SECTOR V: Laboratorio y Enfermeria

Si antes había pasado el manoseo por algo, su ceja curveada dejó mucho que pensar cuando la rubia menciona cierta característica del miembro del moreno. Le miró también a él, con cierto reproche, pues aún cuando sabía que no era el momento, no podía dejar de sentir cierto rencor por la reacción natural del cuerpo. Ahora, ligeramente molesta, de verdad quería el cigarrillo, pero la morena no tardó en encontrarlo.

La propuesta realmente no tenía nada de diferente de la de Éamon. No sabía que pensar, pero al menos creyó que ella tendría ideas menos estúpidamente peligrosas que las de su rubio esposo. Vio a todos salir al instante, permitiéndose verle con profunda ira ahora que las puertas de la enfermería les separaban por completo. Y así se mantuvo por minutos, solo pensando. Pensando en lo indefensa que estaría la morena en un duelo en la arena. Como su clara piel se mancharía de rojo mientras se abrían llagas en su pecho y sus manos. Por un momento se permitió disfrutarlo, aunque sabía que los minutos apremiaban y era mejor hacer cosas productivas. Se dignó entonces a mirar al moreno, con una ligera compasión en la mirada que trataba de ocultar.- Reiv... - Susurró, mirando su pierna, adolorida en el alma con el dolor de su cuerpo. Le veía solo porque él no podía hablar, pero en otro contexto le habría ignorado. Esta vez, no sabía cuando le volvería a ver.- ¿Qué opinas? - Susurró despacio, tratando de encontrar en su mirada la respuesta que buscaba.

Decido ignorar los comentarios de Blair acerca del asunto de tocar por donde no debe, dejando de mirarla como si nada hubiese pasado. No puedo mantener ese intento de ignorar cuando por fin nos hace la puñetera propuesta, aunque más bien parece un ultimátum. Se empeña en lo de meter a Juliet a los ejecutores, tal y como había propuesto el maldito Éamon, y lo que tiene pensado para mí es algo que no había escuchado hasta ahora, no sabía que la Alianza metiese como esclavos en sus casas a los que son como nosotros. Obviamente, toda propuesta tiene su amenaza, la de tenernos sujetos con la amenaza de hacerle daño al otro, controlando así posibles disidencias. Ni siquiera creo que se trate de una seguridad real para ninguno, y menos para ella si está con los que tienen que salir a luchar. No sé qué pensar de todo esto, tratándose de la Alianza ninguna de las opciones es buena. Hago un sonido irónico cuando Blair dice eso de que tenemos hasta mañana para pensarlo, siguiéndola con la mirada cargada de rabia hasta que por fin desaparece de nuestra vista. Está jugando con nuestras vidas como le da la gana, por mucho que quiera vestirlo de favor o de la mejor propuesta del mundo. No se puede esperar otra cosa de los cabrones de la Alianza.

Ladeo la cabeza para mirar a Juliet cuando dice mi nombre, ahora que volvemos a estar relativamente solos después de tantos días. Debo tener una pinta lamentable, a juzgar por el gesto de compasión que no consigue disimular del todo. Quisiera decirle demasiadas cosas, pero no puedo hablarle más que por gestos. Antes de que hable ya sé lo que me va a preguntar, sobre la encrucijada en la que estamos, y lo único que sé es que no tengo ni puta idea de lo que hacer. Si nos quedamos como hasta ahora es malo, no hay mucho que podamos hacer. Si salimos puede que sea peor, porque estaremos en manos de los O'Connell. O tal vez sea ligeramente mejor y con posibilidades de hacer algo para tener opciones de seguir luchando. Acabo asintiendo con la cabeza tras varios segundos de silencio en los que no hago más que darle vueltas a la cabeza, aunque sigo sin estar seguro. No tardan mucho en venir unos enfermeros para seguir las últimas órdenes de Blair, volviendo a pincharnos algo a ambos, aunque esta vez se trata de unos sedantes para que durmamos varias horas...

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Cuando por fin vuelvo a despertar no sé cuánto tiempo ha pasado, aunque sigo en la misma cama, en la misma enfermería, y con Juliet al lado, por suerte. Lo único bueno es que me han quitado la mordaza, y por fin puedo hablar. Además, las curaciones brutas y los antibióticos que me puso Blair han hecho que la fiebre alta vaya remitiendo progresivamente, con lo que no me siento tan reventado como antes de dormirme. Carraspeo un par de veces para volver a acostumbrarme a hablar, apoyándome sobre un codo para poder mirar mejor hacia la cama de al lado. Puede que todavía nos queden algún rato para hablar antes de que vuelva Blair a pedir su respuesta, o antes de que venga algún científico a joder. - Juliet, despierta...tenemos que hablar antes de... - no termino la frase. Ya sabe, antes de que llegue esa sádica y antes de que les de por separarnos otra vez, tenemos que aprovechar el tiempo para hablar de la propuesta, lo que no pudimos hacer hace unas horas. Aguardo unos segundos más para que vaya reaccionando y despertándose, mirándola con preocupación al pensar el estado en el que está y todo lo que le están haciendo pasar. - ¿Cómo te encuentras? ¿qué te hicieron cuando nos separaron en las celdas? - en la arena no habíamos podido hablar nada, y desde entonces llevaba sin saber de ella.








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PS: 58 + 30= 88

Lo último que vio antes de que los enfermeros entraran fue el rostro de Reiv asintiendo. ¿Quería decir eso que deberían tomar el trato de Blair? Para su gusto, la mujer se daba más importancia de la que realmente tenía. Y encima de todo, era igual de manoseadora y repugnante que el marido. Tras varias horas con dormida por culpa del sedante que los científicos pusieron en las venas, (más concretamente un momtón de científicos que vienen supervisando al becario que no sabe nada) apenas y logró abrir los ojos, confundida y cansada cuando Reiv le llamó a la mañana siguiente.

Si tenía que adivinar, era temprano como para estar hablando. Se sentía algo mareada, intranquila a pesar de haber dormido tanto. Pero, sobre todo, tenía en el pecho una opresión tan grande que su respiración era entrecortada y podía sentir el corazón latiendo a mil por hora. Tras ver su monitor un momento, se dio cuenta de que aquello no era normal. No tardarían los científicos en darse cuenta de que algo no estaba en orden.- No me siento bien...- Murmuró a Reiv, aunque por su cara de susto era un poco obvio. Apretó los puños, tratando de liberarse de las ataduras, pues quería sentarse y no lograba hacerlo. Si bien no sabía mucho de cosas de embarazo, si tenía a su cuerpo en el entendido de aquellas cosas no pasaban porque sí. Todo pasó en un minuto. Sabía que en cualquier momento tendrían compañía, así que respiró fuertemente, llenando los pulmones de aire mientras trataba de tranquilizarse.- ¿Qué haremos? - Preguntó en un instante, sintiendo ahora escalofríos en la espalda. Todo era mucho peor estando amarrada, pues no podía mitigar el dolor.

Permanezco a la espera por una respuesta de Juliet, que parece todavía bastante adormilada, como si le costase hablarme y poner su cabeza en orden. Empiezo a alarmarme más todavía en cuanto el sonido alterado del monitor y la respuesta que me da Juliet me confirman que no está bien, relacionándolo rápidamente con lo que nos pincharon antes de dormir. - Juliet, tranquila, mírame...no te va a pasar nada, tendrá que ver con... - casi me no me acostumbro aún a decir lo de embarazo, todo ha sido tan traumático y tan de golpe que me cuesta asimilarlo. - ¿qué te duele? ¿qué notas? - Enseguida empiezo a pensar en lo peor, como que a ella le han puesto veneno o algo así. Al instante pienso en llamar a los médicos, aunque sean escoria, seguro que no quieren que se les mueran todavía los prisioneros que pidió Blair. A no ser que eso fuese parte de su plan.

Forcejeo nuevamente para ver si puedo sacar al menos una de las muñecas de las ataduras, pero lo único que consigo es hacer ruido con la cama. Gruño completamente frustrado por estar aquí y no poder hacer nada para ayudarla, sin saber qué responder exactamente a lo que me pregunta. Al fondo del pasillo ya se escuchan pisadas, han debido escuchas la máquina y ya vienen. - Haremos lo que mejor sabemos y lo que he hemos hecho hasta ahora. Pelear y sobrevivir. Al menos saldremos de aquí, en este sitio acabaremos muriendo lentamente...mira que sólo llevamos dos meses y nos los hemos pasado heridos y jodidos prácticamente todo el tiempo. No me gusta ninguna de las opciones porque son esclavitud de mierda, eso desde luego, pero sólo quiero que tú estés bien, que no te hagan más daño. Aunque no podamos vernos...- termino con tono amargo, jurándome a mí mismo de que le daré la vuelta a esto en algún momento.

- Saldremos adelante, te lo prometo. No me olvides mientras... - No quiero que suena a despedida, pero no sé qué va a pasar a partir de ahora y temo que se la lleven y no pueda volver a verla. Ni siquiera hay tiempo para decir mucho más, finalmente llegan un puñado de científicos, algunos con instrumentos de tortura, y otros que se echan la bronca unos a otros porque el becario la ha liado con lo del sedante a una embarazada. A mi empiezan a pegarme descargas eléctricas y golpes con barras de metal, además de probar de nuevo lo del ahogamiento seco. A ella primero se encargan de ponerle oxígeno para normalizar lo que le ha provocado el sedante, colocándole una mascarilla para que respire y los niveles vuelvan a ser normales. Después de eso no le dan mucha tregua, empiezan con otro tipo de torturas un tanto menos agresivas, pero igualmente molestas, como clavarle agujas bajo las uñas y en otras partes del cuerpo. Así va transcurriendo lentamente el tiempo, hasta que se acerca el amanecer y el temido retorno de Blair.

El panico se apoderó de ella por un momento cuando sintió la habitación dar vueltas en un brusco giro de su cabeza para ver a Reiv. Se fijó directamente en la mirada del moreno, sin poder dejar de sentirse asustada. No, de repente había decidido que no le gustaba estar embarazada si significaba sentirse así. Por un momento pensó que aquello podría ser provocado, incluso algo premeditado para hacerle llegar a la desesperación. Después de todo, sí le habían inyectado sustancias justo antes de terminar dormida y sentirse mal.- Me... Me... No puedo respirar, no pue...do... - La respiración se volvía más dificultosa por momentos, tratando de atrapar un poco de aire antes de terminar por morir de desolación.

Ella también escuchó el rápido caminar de los científicos, y la desesperación de Reiv por soltarse de las ataduras. Ella también lo quería a su lado. Si no podía hacer nada, el solo tocarle habría sido suficiente para comformarse, pero la separación era demasiado grande. Sus ojos se humedecieron mientras sentía la garganta cerrándose a la vez que escuchaba aquellas palabras de Reiv. Aceptar aquello que proponían era la antesala a un desastre, pero era la única manera de permanecer vivos, aún sin la certeza de que el otro lo estaría. Asíntió con desesperación, entendiendo los motivos de Reiv, pues ella también lo sentía de la misma manera. También quería que él estuviera bien y que dejaran de hacerle daño.- Olvida todo lo... lo que siempre te digo de... Tu eres fuerte. El más fuerte que... conozco. Tu eres... alguien muy... ostentoso.- Entre cada palabra trataba de tomar aire para continuar. Quizás él nunca lo supiera, era probable que aquellas últimas cinco palabras nunca develaran ningún significado para él, pero el sinsentido de la frase y la mirada penetrante con la que lo dijo podría dar, en algún momento, obsesión suficiente para encontrar sentido. Finalmente, se negó con fuerza a olvidarle, como si aquello fuera siquiera una opción. No era una despedida. Su mirada había pasado de la desesperación a una atención férrea. Una determinación a seguir viva y a liberarse ambos para recuperar la vida justo donde la dejaron.

Trató de tomar aire para decir algo más. No podía quedar aquello como una simple despedida, pero al final los científicos aparecen en la sala a puños. Mientras trataban de estabilizar a la chica, parecían querer lo contrario con el moreno, justo como Blair O'Connell lo había predispuesto. Por un momento, no pudo mostrarse indiferente a la tortura. Serían cosas del embarazo, pero no pudo contenerse tratando de escapar mientras Reiv era lastimado con saña. Cuando su turno fue el siguiente, se encontraba lo suficientemente agotada como para no poder poner resistencia suficiente. El amanecer parecía llegar demasiado lento...

Había pasado tiempo. El intento cutre de fuga no había sido exitoso. El cientifico le había chutado algo y solamente recuerda una sensación de subidón de adrenalina y las putas sujecciones impidiendo que se moviese.
Le habían sacado sangre. Varias veces. Y ahora estaba en una habitación, aún agrilletado y con unas cuantas palizas encima. Al menos habían colocado la puta camilla de pie, aunque se le dormían las manos era reconfortante recuperar la sensación de verticalidad.
Por lo que había oído buscaban algún tipo de matching genético. Por lo que sabía aún no tenían esa información.
Le habían preguntado infinidad de cosas, sobre los magos, los de un bando, los del otro. Por nombres conocidos que había decidido hacer como si no le sonasen de nada. Les había dicho un nombre: James Freeman. Eso había sido después de una de las palizas en las que no paraban de insistir en su nombre. No tenían datos, pero lo que no colaba era lo de no ser mago. Una putada.
Y ahí estaba, de frente a un puto espejo desde el que claramente le observaban. Escupió sangre al suelo. La última paliza era reciente.miró al espejo alzando una ceja e hizo un gesto con su mentón.
-un cigarro no tendrás?
Giró la cabeza y volvió a escupir.
-Ya os he dicho que voy por libre. Lo poco que sé ya os lo he contado.
Un par de localizaciones poco exactas que recordaba vagamente de aquellos años.

El niñato iba a comenzar ya casi el tercer mes de encierro, pero seguía igual de respondón e impertinente que el primer día. Ni las palizas ni los experimentos parecían hacerle cambiar de opinión, y la información que daba era muy pobre y escasa. También se le había analizado la sangre, con resultados extraños que los científicos del equipo no alcanzaban a comprender. Su aspecto físico no se correspondía con la edad, pues se supone que los análisis corresponderían a alguien mucho menor. Era bastante desconcertante. Lo que sí se había averiguado era su ascendencia, pues teníamos muestras de los dos progenitores. Casualidad de casualidades...el traidor Thalos Draven, y la antigua reeducada Carrie Smith, también conocida como Erika Malfoy. Al principio se pensó que era un error, pues no tendría sentido la edad del chico, teniendo en cuenta la de los padres, pero las pruebas eran irrefutables.

- No, sabes más de lo que dices. No nos has hablado de tus padres. - mi voz suena un tanto opaca a través de los altavoces de la sala, pues le observamos desde el otro lado del cristal con aspecto de espejo. - Pensaste que no lo descubriríamos, pero eso sólo prueba lo estúpido que eres. - una risa burlona se amplifica por el efecto de la sala cerrada, acabando con un sonido de reproche.

- Al menos eso te hace un poco útil, ya pensábamos arrojarte a la arena para dar de comer a los licántropos. Ese par de dos serían una captura muy jugosa, y ahora ya tenemos el cebo. Sólo hay que publicitarlo adecuadamente.
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dado probabilidad
éxito: averiguan cosas de su sangre, y se enteran de la identidad de sus padres
fallo: no averiguan

El miembro 'Científico Alianza Humana' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

En cuanto llega a los campos de concentración, enseña su pase autorizado, camina por los pasillos haciendo eco con sus tacones cargando un pequeño maletín que le han dado con lo que había pedido, el collar para su nuevo caniche. Antes de abrir la puerta, uno de los guardias le da una bata de laboratorio nueva, lista para ser manchada de sangre se la pone mientras se mentaliza para interpretar su papel de poli bueno.

Entra a la enfermería y se acerca a la chica primero, al parecer había tenido un ataque de ansiedad por efectos secundarios de la anestesia, poco le importaba pero frunce el ceño como si no le hubiese gustado leerlo en el informe de la noche anterior -Quién ha sido el imbécil que ha hecho esto? eh? traed al responsable aquí! Ahora mismo!- cuando el pobre becario se acerca con el rabo entre las piernas empieza a echarle la bronca -Pero a ti de dónde te han sacado!? te has sacado el título en una caja de cereales? Eh!? os dije claramente que no debería pasarle nada a ninguno de los dos hasta que yo llegara! y vengo y me encuentro con esto?- le lanza los papeles al becario a la cara y ahora mira a los científicos -Se supone que debéis instruirle, no dejar que mate a los mágicos a la primera! ahora largo de aquí, no quiero veros a ninguno- si fuera actriz se habría llevado un par de oscars.

Se acerca Primero a Juliet, parecía agotada al igual que el otro, no los habían dejado dormir en toda la noche y parte de la mañana pues el reloj ya marcaba las 3 de la tarde, se sienta en el mismo taburete de la noche anterior de la misma forma que siempre hace, como una dama, es entonces cuando empieza a hablar -Buenos días, parece que lo has pasado un poco mal anoche, siento la actitud de mis científicos, mi marido y Andreas los tienen mal entrenados pero eso va a cambiar dentro de poco- sonríe amablemente y se pone los guantes de latex que hay en la mesilla de al lado antes de apartarle el pelo de la cara a Juliet -Aún así dejé instrucciones para que le quitaran el bozal a tu novio, creo que era una decisión que deberíais tomar entre los dos aunque me dicen que no habéis hablado mucho y el tiempo se ha acabado, quiero una respuesta en cuanto cuente tres... uno... doooos~~....- se esperó un poco antes de decir "tres" no parecía haber respuesta y no estaba de humor, si no contestaba uno de los dos pensaba mandarlos a ambos a la hoguera o a lo que fuera que dijeran Andreas y Éamon.

No comprendí parte de lo que me dijo Juliet con su voz medio ahogada, no supe a qué se refería con eso de ser ostentoso, aunque lo dijo con tal determinación en la mirada que tal vez significase algo. La otra opción es que el dolor y la falta de aire no la dejasen pensar con claridad, y usase una palabra errónea. Decidí quedarme con que ella consideraba que yo era fuerte, pues en alguna conversación pasada, antes de estar encerrados, me había dejado caer que yo no habría aguantado en el Coliseo, como lo hizo ella. A partir de ahí no pudimos decirnos ni una palabra más. Horas y horas de torturas interminables, sin opción alguna de defensa. Intenté alejar mi mente de allí y pensar en otras cosas para que el dolor no fuese tan intenso, para que las descargas eléctricas y los golpes con el metal no fuesen tan insufribles. No fue suficiente. A ratos me ahogaban y perdía el conocimiento, pero no tardaban en despertarme a base de descargas.

Pierdo por completo la noción del tiempo, y para cuando llega Blair riñendo a los científicos apenas reacciono. La noche me ha dejado el cuerpo lleno de quemaduras por las descargas, de moratones por los golpes, y alguna que otra fractura en las costillas. Eso sumado a las heridas vendadas, que todavía están en proceso de curación. Ahora mismo no pasaría nada si me tirasen directamente a la basura. Hago un esfuerzo por enfocar con la mirada a Blair cuando se sienta en la silla entre ambas camas, haciendo un sonido irónico cuando dice que siente lo que han hecho los científicos. Encima falsa y teatrera. - Sí...nos ha dado tiempo a decidir mucho, entre paliza y paliza. - murmuro sarcásticamente con voz ronca de tanto gritar de dolor y ahogarme con agua. Ladeo la cabeza hacia la cama de Juliet para ver si ella está despierta y se ha percatado de la llegada de Blair, empezando a agobiarme cuando la tía empieza con la cuenta atrás, pues seguro que al llegar al tres le da un venazo como no hayamos contestado nada.

- ¡Basta! ya hemos decidido...tú ganas. - respondo con tono derrotado, sin querer mirar a la cara de la morena para no verla regodearse.

"ganas, por ahora"

- Es lo que querías, ¿no? que todos te hagan caso por obligación. Dudo que nadie te haga caso porque quiera.- alzo de nuevo la mirada hacia Blair, de modo desafiante. - Quiero garantías de que no faltarás al trato. Quiero saber que lo que dices es verdad, y que ella estará a salvo. - se debe creer la única que sabe mentir y manipular, y sólo puede hacerlo porque está en una situación de mucho poder. Seguro que a la mínima que eso se desestabilizase estaría expuesta, y débil.

El tiempo resultó interminable mientras esperaban a que llegara el amanecer. Quizás lo que más le ponía de los nervios eran los gritos de Reiv, pues comparado con lo que ella sentía sabía que se estaba llevando la mejor parte. Y, sobre todo, odiaba que todo aquello fuera por culpa de una criatura que aún ni siquiera nacía, y que no sabía si alguna vez vería la luz del mundo. Para cuando escuchó de nuevo el horrible sonido de los tacones en el pasillo, su mente había aprendido a odiarlos tras haber pasado un centenar de horas bajo las torturas de científicos idiotas, que le daban oxígeno, le curaban y le maltrataban por igual.

No entendió de dónde sacó Reiv fuerzas para responder a la morena, pues incluso ella se sentía vacía y vaciada, mirando solamente el techo en su pequeño momento de paz, donde los gritos de Reiv y los propios no se mezclaban.- "Dentro de poco" No me digas que te vas a unir a la Alianza. Oh, que con lo aburrida que es la Alianza. Tienes aires más de estar en política, más como de Andreas Wilheilm, no de O'Connell.- Murmuró. No tenía energía ni tiempo para caer en sus provocaciones. Solo cerró los ojos, escuchando la voz de Reiv, pues no tenía idea de cuanto tiempo más sería capaz de escucharla, más aún mientras trataba de encontrar el mejor trato para ella, para que Blair cumpliera a su palabra.- Igual mi trato no es directamente con ella... No puedo obligar a que me acepten por más que el trato haya sido ayer con tu marido... Seguro que puedes arreglar algo. Debes entender bien lo que le gusta y lo que no...

Levanta los hombros como diciendo "no me importa" en el momento que Reiv le echa en cara lo de la tortura pero la presión que ejerce sobre él con su conteo funciona, antes de decir "tres" ya había aceptado el trato, perfecto. Sonríe bastante satisfecha pues desde la noche anterior no hacían más que llevarle la contraria y seguía teniendo la espinita clavada en el costado, pero no iba a hacer nada de lo que le habían propuesto Andreas y Éamon, de camino a la enfermería se le había ocurrido algo.

La chica se había despertado y ante el comentadio sobre unirse a la alianza se ríe, es cierto que no le iba demasiado lo de mancharse las manos, por eso se iba a unir a Andreas, pues en algo tenía razón, se le daba mejor mover los hilos desde arriba.

Las siguientes palabras de Reiv le hicieron girar los ojos de la misma forma que lo hacía Andreas cuando algo ya empezaba a aburrrirle, pasar tanto tiempo con él sin duda dejaba rastro -Si, si, tenéis mi palabra, no os va a pasar nada mientras os portéis bien, sin embargo puedo hacer algo, como vídeos o mensajes de voz una vez al mes para que sepáis el uno del otro... ugh, me estáis aburriendo, al final os mando a ambos a la hoguera como dijo Éamon y acabo antes, me pasa por ser buena persona- Bosteza poniéndose la mano en la boca para no perder las formas y por fin la chica abre la boca.

Su mirada se dirige a Juliet, "listilla" pensó al escuchar como hablaba sobre el trato con Éamon -En eso tienes razón, tu trato es con Éamon y hemos tenido problemas con los ejecutores de sangre mágica, os gusta morder la mano que os da de comer, sin embargo se me ha ocurrido otra idea, ¿Que te parece trabajar en la arena? te encargarás de adiestrar a los que van a combatir, has demostrado que vales para ello, tu y el pequeño gatito, por eso aún no estáis muertos, es mi última oferta, no pienso perder más el tiempo con vosotros.- era una buena opción, no lucharía pero se encargaría de hacer los combates mucho más interesantes, su cara reflejaba total seriedad, mira su reloj y empieza a contar -Te doy diez segundos, tengo cosas que hacer-

La malabra de la mujer no significaba nada, pero al menos la había dado. Los videos y mensajes no eran nada, podían tomarlos hoy mismo de cualquiera de los dos y sería un engaño tal cual. Teniéndola en frente, la hoguera parecía una buena opción, porque era insufrible. Y, sin embargo, tenía ideas muy extrañas.

No pudo evitar que una risilla tonta le llenara el pecho, a pesar del pesimismo de algunos cuantos segundos atrás. Misma risilla que fue subiendo de tono hasta llegar a una carcajada sonora, que si bien no era continua, era de incredulidad ante lo que estaba escuchando.- ¡Me estás pidiendo que le diga adios al final del túnel a gente mágica! - Rió ligeramente más contrariada aún. Por su parte, diez segundos serían de sobra para responder a aquello.- Acepto. Pero tienes que venir de vez en cuando a ver los shows, querida. Seguro que ahora que me encargo del espectáculo será más gratificante.- Bromeó, aunque por la risa no se notaba si lo decía en serio o era broma.- A él no le gusta, pero puedes traerlo a ver, de vez en cuando.- Murmuró una vez que pudo calmarse un poco, con aquella gran sonrisa en los labios al ver como daba vueltas la vida. Seguía siendo matar, seguía siendo enviar a una muerte segura a gente inexperta, pero prefería reírse de lo hilarante de la situación, de siempre acabar encerrada en la arena, sea esta cual sea, y enredada en las luchas de poder. Qué vida más inútil. Las vidas vacías encontraban refugio en las malas bromas que la vida les lanzaba.

Le echó una mirada a Reiv, pensando en que su posición sería un poco más difícil de asumir al no estar acostumbrado a ser el hazmerreir de nadie. Sus labios todavía tenían esa sonrisilla tonta, pero en lo profundo sabía que él jamás se doblaría por nadie por más que actuara. Y, en plus, él tendría oportunidad de salir. Y salir daba pie a muchas oportunidades.

Mensaje cientifico:

Oyó la voz. Salía de aquellos altavoces de la sala pero era reconocible. El tipo que todo este mes había sido un capullo con él. Al oir que preguntaba por sus padres esbozó una sonrisa un tanto burlona y agachó la cabeza negando. Por lo visto tenían los putos resultados.
De todas formas debería resultarles raro, aunque no parecía que tuviesen intención de mencionar que no les cuadraba. Lo mismo se estaban tirando un farol. Quien sabe. Miró un tanto divertido hacia el espejo mientras el científico se reía. Abrió y cerró los puños varias veces, el hormigueo empezaba a ser intenso.
-¿Mis viejos? no me has preguntado por ellos en todo este mes.
Escuchó aquel plan de usarle como cebo. Seguramente funcionaría, al menos con su madre. Tampoco tenía claro que le importase demasiado.
-Puedes ir lanzándome a esos licántropos, ni la pelirroja ni el tuerto me reconocerían.
Su cabeza se inclinó hacia atrás dando contra la camilla. La sonrisa seguía plantada en su cara burlona, dando a entender que a aquel científico se le escapaba algo. Había decidido jugar con la información de la supuestamente disponían, confirmándola para sembrar un atisbo de duda.
-Por cierto, yo revisaría eso de que aún haya seres mágicos pululando. Lo mismo se os ha escapado algo de magia y puede joderos bastante en el futuro.
Extendió los dedos encogiendo los hombros cómo pudo, torciendo el gesto.
-Pero qué sabré yo... ni que viniese de otro tiempo o algo parecido.
Soltó aquello, totalmente inverosímil , junto con una risilla socarrona. Al fin y al cabo aquel científico se encargaba de joder a seres mágicos que hacía algunos años ni siquiera sabía que existían. Lo mismo colaba que viniese del futuro o algo así. O lo mismo le soltaban junto a los licántropos. Cualquier opción era válida antes que seguir atado a una puta camilla.

Dudo que se le pueda dar mucho valor a la palabra de esta mujer, pero al menos de momento parece aceptar eso de dar pruebas de que el otro está bien. Lo mismo cambia de idea luego, o lo mismo miente, vete a saber. Asiento como si me quedase convencido, aunque es un tanto fingido. Mi parte del trato queda más o menos clara, pero la de Juliet sigue en el aire, por lo que paso la mirada de una a otra con incertidumbre, enterándome por Blair de que ya no están interesados en tener ejecutores de sangre mágica por los problemas que dan.

"Normal...cualquiera se acabaría revolviendo para traicionarlos, a nadie le gusta ser esclavo. Y si alguno se unió a ellos voluntariamente es que simplemente es idiota"

Me mantengo expectante por la respuesta de Juliet, a la que le han cambiado la propuesta a algo así como entrenar a los de la arena. Si eso es cierto se evitará tener que luchar directamente, y no se pasará todo el rato herido y en peligro. Por otro lado...no tiene opción de buscar ayuda, como si la hubiesen sacado a la calle con el resto de ejecutores. También me entero de que Kyllian sigue vivo, más o menos por lo mismo que Juliet, por el combate en la arena. Mi orgullo se ve un poco fastidiado por eso de que a mi no me tuviesen en cuenta como buen luchador, pues estoy seguro de que lo habría hecho mejor si no me hubiesen lanzado a la arena estando en tan mal estado. Blair comienza de nuevo con su ultimátum para responder, por lo que lanzo a Juliet una mirada apremiante para que diga algo, una respuesta positiva. Cuando empieza a reírse de ese modo me da por pensar que todo esto le está afectando seriamente, y ella ya venía tocada de antes, por lo del Coliseo en el que también estuvo encerrada. Con lo que había costado que volviese a encontrar cierta calma...

- No te impliques con ellos y limítate a entrenarles para que den buen espectáculo. Con eso bastará. - aconsejo a Juliet como dando por buena su elección, pensando en que si se pone a sentir pena por los otros, está perdida. - Su vida no depende de ti, si la pierden será por culpa de los que les han encerrado. Y de ellos mismos por no luchar como se debe. - lanzo una evidente mirada de reproche a Blair, aunque esto le importe una mierda. Después desvío la mirada hacia la pelirroja, sintiendo una extraña opresión en el pecho al saber que acabamos de aceptar una losa muy pesada en nuestros destinos. Ahora ya ha quedado todo dicho y decidido, poco margen de tiempo queda. Basta con que le diga a Blair que nos deje despedirnos como para que haga todo lo contrario y haga alguna de las suyas, así que paso de pedirle nada más.

- Pues ya está. Ahora tú decides cuándo y cómo. - le digo a Blair con resignación y mirándola de reojo, para que haga las cosas cuanto antes mejor, no vaya a ser que me de tiempo de arrepentirme. Voy a pasar demasiado tiempo viéndole la cara a la O'Connell, así que aproveche los últimos minutos o segundos que me queden para grabarme, más si cabe, el rostro de Juliet, tratando de decirle con la mirada lo que me hubiese gustado decirle con palabras si estuviésemos solos. Se me ocurre entonces recurrir a la lengua de los dragones, lo básico que aprendí con Snagov en Ouroboros, y alguna cosa que me ha enseñado ella.  - No te rindas. Volveré a por ti. Te quiero. - susurro antes de apartar definitivamente la mirada, dispuesto a empezar de una vez con lo que sea.

Francamente, esos dos la aburrían y solo llevaba como cinco minutos allí, ya había perdido mucho de su interés en ello, que le iba a hacer, era de usar y tirar los juguetes, de toda la vida, hasta se estaba pensando eso de llevarse al chico a casa, total, ya tenía suficientes criados. La carcajada de Juliet la había mosqueado un poco, parecía que la estaba vacilando así que la encerraría en la cuarentena unos días más hasta que le diera la gana mandarla a la arena y pudiera hablar con Éamon o con Andreas sobre la decisión que había tomado.

-ugh... odio la arena, solo hay hombres gritando como estúpidos y babeantes babuinos soltando su testosterona, pero en fin, supongo que tendré que ir algún día, ya veremos- se levanta de la silla y llama a uno de los soldados para que le ayuden a sujetarle la cabeza a Reiv, toma el maletín con el que había llegado y lo abre, sacando de este una especie de collar hecho de piel, a medida, con un cuadrado metálico por el cual se abría, lo pone alrededor del cuello de Reiv y este se cierra dando un pequeño pitido mientras una luz verde parpadea. Bueno, esto ya está, aún es un prototipo así que no te la juegues demasiado por si explota, de momento no están activadas todas las funciones pero si intentas quitartelo... boom y adiós a tu cabeza- mira su reloj, casi era hora de volver a casa pero antes se pasaría a ver a Éamon, para fastidiarlo un poco, así no se sentía solo.

Los deja ahí sin decir nada más y sale de la enfermería y cierra las puertas tras ella para que no puedan escucharla, dando nuevamente instrucciones a los científicos  -Dejadlos cinco minutos a solas, a ver si dicen algo que me haga cambiar de opinión, después a ella la metéis en algún agujero de la cuarentena, desnuda y le echáis un cubo de agua fría cada dos horas o así, a ver que tal aguanta el frío, ya ha disfrutado demasiado de la comodidad de la enfermería, a el quiero que lo curéis, torturadle un poco si os aburrís pero no le rompáis más cosas que me lo tengo que llevar, dadle un manguerazo o dos, huele a perro muerto y quiero llevarme un caniche, eso es todo, avisadme si escucharais algo interesante por los micrófonos, grabadlo todo.-   con las instrucciones dadas, se va hasta el despacho de Éamon.

Asintió suavemente a lo que Blair decía, pues en esencia, eso era precisamente la arena, y a nadie en sus cinco sentidos podría gustarle aquel horror. Al menos para eso estaba cuerda, pero la verdad tenía una doble moral muy retorcida si le gustaba pedir torturas pero no verlas. Al final, aceptó el consejo de Reiv. Ya lo tenía asimilado de la última vez que estuvo en el Coliseo. Su propia vida era su única responsabilidad, pero también era cierto que el amor te hacía débil, y no podía evitar pensar que por Reiv haría demasiadas cosas, si con eso ayudaba a liberarle. Al menos se estaba portando "bien". Incluso le daba por su lado a la mujer. Con sus palabras hasta parecía haber decidido ir en favor de la Alianza por un rato, pero aquel fuego rebelde no se iba a apagar sin más... A menos que... la revelación de la condición de la pelirroja le hubiera amedrentado, como si por ello él estuviera dispuesto a dejarse esclavizar. El solo pensar en ello le erizó la piel. Le causó escalofríos. Si él iba a cambiar solo porque llevaba algo dentro, en su mente prefería no tenerlo.

Sus ojos se humedecieron un momento ante el pensamiento tan retorcido de que la paternidad podría quitarle sus ganas de ser libre. Pero algo se fundió en su pecho al escucharle en lengua draconiana. Si bien las palabras eran algo confusas, una vez la frase armada se la grabó con cariño en el pecho. Le dedicó una suave sonrisa que no pudo ocultar, asintiendo, y sintiéndose algo tonta por hacer usado aquel anagrama de palabras en vez del lenguaje dragón para comunicarse con él desde el principio.

Cuando la chica se levantó y el soldado sujetó la cabeza de Reiv, su cuerpo entero se puso en alerta, observando el collar que le ponía. Cuando vio la luz verde supo que aquello significaría problemas para el moreno. Esperaba toques eléctricos, pero no esperaba una bomba. Definitivamente no esperaba una bomba. Miró a Reiv sin decir nada al respecto. Estaba preocupada, definitivamente, por que él era impulsivo. Solo esperaba que no fuera tanto como para terminar con su vida en un momento de debilidad.

Pasó algún minuto entre que la mujer salió de la habitación y que pudo emitir palabra alguna. Le veía con tristeza, a sabiendas de que le había tocado la peor parte del trato. Quería decir algo, pero la mujer había confesado que habían grabado su conversación, así que lo más probable fuera que las cosas siguieran así. Se dedicó a observar su rostro, que muy diferente al suyo mostraba más que preocupación. Pero él no la veía, como si se estuviera preparando para irse, para separarse. Si echaba cuentas, no se habían separado por tanto tiempo en... ¿serían ya algunos años desde que llegó a Londres? ¿Desde que le conoció? - No existen las despedidas entre nosotros, compañero... Entonces será un 'hasta luego'.- Susurró con profunda pena. Se lamentaba de no haberle dicho nunca lo que realmente sentía por él. Había intentado escapar de él muchas veces, "liberarle" de ella como había intentado en la zona de combate de la isla. Y, a pesar de tanto tratar de alejarle de ella, ahora que lo lograba sentía como si le arrancaran entero el corazón. Sobre todo, se lamentaba de tener aquel anillo en el dedo y no haberle dicho lo mucho que le ilusionaba, solo por el miedo a perderle. Ahora le perdía gratis y de todos modos no le había dicho nada. Se había dedicado a ignorarle desde que llegaron a aquel lugar.- Estaremos bien.- Murmuró, aunque siendo algo ambigua en si se refería a ella y él, o al bebé que crecía dentro. Aún seguía contrariada, confundida, indecisa sobre si era una buena idea estar embarazada, pero no tenía cabeza aún para esa decisión que no estaba en sus manos. Repitió una vez más las palabras de Reiv en la lengua de los dragones en su cabeza, grabando el sonido y la palabra. Era necesario para mantenerla cuerda en aquel lugar. Cuando no encontró más palabras que decir, recordó las que su padre le había dicho a su madre la noche que se separaron aquella última vez. Me rehúso a vivir sin ti. Estaré en pausa hasta que nos encontremos de nuevo. Entonces será nuestro turno para amar y te daré el cielo. Y así tal cual las repitió para el moreno en aquella lengua que solo ellos hablaban, mirándole con dolor en el pecho, pero con la firme seguridad de que aquel no sería el fin, tratando de infundir con su mirada aquel cariño, aquel amor que sentía, valentía, coraje y la esperanza de que el futuro sería mejor y sería a su lado.

Lanzo una mirada de recelo al soldado que trae el collar ese, aunque tampoco forcejeo para que no me lo pongan porque ya habíamos acordado que así se haría. Ya da muy mala espina el simple hecho de que pite y tenga luz verde, pero más todavía cuando explica que es un prototipo que puede explotar a la mínima. Es casi como estar otra vez en manos de Tobías con el dispositivo aquel de mierda que me puso en el corazón, sólo que esta vez no voy a tener a nadie que me ayude a librarme del problema. Ni mi padre, ni Johan, ni Siria...nadie. Todos están lejos, y la única persona que podría ayudarme, Juliet, pronto estará lejos también. Tendré que volver a contar conmigo y sólo conmigo, como en los viejos tiempos. - Gracias por el tutorial de un minuto, será muy útil para saber que no puedo explotar cerca de tus cortinas.- murmuro de manera sarcástica una vez lo tengo puesto, aunque en el fondo estoy bastante acojonado por el asunto. Juliet y yo no cruzamos palabra durante todo el proceso del collar y la explicación, pero no podemos evitar cruzar miradas de preocupación. El verla con los ojos humedecidos lo hace casi peor, y eso que esto acaba de empezar.

En cuanto sale Blair suponemos que no debe quedar mucho para la separación definitiva, la más larga hasta ahora, sin contar el tiempo que nos han tenido separados durante el encierro en los campos. Trato de mantenerme sereno tras decirle aquellas últimas palabras de ánimo y de promesa en el lenguaje de los dragones, como queriendo que todo pase cuanto antes y a la vez que sigamos aquí juntos por mucho tiempo, porque ninguno de los dos sabe lo que sucederá a partir de este momento. Mi intento de abstracción falla irremediablemente en cuanto Juliet vuelve a hablarme, y esta vez ya no consigo apartar la mirada de ella, ni deshacerme del nudo en la garganta que lleva un rato ya amenazando con no quererse ir. Los dos tendremos que ser fuertes para aguantar, y al menos me tranquiliza un poco saber que ella ya tiene la determinación de serlo.

- No es un adiós, eso tenlo por seguro. Volveremos a la isla en la que empezamos, y te llevaré a otros tantos sitios que te debo. - procuro poner toda la convicción posible en ello, aunque en mi cabeza hayan demasiadas ideas de cosas que pueden salir mal. No sé si con eso de 'estaremos bien' se refiera sólo a nosotros dos o a ella y la "compañía" con la que queda, pero hago un esfuerzo por sonreírle con confianza. Sigo sin asimilar del todo eso del embarazo y lo primero que quiero es que ella siga estando bien, sea con o sin hijo. Probablemente ya tenga tiempo de pensar al respecto en la soledad que me espera.   - Estaré bien también, no te preocupes por mí. Sobrevive como sea y a costa de lo que sea. - y eso incluye tanto a la gente de la Alianza, como a los de la arena, por los que no debe tener compasión. -  Puedes hacerlo, si tienes un motivo para vivir, encontrarás el cómo.- La lengua de los dragones vuelve a ser nuestra vía de escape para decirnos algo que sólo entendamos nosotros, aunque realmente poco importa ya que nos interrumpan los científicos o que estén por ahí pululando antes de venir a separarnos. La frase que me suelta Juliet ya me termina de desarmar por completo, intensificando más el nudo y  haciendo que mis ojos se humedezcan igual que los suyos antes. - Prometido. Espérame. - susurro en el mismo idioma, dedicándole a Juliet una última y significativa mirada que no me saldría con nadie más, para que supiese que de un modo u otro iba a estar con ella. Aquello podría haber sido eterno, pero apenas dura un instante. Enseguida llegan los científicos para separarnos, comenzando a desconectar las vías de ella para subirla a una camilla y llevarla lejos de mí, fuera de la enfermería, y posteriormente al lugar donde les ordenó Blair.  A mi me hacen más o menos lo mismo, aunque primero me drogan para dormirme, llevándome a una zona aislada de la enfermería.

Allí pasaría los siguientes días para seguir sanando de las heridas, fracturas y daños que había ido encadenando desde que llegué, aunque de vez en cuando se permitían la "gracia" de hacer alguna de sus torturas, aunque curiosamente nada que fuese a dejar nuevos daños graves, más allá de algunos golpes o descargas eléctricas. Yo ya no hacía mucho caso, estaba en mi mundo, prácticamente como un autómata. Al sacarme de la enfermería me enviaron a las frías duchas de los campos, donde me estuvieron vigilando los soldados hasta que por fin estuve limpio. Tras esto me esposaron a la espalda, haciendo que por fin abandonase los campos. Era la primera semana del tercer mes a partir del encierro, aunque ahora comenzaría uno nuevo, diferente, pero prácticamente igual de malo.

mensaje de Reed:

El reo no negó lo de sus padres, simplemente se mostró desinteresado al respecto, o tal vez fuese una distracción para disuadirnos de convertirle en cebo. - Si no te reconocen pues mala suerte para ti. En cualquier caso el que sales perdiendo eres tú. - ya le borraremos esa maldita sonrisa de la cara, sea como sea. Mi voz sonó un tanto irritada, estaba harto de que me tocase tratar con él sólo por ser el nuevo del equipo.

- No sé a qué intentas jugar, pero no hay ningún ser de los tuyos que pueda hacer magia ahora mismo. - todavía no nos había llegado la información que tiene el ministro, así que no teníamos ni idea de que había ciertos lugares en los que sí se podía. Solté una risotada cuando creo que se le empieza a ir la pinza y cree que viene del futuro, como si eso fuese posible.

- Claro, y vienes de un futuro en el que los robots se han hecho con el control del planeta, ¿no? deja de desvariar, idiota. Vamos a hacer contigo lo que queramos, digas lo que digas. Y ya me han hartado tus bromas. Lucharás en la arena hasta que te saquemos ahí fuera como cebo, no sin antes anunciarlo en público para que tus estúpidos padres acudan a por ti, tengas la pinta que tengas. Ya nos encargaremos de dar datos verosímiles. Otros han caído ya...ellos acabarán cayendo. - ordeno a los soldados que vayan a por Reed, así que entran en la sala y le pegan otra paliza a base de porrazos bestias por todo el cuerpo. Pronto les ordeno que paren, y que lo lleven a las celdas de la zona de la arena, donde le tocaría luchar. Tras acabar con todo eso salgo por fin de la enfermería, dejando el lugar por fin libre de niñatos y niñatas que se quejan por todo.
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off: tu siguiente post puedes hacerlo en la arena o celdas de la arena, y hacer como que han pasado X días

Una furgoneta procedente de Londres ingresa en los campos de concentración, trayendo consigo a dos licántropos heridos de muerte (Genievre y Lykaios). No pasan ni siquiera por el sector de control, los meten directamente a la enfermería para que los recién capturados no mueran. Las pistolas de los ejecutores han hecho serios destrozos en ellos, costará bastante reparar los daños de ambos, y pasará algún tiempo hasta que puedan ser interrogados, torturados o enviados a la arena.

Algunos científicos del equipo discuten con otros sobre la decisión de curar a los seres que nos traen, pues hay partidarios de dejarles morir. Otros argumentan que así tenemos más prisioneros, posibilidades de investigar y de obtener información relevante. No se ponen de acuerdo, pero al final acaban atendiendo y curando a los recién llegados, dejándolos en zonas separadas de la enfermería en cuanto consiguen estabilizarlos un poco.


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off: entran los dos con PS negativo, a tener en cuenta para la recuperación de 20 PS por día off rol