puñetazo a uno de los barrotes. - Esto es absurdo! Nos estáis haciendo perder el tiempo! - señalé a Gen, ya solo quedaba ella. - Habla con Imram, uno de nosotros al menos tiene que ir alli. El no se habrá enterado de lo que ha pasado.
Sonreí al general de un modo poco apropiado según dirían algunos cuando me contestó, además es que me había tocado la mano y aunque fuese por un breve instante pues pasaba lo que pasaba siempre que me rozaba, una pequeña cantidad de feromonas emanó de mi cuerpo sin querer.
Por suerte o por desgracia me aparté para ir junto a Mérida en ese instante. Killyan no contestó, a nada. A ninguno de los comentarios que le hizo nadie, fruncí el ceño pero me limité a gruñir por lo bajo cuando la pelirroja me tomó de la mano en un claro gesto de que lo dejase estar. Desvié la mirada a Cleo cuando me llamó por mi nombre.- Cleo...-sonreí negando-No entiendo nada¿Qué locura es esa de meteros aquí por protestar?-Alcé la vista al peliazul cuando llamó egoista a Kyllian, yo más bien hubiese dicho cobarde pero me mordí la lengua mientras el felino se largaba.
Todos los descendientes comenzaron a explicar aquello de la ilegalización y pidieron muchas disculpas. Yo solamente trataba de entender que sucedía.¿Ilegales?¿En serio?Cada vez tenía más claro que esa isla era una puta basura corrupta. Volví a mirar a Cleo frunciendo el ceño.-¿Como que gracias?Os han encerrado por decir que no estáis de acuerdo en algo y...y... nos han ilegalizado!
Para entonces Mer salió corriendo y chasqué la lengua. Llegó al parecer un mensaje sobre la reunión para la misión y señalé a Ben cuando dijo que estaban haciendo que perdiésemos el tiempo.-Exactamente...alguien que habla con cabeza, gracias Red.-Negué varias veces mientras la descendiente morena se marchaba y me acerqué al general al escuchar aquello de Mérida, asintiendo.-Ahora mismo voy.-Me giré quedando de espaldas a la celda observando a los dos descendientes que quedaban mientras pasaba por ahí más gente y crucé mis brazos.-El general tiene razón, si precisáis de ayuda la brindaremos con actos. Por el momento sólo he escuchado palabras ahora que nosotros la necesitamos.
Me acerqué al que antes había sido tan amable tomando su mano relajando mi gesto, sonriendo un poco para sacar a la luz mi más indefensa y dulce voz.-Así que...estaría muy MUY agradecida si...sacáseis a mis amigos de aquí.-A todo esto el contacto no era para nada inocente, mi magia estaba haciendo su efecto en él.-Sois descendientes...podéis hacerlo¿verdad?-volví a sonreir tiernamente y giré a mirar a Lykaios alzando ambas cejas, si colaba colaba. Asentí a sus palabras , avisaría a Imram mientras buscaba a Mer.Volví a mirar a Lucio apartando mi mano de él y me dispuse marcharme no sin antes girarme para guiñar un ojo a mis amigos.
Por suerte o por desgracia me aparté para ir junto a Mérida en ese instante. Killyan no contestó, a nada. A ninguno de los comentarios que le hizo nadie, fruncí el ceño pero me limité a gruñir por lo bajo cuando la pelirroja me tomó de la mano en un claro gesto de que lo dejase estar. Desvié la mirada a Cleo cuando me llamó por mi nombre.- Cleo...-sonreí negando-No entiendo nada¿Qué locura es esa de meteros aquí por protestar?-Alcé la vista al peliazul cuando llamó egoista a Kyllian, yo más bien hubiese dicho cobarde pero me mordí la lengua mientras el felino se largaba.
Todos los descendientes comenzaron a explicar aquello de la ilegalización y pidieron muchas disculpas. Yo solamente trataba de entender que sucedía.¿Ilegales?¿En serio?Cada vez tenía más claro que esa isla era una puta basura corrupta. Volví a mirar a Cleo frunciendo el ceño.-¿Como que gracias?Os han encerrado por decir que no estáis de acuerdo en algo y...y... nos han ilegalizado!
Para entonces Mer salió corriendo y chasqué la lengua. Llegó al parecer un mensaje sobre la reunión para la misión y señalé a Ben cuando dijo que estaban haciendo que perdiésemos el tiempo.-Exactamente...alguien que habla con cabeza, gracias Red.-Negué varias veces mientras la descendiente morena se marchaba y me acerqué al general al escuchar aquello de Mérida, asintiendo.-Ahora mismo voy.-Me giré quedando de espaldas a la celda observando a los dos descendientes que quedaban mientras pasaba por ahí más gente y crucé mis brazos.-El general tiene razón, si precisáis de ayuda la brindaremos con actos. Por el momento sólo he escuchado palabras ahora que nosotros la necesitamos.
Me acerqué al que antes había sido tan amable tomando su mano relajando mi gesto, sonriendo un poco para sacar a la luz mi más indefensa y dulce voz.-Así que...estaría muy MUY agradecida si...sacáseis a mis amigos de aquí.-A todo esto el contacto no era para nada inocente, mi magia estaba haciendo su efecto en él.-Sois descendientes...podéis hacerlo¿verdad?-volví a sonreir tiernamente y giré a mirar a Lykaios alzando ambas cejas, si colaba colaba. Asentí a sus palabras , avisaría a Imram mientras buscaba a Mer.Volví a mirar a Lucio apartando mi mano de él y me dispuse marcharme no sin antes girarme para guiñar un ojo a mis amigos.
Fruncí el ceño, mucho después de ver a Lucio en esas y ya alejado de lo que yo no sabía eran feromonas preguntándole a Catherine si había visto aquello, ella estaba más centrada en la situación precaria de la brigada pero tenía que decírselo -A Lucio babeando por esa chica- no había sido así ni conmigo y si lo había sido ni me acordaba por culpa de los celos. Cuando llegamos a las celdas de la brigada todos le dirigieron duras palabras al feral pero de inmediato empezamos con lo nuestro y el chico se marchó pero no eran hostiles solo con él.
Tanto el infiel de mi prometido como yo nos disculpamos con la brigada, que los echaran no era una decisión de unanimidad y queríamos que lo vieran así, por suerte la chica morena que estaba encerrada con ellos parecía más receptiva así que me dirigí a ella -no, la decisión no está tomada, os aseguro que ni la mitad del consejo está al tanto de esto y estoy casi seguro que podremos arreglarlo- la chica le explicó a sus amigas lo que ocurría y Mérida acabó huyendo de ahí, después Benjamin, porque a ese lo conocía bien después del lío con Zaphira, habló para decir básicamente que no confiaba en nuestras palabras -Sé que estáis enfadados, pero JACK...- remarqué su nombre porque me cayera bien o no era una persona mayor y un descendiente y se merecía el mínimo respeto -es un descendiente y aún entre nostrosnhay ciertas normas que se deben cumplir, además, antes de venir he revisado el acta del juicio para saber dónde encontraros, se dijo claramente que el siguiente en interrumpir sería enviado a los calabozos, por esa parte no podemos hacer nada, solo proporcionaros lo necesario para que paséis esta noche cómodos-
Catherine recibió un mensaje y me dijo que necesitaba el documento redactado en el LeFay, asentí porque lo tenía a buen recaudo en mi casa protegido por un encantamiento -Te lo haré llegar aunque...- miré a Ben y a Lykaios -como el jefe de la brigada no estaba operativo en ese momento el que firmó fue la persona al cargo en ese momento, deberíamos redactar otro documento que certifique que el líder está de acuerdo o tendremos una laguna legal- algunos guardias entraron en ese momento con una prisionera y se hizo el silencio por si acaso pero la morena se marchó , maldita fuera la manía de Catherine y su ansiedad social. en las palabras de Lykaios había algo erróneo, Leila atacó a Kyllian cuando ya era parte de Ouroboros así que técnicamente uno de sus miembros agredió a uno de los nuestros... y el asunto del drow con el teniente... pero calladito estaba más guapo. un patronus llego a nosotros y entonces se revolucionaron -Calmaos por favor, esta reunión es precipitada, aunque no estuvierais aquí estoy seguro que no todos habríais podido asistir, vuestras compañeras pueden asistir y contaros todos los detalles-
A mi se me daba fatal eso de calmar a la gente, eso era trabajo de Lucio, suspiré pesadamente antes de mirarlo pidiendo ayuda y entonces vi a Khaled acercarse por el pasillo, correspondí a su inclinación de cabeza con una reverencia y entonces recordé que antes de ese lío yo iba a comprar regalos para el nuevo miembro de la familia. La conversación ya estaba acabando y me volví a Lucio para poder tomar su mano y arrastrarlo conmigo pero la de pelo lila tenía las mismas intenciones, primero me sorprendí y a medida que la iba escuchando de nuevo sentí que me hervía la sangre, me crucé de brazos y la verdad quería matarlo pero solo deshice la barrera -Eso Lucio, que pareces muy dispuesto- aquella se marchó y yo le dediqué una mirada de autentico enfado a él mientras lo encerraba en una de mis burbujas para que no pudiera seguirme, se desharía al menos en un cuarto de hora, así le daba tiempo a reflexionar.
--------------
Dejando a Lucio atrás no salí de los calabozos, tenía que tener pensamientos felices y pensar en cosas positivas como lo era el bebé de Zaphira, ya estaba entre mis planes hablar con el líder de los Soul pero ahora que lo había visto debía aprovechar el momento. Seguí el camino que lo había visto tomar y al final del pasillo vi a dos guardias pero que iban sin armadura, decidí acercarme para preguntar si habían visto al Soul Reaper pero al hacerlo pude ver lo que estaba ocurriendo en aquella celda, la mujer de blanco estaba cortando a Khaled en un brazo y había... un agujero enorme en los barrotes, me quedé sorprendido por un momento buscando explicaciones a los guardias con la mirada pero ni ellos mismos parecían saber lo que estaban viendo -Am...señor Svensson... creo que no debería estar ahí ¿podría salir por favor? me gustaría hablar con usted si no es mucha molestia-
Tanto el infiel de mi prometido como yo nos disculpamos con la brigada, que los echaran no era una decisión de unanimidad y queríamos que lo vieran así, por suerte la chica morena que estaba encerrada con ellos parecía más receptiva así que me dirigí a ella -no, la decisión no está tomada, os aseguro que ni la mitad del consejo está al tanto de esto y estoy casi seguro que podremos arreglarlo- la chica le explicó a sus amigas lo que ocurría y Mérida acabó huyendo de ahí, después Benjamin, porque a ese lo conocía bien después del lío con Zaphira, habló para decir básicamente que no confiaba en nuestras palabras -Sé que estáis enfadados, pero JACK...- remarqué su nombre porque me cayera bien o no era una persona mayor y un descendiente y se merecía el mínimo respeto -es un descendiente y aún entre nostrosnhay ciertas normas que se deben cumplir, además, antes de venir he revisado el acta del juicio para saber dónde encontraros, se dijo claramente que el siguiente en interrumpir sería enviado a los calabozos, por esa parte no podemos hacer nada, solo proporcionaros lo necesario para que paséis esta noche cómodos-
Catherine recibió un mensaje y me dijo que necesitaba el documento redactado en el LeFay, asentí porque lo tenía a buen recaudo en mi casa protegido por un encantamiento -Te lo haré llegar aunque...- miré a Ben y a Lykaios -como el jefe de la brigada no estaba operativo en ese momento el que firmó fue la persona al cargo en ese momento, deberíamos redactar otro documento que certifique que el líder está de acuerdo o tendremos una laguna legal- algunos guardias entraron en ese momento con una prisionera y se hizo el silencio por si acaso pero la morena se marchó , maldita fuera la manía de Catherine y su ansiedad social. en las palabras de Lykaios había algo erróneo, Leila atacó a Kyllian cuando ya era parte de Ouroboros así que técnicamente uno de sus miembros agredió a uno de los nuestros... y el asunto del drow con el teniente... pero calladito estaba más guapo. un patronus llego a nosotros y entonces se revolucionaron -Calmaos por favor, esta reunión es precipitada, aunque no estuvierais aquí estoy seguro que no todos habríais podido asistir, vuestras compañeras pueden asistir y contaros todos los detalles-
A mi se me daba fatal eso de calmar a la gente, eso era trabajo de Lucio, suspiré pesadamente antes de mirarlo pidiendo ayuda y entonces vi a Khaled acercarse por el pasillo, correspondí a su inclinación de cabeza con una reverencia y entonces recordé que antes de ese lío yo iba a comprar regalos para el nuevo miembro de la familia. La conversación ya estaba acabando y me volví a Lucio para poder tomar su mano y arrastrarlo conmigo pero la de pelo lila tenía las mismas intenciones, primero me sorprendí y a medida que la iba escuchando de nuevo sentí que me hervía la sangre, me crucé de brazos y la verdad quería matarlo pero solo deshice la barrera -Eso Lucio, que pareces muy dispuesto- aquella se marchó y yo le dediqué una mirada de autentico enfado a él mientras lo encerraba en una de mis burbujas para que no pudiera seguirme, se desharía al menos en un cuarto de hora, así le daba tiempo a reflexionar.
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Dejando a Lucio atrás no salí de los calabozos, tenía que tener pensamientos felices y pensar en cosas positivas como lo era el bebé de Zaphira, ya estaba entre mis planes hablar con el líder de los Soul pero ahora que lo había visto debía aprovechar el momento. Seguí el camino que lo había visto tomar y al final del pasillo vi a dos guardias pero que iban sin armadura, decidí acercarme para preguntar si habían visto al Soul Reaper pero al hacerlo pude ver lo que estaba ocurriendo en aquella celda, la mujer de blanco estaba cortando a Khaled en un brazo y había... un agujero enorme en los barrotes, me quedé sorprendido por un momento buscando explicaciones a los guardias con la mirada pero ni ellos mismos parecían saber lo que estaban viendo -Am...señor Svensson... creo que no debería estar ahí ¿podría salir por favor? me gustaría hablar con usted si no es mucha molestia-
- Pero le podemos ayudar un poco. - dije en referencia a eso de que se encargase Adramelech, porque....si, le faltaba sangre en las manos, eso no quitaba que no le allanasemos el camino un poco....de modo previo.
Lyo defendió a Matvey, lo cual me pareció casi adorable. Lo demostré con una leve arruga que apareció en mi ceño.
- Vaya, no me lo puedo creer. Será que habrá un mago en este mundo que puedas tolerar? - prometió que siempre estaría ahí. - Está bien. Recuerda tus palabras.
Sus palabras, "está poseida", me hicieron largar un breve sonido de nerviosismo. Lo sabía, lo sabía y no me gustaba nada....
- No esperaba que yo pudiera... la verdad no lo creí posible. Pero ha ocurrido y vamos a seguir adelante. He hecho un trato con Maera... - me dio la enhorabuena, de modo extraño. - Gracias?
La dejé acercarse, para que sacara la sangre que necesitara para hacer aquello con Matvey. La dejé hablar, observando como hacia el corte en el antebrazo y comenzaba a salir la sangre, rojo carmesí. Unas pequeñas llamas lamieron los bordes de la herida, casi chispas inapreciables.
Entendía su ultima frase, demasiado bien. Bajé el tono de voz.
- Recuerdas como era sentirte despojado de de tu existencia física? Desconocer qué eres, y al tiempo tener la certeza de que tu mente es solo una pavesa, frágil y a punto de extinguirse, golpeada por las turbulentas corrientes de aire ardiendo. Estuve en ese punto, muchos años. - me era dificil explicarle lo que queria decirle. Que sabia lo que era no sentir que tu mente o tu cuerpo eran tuyos....las voces, las mentes fundidas, la dicotomia de los dos y el antagonismo. Ella hizo una especie de vendaje en el corte con un trozo de tela. Necesitaba tiempo...yo habia tenido décadas. - Nunca será fácil. A veces te romperás en dos. Pero tú debes ser mas fuerte- le dije al final. Iba a decirle algo mas...recordarle que no se apartara de nosotros - No quiero que te...
Me interrumpí porque en ese momento oi a mis espaldas la voz de Sean. Miré a Lyo con una expresión que ella podría descifrar bien. De verdad creia que me importaba estar en un sitio en el que se supone que no deberia estar?
- Salir? Creo que ambos sabemos que da exactamente igual a qué lado de los barrotes me encuentre.... - ladeé la cabeza para mirarlo, quedando mi cara de perfil a el. - Es como si solo hubiese aire entre nosotros. ¿Y bien? - bajé la manga de mi chaqueta, ella ya tenía lo que necesitaba.
Lyo defendió a Matvey, lo cual me pareció casi adorable. Lo demostré con una leve arruga que apareció en mi ceño.
- Vaya, no me lo puedo creer. Será que habrá un mago en este mundo que puedas tolerar? - prometió que siempre estaría ahí. - Está bien. Recuerda tus palabras.
Sus palabras, "está poseida", me hicieron largar un breve sonido de nerviosismo. Lo sabía, lo sabía y no me gustaba nada....
- No esperaba que yo pudiera... la verdad no lo creí posible. Pero ha ocurrido y vamos a seguir adelante. He hecho un trato con Maera... - me dio la enhorabuena, de modo extraño. - Gracias?
La dejé acercarse, para que sacara la sangre que necesitara para hacer aquello con Matvey. La dejé hablar, observando como hacia el corte en el antebrazo y comenzaba a salir la sangre, rojo carmesí. Unas pequeñas llamas lamieron los bordes de la herida, casi chispas inapreciables.
Entendía su ultima frase, demasiado bien. Bajé el tono de voz.
- Recuerdas como era sentirte despojado de de tu existencia física? Desconocer qué eres, y al tiempo tener la certeza de que tu mente es solo una pavesa, frágil y a punto de extinguirse, golpeada por las turbulentas corrientes de aire ardiendo. Estuve en ese punto, muchos años. - me era dificil explicarle lo que queria decirle. Que sabia lo que era no sentir que tu mente o tu cuerpo eran tuyos....las voces, las mentes fundidas, la dicotomia de los dos y el antagonismo. Ella hizo una especie de vendaje en el corte con un trozo de tela. Necesitaba tiempo...yo habia tenido décadas. - Nunca será fácil. A veces te romperás en dos. Pero tú debes ser mas fuerte- le dije al final. Iba a decirle algo mas...recordarle que no se apartara de nosotros - No quiero que te...
Me interrumpí porque en ese momento oi a mis espaldas la voz de Sean. Miré a Lyo con una expresión que ella podría descifrar bien. De verdad creia que me importaba estar en un sitio en el que se supone que no deberia estar?
- Salir? Creo que ambos sabemos que da exactamente igual a qué lado de los barrotes me encuentre.... - ladeé la cabeza para mirarlo, quedando mi cara de perfil a el. - Es como si solo hubiese aire entre nosotros. ¿Y bien? - bajé la manga de mi chaqueta, ella ya tenía lo que necesitaba.
La situación se me estaba haciendo bastante incómoda, nos ponían en un compromiso entre las normas y lo que era correcto. No estaba para nada de acuerdo con Jack, había sido arbitrario. Los Soul habían pasado por los calabozos, pero aquello había sido con motivo. Cleo parecía la más comedida del grupo, por eso le sonreí amablemente cuando me agradeció. Ben nos pidió hechos, así que volví a desviar la mirada un tanto inquieto. Quería, no sólo porque era lo justo y necesario, sino por llevar la contraria al maldito Jack. Catherine les prometió apelar antes de marcharse, dejándonos allí a Sean y a mí. No habíamos vuelto a cruzar palabra desde lo de la puerta, se había mosqueado conmigo así de la nada. Le miré de reojo para ver cómo reaccionaba, aunque estaba escuchando a medias al discurso sobre las normas. Me interesaba más ver si me hacia caso.
Íbamos a marcharnos ya, pero en ese momento la mujer de cabello morado tomó mi mano. Volví a sentir esa especie de embobamiento que había notado al entrar, sintiéndome más predispuesto a ayudar de lo que ya estaba antes. Asentí nuevamente, claro que era Descendiente. Si uno podía encerrarlos, yo podía sacarlos. Faltaría más, siempre me ninguneaban. Me despedí de la muchacha con una sonrisa, siguiéndola con la mirada hasta que Sean volvió a hablarme. - ¿Cómo dices? ¿dispuesto para qué? - el último gesto parecía haberle rebotado más aún, hasta el punto de irse de allí dejándome encerrado en una de sus burbujas atrapadoras. Eso último no me lo esperaba para nada, y provocó que me enfadase realmente. ¿Con qué derecho se sentía para encerrarme así a mí?
Bufé indignado porque yo no era peligroso ni había hecho nada para merecer aquello, me dolió sentirme humillado por esa acción de castigo delante de la Brigada. Lo sentí peor aún porque venía de la persona que amaba. No dije nada porque bastante avergonzado me sentía ya, simplemente me crucé de brazos y guardé silencio a la espera de que aquello se deshiciese. Iban a ver que yo también tenía capacidad de acción en lugar de ser siempre el último mono. Ahora era yo el que estaba rebotado y no quería pensar en normas, sólo en lo que me nacía de dentro.
Pasados los minutos quedé libre, pidiendo a un guardia que se acercase para que me diese las llaves. Le dije que aquello era cosa mía, y que como miembro del Consejo debía obedecerme. Que le dijese a quien preguntase que había sido yo, Lucio Galenus, el que había abierto la celda de los encerrados por el juicio. Leila no, esa era otro asunto.
- Marchaos de aquí. - Con las consecuencias que tuviese, para ambos. Tras eso me di media vuelta, sin esperar a ver qué hacían. Me fui de allí, sin buscar ni esperar a Sean.
Íbamos a marcharnos ya, pero en ese momento la mujer de cabello morado tomó mi mano. Volví a sentir esa especie de embobamiento que había notado al entrar, sintiéndome más predispuesto a ayudar de lo que ya estaba antes. Asentí nuevamente, claro que era Descendiente. Si uno podía encerrarlos, yo podía sacarlos. Faltaría más, siempre me ninguneaban. Me despedí de la muchacha con una sonrisa, siguiéndola con la mirada hasta que Sean volvió a hablarme. - ¿Cómo dices? ¿dispuesto para qué? - el último gesto parecía haberle rebotado más aún, hasta el punto de irse de allí dejándome encerrado en una de sus burbujas atrapadoras. Eso último no me lo esperaba para nada, y provocó que me enfadase realmente. ¿Con qué derecho se sentía para encerrarme así a mí?
Bufé indignado porque yo no era peligroso ni había hecho nada para merecer aquello, me dolió sentirme humillado por esa acción de castigo delante de la Brigada. Lo sentí peor aún porque venía de la persona que amaba. No dije nada porque bastante avergonzado me sentía ya, simplemente me crucé de brazos y guardé silencio a la espera de que aquello se deshiciese. Iban a ver que yo también tenía capacidad de acción en lugar de ser siempre el último mono. Ahora era yo el que estaba rebotado y no quería pensar en normas, sólo en lo que me nacía de dentro.
Pasados los minutos quedé libre, pidiendo a un guardia que se acercase para que me diese las llaves. Le dije que aquello era cosa mía, y que como miembro del Consejo debía obedecerme. Que le dijese a quien preguntase que había sido yo, Lucio Galenus, el que había abierto la celda de los encerrados por el juicio. Leila no, esa era otro asunto.
- Marchaos de aquí. - Con las consecuencias que tuviese, para ambos. Tras eso me di media vuelta, sin esperar a ver qué hacían. Me fui de allí, sin buscar ni esperar a Sean.
La respuesta de Ben me estaba doliendo terriblemente. Me sentía señalada y repudiada por su parte. No quería seguir escuchándole, pero ahí seguí, recriminándole que había elegido algo que ni ella misma sabía que había elegido. Se le escapó un gemido doloroso, antes de frotarse los ojos para quitarse de encima cualquier muestra de daño emocional, y no quiso siquiera responderle, sin tener que añadir nada más a aquello, porque sabía que si seguían en esa línea, terminarían enfrentados y el daño quizás fuese irreparable. Siguieron hablando del tema de la comida, de la isla, de los planes de fuga, pero tampoco tenía ganas ni fuerza para sermonear sobre qué debía o no hacer la rubia, si debía comer o no, si era buena o mala idea el hecho de haberse quitado el útero. Tampoco le apeteció responder a aquello de los pterodáctilos, pues Cleo conocía bien la isla de Ouroboros mucho antes de que se abriera al mundo y el mundo accediera a ella y la infectara con sus cosas. Ella podía entender el por qué la gente estaba molesta con los de fuera, aunque no le parecía justo que les culparan por algo que no habían hecho.
Se había levantado para recibir a sus compañeras y con ellos llegaron los otros descendientes y el moreno que, directamente, decidió ignorar todas nuestras puyas. Arrugó el gesto con cara de pocos amigos, siguiéndolo con la mirada cuando se iba. Las explicaciones a la pregunta de Gen no tardaron en hacer acto de aparición y ella también me recriminó tratar de ser la más neutral de todos. -¡Mérida, espera!- Trató de extender el brazo entre los barrotes para coger a la pelirroja antes de que se diera a la fuga. Se sintió fatal por todo, sintiéndose terriblemente emocional por todo, pero no quería moverme por instintos y trataba de usar la razón y no las vísceras. Tener la mente fría. Pero se lo estaban poniendo muy díficil. Cogí aire notando otra vez ese dolor que se transformaría en lágrima e ignoré la pregunta de Gen, tenía mis motivos aunque nadie parecía querer entenderlos o comprenderlos. El patronus apreció y apremió lo que añadía Ben, aquello de que tenían una misión entre manos. Con todo se había olvidado totalmente de ella. La Descendiente LeFay parecía querer acabar con la vía diplomática, y el Eire la secundó, parecía que no había consenso entre ellos sobre todo aquello, salvo por el hecho de que aquella noche la tendrían que pasar en el calabozo. Fueron saliendo de a pocos, primero Catherine y luego Gen. Se percató de que el capi también había agradecido a los Descendientes que fueran a interceder por ellos, sin embargo hacia él no hubo ningún comentario. No le sorprendía, pero le dolía, por lo que, sinceramente, ya no iba a hablar mucho más que lo necesario. La reunión de la plaza convocada por Johan pareció revolucionar a los prisioneros, yo simplemente… dejé estar ese patronus, total, no tenía sentido quejarse, ya habían dejado claro que no íbamos a poder salir por lo que volví a mi rincón con bastante resignación y lo peor de todo es que bajaríamos, estábamos todos dispuestos a hacerlo.
Cogí el jersey morado y lo apreté contra mi pecho, era el único objeto que nos quedaba después de que nos desarmaran antes de encerrarnos. Permanecí en silencio en aquel rincón hasta que escuché ruido fuera, el de las llaves. Alcé la vista y vi a Lucio ordenándonos que nos marchemos. Le estudié dudando de aquella acción, sabía de buena tinta que Lucio es una persona transparente y que no poseía maldad, que aquella acción no era para dañarnos a nosotros pero… Dudé unos segundos, pero tampoco era tan estúpida como para perder aquella oportunidad. Salí al pasillo a fin de agradecerle su acción pero no pude, ya estaba lejos. En su lugar me dirigí a la celda de Leila y le colé el jersey entre los barrotes -Así sabrás que no estás sola. Volveremos a por ti- ¿Cómo? Ni idea. Tras ello retrocedí el camino andado hasta nuestra celda, esperando a los dos compañeros y dudando si podíamos recuperar nuestras pertenencias.
Se había levantado para recibir a sus compañeras y con ellos llegaron los otros descendientes y el moreno que, directamente, decidió ignorar todas nuestras puyas. Arrugó el gesto con cara de pocos amigos, siguiéndolo con la mirada cuando se iba. Las explicaciones a la pregunta de Gen no tardaron en hacer acto de aparición y ella también me recriminó tratar de ser la más neutral de todos. -¡Mérida, espera!- Trató de extender el brazo entre los barrotes para coger a la pelirroja antes de que se diera a la fuga. Se sintió fatal por todo, sintiéndose terriblemente emocional por todo, pero no quería moverme por instintos y trataba de usar la razón y no las vísceras. Tener la mente fría. Pero se lo estaban poniendo muy díficil. Cogí aire notando otra vez ese dolor que se transformaría en lágrima e ignoré la pregunta de Gen, tenía mis motivos aunque nadie parecía querer entenderlos o comprenderlos. El patronus apreció y apremió lo que añadía Ben, aquello de que tenían una misión entre manos. Con todo se había olvidado totalmente de ella. La Descendiente LeFay parecía querer acabar con la vía diplomática, y el Eire la secundó, parecía que no había consenso entre ellos sobre todo aquello, salvo por el hecho de que aquella noche la tendrían que pasar en el calabozo. Fueron saliendo de a pocos, primero Catherine y luego Gen. Se percató de que el capi también había agradecido a los Descendientes que fueran a interceder por ellos, sin embargo hacia él no hubo ningún comentario. No le sorprendía, pero le dolía, por lo que, sinceramente, ya no iba a hablar mucho más que lo necesario. La reunión de la plaza convocada por Johan pareció revolucionar a los prisioneros, yo simplemente… dejé estar ese patronus, total, no tenía sentido quejarse, ya habían dejado claro que no íbamos a poder salir por lo que volví a mi rincón con bastante resignación y lo peor de todo es que bajaríamos, estábamos todos dispuestos a hacerlo.
Cogí el jersey morado y lo apreté contra mi pecho, era el único objeto que nos quedaba después de que nos desarmaran antes de encerrarnos. Permanecí en silencio en aquel rincón hasta que escuché ruido fuera, el de las llaves. Alcé la vista y vi a Lucio ordenándonos que nos marchemos. Le estudié dudando de aquella acción, sabía de buena tinta que Lucio es una persona transparente y que no poseía maldad, que aquella acción no era para dañarnos a nosotros pero… Dudé unos segundos, pero tampoco era tan estúpida como para perder aquella oportunidad. Salí al pasillo a fin de agradecerle su acción pero no pude, ya estaba lejos. En su lugar me dirigí a la celda de Leila y le colé el jersey entre los barrotes -Así sabrás que no estás sola. Volveremos a por ti- ¿Cómo? Ni idea. Tras ello retrocedí el camino andado hasta nuestra celda, esperando a los dos compañeros y dudando si podíamos recuperar nuestras pertenencias.
Seguí apoyado de lado en la pared, cruzado de brazos y con mi cara de pocos amigos mientras escuchaba a unos y otros. De tanto en tanto miraba a Cleo, ya me sabía mal haberle hablado así y eso que acababa de suceder. Me encendía muy rápido y soltaba cosas que...bueno, ya hablaría con ella. Tenía pinta de que nos esperaban allí bastantes horas a solas. Sentí lástima por Mer al verla tan agobiada, y rabia hacia Kyllian porque él tenía parte de culpa. Encima nos ignoró a todos y no se dignó a explicar el motivo de su odio irracional hacia nosotros. - ¡Eso! ¡Huye sin dar la cara, cobarde! ¡no respondas, que es malo! ¡Creía que eras otra cosa! - hasta el momento me había controlado, por Mérida, pero visto lo visto...solté lo que sentía. Bufé por enésima vez en ese día, rodando los ojos al escuchar a Leila. En comparativa la isla era más segura aunque últimamente hubiesen pasado cosas. - ¿Pero qué estás diciendo de primera persona con la que te cruzases? en el juicio salieron muchas imágenes sobre la niña, y en una se la dejaste a unos magos cualquiera de la isla. No tiene puto sentido que a unos random sí, y a nosotros no. Yo te agradezo que fueses a verme al hospital y todo lo demás, pero no nos tomes por tontos, Leila. Cuesta mucho ganar confianza y muy poco destruirla. - lo sentía por ella y todo lo que le había pasado, también me sentía culpable por no haber actuado a tiempo, pero...tenía la sensación de que ya nada sería lo mismo en mi relación con ella. Quería que se recuperase y estuviese bien, eso sí. Nosotros no éramos lo que necesitaba.
Escuché a medias lo que dijo Catherine antes de irse, en resumidas cuentas nos quedábamos allí. Más me jodió aquello por la reunión que nos perdíamos, porque lo de dormir en el calabozo tampoco me importaba tanto. Era más la mala hostia por la injusticia. Todo por gritar un poquito y porque el viejo se sintió herido. Menuda piel tan fina se gastaban en el Consejo. Asentí gruñendo a lo que dijo Sean, pero sin verbalizar nada. A punto estuve de reírme de Lucio cuando el otro se mosqueó después del toqueteo de Gen. Dejó al medimago metido en una burbuja, como si fuese una hámster en su bola. Menos mal que no me dio la risa, porque el del bigote pareció tomarse aquello a mal, dándole el arrebato de soltarnos con la llave que pidió al guardia. No me lo pensé dos veces, había que irse. Cleo se acercó a darle el jersey a Leila, así al menos no pasaría frío. Yo le hice un gesto como de corroborar lo que decía la compañera, y tras eso salimos de allí los tres en dirección a la salida. Aún llevábamos los grilletes-cadenas antidesaparición en las muñecas, y la magia estaba bastante mermada. Habría que tirar de piernas para correr. A la entrada estaba la mesa del guardia empanao, la misma en la que alguien había estado pintando nuestras caras. - Boh, nos tienen envidia. - me puse a rebuscar entre los cajones, dando rápidamente con nuestras cosas. Nos acababan de encerrar, no les había dado tiempo a llevar las armas y demás a otro sitio. Las repartí entre Lykaios y Cleo, saliendo de allí pitando los tres. Otra fuga más a las espaldas.
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éxito: encontramos las pertenencias
fallo: no las encontramos
Escuché a medias lo que dijo Catherine antes de irse, en resumidas cuentas nos quedábamos allí. Más me jodió aquello por la reunión que nos perdíamos, porque lo de dormir en el calabozo tampoco me importaba tanto. Era más la mala hostia por la injusticia. Todo por gritar un poquito y porque el viejo se sintió herido. Menuda piel tan fina se gastaban en el Consejo. Asentí gruñendo a lo que dijo Sean, pero sin verbalizar nada. A punto estuve de reírme de Lucio cuando el otro se mosqueó después del toqueteo de Gen. Dejó al medimago metido en una burbuja, como si fuese una hámster en su bola. Menos mal que no me dio la risa, porque el del bigote pareció tomarse aquello a mal, dándole el arrebato de soltarnos con la llave que pidió al guardia. No me lo pensé dos veces, había que irse. Cleo se acercó a darle el jersey a Leila, así al menos no pasaría frío. Yo le hice un gesto como de corroborar lo que decía la compañera, y tras eso salimos de allí los tres en dirección a la salida. Aún llevábamos los grilletes-cadenas antidesaparición en las muñecas, y la magia estaba bastante mermada. Habría que tirar de piernas para correr. A la entrada estaba la mesa del guardia empanao, la misma en la que alguien había estado pintando nuestras caras. - Boh, nos tienen envidia. - me puse a rebuscar entre los cajones, dando rápidamente con nuestras cosas. Nos acababan de encerrar, no les había dado tiempo a llevar las armas y demás a otro sitio. Las repartí entre Lykaios y Cleo, saliendo de allí pitando los tres. Otra fuga más a las espaldas.
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El miembro 'Benjamin Red' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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'Probabilidad' :
Lyosha Svensson
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Calabozo de Lyosha
-Si es lo que él desea, lo haré- Expresó con voz neutral pero sospechaba que Adramelech, que tanto había fraternizado con magos, no buscaría venganza lo que la hizo chasquear la lengua con decepción. No obstante, algo la sorprendió. Las palabras de Khaled sobre Matvey hicieron que frunciera el ceño con molestia -Hubo uno, Khaled. Pero no hay nadie como él- No añadió nada más porque la garganta se le cerró en ese momento al recordar a Rodrigo. El estómago le dio un tirón de incomodidad y todo su cuerpo vibró al sentir que aquella sensible fibra era acariciada después de tantos años oculta.
Notó el nerviosismo en la voz de su hermano cuando ella señaló lo importante -¿Te enseño biología, Khaled? El problema del reloj lo tenemos las muj…Bueno, no, yo no. Soy un alado…O un revenant- Alzó ambas cejas para luego caer en algo -Yo no ¿No?- No es que estuviese interesada en tener relaciones con nadie pues no había alguien suficientemente bueno para ella pero si llegaba a existir y caía en aquella trampa de complacer los instintos básicos de procreación de las razas en general... No quería ni imaginarlo. No quería...tener la esperanza. Tragó en seco y después volvió al asunto -Confías demasiado en tu palabra. No esperes de un demonio lo mismo que tú estás dispuesto a dar- Le recordó con una mueca en los labios que no llegaba a ser una sonrisa sardónica.
Asintió con suavidad a su pregunta y la forma en la que describía aquello la hizo sentir profundamente extraña pero entonces lo miró. Él también había combatido aquella dualidad y con alguien que…Era mucho más caótico y quizás arisco que ella. Gruñó, de advertencia, al demonio por ponerlo en esa posición. Pero pudo percibir la confianza que tenía en ella, en que podría superar aquello y asintió -¿Suicides?- Inquirió antes de ver al muchachito del cuadro. Se inclinó un poco hacia un lado para observarlo.
-Sean Eire- Ronroneó con curiosidad mientras entrecerraba los ojos poniéndose al lado de Khaled, pero ella de frente a Sean, hombro con hombro con su hermano-Ven tú…¿Acaso tienes miedo?- Sonrió de lado y se encontró con una sensación divertida. Ladeó la cabeza hacia el hombro de Khaled, apoyándola en un gesto inocente -Te prometo que sólo me como niños como tú en el desayuno- Y aquella hora ya había pasado. Sin embargo, suponía que hablarían sobre Zaphira así que se giró hacia Khaled, después de todo, ahora ella era su prioridd -Dale las gracias a Zaphira y dile que cumpliré mi parte del trato…por un día- Musitó y se alejó hacia el camastro para acostarse tal como había estado antes. La cercanía con Belialt le había puesto nerviosa así que intentó cerrar los ojos y caer en un duermevela.
-Si es lo que él desea, lo haré- Expresó con voz neutral pero sospechaba que Adramelech, que tanto había fraternizado con magos, no buscaría venganza lo que la hizo chasquear la lengua con decepción. No obstante, algo la sorprendió. Las palabras de Khaled sobre Matvey hicieron que frunciera el ceño con molestia -Hubo uno, Khaled. Pero no hay nadie como él- No añadió nada más porque la garganta se le cerró en ese momento al recordar a Rodrigo. El estómago le dio un tirón de incomodidad y todo su cuerpo vibró al sentir que aquella sensible fibra era acariciada después de tantos años oculta.
Notó el nerviosismo en la voz de su hermano cuando ella señaló lo importante -¿Te enseño biología, Khaled? El problema del reloj lo tenemos las muj…Bueno, no, yo no. Soy un alado…O un revenant- Alzó ambas cejas para luego caer en algo -Yo no ¿No?- No es que estuviese interesada en tener relaciones con nadie pues no había alguien suficientemente bueno para ella pero si llegaba a existir y caía en aquella trampa de complacer los instintos básicos de procreación de las razas en general... No quería ni imaginarlo. No quería...tener la esperanza. Tragó en seco y después volvió al asunto -Confías demasiado en tu palabra. No esperes de un demonio lo mismo que tú estás dispuesto a dar- Le recordó con una mueca en los labios que no llegaba a ser una sonrisa sardónica.
Asintió con suavidad a su pregunta y la forma en la que describía aquello la hizo sentir profundamente extraña pero entonces lo miró. Él también había combatido aquella dualidad y con alguien que…Era mucho más caótico y quizás arisco que ella. Gruñó, de advertencia, al demonio por ponerlo en esa posición. Pero pudo percibir la confianza que tenía en ella, en que podría superar aquello y asintió -¿Suicides?- Inquirió antes de ver al muchachito del cuadro. Se inclinó un poco hacia un lado para observarlo.
-Sean Eire- Ronroneó con curiosidad mientras entrecerraba los ojos poniéndose al lado de Khaled, pero ella de frente a Sean, hombro con hombro con su hermano-Ven tú…¿Acaso tienes miedo?- Sonrió de lado y se encontró con una sensación divertida. Ladeó la cabeza hacia el hombro de Khaled, apoyándola en un gesto inocente -Te prometo que sólo me como niños como tú en el desayuno- Y aquella hora ya había pasado. Sin embargo, suponía que hablarían sobre Zaphira así que se giró hacia Khaled, después de todo, ahora ella era su prioridd -Dale las gracias a Zaphira y dile que cumpliré mi parte del trato…por un día- Musitó y se alejó hacia el camastro para acostarse tal como había estado antes. La cercanía con Belialt le había puesto nerviosa así que intentó cerrar los ojos y caer en un duermevela.
No sabía en qué demonios estaba pensando cuando decidí encontrarme con el nigromante y ojalá no me hubiera enfadado con Lucio porque lo necesitaba en ese momento para que me diera la mano... claro, si es que no me soltaba por la primera chica que se le pasara por en medio. El nigromante se dirigió a mi casi sin mirarme lo que su acompañante si hizo y no me gustó nada, aquella mujer me daba escalofríos puede que más que el líder de los Soul. Sonreí de forma nerviosa para después dirigirme a los guardias y pedir que me explicaran la situación, uno de ellos se adelantó para decirlo sin tono de interiores tal vez de lo nervioso que estaba y sinceramente no lo culpaba.
-La... la señora Zaphira la ha apresado, hirió a varios guardias y por eso la hemos traído aquí pero ha deshecho los barrotes- dijo el que se había atrevido a hablar, me volví a la celda y me dirigí a ambos después de que la mujer dijera que cumpliría un trato o algo así -Le daré las gracias, pero me temo que el señor Svensson debe dejar la celda, por favor, son normas de la isla y si no se cumplen nos traerán problemas a todos, sobretodo a Zaphira que debe encargarse del caso por haberla capturado y la verdad prefiero que no haga muchos esfuerzos, no se encuentra muy bien en estos días y de eso quería hablarle, si me lo permite- Suficiente con el problema de la brigada como para ahora tener que apelar también por los Soul, quería tener la fiesta en paz, también por Zaphira que seguramente lo pasaría mal por su... ¿Relación? ¿Qué era lo que tenía exactamente con ese hombre?
Esperé a que el nigromante saliera, ya fuera para hablar conmigo o para marcharse y cuando lo hiciera cerraría aquella celda con una barrera y que se encargaran los soldados de retirar los barrotes o lo que hiciera falta para no tener más problemas.
-La... la señora Zaphira la ha apresado, hirió a varios guardias y por eso la hemos traído aquí pero ha deshecho los barrotes- dijo el que se había atrevido a hablar, me volví a la celda y me dirigí a ambos después de que la mujer dijera que cumpliría un trato o algo así -Le daré las gracias, pero me temo que el señor Svensson debe dejar la celda, por favor, son normas de la isla y si no se cumplen nos traerán problemas a todos, sobretodo a Zaphira que debe encargarse del caso por haberla capturado y la verdad prefiero que no haga muchos esfuerzos, no se encuentra muy bien en estos días y de eso quería hablarle, si me lo permite- Suficiente con el problema de la brigada como para ahora tener que apelar también por los Soul, quería tener la fiesta en paz, también por Zaphira que seguramente lo pasaría mal por su... ¿Relación? ¿Qué era lo que tenía exactamente con ese hombre?
Esperé a que el nigromante saliera, ya fuera para hablar conmigo o para marcharse y cuando lo hiciera cerraría aquella celda con una barrera y que se encargaran los soldados de retirar los barrotes o lo que hiciera falta para no tener más problemas.
Rodé levemente la mirada cuando Lyosha me dijo si era necesario enseñarme biologia, sabía que no lo decía por eso, el misterio del milagro de la vida no se me escapaba de ese modo.
- Sí, tu sí. La biologia de los alados es ligeramente diferente pero no brotan de los arboles sin más... - le dije, por si tambien tenia dudas al respecto. Me encogí de hombros. - A los demonios puedo obligarlos. - no necesitaba que fuesen todo honestidad.
A la llegada de Sean, Lyosha se comportó muy ...Lyosha.
- ¿Un dia? Si tienes problemas puedes llamarme. - como que no la dejaran salir, o algo de eso, pasado el día. Ella se volvió a su camastro, al menos me habia contado un poco a qué venía todo el caos que se habia formado despues de nuestra "conversacion"
Me di la vuelta del todo, uno de los guardias informó del precario estado de los barrotes. Lo miré alzando la barbilla, de qué se sorprendian? Dejé de clavar la vista en el guardia para pasarla a Sean. Di un paso hacia los barrotes, pronuncié unas palabras y un portal se abrió frente a mi. Lo crucé y se cerró a mis espaldas. A los pocos segundos otro se abrió tras el descendiente de Merlin, y yo salí de él, quedandome parado a sus espaldas.
- ¿Del estado de Zaphira? A que te refieres con que no se encuentra muy bien?
"Lo que hizo Maera debia de haberlo solucionado, maldita sea"
- Sí, tu sí. La biologia de los alados es ligeramente diferente pero no brotan de los arboles sin más... - le dije, por si tambien tenia dudas al respecto. Me encogí de hombros. - A los demonios puedo obligarlos. - no necesitaba que fuesen todo honestidad.
A la llegada de Sean, Lyosha se comportó muy ...Lyosha.
- ¿Un dia? Si tienes problemas puedes llamarme. - como que no la dejaran salir, o algo de eso, pasado el día. Ella se volvió a su camastro, al menos me habia contado un poco a qué venía todo el caos que se habia formado despues de nuestra "conversacion"
Me di la vuelta del todo, uno de los guardias informó del precario estado de los barrotes. Lo miré alzando la barbilla, de qué se sorprendian? Dejé de clavar la vista en el guardia para pasarla a Sean. Di un paso hacia los barrotes, pronuncié unas palabras y un portal se abrió frente a mi. Lo crucé y se cerró a mis espaldas. A los pocos segundos otro se abrió tras el descendiente de Merlin, y yo salí de él, quedandome parado a sus espaldas.
- ¿Del estado de Zaphira? A que te refieres con que no se encuentra muy bien?
"Lo que hizo Maera debia de haberlo solucionado, maldita sea"
Esperé por la respuesta del nigromante y en cuanto desapareció de la celda se levantó la barrera que sustituiría a los barrotes, me llevé un buen susto cuando acto seguido el líder de los Soul apareció a mi espalda pero pude controlarme a parte de un mini infarto que después se manifestó con un hipido. El aura de aquel hombre era oscura y daba la misma sensación o peor que la que daba Matvey, al menos con él sabía que éramos compañeros del consejo... aunque tenía preferencias.
-Zaphira me pidió que fuera discreto, si no le importa podemos movernos a un lugar más privado- le comenté antes de girarme a los guardias -Con esto ya no tendréis problemas, retirad el metal de los barrotes y después os enviaré el hechizo para abrir una puerta en la barrera- dicho eso extendí mi mano invitando a Khaled a seguirme lejos de los guardias y de esa mujer que me ponía los pelos de punta saliendo ambos de los calabozos.
-Zaphira me pidió que fuera discreto, si no le importa podemos movernos a un lugar más privado- le comenté antes de girarme a los guardias -Con esto ya no tendréis problemas, retirad el metal de los barrotes y después os enviaré el hechizo para abrir una puerta en la barrera- dicho eso extendí mi mano invitando a Khaled a seguirme lejos de los guardias y de esa mujer que me ponía los pelos de punta saliendo ambos de los calabozos.
Lyosha Svensson
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Después de que Khaled se fuera tuvo que echar un vistazo al hechizo que había lanzado el chiquillo. Era impenetrable lo que le trastocaba los planes de salida que tenía para el día siguiente pero había varias opciones. Entre ellas, Khaled, se había ofrecido pero quería creer que la curiosidad de Matvey por aquella convergencia de almas y cuerpos era suficiente cebo para lanzar la caña.
No durmió en toda la noche, estuvo en procesos de duermevela pero vigilaba los cambios de guardia. No oía el metal de las armaduras pero si los pasos y, por supuesto, sentía los pequeños pedazos de metal que llevaban encima. Llaves, hebillas, entre otros. A la mañana siguiente alguien retiró los barrotes y aceptó de buena gana el desayuno que le dieron aunque lo que en realidad deseaba era drenar la energía de alguien.
Después de comer avanzó hacia el inicio de la celda bajo la vigilancia de cuatro pares de ojos. Los evaluó a cada uno, eran todos nuevos, pero había cierto recelo en sus ojos. Quizás habían oído las historias. Sonrió de lado. Sino fuera porque su propia mirada alertaba del peligro el cincelado rostro de Diana, carente del maquillaje que usaba Lyosha, podría pasar por hermoso -Necesito un favor- Murmuró mientras apoyaba las manos en la barrera y presionaba con fuerza. Le respondió el silencio espeso que tensó la atmósfera -Lo haría yo, pero no puedo salir. Los prisioneros tenemos derecho a una llamada ¿No?- Pregunto de forma casi inocente y los guardias se miraron entre sí preguntándose. Ante la ausencia de cascos tenían que deliberar en voz baja.
Uno de ellos, de preciosos ojos grises, se acercó y Lyosha sonrió sardónicamente -Decirle a Matvey Rasputin que estoy esperando en el calabozo con lo que necesita. Él sabrá a lo que me refiero- El guardia asintió y Lyosha se alejó de la barrera. Usaría a Matvey para el ritual y luego para que la sacará de allí. O al menos para que hablara con Zaphira y si se ponía tikismikis entonces convocaría a Belialt. Con suerte tras el ritual podía mirar a Khaled a los ojos con normalidad.
No durmió en toda la noche, estuvo en procesos de duermevela pero vigilaba los cambios de guardia. No oía el metal de las armaduras pero si los pasos y, por supuesto, sentía los pequeños pedazos de metal que llevaban encima. Llaves, hebillas, entre otros. A la mañana siguiente alguien retiró los barrotes y aceptó de buena gana el desayuno que le dieron aunque lo que en realidad deseaba era drenar la energía de alguien.
Después de comer avanzó hacia el inicio de la celda bajo la vigilancia de cuatro pares de ojos. Los evaluó a cada uno, eran todos nuevos, pero había cierto recelo en sus ojos. Quizás habían oído las historias. Sonrió de lado. Sino fuera porque su propia mirada alertaba del peligro el cincelado rostro de Diana, carente del maquillaje que usaba Lyosha, podría pasar por hermoso -Necesito un favor- Murmuró mientras apoyaba las manos en la barrera y presionaba con fuerza. Le respondió el silencio espeso que tensó la atmósfera -Lo haría yo, pero no puedo salir. Los prisioneros tenemos derecho a una llamada ¿No?- Pregunto de forma casi inocente y los guardias se miraron entre sí preguntándose. Ante la ausencia de cascos tenían que deliberar en voz baja.
Uno de ellos, de preciosos ojos grises, se acercó y Lyosha sonrió sardónicamente -Decirle a Matvey Rasputin que estoy esperando en el calabozo con lo que necesita. Él sabrá a lo que me refiero- El guardia asintió y Lyosha se alejó de la barrera. Usaría a Matvey para el ritual y luego para que la sacará de allí. O al menos para que hablara con Zaphira y si se ponía tikismikis entonces convocaría a Belialt. Con suerte tras el ritual podía mirar a Khaled a los ojos con normalidad.
Una hora más tarde de recibir el mensaje que me habían hecho llegar de parte de Lyosha, aparecí en los calabozos, lugar al que habian metido a la mujer por motivos evidentes. Informé de que venía a visitarla por motivos profesionales, preguntando por qué estaba alli y por cuanto tiempo.
Conforme andaba de camino a su celda iba pensando en el patronus de Sayid. Me parecian puntos bastante normales a tratar salvo lo de...descendencia y como preservarla. Por qué teniamos que tratar algo asi? Era un tema que me incomodaba, dada mi edad y mi ausencia de descendencia reconocida. Porque el niño de Adele....no, tendría que arrancarlo de los brazos de su madre para poder hacerlo mio, como de correcto resultaba?
"Tedio, me produce tedio la sola idea de...."
Me di cuenta de que ya habia llegado frente a la celda cuando vi a los guardias sin armaduras alli. Claro, el metal.
- Quedaos aquí de momento. - me acerqué a los barrotes de la celda, debían de haber puesto algo mas para que la mujer no escapara. - ¿Has tenido que terminar en prisión para obtener la sangre de tu hermano? - me quedé en silencio mirándola un rato, de arriba abajo. Luego hice una mueca y asentí con la cabeza. Creativo. No está mal. - Me han dicho que tienes cita con estos muros algo más de 24 horas....
El problema era que yo tenía ciertos asuntos que atender antes que a ella. Y que no me agradaba la idea de practicar alli en ese calabozo ciertos ritos de magia negra.
Conforme andaba de camino a su celda iba pensando en el patronus de Sayid. Me parecian puntos bastante normales a tratar salvo lo de...descendencia y como preservarla. Por qué teniamos que tratar algo asi? Era un tema que me incomodaba, dada mi edad y mi ausencia de descendencia reconocida. Porque el niño de Adele....no, tendría que arrancarlo de los brazos de su madre para poder hacerlo mio, como de correcto resultaba?
"Tedio, me produce tedio la sola idea de...."
Me di cuenta de que ya habia llegado frente a la celda cuando vi a los guardias sin armaduras alli. Claro, el metal.
- Quedaos aquí de momento. - me acerqué a los barrotes de la celda, debían de haber puesto algo mas para que la mujer no escapara. - ¿Has tenido que terminar en prisión para obtener la sangre de tu hermano? - me quedé en silencio mirándola un rato, de arriba abajo. Luego hice una mueca y asentí con la cabeza. Creativo. No está mal. - Me han dicho que tienes cita con estos muros algo más de 24 horas....
El problema era que yo tenía ciertos asuntos que atender antes que a ella. Y que no me agradaba la idea de practicar alli en ese calabozo ciertos ritos de magia negra.
Lyosha Svensson
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Tras el mensaje sólo quedaba esperar… esperar que su curiosidad fuera mayor así que se sentó en el camastro con la espalda apoyada en la pared y las manos apoyadas en las rodillas, unas manos que sostenían el recipiente de la sangre de su hermano. Había bajado la barbilla un poco hacia el pecho y casi sin querer había caído, nuevamente, en un duermevela culpa de la escasa energía vital que había consumido desde que estaba en el calabozo. Debía haber drenado a Khaled cuando tuvo tiempo.
Los murmullos y los pasos delataron la llegada de alguien y Lyosha solo pudo esperar que se tratara del nigromante. Alzó la vista cuando este le habló, la comisura de sus labios se levantó mínimamente recordando el pánico que habían tenido los guardias dentro de sus bellísimas armaduras - Fue divertido- Reconoció antes de incorporarse y caminar hacia él sosteniéndole la mirada. La estúpida noticia de que tenía que estar allí más de 24 horas le hizo poner los ojos en blanco -Os ponéis muy drásticos por una decena de guardias golpeados. Podría haberlos matado, pero no lo hice. He sido buena - Soltó por lo bajo antes de chasquear la lengua. Su trato con Zaphira había sido destrozado cuando su niñito había metido las narices. ¿Sería capaz de hacer magia sin las manos? Esperaba que sí porque eran su próximo objetivo.
Permaneceré en vuestro bonito calabozo, total, no tengo a donde ir … siempre que cumplas con el ritual. De lo contrario…- movió una mano como señalando que su cabeza daba vueltas y vueltas y entonces uno de los guardias gritó. No le había hecho daño pero uno de los barrotes de la celda del frente había desaparecido y el hombre tenía una daga contra el cuello - La dicotomía del ser puede jugar malas pasadas- Sonrió, casi amablemente, y se echó hacia atrás abriendo espacio en la celda - Sólo necesitas un portal para venir aquí- Indicó abriendo los brazos para señalar todo el espacio con el que contaba. Lo sentía por Matvey pero en el momento en el que estuviera cerca de ella iba a robarle energía. Quizás … si cedía a hacer el ritual sería considerada y le pediría permiso.
Los murmullos y los pasos delataron la llegada de alguien y Lyosha solo pudo esperar que se tratara del nigromante. Alzó la vista cuando este le habló, la comisura de sus labios se levantó mínimamente recordando el pánico que habían tenido los guardias dentro de sus bellísimas armaduras - Fue divertido- Reconoció antes de incorporarse y caminar hacia él sosteniéndole la mirada. La estúpida noticia de que tenía que estar allí más de 24 horas le hizo poner los ojos en blanco -Os ponéis muy drásticos por una decena de guardias golpeados. Podría haberlos matado, pero no lo hice. He sido buena - Soltó por lo bajo antes de chasquear la lengua. Su trato con Zaphira había sido destrozado cuando su niñito había metido las narices. ¿Sería capaz de hacer magia sin las manos? Esperaba que sí porque eran su próximo objetivo.
Permaneceré en vuestro bonito calabozo, total, no tengo a donde ir … siempre que cumplas con el ritual. De lo contrario…- movió una mano como señalando que su cabeza daba vueltas y vueltas y entonces uno de los guardias gritó. No le había hecho daño pero uno de los barrotes de la celda del frente había desaparecido y el hombre tenía una daga contra el cuello - La dicotomía del ser puede jugar malas pasadas- Sonrió, casi amablemente, y se echó hacia atrás abriendo espacio en la celda - Sólo necesitas un portal para venir aquí- Indicó abriendo los brazos para señalar todo el espacio con el que contaba. Lo sentía por Matvey pero en el momento en el que estuviera cerca de ella iba a robarle energía. Quizás … si cedía a hacer el ritual sería considerada y le pediría permiso.
Ignoré su concepto de diversión, era bastante macabro. Pero bueno, nada a lo que no estuviese acostumbrado.
- Drásticos? Que va. Deberias haber visto la epoca en la que se ejecutaba a gente por menos. Nosotros sí que hemos sido buenos.... - le dije a la mujer, preparandome para abrir un portal y poder entrar, pero me esperé, porque la soul aun tenia ganas de seguir haciendo una demostracion de orgullo.
Amenazó a un guardia creando una daga de metal a partir de los barrotes. Sin dejar de mirarla, les hablé de modo hosco.
- Que haceis aqui todavia? Largaos!- los eché bruscamente, primero, porque no queria que Lyosha siguiera jugando con ellos, y segundo, porque no queria publico en mis rituales, ya que no pensaba sacarla de alli
- Si, los rituales tambien pueden jugar malas pasadas. - abrí un portal usando el poder de la piedra, entrando en su celda. - La sangre, la tienes? - me fui a una esquina, tranquilamente, y dibujé un sello muy sencillo, usando ahora si, mi sangre, con un sencillo corte en un dedo. Fui a la esquina de enfrente, haciendo lo mismo, aunque el sello era ligeramente distinto. Me levanté al acabar, volviendo al centro de la celda y mirando a mi alrededor....pensando. - Lo has hecho alguna vez?
- Drásticos? Que va. Deberias haber visto la epoca en la que se ejecutaba a gente por menos. Nosotros sí que hemos sido buenos.... - le dije a la mujer, preparandome para abrir un portal y poder entrar, pero me esperé, porque la soul aun tenia ganas de seguir haciendo una demostracion de orgullo.
Amenazó a un guardia creando una daga de metal a partir de los barrotes. Sin dejar de mirarla, les hablé de modo hosco.
- Que haceis aqui todavia? Largaos!- los eché bruscamente, primero, porque no queria que Lyosha siguiera jugando con ellos, y segundo, porque no queria publico en mis rituales, ya que no pensaba sacarla de alli
- Si, los rituales tambien pueden jugar malas pasadas. - abrí un portal usando el poder de la piedra, entrando en su celda. - La sangre, la tienes? - me fui a una esquina, tranquilamente, y dibujé un sello muy sencillo, usando ahora si, mi sangre, con un sencillo corte en un dedo. Fui a la esquina de enfrente, haciendo lo mismo, aunque el sello era ligeramente distinto. Me levanté al acabar, volviendo al centro de la celda y mirando a mi alrededor....pensando. - Lo has hecho alguna vez?
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