Recuerdo del primer mensaje :
Los Pendragon se mantienen fieles a las antiguas tradiciones mágicas, por lo que mantienen también un régimen más propio de épocas pasadas. El salón del trono se encuentra en el interior del castillo Pendragon, y es utilizado tanto para realizar audiencias como asuntos de preparación de estrategias, batallas, negocios, obtener nuevos aliados...
Es ocupado por el patriarca/matriarca de la generación que esté en el poder. Aquí se realizan los actos de vasallaje de otros linajes a los Pendragon. Entre ellos se encuentran algunos descendientes de los conocidos de los llamados Nueve Traidores de Ouroboros.
Los Pendragon se mantienen fieles a las antiguas tradiciones mágicas, por lo que mantienen también un régimen más propio de épocas pasadas. El salón del trono se encuentra en el interior del castillo Pendragon, y es utilizado tanto para realizar audiencias como asuntos de preparación de estrategias, batallas, negocios, obtener nuevos aliados...
Es ocupado por el patriarca/matriarca de la generación que esté en el poder. Aquí se realizan los actos de vasallaje de otros linajes a los Pendragon. Entre ellos se encuentran algunos descendientes de los conocidos de los llamados Nueve Traidores de Ouroboros.
Otro banquete, otra celebración, otro vestido prestado y otro día más en el que Reiv no parecía muy contento de estar donde estaban. El moreno era demasiado inquieto, ya lo sabía, estaba acostumbrada a que quisiera salir a buscarse la vida recién salido del quirófano, pero se le estaban acabando las maneras de mantenerlo entretenido. Al final, habían asistido al banquete, por invitados de Shyvanna según decía, pero realmente parecía que no había manera de que encajaran ahí, en medio de tanta gente... extraña.
Acompañó a Reiv a donde la escoltó, escuchando con la cabeza un poco baja lo que el contrario le decía. Sabía que el regaño tenía cierta razón, pero es que irse, así sin más...- Solo quiero... quedarme un poco más. No hemos visto nada aún.- Susurró. Era cierto, pero quizás no la más brillante de las defensas. No habían visto nada de la batalla, de sus ideales. Solo había logrado, hasta ese día, rehuirle la mirada a Shyvanna, casi siempre sonrojada, y balbucear con alguno que otro dragón.
¿Pero es que entonces no quieres saber? ¿No te da curiosidad? ¿Por qué tendrían aquí a alguien de Ouroboros cuando a ellos trataban de echarlos? No es solo curiosidad, hay algo que no termino de entender, solo... No sé qué es. Y además...- Bueno, al final se quedó callada. Se le hacía una tontería, pero también tenía la necesidad de quedarse por si sus padres estaban en la isla. El corazón se le salía del pecho cada vez que veía un gran dragón negro o rojo sobrevolando el lugar.- No tenemos que venir a estas cosas si no queremos, podemos estar afuera por nuestra cuenta, ya no nos tienen "a prueba".- O prisioneros, lo que mejor quedara según la situación.
Acompañó a Reiv a donde la escoltó, escuchando con la cabeza un poco baja lo que el contrario le decía. Sabía que el regaño tenía cierta razón, pero es que irse, así sin más...- Solo quiero... quedarme un poco más. No hemos visto nada aún.- Susurró. Era cierto, pero quizás no la más brillante de las defensas. No habían visto nada de la batalla, de sus ideales. Solo había logrado, hasta ese día, rehuirle la mirada a Shyvanna, casi siempre sonrojada, y balbucear con alguno que otro dragón.
¿Pero es que entonces no quieres saber? ¿No te da curiosidad? ¿Por qué tendrían aquí a alguien de Ouroboros cuando a ellos trataban de echarlos? No es solo curiosidad, hay algo que no termino de entender, solo... No sé qué es. Y además...- Bueno, al final se quedó callada. Se le hacía una tontería, pero también tenía la necesidad de quedarse por si sus padres estaban en la isla. El corazón se le salía del pecho cada vez que veía un gran dragón negro o rojo sobrevolando el lugar.- No tenemos que venir a estas cosas si no queremos, podemos estar afuera por nuestra cuenta, ya no nos tienen "a prueba".- O prisioneros, lo que mejor quedara según la situación.
Freyja Lothbrock
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Parecía un toro. O un dragón. Sólo respirar y echar humo por las fosas nasales pero a Freyja en ese momento no le importaba. Quizás al final del día acababa hablando con Wthyr sobre que se impusiera sobre el matrimonio y le ofreciera a Cedric o, que alguno de sus primos desposara a Lake; porque pasaba de narices del coño de oro. En eso pensaba meitnras se sentaba al lado de Björn y le metía un codazo en las costillas porque sí.
-¿Qué paraíso?- Preguntó riéndose socarronamente mientras veía a Ixión que ya llevaba un par de jarras encima. Le golpeó el hombro con el propio antes de escucharle -Se conoce que tu lengua hace más con las palabras que con trabajo físico- Le respondió llevándose un cuerno a la boca para bajarse al menos un par de tragos mientras sonreía hacia la mesa donde habían limpiado sus platos y Lake tomaba su asiento. Si pretendían que eso le hiriera, estaban equivocados, por eso se había ido a su clan porque para soportar los gruñidos de Darren pues prefería los de su familia.
Soltó una carcajada limpia y clara -Maricón no es…Eso te lo puedo asegurar perfectamente. Es más, sabe usarla muy bien. Digno hermano de su hermana, pero qué sabrás tú...- Reconoció porque aunque no habían estado juntos en un orgía y no tenía claro si también le gustaba experimentar con los de su propio sexo, sí que podía hablar desde experiencia propia y aunque para su gusto era un poco “mandado” eso no quitaba que estuviera bien dotado y que supiera qué hacer con ella. Ta vez era una bendición en los Pendragon de cabellera dorada. Miró a Darren por encima del cuerno que estaba bebiendo cuando Ixión habló de la orgía. Dudaba que se tomaran a bien que la prometida del principito buscara satisfacción en esas lides así que ahogó su respuesta en la cerveza, tras eso apartó la mirada del Pendragon para bajar la vista hacia Ixión.
-Estoy más preocupada por lo que le ha hecho la Reina- Susurró mientras veía a la parejita real que ahora parecía enfrentarse a un par de dragones. Algo había cambiado en su forma de relacionarse pero no lograba saber el qué -Me preguntó si soportaba encantamientos… Pero eso parecía una maldición- Reconoció y como sabía que lo que venía a hablar era porquería lo miró a los ojos -Katarina se merecía una tortura mucho más larga. Helga murió envenenada y ensució su sacrificio por ambición. Yo le habría hecho el águila- Subió una mano y le dio un par de cachetadas a Ixión para que despertara -Trata de mantener la tuya pegada a tu cuerpo, moreno, porque a ninguno de los dos le tiembla el pulso y dudo mucho que les haya pasado desapercibida tu insolencia-
-¿Qué paraíso?- Preguntó riéndose socarronamente mientras veía a Ixión que ya llevaba un par de jarras encima. Le golpeó el hombro con el propio antes de escucharle -Se conoce que tu lengua hace más con las palabras que con trabajo físico- Le respondió llevándose un cuerno a la boca para bajarse al menos un par de tragos mientras sonreía hacia la mesa donde habían limpiado sus platos y Lake tomaba su asiento. Si pretendían que eso le hiriera, estaban equivocados, por eso se había ido a su clan porque para soportar los gruñidos de Darren pues prefería los de su familia.
Soltó una carcajada limpia y clara -Maricón no es…Eso te lo puedo asegurar perfectamente. Es más, sabe usarla muy bien. Digno hermano de su hermana, pero qué sabrás tú...- Reconoció porque aunque no habían estado juntos en un orgía y no tenía claro si también le gustaba experimentar con los de su propio sexo, sí que podía hablar desde experiencia propia y aunque para su gusto era un poco “mandado” eso no quitaba que estuviera bien dotado y que supiera qué hacer con ella. Ta vez era una bendición en los Pendragon de cabellera dorada. Miró a Darren por encima del cuerno que estaba bebiendo cuando Ixión habló de la orgía. Dudaba que se tomaran a bien que la prometida del principito buscara satisfacción en esas lides así que ahogó su respuesta en la cerveza, tras eso apartó la mirada del Pendragon para bajar la vista hacia Ixión.
-Estoy más preocupada por lo que le ha hecho la Reina- Susurró mientras veía a la parejita real que ahora parecía enfrentarse a un par de dragones. Algo había cambiado en su forma de relacionarse pero no lograba saber el qué -Me preguntó si soportaba encantamientos… Pero eso parecía una maldición- Reconoció y como sabía que lo que venía a hablar era porquería lo miró a los ojos -Katarina se merecía una tortura mucho más larga. Helga murió envenenada y ensució su sacrificio por ambición. Yo le habría hecho el águila- Subió una mano y le dio un par de cachetadas a Ixión para que despertara -Trata de mantener la tuya pegada a tu cuerpo, moreno, porque a ninguno de los dos le tiembla el pulso y dudo mucho que les haya pasado desapercibida tu insolencia-
-¿En serio me lo preguntas?- Respondió en su mismo tono socarrón, fingiendo todo el dolor del mundo, vaya una pregunta fácil. Se mordió el labio inferior guiñándole un ojo a una de aquellas vikingas rubias que andaba jugueteando por ahí. Se contoneó a su lado, le lanzó el pelo a la cara y el la desnudó con la mirada. Ya juguetearía con ella -Que una valkiria me lleve al Valhalla, ¿qué mejor paraíso puede haber? ¿La ñoñada del Edén? ¿Los campos Elíseos? Todo para ti- El golpe que me regaló no pudo más que divertirme. Hice un giro, muy bien coreografiado y terminé agachado, justo delante de ella. Fue entonces cuando me acerqué a la vikinga, quedando justo delante de su nariz -Pero, por ti, me iría al Folkvangr- Hice como que daba un bocado y me separé de ella, mostrando divertido mi lengua juguetona, músculo muy bien entrenado en varias artes, y que todavía estaba al mejor postor en el mercado de Eros, y que fuera por mucho más tiempo, aunque todavía debía recuperar una mujer que le pertenecía. Pronto, quizá. Brindé con el cuerno de la vikinga y me acomodé en aquel asiento, dejándome caer de una forma muy pesada.
Alcé las cejas con sumo interés cuando empezó a describir las experticia del rubio, devolviéndole a la vikinga cierta sonrisa cerrada, pero bastante descriptiva de las maldades que se le estaban pasando por la cabeza -¿Me estás retando?- Porque su mente ya estaba dibujando todo tipo de situaciones que implicaban dos buenas pollas y un delicioso coño. Ya veríamos quién mordía almohada, aunque tampoco le importaba lo más mínimo dejarse montar por un dragón. Quizá fuera la excepción de dejarse dominar. -Puedes invitarle, ¿eh? Lo mismo se le quita la cara de champiñón- Ahora fue él el que dio un codazo en las costillas de la vikinga. Bebió de aquella cerveza que portaba, aunque cada vez quedaba menos, mientras los Lothbrock seguía gritando eufóricos.
Dirigió la mirada a la morena, a la par que Freyja, todavía con la boca de la botella en la suya propia. -La Descendiente de Morgana está aprendiendo a jugar con sangre…- Murmulló. Lo que no sabía Freyja es que la pelirroja que andaba quitándole el sitio de la mesa tenía ínfulas de dragón. -… oscuridad y sangre. Interesante augurio, ¿eh? ¿El descendiente definitivo? ¿El que libere los templos del dragón?- Empecé a hacer gestos de fantasmas, jugando a asustar. Si lo pensaba fríamente, y con toda la información que habían recabado las semanas anteriores, eso podría ser una de tantas posibilidades. No respondió al comentario de Katarina, quizás tuviera razón, pero lo que más le preocupaba era quién podría ser el siguiente. Le cogió la mano por la muñeca, y le devolvió una sonrisa socarrona -¿Es una amenaza, mi señora? Una Reina debe conocer su Reino, en caligrafía de oro y carbón de la pira de los dragones, no sé dónde está la insolencia- Le devolvió la sonrisa, divertido. Ella sí sabía por dónde iban los tiros, no se le había escapado, bien Freyja, bien, no esperaba menos de ella. Le devolvió una mirada cómplice e intensa, con ganas de seguir jugando, quizás en otra posición.
Alcé las cejas con sumo interés cuando empezó a describir las experticia del rubio, devolviéndole a la vikinga cierta sonrisa cerrada, pero bastante descriptiva de las maldades que se le estaban pasando por la cabeza -¿Me estás retando?- Porque su mente ya estaba dibujando todo tipo de situaciones que implicaban dos buenas pollas y un delicioso coño. Ya veríamos quién mordía almohada, aunque tampoco le importaba lo más mínimo dejarse montar por un dragón. Quizá fuera la excepción de dejarse dominar. -Puedes invitarle, ¿eh? Lo mismo se le quita la cara de champiñón- Ahora fue él el que dio un codazo en las costillas de la vikinga. Bebió de aquella cerveza que portaba, aunque cada vez quedaba menos, mientras los Lothbrock seguía gritando eufóricos.
Dirigió la mirada a la morena, a la par que Freyja, todavía con la boca de la botella en la suya propia. -La Descendiente de Morgana está aprendiendo a jugar con sangre…- Murmulló. Lo que no sabía Freyja es que la pelirroja que andaba quitándole el sitio de la mesa tenía ínfulas de dragón. -… oscuridad y sangre. Interesante augurio, ¿eh? ¿El descendiente definitivo? ¿El que libere los templos del dragón?- Empecé a hacer gestos de fantasmas, jugando a asustar. Si lo pensaba fríamente, y con toda la información que habían recabado las semanas anteriores, eso podría ser una de tantas posibilidades. No respondió al comentario de Katarina, quizás tuviera razón, pero lo que más le preocupaba era quién podría ser el siguiente. Le cogió la mano por la muñeca, y le devolvió una sonrisa socarrona -¿Es una amenaza, mi señora? Una Reina debe conocer su Reino, en caligrafía de oro y carbón de la pira de los dragones, no sé dónde está la insolencia- Le devolvió la sonrisa, divertido. Ella sí sabía por dónde iban los tiros, no se le había escapado, bien Freyja, bien, no esperaba menos de ella. Le devolvió una mirada cómplice e intensa, con ganas de seguir jugando, quizás en otra posición.
Torcí un poco el gesto cuando ella me confirmó eso de que quería quedarse más allí, haciendo un sonido de impaciencia porque yo no creía que nos quedase mucho por ver en el lugar. No entendía qué más pretendía sacar ella de Ávalon, quitando que estaba rodeada de dragones todo el día. Tampoco es que se relacionasen demasiado. Me daba la sensación de que la mayoría de dragones no congeniaba muy bien con Juliet al ver que ella no solía transformarse a menudo. La tomé por las manos, poniéndome frente a ella para que me mirase.
- Creo que no nos pueden ofrecer nada aquí. ¿Qué esperas de ellos y de este sitio? No sé a ti, pero a mí...cada vez dudo más que puedan ofrecerme algo. Quería aprender cosas de magia de sangre con ellos, creí que podrían sustituir a Snagov. Me equivoqué. Al final lo más útil es que siga entrenando por mi cuenta. - no supe qué responderle a eso de por qué nos tenían allí, hasta que desvié de nuevo la mirada hacia Smaug y los Pendragon sentados a la mesa. - Porque es a ti a quien quieren...yo solo soy el agregado que va contigo. Quien les interesas eres tú. Igual que Smaug. Quieren tener cerca a todos los dragones que puedan. Ni siquiera estoy seguro de si os controlan o no, sólo sé que...parece que necesitáis estar cerca de ellos. - admití molesto, aunque podría comprobar si eso era cierto llevándome a Juliet de Ávalon.
- La fiesta no me importa, siempre puedes reírte de las tonterías que tienen. Es que no quiero acabar haciendo las mismas cosas que esos vasallos. Queríamos ser libres, ¿recuerdas?
- Creo que no nos pueden ofrecer nada aquí. ¿Qué esperas de ellos y de este sitio? No sé a ti, pero a mí...cada vez dudo más que puedan ofrecerme algo. Quería aprender cosas de magia de sangre con ellos, creí que podrían sustituir a Snagov. Me equivoqué. Al final lo más útil es que siga entrenando por mi cuenta. - no supe qué responderle a eso de por qué nos tenían allí, hasta que desvié de nuevo la mirada hacia Smaug y los Pendragon sentados a la mesa. - Porque es a ti a quien quieren...yo solo soy el agregado que va contigo. Quien les interesas eres tú. Igual que Smaug. Quieren tener cerca a todos los dragones que puedan. Ni siquiera estoy seguro de si os controlan o no, sólo sé que...parece que necesitáis estar cerca de ellos. - admití molesto, aunque podría comprobar si eso era cierto llevándome a Juliet de Ávalon.
- La fiesta no me importa, siempre puedes reírte de las tonterías que tienen. Es que no quiero acabar haciendo las mismas cosas que esos vasallos. Queríamos ser libres, ¿recuerdas?
La primera intención de Azula fue lanzarse allí mismo a acabar con aquel dragón engreído ¿Cómo se atrevía a ofenderla allí delante de todos los Pendragons? ¿Tanto le habían ofendido sus palabras al dragón negro? ¿O es que simplemente se regocijaba con provocarla? Azula tuvo que morderse el labio con sus afilados dientes para no embestir con la lanza, no podía atacarlo como una salvaje solo por que la estaba provocando, era un caballero, actuaba según las leyes y costumbres humanas.
No podía actuar como el animal salvaje que todos creían que era.
Así que aguanto, mientras el rey y la reina aun estuvieran hablando con Smaug, no oso intervenir una petición real, como caballero no debía interrumpir a al líder de los Pendragon, pero eso, muy pronto terminaría. Mientras Azula fue aflojando uno de sus pesados guanteletes esperando a que la situación terminara mientras su ojo asesinaba a Smaug con la mirada, valoro que Whyr y Catherine la defendieran, pero no podía dejar que otros la protegieran esa vez, ya habían demasiados rumores sobre que azula era "la mascota favorita de los pendragon" por que siempre la trataban bien pese a su forma.
- Retírate.
Cuando Wthyr le dio la orden de retirarse, Azula avanzo, abandonando su puesto, por que ahora no podía permitirse dejar pasar semejante ofensa, solto su guantelete pesado con una mano y se encaro a Smaug,
-Usted ha ofendido mi honor, caballero- Y entonces lanzo un golpe para intentar golpearle a Smaug con el guantelete entre la barbilla y el mentón, con toda la fuerza que pudo.- Le reto a un Duelo- era bastante poco probable que aquello quedara sin ningún tipo de respuesta por parte de los presentes, quienes o bien guardarían silencio o empezarían lentamente a retirarse de la sala, no era muy común que alguien se atreviera a enfrentar a un dragón y a posiblemente provocar su ira- Puede negarse, pero dejara demostrado quien es el cobarde- le dijo con una sonrisa plagada de dientes afilados- como usted es el desafiado puede elegir el lugar y el modo de duelo...
Incluso si ese dragón era 5 veces mas grande que Azula, no podía quedarse sin hacer nada, su orgullo, su dignidad, todo por lo que había luchado estaba en juego, podría incluso apostar su vida si eso era necesario, para borrarle la sonrisa a ese payaso con piel de reptil. Azula podría dejarse pisotear a veces, pero que tiemble el hijoputa que se atreva a subestimar sus motivos y su honor.
No podía actuar como el animal salvaje que todos creían que era.
Así que aguanto, mientras el rey y la reina aun estuvieran hablando con Smaug, no oso intervenir una petición real, como caballero no debía interrumpir a al líder de los Pendragon, pero eso, muy pronto terminaría. Mientras Azula fue aflojando uno de sus pesados guanteletes esperando a que la situación terminara mientras su ojo asesinaba a Smaug con la mirada, valoro que Whyr y Catherine la defendieran, pero no podía dejar que otros la protegieran esa vez, ya habían demasiados rumores sobre que azula era "la mascota favorita de los pendragon" por que siempre la trataban bien pese a su forma.
- Retírate.
Cuando Wthyr le dio la orden de retirarse, Azula avanzo, abandonando su puesto, por que ahora no podía permitirse dejar pasar semejante ofensa, solto su guantelete pesado con una mano y se encaro a Smaug,
-Usted ha ofendido mi honor, caballero- Y entonces lanzo un golpe para intentar golpearle a Smaug con el guantelete entre la barbilla y el mentón, con toda la fuerza que pudo.- Le reto a un Duelo- era bastante poco probable que aquello quedara sin ningún tipo de respuesta por parte de los presentes, quienes o bien guardarían silencio o empezarían lentamente a retirarse de la sala, no era muy común que alguien se atreviera a enfrentar a un dragón y a posiblemente provocar su ira- Puede negarse, pero dejara demostrado quien es el cobarde- le dijo con una sonrisa plagada de dientes afilados- como usted es el desafiado puede elegir el lugar y el modo de duelo...
Incluso si ese dragón era 5 veces mas grande que Azula, no podía quedarse sin hacer nada, su orgullo, su dignidad, todo por lo que había luchado estaba en juego, podría incluso apostar su vida si eso era necesario, para borrarle la sonrisa a ese payaso con piel de reptil. Azula podría dejarse pisotear a veces, pero que tiemble el hijoputa que se atreva a subestimar sus motivos y su honor.
Smaug
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La respuesta por parte de los reyes no fue la esperada, pues tanto él como ella intercedieron por Azula. Pasé la mirada de uno a otro de manera calculadora, preguntándome por qué ese interés en defender a una vulgar híbrida. Hice un sonido que pretendía ser sarcástico, pero acabó sonando más a desdén. - He vivido mucho más que vosotros y he visto a muchos magos hacer vanas promesas. No es impaciencia. Se llama luchar por lo que nos corresponde. Espero que pronto comiencen a verse los frutos de la alianza. - no era una amenaza, sino una advertencia sobre lo que los míos y yo esperábamos. Le Fay trajo palabras como futuro y paz, recordándome la ingenuidad de la juventud. Para que unos tuviesen paz, los demás debían perder en una guerra. Harían bien en recordarlo los que se opusiesen a nosotros. Estaba a punto de retirarme tras lo que dijo Wthyr, pero algo me detuvo.
Casi me había olvidado de Azula, tan callada durante todo el rato. Me giré para quedar frente a frente con ella, observando aquellos rasgos de no ser ni una cosa ni otra. - Honor...como si alguien como tú supiese lo que es eso. Te adelanto que es una patraña con la que han engañado a más de uno. - ladeé la cabeza hacia un lado para evitar el golpe con el guantelete, sin apenas variar mi expresión de gélido desprecio. Aquello se volvía interesante por momentos, y mi principal centro de atención pasó a ser la híbrida. Se atrevía a retar a un duelo a un dragón puro, jugando la baza del cobarde para ver si así me negaba. Me enfrentaba a un ser inferior, pero un dragón negro jamás rehuía una pelea. Jamás.
- Será un placer desgarrar tu carne entre mis dientes, calcinar tus huesos, corroer tu piel... - aunque tal vez tuviese que escupirla luego, no era lo mismo que comerse una vaca. - Duelo al amanecer, en la cúpula de dragones, con mi verdadera forma. Lástima que la tuya sea esa. - llevé mi mano al pecho, haciendo una ligera inclinación de cabeza antes de retirarme de allí para salir del castillo y así poder abandonar por fin la inferior forma humana.
Casi me había olvidado de Azula, tan callada durante todo el rato. Me giré para quedar frente a frente con ella, observando aquellos rasgos de no ser ni una cosa ni otra. - Honor...como si alguien como tú supiese lo que es eso. Te adelanto que es una patraña con la que han engañado a más de uno. - ladeé la cabeza hacia un lado para evitar el golpe con el guantelete, sin apenas variar mi expresión de gélido desprecio. Aquello se volvía interesante por momentos, y mi principal centro de atención pasó a ser la híbrida. Se atrevía a retar a un duelo a un dragón puro, jugando la baza del cobarde para ver si así me negaba. Me enfrentaba a un ser inferior, pero un dragón negro jamás rehuía una pelea. Jamás.
- Será un placer desgarrar tu carne entre mis dientes, calcinar tus huesos, corroer tu piel... - aunque tal vez tuviese que escupirla luego, no era lo mismo que comerse una vaca. - Duelo al amanecer, en la cúpula de dragones, con mi verdadera forma. Lástima que la tuya sea esa. - llevé mi mano al pecho, haciendo una ligera inclinación de cabeza antes de retirarme de allí para salir del castillo y así poder abandonar por fin la inferior forma humana.
Tuvo que suspirar despacio y profundo cuando escuchó la impaciencia de Reiv. Dejó que la tomara de las manos y le miró por un segundo pero en cuanto comenzó a hablar no pudo soportarle la mirada.- No hemos visto nada aún.- Insistió un poco, aferrándose a las manos de Reiv.- Tampoco lo haz intentado; no les haz dicho que quieres aprender. ¿Dónde más vas a perfeccionar tu técnica si no es justamente con el linaje que la domina?
Siguió la mirada de Reiv hacia la mesa, rodando los ojos mientras lo escuchaba.- Nadie nos controla.- Murmuró mientras él seguía hablando, un poco cansada de aquello. Le resultaba hasta estúpido. Lo que sí no le gustaba era que se sintiera "el agregado". Ella había sido eso para él durante mucho, mucho tiempo, y no se sentía bien estar en un lugar donde todo lo que tienes es a una sola persona. Aunque para ella había funcionado.- Reiv, pero no somos vasallos. No tenemos que darles regalos ni alabarlos ni nada. En parte porque no tenemos nada que darles, pero también porque no hay obligación. Solo quiero... quiero... asegurarme de que...- Mientras divagaba, volvió la mirada a la mesa justo a tiempo para ver el golpe a Smaug. Su rostro se volvió un poema mientras la tensión de la sala crecía por momentos. Aún pasmada por lo que acababa de presenciar, miró a Reiv, pensando en el lío en que se había metido Azula en un segundo. No tenía la sensación de que Azula fuera particularmente fuerte, pero... la gente también solia subestimarla a ella. Quizás sería un poco de lo mismo.- Espera, ¿qué? ¿Van a pelear?
Siguió la mirada de Reiv hacia la mesa, rodando los ojos mientras lo escuchaba.- Nadie nos controla.- Murmuró mientras él seguía hablando, un poco cansada de aquello. Le resultaba hasta estúpido. Lo que sí no le gustaba era que se sintiera "el agregado". Ella había sido eso para él durante mucho, mucho tiempo, y no se sentía bien estar en un lugar donde todo lo que tienes es a una sola persona. Aunque para ella había funcionado.- Reiv, pero no somos vasallos. No tenemos que darles regalos ni alabarlos ni nada. En parte porque no tenemos nada que darles, pero también porque no hay obligación. Solo quiero... quiero... asegurarme de que...- Mientras divagaba, volvió la mirada a la mesa justo a tiempo para ver el golpe a Smaug. Su rostro se volvió un poema mientras la tensión de la sala crecía por momentos. Aún pasmada por lo que acababa de presenciar, miró a Reiv, pensando en el lío en que se había metido Azula en un segundo. No tenía la sensación de que Azula fuera particularmente fuerte, pero... la gente también solia subestimarla a ella. Quizás sería un poco de lo mismo.- Espera, ¿qué? ¿Van a pelear?
Lake Pendragon
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No he tocado sus platos, hermano. Pero me rehúso o comer sola y apartada de mi familia porque alguien no sepa de decencia o de protocolos. Es ella quien debería estar cuidando su plato y recordar quién se lo sirve.- Le respondió a Darren con soltura aún cerca de su oído. No tenía reparo alguno en decirlo, porque era la verdad.- ¿Te lastimaste? - Preguntó, tomando una servilleta de tela para dejársela a su hermano en la mano con un toque suave, pero firme. Él podía detenerse el sangrado, pero cerrar las heridas era otra cosa totalmente distinta. Ante su pregunta, pensó un momento mientras se sentaba a su lado tras el beso.- No todas las salidas son fáciles. Algunas son más difíciles que la situación misma.- Susurró, perdiendo en él sus ojos azules mientras trataba de entender su posición. Él siempre había hecho lo que esperaban de él. Incluido en ese momento. Todos lo habían hecho. Bueno, ella no, pero eso también se esperaba de ella. Ser la oveja negra de la familia era un trabajo arduo.
A pesar de la sonrisa de su hermano, sus palabras no iluminaron la habitación como solían hacerlo. Había algo diferente en él y, si lo conociera mejor, habría podido afirmar que nada tenía que ver con la Vikinga, aunque ella fuera un tema central. Colocó la mano en la mejilla del contrario y le dejó una caricia antes de murmurar.- Luces derrotado y no me gusta. Somos más fuertes ahora que nunca, Darren, pero debes estar convencido de ello. Una espada rota tiene tres filos.- Susurró, llevándose a la boca la copa con vino que acababan de servirle, absorbiendo un poco de su aroma antes de llevársela al paladar. Cuando aprobó el vino, entonces bebió un poco más mientras observaba el duelo entre el dragón milenario y la... ¿cómo le había dicho? Ah si, la híbrida.
Kein yol lok.- Murmuró dignamente, bebiendo un poco más de su copa, tras modificar el saludo de los dragones. La paz ya no parecía ser una opción para esos dos. Iban a hacer trizas a la dragona azul, pero apoyaba su espíritu. Apoyaba que siguiera firme en sus creencias, aunque estas la llevaran a la muerte.
A pesar de la sonrisa de su hermano, sus palabras no iluminaron la habitación como solían hacerlo. Había algo diferente en él y, si lo conociera mejor, habría podido afirmar que nada tenía que ver con la Vikinga, aunque ella fuera un tema central. Colocó la mano en la mejilla del contrario y le dejó una caricia antes de murmurar.- Luces derrotado y no me gusta. Somos más fuertes ahora que nunca, Darren, pero debes estar convencido de ello. Una espada rota tiene tres filos.- Susurró, llevándose a la boca la copa con vino que acababan de servirle, absorbiendo un poco de su aroma antes de llevársela al paladar. Cuando aprobó el vino, entonces bebió un poco más mientras observaba el duelo entre el dragón milenario y la... ¿cómo le había dicho? Ah si, la híbrida.
Kein yol lok.- Murmuró dignamente, bebiendo un poco más de su copa, tras modificar el saludo de los dragones. La paz ya no parecía ser una opción para esos dos. Iban a hacer trizas a la dragona azul, pero apoyaba su espíritu. Apoyaba que siguiera firme en sus creencias, aunque estas la llevaran a la muerte.
El tema culinario dejaba claro que también éramos muy diferentes en eso, así que no me quedó otro remedio que asentir cuando preguntó si eso del ketchup me parecía muy básico para mí. Seguimos comiendo mientras renegaba de
las comidas que ella decía, eran demasiado vulgares. Tampoco me entendió en eso de intentar probar de su plato para destapar una posible conspiración contra ella, aunque tenía cierto sentido a mi modo de ver. - Un modo de probar fidelidad como otro cualquiera. No sé qué usáis en Ouroboros... - comenté en tono confidencial, ya hablaríamos con más privacidad en otro sitio. Allí también tenían rencillas y conspiraciones, al menos las habían tenido en el pasado.
La llegada de mis hermanos hizo que Catherine se diese cuenta de lo que había avanzado la maldición en cada uno de ellos, especialmente en Gwen al ser tan visible en su cara. Había evitado hablar del asunto hasta el momento, pero era más que evidente. - No ha retrocedido...parece que con cada avance permanece la extensión. Aquella noche avanzó mucho. - ella sabía a lo que me refería, cuando estuvo a punto de morir. La miré de soslayo un tanto extrañado, ella tampoco había mencionado nada sobre su primogénito. - ¿La de tu hijo si ha retrocedido? - bebí un largo trago de vino en el momento en que mencionó lo que había hecho su ex, haciendo después un sonido de disconformidad porque parecía que él era el que solucionaba todo. Eso, lo de Morgana...imbécil. - Permanecer en una zona antimagia durante mucho tiempo es imposible. A la larga acaba debilitando a quien permanezca allí. Así que más vale que no te pase nada. - no continué con lo que iba a decir, justo en ese momento nos vimos interrumpidos por la Smaug y su acusación a Azula.
El dragón negro no se andaba con rodeos, era más exigente de lo que pensaba y encima tenía una visión sobre los híbridos que no me gustaba nada. Pensaría lo mismo de nosotros. - Habrás visto a muchos magos hacer promesas, pero no a un Pendragon. Prometimos un mundo en el que los dragones se multipliquen de nuevo y surquen los cielos ocupando el lugar que les corresponde, y así será. - la mayor sorpresa de la conversación me la llevé con Azula, que dejó de guardar silencio para retar a Smaug a un duelo. Entendía su necesidad de responder a la ofensa por parte del otro, pero me pareció una batalla desequilibrada. Él me pareció un tanto fanfarrón, la híbrida no caería tan fácilmente. - A primera sangre. No se consentirá una batalla como si fuese contra el enemigo. Los enemigos están fuera, no aquí dentro. - esperé a que se marchase porque ya me estaba hartando un poco tener que dedicar tiempo a eso el día de la coronación. Que se fuesen a beber y esas cosas que se hacen en las fiestas.
Tras el incidente aparté el plato ya vacío y me acabé lo que me quedaba de vino, levantándome de la silla para tender la mano a Catherine para que se levantase conmigo. - Este sería nuestro cuarto baile. Puede ser el primero que acabe bien. Sería una novedad poder acabar un baile en condiciones. - el primero había sido en Ouroboros, demasiado tenso por el día del parlamento. El segundo fue el día de la boda, y tampoco duró mucho por culpa del Sodoma y el descontrol que conllevaba. En el tercero ella estaba envenenada y estuvo a punto de caerse. Eché un vistazo alrededor para localizar a mis hermanos en el lugar, comprobando que Lake se estaba entendiendo muy bien con Darren y Shyvanna con Gwen. Ixión y Freyja parecían cuchichear, cosa que no me agradó. Decidí obviarlo por el momento, haciendo un gesto a los músicos para que empezasen a tocar y llamasen así a la gente para acudir a la zona de baile. Tomé el brazo de Catherine para llevarla hacia allá, esperando a que comenzasen a sonar los primeros acordes para hacer el saludo inicial. Después la acerqué a mí, poniendo una mano en la parte baja de su espalda y la otra cogiendo su mano para iniciar los primeros pasos al ritmo de la música.
las comidas que ella decía, eran demasiado vulgares. Tampoco me entendió en eso de intentar probar de su plato para destapar una posible conspiración contra ella, aunque tenía cierto sentido a mi modo de ver. - Un modo de probar fidelidad como otro cualquiera. No sé qué usáis en Ouroboros... - comenté en tono confidencial, ya hablaríamos con más privacidad en otro sitio. Allí también tenían rencillas y conspiraciones, al menos las habían tenido en el pasado.
La llegada de mis hermanos hizo que Catherine se diese cuenta de lo que había avanzado la maldición en cada uno de ellos, especialmente en Gwen al ser tan visible en su cara. Había evitado hablar del asunto hasta el momento, pero era más que evidente. - No ha retrocedido...parece que con cada avance permanece la extensión. Aquella noche avanzó mucho. - ella sabía a lo que me refería, cuando estuvo a punto de morir. La miré de soslayo un tanto extrañado, ella tampoco había mencionado nada sobre su primogénito. - ¿La de tu hijo si ha retrocedido? - bebí un largo trago de vino en el momento en que mencionó lo que había hecho su ex, haciendo después un sonido de disconformidad porque parecía que él era el que solucionaba todo. Eso, lo de Morgana...imbécil. - Permanecer en una zona antimagia durante mucho tiempo es imposible. A la larga acaba debilitando a quien permanezca allí. Así que más vale que no te pase nada. - no continué con lo que iba a decir, justo en ese momento nos vimos interrumpidos por la Smaug y su acusación a Azula.
El dragón negro no se andaba con rodeos, era más exigente de lo que pensaba y encima tenía una visión sobre los híbridos que no me gustaba nada. Pensaría lo mismo de nosotros. - Habrás visto a muchos magos hacer promesas, pero no a un Pendragon. Prometimos un mundo en el que los dragones se multipliquen de nuevo y surquen los cielos ocupando el lugar que les corresponde, y así será. - la mayor sorpresa de la conversación me la llevé con Azula, que dejó de guardar silencio para retar a Smaug a un duelo. Entendía su necesidad de responder a la ofensa por parte del otro, pero me pareció una batalla desequilibrada. Él me pareció un tanto fanfarrón, la híbrida no caería tan fácilmente. - A primera sangre. No se consentirá una batalla como si fuese contra el enemigo. Los enemigos están fuera, no aquí dentro. - esperé a que se marchase porque ya me estaba hartando un poco tener que dedicar tiempo a eso el día de la coronación. Que se fuesen a beber y esas cosas que se hacen en las fiestas.
Tras el incidente aparté el plato ya vacío y me acabé lo que me quedaba de vino, levantándome de la silla para tender la mano a Catherine para que se levantase conmigo. - Este sería nuestro cuarto baile. Puede ser el primero que acabe bien. Sería una novedad poder acabar un baile en condiciones. - el primero había sido en Ouroboros, demasiado tenso por el día del parlamento. El segundo fue el día de la boda, y tampoco duró mucho por culpa del Sodoma y el descontrol que conllevaba. En el tercero ella estaba envenenada y estuvo a punto de caerse. Eché un vistazo alrededor para localizar a mis hermanos en el lugar, comprobando que Lake se estaba entendiendo muy bien con Darren y Shyvanna con Gwen. Ixión y Freyja parecían cuchichear, cosa que no me agradó. Decidí obviarlo por el momento, haciendo un gesto a los músicos para que empezasen a tocar y llamasen así a la gente para acudir a la zona de baile. Tomé el brazo de Catherine para llevarla hacia allá, esperando a que comenzasen a sonar los primeros acordes para hacer el saludo inicial. Después la acerqué a mí, poniendo una mano en la parte baja de su espalda y la otra cogiendo su mano para iniciar los primeros pasos al ritmo de la música.
- música:
Puso los ojos en blanco con un gesto divertido cuando asintió a que el kétchup era tan vulgar. Luego dejó escapar el aire. No iba a negar que la comida de banquete estaba exquisita y a medida que probaba nuevas cosas le gustaba, pero… ¿Y los Nuggets? Una buena cena de Nuggets y papatas fritas podía vencer aquel festín. Es más, le apetecía una cena así. Oh… Caprichos. Torció un poco el gesto por ello y lo mantuvo cuando mencionó a Ouroboros -Oh, no sé, asesinato directo por parte de un miembro del Consejo o de varios. También hay gente que tira a las personas por el borde de la isla- Le soltó en un tono bastante serio -Menos tragedia griega y más ir de frente…Pero ya lo sabes, Bella te lo demostró- Alzó al copa con agua y la movió en su dirección, como brindando, para luego bajar la comida.
-Un poco, el detalle es que no avanzó, pese a todo…Ese día… ese día Ian me dijo que Aedan sabía que yo estaba mal. Se lo dijo mi bebé- Mencionó a Wthyr con el ceño levemente fruncido. ¿Aedan tenía una conexión con ella más allá de la maternal? Apartó la mirada de él para ver la copa de agua y seguir bebiendo, quizás con ello bajaba el nudo en la garganta. Escuchó a Shyvanna y asintió brevemente pero la información de Wthyr fue tan dura como un cachetazo porque…Ella lo sabía, sabía lo horrible que era vivir sin magia, sabía los estragos que te provocaba… Pero su mente no pudo jugarle en contra porque ocurrió lo de Smaug y Azula. La híbrida no le respondió, como era de esperarse un rechazo palpable, y Catherine bajó la mirada hacia su plato y siguió comiendo, dejándolos a ellos en su momento de honor, duelo, sangre y fuego.
Repentinamente se le quitó el apetito o, mejor dicho, prefería su plato de nuggets y patatas con kétchup y ya no sólo por el sabor sino por ese deje nostálgico de las cenas de Aedan. Volvió a coger la copa de agua y bebió un par de tragos preguntándose hasta que hora tendrían que estar aquí. Sus ojos encontraron de nuevo al moreno que sin duda tenía un par de tragos encima y… ¿Freyja no debería estar con Darren? Vio a Lake sentarse junto a su hermano y suspiró. No, no iba a meterse. No tenía nada qué decir ni qué hacer. Bajó la copa cuando Wthyr se incorporó y le tendió la mano con cuidado, inclinándose a un lado para coger las faldas del vestido y moverse con mayor libertad.
-Sería una novedad… sí- Añadió mientras empezaba a escuchar la melodía e intentaba ubicar en sus recuerdos. Miró extrañada a los músicos y luego a Wthyr. Aquello la llevaba a tiempos lejanos, los bailes de navidad de los Le Fay… Layla -Volta- Susurró parpadeando con sorpresa mientras se inclinaba en el saludo. Solía ser una melodía animada y … Había saltos. Temió por la corona ¿Y si se le caía en uno de esos movimientos? Miró la corona de Wthyr con preocupación mientras se acercaba a él, colocó una de sus manos sobre sus hombros y sonrió de lado de forma amable al iniciar los primeros pasos de la danza. Rezó, a quien sabe quien, que sus tacones no le fallaran y sus pies tampoco.
Tras dar un par de giros, se alejó de Wthyr igual que el resto de las damas que bailaban, cogió sus faldas y dio calculadas y elegantes vueltas alrededor de él concentrándose en mirarlo y en mantenerse encima de sus tacones, si veía a alguien más estaba segura que acabaría en el piso. Luego extendió el brazo hacia él, en una invitación, para que lo cogieran y giraran a medida que el ritmo de la música se aceleraba un poco, esta vez sonrió levemente porque parecían dos niños jugando. Había olvidado lo divertido que era bailar este tipo de melodías con sus pasos tan ensayados. Finalmente se acercó a él, dándole la espalda, para apoyarla contra su pecho y se atrevió a deslizar un pensamiento en su mente. “Si me cargas como marca la danza, la corona terminará en el piso”, eso fue lo único que le dijo, aunque para ser sincera le daba una vergüenza enorme cualquiera de los siguientes pasos en los que tuviera que alzarla porque… había, bueno, demasiada cercanía física. Tragó en seco mientras intentaba respirar con tranquilidad, no creía que esta danza fuera... Apropiada para abrir un baile de coronación pero qué iba a saber ella de las costumbres Pendragon.
-Un poco, el detalle es que no avanzó, pese a todo…Ese día… ese día Ian me dijo que Aedan sabía que yo estaba mal. Se lo dijo mi bebé- Mencionó a Wthyr con el ceño levemente fruncido. ¿Aedan tenía una conexión con ella más allá de la maternal? Apartó la mirada de él para ver la copa de agua y seguir bebiendo, quizás con ello bajaba el nudo en la garganta. Escuchó a Shyvanna y asintió brevemente pero la información de Wthyr fue tan dura como un cachetazo porque…Ella lo sabía, sabía lo horrible que era vivir sin magia, sabía los estragos que te provocaba… Pero su mente no pudo jugarle en contra porque ocurrió lo de Smaug y Azula. La híbrida no le respondió, como era de esperarse un rechazo palpable, y Catherine bajó la mirada hacia su plato y siguió comiendo, dejándolos a ellos en su momento de honor, duelo, sangre y fuego.
Repentinamente se le quitó el apetito o, mejor dicho, prefería su plato de nuggets y patatas con kétchup y ya no sólo por el sabor sino por ese deje nostálgico de las cenas de Aedan. Volvió a coger la copa de agua y bebió un par de tragos preguntándose hasta que hora tendrían que estar aquí. Sus ojos encontraron de nuevo al moreno que sin duda tenía un par de tragos encima y… ¿Freyja no debería estar con Darren? Vio a Lake sentarse junto a su hermano y suspiró. No, no iba a meterse. No tenía nada qué decir ni qué hacer. Bajó la copa cuando Wthyr se incorporó y le tendió la mano con cuidado, inclinándose a un lado para coger las faldas del vestido y moverse con mayor libertad.
-Sería una novedad… sí- Añadió mientras empezaba a escuchar la melodía e intentaba ubicar en sus recuerdos. Miró extrañada a los músicos y luego a Wthyr. Aquello la llevaba a tiempos lejanos, los bailes de navidad de los Le Fay… Layla -Volta- Susurró parpadeando con sorpresa mientras se inclinaba en el saludo. Solía ser una melodía animada y … Había saltos. Temió por la corona ¿Y si se le caía en uno de esos movimientos? Miró la corona de Wthyr con preocupación mientras se acercaba a él, colocó una de sus manos sobre sus hombros y sonrió de lado de forma amable al iniciar los primeros pasos de la danza. Rezó, a quien sabe quien, que sus tacones no le fallaran y sus pies tampoco.
Tras dar un par de giros, se alejó de Wthyr igual que el resto de las damas que bailaban, cogió sus faldas y dio calculadas y elegantes vueltas alrededor de él concentrándose en mirarlo y en mantenerse encima de sus tacones, si veía a alguien más estaba segura que acabaría en el piso. Luego extendió el brazo hacia él, en una invitación, para que lo cogieran y giraran a medida que el ritmo de la música se aceleraba un poco, esta vez sonrió levemente porque parecían dos niños jugando. Había olvidado lo divertido que era bailar este tipo de melodías con sus pasos tan ensayados. Finalmente se acercó a él, dándole la espalda, para apoyarla contra su pecho y se atrevió a deslizar un pensamiento en su mente. “Si me cargas como marca la danza, la corona terminará en el piso”, eso fue lo único que le dijo, aunque para ser sincera le daba una vergüenza enorme cualquiera de los siguientes pasos en los que tuviera que alzarla porque… había, bueno, demasiada cercanía física. Tragó en seco mientras intentaba respirar con tranquilidad, no creía que esta danza fuera... Apropiada para abrir un baile de coronación pero qué iba a saber ella de las costumbres Pendragon.
Shyvanna Pendragon
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Shyvanna, después de admirar a Smaug, se concentró en comer porque sabía que sino el licor iba a caerle pesado así que disfrutó de la carne y mientras el drama dragonil estaba desplegándose ante ella, la Pendragon elegía la mejor pieza de carne y también alguno de esos deliciosos vegetales que preparaban. Siguió comiendo mientras veía a uno a otro como quien disfruta de un culebrón en la TV.
Se saboreó los labios mientras su mente decidió ir más allá. Zona anti-magia, aunque claro, estaba lo que decía Wthyr. Pero quizás…quizás era una solución plausible para hacer paz con la muerte. Miró hacia donde estaba Darren y la víbora de Lake ocupando su lugar como hermana. Pero… ¿Cómo podía comportarse ahora así con todo lo que había pasado entre ellos? ¿Y si alguien lo descubría? ¿Y qué? ¿Qué pasaba si alguien los descubría? Tuvo un pequeño arranque de ira y rebeldía.
Desvió la mirada a Freyja que en ese momento estaba acompañada de Ixión y frunció el ceño. ¿Qué tenía la vikinga que repentinamente todo el mundo quería estar a su alrededor? Bebió otro largo trago de vino cuando Wthyr se incorporó. Ay… ¿Ya se habían ido los dragones? Buscó a Smaug por todos lados, pero no lo ubicó así que se obstinó porque… Bueno, quería bailar. Artamir era demasiado digno para lo que pensaba hacer. Tamborileó los dedos sobre la mesa cuando los acordes empezaron a sonar. Sus padres adoraban esa canción y tenía una química que ella misma deseaba… Tendría que conformarse con las migajas que el universo le ofrecía.
¿Verdad?
Se incorporó lentamente, analizando la posibilidad de lanzar una bomba nuclear en plena coronación, pero tampoco había trabajado tanto para ser ella quien aportara el drama. No, hoy iba de celebrar. A medida que caminaban los vasallos abrieron el paso para su señora que avanzó ni corta ni perezosa hacia Ixión e intercambió una mirada con Freyja en la que había de todo menos amabilidad. Podría haberle dicho muchas cosas pero…Decidió no hacerlo o se perdería el compás así que le quitó a Ixion la bebida de la mano y la apoyó en la mesa antes de cogerlo del hombro e incorporarlo para llevarlo a la pista. En el camino, fingió acomodarse las faldas para deslizar una mano por la parte delantera del pantalón del moreno en un roce… “casual”. Apartó la mano cuando ocupó su posición e intercambió una mirada con Wthyr, guiñándole un ojo con picardía hermanil. Ya podría agradecerle después.
A diferencia de los pasos estudiados de Catherine, Shyvanna llevaba la sensualidad en la sangre con lo cual cada movimiento estaba hecho para despertar los instintos más bajos de un hombre. Desde la forma en la que recorría su cuerpo con las manos hasta el brillo de sus ojos. Su mirada zafiro recorrió al moreno y no pudo evitar que los pensamientos del trío se colaran en su mente. Necesitaba esa distracción, necesitaba quitarse el estrés de estos días, necesitaba sólo… Follar. Con todas las letras. Sin sentimientos, sin problemas, sin ocultarse… Sólo hacerlo de la forma más salvaje que pudiese existir. Cuando volvió a los brazos de Ixion para que la cargara -Esta dragona tiene hambre- Le susuró al oído sin preocuparse de “sin querer” hundirle el rostro en su escote.
Se saboreó los labios mientras su mente decidió ir más allá. Zona anti-magia, aunque claro, estaba lo que decía Wthyr. Pero quizás…quizás era una solución plausible para hacer paz con la muerte. Miró hacia donde estaba Darren y la víbora de Lake ocupando su lugar como hermana. Pero… ¿Cómo podía comportarse ahora así con todo lo que había pasado entre ellos? ¿Y si alguien lo descubría? ¿Y qué? ¿Qué pasaba si alguien los descubría? Tuvo un pequeño arranque de ira y rebeldía.
Desvió la mirada a Freyja que en ese momento estaba acompañada de Ixión y frunció el ceño. ¿Qué tenía la vikinga que repentinamente todo el mundo quería estar a su alrededor? Bebió otro largo trago de vino cuando Wthyr se incorporó. Ay… ¿Ya se habían ido los dragones? Buscó a Smaug por todos lados, pero no lo ubicó así que se obstinó porque… Bueno, quería bailar. Artamir era demasiado digno para lo que pensaba hacer. Tamborileó los dedos sobre la mesa cuando los acordes empezaron a sonar. Sus padres adoraban esa canción y tenía una química que ella misma deseaba… Tendría que conformarse con las migajas que el universo le ofrecía.
¿Verdad?
Se incorporó lentamente, analizando la posibilidad de lanzar una bomba nuclear en plena coronación, pero tampoco había trabajado tanto para ser ella quien aportara el drama. No, hoy iba de celebrar. A medida que caminaban los vasallos abrieron el paso para su señora que avanzó ni corta ni perezosa hacia Ixión e intercambió una mirada con Freyja en la que había de todo menos amabilidad. Podría haberle dicho muchas cosas pero…Decidió no hacerlo o se perdería el compás así que le quitó a Ixion la bebida de la mano y la apoyó en la mesa antes de cogerlo del hombro e incorporarlo para llevarlo a la pista. En el camino, fingió acomodarse las faldas para deslizar una mano por la parte delantera del pantalón del moreno en un roce… “casual”. Apartó la mano cuando ocupó su posición e intercambió una mirada con Wthyr, guiñándole un ojo con picardía hermanil. Ya podría agradecerle después.
A diferencia de los pasos estudiados de Catherine, Shyvanna llevaba la sensualidad en la sangre con lo cual cada movimiento estaba hecho para despertar los instintos más bajos de un hombre. Desde la forma en la que recorría su cuerpo con las manos hasta el brillo de sus ojos. Su mirada zafiro recorrió al moreno y no pudo evitar que los pensamientos del trío se colaran en su mente. Necesitaba esa distracción, necesitaba quitarse el estrés de estos días, necesitaba sólo… Follar. Con todas las letras. Sin sentimientos, sin problemas, sin ocultarse… Sólo hacerlo de la forma más salvaje que pudiese existir. Cuando volvió a los brazos de Ixion para que la cargara -Esta dragona tiene hambre- Le susuró al oído sin preocuparse de “sin querer” hundirle el rostro en su escote.
Freyja Lothbrock
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La mirada bicolor de Freyja siguió a la juguetona vikinga y luego observó a Ixión. ¿Qué le pasaba hoy? Había estado un poco más comedido el día de la boda, pero no iba mencionar nada. Se mantuvo estoica cuando lo sintió acercarse, si creía que iba a alejarse, estaba equivocado -Freyja puede elegir… No es tu decisión. Quizás debas probar tu valor primero- Expresó con una sonrisa enigmática en sus labios. Odín, por un lado, Freyja por el otro. Y la Freyja terrenal había elegido, a un dragón. Volvió la mirada hacia Darren después de que Ixión le sacara la lengua, pero la mirada duró apenas dos segundos antes de que su clan reclamara su atención.
-Le extenderé tu invitación… Ya veremos si está abierto a compartir pertenencias, pero viendo sus…- Dejó un silencio algo largo y estudió las palabras a elegir -Relaciones. Lo dudo. Los dragones son posesivos- Aunque si llegaban a un acuerdo esperaba que incluyera uno de libertad sexual o algo por el estilo porque sus encuentros habían sido candentes y forjados en el calor del entrenamiento, pero…solos. Aunque Shyvanna si se compartía con todo el mundo. Sonrió a ese pensamiento.
Los gestos de Ixión no le quitaron para nada el peso a sus palabras y mientras Wthyr y Catherine se incorporaban para abrir el baile, se preguntó si ese niño iba a ser la respuesta a todo. Empinó el codo una vez más para bajar la cerveza. ¿Era lo que Wthyr esperaba? ¿Por eso el Sanguis la había solicitado? Sangre y oscuridad. Le recorrió un escalofrío al pensar en Loki -Es un consejo. La insolencia se registra en llamarla regente cuando es Reina por derecho de matrimonio y lo sabes, lengua de oro- Le sonrió de vuelta, si creyó que le había pasado por alto, estaba equivocado. Tras eso le guiñó ojo
-Me parece que quien está obsesionada contigo es ella- Expresó cuando segundos después el “coño dorado” apareció ante ellos. Freyja alzó su cuerno hacia ella a modo de saludo, pero no le importó en lo más mínimo su mirada. Y sinceramente, tampoco el baile. Se giró hacia su clan para hablar con Björn sobre los últimos preparativos y la división de la legión de bersekers.
-Le extenderé tu invitación… Ya veremos si está abierto a compartir pertenencias, pero viendo sus…- Dejó un silencio algo largo y estudió las palabras a elegir -Relaciones. Lo dudo. Los dragones son posesivos- Aunque si llegaban a un acuerdo esperaba que incluyera uno de libertad sexual o algo por el estilo porque sus encuentros habían sido candentes y forjados en el calor del entrenamiento, pero…solos. Aunque Shyvanna si se compartía con todo el mundo. Sonrió a ese pensamiento.
Los gestos de Ixión no le quitaron para nada el peso a sus palabras y mientras Wthyr y Catherine se incorporaban para abrir el baile, se preguntó si ese niño iba a ser la respuesta a todo. Empinó el codo una vez más para bajar la cerveza. ¿Era lo que Wthyr esperaba? ¿Por eso el Sanguis la había solicitado? Sangre y oscuridad. Le recorrió un escalofrío al pensar en Loki -Es un consejo. La insolencia se registra en llamarla regente cuando es Reina por derecho de matrimonio y lo sabes, lengua de oro- Le sonrió de vuelta, si creyó que le había pasado por alto, estaba equivocado. Tras eso le guiñó ojo
-Me parece que quien está obsesionada contigo es ella- Expresó cuando segundos después el “coño dorado” apareció ante ellos. Freyja alzó su cuerno hacia ella a modo de saludo, pero no le importó en lo más mínimo su mirada. Y sinceramente, tampoco el baile. Se giró hacia su clan para hablar con Björn sobre los últimos preparativos y la división de la legión de bersekers.
Smaug había esquivado su ataque con guantelete, una pena, le habría encantado notar su consternación al saber que había sido golpeado, o incluso verlo llorar el el suelo al sentirse humillado por primera vez, pero el dragon era un vejestorio con mucha experiencia y lo esquivo como si nada. Tras lo cual declaro como seria su enfrentamiento, el cual estaba menos desbalanceado de como habría esperado, podría haber pedido un combate sin armas o sin magia, pero parecía demasiado seguro de si mismo.
Azula siguió a Smaug con su único ojo, mientras este se retiraba, solo para sonreír salvajemente con su ultima afirmación, pero solo cuando no la miraba.
Luego Azula se volvió a sus reyes, mirándolos con cierta preocupación, había montado una escenita en la sala de coronación, mínimamente debería disculparse con ellos, al fin y al cabo era su día, no el de Azula.
-Siento haber interrumpido la coronación-Dijo mientras inclinaba la rodilla y agachaba la cabeza- Ruego, que me disculpen, debo ir a prepararme, ha sido un honor ser testigo de su ascenso.
Azula se volvió a colocar el guantelete, aunque probablemente pronto se volvería a quitar esa armadura de gala y se pondría la de siempre, tenia un dragón que enfrentar, y cualquier ayuda seria poca, dudaba tener demasiadas posibilidades.
Pero si se rendía ahora, luego seria otra, y otra, en algún momento debía poner a prueba sus principios y prioridades. y Si Smaug la mataba, la única que saldría malparada seria Azula. A todo el mundo le parecería correcto, incluso si mañana no estaba.
Azula salió de la sala, tenia muchas cosas que preparar para su encuentro con la muerte negra.
Azula siguió a Smaug con su único ojo, mientras este se retiraba, solo para sonreír salvajemente con su ultima afirmación, pero solo cuando no la miraba.
Luego Azula se volvió a sus reyes, mirándolos con cierta preocupación, había montado una escenita en la sala de coronación, mínimamente debería disculparse con ellos, al fin y al cabo era su día, no el de Azula.
-Siento haber interrumpido la coronación-Dijo mientras inclinaba la rodilla y agachaba la cabeza- Ruego, que me disculpen, debo ir a prepararme, ha sido un honor ser testigo de su ascenso.
Azula se volvió a colocar el guantelete, aunque probablemente pronto se volvería a quitar esa armadura de gala y se pondría la de siempre, tenia un dragón que enfrentar, y cualquier ayuda seria poca, dudaba tener demasiadas posibilidades.
Pero si se rendía ahora, luego seria otra, y otra, en algún momento debía poner a prueba sus principios y prioridades. y Si Smaug la mataba, la única que saldría malparada seria Azula. A todo el mundo le parecería correcto, incluso si mañana no estaba.
Azula salió de la sala, tenia muchas cosas que preparar para su encuentro con la muerte negra.
Al final acabé reconociendo que ellos eran igualmente retorcidos y amantes de la conspiración, así que moví la copa en su misma dirección como haciendo ese brindis para darle la razón. En fin...lo que yo decía. El Consejo era un grupo de hipócritas. Mostré más interés en lo que mencionó de su hijo, como si a tan temprana edad ya estuviese desarrollando algún tipo de poder telepático. Si él era ya capaz de esas cosas a pesar de tener un padre tan nulo para la magia, cabía pensar que el nuestro sería aún más poderoso. En teoría, al menos. Se me pasó por la mente un momento la ilusión del squib en la que me había metido Catherine, haciendo que se me ensombreciese el rostro un momento. Era una posibilidad, como ella había dicho. - Deberías empezar a entrenarlo cuanto antes. Tiene potencial. - sugerí para decir algo tras ese breve silencio que se había creado, aunque probablemente me dijese que me metiese en mis asuntos.
Después hice un gesto a Azula como disculpándola cuando se excusó de ese modo. No era ella la que había provocado el momento incómodo, sino Smaug. Ya vigilaríamos su encuentro para que no acabase en tragedia. Por ahora lo que tocaba era el baile, cosa que hizo que hasta a Shyvanna le cambiara la cara. Era su parte preferida de todas las fiestas, aunque eso no era raro porque de todos los hermanos era quien más solía divertirse siempre. Intercambié una mirada con ella cuando nos cruzamos en la pista, haciéndole un gesto de agradecimiento casi imperceptible. Ella había conseguido que se arreglase el día que comenzó tan mal.
Lo rápido que reconoció Catherine el nombre del baile era una señal del ambiente en que se había criado, con eventos de este tipo y pasos aprendidos para cada baile habitual. - Era el preferido de mis padres.- respondí también en voz baja, dejando claro que no era casual que tocaran aquello. Enseguida comenzamos a imprimirle algo más de ritmo y velocidad acorde a lo que marcaba la música, sin apartar la mirada de su rostro antes de hacerla girar tras cogerla por la mano.
En otro giro de esos giros vertiginosos acabó con su espalda contra mi pecho, momento de cercanía que aproveché para susurrar en su oído. - La corona de los reyes de Ávalon no cae por un baile, ni contra voluntad. El ritual la mantiene...- le di a entender que los objetos se habían vinculado mágicamente, y que hasta que no decidiera quitársela no iba a caer como una simple corona de reyezuelos sin magia. Subí mis manos desde su cintura hasta su pecho con más ímpetu del esperado, aspirando un instante el aroma de su cuello antes de hacerla girar de nuevo para que quedase frente a frente conmigo. Enseguida la tomé en brazos para alzarla del suelo mientras dábamos varias vueltas sobre nosotros mismos, volviéndola a bajar al suelo cuando llegó el momento. Tras eso la dejé libre un momento, aunque no le di demasiada tregua antes de hacerla volver conmigo para alzarla por las caderas frente a mí, dando los giros aéreos finales. Finalmente situé una mano tras su espalda para echarla hacia atrás, inclinándome sobre ella mientras nuestros rostros quedaban a una distancia que se me antojó escasa y tentadora.
Después hice un gesto a Azula como disculpándola cuando se excusó de ese modo. No era ella la que había provocado el momento incómodo, sino Smaug. Ya vigilaríamos su encuentro para que no acabase en tragedia. Por ahora lo que tocaba era el baile, cosa que hizo que hasta a Shyvanna le cambiara la cara. Era su parte preferida de todas las fiestas, aunque eso no era raro porque de todos los hermanos era quien más solía divertirse siempre. Intercambié una mirada con ella cuando nos cruzamos en la pista, haciéndole un gesto de agradecimiento casi imperceptible. Ella había conseguido que se arreglase el día que comenzó tan mal.
Lo rápido que reconoció Catherine el nombre del baile era una señal del ambiente en que se había criado, con eventos de este tipo y pasos aprendidos para cada baile habitual. - Era el preferido de mis padres.- respondí también en voz baja, dejando claro que no era casual que tocaran aquello. Enseguida comenzamos a imprimirle algo más de ritmo y velocidad acorde a lo que marcaba la música, sin apartar la mirada de su rostro antes de hacerla girar tras cogerla por la mano.
En otro giro de esos giros vertiginosos acabó con su espalda contra mi pecho, momento de cercanía que aproveché para susurrar en su oído. - La corona de los reyes de Ávalon no cae por un baile, ni contra voluntad. El ritual la mantiene...- le di a entender que los objetos se habían vinculado mágicamente, y que hasta que no decidiera quitársela no iba a caer como una simple corona de reyezuelos sin magia. Subí mis manos desde su cintura hasta su pecho con más ímpetu del esperado, aspirando un instante el aroma de su cuello antes de hacerla girar de nuevo para que quedase frente a frente conmigo. Enseguida la tomé en brazos para alzarla del suelo mientras dábamos varias vueltas sobre nosotros mismos, volviéndola a bajar al suelo cuando llegó el momento. Tras eso la dejé libre un momento, aunque no le di demasiada tregua antes de hacerla volver conmigo para alzarla por las caderas frente a mí, dando los giros aéreos finales. Finalmente situé una mano tras su espalda para echarla hacia atrás, inclinándome sobre ella mientras nuestros rostros quedaban a una distancia que se me antojó escasa y tentadora.
Miró a Wthyr ante su sugerencia y un gesto soberbio ocupó su rostro -Lo hago, sólo que quizás no a tu manera- Pero no iba a explicarle que iba probando cosas básicas con él permitiéndole disfrutar de su niñez. O de cómo de astuto era su pequeño, sin embargo, ante el recuerdo de su inteligencia se le iluminó el rostro con una sonrisa de madre orgullosa. No podía evitarlo. Observó y asintió como modo de saludo y aceptación de disculpas a Azula antes de ir a bailar.
-Ah…- Se preguntó si alguna vez habrían tenido sus padres alguna canción preferida o si alguna vez habían bailado por placer en vez de por compromiso. Pero ella no podía recordar nada, quizás Altaïr y Layla fueron los únicos que tuvieron la oportunidad de verlos ser normales. Aunque lo dudaba. ¿Quién podía ser normal alrededor de Elise? -Es un bonito gesto- Mencionó, suponiendo que Shyvanna había querido que de alguna forma sus padres estuvieran con él en ese momento.
Miró al frente cuando escuchó a Wthyr hablarle al oído y disipar ese miedo tan estúpido de que se cayera aquel pedazo de oro labrado. Se sintió un poco imbécil -Claro- Respondió avergonzada pero aquello le duró apenas unos segundos porque su esposo decidió recorrer su cuerpo con… con más pasión de lo que un matrimonio concertado podría pedir. En seguida, sus pálidas mejillas se enrojecieron marcando aún más el ligero maquillaje que le había permitido a Shyvanna ponerle. Había sido momentáneo, vaya si lo sabía, pero el gesto había destrozado en su entereza.
You’re telling it how you see it
Like truth is whatever you decide
Some people will believe it
And some will read in between the lines
You’re putting me in the spotlight
But I’ve been under it all my life
Said all my life
Se dejó llevar, girando entre sus brazos, colocó sus manos sobre sus hombros para sostenerse mientras lo observaba con una sensación extraña en el cuerpo. Wthyr era el polo opuesto a Ian, en casi todos los sentidos. Y a veces, la forma en la que la miraba y la trataba le imponía porque le exigía que actuara más como una mujer adulta que como la joven impertinente que había sido hace años. Más como mujer, menos como adolescente y esa parte de ella no la había descubierto aún. Así que ese sentimiento de sentirse… deseada, de sentirse una igual era extraño, incómodo y halagador a partes iguales.
You can try to get under my
Under my, under my skin
While he’s on mine
Yeah, all on my, all on my, all on my skin
I wish you knew that even you
Can’t get under my skin
If I don’t let you in
Se separó de él pensando que quizás un instante de distancia seria suficiente para aplacar su nerviosismo, pero sabía que eran segundos antes de dar aquellos giros finales, en los que se inclinó hacia atrás como marcaba la danza, manteniendo una mano en el cuello de Wthyr para no caerse, aunque estaba estable entre sus brazos. Al bajar, empezó a dejarse caer sabiendo que su esposo se inclinaría contra ella. Tenía las mejillas coloreadas y el corazón bombeando contra las costillas y empezaba a sentir que su respiración agitada, y la reacción, no tenía que ver sólo con el baile y aquello la turbó. Tanto como su mirada sobre ella, subió una mano hacia su mejilla y pasó el pulgar con suavidad mientras sonreía brevemente, intentando concentrarse en aligerar ese peso en su pecho-Terminamos…Quizás… Haya que hacer un titular- Bromeó en un susurró intentando incorporarse -¿O quieres seguir bailando?-
Maybe we could’ve been friends
If I met you in another life
Maybe then we could pretend
There’s no gravity in the words we said
-Ah…- Se preguntó si alguna vez habrían tenido sus padres alguna canción preferida o si alguna vez habían bailado por placer en vez de por compromiso. Pero ella no podía recordar nada, quizás Altaïr y Layla fueron los únicos que tuvieron la oportunidad de verlos ser normales. Aunque lo dudaba. ¿Quién podía ser normal alrededor de Elise? -Es un bonito gesto- Mencionó, suponiendo que Shyvanna había querido que de alguna forma sus padres estuvieran con él en ese momento.
Miró al frente cuando escuchó a Wthyr hablarle al oído y disipar ese miedo tan estúpido de que se cayera aquel pedazo de oro labrado. Se sintió un poco imbécil -Claro- Respondió avergonzada pero aquello le duró apenas unos segundos porque su esposo decidió recorrer su cuerpo con… con más pasión de lo que un matrimonio concertado podría pedir. En seguida, sus pálidas mejillas se enrojecieron marcando aún más el ligero maquillaje que le había permitido a Shyvanna ponerle. Había sido momentáneo, vaya si lo sabía, pero el gesto había destrozado en su entereza.
You’re telling it how you see it
Like truth is whatever you decide
Some people will believe it
And some will read in between the lines
You’re putting me in the spotlight
But I’ve been under it all my life
Said all my life
Se dejó llevar, girando entre sus brazos, colocó sus manos sobre sus hombros para sostenerse mientras lo observaba con una sensación extraña en el cuerpo. Wthyr era el polo opuesto a Ian, en casi todos los sentidos. Y a veces, la forma en la que la miraba y la trataba le imponía porque le exigía que actuara más como una mujer adulta que como la joven impertinente que había sido hace años. Más como mujer, menos como adolescente y esa parte de ella no la había descubierto aún. Así que ese sentimiento de sentirse… deseada, de sentirse una igual era extraño, incómodo y halagador a partes iguales.
You can try to get under my
Under my, under my skin
While he’s on mine
Yeah, all on my, all on my, all on my skin
I wish you knew that even you
Can’t get under my skin
If I don’t let you in
Se separó de él pensando que quizás un instante de distancia seria suficiente para aplacar su nerviosismo, pero sabía que eran segundos antes de dar aquellos giros finales, en los que se inclinó hacia atrás como marcaba la danza, manteniendo una mano en el cuello de Wthyr para no caerse, aunque estaba estable entre sus brazos. Al bajar, empezó a dejarse caer sabiendo que su esposo se inclinaría contra ella. Tenía las mejillas coloreadas y el corazón bombeando contra las costillas y empezaba a sentir que su respiración agitada, y la reacción, no tenía que ver sólo con el baile y aquello la turbó. Tanto como su mirada sobre ella, subió una mano hacia su mejilla y pasó el pulgar con suavidad mientras sonreía brevemente, intentando concentrarse en aligerar ese peso en su pecho-Terminamos…Quizás… Haya que hacer un titular- Bromeó en un susurró intentando incorporarse -¿O quieres seguir bailando?-
Maybe we could’ve been friends
If I met you in another life
Maybe then we could pretend
There’s no gravity in the words we said
Juliet Bennett escribió:Tuvo que suspirar despacio y profundo cuando escuchó la impaciencia de Reiv. Dejó que la tomara de las manos y le miró por un segundo pero en cuanto comenzó a hablar no pudo soportarle la mirada.- No hemos visto nada aún.- Insistió un poco, aferrándose a las manos de Reiv.- Tampoco lo haz intentado; no les haz dicho que quieres aprender. ¿Dónde más vas a perfeccionar tu técnica si no es justamente con el linaje que la domina?
Siguió la mirada de Reiv hacia la mesa, rodando los ojos mientras lo escuchaba.- Nadie nos controla.- Murmuró mientras él seguía hablando, un poco cansada de aquello. Le resultaba hasta estúpido. Lo que sí no le gustaba era que se sintiera "el agregado". Ella había sido eso para él durante mucho, mucho tiempo, y no se sentía bien estar en un lugar donde todo lo que tienes es a una sola persona. Aunque para ella había funcionado.- Reiv, pero no somos vasallos. No tenemos que darles regalos ni alabarlos ni nada. En parte porque no tenemos nada que darles, pero también porque no hay obligación. Solo quiero... quiero... asegurarme de que...- Mientras divagaba, volvió la mirada a la mesa justo a tiempo para ver el golpe a Smaug. Su rostro se volvió un poema mientras la tensión de la sala crecía por momentos. Aún pasmada por lo que acababa de presenciar, miró a Reiv, pensando en el lío en que se había metido Azula en un segundo. No tenía la sensación de que Azula fuera particularmente fuerte, pero... la gente también solia subestimarla a ella. Quizás sería un poco de lo mismo.- Espera, ¿qué? ¿Van a pelear?
Puse cara de circunstancia cuando ella me recordó que no les había dicho que quería aprender, porque la verdad es que tampoco había sido muy explícito con eso. Gwen sí sabía que manejaba la magia de sangre, pero tampoco me había vuelto a preguntar nada. - Pff...es que me da tanta pereza tener que ir detrás de la gente. Ni siquiera sé a cuál preguntarle. La rubia está medio loca, y los otros son bastante secos en el trato. ¿A quién le preguntarías tú? - suspiré poco convencido a eso de que nadie nos controlaba, soltando sus manos tras decir que no éramos vasallos. Sólo de pensar en esa posibilidad me cabreaba. La miré con curiosidad cuando dejó la frase a medias, fijándome después en el numerito de Smaug con Azula.
- Está loca...tendríamos que avisarla. No puede enfrentarse ella sola a un dragón. - murmuré por lo bajo sólo para Juliet, aunque no me moví del sitio al ver que Azula se marchaba. - Deberías hablar tú con ella, que sepa cómo se las gasta Smaug - de algo me había enterado al tener la oreja puesta, les había prometido a los dragones algo así como recuperar sus territorios, y por lo que había entendido parecía que los Pendragon querían hacer algo similar.
- ¿A ti te interesa eso que han dicho? ¿Qué ibas a decir antes de asegurarte de algo?
No añadió nada al comentario de Freyja salvo una larga y gruesa carcajada. Ya se ganaría la aprobación de la vikinga líder, la de la dragona ya la tenía. Y alguna que otra y otro más, para qué engañarse. Tenía valía para toda aquella sala y para los que esperaban en el patio de armas, si le dejaban. Se refrescó el gaznate con la cerveza, teniendo que pedir una nueva, pues ya se había acabado la que tenía entre sus garras mientras dedicaban una mirada fugaz a Lake y a Darren, que andaban muy acaramelados en su mesa de principitos, como los llamaba Freyja. Un pseudónimo que no dejaba de ser muy divertido, pero no estaba seguro de cuántas ampollas levantaría, en especial porque ya habían perdido aquel título, y ahora todos ellos serían infantes. -Confío en tus dotes para la negociación- Aunque si se le antojaba bien podría usar el Sodoma que tan buenos resultados le había dado en otras ocasiones. Una sonrisa pérfida se le dibujo pensando en aquello mientras la vikinga hablaba de lo p osesivos que eran los dragones con sus tesoros. -Los tesoros de los dragones son los mejores custodiados- Y dirigió una mirada significativa a la hermana rubia que se sentaba en aquel momento al otro lado de la mesa en U que presidía la coronación. De todos ya era sabido el espectáculo que la princesa dragona había dado en el sacrificio -Pero también son los mejores- bebió, apartando en aquel momento la mirada de la rubia y dirigiéndola fugazmente a la pelirroja.
Siguió con la mirada la pareja regente que iniciaba el baile, sin añadir nada más a aquel comentario sobre sangre y oscuridad, observando a su compañera de cháchara cómo callaba ante aquel pensamiento. Luego le devolvió el consejo y se lo agradeció con una bribona sonrisa. -Es regente por sangre o por unión dinástica, qué más da. Aunque quizás al que moleste la insolencia no sea a mis señores sino a mis compañeros- Guiñó un ojo a Freyja devolviéndole el gesto, tratando de dilucidar si era a ella la que le molestaba que Catherine sea llamada la Reina de Avalon, madre del príncipe. Dio un trago a su recién adquirida cerveza echando una mirada rápida a los vasallajes que estaban alrededor de la sala, circundando la zona de baile, pero en general el ambiente era festivo, salvo por contadas caras largas -Pues yo les veo muy eufóricos celebrando a su nueva reina, por sangre o por matrimonio-
En la mirada fugaz se topó con el acecho de Shyvanna y de cómo les miraba a ambos. Quizás fueran celos lo que había en aquella mirada, o sencillamente la necesidad de liberar tensiones, qué más daba. Brindó con Freyja -Hazle una buena mamada de mi parte a tu infante, a ver si alegra la cara- dio un largo trago a la cerveza, justo en el momento en el que Shyvanna llegaba, la rubia dejó la botella en la mesa y le levantó para quitarle de aquel asiento tan cómodo que había conseguido. Alzó las cejas con picardía hacia su “hermana” de vasallaje y se unió al baile con Shyvanna. La dragona quería guerra y aquello le despertó la líbido y una sonría de lo más pícara. Dejó que fuera ella la que empezara el baile, acariciando cada uno de los pliegues de mi piel. Luego la reacomodó de pie para poder hacerla girar en lo que extendía su brazo y luego la recepcionaba de nuevo, quedando pegados ambos cuerpos por las piernas entrecruzadas. Le arqueó la espalda, para quedar encima de ella mientras la mano traviesa que quedaba libre recorría la verticalidad de la mujer desde su esternón hasta el ombligo mientras fijaba la mirada en la azul de ella -No podemos dejar que la dragona muera de hambre- Al volver a incorporarla esta le hizo aquel movimiento tan atrevido y, por qué no, lo aprovechó para pasar los incisivos por la suave, blanquecina y perfumada piel del seno de la dragona. Pero el vasallo era malo, y subió la nariz acariciando el borde de los mismos hasta llegar al cuello, donde se perdió en su oreja mientras que la otra mano se aferraba a la nuca de ella y le atraía hacia sí -¿No le apetece a la dragona salir de caza y disfrutar de su presa?-
Siguió con la mirada la pareja regente que iniciaba el baile, sin añadir nada más a aquel comentario sobre sangre y oscuridad, observando a su compañera de cháchara cómo callaba ante aquel pensamiento. Luego le devolvió el consejo y se lo agradeció con una bribona sonrisa. -Es regente por sangre o por unión dinástica, qué más da. Aunque quizás al que moleste la insolencia no sea a mis señores sino a mis compañeros- Guiñó un ojo a Freyja devolviéndole el gesto, tratando de dilucidar si era a ella la que le molestaba que Catherine sea llamada la Reina de Avalon, madre del príncipe. Dio un trago a su recién adquirida cerveza echando una mirada rápida a los vasallajes que estaban alrededor de la sala, circundando la zona de baile, pero en general el ambiente era festivo, salvo por contadas caras largas -Pues yo les veo muy eufóricos celebrando a su nueva reina, por sangre o por matrimonio-
En la mirada fugaz se topó con el acecho de Shyvanna y de cómo les miraba a ambos. Quizás fueran celos lo que había en aquella mirada, o sencillamente la necesidad de liberar tensiones, qué más daba. Brindó con Freyja -Hazle una buena mamada de mi parte a tu infante, a ver si alegra la cara- dio un largo trago a la cerveza, justo en el momento en el que Shyvanna llegaba, la rubia dejó la botella en la mesa y le levantó para quitarle de aquel asiento tan cómodo que había conseguido. Alzó las cejas con picardía hacia su “hermana” de vasallaje y se unió al baile con Shyvanna. La dragona quería guerra y aquello le despertó la líbido y una sonría de lo más pícara. Dejó que fuera ella la que empezara el baile, acariciando cada uno de los pliegues de mi piel. Luego la reacomodó de pie para poder hacerla girar en lo que extendía su brazo y luego la recepcionaba de nuevo, quedando pegados ambos cuerpos por las piernas entrecruzadas. Le arqueó la espalda, para quedar encima de ella mientras la mano traviesa que quedaba libre recorría la verticalidad de la mujer desde su esternón hasta el ombligo mientras fijaba la mirada en la azul de ella -No podemos dejar que la dragona muera de hambre- Al volver a incorporarla esta le hizo aquel movimiento tan atrevido y, por qué no, lo aprovechó para pasar los incisivos por la suave, blanquecina y perfumada piel del seno de la dragona. Pero el vasallo era malo, y subió la nariz acariciando el borde de los mismos hasta llegar al cuello, donde se perdió en su oreja mientras que la otra mano se aferraba a la nuca de ella y le atraía hacia sí -¿No le apetece a la dragona salir de caza y disfrutar de su presa?-
Mantuve la posición inclinado sobre ella durante algunos segundos más, instante en el que un fugaz y nada decoroso pensamiento pasó por mi mente. Traté de alejarlo a la par que apartaba la mirada de sus labios tras esa tensión propiciada por lo intenso del baile. Acabé buscando sus ojos mientras terminábamos de recobrar una respiración menos agitada, sorprendiéndome un poco por su gesto de pasar el pulgar por mi mejilla. Ella también parecía haberse divertido con el baile, en ese momento no me pareció que fuese fingido.
Después ayudé a que recobrase la verticalidad, moviendo mi mano por su espalda hacia arriba y tirando de ella ligeramente. Por un momento me había divertido lo suficiente como para no prestar atención a nada más alrededor, como para entretenerme únicamente con ese baile que sí habíamos logrado terminar sin problemas. - Podemos seguir y tentar a la suerte o...concluir así, con una victoria. - no era exactamente una broma, pero pretendía ser algo así, como una respuesta a lo de haber terminado el baile y a lo de seguir con alguno más.
- Falta el baile de los dragones. - le recordé para que supiese lo que venía después, aunque empezó un baile más lento en el que la intensidad del anterior estaba fuera de lugar. Curiosamente me sentía más cómodo con el otro tipo de baile que con el nuevo, que requería un tipo de intimidad que no teníamos. O una muy diferente, como la de un matrimonio normal. - Que bailen esto los románticos, menuda ñoñería. - Le tendí la mano para alejarnos un poco de la pista, acercándonos un momento a Gwen porque era la única que no estaba ocupada.
- Quedas al cargo lo que queda de velada, pero si quieres marcharte ya díselo a cualquiera de los hermanos. Mañana me comunicaré con vosotros para hablar de algunos detalles.
Luego ordené a la guardia que anunciase la salida de los reyes para finalizar el ritual con el vuelo de dragón.
------------
Éxito: Se fija en shyvanna e Ixión para mal
Fallo: Sigue a lo suyo con Catherine
Después ayudé a que recobrase la verticalidad, moviendo mi mano por su espalda hacia arriba y tirando de ella ligeramente. Por un momento me había divertido lo suficiente como para no prestar atención a nada más alrededor, como para entretenerme únicamente con ese baile que sí habíamos logrado terminar sin problemas. - Podemos seguir y tentar a la suerte o...concluir así, con una victoria. - no era exactamente una broma, pero pretendía ser algo así, como una respuesta a lo de haber terminado el baile y a lo de seguir con alguno más.
- Falta el baile de los dragones. - le recordé para que supiese lo que venía después, aunque empezó un baile más lento en el que la intensidad del anterior estaba fuera de lugar. Curiosamente me sentía más cómodo con el otro tipo de baile que con el nuevo, que requería un tipo de intimidad que no teníamos. O una muy diferente, como la de un matrimonio normal. - Que bailen esto los románticos, menuda ñoñería. - Le tendí la mano para alejarnos un poco de la pista, acercándonos un momento a Gwen porque era la única que no estaba ocupada.
- Quedas al cargo lo que queda de velada, pero si quieres marcharte ya díselo a cualquiera de los hermanos. Mañana me comunicaré con vosotros para hablar de algunos detalles.
Luego ordené a la guardia que anunciase la salida de los reyes para finalizar el ritual con el vuelo de dragón.
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Éxito: Se fija en shyvanna e Ixión para mal
Fallo: Sigue a lo suyo con Catherine
Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Wthyr Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Probabilidad' :
'Probabilidad' :
Darren Pendragon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
-mmmm…- Masculló el segundo hermano Pendragon ante las palabras de la pelirroja, tentadoras, sin lugar a dudas. Y no faltas a la verdad. Se mordió la boca por dentro y terminó por asentir -Ya vendrá el perro hambriento a pedir comida al dueño- Masculló con bastante molestia por tener que hablar de Freyja, cuando ella misma era la que había rechazado estar en aquella mesa, ya volvería, ya. Era curioso el poder que Lake estaba ejerciendo en su mente, pues le estaba haciendo aumentar los sentimientos de molestia hacia los vasallos que, quizás, en otra ocasión ya se le hubiera pasado. Pero allí estaba, teniendo que aguantar las risotadas de la pareja. -Estoy bien- Gruñó y mintió a la hermana. Tener a Ixion coqueteando con Freyja era algo que le estaba caldeando las entrañas por dentro. Ya no por el hecho de andar con aquella actitud delante del prometido por parte de ambos, pues la vikinga tampoco parecía hacerle muchos ascos al griego. Entrecerró los ojos y se concentró en los corazones de aquellos dos bastardos malditos, les notaba latir en los tímpanos del rubio. Quizás, con algo de concentración podía hacer que todo aquello acabara de aquella maldita vez. Sí, aquella podría ser una buena salida, una salida fácil… quizás. Hasta que apareció Shyvanna y sacó al moreno a bailar… rodeó los ojos y perdió la concentración, casi sintiendo una mezcla entre el asco, la envidia y los celos.
No. Aquella no era la respuesta a las necesidades de la familia. No podía andarse a espadazos con todos los vasallos que estaban allí, quitárselos de encima. Aquello sería peor todavía para y con las relaciones de todos y para la misma isla. No, muerto el perro no se acabaría la rabía, peor, aparecerían las larvas de las moscas y lo emponzoñarían todo. Como Katarina. Había que hacer de tripas corazón. El rubio se apretó las sienes entre el hastío y el cansancio. Negó a su hermana, no atreviéndose a seguir por esa línea. No, no podría mostrarse débil, ni cansado. Debía ser impasible, fuerte, inmóvil, estoico… el guerrero no tiene lugar para el sentimentalismo, se recordó a sí mismo, debía ser fuerte para guiar a sus tropas a la batalla. La batalla que se acercaba por el cielo y lo cubriría todo de fuego, como señalaba la hermana pelirroja. Trató de respirar hondo, de apaciguar todos aquellos pensamientos, la imagen de su hermana frotándose con el griego, el juguete que ella llamaba, la vikinga festejando… -Creo que echo de menos a Aelle- Esquivó la respuesta a Lake, la hermana entendería seguramente. La abuela sabría qué hacer, cómo debía comportarse con su nuevo y forzado matrimonio, ella sabría guiarle. Ahora que faltaba, ¿a quién resolvería las dudas? ¿Al acaramelado Wthyr? Revisó de reojo a la pareja acaramelada que volvía del baile, ¿cuánto había cambiado el hermano mayor después del matrimonio forzado? ¿Se podría ser feliz en un matrimonio de ese tipo a pesar de que tu corazón y alma pertenece a otra persona? ¿Cuánto estaba dispuesto a sacrificar por el bien común? Maldito fuera el bien común que lo fagocitaba todo.
No. Aquella no era la respuesta a las necesidades de la familia. No podía andarse a espadazos con todos los vasallos que estaban allí, quitárselos de encima. Aquello sería peor todavía para y con las relaciones de todos y para la misma isla. No, muerto el perro no se acabaría la rabía, peor, aparecerían las larvas de las moscas y lo emponzoñarían todo. Como Katarina. Había que hacer de tripas corazón. El rubio se apretó las sienes entre el hastío y el cansancio. Negó a su hermana, no atreviéndose a seguir por esa línea. No, no podría mostrarse débil, ni cansado. Debía ser impasible, fuerte, inmóvil, estoico… el guerrero no tiene lugar para el sentimentalismo, se recordó a sí mismo, debía ser fuerte para guiar a sus tropas a la batalla. La batalla que se acercaba por el cielo y lo cubriría todo de fuego, como señalaba la hermana pelirroja. Trató de respirar hondo, de apaciguar todos aquellos pensamientos, la imagen de su hermana frotándose con el griego, el juguete que ella llamaba, la vikinga festejando… -Creo que echo de menos a Aelle- Esquivó la respuesta a Lake, la hermana entendería seguramente. La abuela sabría qué hacer, cómo debía comportarse con su nuevo y forzado matrimonio, ella sabría guiarle. Ahora que faltaba, ¿a quién resolvería las dudas? ¿Al acaramelado Wthyr? Revisó de reojo a la pareja acaramelada que volvía del baile, ¿cuánto había cambiado el hermano mayor después del matrimonio forzado? ¿Se podría ser feliz en un matrimonio de ese tipo a pesar de que tu corazón y alma pertenece a otra persona? ¿Cuánto estaba dispuesto a sacrificar por el bien común? Maldito fuera el bien común que lo fagocitaba todo.
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