Recuerdo del primer mensaje :
Beinn Dearg (en gaélico escocés significa "Montaña roja" pronunciado [peiɲ tʲɛɾɛk]) es la zona de Iverlael de las Highland escocesas. Se escala normalmente siguiendo el río Lael hasta Gleann na Sguaib. Comenzando desde casi la cabeza del Loch Broom un sendero sigue el glen hasta un bealach alrededor de un kilómetro al norte de la cima. Desde este collado, se puede subir también a los picos vecinos de Con a' Mheall y Meall na Ceapraichean. La zona abarca una diversidad de hábitats, incluyendo bosque, ciénagas, aguas abiertas, brezales enanos y precipicios.
Rutas de acceso u otros datos a parte, en el collado (hueco entre dos montañas) que se observa en la imagen están desde el 2040 instaladas las Ruinas de Ouroboros, es decir, lo que quedó de la isla en su caida libre tras la puesta en funcionamiento de los Satelites SAM. Al refugio de las laderas, lo que fuera una vez una grandiosa isla reposa ahora tan solo a su 50%, siendo las instalaciones que sobrevivieron a la desintegracion las siguientes:
- Hospital mágico
- Salón del Cónclave
- Sala de reuniones
- Academia Ouroboros
- Comedor
Aunque el panorama que presentan es un tanto desalentador, sus estrucutras principales se conservan bastante bien amén de algun derrumbamiento menor en las fachadas exteriores.
Una estela de escombros del resto de la isla marca el rumbo que siguió cuando la otra mitad comenzó a caerse a pedazos y a sucumbir a la falta de magia.
Nota: Actualmente sólo queda en tierra la mitad destruida de Ouroboros, la parte más destrozada y ruinosa. Tras el regreso de la magia (con la destrucción de los satélites antimagia), la parte que se salvó fue rehabilitada, y se unió una nueva parte de isla antes de elevarla de nuevo por los aires durante la realización del RITUAL que usaron los fundadores hace cientos de años.
Rutas de acceso u otros datos a parte, en el collado (hueco entre dos montañas) que se observa en la imagen están desde el 2040 instaladas las Ruinas de Ouroboros, es decir, lo que quedó de la isla en su caida libre tras la puesta en funcionamiento de los Satelites SAM. Al refugio de las laderas, lo que fuera una vez una grandiosa isla reposa ahora tan solo a su 50%, siendo las instalaciones que sobrevivieron a la desintegracion las siguientes:
- Hospital mágico
- Salón del Cónclave
- Sala de reuniones
- Academia Ouroboros
- Comedor
Aunque el panorama que presentan es un tanto desalentador, sus estrucutras principales se conservan bastante bien amén de algun derrumbamiento menor en las fachadas exteriores.
Una estela de escombros del resto de la isla marca el rumbo que siguió cuando la otra mitad comenzó a caerse a pedazos y a sucumbir a la falta de magia.
Nota: Actualmente sólo queda en tierra la mitad destruida de Ouroboros, la parte más destrozada y ruinosa. Tras el regreso de la magia (con la destrucción de los satélites antimagia), la parte que se salvó fue rehabilitada, y se unió una nueva parte de isla antes de elevarla de nuevo por los aires durante la realización del RITUAL que usaron los fundadores hace cientos de años.
Khan Tepes
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Agradeció las explicaciones de su compañera de Consejo, aunque le dejaron tranquilo a medias con eso de que no era totalmente efectiva. Esperaba que al haber pasado sólo un día sirviese. Miró brevemente de reojo a su amiga para comprobar si estaba nerviosa por las palabras de Sofía, pero le pareció que estaba casi más azorada que otra cosa. - Sí...es por saber si hay limitaciones para tomarla si sucediese alguna vez más, si es peligroso y esas cosas.- reconoció bajando un poco la voz aunque no hubiese nadie por allí cerca para escucharlos, metiéndose las manos en los bolsillos del pantalón un tanto incómodo. Le daba vergüenza tener que tratar esos temas con una compañera de trabajo más mayor y a la que apenas conocía fuera del contexto del Consejo.
- Que no salga de aquí, por favor. Es que no lo pensamos...
No supo que decir al ofrecimiento de Sofía cuando les dijo que deberían ser más preventivos, estaba pensando que se lo tragase la tierra cuando Lemóni se le adelantó y le dijo que sí, que le consiguiese los preservativos. La miró un tanto sorprendido por lo resolutiva y rápida que había sido al pedirlo, suponiendo con eso que no se arrepentía de nada y que tenía intenciones de volver a hacerlo pero sin jugársela. ¿Cómo lo hacía la gente? ¿Hablaban todos con Sofía? ¿Sabía ella de los deslices de todos? se quedó pensando en ello uno segundos antes de asentir a la propuesta, justo como había hecho antes la muchacha. Ni de broma quería pensar en un niño para cuidar cuando él mismo lo era hace apenas cinco años.
- Vale, pues ya está. Tendremos más cuidado la próxima vez. - quiso cambiar de tema rápidamente para quitarse la vergüenza de encima, carraspeando un poco antes de preguntarle por asuntos de Ouroboros. - Por cierto, ¿sabes algo de Catherine? tengo entendido que os lleváis bien, así que tal vez te haya dicho algo sobre las instrucciones que le dejó Matvey para contactar con él. A mi no me quiso decir nada el otro día cuando la vi en su casa, para hablar de unos asuntos sobre los dragones. Estaba con el crío que tuvo con el Pendragon, y no parecía muy por la labor de permitirme el paso a Ávalon. ¿Tú has llegado a estar allí, verdad?
- Que no salga de aquí, por favor. Es que no lo pensamos...
No supo que decir al ofrecimiento de Sofía cuando les dijo que deberían ser más preventivos, estaba pensando que se lo tragase la tierra cuando Lemóni se le adelantó y le dijo que sí, que le consiguiese los preservativos. La miró un tanto sorprendido por lo resolutiva y rápida que había sido al pedirlo, suponiendo con eso que no se arrepentía de nada y que tenía intenciones de volver a hacerlo pero sin jugársela. ¿Cómo lo hacía la gente? ¿Hablaban todos con Sofía? ¿Sabía ella de los deslices de todos? se quedó pensando en ello uno segundos antes de asentir a la propuesta, justo como había hecho antes la muchacha. Ni de broma quería pensar en un niño para cuidar cuando él mismo lo era hace apenas cinco años.
- Vale, pues ya está. Tendremos más cuidado la próxima vez. - quiso cambiar de tema rápidamente para quitarse la vergüenza de encima, carraspeando un poco antes de preguntarle por asuntos de Ouroboros. - Por cierto, ¿sabes algo de Catherine? tengo entendido que os lleváis bien, así que tal vez te haya dicho algo sobre las instrucciones que le dejó Matvey para contactar con él. A mi no me quiso decir nada el otro día cuando la vi en su casa, para hablar de unos asuntos sobre los dragones. Estaba con el crío que tuvo con el Pendragon, y no parecía muy por la labor de permitirme el paso a Ávalon. ¿Tú has llegado a estar allí, verdad?
Negó rápidamente ante lo de pasar deapercibida de la chica. No se refería a eso, sino a que tenía algún tiempo sin poder hablar largo y tendido con Matvey, como lo hacían cuando Snagov vivía.- Hablando de Matvey, ¿sabes algo de sus andanzas últimamente?- No quería revelarle mucho, por si no sabía nada del largo mensaje que les había mandado, pero tenía curiosidad al respecto.
Tras intercambiar cortesías y entrar de lleno al tema, les vio los 50 tonos de rojo en los rostros de ambos chicos. Si había algo que podía decir de aquella pareja era que, por más que los dos parecieran igualmente avergonzados, la chica parecía ser la que llevaba las riendas.- Todo tiene una dosis letal. Hasta el agua y el oxígeno. Pero mientras no se tomen 5 tes diarios estarán bien.- Al menos parecía que ya habían entendido.
Suspiró profundamente cuando le pidió que no saliera de ellos tres aquel incidente. Asintió rápidamente, pensando en que Snagov se había ido demasiado pronto de aquel mundo, y que no había podido preparar a su hijo en todos los aspectos.- No te preocupes por eso, Khan. Quedará entre nosotros, siempre y cuando prometan considerar algo. Parece que ninguno de los dos tiene una guía clara en estos temas, ni personas a quién preguntar. Es un tema riesgoso de investigar por ustedes mismos, ya están viviendo esa angustia, por lo que si alguna vez tienen alguna duda, vengan a visitarme. Si te da un poco de corte conmigo, Khan, mi esposo te responderá lo que necesites y yo podría contestar las dudas de Lemóni. No volveré a mencionarles este encuentro a menos que así lo decidan. Así que no habrá necesidad de estar incómodos al respecto.- Confiada en que todo saldría bien con la poción, unió las manos sobre su regazo y les sonrió a ambos, escuchando entonces las interrogantes de Khan respecto a Catherine.
La verdad, no pudo mantener la sonrisa, pues estaba demasiado preocupada de lo desconectada que había estado. La última vez que la había visto, habían conspirado para mover la silla de Leroy al otro lado de la mesa en la sala del Consejo, para que no se sentara junto a Catherine.- He estado en Ávalon un par de veces. Es... Es tan inquietante como lo es estar en la isla en este momento. Se siente la magia de sangre en todo el suelo. ¿La haz visto? ¿Cómo está?
Tras intercambiar cortesías y entrar de lleno al tema, les vio los 50 tonos de rojo en los rostros de ambos chicos. Si había algo que podía decir de aquella pareja era que, por más que los dos parecieran igualmente avergonzados, la chica parecía ser la que llevaba las riendas.- Todo tiene una dosis letal. Hasta el agua y el oxígeno. Pero mientras no se tomen 5 tes diarios estarán bien.- Al menos parecía que ya habían entendido.
Suspiró profundamente cuando le pidió que no saliera de ellos tres aquel incidente. Asintió rápidamente, pensando en que Snagov se había ido demasiado pronto de aquel mundo, y que no había podido preparar a su hijo en todos los aspectos.- No te preocupes por eso, Khan. Quedará entre nosotros, siempre y cuando prometan considerar algo. Parece que ninguno de los dos tiene una guía clara en estos temas, ni personas a quién preguntar. Es un tema riesgoso de investigar por ustedes mismos, ya están viviendo esa angustia, por lo que si alguna vez tienen alguna duda, vengan a visitarme. Si te da un poco de corte conmigo, Khan, mi esposo te responderá lo que necesites y yo podría contestar las dudas de Lemóni. No volveré a mencionarles este encuentro a menos que así lo decidan. Así que no habrá necesidad de estar incómodos al respecto.- Confiada en que todo saldría bien con la poción, unió las manos sobre su regazo y les sonrió a ambos, escuchando entonces las interrogantes de Khan respecto a Catherine.
La verdad, no pudo mantener la sonrisa, pues estaba demasiado preocupada de lo desconectada que había estado. La última vez que la había visto, habían conspirado para mover la silla de Leroy al otro lado de la mesa en la sala del Consejo, para que no se sentara junto a Catherine.- He estado en Ávalon un par de veces. Es... Es tan inquietante como lo es estar en la isla en este momento. Se siente la magia de sangre en todo el suelo. ¿La haz visto? ¿Cómo está?
Lemóni Cefiadis
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Lo primero que ella hizo fue asentir ante las cosas que dijo Khan.
S-Si... Justo eso por favor...
Prefiere qué se quede entre los tres el hecho de que se estaba tirando a Khan, y más todavía el hecho de que quería seguir haciéndolo.
De hecho no fue capaz de mirarlo mientras lo decía, pero tampoco es que haga falta, ha quedado bastante claro que es lo que tiene en mente, y no decirlo directamente ayuda a que se sienta menos avergonzada por ser de esa forma, pero es que no puede evitarlo.
Pero...
A-Ah... B-Bueno... Yo estaba con Khan cuando recibió una carta al respecto...
Cosa que era cierta, y evitaba qué tuviera que mentir directamente, no es buena en eso, así que prefiere simplemente aparentar qué no sabe más de lo que puedan saber ellos dos...
Lo que sí, es que lo siguiente que Sofía empezó a decir, volvió a hacer qué sienta que le arde el rostro de tanta vergüenza, mucho, como seguro debe arder el infierno, pero la peor parte del asunto... Es que no podía negar que sí está interesada, tanto que es incluso más fuerte que su vergüenza.
A-A-Ah... S-Si.... S-Se lo agradecería muchísimo....
Pero luego... La peor parte, hablaban de Cath, y la hacían sentir mal, aunque obviamente ninguno de ambos debe tener idea de ello, porque no tienen forma de saber que ella le mandó un mensaje hace poco.
Y además también estaba todo relacionado con las instrucciones, cosa que también era algo de lo que sabía, así que para sus adentros tiene un debate... ¿Se debería quedar a escucharlos?... Se quiere ir, pero, ¿Y sí eso la hace ver sospechosa?... Decide ver si se consigue ir sin lucir sospechosa.
B-Bueno... En todo caso... C-Creo que ya sería todo lo que necesito hacer aquí... E-El resto parecen ser asuntos muy oficiales para mí... M-Muchas gracias de nuevo por toda su ayuda, descendiente Dioscorides...
Hizo una reverencia.
Y-Y Khan... Sí quieres que nos veamos... S-Seguiré estando en el castillo de Edimburgo como siempre...
Entonces procedería a murmurar un encantamiento y desaparecer, esperando no ser cuestionada, y quizás... Que nada termine pasando, y pueda seguir sin cruzar esa línea entre ser normal, y ser alguien importante.
S-Si... Justo eso por favor...
Prefiere qué se quede entre los tres el hecho de que se estaba tirando a Khan, y más todavía el hecho de que quería seguir haciéndolo.
De hecho no fue capaz de mirarlo mientras lo decía, pero tampoco es que haga falta, ha quedado bastante claro que es lo que tiene en mente, y no decirlo directamente ayuda a que se sienta menos avergonzada por ser de esa forma, pero es que no puede evitarlo.
Pero...
A-Ah... B-Bueno... Yo estaba con Khan cuando recibió una carta al respecto...
Cosa que era cierta, y evitaba qué tuviera que mentir directamente, no es buena en eso, así que prefiere simplemente aparentar qué no sabe más de lo que puedan saber ellos dos...
Lo que sí, es que lo siguiente que Sofía empezó a decir, volvió a hacer qué sienta que le arde el rostro de tanta vergüenza, mucho, como seguro debe arder el infierno, pero la peor parte del asunto... Es que no podía negar que sí está interesada, tanto que es incluso más fuerte que su vergüenza.
A-A-Ah... S-Si.... S-Se lo agradecería muchísimo....
Pero luego... La peor parte, hablaban de Cath, y la hacían sentir mal, aunque obviamente ninguno de ambos debe tener idea de ello, porque no tienen forma de saber que ella le mandó un mensaje hace poco.
Y además también estaba todo relacionado con las instrucciones, cosa que también era algo de lo que sabía, así que para sus adentros tiene un debate... ¿Se debería quedar a escucharlos?... Se quiere ir, pero, ¿Y sí eso la hace ver sospechosa?... Decide ver si se consigue ir sin lucir sospechosa.
B-Bueno... En todo caso... C-Creo que ya sería todo lo que necesito hacer aquí... E-El resto parecen ser asuntos muy oficiales para mí... M-Muchas gracias de nuevo por toda su ayuda, descendiente Dioscorides...
Hizo una reverencia.
Y-Y Khan... Sí quieres que nos veamos... S-Seguiré estando en el castillo de Edimburgo como siempre...
Entonces procedería a murmurar un encantamiento y desaparecer, esperando no ser cuestionada, y quizás... Que nada termine pasando, y pueda seguir sin cruzar esa línea entre ser normal, y ser alguien importante.
Khan Tepes
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- Nada, solo sé lo de la carta que mandó para todos. - y que al parecer a él le había llegado con cierto retraso por culpa del ghoul. Maldito ghoul, seguro que ni se había acordado de él por ser el nuevo. Con la información que tenían poco podían hacer. - Vale, apuntado lo de no pasarse con las dosis. - El momento vergonzoso duró un poco más porque Sofía debió verles cara de novatos pardillos que no sabían lo que hacían, como si se viese en la obligación de educarlos un poco al respecto. Se pasó una mano por la nuca como si no supiese dónde meterse cuando le propuso lo de hablar con ellos sobre esos temas, más concretamente con su marido. Él, hablando con un jefazo de la guardia de Ouroboros sobre eso. Claaaro.
- Noo, no hace falta. De verdad, no queremos molestaros. Gracias de todos modos. - y volvió a alucinar con Lemóni porque ella sí que quería más información por parte de Sofía. ¿De verdad iban a quedar para hablar? ¿qué le iba a contar al respecto? se obligó a pensar en otra cosa, a centrarse en los temas del Consejo en vez de las posibles conversaciones que pudieran tener ellas dos. Los ojos se le iluminaron de la emoción al escuchar que Sofía sí que había estado en Ávalon, pensando en que ella podía ser su llave de entrada para colarse allí.
- ¿De verdad? ¿sabes cómo regresar, no? - no se molestó en ocultar el interés por ir, poniendo despues cara de duda cuando le preguntó por Catherine. - No lo sé...parecía cansada y estaba un poco irritable. A lo mejor es que no duerme con el niño, o a lo mejor es que no le gustó que le llevase la contraria. Le pedí que me llevase allí y no quiso. ¿Puedes hacerlo tú?- le puso su mejor cara de pedir, esa que usaba cuando quería que su padre le hiciese caso en algo. Se esperaba una negativa, así que no había nada que perder. Se dio cuenta de que Lemóni parecía querer marcharse ya, así que se aproximó un poco más a ella para despedirse. - Nos vemos pronto. Envíame luego algún mensaje para decirme qué tal lo de la poción. - iba a despedirse de una manera más...cercana, pero cambió de idea porque ella parecía tener prisa y además había gente delante. Finalmente se quedó a solas con Sofía, esperando que diese su veredicto a la propuesta. Además, justo en ese momento les llegó un mensaje de Nikolaos pidiendo asamblea.
- Que quieren reunirse. Y que la gente de la isla hable. Yo por mí no dejaba entrar a Gwen.
- Noo, no hace falta. De verdad, no queremos molestaros. Gracias de todos modos. - y volvió a alucinar con Lemóni porque ella sí que quería más información por parte de Sofía. ¿De verdad iban a quedar para hablar? ¿qué le iba a contar al respecto? se obligó a pensar en otra cosa, a centrarse en los temas del Consejo en vez de las posibles conversaciones que pudieran tener ellas dos. Los ojos se le iluminaron de la emoción al escuchar que Sofía sí que había estado en Ávalon, pensando en que ella podía ser su llave de entrada para colarse allí.
- ¿De verdad? ¿sabes cómo regresar, no? - no se molestó en ocultar el interés por ir, poniendo despues cara de duda cuando le preguntó por Catherine. - No lo sé...parecía cansada y estaba un poco irritable. A lo mejor es que no duerme con el niño, o a lo mejor es que no le gustó que le llevase la contraria. Le pedí que me llevase allí y no quiso. ¿Puedes hacerlo tú?- le puso su mejor cara de pedir, esa que usaba cuando quería que su padre le hiciese caso en algo. Se esperaba una negativa, así que no había nada que perder. Se dio cuenta de que Lemóni parecía querer marcharse ya, así que se aproximó un poco más a ella para despedirse. - Nos vemos pronto. Envíame luego algún mensaje para decirme qué tal lo de la poción. - iba a despedirse de una manera más...cercana, pero cambió de idea porque ella parecía tener prisa y además había gente delante. Finalmente se quedó a solas con Sofía, esperando que diese su veredicto a la propuesta. Además, justo en ese momento les llegó un mensaje de Nikolaos pidiendo asamblea.
- Que quieren reunirse. Y que la gente de la isla hable. Yo por mí no dejaba entrar a Gwen.
Asintió a ambos ante las negativas que le dieron. Una que no sabía nada, y el otro que tampoco. Soltó un suspiro, pues comenzaba a preocuparse. Comenzaba a pensar que, realmente, algo estaba sucediendo entre él y el árbol. No recordaba haber visto al árbol detenerse alguna vez, y aquel agujero sobre la cúpula del bosque le hacía preguntarse por qué. Por qué no había acabado con su bosque.
Al menos en tanto a los temas escabrosos de los adolescentes, parecía que no había concenso. Lemóni aceptó enseguida, mientras que Khan declinó la oferta como bien pudo. Asintió hacia la chica, sonriendo despacio y aceptando sus términos.- Cuando gustes, estoy disponible.- Y que no se dijera más del tema. Respondió la reverencia de Lemóni y le dejó tiempo para que hablara con Khan, a que se pusieran de acuerdo para su siguiente cita. Poco después, quedaron ellos solos y escuchó con atención su interés por Ávalon.
¿Regresar? Mmm, quizás no. Nos llevaron de ojos vendados, a decir verdad. ¿Por qué quieres ir a Ávalon? - La última pregunta salió sin corte. Quien preguntaba por Ávalon era porque tenía intenciones de ir. Era claro para ella. Escuchó entonces su descripción de Catherine y... no le encantó lo que escuchaba.- ¿Por qué quieres ir, Khan? No es un lugar agradable, a decir verdad. No puedes desaparecerte ni aparecerte ahí. Está... sellado en ese aspecto. Solo he ido en dragón.
El mensaje de Nikolaos no tardó en aparecer, leyéndolo rápidamente y soltando un suspiro. Necesitaba a Matvey, era el más centrado respecto al tema.- Pueden hablar, pero... pero hubo algo extraño en el bosque, Khan. De verdad. La energía del árbol... se detuvo. Está encima del bosque, pero no entra a él. Yo le hice un encantamiento al bosque, sí, para hacerlo indetectable en medida de lo posible. Pero lo encontró y ahora está... como dormido otra vez. Algo lo detuvo. La energía que tiene no es la misma que he sentido siempre.
Al menos en tanto a los temas escabrosos de los adolescentes, parecía que no había concenso. Lemóni aceptó enseguida, mientras que Khan declinó la oferta como bien pudo. Asintió hacia la chica, sonriendo despacio y aceptando sus términos.- Cuando gustes, estoy disponible.- Y que no se dijera más del tema. Respondió la reverencia de Lemóni y le dejó tiempo para que hablara con Khan, a que se pusieran de acuerdo para su siguiente cita. Poco después, quedaron ellos solos y escuchó con atención su interés por Ávalon.
¿Regresar? Mmm, quizás no. Nos llevaron de ojos vendados, a decir verdad. ¿Por qué quieres ir a Ávalon? - La última pregunta salió sin corte. Quien preguntaba por Ávalon era porque tenía intenciones de ir. Era claro para ella. Escuchó entonces su descripción de Catherine y... no le encantó lo que escuchaba.- ¿Por qué quieres ir, Khan? No es un lugar agradable, a decir verdad. No puedes desaparecerte ni aparecerte ahí. Está... sellado en ese aspecto. Solo he ido en dragón.
El mensaje de Nikolaos no tardó en aparecer, leyéndolo rápidamente y soltando un suspiro. Necesitaba a Matvey, era el más centrado respecto al tema.- Pueden hablar, pero... pero hubo algo extraño en el bosque, Khan. De verdad. La energía del árbol... se detuvo. Está encima del bosque, pero no entra a él. Yo le hice un encantamiento al bosque, sí, para hacerlo indetectable en medida de lo posible. Pero lo encontró y ahora está... como dormido otra vez. Algo lo detuvo. La energía que tiene no es la misma que he sentido siempre.
Khan Tepes
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Resopló pesadamente al ver que Sofía tampoco iba a ser la puerta de entrada a Ávalon que él quería, y además le miraba extrañada por eso de querer ir allí. Encima era lo que sospechaba, no se podía aparecer uno allí sin más, y a ella la llevaron con los ojos cerrados. - ¿Tanto cuesta entenderlo? Porque se llevaron a todos los dragones de la isla, y porque es lo que querría mi padre. ¿Qué diría él si no hiciese nada? Los Pendragon se han burlado de nosotros. - cruzó los brazos visiblemente cabreado, dispuesto a terminar ahí la conversación hasta que se recordó que debería quedarse porque estaban hablando de cosas del Consejo, y tenían que responder a Nikolaos. Era el nuevo, y él sabía lo que era sentirse el nuevo y que los demás fuesen un poco a su aire.
- El árbol se detendría porque quiso, ¿no? porque no hemos hecho nada nuevo para atacarlo. No sé. Estamos muy perdidos. - Se puso a responder a Nikolaos mediante el brazalete, poniéndole algo así como que le parecía bien lo de la asamblea, pero que decidiese él cómo iban a decidir y reunirse. Lo que menos le apetecía era tener que verle la cara a Leroy. - Responde algo tú también, que se sienta integrado el pobre. - bueno, pobre tampoco, que se le veía contento y además tenía sus músculos. Maldita sea, él tenía que ponerse más a tope con el gimnasio. - Seguro que tú en tus comienzos también te sentías algo desplazada. Catherine me estuvo hablando de cómo fueron los suyos, porque empezó más o menos con mi misma edad. - al que no se imaginaba era a Matvey, o a Jack. En su mente siempre habían sido mayores. - En fin...será mejor que nos marchemos de aquí, a no ser que quieras decirme algo más. Muchas gracias de nuevo por la ayuda y la discreción, Sofía.
- El árbol se detendría porque quiso, ¿no? porque no hemos hecho nada nuevo para atacarlo. No sé. Estamos muy perdidos. - Se puso a responder a Nikolaos mediante el brazalete, poniéndole algo así como que le parecía bien lo de la asamblea, pero que decidiese él cómo iban a decidir y reunirse. Lo que menos le apetecía era tener que verle la cara a Leroy. - Responde algo tú también, que se sienta integrado el pobre. - bueno, pobre tampoco, que se le veía contento y además tenía sus músculos. Maldita sea, él tenía que ponerse más a tope con el gimnasio. - Seguro que tú en tus comienzos también te sentías algo desplazada. Catherine me estuvo hablando de cómo fueron los suyos, porque empezó más o menos con mi misma edad. - al que no se imaginaba era a Matvey, o a Jack. En su mente siempre habían sido mayores. - En fin...será mejor que nos marchemos de aquí, a no ser que quieras decirme algo más. Muchas gracias de nuevo por la ayuda y la discreción, Sofía.
En realidad, no, no costaba tanto entender lo que Khan decía. Pero había cabos sueltos en su plan que no terminaba de acomodar.- El problema ahí es que los dragones les obedecen. En palabras de Shyvanna Pendragón, los dragones solo tienen "afinidad" hacia ellos, como las flores conmigo, pero estoy segura de que así no son las cosas. ¿Qué vas a hacer cuando llegues a la manada? ¿Qué tal si no te siguen? ¿Qué tan fuerte es tu lazo? Tenemos tres frentes abiertos que solo se multiplican.
Soltó un suspiro de resignación, porque así como él sentía que no lo estaba escuchando con lo de los dragones, ella sentía que no la estaba escuchando con lo del árbol.- Es que no es así, ¿cuándo se ha detenido por sí mismo? Hay algo extraño, no se siente igual, la energía no es la misma. Ahora hay algo que... que me atrae a la vez que me repele. Lo veo y me quedo prendada. Su naturaleza es diferente.- ¿No? Quizás sí se estaba volviendo loca, joder. Cuando lo vio ponerse a responder al brazalete, lo miró, pero en realidad ella ya había dicho algo sobre el árbol. No así sobre la asamblea.- ¿Qué vamos a decirles? No hay información, cualquier decisión será a ciegas... Deberíamos esperar a Matvey.- Suspiró, pero aún así comenzó a responder.- ¿Tu te acercaste al árbol alguna vez, verdad? Necesito... Demonios, necesito ir a mi biblioteca, necesito tocar el árbol de nuevo... - Soltó un suspiro nuevamente, y borró todo el mensaje, porque estaba sonando muy rudo. Lo envió cuando corrigió, con palabras más amables.
Asintió suavemente al inicio, pensando en cómo se sentía cuando empezó en el Consejo.- En realidad, no opinaba nada. Sé que mi padre tenía una voz propia en el Consejo, que era escuchado. Debió ser mucho el cambio cuando yo entré. Quizás hasta pensaron que era una mala sucesión.- En vista de que ya quería irse, asintió rápidamente y con prisa solicitó a Vishous que le consiguiera el encarguito para Khan, aunque no había dicho para quien era.- En un momento me traerán lo que pediste.- Aunque, su mente comenzó a ir a toda velocidad, pensando que quizás... solo quizás, no debería haberle dicho el lugar exacto a Vishous, ni que lo necesitaba en ese instante.- Quizás... quieras desaparecer ahora que tienes oportunidad. Te buscaré para darte lo que necesitas.
Soltó un suspiro de resignación, porque así como él sentía que no lo estaba escuchando con lo de los dragones, ella sentía que no la estaba escuchando con lo del árbol.- Es que no es así, ¿cuándo se ha detenido por sí mismo? Hay algo extraño, no se siente igual, la energía no es la misma. Ahora hay algo que... que me atrae a la vez que me repele. Lo veo y me quedo prendada. Su naturaleza es diferente.- ¿No? Quizás sí se estaba volviendo loca, joder. Cuando lo vio ponerse a responder al brazalete, lo miró, pero en realidad ella ya había dicho algo sobre el árbol. No así sobre la asamblea.- ¿Qué vamos a decirles? No hay información, cualquier decisión será a ciegas... Deberíamos esperar a Matvey.- Suspiró, pero aún así comenzó a responder.- ¿Tu te acercaste al árbol alguna vez, verdad? Necesito... Demonios, necesito ir a mi biblioteca, necesito tocar el árbol de nuevo... - Soltó un suspiro nuevamente, y borró todo el mensaje, porque estaba sonando muy rudo. Lo envió cuando corrigió, con palabras más amables.
Asintió suavemente al inicio, pensando en cómo se sentía cuando empezó en el Consejo.- En realidad, no opinaba nada. Sé que mi padre tenía una voz propia en el Consejo, que era escuchado. Debió ser mucho el cambio cuando yo entré. Quizás hasta pensaron que era una mala sucesión.- En vista de que ya quería irse, asintió rápidamente y con prisa solicitó a Vishous que le consiguiera el encarguito para Khan, aunque no había dicho para quien era.- En un momento me traerán lo que pediste.- Aunque, su mente comenzó a ir a toda velocidad, pensando que quizás... solo quizás, no debería haberle dicho el lugar exacto a Vishous, ni que lo necesitaba en ese instante.- Quizás... quieras desaparecer ahora que tienes oportunidad. Te buscaré para darte lo que necesitas.
La invitación de Sofía, porque para él era eso: una invitación; lo había puesto CREATIVO. ¿Condones? ¿Sólo condones? No, el hombre había movido una de sus pequeños bolsos con cualquier cantidad de juguetes y demás elementos sexuales que estaba dispuesto a enseñarle a su mujer. Entre ellos iba incluso una cola junto con unas orejas de zorra roja.
Le iban a quedar como anillo al dedo. V se besó los dedos de la mano como un chef.
Apareció en las ruinas que le había citado Sofía pero por la forma en la que lo había hecho sólo veía la figura de su mujer y no a Khan, así que corrió hasta ella soltándole luego una nalgada fiera en el glúteo derecho antes de atraerla por la cintura hacia él, tirando el bolso a sus pies que se abrió en todo su esplendor.
-Te he comprado una cosa…- Empezó a decir antes de darse cuenta de la compañía que tenían. Vishous paró un momento y empezó a analizar la situación. Aún así le pareció… Rara. Saludó a Khan con una reverencia de cabeza -Descendiente- Dijo y luego se inclinó pegando los labios en la oreja de su mujer sin dejar de ver al chiquillo -¿Un poco joven para el trío no?-
Le iban a quedar como anillo al dedo. V se besó los dedos de la mano como un chef.
Apareció en las ruinas que le había citado Sofía pero por la forma en la que lo había hecho sólo veía la figura de su mujer y no a Khan, así que corrió hasta ella soltándole luego una nalgada fiera en el glúteo derecho antes de atraerla por la cintura hacia él, tirando el bolso a sus pies que se abrió en todo su esplendor.
-Te he comprado una cosa…- Empezó a decir antes de darse cuenta de la compañía que tenían. Vishous paró un momento y empezó a analizar la situación. Aún así le pareció… Rara. Saludó a Khan con una reverencia de cabeza -Descendiente- Dijo y luego se inclinó pegando los labios en la oreja de su mujer sin dejar de ver al chiquillo -¿Un poco joven para el trío no?-
Khan Tepes
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De repente se indignó profundamente con Sofía porque opinaba igual que Catherine con lo de los dragones, que tal vez no le hiciesen ni caso aunque fuese hasta el mismo Ávalon a buscarlos. Solto un "bah" bastante pasota y se cruzó de brazos, cerrándose en banda a pesar de la ayuda de antes. - Tú no me entiendes. Ninguno de vosotros lo hacéis. - decidió que no se lo diría a nadie más, ya se buscaría las mañas para entrar allí como fuese. Escuchó un poco a medias lo del árbol y lo de esperar a Matvey, como si eso de esperar sirviese de algo.
- No me acerqué tanto. Fue cuando Shyvanna Pendragon nos atacó. Tú tampoco deberías ir a tocarlo ahora, está claro que está moviéndose más que antes. Es un poco desesperante no saber qué hacer. Prueba a escribir a Catherine de nuevo a ver si te hace caso a ti. - porque estaba seguro de que ella era una de esas personas que tenía información especial por parte del nigromante. Pero claro, no quería compartirla.
Se vio algo identificado con lo que dijo Sofía sobre una mala sucesión, pensando que tal vez habrían dicho algo parecido con él. Seguro que esperaban que se pareciesen a sus padres, pero llegar a su altura era difícil. O simplemente podía ser diferentes. La miró con un gesto de comprensión, dispuesto ya a marcharse hasta que dijo eso de que le iban a traer lo que había pedido. - Pero...si yo no he pedido nada más. Ya se lo diste a Lemoni. - a no ser que hubiese pedido más cosas...
- Teniente Royden. - saludó confuso, pareciéndole muy rara la aparición del marido y sintiéndose incómodo por presenciar el ímpetu de la escena . ¿¿Qué le había pedido que trajese y por qué le estaba mirando así?? al bajar la mirada hacia la bolsa caída al suelo distinguió los condones, pero había otras muchas más cosas, como un disfraz raro. El cuchicheo en la oreja de Sofía hizo que empezase a tener vergüenza sólo por intuir de lo que iba la cosa. Tenía que haberse ido antes, pero ahora estaba feo salir huyendo.
- Ehm...os dejo solos, tendréis muchas cosas de las que hablar, no quiero interrumpir. - sonrió con incomodidad mientras daba unos cuantos pasos hacia atrás, buscando la concentración perdida con la intención de desaparecerse.
- No me acerqué tanto. Fue cuando Shyvanna Pendragon nos atacó. Tú tampoco deberías ir a tocarlo ahora, está claro que está moviéndose más que antes. Es un poco desesperante no saber qué hacer. Prueba a escribir a Catherine de nuevo a ver si te hace caso a ti. - porque estaba seguro de que ella era una de esas personas que tenía información especial por parte del nigromante. Pero claro, no quería compartirla.
Se vio algo identificado con lo que dijo Sofía sobre una mala sucesión, pensando que tal vez habrían dicho algo parecido con él. Seguro que esperaban que se pareciesen a sus padres, pero llegar a su altura era difícil. O simplemente podía ser diferentes. La miró con un gesto de comprensión, dispuesto ya a marcharse hasta que dijo eso de que le iban a traer lo que había pedido. - Pero...si yo no he pedido nada más. Ya se lo diste a Lemoni. - a no ser que hubiese pedido más cosas...
- Teniente Royden. - saludó confuso, pareciéndole muy rara la aparición del marido y sintiéndose incómodo por presenciar el ímpetu de la escena . ¿¿Qué le había pedido que trajese y por qué le estaba mirando así?? al bajar la mirada hacia la bolsa caída al suelo distinguió los condones, pero había otras muchas más cosas, como un disfraz raro. El cuchicheo en la oreja de Sofía hizo que empezase a tener vergüenza sólo por intuir de lo que iba la cosa. Tenía que haberse ido antes, pero ahora estaba feo salir huyendo.
- Ehm...os dejo solos, tendréis muchas cosas de las que hablar, no quiero interrumpir. - sonrió con incomodidad mientras daba unos cuantos pasos hacia atrás, buscando la concentración perdida con la intención de desaparecerse.
Soltó un suspiro y una suave sonrisa al muchacho, pues parecía frustrado por detenerlo a pensar en qué haría.- Khan, no estoy cuestionándote por disuadirte, sino por tener un plan. Creo que soy una de las pocas personas que puede llegar entender tu vínculo a plenitud. Sarah también lo haría, lo veo. El resto... Bueno, el resto nos toma a locos. Ni siquiera intentan entendernos o escucharnos a veces. Es difícil que nos entiendan cuando su magia es producto propio, no un vínculo con otro ser vivo.- Se encogió de hombros, pues no sabía ni siquiera si Khan entendería aún lo que hablaba de los vínculos. No sabía si ya lo había desarrollado a cabalidad.
Escuchó con un poco de frustración propia que no se había acercado tanto al árbol. Recordaba esa sensación siniestra cuando lo tocó. Era... una sensación de maldad contenta, contenida. Ahora que estaba activo y hambriento, la sensación era completamente distinta. Terminó suspirando a lo de escribir a Catherine, pues aún tenía cierta angustia por ella que no sabía si una carta mejoraría o empeoraría. Asintió suavemente, pues ella misma debía tener alguna instrucción, o algún interés en el tema pues se trataba de Matvey.
No tuvo demasiado tiempo de responder sobre el encargo, cuando sintió la mano de Vishous contra su... No tuvo ni que verlo ni que preguntar para saber que era él, en todo su travieso y sensual esplendor quien le daba aquella nalgada. Aguantó con el rostro lo más impasible posible ante Khan, tratando de tomar aquello con... dignidad o lo que fuera. Giró el rostro a su esposo, acariciándole la mejilla con suavidad al escuchar su pregunta, y asintiendo apenada.- Sí, cariño. Bastante. Demasiado.- Susurró entrelazando las manos mientras veía con un poco de mortificación la maleta en el suelo y a Khan tratando de largarse del lugar.- Espera.- Se agachó en el suelo, recogiendo la caja que era para él. Eran tamaño Vishous, pero si Khan era como su padre en algo, no tendría problema. Antes de levantarse, juntó un poco la bolsa para que no estuviera abierta de par en par.- Toma.- Le extendió la caja y se acercó a él para ponérsela en las manos por si no quería tomarla. Y antes que se desapareciera, lo miró con una sonrisa y una ceja levantada.- Si no conoces la doctrina de la destrucción mutuamente asegurada, familiarízate con ella, porque acabas de entrar en esa dinámica conmigo.- Ella había prometido no decir nada, y estaba segura de cumplir, pero amenazarlo con contar su secreto y lo que habían discutido aquella tarde sería suficiente para disuadirlo de contar cualquier sórdido detalle de lo que había en aquella maleta.
Soltó sus manos y dio un par de pasos atrás volviendo con su esposo, mirándolo con una sonrisa de comprensión por el error, pero apenada porque seguramente el pobre niño debía estarse muriendo de pena por dentro.
Escuchó con un poco de frustración propia que no se había acercado tanto al árbol. Recordaba esa sensación siniestra cuando lo tocó. Era... una sensación de maldad contenta, contenida. Ahora que estaba activo y hambriento, la sensación era completamente distinta. Terminó suspirando a lo de escribir a Catherine, pues aún tenía cierta angustia por ella que no sabía si una carta mejoraría o empeoraría. Asintió suavemente, pues ella misma debía tener alguna instrucción, o algún interés en el tema pues se trataba de Matvey.
No tuvo demasiado tiempo de responder sobre el encargo, cuando sintió la mano de Vishous contra su... No tuvo ni que verlo ni que preguntar para saber que era él, en todo su travieso y sensual esplendor quien le daba aquella nalgada. Aguantó con el rostro lo más impasible posible ante Khan, tratando de tomar aquello con... dignidad o lo que fuera. Giró el rostro a su esposo, acariciándole la mejilla con suavidad al escuchar su pregunta, y asintiendo apenada.- Sí, cariño. Bastante. Demasiado.- Susurró entrelazando las manos mientras veía con un poco de mortificación la maleta en el suelo y a Khan tratando de largarse del lugar.- Espera.- Se agachó en el suelo, recogiendo la caja que era para él. Eran tamaño Vishous, pero si Khan era como su padre en algo, no tendría problema. Antes de levantarse, juntó un poco la bolsa para que no estuviera abierta de par en par.- Toma.- Le extendió la caja y se acercó a él para ponérsela en las manos por si no quería tomarla. Y antes que se desapareciera, lo miró con una sonrisa y una ceja levantada.- Si no conoces la doctrina de la destrucción mutuamente asegurada, familiarízate con ella, porque acabas de entrar en esa dinámica conmigo.- Ella había prometido no decir nada, y estaba segura de cumplir, pero amenazarlo con contar su secreto y lo que habían discutido aquella tarde sería suficiente para disuadirlo de contar cualquier sórdido detalle de lo que había en aquella maleta.
Soltó sus manos y dio un par de pasos atrás volviendo con su esposo, mirándolo con una sonrisa de comprensión por el error, pero apenada porque seguramente el pobre niño debía estarse muriendo de pena por dentro.
-Ya, me lo parecía- Mencionó un poco turbado porque incluso un sátiro tenía sus límites, o eso se decía Vishous. Se cruzó de brazos tratando de adoptar una posición afable y tranquila, para quitarle peso al asunto mientras el muchacho parecía sumamente avergonzado. Vio a su mujer adelantarse y empezó a atar un par de cabos.
Soltó una risotada ante la advertencia de Sofía -Joder, cariño, que ya está lo suficientemente asustado- Se acercó un poco hacia ambos cogiendo a su mujer de la cintura y plantandole un beso en la mejilla -Descendiente, cuidado al rasgarlos porque se pueden romper- Advirtió señalando la caja con total tranquilidad. Mira, es que para él era más fácil y normal hablar de sexo que del clima.
-Y que no te agobie lo que viste en la bolsa. Hay muchos gustos en el sexo- Alzó suavemente los hombros como restándole importancia -Hay gente que los juzga, hay gente que no- Alzó la mano para señalarse el pecho con absoluta confianza -Si un día quieres aprender qué hace cada cosa, me avisa y le doy una clase técnica… Porque dudo que en el hospital estén otra vez con lo de la educación sexual. Y si lo están fijo que no hablan de juguetes- Hizo una mueca como de “no me trago el seminario básico ese”.
-Pero oye, bienvenido al club. Disfruta con seguridad- Añadió y luego se puso pensativo, frunciendo el ceño mientras se mecía la barba y decidió añadir algo más -Por cierto, te diré un consejo que me dio mi padre y me evitó MUCHOS problemas: No es no, tal vez…es no. No sé…es no -Empezó a parecer dubitativo mirando al cielo -Mmm…okaaaay…ehm…ajá…Es no. Y si dice que sí y luego cambia de opinión es no- Quizás cruzó un límite de confianza pero le puso una mano en el hombro y se la apretó -Y por último, practica… Es un deporte de lo más divertido- Le guiñó un ojo y se volvió a su mujer cogiéndole el rostro para plantarle un besazo en la mejilla -¿Verdad, cariño?-
Soltó una risotada ante la advertencia de Sofía -Joder, cariño, que ya está lo suficientemente asustado- Se acercó un poco hacia ambos cogiendo a su mujer de la cintura y plantandole un beso en la mejilla -Descendiente, cuidado al rasgarlos porque se pueden romper- Advirtió señalando la caja con total tranquilidad. Mira, es que para él era más fácil y normal hablar de sexo que del clima.
-Y que no te agobie lo que viste en la bolsa. Hay muchos gustos en el sexo- Alzó suavemente los hombros como restándole importancia -Hay gente que los juzga, hay gente que no- Alzó la mano para señalarse el pecho con absoluta confianza -Si un día quieres aprender qué hace cada cosa, me avisa y le doy una clase técnica… Porque dudo que en el hospital estén otra vez con lo de la educación sexual. Y si lo están fijo que no hablan de juguetes- Hizo una mueca como de “no me trago el seminario básico ese”.
-Pero oye, bienvenido al club. Disfruta con seguridad- Añadió y luego se puso pensativo, frunciendo el ceño mientras se mecía la barba y decidió añadir algo más -Por cierto, te diré un consejo que me dio mi padre y me evitó MUCHOS problemas: No es no, tal vez…es no. No sé…es no -Empezó a parecer dubitativo mirando al cielo -Mmm…okaaaay…ehm…ajá…Es no. Y si dice que sí y luego cambia de opinión es no- Quizás cruzó un límite de confianza pero le puso una mano en el hombro y se la apretó -Y por último, practica… Es un deporte de lo más divertido- Le guiñó un ojo y se volvió a su mujer cogiéndole el rostro para plantarle un besazo en la mejilla -¿Verdad, cariño?-
Khan Tepes
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Con la llegada de Vishous dejaron de lado la conversación sobre los dragones, los poderes, y el plan de entrada en Ávalon. De repente todo se tornó demasiado vergonzoso para él, entre otras cosas porque no sabía muy bien dónde mirar ante las muestras de cariño de la pareja. Tampoco se le ocurría qué debería responder ante las cosas que le estaban diciendo, así que al principio se limitó a coger la caja que le tendió Sofía, guardándosela de inmediato en el bolsillo de la cazadora. Mejor, con eso ya no tendrían que ir corriendo a buscar té de luna por si acaso.
- ¿¿La doctrina de qué?? - eso de la destrucción le sonó fatal, sonaba a amenaza. Negó nervioso, no sabía a qué había venido eso. El caso es que la sonrisa con la que se lo dijo le confundía. - yo no tengo nada en contra de ti, si te he agradecido lo de antes, y te agradezco que me des esto ahora. No vamos a hablar con nadie de esto, ni de la bolsa, ni de lo que te he pedido ni de nada. Son asuntos privados. - desvió la mirada hacia Vishous cuando empezó con sus "consejos", volviendo a negar azoradamente con eso de juzgar lo de la bolsa.
- Nonono, para nada. Si yo no juzgo...es sólo que...bueno...- tragó apartando la mirada un momento, asintiendo a eso de que no sabía para qué se usaba cada cosa. Podía notar por el calor de su cara que se le habían subido los colores, así que se quedó mirando por el momento hacia sus zapatillas como si fuesen lo más interesante del mundo. Lo que explicó después ya lo sabía, y por eso mismo no había querido bajo ningún concepto hacer nada con su amiga mientras estaba poseída por el demonio ese, sin ser ella misma.
- Eso lo sé, aunque aún tenga mucho que aprender de todo. Nunca obligaría a nadie a hacer algo que no quiera. - respondió volviendo a mirarlos por fin, pegando un pequeño respingo cuando él le puso la mano en el hombro. Parecía un tipo majo aunque le hiciese avergonzarse. - Eh...sí, seguiré vuestros consejos. Gracias de nuevo. - estaba claro que a ellos les iba bien, a juzgar por como se veían. Seguro que él sabía mucho del tema. - Ahora sí que debo irme. Nos vemos pronto, Sofía. - se separó de ellos antes de caminar unos cuantos pasos hacia atrás, logrando de una vez por todas desaparecerse.
- ¿¿La doctrina de qué?? - eso de la destrucción le sonó fatal, sonaba a amenaza. Negó nervioso, no sabía a qué había venido eso. El caso es que la sonrisa con la que se lo dijo le confundía. - yo no tengo nada en contra de ti, si te he agradecido lo de antes, y te agradezco que me des esto ahora. No vamos a hablar con nadie de esto, ni de la bolsa, ni de lo que te he pedido ni de nada. Son asuntos privados. - desvió la mirada hacia Vishous cuando empezó con sus "consejos", volviendo a negar azoradamente con eso de juzgar lo de la bolsa.
- Nonono, para nada. Si yo no juzgo...es sólo que...bueno...- tragó apartando la mirada un momento, asintiendo a eso de que no sabía para qué se usaba cada cosa. Podía notar por el calor de su cara que se le habían subido los colores, así que se quedó mirando por el momento hacia sus zapatillas como si fuesen lo más interesante del mundo. Lo que explicó después ya lo sabía, y por eso mismo no había querido bajo ningún concepto hacer nada con su amiga mientras estaba poseída por el demonio ese, sin ser ella misma.
- Eso lo sé, aunque aún tenga mucho que aprender de todo. Nunca obligaría a nadie a hacer algo que no quiera. - respondió volviendo a mirarlos por fin, pegando un pequeño respingo cuando él le puso la mano en el hombro. Parecía un tipo majo aunque le hiciese avergonzarse. - Eh...sí, seguiré vuestros consejos. Gracias de nuevo. - estaba claro que a ellos les iba bien, a juzgar por como se veían. Seguro que él sabía mucho del tema. - Ahora sí que debo irme. Nos vemos pronto, Sofía. - se separó de ellos antes de caminar unos cuantos pasos hacia atrás, logrando de una vez por todas desaparecerse.
Soltó un suave suspiro mientras mantenía la sonrisa para su esposo. Parecía un poco contrariado por haber reventado su burbuja de lujuria demasiado pronto. A pesar de que había llegado tarde, era un hombre de lo más listo, por lo que pudo fácilmente situarse y reírse de lo que acababa de decirle a Khan. Al oir a su esposo, tuvo que sonreír apenada, siéndole imposible continuar con su pequeño juego.- En ese caso, creo que tu y yo estaremos bien. Te agradezco la discreción.- Susurró, más tranquila de que podía confiar en el muchacho. En su corazón había un poco de nostalgia de pensar en su padre, que parecía haber hecho un gran trabajo con él. Soltó al muchacho y le dejó la caja para que se la guardara, dando un paso atrás cuando su esposo comenzó a darle consejos. Su "paso atrás" no duró mucho, porque enseguida fue atraída hacia él con aquel hermoso beso que le plantaba. Sonrió ampliamente, pues la tomaba por sorpresa su actitud tan vivaracha.
Mientras miraba a su querido esposo dando aquellos consejos, podía notar que sería un gran padre si alguna vez tenían un pequeño niño. Nunca, nunca habían hablado de hijos. Aura había llegado antes de esa conversación. Había muchas cosas de su matrimonio de las que no habían hablado; finanzas, hijos, vacaciones... pero vivían un día a la vez. En aquel momento, solo podían vivir un día a la vez. Soltó una suave risa cuando le besó de nuevo, contagiándola de su propia felicidad.- Nos vemos pronto, Khan. Estoy para lo que necesites.- Aseguró, dándole algunos segundos para que desapareciera antes de suspirar profundamente, soltando el cuerpo después de aquel encuentro tan... variado. Rió suavemente, girándose para tomar a su marido del cuello.- ¿Por qué estás tan feliz? - Comenzó a reír por lo bajo una vez pasada la tensión, copiando en su mejilla el gran beso que le había dado un minuto atrás.- Eres encantador. Y muy listo y amable y sincero. Gracias por ayudar a Khan.
Dejó un suave beso en sus labios antes de separarse un instante y tropezarse con la bolsa que estaba a sus pies. No cayó, pero fue un buen recordatorio de que eso estaba ahí, agachándose hasta aquello que le había llamado la atención nada más llegar. Se levantó con las orejas en mano, riendo porque le parecían de lo más lindas. A pesar de estar en la bolsa sexual, no las estaba relacionando.- Estas son de mi tono de pelo, ¿es casualidad? - Preguntó, probándoselas y ocultando la diadema entre sus cabellos, soltando un pequeño maullido entre risas una vez estuvo lista. Se las quitó de nuevo y volvió a verlas.- Cariño, ¿de dónde sacaste lo del trío? Literalmente solo te pedí condones.- Rió.
Mientras miraba a su querido esposo dando aquellos consejos, podía notar que sería un gran padre si alguna vez tenían un pequeño niño. Nunca, nunca habían hablado de hijos. Aura había llegado antes de esa conversación. Había muchas cosas de su matrimonio de las que no habían hablado; finanzas, hijos, vacaciones... pero vivían un día a la vez. En aquel momento, solo podían vivir un día a la vez. Soltó una suave risa cuando le besó de nuevo, contagiándola de su propia felicidad.- Nos vemos pronto, Khan. Estoy para lo que necesites.- Aseguró, dándole algunos segundos para que desapareciera antes de suspirar profundamente, soltando el cuerpo después de aquel encuentro tan... variado. Rió suavemente, girándose para tomar a su marido del cuello.- ¿Por qué estás tan feliz? - Comenzó a reír por lo bajo una vez pasada la tensión, copiando en su mejilla el gran beso que le había dado un minuto atrás.- Eres encantador. Y muy listo y amable y sincero. Gracias por ayudar a Khan.
Dejó un suave beso en sus labios antes de separarse un instante y tropezarse con la bolsa que estaba a sus pies. No cayó, pero fue un buen recordatorio de que eso estaba ahí, agachándose hasta aquello que le había llamado la atención nada más llegar. Se levantó con las orejas en mano, riendo porque le parecían de lo más lindas. A pesar de estar en la bolsa sexual, no las estaba relacionando.- Estas son de mi tono de pelo, ¿es casualidad? - Preguntó, probándoselas y ocultando la diadema entre sus cabellos, soltando un pequeño maullido entre risas una vez estuvo lista. Se las quitó de nuevo y volvió a verlas.- Cariño, ¿de dónde sacaste lo del trío? Literalmente solo te pedí condones.- Rió.
“Pues eres uno de los buenos, porque he oído cada cosa”, pensó Vishous al oírlo decir que él no obligaría a nadie. Pero se mordió la lengua, de nada servía que dijera algo más. Se despidió de Khan para luego centrarse en la pelirroja, alzando una ceja sorprendido por su pregunta -¿Es en serio?- Preguntó -He pensado que me estabas haciendo una bootycall, Sofía… No te das una idea de las mil posiciones en las que he pensado ponerte. ¿Cómo no voy a estar feliz?- Se río un poco.
-De nada- Dijo alzando los hombros restándole importancia -Sinceramente, hay mucha desinformación sobre el sexo y eso genera tabúes y problemas. Sobre todo a esa edad. Mejor todo claro como el agua- Advirtió pensando que tenía toda la razón del mundo. Le devolvió el beso antes de que se separasen y luego miró hacia la bolsa, aunque con un brazo la estabilizó cogiéndola de la cintura.
-Por supuesto que no- Dijo dibujando una sonrisa lobuna mientras se apartaba el cabello de la cara con la mano libre. En cuanto la vio con las orejas puestas sonrió un poco más, le quedaban perfectas. Aquel maullido viajó por su cuerpo hasta instalarse en su entrepierna, mostrándole cómo le gustaba. La atrajo hacia él mismo, poniendo ambas manos en sus glúteos y apretándola contra él para que percibiera bien su necesidad -No te las quites- Le dijo con ojos brillantes de lujuria -Vienen a juego con otra cosa que te voy a probar- No que aceptara réplica. Su pregunta le hizo alzar los hombros -Vi a otra persona, pediste condones… 1+1 = 2. No es la primera vez que me convocan así para un trío y tampoco me molesta compartir- Reconoció con suma tranquilidad mientras apretaba el derrier en sus manos con fuerza, restregando suavemente su cuerpo de ella.
-De nada- Dijo alzando los hombros restándole importancia -Sinceramente, hay mucha desinformación sobre el sexo y eso genera tabúes y problemas. Sobre todo a esa edad. Mejor todo claro como el agua- Advirtió pensando que tenía toda la razón del mundo. Le devolvió el beso antes de que se separasen y luego miró hacia la bolsa, aunque con un brazo la estabilizó cogiéndola de la cintura.
-Por supuesto que no- Dijo dibujando una sonrisa lobuna mientras se apartaba el cabello de la cara con la mano libre. En cuanto la vio con las orejas puestas sonrió un poco más, le quedaban perfectas. Aquel maullido viajó por su cuerpo hasta instalarse en su entrepierna, mostrándole cómo le gustaba. La atrajo hacia él mismo, poniendo ambas manos en sus glúteos y apretándola contra él para que percibiera bien su necesidad -No te las quites- Le dijo con ojos brillantes de lujuria -Vienen a juego con otra cosa que te voy a probar- No que aceptara réplica. Su pregunta le hizo alzar los hombros -Vi a otra persona, pediste condones… 1+1 = 2. No es la primera vez que me convocan así para un trío y tampoco me molesta compartir- Reconoció con suma tranquilidad mientras apretaba el derrier en sus manos con fuerza, restregando suavemente su cuerpo de ella.
Con la partida de Khan, un capítulo de su día se cerraba. Había entregado el té, habían ayudado a dos pequeñajos a aprender a quererse de manera sana y consciente y, para ella, eso era de lo más valioso. No tenía nada sino admiración por su querido esposo, que a pesar de haber llegado con una idea equivocada de la situación, había llegado para salvar el día. Le sonrió con ternura al ver sus maquiavélicos pensamientos pasar frente a ella. A veces se preguntaba cómo era que podía cambiar tanto una situación viéndola desde el punto de vista de los deseos sexuales de Vishous. Siempre la sorprendía.- ¿Mil posiciones? ¿No eran 64 en el Kamasutra? ¿De dónde sacas mil? - Bromeó, tratando de aligerar el humor dejándole un beso de consolación en la mejilla. Ahora entendía una arista más de cómo funcionaba su esposo.
Dejó de interesarse en la charla de educación sexual, pues ellos iban ya más enfocados a la práctica que a la teoría. Solamente asintió con una risilla, pues a pesar de lo tenso de la situación, sí le parecía gracioso el enredo en que se habían metido. Fue más o menos por ahí cuando comenzó a juguetear con las orejas, sorprendiéndose de la dedicación de su esposo en mantener vivo al tipo que le hacía semejantes cosas, a pesar de los tiempos que corrían. Volvió a colocarselas al instante cuando obtuvo la primera reacción.- Me quedan bien, ¿no? Podría haber nacido en otra raza como esta.- Bromeó comenzando a entrar en su juego, fingiendo inocencia aunque estaba muy bien informada de los efectos que causaba en el contrario. No sabía qué sería lo otro, pero viendo a la bolsa también había otra cosa peluda que hacía juego. Estaba descifrándola cuando escuchó aquello sobre compartir. ¿Compartir? Fijó sus ojos en él de una manera extraña, pensando en lo que acababa de suceder.- ¿...Dices que no te importaría... hacerlo... tu y yo... con otra persona... incluso si esa persona es... mi compañero de trabajo? - Tuvo que cerrar los ojos por un instante, porque a su mente vinieron demasiadas imágenes que hubiera preferido no destapar nunca. Su piel comenzó a erizarse al escuchar aquella extraña posibilidad. De pronto se sentía de nuevo como en la terraza de su casa el día anterior; sen un primer instante sorprendida, escandalizada y asustada con su mano cerrándose sobre su garganta, pero luego cediendo sumísamente ante las manos expertas de su esposo. Su cuerpo tenso comenzó a relajarse entre los brazos del contrario, abriendo los ojos con una mirada perdida que se clavó en el contrario. En él necesitaba encontrarse. Era una extraña sensación de rendirse ante los deseos del contrario y a la vez desearle de nuevo aquella felicidad en su rostro como hacía unos minutos atrás.- Lo quiero todo, contigo.- Susurró, recordando conversaciones anteriores con él. Lo quería todo. Quería ser su compañera en todo.- La aventura en parapente, el senderismo, la escalada... todas las aventuras que me haz propuesto. El paquete completo. Lo quiero todo para mí.- En el fondo, su sensación de apertura se debía también a que creía no tener tiempo para hacerlo todo, para verlo todo con él. El árbol tenía un tic tac siniestro que se había instalado en su cabeza desde que lo vio por primera vez, creándole aquella ansiedad que la obligaba a respirar profundo y aferrarse a algo.
Dejó de interesarse en la charla de educación sexual, pues ellos iban ya más enfocados a la práctica que a la teoría. Solamente asintió con una risilla, pues a pesar de lo tenso de la situación, sí le parecía gracioso el enredo en que se habían metido. Fue más o menos por ahí cuando comenzó a juguetear con las orejas, sorprendiéndose de la dedicación de su esposo en mantener vivo al tipo que le hacía semejantes cosas, a pesar de los tiempos que corrían. Volvió a colocarselas al instante cuando obtuvo la primera reacción.- Me quedan bien, ¿no? Podría haber nacido en otra raza como esta.- Bromeó comenzando a entrar en su juego, fingiendo inocencia aunque estaba muy bien informada de los efectos que causaba en el contrario. No sabía qué sería lo otro, pero viendo a la bolsa también había otra cosa peluda que hacía juego. Estaba descifrándola cuando escuchó aquello sobre compartir. ¿Compartir? Fijó sus ojos en él de una manera extraña, pensando en lo que acababa de suceder.- ¿...Dices que no te importaría... hacerlo... tu y yo... con otra persona... incluso si esa persona es... mi compañero de trabajo? - Tuvo que cerrar los ojos por un instante, porque a su mente vinieron demasiadas imágenes que hubiera preferido no destapar nunca. Su piel comenzó a erizarse al escuchar aquella extraña posibilidad. De pronto se sentía de nuevo como en la terraza de su casa el día anterior; sen un primer instante sorprendida, escandalizada y asustada con su mano cerrándose sobre su garganta, pero luego cediendo sumísamente ante las manos expertas de su esposo. Su cuerpo tenso comenzó a relajarse entre los brazos del contrario, abriendo los ojos con una mirada perdida que se clavó en el contrario. En él necesitaba encontrarse. Era una extraña sensación de rendirse ante los deseos del contrario y a la vez desearle de nuevo aquella felicidad en su rostro como hacía unos minutos atrás.- Lo quiero todo, contigo.- Susurró, recordando conversaciones anteriores con él. Lo quería todo. Quería ser su compañera en todo.- La aventura en parapente, el senderismo, la escalada... todas las aventuras que me haz propuesto. El paquete completo. Lo quiero todo para mí.- En el fondo, su sensación de apertura se debía también a que creía no tener tiempo para hacerlo todo, para verlo todo con él. El árbol tenía un tic tac siniestro que se había instalado en su cabeza desde que lo vio por primera vez, creándole aquella ansiedad que la obligaba a respirar profundo y aferrarse a algo.
-Hay que buscar la creatividad- Dijo con una sonrisa pícara cuando Sofía preguntó por las posiciones del kamasutra, aún así, se interesó por conocer un poco más de ese lado -¿Has estado investigando o lo sabías de antemano?- Preguntó con honestidad porque siempre le había parecido que la pelirroja, cuando quería, ocultaba esa faceta más liberal suya…Aunque con él no debería hacerlo. Iban encaminados a eso, después de todo, el regalo que le había hecho hace unos días en la isla le había servido a los dos para reconectar un poco.
-Te quedan perfectas- Es que era increíble cómo había logrado combinar perfectamente el color del pelaje artificial con la cabellera de Sofía, y con su abundante melena quedaba escondida la diadema y se veía como una zorra natural. Maravilloso -Puedes pretenderlo… Hay que dejar libre la imaginación, por eso te las he traído- Para seguir jugando. ¡Qué el espíritu nunca muriera! De pronto…la conversación se volvió algo extraña, al punto de que Sofía no lograba hablar correctamente la frase. Vishous frunció el ceño extrañado por su reacción -¿Nunca has tenido un trío?- Preguntó algo sorprendido.
-Me da igual que sea tu compañero o compañera de trabajo… Si a ti te apetece, a mi me apetece- Alzó levemente los hombros para restarle un poco de importancia porque parecía que aquello le había causado algún tipo de impresión. Al verla cerrar los ojos guardó silencio porque no sabía bien lo que estaba ocurriendo. ¿Le había caído mal su comentario? Esperaba que no, porque entonces cuando conociera su historial de orgías… Iban a tener que hablar largo y tendido.
Sin embargo, Sofía dio una respuesta que, en el fondo, esperaba. Vishous sonrió de lado pero en cuanto empezó a enumerar cosas acabó frunciendo el ceño otra vez… -¿Te encuentras bien?- El cuestionamiento era sincero. Dejó aparcado su líbido, aunque la diadema y el cuerpo de su mujer cerca ya había hecho que su cuerpo se preparase para todo; pero aquello era más importante: Sofía SIEMPRE se había negado a hacer ejercicio -¿Qué ocurre? Nunca has querido hacer nada extenuantemente físico, a excepción del sexo… - Aclaró y subió una mano a su nuca para atraerla hacia él y que no se le ocurriera rehuir a su pregunta.
-Te quedan perfectas- Es que era increíble cómo había logrado combinar perfectamente el color del pelaje artificial con la cabellera de Sofía, y con su abundante melena quedaba escondida la diadema y se veía como una zorra natural. Maravilloso -Puedes pretenderlo… Hay que dejar libre la imaginación, por eso te las he traído- Para seguir jugando. ¡Qué el espíritu nunca muriera! De pronto…la conversación se volvió algo extraña, al punto de que Sofía no lograba hablar correctamente la frase. Vishous frunció el ceño extrañado por su reacción -¿Nunca has tenido un trío?- Preguntó algo sorprendido.
-Me da igual que sea tu compañero o compañera de trabajo… Si a ti te apetece, a mi me apetece- Alzó levemente los hombros para restarle un poco de importancia porque parecía que aquello le había causado algún tipo de impresión. Al verla cerrar los ojos guardó silencio porque no sabía bien lo que estaba ocurriendo. ¿Le había caído mal su comentario? Esperaba que no, porque entonces cuando conociera su historial de orgías… Iban a tener que hablar largo y tendido.
Sin embargo, Sofía dio una respuesta que, en el fondo, esperaba. Vishous sonrió de lado pero en cuanto empezó a enumerar cosas acabó frunciendo el ceño otra vez… -¿Te encuentras bien?- El cuestionamiento era sincero. Dejó aparcado su líbido, aunque la diadema y el cuerpo de su mujer cerca ya había hecho que su cuerpo se preparase para todo; pero aquello era más importante: Sofía SIEMPRE se había negado a hacer ejercicio -¿Qué ocurre? Nunca has querido hacer nada extenuantemente físico, a excepción del sexo… - Aclaró y subió una mano a su nuca para atraerla hacia él y que no se le ocurriera rehuir a su pregunta.
La creatividad es tu fortaleza.- Asintió sonriendo, encantada, deleitada de verlo tan feliz y sonriente. Era refrescante verlo así. Hizo memoria y un par de rápidos cálculos antes de reír y responderle.- Cuando yo estaba descubriendo el Kamasutra a escondidas en la extensa y muy variada biblioteca de mi padre, tú ya llevabas en el ejército un par de años.- La comparativa le causaba gracia, porque de seguro ya tenía una cuenta larga de experiencias.
Modeló un poco sus orejas para que las viera de todos los ángulos posibles antes de abrazarle con movimientos felinos y comenzar a ronronear por lo bajo, dejándole algunos directamente en su oído. Había tantas posibilidades que incluso estaba contemplando escaparse de sus brazos y salir corriendo por el bosque. Estaba entusiasmada. Sin embargo, con la pregunta sobre el "trío", tuvo que salir de su papel y reír.- Pero claro. Alguna vez te contaré... Me impactó un poco descubrir lo ilimitado de tus límites.- Susurró. La sonrisa no se iba de su boca, pero de vez en cuando lo miraba con sorpresa. Realmente había desatado ciertos pensamientos sobre sus compañeros que había guardado cuidadosamente en un cajón después de la boda, y que no sabía si quería volver a tener, pero Vishous la empujaba a ellos.
De verdad esperaba una respuesta más positiva ante su cambio de actitud respecto a las actividades matrimoniales. Parecía que le había dicho que jamás tendrían sexo de nuevo, porque su cara mostraba una preocupación importante.- ¿Yo? Estoy perfecta.- Murmuró cambiando también el semblante a uno más serio. Cuando entendió su preocupación, soltó su abrazo, pero no pudo alejarse mucho de su esposo por como la tenía tomada. ¿Cómo decirle que sentía la angustia de la muerte en todo momento desde que conoció ese maldito árbol? Demasiada oscuridad en él. Demasiada angustia. Tantas cosas que podrían salir mal. Eso solo apuraba las cosas, pero tenía más razones.- Solo estoy cambiando de opinión. Eso es todo.- Suspiró pacientemente, aunque sabía que tendría que explicar más a profundidad.- Siempre he querido un matrimonio sólido, pero no puedo esperar que suceda si me cierro a todo lo que propones. Estoy segura que tendrás que cargarme de bajada si quieres hacer senderismo, pero quiero al menos intentar conectar con tus pasiones. Tal vez compartamos alguna.- Dijo con voz tranquila. Como no sabía si terminaría por tragarse la historia sin decirle un poco de la razón detrás de su cambio de actitud, tuvo que volver a hablar.- Cuando me tomaste por el cuello en el balcón... mi primera reacción fue de sorpresa. Me... preocupé. Pero luego comencé a confiar en tí. Me relajé y todo salió mejor, me sentí más segura, al menos desde mi perspectiva. Quizás tengas razón en más cosas.
Modeló un poco sus orejas para que las viera de todos los ángulos posibles antes de abrazarle con movimientos felinos y comenzar a ronronear por lo bajo, dejándole algunos directamente en su oído. Había tantas posibilidades que incluso estaba contemplando escaparse de sus brazos y salir corriendo por el bosque. Estaba entusiasmada. Sin embargo, con la pregunta sobre el "trío", tuvo que salir de su papel y reír.- Pero claro. Alguna vez te contaré... Me impactó un poco descubrir lo ilimitado de tus límites.- Susurró. La sonrisa no se iba de su boca, pero de vez en cuando lo miraba con sorpresa. Realmente había desatado ciertos pensamientos sobre sus compañeros que había guardado cuidadosamente en un cajón después de la boda, y que no sabía si quería volver a tener, pero Vishous la empujaba a ellos.
De verdad esperaba una respuesta más positiva ante su cambio de actitud respecto a las actividades matrimoniales. Parecía que le había dicho que jamás tendrían sexo de nuevo, porque su cara mostraba una preocupación importante.- ¿Yo? Estoy perfecta.- Murmuró cambiando también el semblante a uno más serio. Cuando entendió su preocupación, soltó su abrazo, pero no pudo alejarse mucho de su esposo por como la tenía tomada. ¿Cómo decirle que sentía la angustia de la muerte en todo momento desde que conoció ese maldito árbol? Demasiada oscuridad en él. Demasiada angustia. Tantas cosas que podrían salir mal. Eso solo apuraba las cosas, pero tenía más razones.- Solo estoy cambiando de opinión. Eso es todo.- Suspiró pacientemente, aunque sabía que tendría que explicar más a profundidad.- Siempre he querido un matrimonio sólido, pero no puedo esperar que suceda si me cierro a todo lo que propones. Estoy segura que tendrás que cargarme de bajada si quieres hacer senderismo, pero quiero al menos intentar conectar con tus pasiones. Tal vez compartamos alguna.- Dijo con voz tranquila. Como no sabía si terminaría por tragarse la historia sin decirle un poco de la razón detrás de su cambio de actitud, tuvo que volver a hablar.- Cuando me tomaste por el cuello en el balcón... mi primera reacción fue de sorpresa. Me... preocupé. Pero luego comencé a confiar en tí. Me relajé y todo salió mejor, me sentí más segura, al menos desde mi perspectiva. Quizás tengas razón en más cosas.
A veces cuando Sofía hacía referencias a su diferencia de edad, recordaba que le llevaba varios años de experiencia. No sólo el ámbito sexual sí no en general. La miró un momento con aquel pensamiento en mente. Estaba tan acostumbrado a hablar de forma ciertamente madura que cuando tenía caprichos o se enfrascaba en una actitud extraña, no lo comprendía. Le costaba caer en el tema de la edad.
Se sintió un poco más relajado cuando Sofía reconoció que había tenido algún trío aunque ahora le podía la curiosidad -Deberíamos sentarnos con una lista y tachar lo que ya hemos hecho- Se rió un poco pensando que su lista sería extensa, larga y ya le quedaba poco que probar. Incluyendo razas -Sobre todo porque a ti hay que sacarte las cosas a cucharitas- Le dijo inclinando su cabeza para tocar su frente con la de él, a modo de recordatorio por guardarse tantos secretitos sin necesidad alguna.
-No me mientas- Le dijo directamente cuando le soltó la pantomima de que estaba perfecta cuando en su puta vida había querido hacer deporte más allá del lecho marital. Le miró con una ceja arqueada, claro signo de que no se estaba comiendo su mentira. Notó el intento de alejarse y la apretó más contra él, si creía que poniendo distancia física iba a escudarse de darle una respuesta estaba equivocada.
-¿Y qué ha generado ese cambio?- Preguntó, porque derecho a hacerlo tenía. Escuchó su argumento, pareciendole bastante sólido pero le parecía curioso que Sofía que siempre, a su manera, le había exigido equidad tampoco le ofreciera compartir sus aficiones. Esperó en silencio. No esperó que sacara aquello y Vishous ni siquiera había sido consciente de que Sofía no había experimentado control de respiración nunca. Aquello le sentó como una patada en el estómago -Ya veo- Dijo un poco contrariado -¿Sabes que no tienes que hacer todo lo que quiero no? Así no funciona esto Sofía. Necesitas una palabra de seguridad- Porque aparentemente a él se le había olvidado ese pequeño detalle. Abrió un pequeño portal para guardar la bolsa en su tienda de campaña -Vamos a tener una larga conversación y ponernos al día. Venga…que también necesito tu ayuda con otra cosa- Mencionó y acto seguido se desapareció de allí.
Se sintió un poco más relajado cuando Sofía reconoció que había tenido algún trío aunque ahora le podía la curiosidad -Deberíamos sentarnos con una lista y tachar lo que ya hemos hecho- Se rió un poco pensando que su lista sería extensa, larga y ya le quedaba poco que probar. Incluyendo razas -Sobre todo porque a ti hay que sacarte las cosas a cucharitas- Le dijo inclinando su cabeza para tocar su frente con la de él, a modo de recordatorio por guardarse tantos secretitos sin necesidad alguna.
-No me mientas- Le dijo directamente cuando le soltó la pantomima de que estaba perfecta cuando en su puta vida había querido hacer deporte más allá del lecho marital. Le miró con una ceja arqueada, claro signo de que no se estaba comiendo su mentira. Notó el intento de alejarse y la apretó más contra él, si creía que poniendo distancia física iba a escudarse de darle una respuesta estaba equivocada.
-¿Y qué ha generado ese cambio?- Preguntó, porque derecho a hacerlo tenía. Escuchó su argumento, pareciendole bastante sólido pero le parecía curioso que Sofía que siempre, a su manera, le había exigido equidad tampoco le ofreciera compartir sus aficiones. Esperó en silencio. No esperó que sacara aquello y Vishous ni siquiera había sido consciente de que Sofía no había experimentado control de respiración nunca. Aquello le sentó como una patada en el estómago -Ya veo- Dijo un poco contrariado -¿Sabes que no tienes que hacer todo lo que quiero no? Así no funciona esto Sofía. Necesitas una palabra de seguridad- Porque aparentemente a él se le había olvidado ese pequeño detalle. Abrió un pequeño portal para guardar la bolsa en su tienda de campaña -Vamos a tener una larga conversación y ponernos al día. Venga…que también necesito tu ayuda con otra cosa- Mencionó y acto seguido se desapareció de allí.
Las últimas palabras de Catherine le habían hecho marcharse de Italia con un regusto amargo, haciéndole sentir culpable como si fuese un tirano que sólo quería una yegua de cría. Ya le había dicho meses atrás que no era así, pero parecía haberlo olvidado. En ese momento se fue dolido y por orgullo no dijo nada más. Que se expresara si quería, que lo viese de ese modo si le daba la gana. Apenas habían podido estar juntos y ya pensaba que la quería únicamente para eso. A partir de ahí se comunicó con ella mediante algunos mensajes para saber cómo estaba, pero todo bastante escueto y breve. Durante los días que siguieron se reunió con Gwen para que le contase más de lo que había visto de la unión de islas, pero tampoco había mucha novedad y ella tampoco sabía qué hacer.
Voló con el dragón para ver con sus propios ojos la monstruosidad en la que se había convertido aquella fusión de islas gigantes voladoras, pero no pudo sacar mucha más información. Después se dedicó a recorrer los diversos puntos por los que se habían asentado los vasallos y el pueblo de Ávalon, dejando que Shyvanna fuese la que se encargase de la visita a Irlanda. Al parecer los de la Brigada tenían pensado quedarse allí haciendo el idiota. El resto del tiempo lo dedicó a estudiar más sobre lo que podían hacer con el maldito problema de las almas del Sanguis, sacando varias hipótesis de lo que podría tener algún resultado. Llegado el día de la reunión acudió al lugar que habían acordado los Descendientes, aunque al llegar allí con el dragón vio que era el primero. Impuntuales, como siempre.
Voló con el dragón para ver con sus propios ojos la monstruosidad en la que se había convertido aquella fusión de islas gigantes voladoras, pero no pudo sacar mucha más información. Después se dedicó a recorrer los diversos puntos por los que se habían asentado los vasallos y el pueblo de Ávalon, dejando que Shyvanna fuese la que se encargase de la visita a Irlanda. Al parecer los de la Brigada tenían pensado quedarse allí haciendo el idiota. El resto del tiempo lo dedicó a estudiar más sobre lo que podían hacer con el maldito problema de las almas del Sanguis, sacando varias hipótesis de lo que podría tener algún resultado. Llegado el día de la reunión acudió al lugar que habían acordado los Descendientes, aunque al llegar allí con el dragón vio que era el primero. Impuntuales, como siempre.
Leroy Merlín
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Leroy emprendió el camino al punto de encuentro con parsimonia, tras emperifollarse todo lo posible teniendo en cuenta que estaba en un sucio y atestado campamento de refugiados. Aún así se las apañó para vestirse con su túnica de seda color azul noche estrellada, portando en el cinto una espada muy especial que haría que los Pendragon reventaran de envidia. Y si Lake iba y se le ocurría ponerse tonta, ya sabía lo que le haría. No sabía por qué la estúpida de Catherine les había invitado, si ellos lo habían liado todo.
Fue aminorando el paso al ver de lejos un enorme dragón negro, dándole a entender que los enemigos ya estaban allí. Miró alrededor para ver si estaba acompañado por alguno de sus compañeros, pero como no era así decidió remolonear mientras se acercaba, alzando la voz para hablar a Wthyr Pendragon a bastantes metros de distancia. Esperaba que ya no se acordase mucho de eso de robarle al primogénito, que por ahora iba a ser que no porque los bebés le daban una pereza tremenda.
- Espero que hayáis venido con soluciones y no sólo a armar bronca como siempre. - reprochó mientras buscaba una piedra ruinosa sobre la que subirse, para así poder hablar desde una posición de altura que le hiciese quedar como superior.
Fue aminorando el paso al ver de lejos un enorme dragón negro, dándole a entender que los enemigos ya estaban allí. Miró alrededor para ver si estaba acompañado por alguno de sus compañeros, pero como no era así decidió remolonear mientras se acercaba, alzando la voz para hablar a Wthyr Pendragon a bastantes metros de distancia. Esperaba que ya no se acordase mucho de eso de robarle al primogénito, que por ahora iba a ser que no porque los bebés le daban una pereza tremenda.
- Espero que hayáis venido con soluciones y no sólo a armar bronca como siempre. - reprochó mientras buscaba una piedra ruinosa sobre la que subirse, para así poder hablar desde una posición de altura que le hiciese quedar como superior.
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