Recuerdo del primer mensaje :
El trabajo es muy duro, y algun mago puede acabar agotado o herido. Como es impensable trasladar a un prisionero hasta el hospital de la ciudad, se les atiende en el propio centro. Aunque aqui los cientificos tambien llevan a cabo algun que otro experimento de dudosa calidad moral.
Nota: en los temas de enfermería los personajes recuperan 20 PS por día (off rol, reales) que pasen aquí, contados desde el momento en que posteen o que otro personaje les traiga, explicitando en su post que están aquí.
Nota: en los temas de enfermería los personajes recuperan 20 PS por día (off rol, reales) que pasen aquí, contados desde el momento en que posteen o que otro personaje les traiga, explicitando en su post que están aquí.
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da igual el daño que nos hagan, nos vamos a curar, el mas jodido es el verde XD (me ahorro cuentasssssssshijjjiij)
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Thalos se esfumó de mi lado sin decirme nada mas, sin despedirse, sin dejarme oirle gritar de gusto por el disparo que le habia dado...que frustrante! Me levanté cabreada y me saqué el casco viendo desaparecer tambien al nigromante.
El demonio se habia ido destrozando paredes y entre mi compañero y yo ayudamos a Green a ponerse en pie, que se le veian las tripas....pobre.
- Reportaremos de lo ocurrido aqui y llevaremos a este a la enfermeria, está jodido, joder! Era un maldito demonio, usando portales de esos que no podemos controlar con los dispositivos de antidesaparicion...joder!
Y el cientifico? Yo no me di cuenta de que se lo habian llevado. Mis compañeros y yo transmitimos el informe situacional a nuestros respectivos superiores via comunicador y marchamos a poner nuestras heridas y vidas en orden. Y de paso que mandasen a los de limpieza a arreglar todo este desastre.... y sangre...
A los Jefazos no les iba a gustar nada lo que acababa de pasar aqui. Ya me veia yo una subida de impuestos....
PNJ soldados fuera
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Thalos se esfumó de mi lado sin decirme nada mas, sin despedirse, sin dejarme oirle gritar de gusto por el disparo que le habia dado...que frustrante! Me levanté cabreada y me saqué el casco viendo desaparecer tambien al nigromante.
El demonio se habia ido destrozando paredes y entre mi compañero y yo ayudamos a Green a ponerse en pie, que se le veian las tripas....pobre.
- Reportaremos de lo ocurrido aqui y llevaremos a este a la enfermeria, está jodido, joder! Era un maldito demonio, usando portales de esos que no podemos controlar con los dispositivos de antidesaparicion...joder!
Y el cientifico? Yo no me di cuenta de que se lo habian llevado. Mis compañeros y yo transmitimos el informe situacional a nuestros respectivos superiores via comunicador y marchamos a poner nuestras heridas y vidas en orden. Y de paso que mandasen a los de limpieza a arreglar todo este desastre.... y sangre...
A los Jefazos no les iba a gustar nada lo que acababa de pasar aqui. Ya me veia yo una subida de impuestos....
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Los soldados traen a los prisioneros hasta el sector de laboratorios, seguidos por los científicos. Dos de ellos, darkred, y red , entran a una de las salas llevándose a la prisionera Juliet. El otro científico, orange , entra a otra de la salas con el prisionero Reiv. Ambos se quedan acompañados por al menos dos soldados que hacen guardia en el exterior, por si fuese necesario que actuasen.
Las salas en las que ingresan son de un blanco metalizado del suelo al techo, con aspecto frío y aséptico. Son bastante amplias, y plagadas de instrumental de todo tipo, además de aparatos que sólo los científicos conocen. En el centro de las salas hay una camilla con correas en pies y manos, donde se ordena atar a los prisioneros. Una vez atados les toca esperar varios minutos más, mientras los científicos preparan lo necesario para iniciar los experimentos. Las pruebas serán largas, por lo que no será suficiente una sola jornada.
- Bien, relájate, cuanto menos molestes y luches más fácil será todo esto y menos daño te haremos. - comenzó en tono de voz suave uno de los científicos dirigiéndose a Juliet, ya atada de pies y manos sobre la camilla. - Mi compañero y yo te vamos a ir haciendo algunas preguntas mientras iniciamos los procedimientos, muy rutinario. - el otro científico miraba a la muchacha con los ojos entornados, echando de vez en cuando un vistazo al historial delictivo que tenían sobre ella. - Así que tu fuiste la que entró a robar la bomba. Dragón... interesante, hemos tenido unos cuantos dragones por aquí, pero creo que nunca una hembra. - por ahora se mostraban incluso educados, tratando de ocultar su curiosidad. Uno de ellos cogió una jeringuilla vacía de aspecto bastante moderno, diferente a las habituales. Se dirigió al brazo de la muchacha para buscar la vena. En cuestión de dos o tres segundos extrajo sangre suficiente para rellenar la jeringuilla, separándose de su compañero para ir hacia las mesas de análisis. El brillo de la sangre seguía siendo el habitual en esta raza, con lo cual no se habían producido cambios más que a nivel efectivo. - ¿Cuál es la longevidad de tu especie? ¿es cierto que vuestra sangre es curativa? - pregunto el otro que no estaba analizando la sangre.
Las salas en las que ingresan son de un blanco metalizado del suelo al techo, con aspecto frío y aséptico. Son bastante amplias, y plagadas de instrumental de todo tipo, además de aparatos que sólo los científicos conocen. En el centro de las salas hay una camilla con correas en pies y manos, donde se ordena atar a los prisioneros. Una vez atados les toca esperar varios minutos más, mientras los científicos preparan lo necesario para iniciar los experimentos. Las pruebas serán largas, por lo que no será suficiente una sola jornada.
- Bien, relájate, cuanto menos molestes y luches más fácil será todo esto y menos daño te haremos. - comenzó en tono de voz suave uno de los científicos dirigiéndose a Juliet, ya atada de pies y manos sobre la camilla. - Mi compañero y yo te vamos a ir haciendo algunas preguntas mientras iniciamos los procedimientos, muy rutinario. - el otro científico miraba a la muchacha con los ojos entornados, echando de vez en cuando un vistazo al historial delictivo que tenían sobre ella. - Así que tu fuiste la que entró a robar la bomba. Dragón... interesante, hemos tenido unos cuantos dragones por aquí, pero creo que nunca una hembra. - por ahora se mostraban incluso educados, tratando de ocultar su curiosidad. Uno de ellos cogió una jeringuilla vacía de aspecto bastante moderno, diferente a las habituales. Se dirigió al brazo de la muchacha para buscar la vena. En cuestión de dos o tres segundos extrajo sangre suficiente para rellenar la jeringuilla, separándose de su compañero para ir hacia las mesas de análisis. El brillo de la sangre seguía siendo el habitual en esta raza, con lo cual no se habían producido cambios más que a nivel efectivo. - ¿Cuál es la longevidad de tu especie? ¿es cierto que vuestra sangre es curativa? - pregunto el otro que no estaba analizando la sangre.
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No es que hubiera estado de ansioso, pero cuando autorizaron por fin a dos de los peces más gordos capturados, me alegré un poco de las torturas próximas. Me llevé a Reiv a una sala. Él era el hostil del par, así que no sé por qué me mandaron solo y a la dragona le tocaron de a dos. Montoneros, quizás.
Tras la cooperación a la fuerza de Reiv para montarlo sobre la camilla, saqué mi tabla para anotar. El sistema era bueno, tenía muchos datos sobre Reiv, pero la antigua era mejor ante estas cosas.- Bueno, bueno, bueno... Reiv, ¿qué tal si comenzamos por tomarnos un momento para establecer una relación más abierta? Quizás podríamos empezar por decirnos... ejem, decirme tu apellido, segundo nombre, tu fruta favorita.- Había metido la pata un poco advirtiéndole que lo teníamos más vigilado que en el Gran Hermano.
- Podríamos también empezar por decirme sobre tu relación con los renegados. Te hemos visto muy activo últimamente. Solías ser un llanero solitario, pero creo que ya no. Cuéntame un poco sobre eso.- Sentado cómodamente, prefiero iniciar viendo como reacciona el sujeto. Tengo órdenes de no matarlo, pero de experimentos y torturas vale casi todo.
No es que hubiera estado de ansioso, pero cuando autorizaron por fin a dos de los peces más gordos capturados, me alegré un poco de las torturas próximas. Me llevé a Reiv a una sala. Él era el hostil del par, así que no sé por qué me mandaron solo y a la dragona le tocaron de a dos. Montoneros, quizás.
Tras la cooperación a la fuerza de Reiv para montarlo sobre la camilla, saqué mi tabla para anotar. El sistema era bueno, tenía muchos datos sobre Reiv, pero la antigua era mejor ante estas cosas.- Bueno, bueno, bueno... Reiv, ¿qué tal si comenzamos por tomarnos un momento para establecer una relación más abierta? Quizás podríamos empezar por decirnos... ejem, decirme tu apellido, segundo nombre, tu fruta favorita.- Había metido la pata un poco advirtiéndole que lo teníamos más vigilado que en el Gran Hermano.
- Podríamos también empezar por decirme sobre tu relación con los renegados. Te hemos visto muy activo últimamente. Solías ser un llanero solitario, pero creo que ya no. Cuéntame un poco sobre eso.- Sentado cómodamente, prefiero iniciar viendo como reacciona el sujeto. Tengo órdenes de no matarlo, pero de experimentos y torturas vale casi todo.
Las condiciones se volvieron diversas después de la primera noche. El primer expulsado había sido el chico del piso, al que habían decidido no ayudar y que quizás estaría en la enfermería, por eso de no despertar. Además, resultó ser estrés tras estrés, pues no había momento en el que unas pisadas del otro lado de la puerta no la pusieran en alerta. Logró descansar un poco a pesar de las condiciones, pues sabía que la guerra psicológica sería más difícil sin dormir y que, en cualquier instante ellos podrían entrar, llevarse a Reiv, y sabía que no podría evitarlo sin llevarse otro tiro.
Por otro lado, la rutina diaria se estableció, pasando primero por los alimentos, el aseo diario, las curaciones y la soledad de la celda. Poco había hablado con Reiv, no porque no quisiera, sino porque no sabía que tanto escuchaban. La mayor parte del tiempo trataba de entrenar dentro de la habitación, o tan solo caminar para no perder músculo. El resto del tiempo lo descansaba por periodos, durmiendo micro siestas. No interfirió con la rutina de Reiv ni le dio ánimos para hacer nada, pues su mejor vía de escape era recuperar la pierna. El día D, cuando llegaron los científicos y hablaron claramente de separarlos supo que todo aquel intento no había servido de nada para crear la ilusión de distancia entre ellos. Terminó por ir sin pegas a donde le conducían, aunque no le evitó un empujón. Firme en su convicción, solo echó una miradilla a Reiv y siguió su camino, colaborando con los científicos. Tenía la sensación que a ellos sí podía enfrentarse y ganar. No se veían muy atléticos, pero los guardias de fuera, con sus armas serían demasiado por ahora.
Tomó los minutos en que los científicos se preparaban para tratar de relajarse en la camilla. Ya estaba ahí, había soportado peores cosas, y así trataba de tranquilizarse para superar lo que venía.
Observó el rostro de ambos mientras hablaban. Instrucciones generales y raquíticas. Tampoco hacían preguntas. Si esperaban que dijera todo solo porque sí, no lograrían nada. La jeringuilla la hizo preocuparse, pero mantuvo el cuerpo relajado a pesar de la tensión. Al final, solo iba para sacarle sangre, cosa que seguro sería común entre los capturados. No podía dejar de pensar en lo que podrían hacer con eso. Si les habían quitado la magia, seguro que de algo les serviría una muestra más de una especie casi extinta. Al final, hubo una pregunta un poco extraña. Frunció el ceño mientras pensaba en respuestas que ni ella conocía. A fin de cuentas, decidió mejor ser sutil en sus mentiras, haciéndolas parecer como colaboración.- Un par de cientos de años, no gran cosa. Y no es curativa. Hasta donde sé, eso fue invento de los chinos.- Algo había oido hablar de eso en su infancia y adolescencia, un país llamado China que no sabía donde estaba cazaba a la especie por sus garras, escamas, corazón y sangre. Al menos no la desangrarían por mitos. Al otro cienti ni le hizo caso, que si era hembra o no, no le interesaba demasiado. Sabía que había dragones en Londres, aunque también había muchos desvalijados por Inglaterra.
Por otro lado, la rutina diaria se estableció, pasando primero por los alimentos, el aseo diario, las curaciones y la soledad de la celda. Poco había hablado con Reiv, no porque no quisiera, sino porque no sabía que tanto escuchaban. La mayor parte del tiempo trataba de entrenar dentro de la habitación, o tan solo caminar para no perder músculo. El resto del tiempo lo descansaba por periodos, durmiendo micro siestas. No interfirió con la rutina de Reiv ni le dio ánimos para hacer nada, pues su mejor vía de escape era recuperar la pierna. El día D, cuando llegaron los científicos y hablaron claramente de separarlos supo que todo aquel intento no había servido de nada para crear la ilusión de distancia entre ellos. Terminó por ir sin pegas a donde le conducían, aunque no le evitó un empujón. Firme en su convicción, solo echó una miradilla a Reiv y siguió su camino, colaborando con los científicos. Tenía la sensación que a ellos sí podía enfrentarse y ganar. No se veían muy atléticos, pero los guardias de fuera, con sus armas serían demasiado por ahora.
Tomó los minutos en que los científicos se preparaban para tratar de relajarse en la camilla. Ya estaba ahí, había soportado peores cosas, y así trataba de tranquilizarse para superar lo que venía.
Observó el rostro de ambos mientras hablaban. Instrucciones generales y raquíticas. Tampoco hacían preguntas. Si esperaban que dijera todo solo porque sí, no lograrían nada. La jeringuilla la hizo preocuparse, pero mantuvo el cuerpo relajado a pesar de la tensión. Al final, solo iba para sacarle sangre, cosa que seguro sería común entre los capturados. No podía dejar de pensar en lo que podrían hacer con eso. Si les habían quitado la magia, seguro que de algo les serviría una muestra más de una especie casi extinta. Al final, hubo una pregunta un poco extraña. Frunció el ceño mientras pensaba en respuestas que ni ella conocía. A fin de cuentas, decidió mejor ser sutil en sus mentiras, haciéndolas parecer como colaboración.- Un par de cientos de años, no gran cosa. Y no es curativa. Hasta donde sé, eso fue invento de los chinos.- Algo había oido hablar de eso en su infancia y adolescencia, un país llamado China que no sabía donde estaba cazaba a la especie por sus garras, escamas, corazón y sangre. Al menos no la desangrarían por mitos. Al otro cienti ni le hizo caso, que si era hembra o no, no le interesaba demasiado. Sabía que había dragones en Londres, aunque también había muchos desvalijados por Inglaterra.
Reed Draven
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El rostro se le arrugó varias veces. El sonido ambiente resultaba molesto. Pitidos, voces de fondo, un constante ir y venir de pisadas y algo similar a un escape de aire a presión que no paraba ni un segundo. Un gruñido salió de su garganta pero sonó extraño, como si una barrera lo cortase antes de expandirse por el aire.
Finalmente abrió sus ojos. Su cabeza estallaba de dolor y las luces resplandecientes que se situaban frente a sus ojos no ayudaban demasiado. Poco a poco fue comprendiendo. Una mascarilla de algo , que él esperaba fuese oxígeno, tapaba su boca y nariz. Estaba en una especie de hospital. Lo dudaba ya que nunca había estado más que en la enfermería de su escuela.
Parpadeó varias veces con intención de adaptar sus ojos a la iluminación de la sala. Sus brazos trataron de moverse pero rápidamente se dio cuenta de que estaba atado, también los pies. Se trataba de un material rígido por lo que podía sentir en sus muñecas, incluso metálico diría.
Varios monitores a su lado izquierdo un suero colgando al derecho. Frunció el ceño. Ni puta gracia que le inyectasen alguna mierda. Procuró mantener la calma mientras se limitaba a observar. La mayoría vestía batas, algunos indumentaria militar. Sin duda había sido una cagada no disparar. También lo había sido distraerse a pensar lo suficiente como para que le inmovilizaran sin darse cuenta.
Pasó un buen rato en el que cerró los ojos y trató de escuchar algo que le resultase útil antes de que se diesen cuenta de que estaba despierto. Con el puto sonido del aire no oía gran cosa si estaban lejos de él. Miró de reojo el sistema de suero que colgaba hasta poco más arriba de su muñeca. Sin pensarlo giró la mano como pudo hasta agarrarlo y simplemente tiró, tiró varias veces balanceando el palo de suero que termino dándole en la pierna para después rodar hasta el suelo armando un gran revuelo. Dejo caer su mano y cerró su ojo simulando seguir dormido, aunque las constantes vitales ahora mismo estaban algo alteradas.
Finalmente abrió sus ojos. Su cabeza estallaba de dolor y las luces resplandecientes que se situaban frente a sus ojos no ayudaban demasiado. Poco a poco fue comprendiendo. Una mascarilla de algo , que él esperaba fuese oxígeno, tapaba su boca y nariz. Estaba en una especie de hospital. Lo dudaba ya que nunca había estado más que en la enfermería de su escuela.
Parpadeó varias veces con intención de adaptar sus ojos a la iluminación de la sala. Sus brazos trataron de moverse pero rápidamente se dio cuenta de que estaba atado, también los pies. Se trataba de un material rígido por lo que podía sentir en sus muñecas, incluso metálico diría.
Varios monitores a su lado izquierdo un suero colgando al derecho. Frunció el ceño. Ni puta gracia que le inyectasen alguna mierda. Procuró mantener la calma mientras se limitaba a observar. La mayoría vestía batas, algunos indumentaria militar. Sin duda había sido una cagada no disparar. También lo había sido distraerse a pensar lo suficiente como para que le inmovilizaran sin darse cuenta.
Pasó un buen rato en el que cerró los ojos y trató de escuchar algo que le resultase útil antes de que se diesen cuenta de que estaba despierto. Con el puto sonido del aire no oía gran cosa si estaban lejos de él. Miró de reojo el sistema de suero que colgaba hasta poco más arriba de su muñeca. Sin pensarlo giró la mano como pudo hasta agarrarlo y simplemente tiró, tiró varias veces balanceando el palo de suero que termino dándole en la pierna para después rodar hasta el suelo armando un gran revuelo. Dejo caer su mano y cerró su ojo simulando seguir dormido, aunque las constantes vitales ahora mismo estaban algo alteradas.
Al final vinieron.
Era de esperar, pero el paso de los días sin muchos contratiempos consiguió crearnos la falsa ilusión de que, a pesar de lo jodido de la situación, podíamos sobrevivir sin sufrir demasiado. Eso también era peligroso, acostumbrarse a la falta de libertad, a conformarse simplemente con estar vivo. No podíamos adormecernos. Tal vez lo más difícil de llevar, además del encierro y la esclavitud, sea el tener que actuar como si Juliet y yo no tuviésemos el más mínimo interés en el otro. Por el momento su plan parecía funcionar, no amenazaron al uno con el otro, como si no sospechasen nada. Con el paso de los días, tal vez semanas, nuestras heridas fueron mejorando. Podíamos movernos algo más, lo justo teniendo en cuenta la falta de espacio. Si conseguíamos algo más de fuerzas tal vez estaríamos en condiciones de intentar algo, así que en ese sentido el paso del tiempo sí jugaba a nuestro favor.
El momento en el que entraron varios científicos y soldados supe que ya no tendríamos tiempo de madurar ese posible plan, el modo en el que nos sacaron de la celda fue avasallador. Nos separaban, cada uno por un lado, y no era capaz de saber si eso era buena señal porque no sospechaban de nuestra relación, o si era mala señal para pillarnos a cada uno de manera individual. Me esforcé por imitar a Juliet y no opuse resistencia, aunque no pude evitar seguirla con la mirada hasta que nuestros caminos se separaron, cada uno rumbo a una zona distinta de los laboratorios.
Acabo atado en una camilla cual rata de laboratorio, en un sitio frío, blanco y metálico, rodeado de chismes y cosas que no entiendo. Lo único que quiero es blasfemar y golpear a todos los que me han traído aquí, pero me contengo para no hacerlo por seguir con lo que acordé con Juliet, al menos por ahora. Cierro los ojos e inspiro profundamente unos segundos para tratar de calmarme, mirando después al científico con fingida indiferencia cuando empieza a hacerse el simpático con sus absurdas preguntas. La pregunta de la fruta favorita me recuerda al interrogatorio del maldito Tolstoi cuando me encerró en una de las prisiones de los renegados. El muy puto me preguntó cuál era mi color favorito y luego me torturó con la canción de "La barbacoa" en bucle durante horas. Espero que estos no sean tan perturbados.
- ¿Acaso estoy en una sesión de psicólogo y no me he enterado? - pregunto sarcásticamente cuando me dice eso de que le cuente más, como si quisiera psicoanalizarme. Lo del apellido puede ser problemático, el Black puede hacerles caer en la cuenta de mi relación con Johan. Mucha casualidad compartir apellido y haberlo ayudado. Tampoco sé si lo saben y me están vacilando, no sé cuántos datos tienen de mí. - Beltway. - miento dando el apellido de mi madre, a la cual hace siglos que no veo. - He ido con los renegados por conveniencia, no son mis amigos. - me arrepiento de decir eso porque es como decir que estoy completamente solo y nadie va a venir a ayudarme, lo cual les da vía libre a seguir haciendo lo que quieran conmigo. - ¿Todo esto para qué? no puedo daros información útil, no sirve que me interroguéis. - tal vez tampoco he debido decir eso, si no les soy útil nada les impide matarme aquí y ahora. - Van a venir a por vosotros igual. Estáis cabreando a demasiada gente...
Era de esperar, pero el paso de los días sin muchos contratiempos consiguió crearnos la falsa ilusión de que, a pesar de lo jodido de la situación, podíamos sobrevivir sin sufrir demasiado. Eso también era peligroso, acostumbrarse a la falta de libertad, a conformarse simplemente con estar vivo. No podíamos adormecernos. Tal vez lo más difícil de llevar, además del encierro y la esclavitud, sea el tener que actuar como si Juliet y yo no tuviésemos el más mínimo interés en el otro. Por el momento su plan parecía funcionar, no amenazaron al uno con el otro, como si no sospechasen nada. Con el paso de los días, tal vez semanas, nuestras heridas fueron mejorando. Podíamos movernos algo más, lo justo teniendo en cuenta la falta de espacio. Si conseguíamos algo más de fuerzas tal vez estaríamos en condiciones de intentar algo, así que en ese sentido el paso del tiempo sí jugaba a nuestro favor.
El momento en el que entraron varios científicos y soldados supe que ya no tendríamos tiempo de madurar ese posible plan, el modo en el que nos sacaron de la celda fue avasallador. Nos separaban, cada uno por un lado, y no era capaz de saber si eso era buena señal porque no sospechaban de nuestra relación, o si era mala señal para pillarnos a cada uno de manera individual. Me esforcé por imitar a Juliet y no opuse resistencia, aunque no pude evitar seguirla con la mirada hasta que nuestros caminos se separaron, cada uno rumbo a una zona distinta de los laboratorios.
Acabo atado en una camilla cual rata de laboratorio, en un sitio frío, blanco y metálico, rodeado de chismes y cosas que no entiendo. Lo único que quiero es blasfemar y golpear a todos los que me han traído aquí, pero me contengo para no hacerlo por seguir con lo que acordé con Juliet, al menos por ahora. Cierro los ojos e inspiro profundamente unos segundos para tratar de calmarme, mirando después al científico con fingida indiferencia cuando empieza a hacerse el simpático con sus absurdas preguntas. La pregunta de la fruta favorita me recuerda al interrogatorio del maldito Tolstoi cuando me encerró en una de las prisiones de los renegados. El muy puto me preguntó cuál era mi color favorito y luego me torturó con la canción de "La barbacoa" en bucle durante horas. Espero que estos no sean tan perturbados.
- ¿Acaso estoy en una sesión de psicólogo y no me he enterado? - pregunto sarcásticamente cuando me dice eso de que le cuente más, como si quisiera psicoanalizarme. Lo del apellido puede ser problemático, el Black puede hacerles caer en la cuenta de mi relación con Johan. Mucha casualidad compartir apellido y haberlo ayudado. Tampoco sé si lo saben y me están vacilando, no sé cuántos datos tienen de mí. - Beltway. - miento dando el apellido de mi madre, a la cual hace siglos que no veo. - He ido con los renegados por conveniencia, no son mis amigos. - me arrepiento de decir eso porque es como decir que estoy completamente solo y nadie va a venir a ayudarme, lo cual les da vía libre a seguir haciendo lo que quieran conmigo. - ¿Todo esto para qué? no puedo daros información útil, no sirve que me interroguéis. - tal vez tampoco he debido decir eso, si no les soy útil nada les impide matarme aquí y ahora. - Van a venir a por vosotros igual. Estáis cabreando a demasiada gente...
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El científico que hizo las preguntas no quedó muy satisfecho con las respuestas de la chica, que le resultaron vagas y falsas. Lo de un par de cientos de años no cuadraba con los que se supone que tenía el dragón que tuvieron de ejecutor, Erebo, que contaba con varios siglos más. Lo del invento de los chinos tampoco le convencía. Torció el gesto como disgustado, sin expresarlo en palabras. - Ya veo...bueno, contigo podremos averiguar más sobre tu especie. Más material genético para la colección. - No le importó desvelar parte del propósito por el que le sacaban sangre, además de analizar su estado de salud ante la falta de magia. El proyecto de hibridación seguía adelante, aunque de manera lenta ahora que los satélites antimagia habían resuelto parte del problema. No todos en el equipo estaban satisfechos con ello, el poder que ofrecía lo mágico seguía tentando a muchos.
- Iremos entonces a algo más mundano y terrenal, uno de los motivos por los que estás detenida. Has colaborado con los renegados en rescate de varios de ellos, y en el robo de material del arsenal. Asumimos que perteneces a su grupo, por lo que serás juzgada como uno de ellos. Puedes reducir tu condena si nos das más datos para detenerlos y con ello hace de Londres un lugar más seguro. El ejército estará satisfecho con eso. A mi me interesa más lo que puedo estudiar con todos los que traigan aquí. - se subió las gafas mientras una sonrisa torcida se dibujaba en su rostro, haciendo una pregunta más a continuación. - ¿El resto de dragones también está como tú, no se pueden transformar? - poco se sabía de lo sucedido con el resto de dragones, no eran demasiados para poder observar los efectos de la magia en ellos. Se dio la vuelta para ayudar a su compañero con el proceso de análisis de sangre, prácticamente finalizado en escasos minutos gracias a la tecnología avanzada del laboratorio. - Su estado de salud es relativamente bueno, los valores son normales, aunque se observa una tendencia al debilitamiento. - cuchicheó con el otro mientras leía en una pantalla holográfica los valores que iban apareciendo en pantalla. - Esto les está pasando a los otros que tenemos capturados. Ya ha pasado casi un mes desde el lanzamiento, tal vez tenga relación. Es algo sutil pero generalizado. Tendremos que seguir analizándolo...deberíamos probarlos en condiciones de combate, unos contra otros. - el compañero asiente, es algo que ya habían estado hablando con anterioridad. Después entorna los ojos, fijándose en uno de los datos del análisis de sangre que aparecen en la pantalla. - ¿GCH? eso quiere decir que... - ambos científicos se miraron entre ellos ante el descubrimiento, girándose para mirar con gesto dudoso a la prisionera. - No sé qué órdenes hay en estos casos, habría que consultar. Si eliminar o qué. Puede ser un espécimen de investigación más interesante en este caso. - en ese momento saltaron las alarmas en otra de las salas del laboratorio, así que el científico red chistó por lo bajo fastidiado, abandonando la estancia para ir hacia donde estaba Reed. - Voy a ver qué pasa, te dejo con ella a solas.
- Iremos entonces a algo más mundano y terrenal, uno de los motivos por los que estás detenida. Has colaborado con los renegados en rescate de varios de ellos, y en el robo de material del arsenal. Asumimos que perteneces a su grupo, por lo que serás juzgada como uno de ellos. Puedes reducir tu condena si nos das más datos para detenerlos y con ello hace de Londres un lugar más seguro. El ejército estará satisfecho con eso. A mi me interesa más lo que puedo estudiar con todos los que traigan aquí. - se subió las gafas mientras una sonrisa torcida se dibujaba en su rostro, haciendo una pregunta más a continuación. - ¿El resto de dragones también está como tú, no se pueden transformar? - poco se sabía de lo sucedido con el resto de dragones, no eran demasiados para poder observar los efectos de la magia en ellos. Se dio la vuelta para ayudar a su compañero con el proceso de análisis de sangre, prácticamente finalizado en escasos minutos gracias a la tecnología avanzada del laboratorio. - Su estado de salud es relativamente bueno, los valores son normales, aunque se observa una tendencia al debilitamiento. - cuchicheó con el otro mientras leía en una pantalla holográfica los valores que iban apareciendo en pantalla. - Esto les está pasando a los otros que tenemos capturados. Ya ha pasado casi un mes desde el lanzamiento, tal vez tenga relación. Es algo sutil pero generalizado. Tendremos que seguir analizándolo...deberíamos probarlos en condiciones de combate, unos contra otros. - el compañero asiente, es algo que ya habían estado hablando con anterioridad. Después entorna los ojos, fijándose en uno de los datos del análisis de sangre que aparecen en la pantalla. - ¿GCH? eso quiere decir que... - ambos científicos se miraron entre ellos ante el descubrimiento, girándose para mirar con gesto dudoso a la prisionera. - No sé qué órdenes hay en estos casos, habría que consultar. Si eliminar o qué. Puede ser un espécimen de investigación más interesante en este caso. - en ese momento saltaron las alarmas en otra de las salas del laboratorio, así que el científico red chistó por lo bajo fastidiado, abandonando la estancia para ir hacia donde estaba Reed. - Voy a ver qué pasa, te dejo con ella a solas.
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Ay, no cabía duda que el muchacho era idiota. Pero no lo podía evitar, ya era su naturaleza, y peor aún siendo un ser inferior y horrible. Me tuve que levantar de mi silla para ir a darle un buen golpe en el estómago, a ver si podía seguir renegando sin aire.- Si quiero que estés en terapia, vas a estar en terapia... ¿¡Me oyes?! - Me refresqué la garganta, caminando por la habitación, dejando mi tabla por ahí para encontrar la instrumentaria básica de laboratorio que se suponía que debía reunir.- Hemos tenido muchos magos por aquí en estos años, la verdad no me energiza demasiado el estar aquí contigo y que los otros estén con un espécimen interesante. Pero perdí en el piedra, papel o tijeras.
Escuché al chico un poco enfadado por sus respuestas tan vagas.- Deja de balbucear, ¿estás con ellos o no? Si no nos sirves no dudaré en descartarte. ¿Eso quieres? ¿Que hagan jabón contigo? - Se acercó de nuevo, jeringuilla en mano para sacar las muestras de sangre protocolarias, y las dejó en el muestrario una vez terminó con ellas, sin examinarlas de manera previa.- ¿Te haz sentido raro estas últimas semanas? Me imagino que el cansancio será general, seguro que te haría bien un Blue Bull o algo así... Dame algo útil, Beltway, que torturar solo no me es muy divertido.
Escuché al chico un poco enfadado por sus respuestas tan vagas.- Deja de balbucear, ¿estás con ellos o no? Si no nos sirves no dudaré en descartarte. ¿Eso quieres? ¿Que hagan jabón contigo? - Se acercó de nuevo, jeringuilla en mano para sacar las muestras de sangre protocolarias, y las dejó en el muestrario una vez terminó con ellas, sin examinarlas de manera previa.- ¿Te haz sentido raro estas últimas semanas? Me imagino que el cansancio será general, seguro que te haría bien un Blue Bull o algo así... Dame algo útil, Beltway, que torturar solo no me es muy divertido.
El señuelo de minimizar el poder de los dragones la verdad fue un intento fallido. Tenía que admitir que aquello sería una especie de cacería de brujas, donde ellos ya tenían las respuestas de lo que preguntaban. Si, como decía, lo único que querían era material genético, seguramente no tenían mucho de dragón y por eso le iban tratando bien por el momento. Aún así, rápidamente se develó el siguiente motivo. Querían que delatara.
- Delatar a los renegados no hará que Londres sea más seguro. No atacan a la población, solo se defienden de la Alianza. No todos los mágicos están con ellos tampoco. Los radicales van por su cuenta.- Murmuró. Era algo que a ellos no les iba a interesar, pero era cierto. Al parecer las preguntas eran muchas, pues iban una detrás de la otra.- No he visto los demás dragones por ahí, no sabría decirlo.- Los cuchicheos no le impidieron escuchar lo que decían, pero tuvo que esforzarse demasiado por adivinar las palabras. Su oído seguía fino, pero ya no como antes.- ¿Combate? - No pudo evitar sorprenderse, pero también soltar una risa estúpida por haber caído en el mismo lugar que del que huía. Si bien había escuchado, el resto de los mágicos se había debilitado, pero ella no se sentía tan mal, solo aletargada y con repentinos mareos. Todo debía ser solo alarde de su parte, pues estar sin magia no podía dejarles más débiles que un humano promedio, ¿o si?
¿Eliminar? ¿Tan rápido? - Preguntó un tanto sorprendida. Si en realidad querían hacerlo, quizás sería su único momento de acción. Mientras las alarmas saltaban en el otro lado del pasillo, buscó un arma con desesperación, pero las cosas estaban muy lejos de su propio alcance. Tenía que ser más lista que los intentos de Reiv en las calles de retrasar lo inevitable, pero por ahora no encontraba nada más.- ¿No te molesta? Tiene toda la sesión diciéndote qué hacer, que cretino.
- Delatar a los renegados no hará que Londres sea más seguro. No atacan a la población, solo se defienden de la Alianza. No todos los mágicos están con ellos tampoco. Los radicales van por su cuenta.- Murmuró. Era algo que a ellos no les iba a interesar, pero era cierto. Al parecer las preguntas eran muchas, pues iban una detrás de la otra.- No he visto los demás dragones por ahí, no sabría decirlo.- Los cuchicheos no le impidieron escuchar lo que decían, pero tuvo que esforzarse demasiado por adivinar las palabras. Su oído seguía fino, pero ya no como antes.- ¿Combate? - No pudo evitar sorprenderse, pero también soltar una risa estúpida por haber caído en el mismo lugar que del que huía. Si bien había escuchado, el resto de los mágicos se había debilitado, pero ella no se sentía tan mal, solo aletargada y con repentinos mareos. Todo debía ser solo alarde de su parte, pues estar sin magia no podía dejarles más débiles que un humano promedio, ¿o si?
¿Eliminar? ¿Tan rápido? - Preguntó un tanto sorprendida. Si en realidad querían hacerlo, quizás sería su único momento de acción. Mientras las alarmas saltaban en el otro lado del pasillo, buscó un arma con desesperación, pero las cosas estaban muy lejos de su propio alcance. Tenía que ser más lista que los intentos de Reiv en las calles de retrasar lo inevitable, pero por ahora no encontraba nada más.- ¿No te molesta? Tiene toda la sesión diciéndote qué hacer, que cretino.
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científico darkred para Juliet
- Blablabla...los renegados son buenos y sólo se defienden, blabla...- la imito con un deje de irritación en la voz, detesto el cuento de que sólo se defienden porque no es cierto. - Mentira. Han hecho mucho daño, de manera directa o indirecta. No me vengas con esas. Ahora con vuestros poderes bloqueados no sois nada. Eso no quiere decir que se os vaya a perdonar lo que habéis hecho, o que seáis ciudadanos de primera, como el resto. Seguís sin ser como nosotros. - otra vez me deja sin información de los dragones, lo cual me fastidia mucho porque los datos sobre ellos son muy escasos. La única prisionera así es ella, no podemos comparar con nadie más. - Por supuesto. En cuanto hagamos unas pruebas más pasaréis a los enfrentamientos de experimentación. La investigación tiene muchas fases, ignorante. - sonrío de manera perturbadora mientras vuelvo a acercarme, al parecer no ha captado a qué me refería con eliminar. No me refería precisamente a ella, pero sí tiene que ver con ella. - Oh, a veces esas cosas cuanto antes mejor. - puede que ni ella tenga sospechas todavía, o si las tiene esté tratando de ocultarlo. Absurdo, puesto que todo se acaba sabiendo. Ahora tenía interés en conocer quién más tenía que ver en este asunto, y lo más obvio por los datos que tenemos es pensar en aquel con el que fue capturada. Tal vez sí, tal vez no. - Claro que me molesta, pero es que a mi me molesta todo el mundo. No he venido aquí a hacer amigos, somos un equipo con un objetivo común. Y vosotros sois nuestra materia prima. - la duda de qué hacer en su caso es la primera vez que se me presenta, así que por ahora no tomaré ninguna decisión radical. Lo que si hago es comenzar a amenazarla para que me de más información. - Mira, me cansé de que me des evasivas. - cojo un taladro médico de la mesa de al lado, acercándolo a ella lentamente, hacia uno de sus hombros. - Si no respondes, cada vez lo iré acercando más. No será agradable sin anestesia... - el molesto ruido del taladro llena la habitación, haciendo real la amenaza. - Lugares donde se esconden los renegados a los que ayudas, desde casas, locales, bases, todo. Sus razas. Y también cuántos humanos como nosotros hay entre ellos. ¿Qué sabes del traidor Draven? está con ellos, debes de conocerlo. ¿Y de Vyktoria? ¿Y de Leila? ¿el otro que tenemos atrapado y encerrado contigo sabe lo que llevas dentro? - el taladro no llega a rozar el hombro, desciende un poco hasta quedar sobre su vientre, pero sin llegar a tocarlo tampoco.
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científico red para Reed
El sistema de alarma de la sala en la que se encontraba Reed había sonado por algo que había caído al suelo de manera repentina, aunque al entra sólo encontré el palo del suero en el suelo y con el muchacho aparentemente dormido. Los compañeros de laboratorio que estaban ya allí revisan las constantes vitales del joven, mientras que yo me acerco a él con una jeringuilla igual a la que usé con la dragona. - Ese lleva aletargado casi desde que lo trajimos. No aparece en la base de datos, así que necesitamos saber cosas de él para ver cómo afecta a cada uno. - dejo que otro de mis compañeros se encargue de extraerle sangre, mientras me acerco y observo con detenimiento al reo. - ¿Se ha despertado o ha dicho algo? puede que los otros dos que tenemos en laboratorio en este momento lo conozcan. - como empiezo a aburrirme de que no despierte decido ir a cargar una inyección de algo que lo espabile rápidamente, buscando en el armario mientras los otros comienzan a analizar su sangre en busca de información relevante. - Cruzad datos con lo que tengamos en el archivo, a lo mejor tenemos muestras genéticas suyas de posibles enfrentamientos.
- Blablabla...los renegados son buenos y sólo se defienden, blabla...- la imito con un deje de irritación en la voz, detesto el cuento de que sólo se defienden porque no es cierto. - Mentira. Han hecho mucho daño, de manera directa o indirecta. No me vengas con esas. Ahora con vuestros poderes bloqueados no sois nada. Eso no quiere decir que se os vaya a perdonar lo que habéis hecho, o que seáis ciudadanos de primera, como el resto. Seguís sin ser como nosotros. - otra vez me deja sin información de los dragones, lo cual me fastidia mucho porque los datos sobre ellos son muy escasos. La única prisionera así es ella, no podemos comparar con nadie más. - Por supuesto. En cuanto hagamos unas pruebas más pasaréis a los enfrentamientos de experimentación. La investigación tiene muchas fases, ignorante. - sonrío de manera perturbadora mientras vuelvo a acercarme, al parecer no ha captado a qué me refería con eliminar. No me refería precisamente a ella, pero sí tiene que ver con ella. - Oh, a veces esas cosas cuanto antes mejor. - puede que ni ella tenga sospechas todavía, o si las tiene esté tratando de ocultarlo. Absurdo, puesto que todo se acaba sabiendo. Ahora tenía interés en conocer quién más tenía que ver en este asunto, y lo más obvio por los datos que tenemos es pensar en aquel con el que fue capturada. Tal vez sí, tal vez no. - Claro que me molesta, pero es que a mi me molesta todo el mundo. No he venido aquí a hacer amigos, somos un equipo con un objetivo común. Y vosotros sois nuestra materia prima. - la duda de qué hacer en su caso es la primera vez que se me presenta, así que por ahora no tomaré ninguna decisión radical. Lo que si hago es comenzar a amenazarla para que me de más información. - Mira, me cansé de que me des evasivas. - cojo un taladro médico de la mesa de al lado, acercándolo a ella lentamente, hacia uno de sus hombros. - Si no respondes, cada vez lo iré acercando más. No será agradable sin anestesia... - el molesto ruido del taladro llena la habitación, haciendo real la amenaza. - Lugares donde se esconden los renegados a los que ayudas, desde casas, locales, bases, todo. Sus razas. Y también cuántos humanos como nosotros hay entre ellos. ¿Qué sabes del traidor Draven? está con ellos, debes de conocerlo. ¿Y de Vyktoria? ¿Y de Leila? ¿el otro que tenemos atrapado y encerrado contigo sabe lo que llevas dentro? - el taladro no llega a rozar el hombro, desciende un poco hasta quedar sobre su vientre, pero sin llegar a tocarlo tampoco.
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científico red para Reed
El sistema de alarma de la sala en la que se encontraba Reed había sonado por algo que había caído al suelo de manera repentina, aunque al entra sólo encontré el palo del suero en el suelo y con el muchacho aparentemente dormido. Los compañeros de laboratorio que estaban ya allí revisan las constantes vitales del joven, mientras que yo me acerco a él con una jeringuilla igual a la que usé con la dragona. - Ese lleva aletargado casi desde que lo trajimos. No aparece en la base de datos, así que necesitamos saber cosas de él para ver cómo afecta a cada uno. - dejo que otro de mis compañeros se encargue de extraerle sangre, mientras me acerco y observo con detenimiento al reo. - ¿Se ha despertado o ha dicho algo? puede que los otros dos que tenemos en laboratorio en este momento lo conozcan. - como empiezo a aburrirme de que no despierte decido ir a cargar una inyección de algo que lo espabile rápidamente, buscando en el armario mientras los otros comienzan a analizar su sangre en busca de información relevante. - Cruzad datos con lo que tengamos en el archivo, a lo mejor tenemos muestras genéticas suyas de posibles enfrentamientos.
- científico pnj orange:
- Científico Alianza Humana escribió:Ay, no cabía duda que el muchacho era idiota. Pero no lo podía evitar, ya era su naturaleza, y peor aún siendo un ser inferior y horrible. Me tuve que levantar de mi silla para ir a darle un buen golpe en el estómago, a ver si podía seguir renegando sin aire.- Si quiero que estés en terapia, vas a estar en terapia... ¿¡Me oyes?! - Me refresqué la garganta, caminando por la habitación, dejando mi tabla por ahí para encontrar la instrumentaria básica de laboratorio que se suponía que debía reunir.- Hemos tenido muchos magos por aquí en estos años, la verdad no me energiza demasiado el estar aquí contigo y que los otros estén con un espécimen interesante. Pero perdí en el piedra, papel o tijeras.
Escuché al chico un poco enfadado por sus respuestas tan vagas.- Deja de balbucear, ¿estás con ellos o no? Si no nos sirves no dudaré en descartarte. ¿Eso quieres? ¿Que hagan jabón contigo? - Se acercó de nuevo, jeringuilla en mano para sacar las muestras de sangre protocolarias, y las dejó en el muestrario una vez terminó con ellas, sin examinarlas de manera previa.- ¿Te haz sentido raro estas últimas semanas? Me imagino que el cansancio será general, seguro que te haría bien un Blue Bull o algo así... Dame algo útil, Beltway, que torturar solo no me es muy divertido.
Suelto un gruñido de dolor por el golpe que me suelta en el estómago, removiéndome lo justo en la camilla por eso de que me tienen atado de pies y manos. Las histerias del científico ya empiezan a asomar, y eso que esto acaba de empezar. No le ha sentado nada bien que le responda irónicamente, así que se asegura de dejar clara cuál es mi posición. - Pues lárgate a otro lado si tanto te aburre estar aquí conmigo.- ninguno de los dos queremos estar aquí, según parece, pero él no deja de tocar los cojones con lo que se supone que es su "trabajo". Tal y como suponía, si no les doy nada que consideren interesante será peor. Imagino que descartarme será matarme, quitarme del medio. Suspiro con resignación, procurando no hablar en exceso. He de medir mis palabras todo lo posible, pero a la vez debo mantenerle entretenido. Posiblemente acabe dando lo mismo y hará lo que él quiera.
- Estoy con ellos, pero ya te he dicho que de manera puntual. Trabajo por libre. - miro de reojo la jeringuilla con la que me extrae sangre, preguntándome para qué cojones lo querían. Posiblemente para nada bueno. La pregunta de cómo me he sentido estas semanas me hace mirarlo con extrañeza, resulta raro que quieran saber cómo se encuentran sus prisioneros. Seguro que todo forma parte de la experimentación que parecen querer llevar a cabo. - Claro que tenemos menos fuerzas, pero supongo que es normal teniendo en cuenta que nos heristeis, encerrasteis en celdas enanas y que apenas nos dais de comer. - lo normal para ser prisioneros, pero ya que lo pregunta se lo suelto para que se de cuenta de las cosas absurdas que dice. Me remuevo un poco más en la camilla, tirando levemente de las ataduras de las muñecas para comprobar su fortaleza.
- No puedo darte nada interesante sobre los renegados porque NO soy uno de ellos. Sé lo poco que me mandaron hacer en las misiones, que querían quitaros aquella arma secreta gigante esférica, la que resultó ser una trampa. Sobre mis habilidades mágicas seguro que ya sabéis suficiente, pero supongo que eso ya da igual porque nos las habéis inhibido no sé cómo. ¿Cómo el campo antidesaparición de los centinelas? - sigo sin comprender cómo lo han hecho a tan gran escala, y tan duradero. No me va a responder, pero si es de los que les gusta jactarse de sus éxitos puede que diga algo más. Al final se me ocurre algo para mencionarle, algo que pueda tener interés. - Según sé habéis trabajado con Tobías Gutenberg, ¿no es así? él tuvo que ver con la epidemia de SPM y con su cura. Es otro mercenario, pero si seguís trabajando con él yo no me fiaría lo más mínimo. Os la jugará. - no miento, y además si he de perjudicar a alguien que sea a ese desgraciado.
¿Ciudadanos de primera? ¿De eso va esto? ¿No pueden solo ignorarnos como a los negros? - Preguntó un poco preocupada, aunque no lo suficiente como para disuadirla de hacer la pregunta. Si bien el insulto que le suelta cuando preguntó por los combates le hizo fruncir el ceño, bien pudo aguantarlo, evitando regresárselo.- Estoy segura de que tienen un tabulador de qué razas duran más en combate, la cosa seguro seguirá más o menos igual.- Murmuró, no muy convencida de la sonrisa con la que se acerca.
De haber podido, se habría alejado del científico, pues la manera en la que sonreía y se acercaba no le daba buena espina.- En un equipo hay armonía, ustedes solo son un grupo.- Dijo más para sí misma que para él, aunque la semántica no iba mucho al caso en aquel momento. La visión del taladro no le hizo gran cosa a primera vista. Ante sus ojos era solo una herramienta puntiaguda. Cuando lo puso a girar, su mirada se abrió de golpe no habiendo visto aquello con anterioridad. Trató de alejar su hombro de aquella cosa, aunque solo logró apartarse unos centímetros y no hizo la diferencia, pues él podía moverse a voluntad. Trató de no responderle, mordiéndose la lengua ante aquella cosa del demonio.
Las preguntas le pasaron desapercibidas, pues no sabía mucho de nada de lo que le preguntaba. No había colaborado mucho con los renegados hasta los últimos días. Solo la última pregunta le llamó la atención, pues si llevaba ella algo dentro eso significaba que debía de saber qué era.- No estoy traficando nada, no es como que puedas abrirme y sacarme lo que quieras.- Dijo, subiendo el volumen de la voz para hacerse oír por encima del taladro. No sabía si era mejor ahora donde estaba, en el vientre, donde le haría pedazos los intestinos, o en el hombro donde taladraría el hueso.- ¿Por qué no dejas eso? No me deja escucharte.- Murmuró, con un deje desesperado en la voz, aunque tratando de ganar el tiempo posible.
De haber podido, se habría alejado del científico, pues la manera en la que sonreía y se acercaba no le daba buena espina.- En un equipo hay armonía, ustedes solo son un grupo.- Dijo más para sí misma que para él, aunque la semántica no iba mucho al caso en aquel momento. La visión del taladro no le hizo gran cosa a primera vista. Ante sus ojos era solo una herramienta puntiaguda. Cuando lo puso a girar, su mirada se abrió de golpe no habiendo visto aquello con anterioridad. Trató de alejar su hombro de aquella cosa, aunque solo logró apartarse unos centímetros y no hizo la diferencia, pues él podía moverse a voluntad. Trató de no responderle, mordiéndose la lengua ante aquella cosa del demonio.
Las preguntas le pasaron desapercibidas, pues no sabía mucho de nada de lo que le preguntaba. No había colaborado mucho con los renegados hasta los últimos días. Solo la última pregunta le llamó la atención, pues si llevaba ella algo dentro eso significaba que debía de saber qué era.- No estoy traficando nada, no es como que puedas abrirme y sacarme lo que quieras.- Dijo, subiendo el volumen de la voz para hacerse oír por encima del taladro. No sabía si era mejor ahora donde estaba, en el vientre, donde le haría pedazos los intestinos, o en el hombro donde taladraría el hueso.- ¿Por qué no dejas eso? No me deja escucharte.- Murmuró, con un deje desesperado en la voz, aunque tratando de ganar el tiempo posible.
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¡Que no, que estás aquí atorado conmigo hasta que me de la gana dejarte ir! - ¡Qué mal educado este! Los niños de antes se callaban con un buen golpe, a este faltó que lo golpearan de chiquito. Al menos recupera la razón, comenzando a hablar sin que tenga que amenazarlo demasiado. No dice nada que no haya dicho ya.- Nombres, Reiv, quiero nombres. No me sirves de nada si no das nombres.- Le apresuré, sentándome de nuevo en la silla tras dejar las muestras en su tubillo en el portatubos. No tardó mucho en volver a quejarse.- ¿Quieres dejar de llorar? Te estoy preguntando bien y no quieres creer que las cosas que te pueden hacer aquí son bastante feas. Y no pienses que puedes hacer preguntas, eso es una tontería.
Me tuve que levantar de nuevo sin muchas ganas. De entre los cajones saqué una franela larga y tomé un galón de agua que se encontraba en la mesa, trapándole la cara con el trapo y comenzando a vertir agua sobre el mismo.- No me importa Tobías, y el SPM ya es cosa del pasado, el método actual parece ser más eficiente. Si quieres salir de aquí sin ahogarte, veme diciendo por qué si vas por la libre tenemos rastro de ti, dos veces, metiéndote a por algo de los renegados a la base de la Alianza y con la misma chica con la que te encontraron teniendo Sexo.- Alargué la última palabra un poco para el dramatismo y otro poco para alargar el tiempo en que dejaba sin respirar al chico.- Habla.
Me tuve que levantar de nuevo sin muchas ganas. De entre los cajones saqué una franela larga y tomé un galón de agua que se encontraba en la mesa, trapándole la cara con el trapo y comenzando a vertir agua sobre el mismo.- No me importa Tobías, y el SPM ya es cosa del pasado, el método actual parece ser más eficiente. Si quieres salir de aquí sin ahogarte, veme diciendo por qué si vas por la libre tenemos rastro de ti, dos veces, metiéndote a por algo de los renegados a la base de la Alianza y con la misma chica con la que te encontraron teniendo Sexo.- Alargué la última palabra un poco para el dramatismo y otro poco para alargar el tiempo en que dejaba sin respirar al chico.- Habla.
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El científico bufó indignado ante la frase Juliet, pues le pareceió que era un malvado ser mágico y encima racista. Pensó que era otra de sus tácticas para evadir las preguntas que le estaba haciendo. Sí que se sabían cosas sobre las diferentes razas, pero hacerlos combatir uno contra otro en plan observación sería un ejercicio bastante útil. - Cualquier diría que tienes miedo a luchar y a que te prueben.- Ignoró lo del equipo y la armonía, seguro de que la chica jugaba al típico "divide y vencerás". Era lo suficientemente inteligente como para no caer en esos juegos, si quería ganarse su simpatía más le valía colaborar.
La visión del talado en movimiento causaó efecto en Juliet, que se removió lo que pudo en la camilla para evitar ser alcanzada al primer toque. La desagradable sonrisa del científico se acentuó en su rostro, divertido por la ingenuidad de la muchacha. Así que se pensaba que le hablaban de estar traficando...el impacto iba a ser grande. - Oh...créeme, eso te lo puedo sacar en cualquier momento, depende de lo que me interese más. Tal vez sea útil tener un espécimen como tú para ver qué sucede, nos daría más conocimientos sobre los híbridos. O tal vez decidan que quieren erradicar cualquier posibilidad de que hayan más de los vuestros. Lo discutiremos entre los del equipo de investigación. Lo decisión nunca dependerá de ti, eso tenlo muy claro. - el taladro siguió girando muy cerca de ella sin llegar a tocarla, justo por debajo del ombligo. Aguantó un poco más así para seguir asustándola, sembrando las dudas en ella sobre si lo haría no. Supuso, por lo que le habían contado, que el estado de la chica estaba relacionado por el modo en el que encontraron a ella y al otro prisionero. Parecía cuadrar en el tiempo. - Hace casi un mes que os capturaron a ti y al otro preso. Tal y como os encontraron no hay que ser muy inteligentes para suponer que él es el padre. Pórtate bien o sabréis lo que es pasarlo mal de verdad. - susurró en su oído para que pudiera escuchar mejor, ya que se quejaba de que no podía escucharle. Después se separó abruptamente. - Enhorabuena a ambos. Habrá que decírselo a él, ¿no crees?- prácticamente se burló en su cara, era divertido para él darle una noticia así a alguien en esa situación tan comprometida.
Finalmente subió el taladro hasta el hombro izquierdo de Juliet, donde ahora sí cumplió su amenaza, abriendo un agujero de lado a lado sin ningún tipo de miramiento. Sacó el taladro ensangrentado de su hombro, apagándolo un momento mientras suspiró satisfecho por ahora. - Puede que te de igual sufrir, pero no sé si te dará igual que él sufra. Nos darás los lugares en los que se esconden los renegados, el día que no puedas más lo harás. - colocó a continuación unos sensores pegados a las sienes de Juliet y a su pecho, una especie de receptores que servirían para recibir información extra durante la batalla que se le propondría. Parecía que ya se iba a marchar, pero antes de eso la agarró con violencia por el pelo, golpeándole después la cabeza contra la camilla. A continuación se dedicó a utilizar el antebrazo de la chica para grabarle con el bisturí el número de luchadora que sería, como si fuese simple ganado. - Llevadla de vuelta a la celda, pero esta vez que estén separados. En unos días la llevaremos a la arena de combate. - ordenó a sus subordinados antes de salir, marchándose de allí para seguir haciendo lo mismo con otros prisioneros que tenía.
La visión del talado en movimiento causaó efecto en Juliet, que se removió lo que pudo en la camilla para evitar ser alcanzada al primer toque. La desagradable sonrisa del científico se acentuó en su rostro, divertido por la ingenuidad de la muchacha. Así que se pensaba que le hablaban de estar traficando...el impacto iba a ser grande. - Oh...créeme, eso te lo puedo sacar en cualquier momento, depende de lo que me interese más. Tal vez sea útil tener un espécimen como tú para ver qué sucede, nos daría más conocimientos sobre los híbridos. O tal vez decidan que quieren erradicar cualquier posibilidad de que hayan más de los vuestros. Lo discutiremos entre los del equipo de investigación. Lo decisión nunca dependerá de ti, eso tenlo muy claro. - el taladro siguió girando muy cerca de ella sin llegar a tocarla, justo por debajo del ombligo. Aguantó un poco más así para seguir asustándola, sembrando las dudas en ella sobre si lo haría no. Supuso, por lo que le habían contado, que el estado de la chica estaba relacionado por el modo en el que encontraron a ella y al otro prisionero. Parecía cuadrar en el tiempo. - Hace casi un mes que os capturaron a ti y al otro preso. Tal y como os encontraron no hay que ser muy inteligentes para suponer que él es el padre. Pórtate bien o sabréis lo que es pasarlo mal de verdad. - susurró en su oído para que pudiera escuchar mejor, ya que se quejaba de que no podía escucharle. Después se separó abruptamente. - Enhorabuena a ambos. Habrá que decírselo a él, ¿no crees?- prácticamente se burló en su cara, era divertido para él darle una noticia así a alguien en esa situación tan comprometida.
Finalmente subió el taladro hasta el hombro izquierdo de Juliet, donde ahora sí cumplió su amenaza, abriendo un agujero de lado a lado sin ningún tipo de miramiento. Sacó el taladro ensangrentado de su hombro, apagándolo un momento mientras suspiró satisfecho por ahora. - Puede que te de igual sufrir, pero no sé si te dará igual que él sufra. Nos darás los lugares en los que se esconden los renegados, el día que no puedas más lo harás. - colocó a continuación unos sensores pegados a las sienes de Juliet y a su pecho, una especie de receptores que servirían para recibir información extra durante la batalla que se le propondría. Parecía que ya se iba a marchar, pero antes de eso la agarró con violencia por el pelo, golpeándole después la cabeza contra la camilla. A continuación se dedicó a utilizar el antebrazo de la chica para grabarle con el bisturí el número de luchadora que sería, como si fuese simple ganado. - Llevadla de vuelta a la celda, pero esta vez que estén separados. En unos días la llevaremos a la arena de combate. - ordenó a sus subordinados antes de salir, marchándose de allí para seguir haciendo lo mismo con otros prisioneros que tenía.
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El centinela nos trajo a Kyllian y a mí volando desde el bosque de Sherwood hasta las afueras de Londres donde se encontraban los campos. El viaje no se hizo demasiado largo debido a la velocidad de la máquina, así que llegamos antes de lo que habríamos tardado en un vehículo convencional. Al aterrizar en la pista nos recibieron varios soldados y científicos, que ya habían recibido información por el camino y sabían que les traía un nuevo preso. El chico había acabado desmayado por el agarre del centinela y la pérdida de sangre, así que lo recogieron en una camilla y lo pasaron rápidamente al interior del recinto. Kyllian pasaría varios días inconsciente, sanando en la enfermería. Después de aquello nada le evitaría que lo llevasen a la sala de experimentación. Para ese momento él ya habría vuelto en sí, aunque habría perdido la noción del tiempo. Sólo entonces se daría cuenta de dónde estaba realmente.
- Uno de tres, pero los demás caerán pronto. Este crío no estaba en los archivos, pero a partir de ahora queda fichado. Le hemos dejado bastante hecho mierda, tardará en despertar. Yo me piro, necesito ir a la enfermería. - señalé las heridas de mi hombro, aunque el caso es que no me sentía tan mal como debería para tener esas heridas. Ninguno de los presentes me contestó. Además se quedaron mirándome bastante raro, como si acabasen de ver a un fantasma. Me molestó que se quedasen ahí pasmados con sus caras de idiotas, seguro que cuchicheaban a mis espaldas. Uno de los científicos mencionó que pasase por el taller, lo cual no me hizo ni pizca de gracia, aunque lo dijese por mis brazos mecánicos. Eran todos chusma. Me alejé de allí dispuesto a ir a que me curasen, murmurando cosas entre dientes hasta que volví a adoptar esa voz que no parecia mía, susurrando para mí mismo.
- La Alianza no es el fin, es el medio...- después me quedé parado en medio de la pista con cara de extrañeza, sacudiendo la cabeza como sin entender qué sucede. Salí de allí lo más rápido que pude, rumbo a la base de la Alianza para recibir atención.
------------------------
PS: 96 - 20 sangrado brutal = 76
- Uno de tres, pero los demás caerán pronto. Este crío no estaba en los archivos, pero a partir de ahora queda fichado. Le hemos dejado bastante hecho mierda, tardará en despertar. Yo me piro, necesito ir a la enfermería. - señalé las heridas de mi hombro, aunque el caso es que no me sentía tan mal como debería para tener esas heridas. Ninguno de los presentes me contestó. Además se quedaron mirándome bastante raro, como si acabasen de ver a un fantasma. Me molestó que se quedasen ahí pasmados con sus caras de idiotas, seguro que cuchicheaban a mis espaldas. Uno de los científicos mencionó que pasase por el taller, lo cual no me hizo ni pizca de gracia, aunque lo dijese por mis brazos mecánicos. Eran todos chusma. Me alejé de allí dispuesto a ir a que me curasen, murmurando cosas entre dientes hasta que volví a adoptar esa voz que no parecia mía, susurrando para mí mismo.
- La Alianza no es el fin, es el medio...- después me quedé parado en medio de la pista con cara de extrañeza, sacudiendo la cabeza como sin entender qué sucede. Salí de allí lo más rápido que pude, rumbo a la base de la Alianza para recibir atención.
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PS: 96 - 20 sangrado brutal = 76
- para Kyllian:
- off: Kyllian, he hecho que pasen algunos días desde la captura hasta que despierte, para avanzar en varios días y que quede a la vez en el tiempo de los que están aquí. Puedes despertar en una sala por libre, o elegir que te lleven a donde están Juliet o Reiv, tú decides
Paz, paz era la palabra. Tranquilidad casi absoluta en la ciudad y... en el resto del mundo también, según las noticias iban llegando.
"Pronto se podrán imponer las políticas de carestía y hacer recuentos"
Hablaban por mi teléfono con mi contacto de confianza en inteligencia conforme caminaba por allí, en una ronda para comprobar que todo se estuviese haciendo bien
- ni rastro del científico? Pues seguid buscándolo, ya sabéis. Sabe demasiado. Los ejecutores, no, ellos no pueden encargarse de esto.
Colgué y entré a la enfermería, encontrando allí a uno de los científicos encargándose de los presos que venían heridos o tomando nuevas muestras para experimentos.
Con curiosidad agarré la cara de uno de estos sujetos y la ladee, dándome cuenta que no presentaba herida en el cuello
- no estáis implantando los chips?
-no señor, ya no hay magia que puedan hacer así que no
Me crucé de brazos y puse los ojos en blanco. Dios, que incompetentes eran a veces
- y qué? El chip no solo inhibia, geolocalizaba y podía dar descargas eléctricas pulsando un botoncito. Ya podéis empezar a ponerlos a todos! Oh, salvo a algunos. Es un buen momento para poner a los nanochips en fase experimental. Ya sabes que al final muchos logran extraerse el chip con ayuda. Los de desarrollo han fusionado la tecnología del chip inhibición con las nanomaquinas que se inyectan al torrente sanguíneo para la regeneración de tejidos. Eso sí que no se lo podrán quitar fácilmente... Salvo los elementales que controlan el metal... Pero ahora no pueden controlar nada. Así que elige a unos cuantos sujetos y prueba eso a ver qué tal. Los demás, chip normal. Ea, dale, dale, hay trabajo por delante. Si es obligatorio ponerle el chip a tu perro a estos cómo no? Asi, todos identificados. Que contengan los datos de cada uno
Le di unas palmaditas para que se diese vida y fuese a elegir los sujetos del experimento, y yo me quedé paseando por ahí a ver cómo se desarrollaba el asunto. Eso sí, mirando de reojo por si alguno de los encamados estaba demasiado sangriento
"Pronto se podrán imponer las políticas de carestía y hacer recuentos"
Hablaban por mi teléfono con mi contacto de confianza en inteligencia conforme caminaba por allí, en una ronda para comprobar que todo se estuviese haciendo bien
- ni rastro del científico? Pues seguid buscándolo, ya sabéis. Sabe demasiado. Los ejecutores, no, ellos no pueden encargarse de esto.
Colgué y entré a la enfermería, encontrando allí a uno de los científicos encargándose de los presos que venían heridos o tomando nuevas muestras para experimentos.
Con curiosidad agarré la cara de uno de estos sujetos y la ladee, dándome cuenta que no presentaba herida en el cuello
- no estáis implantando los chips?
-no señor, ya no hay magia que puedan hacer así que no
Me crucé de brazos y puse los ojos en blanco. Dios, que incompetentes eran a veces
- y qué? El chip no solo inhibia, geolocalizaba y podía dar descargas eléctricas pulsando un botoncito. Ya podéis empezar a ponerlos a todos! Oh, salvo a algunos. Es un buen momento para poner a los nanochips en fase experimental. Ya sabes que al final muchos logran extraerse el chip con ayuda. Los de desarrollo han fusionado la tecnología del chip inhibición con las nanomaquinas que se inyectan al torrente sanguíneo para la regeneración de tejidos. Eso sí que no se lo podrán quitar fácilmente... Salvo los elementales que controlan el metal... Pero ahora no pueden controlar nada. Así que elige a unos cuantos sujetos y prueba eso a ver qué tal. Los demás, chip normal. Ea, dale, dale, hay trabajo por delante. Si es obligatorio ponerle el chip a tu perro a estos cómo no? Asi, todos identificados. Que contengan los datos de cada uno
Le di unas palmaditas para que se diese vida y fuese a elegir los sujetos del experimento, y yo me quedé paseando por ahí a ver cómo se desarrollaba el asunto. Eso sí, mirando de reojo por si alguno de los encamados estaba demasiado sangriento
Kyllian Evans
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La cabeza le daba vueltas, estaba muy mareado, como si llevara semanas durmiendo, el cuerpo lo sentía pesado y al intentar mover las piernas o los brazos algo se lo impidió. Parpadeó un par de veces, todo estaba borroso y confuso, solo un par de voces a lo lejos le indicaban que no estaba solo, algo pudo captar de aquella conversación -arma... gigante secreta esférica... ? suena a un ataque cutre de dibujos animados... ugh...- dijo intentando incorporarse nuevamente, pero ahora que podía ver con claridad, casi se mea encima. Se encontraba atado y unos pasos más allá en otra camilla un psicópata intentaba ahogar a un chico castaño con un trapo.
Forcejeó con fuerza intentando liberarse de sus ataduras pero to esfuerzo fue en vano, el rollo de atar a alguien a la cama le gustaba pero solo si era él el que se encontraba encima del atado a la cama, ya no tenía gracia "esto me pasa por hacerme el héroe, más tonto y no nazco" pensó para sí mismo mientras buscaba la forma de liberarse y evaluaba el lugar, pero nada, era inútil, lo único que conseguía era que le doliera el costado en el que aquél androide le había atacado. -EH! TU! maldito pirado, psicópata sexual!, déjame salir de aquí! yo no tengo nada que ver con vuestras mierdas y vuestra guerra estúpida!- Gritó a la desesperada increpando a lo que parecía ser uno de los científicos de la alianza.
Forcejeó con fuerza intentando liberarse de sus ataduras pero to esfuerzo fue en vano, el rollo de atar a alguien a la cama le gustaba pero solo si era él el que se encontraba encima del atado a la cama, ya no tenía gracia "esto me pasa por hacerme el héroe, más tonto y no nazco" pensó para sí mismo mientras buscaba la forma de liberarse y evaluaba el lugar, pero nada, era inútil, lo único que conseguía era que le doliera el costado en el que aquél androide le había atacado. -EH! TU! maldito pirado, psicópata sexual!, déjame salir de aquí! yo no tengo nada que ver con vuestras mierdas y vuestra guerra estúpida!- Gritó a la desesperada increpando a lo que parecía ser uno de los científicos de la alianza.
Suelto un sonido de hartazgo cuando me pide lo de los nombres, como si eso sirviese de algo. A los principales ya los conocían, ¿qué más les iba a contar yo? - Ya tenéis registrados a los renegados que más han luchado contra vosotros, además de la gente de la Brigada. A los Blood Keepers también les conocéis. - lo que menos conocen son los Descendientes, pero me niego a que sepan del último reducto mágico libre del mundo. Se ha convertido en refugio de demasiada gente. En ese momento caigo en la cuenta de que la isla también debe haber sufrido las consecuencias del bloqueo de magia. Puede que eso también haya fallado, al igual que ha dejado de funcionar la piedra mágica del anillo de Juliet. Guardo silencio con una mirada de desdén clavada en el científico, sin sorprenderme cuando me dice lo evidente sobre todo lo malo que me puede pasar aquí. Lo de hacer preguntas y pillarle desprevenido parece que no va a funcionar, no son tan idiotas como parecen. Sigo mirando de reojo para ver qué es lo que hace cuando va a sacar el trapo ese, empezando a temerme lo que venía en cuanto le veo con el agua. Ahogamiento seco...un clásico de las torturas.
Intento respirar hondo antes de que me ponga en trapo en la cara, cogiendo el máximo aire posible. De poco sirve cuando el agua comienza a caer y caer, asfixiándome mientras trato de mover la cara hacia los lados para tomar algo de aire. Me tira también por tierra la idea de Tobías y las acusaciones hacia él, y después me deja helado con la mención que hace al modo en que nos encontraron. No sabía que eso había trascendido. Me remuevo con más ímpetu, apartando la cabeza lo justo para toser y luchar por algo de oxígeno. No podía decirle que parte de mi colaboración de los renegados era debida a mi hermano, aunque tampoco descarto que si analizan la sangre no puedan cruzar datos con lo que tengan de Johan. - Porque...sois enemigo común...y me pagaron por entrar...- respondo entre toses, ladeando la cabeza y diciendo la verdad a medias. Ignoro deliberadamente lo de Juliet, como queriendo evitar darle importancia a su comentario. Así puede que piense que me da exactamente lo mismo y no considero el dato relevante.
En ese momento introducen a alguien más en la habitación, alguien a quien escucho gritar todavía en su fase de negación. Seguro que le habían atrapado hace poco. No se por qué, pero siento lástima por él, por reconocer la desesperación del principio. También me identifiqué con él por eso de "no tengo que ver con vuestra guerra estúpida". Eso pensaba yo, que si me mantenía al margen todo iría bien. Luego descubrí que eso es imposible, que de un modo u otro siempre te involucran, o acabas involucrado. Ojalá pudiésemos aprovechar que ahora somos dos en la habitación y un único científico, lo cual sería una ventaja de no ser porque estamos atados, y probablemente vigilados por cámara. Ladeo un poco más la cara para evitar el trapo, y así poder hablar sin tener que ahogarme. - Eso, deja las preguntas mierderas y haz lo que sea, no hay más secretos que los que ya tenéis. ¿Qué más queréis? - detesto admitirlo, pero ahora mismo ellos han ganado. A saber cuántos más han capturado desde que no podemos hacer uso de la magia. - Lo mismo con él. - murmuro refiriéndome al nuevo. - Dudo que sepa nada. - ni sé quién es, así que seguro que se ha mantenido al margen de batallas y demás. Busco hacer contacto visual con el chico, por si podía considerarlo un posible aliado aunque estemos en la mierda, o si por el contrario mantiene eso de que esto no tiene que ver con él.
Intento respirar hondo antes de que me ponga en trapo en la cara, cogiendo el máximo aire posible. De poco sirve cuando el agua comienza a caer y caer, asfixiándome mientras trato de mover la cara hacia los lados para tomar algo de aire. Me tira también por tierra la idea de Tobías y las acusaciones hacia él, y después me deja helado con la mención que hace al modo en que nos encontraron. No sabía que eso había trascendido. Me remuevo con más ímpetu, apartando la cabeza lo justo para toser y luchar por algo de oxígeno. No podía decirle que parte de mi colaboración de los renegados era debida a mi hermano, aunque tampoco descarto que si analizan la sangre no puedan cruzar datos con lo que tengan de Johan. - Porque...sois enemigo común...y me pagaron por entrar...- respondo entre toses, ladeando la cabeza y diciendo la verdad a medias. Ignoro deliberadamente lo de Juliet, como queriendo evitar darle importancia a su comentario. Así puede que piense que me da exactamente lo mismo y no considero el dato relevante.
En ese momento introducen a alguien más en la habitación, alguien a quien escucho gritar todavía en su fase de negación. Seguro que le habían atrapado hace poco. No se por qué, pero siento lástima por él, por reconocer la desesperación del principio. También me identifiqué con él por eso de "no tengo que ver con vuestra guerra estúpida". Eso pensaba yo, que si me mantenía al margen todo iría bien. Luego descubrí que eso es imposible, que de un modo u otro siempre te involucran, o acabas involucrado. Ojalá pudiésemos aprovechar que ahora somos dos en la habitación y un único científico, lo cual sería una ventaja de no ser porque estamos atados, y probablemente vigilados por cámara. Ladeo un poco más la cara para evitar el trapo, y así poder hablar sin tener que ahogarme. - Eso, deja las preguntas mierderas y haz lo que sea, no hay más secretos que los que ya tenéis. ¿Qué más queréis? - detesto admitirlo, pero ahora mismo ellos han ganado. A saber cuántos más han capturado desde que no podemos hacer uso de la magia. - Lo mismo con él. - murmuro refiriéndome al nuevo. - Dudo que sepa nada. - ni sé quién es, así que seguro que se ha mantenido al margen de batallas y demás. Busco hacer contacto visual con el chico, por si podía considerarlo un posible aliado aunque estemos en la mierda, o si por el contrario mantiene eso de que esto no tiene que ver con él.
Después de dejarle bien claras las instrucciones sobre los chips y los nanochips que queria que metiesen a todos los magicososo que trajesen con sus datos para poder escanearlos e identificarlos cuales perricos si se nos escapaba alguno, me puse a darme otro voltio por ahi.
Por el pasillo me topé con soldados que traian a mas magicosos a nuestras instalaciones. Como siguiese asi, pronto estariamos al completo, habia que moverlos a otras partes.... y poner en funcionamiento la arena. Seguro que a los ricachones les gustaria ver batallas de esas. Pagarian mucho dinero por ello. Podrian ayudarnos a financiar otros proyectos de este modo.
Ordené que apagasen al robotijo James, que se habia quedado muy colgao por ahi y estaba sangrando, y que lo trasladasen al taller. Yo mismo me iría hacia alli ahora, no sabia si mi contacto en inteligencia seria lo suficiente diligente para capturar al cientifico que le pedí.
Me fui a mi coche privado, en el exterior del recinto, y salí de alli con mi escolta personal, dejandoles el trabajo sucio de torturitas y sangre a otros.
Por el pasillo me topé con soldados que traian a mas magicosos a nuestras instalaciones. Como siguiese asi, pronto estariamos al completo, habia que moverlos a otras partes.... y poner en funcionamiento la arena. Seguro que a los ricachones les gustaria ver batallas de esas. Pagarian mucho dinero por ello. Podrian ayudarnos a financiar otros proyectos de este modo.
Ordené que apagasen al robotijo James, que se habia quedado muy colgao por ahi y estaba sangrando, y que lo trasladasen al taller. Yo mismo me iría hacia alli ahora, no sabia si mi contacto en inteligencia seria lo suficiente diligente para capturar al cientifico que le pedí.
Me fui a mi coche privado, en el exterior del recinto, y salí de alli con mi escolta personal, dejandoles el trabajo sucio de torturitas y sangre a otros.
Éamon O'Connell
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Durante las últimas semanas he estado más que atareado coordinando con Wilhelm los grupos de redadas y las zonas a batir, además de haber inaugurado la zona de guetos en los suburbios. Allí se había comenzado a llevar a los de raza mágica que no estuviesen en el registro de criminales y que no hubiesen plantado resistencia violenta a la hora de ser capturados. En cuestión de días los guetos se habían llenado, vaciando así de gentuza la ciudad. Los muros, alambradas y vigilancia constante les impedirían moverse de allí, y ya a la larga veríamos qué hacer con ellos, si integrarlos como esclavos útiles del sistema o si acabar eliminándolos de manera discreta. Por otro lado teníamos los criminales capturados en las redadas, que habían habían acabado +encerrados en los campos de concentración. Allí los científicos los usaban para experimentar, para trabajos forzados, o para combates, mientras permanecían a la espera de los juicios que haríamos contra ellos. Tampoco corrían tanta prisa, tal vez nos quitásemos gente del medio si van muriendo en prisión por las malas condiciones de vida que tienen.
Mi móvil no deja de recibir llamadas por parte de otros mandatarios mundiales de la Alianza, todos ellos informando de las medidas que habían llevado a cabo, similares a las nuestras. Ninguno de nosotros hemos llegado a dar más datos de cómo hemos conseguido erradicar el uso de magia a nivel global, no queremos darles pistas de eso ni de la Ciudadela Alpha. Los androides estaban trabajando bastante bien, y en las últimas semanas habían traído nuevas capturas. Una de esas capturas llama mi atención, pues en el reporte de misión me informan de que el capturado fue visto con la fugada Leila. Por ello aguardo con especial interés a que despierte el detenido, yendo a buscarle al laboratorio de experimentación. Allí me encuentro con el muchacho que impidió la captura de la rubia, además de con Reiv Black, al cual ya conocía de la reunión en la que tratamos de chantajearles. - Si te dice que no sabe nada no le hagas ni caso, que el muy idiota se presentó a sí mismo con nombre y apellidos en aquella reunión que tuvimos. Es hermano del Black, el de los renegados que tuvimos capturado. - informo al científico para que se ahorre aburrirse con el tipo, pasando después a interesarme por Kyllian. Le miro con una sonrisa ladeada porque me parece gracioso lo alterado que parece, así que me dedico a encenderme un cigarro en sus narices para exasperarle con mi parsimonia. Me da igual que no se pueda fumar en el laboratorio, aquí mando yo.
- Mira, si al final vas a tener suerte...si de verdad la buscas. Te vas a venir conmigo, y vamos a tener una conversación de gente civilizada, si es que sabes lo que es eso. - comento de manera condescendiente, pidiendo al otro científico que le saque las muestras o lo que tenga que hacer para que pueda llevarme al moreno. El otro no me interesa, más que para lanzarle la pulla. - A por tu hermano vinieron más o menos pronto, pero a por ti...ya van semanas. Se ve que no le interesas a nadie. Una lástima, ni para cebo.
Mi móvil no deja de recibir llamadas por parte de otros mandatarios mundiales de la Alianza, todos ellos informando de las medidas que habían llevado a cabo, similares a las nuestras. Ninguno de nosotros hemos llegado a dar más datos de cómo hemos conseguido erradicar el uso de magia a nivel global, no queremos darles pistas de eso ni de la Ciudadela Alpha. Los androides estaban trabajando bastante bien, y en las últimas semanas habían traído nuevas capturas. Una de esas capturas llama mi atención, pues en el reporte de misión me informan de que el capturado fue visto con la fugada Leila. Por ello aguardo con especial interés a que despierte el detenido, yendo a buscarle al laboratorio de experimentación. Allí me encuentro con el muchacho que impidió la captura de la rubia, además de con Reiv Black, al cual ya conocía de la reunión en la que tratamos de chantajearles. - Si te dice que no sabe nada no le hagas ni caso, que el muy idiota se presentó a sí mismo con nombre y apellidos en aquella reunión que tuvimos. Es hermano del Black, el de los renegados que tuvimos capturado. - informo al científico para que se ahorre aburrirse con el tipo, pasando después a interesarme por Kyllian. Le miro con una sonrisa ladeada porque me parece gracioso lo alterado que parece, así que me dedico a encenderme un cigarro en sus narices para exasperarle con mi parsimonia. Me da igual que no se pueda fumar en el laboratorio, aquí mando yo.
- Mira, si al final vas a tener suerte...si de verdad la buscas. Te vas a venir conmigo, y vamos a tener una conversación de gente civilizada, si es que sabes lo que es eso. - comento de manera condescendiente, pidiendo al otro científico que le saque las muestras o lo que tenga que hacer para que pueda llevarme al moreno. El otro no me interesa, más que para lanzarle la pulla. - A por tu hermano vinieron más o menos pronto, pero a por ti...ya van semanas. Se ve que no le interesas a nadie. Una lástima, ni para cebo.
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