Recuerdo del primer mensaje :
Los Pendragon se mantienen fieles a las antiguas tradiciones mágicas, por lo que mantienen también un régimen más propio de épocas pasadas. El salón del trono se encuentra en el interior del castillo Pendragon, y es utilizado tanto para realizar audiencias como asuntos de preparación de estrategias, batallas, negocios, obtener nuevos aliados...
Es ocupado por el patriarca/matriarca de la generación que esté en el poder. Aquí se realizan los actos de vasallaje de otros linajes a los Pendragon. Entre ellos se encuentran algunos descendientes de los conocidos de los llamados Nueve Traidores de Ouroboros.
Los Pendragon se mantienen fieles a las antiguas tradiciones mágicas, por lo que mantienen también un régimen más propio de épocas pasadas. El salón del trono se encuentra en el interior del castillo Pendragon, y es utilizado tanto para realizar audiencias como asuntos de preparación de estrategias, batallas, negocios, obtener nuevos aliados...
Es ocupado por el patriarca/matriarca de la generación que esté en el poder. Aquí se realizan los actos de vasallaje de otros linajes a los Pendragon. Entre ellos se encuentran algunos descendientes de los conocidos de los llamados Nueve Traidores de Ouroboros.
¿Pereza o pavor? - Preguntó. Quizás no era la palabra adecuada, pero le parecía mejor que pereza. Cuando él quería algo lo lograba sin que nadie lo empujara. Iba hasta las últimas consecuencias. Al menos le consultó sobre aquello, y eso era que se lo estaba pensando. De verdad esperaba que lo hiciera.- Iría por uno de los hermanos. No Wthyr, pero es que las chicas siempre están de aquí para allá y ellos, pues... No lo sé, me da a que se la pasan entrenando.- Susurró. Más de una vez había visto a Darren en el lugar de entrenamiento, aunque era un estilo más de cuerpo a cuerpo. Miró como le soltaba las manos y el suspiro, y le entró un cierto remordimiento. Una cierta ansiedad.- ¿No te estoy perdiendo, verdad? - Dijo en un susurro más bajo de lo normal, completamente nerviosa por verlo tan... exasperado con ella.
Se concentró entonces en el combate frente a ellos. También un poco preocupada por Azula, pero ahora que Wthyr había obligado a que el combate no fuera a muerte como se había anunciado, no le parecía tan mal la cosa. Perdería, lo sentía, pero lo herido sería el orgullo.- No tiene caso, no van a matarse. Wthyr lo pidió así.- Dijo, muy confiada de que su palabra sería ley para ambos.- Pero no creo que la deje así como así. No sería propio de Smaug. Yo hablando con Azula... no es algo que se me de muy bien.
Se fijó como se apartaban del centro del salón para irse, o eso creía.- ¿Lo que han dicho? ¿Qué cosa? - De eso sí no se había enterado. Estaba muy absorta en su conversación con Reiv. Sin embargo, entendió que pocas cosas se le escapaban al moreno esos días. Había captado lo que había dejado a medias, y es que no sabía si quería decirlo. No sabía si la llamaría loca.- Nada. Es solo que... Quiero... Asegurarme de que este es un lugar seguro, por si Svart quiere pasar el tiempo alguna vez. De que no le harán daño y de que... de que los otros dragones son buenos con él. Y...
Suspiro profundo. Era su pareja. Reiv debería entenderla, ¿no? - Quiero ver si reconozco a algún otro dragón.- Susurró finalmente. No sabía si lo entendería, pero necesitaba intentarlo.
Se concentró entonces en el combate frente a ellos. También un poco preocupada por Azula, pero ahora que Wthyr había obligado a que el combate no fuera a muerte como se había anunciado, no le parecía tan mal la cosa. Perdería, lo sentía, pero lo herido sería el orgullo.- No tiene caso, no van a matarse. Wthyr lo pidió así.- Dijo, muy confiada de que su palabra sería ley para ambos.- Pero no creo que la deje así como así. No sería propio de Smaug. Yo hablando con Azula... no es algo que se me de muy bien.
Se fijó como se apartaban del centro del salón para irse, o eso creía.- ¿Lo que han dicho? ¿Qué cosa? - De eso sí no se había enterado. Estaba muy absorta en su conversación con Reiv. Sin embargo, entendió que pocas cosas se le escapaban al moreno esos días. Había captado lo que había dejado a medias, y es que no sabía si quería decirlo. No sabía si la llamaría loca.- Nada. Es solo que... Quiero... Asegurarme de que este es un lugar seguro, por si Svart quiere pasar el tiempo alguna vez. De que no le harán daño y de que... de que los otros dragones son buenos con él. Y...
Suspiro profundo. Era su pareja. Reiv debería entenderla, ¿no? - Quiero ver si reconozco a algún otro dragón.- Susurró finalmente. No sabía si lo entendería, pero necesitaba intentarlo.
- No les tengo miedo, si es lo que insinúas. - repliqué a Juliet en cuanto mencionó los motivos por los que no había hablado con los Pendragon para preguntar por los entrenamientos. Eché un vistazo de reojo a los hermanos, pensando que prefería entrenar con Gwen o Shyvanna antes que con cualquiera de los otros dos siesos. El que hablaba con letras doradas también parecía más amable, pero debía ser un coñazo practicar con alguien a quien debías leer todo el rato. Lo vi marcharse de allí al poco, se ve que tampoco le gustaban las fiestas al tal Cedric.
- Ya, bueno. Supongo que no pasa nada por esperar dos o tres días más. - al final acabé concediendo otra pequeña prórroga, tanto por el interés de Juliet como por el mío propio. La miré extrañado cuando me preguntó si me estaba perdiendo, negando con la cabeza de manera instantánea. - Para nada. Que a veces no estemos de acuerdo en ciertas cosas o tomemos decisiones diferentes no significa que nos alejemos el uno del otro. - volví a cogerla de las manos para que no se pensase cosas que no eran, para que se olvidase de esos temores infundados. El tema de la pelea de los dragones y lo de que ella hablase con Azula pasó a un segundo plano. Total, tampoco podíamos hacer mucho con un combate que era al día siguiente.
- Svart estará bien. Y puede venir con nosotros siempre que quiera. - arqueé una ceja al darme cuenta de que había algo más, no era sólo por el pequeño dragón. No tardé demasiado en comprender a qué se refería con reconocer a algún dragón más, así que suspiré bajando un poco la cabeza. Sus padres, probablemente. Sería muy extraño que siguiesen con vida, después de tanto tiempo sin ninguna pista. Ni siquiera estaban en Ouroboros. - Lo comprobaremos, al menos para que puedas cerrar ese capítulo. - al menos asumiría que ya no tenía que seguir buscando. Algo así pensaba yo de mi madre, seguro que no había sobrevivido a la invasión de la IA. La rodeé por la cintura para comenzar a caminar juntos, abandonando esa fiesta que ya había decaído y en la que apenas quedaba ya nadie.
- Ya, bueno. Supongo que no pasa nada por esperar dos o tres días más. - al final acabé concediendo otra pequeña prórroga, tanto por el interés de Juliet como por el mío propio. La miré extrañado cuando me preguntó si me estaba perdiendo, negando con la cabeza de manera instantánea. - Para nada. Que a veces no estemos de acuerdo en ciertas cosas o tomemos decisiones diferentes no significa que nos alejemos el uno del otro. - volví a cogerla de las manos para que no se pensase cosas que no eran, para que se olvidase de esos temores infundados. El tema de la pelea de los dragones y lo de que ella hablase con Azula pasó a un segundo plano. Total, tampoco podíamos hacer mucho con un combate que era al día siguiente.
- Svart estará bien. Y puede venir con nosotros siempre que quiera. - arqueé una ceja al darme cuenta de que había algo más, no era sólo por el pequeño dragón. No tardé demasiado en comprender a qué se refería con reconocer a algún dragón más, así que suspiré bajando un poco la cabeza. Sus padres, probablemente. Sería muy extraño que siguiesen con vida, después de tanto tiempo sin ninguna pista. Ni siquiera estaban en Ouroboros. - Lo comprobaremos, al menos para que puedas cerrar ese capítulo. - al menos asumiría que ya no tenía que seguir buscando. Algo así pensaba yo de mi madre, seguro que no había sobrevivido a la invasión de la IA. La rodeé por la cintura para comenzar a caminar juntos, abandonando esa fiesta que ya había decaído y en la que apenas quedaba ya nadie.
Lake Pendragon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Tuvo que sonreír ante el comentario de su querido hermano. Ella no le habría llamado perro, era demasiado elegante para ese tipo de palabras, pero le gustaban de la boca del rubio porque demostraban cierto odio y desprecio.- Así es, querido, así es.- Ese perro ya volvería. Entendió por el gruñido del contrario que no estaba tan bien como decía. Siguió la mirada del contrario solo para encontrarse con su prometida e Ixión. ¿Era eso lo que lo tenía molesto? Se asqueó un poco de siquiera pensar que Darren estuviera celoso del griego, o de los muchos otros que seguro le calentaban la cama a la vikinga. No veía la necesidad de tener celos de ella, porque le resultaba tan poca cosa que no había por que quererla.
Le hubiera gustado seguir hablando de temas que le llenaban más, pero el rubio le puso un freno en seco cuando mencionó el nombre de la abuela. El trago de vino, otrora dulce, se tornó amargo en su boca y bajó por su garganta arañándolo todo. Era como fuego por dentro. Tuvo que esforzarse por mantener el rostro impasible y sereno como siempre antes de volver a hablar, esta vez sin mirar al rubio.- También yo.- Abrió los labios para decir algo más sobre su abuela, pero los cerró en agonía. De repente, las paredes se hacían más estrechas a su alrededor. Se cerraban entorno a ella encerrándola con gente estúpida y poco valiosa. Necesitaba salir de allí.- He visto suficiente. Y tú también. Vámonos de aquí; pienso mejor cuando no hay tanta gente estúpida alrededor.- Susurró, terminándose la copa antes de levantarse y tomar a su hermano por el brazo. Si seguía ahí, bebiendo, acabaría de nuevo como el primer mes tras la muerte de Aelle y no podía dejarse caer de nuevo en ese agujero de excesos y decepciones. No cuando estaba haciendo progresos tan impresionantes en su propio entrenamiento.
Con amargura en los labios y las palabras, miró a su hermano con firmeza y le soltó:- Ella te dejó primero aquí, tiene que saber que no estarás allí para amarrarle las botas cuando se digne a venir, no tienes por qué sentarte a esperarla.- Finalmente, salió de la silla, echó un vistazo para mirar a donde sus hermanas deberían de estar, dándose cuenta de que Cedric ya se había retirado antes de dar la media vuelta y salir del recinto.
Le hubiera gustado seguir hablando de temas que le llenaban más, pero el rubio le puso un freno en seco cuando mencionó el nombre de la abuela. El trago de vino, otrora dulce, se tornó amargo en su boca y bajó por su garganta arañándolo todo. Era como fuego por dentro. Tuvo que esforzarse por mantener el rostro impasible y sereno como siempre antes de volver a hablar, esta vez sin mirar al rubio.- También yo.- Abrió los labios para decir algo más sobre su abuela, pero los cerró en agonía. De repente, las paredes se hacían más estrechas a su alrededor. Se cerraban entorno a ella encerrándola con gente estúpida y poco valiosa. Necesitaba salir de allí.- He visto suficiente. Y tú también. Vámonos de aquí; pienso mejor cuando no hay tanta gente estúpida alrededor.- Susurró, terminándose la copa antes de levantarse y tomar a su hermano por el brazo. Si seguía ahí, bebiendo, acabaría de nuevo como el primer mes tras la muerte de Aelle y no podía dejarse caer de nuevo en ese agujero de excesos y decepciones. No cuando estaba haciendo progresos tan impresionantes en su propio entrenamiento.
Con amargura en los labios y las palabras, miró a su hermano con firmeza y le soltó:- Ella te dejó primero aquí, tiene que saber que no estarás allí para amarrarle las botas cuando se digne a venir, no tienes por qué sentarte a esperarla.- Finalmente, salió de la silla, echó un vistazo para mirar a donde sus hermanas deberían de estar, dándose cuenta de que Cedric ya se había retirado antes de dar la media vuelta y salir del recinto.
Gwen Pendragón
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Tras el incidente con los dragones continué con la cena tranquilamente. No comí mucho, tampoco tenía un gran apetito. Simplemente observaba a la gente entre bocado y bocado.
Ante mis ojos no hubo más que una demostración de cuan destrozada estaba nuestra familia. Estaba claro que cada uno tenía sus intereses. Lake, a juzgar por los susurros y sus gestos, parecía estar intentando trastornar la mente de Darren, si es que podía hacerlo más aún de lo que ya lo estaba.
Wthyr realmente parecía tan hechizado cómo los rumores decían, si no supiese la verdad yo misma lo habría sospechado sin duda alguna. Suspiré con la marcha de Cedric, quién cada vez estaba más ausente en este tipo de actos. Apreté mis labios disgustada mirando al plato poco antes de que Whtyr se acercase para encomendarme la tarea de quedar al cargo.
¿A mí?¿A la más joven de la familia?¿Sería por la falta de confianza en la débil mente de Darren? ¿La posibilidad de que si lo dejaba en manos de Lake acabaría siendo un festín sangriento o tal vez una bacanal en manos de Shyvanna? La rubia ahora se frotaba con el imbécil y poco confiable Hipatia.
Aparté la mirada pero asentí a mi hermano, conforme a la tarea. Dejé que pasase el tiempo, sin más. La música sonaba pero no le hacía caso y ni tan siquiera tenía ánimos de probar el exquisito vino de Ávalon. Esperé y esperé hasta que el salón quedó vacío excepto por los sirvientes que empezaban a recoger. Ni siquiera había estado atenta por si algún conflicto se presentaba durante la velada.
Me levanté sin armar mucho ruido y procedí a abandonar la sala. Esa noche dormiría en Ávalon, el cuerpo sentía cansancio y dolor, pero abandonaría la isla con la primera luz del día tras presentar mis respetos al Sanguis Ligno... y consultar con él sus designios.
Ante mis ojos no hubo más que una demostración de cuan destrozada estaba nuestra familia. Estaba claro que cada uno tenía sus intereses. Lake, a juzgar por los susurros y sus gestos, parecía estar intentando trastornar la mente de Darren, si es que podía hacerlo más aún de lo que ya lo estaba.
Wthyr realmente parecía tan hechizado cómo los rumores decían, si no supiese la verdad yo misma lo habría sospechado sin duda alguna. Suspiré con la marcha de Cedric, quién cada vez estaba más ausente en este tipo de actos. Apreté mis labios disgustada mirando al plato poco antes de que Whtyr se acercase para encomendarme la tarea de quedar al cargo.
¿A mí?¿A la más joven de la familia?¿Sería por la falta de confianza en la débil mente de Darren? ¿La posibilidad de que si lo dejaba en manos de Lake acabaría siendo un festín sangriento o tal vez una bacanal en manos de Shyvanna? La rubia ahora se frotaba con el imbécil y poco confiable Hipatia.
Aparté la mirada pero asentí a mi hermano, conforme a la tarea. Dejé que pasase el tiempo, sin más. La música sonaba pero no le hacía caso y ni tan siquiera tenía ánimos de probar el exquisito vino de Ávalon. Esperé y esperé hasta que el salón quedó vacío excepto por los sirvientes que empezaban a recoger. Ni siquiera había estado atenta por si algún conflicto se presentaba durante la velada.
Me levanté sin armar mucho ruido y procedí a abandonar la sala. Esa noche dormiría en Ávalon, el cuerpo sentía cansancio y dolor, pero abandonaría la isla con la primera luz del día tras presentar mis respetos al Sanguis Ligno... y consultar con él sus designios.
Wthyr había ido mejorando día tras día, pero aún asi no volvía a tener una consciencia completa así que el sobre que había traído con la ecografía y el sexo del bebé permanecía en el cajón de su mesa de noche. Sería mentir si dijera que no estaba preocupada, pero intentaba mantener la cabeza clara por lo que le había dicho Lucio. Había muchas cosas que debía hablar con Wthyr pero no estaba segura de cómo abordarlo para que no acabara en otra pelea y eso, incluso, la mantenía despierta por las noches.
No es que Catherine fuese una persona que, cuando tenía problemas, durmiera con facilidad. Es más, solía dormir más de día que de noche. Alguien alguna vez, Desmond probablemente, le dijo que era un mecanismo de defensa para evadir sus responsabilidades matutinas. Ella le respondía que le gustaba la noche, aunque en el fondo de su corazón sabía que tenía razón.
Esa misma mañana habría deseado quedarse durmiendo al lado de Wthyr pero uno de los guardias había llevado un mensaje de que uno de los primos de Wthyr que, por cierto, no conocía (como a la mitad de Ávalon) pedía reunirse con él expresamente. Las excusas se le estaban acabando y sospechaba que la mitad de la isla empezaba a reclamar la presencia de su Rey…Pero tendrían que valerse con ella. Si Gwen, Shyvanna, Cedric y Goth lo hacían pues no les quedaba de otra.
Dirigió sus pasos, ataviada en un pantalón negro cuyo estilo se asemejaba a un par que le había visto a Shyvanna (por lo que creyó que estaba aprobado en nivel de protocolo y vestimenta) y una especie de blusa, que, la verdad, parecía más una túnica porque se extendía un poco más allá de la cadera por lo que su leve vientre de embarazada se apreciaba perfectamente. Quizá podría empezar a llamarle jubón femenino. Iba de negro, como siempre, excepto por algunos detalles que resaltaban en color lila. La Sra. Royden había entendido perfectamente su solicitud.
Al entrar al despacho de Wthyr se sintió fuera de lugar…Muy fuera de lugar, pero ¿Qué podía hacer?... Vio el asiento como si estuviera lleno de chinchetas y se mordió el labio. No podía recibirlo sentada en el escritorio así que miró alrededor. Tampoco podía pretender que se estaba sirviendo un trago…Aquel instante le trajo recuerdos, cuando había hablado con Wthyr y convocado la aparición de la maldición. Soltó un leve suspiro y entrelazó las manos delante de ella mientras se posicionaba en la silla de Wthyr con todo el malestar habido y por haber, pero relajó el rostro…Puso esa cara “política” que usaba para el Consejo. Bueno, cara “política”, una cara vacía de expresiones que solía usar generalmente cuando interactuaba con alguien que no conocía.
“Hacerlo pasar”, ordenó mentalmente a los guardias que esperaban afuera.
No es que Catherine fuese una persona que, cuando tenía problemas, durmiera con facilidad. Es más, solía dormir más de día que de noche. Alguien alguna vez, Desmond probablemente, le dijo que era un mecanismo de defensa para evadir sus responsabilidades matutinas. Ella le respondía que le gustaba la noche, aunque en el fondo de su corazón sabía que tenía razón.
Esa misma mañana habría deseado quedarse durmiendo al lado de Wthyr pero uno de los guardias había llevado un mensaje de que uno de los primos de Wthyr que, por cierto, no conocía (como a la mitad de Ávalon) pedía reunirse con él expresamente. Las excusas se le estaban acabando y sospechaba que la mitad de la isla empezaba a reclamar la presencia de su Rey…Pero tendrían que valerse con ella. Si Gwen, Shyvanna, Cedric y Goth lo hacían pues no les quedaba de otra.
Dirigió sus pasos, ataviada en un pantalón negro cuyo estilo se asemejaba a un par que le había visto a Shyvanna (por lo que creyó que estaba aprobado en nivel de protocolo y vestimenta) y una especie de blusa, que, la verdad, parecía más una túnica porque se extendía un poco más allá de la cadera por lo que su leve vientre de embarazada se apreciaba perfectamente. Quizá podría empezar a llamarle jubón femenino. Iba de negro, como siempre, excepto por algunos detalles que resaltaban en color lila. La Sra. Royden había entendido perfectamente su solicitud.
Al entrar al despacho de Wthyr se sintió fuera de lugar…Muy fuera de lugar, pero ¿Qué podía hacer?... Vio el asiento como si estuviera lleno de chinchetas y se mordió el labio. No podía recibirlo sentada en el escritorio así que miró alrededor. Tampoco podía pretender que se estaba sirviendo un trago…Aquel instante le trajo recuerdos, cuando había hablado con Wthyr y convocado la aparición de la maldición. Soltó un leve suspiro y entrelazó las manos delante de ella mientras se posicionaba en la silla de Wthyr con todo el malestar habido y por haber, pero relajó el rostro…Puso esa cara “política” que usaba para el Consejo. Bueno, cara “política”, una cara vacía de expresiones que solía usar generalmente cuando interactuaba con alguien que no conocía.
“Hacerlo pasar”, ordenó mentalmente a los guardias que esperaban afuera.
Asiaín Pendragon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Ah...
Asiaín suspiró suavemente, a la par que comprobaba el estado de sus prendas justo antes de entrar en la cita pendiente que había pedido él mismo.
Esa cita tendría muchas cosas a su favor, para ser honestos, casi todo en realidad sí vamos al punto, pues sabía de buena fuente que las cosas estaban... Raras, incluso a pesar de haber vuelto a Avalon recientemente, sabía que la ausencia del rey era algo que estaba agitando las cosas, mientras que su esposa era del tipo de persona que casi vive en su habitación, y que por supuesto sería esta última con quien se reuniría.
La gente podría pensar que el espía estaría molesto o algo por el estilo, pero nada más lejos de la realidad, su mayor fuerza reside en comunicarse con gente que no tiene idea de quien es.
Así que estaba impaciente por el encuentro, viéndose arreglado y con buen porte, asegurándose de ello de hecho, debido a que Asiaín tiene una cierta manía con su aspecto que nadie puede quitarle, tiene que verse bien dentro de las posibilidades de cada ocasión.
Esto, hasta que los guardias finalmente le indicaron que podía pasar, ah, cuanta dicha, finalmente podría comenzar.
Atabiado en una gabardina negra con motivos dorados, que le cubría casi por completo, sólo dejando ver prácticamente ver sus finos guantes y zapatos, además de por supuesto su pálido rostro, mismo que va adornado con una sonrisa que luce genuinamente amable, pero que tan solo es así por una cantidad de práctica que sólo puede tener alguien que lleva una vida entera pretendiendo no sufrir.
Agradeció a los guardias cuando le dejaron pasar, con esa actitud cándida y educada que no cambia se traten de nobles o sirvientes, mientras que, aún sonriente, ingresa en el despacho, para toparse con la reina...
E inmediatamente, hace una educada y amplisima reverencia.
Saludos, su majestad, le agradezco profundamente que me conceda su tiempo para poder hablarle de temas de suma importancia.~
Asiaín suspiró suavemente, a la par que comprobaba el estado de sus prendas justo antes de entrar en la cita pendiente que había pedido él mismo.
Esa cita tendría muchas cosas a su favor, para ser honestos, casi todo en realidad sí vamos al punto, pues sabía de buena fuente que las cosas estaban... Raras, incluso a pesar de haber vuelto a Avalon recientemente, sabía que la ausencia del rey era algo que estaba agitando las cosas, mientras que su esposa era del tipo de persona que casi vive en su habitación, y que por supuesto sería esta última con quien se reuniría.
La gente podría pensar que el espía estaría molesto o algo por el estilo, pero nada más lejos de la realidad, su mayor fuerza reside en comunicarse con gente que no tiene idea de quien es.
Así que estaba impaciente por el encuentro, viéndose arreglado y con buen porte, asegurándose de ello de hecho, debido a que Asiaín tiene una cierta manía con su aspecto que nadie puede quitarle, tiene que verse bien dentro de las posibilidades de cada ocasión.
Esto, hasta que los guardias finalmente le indicaron que podía pasar, ah, cuanta dicha, finalmente podría comenzar.
Atabiado en una gabardina negra con motivos dorados, que le cubría casi por completo, sólo dejando ver prácticamente ver sus finos guantes y zapatos, además de por supuesto su pálido rostro, mismo que va adornado con una sonrisa que luce genuinamente amable, pero que tan solo es así por una cantidad de práctica que sólo puede tener alguien que lleva una vida entera pretendiendo no sufrir.
Agradeció a los guardias cuando le dejaron pasar, con esa actitud cándida y educada que no cambia se traten de nobles o sirvientes, mientras que, aún sonriente, ingresa en el despacho, para toparse con la reina...
E inmediatamente, hace una educada y amplisima reverencia.
Saludos, su majestad, le agradezco profundamente que me conceda su tiempo para poder hablarle de temas de suma importancia.~
Miró alrededor del escritorio y se preguntó qué cosas guardaba Wthyr ahí, le dio algo de curiosidad y por apenas un instante iba a ponerse a husmear pero…No, no era apropiado. Además, la última vez que había husmeado algo del Pendragon había acabado… raro. Aún tenía sensaciones encontradas al respecto y el 90% de ellas no sabía definirlas. Suspiró quedamente.
Cuando oyó la puerta abrirse se acomodó en el asiento y dirigió su mirada, primordialmente amatista, pero con otros colores; hacia el susodicho. Recorrió su rostro lentamente, notando la sonrisa, un gesto que era bastante agradable en comparación a las recepciones que había tenido en Ávalon pero Catherine no era imbécil… ¿Cómo iba a atreverse a entrar con cara ofuscada a ver a la puta “reina”? Por un instante sintió un arrebato de miedo… ¿Debería haberse puesto la corona? Por Morgana, había detalles de protocolos que se le escapaban de las manos.
No pudo concentrarse en eso porque le atrajo la atención el increíble contraste entre su forma de vestir y su pálido cabello y tez… Pero la curiosidad murió al verle hacer semejante reverencia. Puso los ojos en blanco un momento antes de volver a mirarle, escuchando aquellas palabras tan…La hacían sentir TAN incómoda que se reacomodó en el asiento para mirarlo de largo a largo -Puedes llamarme Catherine. Entiendo que somos primos políticos- Estuvo a punto de decirle que no era mucho eso de “conceder tiempo” porque no tenía una mierda que hacer.
Política, política, política. ¿Qué diría su madre? Intentó rebuscar en su mente alguna de aquellas lecciones y cuando encontró una respuesta, abrió la boca -Encantada, Asiaín- Los guardias le habían dicho el nombre y lo había repetido varias veces en su cabeza para no pronunciarlo mal -Por favor, toma asiento y…- Temas de suma importancia… ¿Sería lo del imperio? Señaló uno de los sillones frente a ella -…habla- Añadió un poco incómoda porque no sabía como acabar esa frase de forma educada, política y llena de protocolos -O si te apetece puedes servirte alguno de esos licores costosos y raros que tiene Wthyr…- Señaló los licores como si fueran un pedazo de madera podrida, ella no sabía un carajo de calidad en licores porque apenas bebía y si se ponía a pensar en sólo el olor de la cerveza le entraban unas náuseas horrendas. Inspiró lentamente antes de volver a mirarle esperando que procediera.
Cuando oyó la puerta abrirse se acomodó en el asiento y dirigió su mirada, primordialmente amatista, pero con otros colores; hacia el susodicho. Recorrió su rostro lentamente, notando la sonrisa, un gesto que era bastante agradable en comparación a las recepciones que había tenido en Ávalon pero Catherine no era imbécil… ¿Cómo iba a atreverse a entrar con cara ofuscada a ver a la puta “reina”? Por un instante sintió un arrebato de miedo… ¿Debería haberse puesto la corona? Por Morgana, había detalles de protocolos que se le escapaban de las manos.
No pudo concentrarse en eso porque le atrajo la atención el increíble contraste entre su forma de vestir y su pálido cabello y tez… Pero la curiosidad murió al verle hacer semejante reverencia. Puso los ojos en blanco un momento antes de volver a mirarle, escuchando aquellas palabras tan…La hacían sentir TAN incómoda que se reacomodó en el asiento para mirarlo de largo a largo -Puedes llamarme Catherine. Entiendo que somos primos políticos- Estuvo a punto de decirle que no era mucho eso de “conceder tiempo” porque no tenía una mierda que hacer.
Política, política, política. ¿Qué diría su madre? Intentó rebuscar en su mente alguna de aquellas lecciones y cuando encontró una respuesta, abrió la boca -Encantada, Asiaín- Los guardias le habían dicho el nombre y lo había repetido varias veces en su cabeza para no pronunciarlo mal -Por favor, toma asiento y…- Temas de suma importancia… ¿Sería lo del imperio? Señaló uno de los sillones frente a ella -…habla- Añadió un poco incómoda porque no sabía como acabar esa frase de forma educada, política y llena de protocolos -O si te apetece puedes servirte alguno de esos licores costosos y raros que tiene Wthyr…- Señaló los licores como si fueran un pedazo de madera podrida, ella no sabía un carajo de calidad en licores porque apenas bebía y si se ponía a pensar en sólo el olor de la cerveza le entraban unas náuseas horrendas. Inspiró lentamente antes de volver a mirarle esperando que procediera.
Asiaín Pendragon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Asiaín mantenía su sonrisa siempre... Sin embargo, mentira sería decir que eso fuera prueba de que no fuera una mera formalidad, claro que lo era, pero siempre le convenía hacerlo, siempre ha sido lo mejor, y por eso mismo a pesar de verla poner los ojos en blanco se hizo el distraído, como si no lo hubiera notado, al final, el ambiente se mantendrá estable en un raro equilibrio entre la bordería e incomodidad de la reina, y la amabilidad y calma de Asiaín, eso era suficiente para él.
Aunque por supuesto no tenía ni idea de qué ella no tuviera que hacer, prácticamente acababa de volver, después de todo, pero si lo supiera le sacaría partido a poder simplemente tomarse todo el tiempo que quisiera, al final esa es su mayor ventaja, las ocasiones en que puede tomarse las cosas con calma...
Oh, en efecto así es.
Confirmó, aunque pudiera ser que fueran algo más primos que únicamente políticos pero eso era algo que en el momento no venía a cuento.
Sí es así como lo prefiere, le llamaré Catherine.
Cedió casi de inmediato, por un motivo concreto... Ella no era del todo sutil en su incomodidad o al menos no tanto como le gustaría ser, eso es seguro, y después de todo, Asiaín se basa en ser amable en todo momento para hacer sus movimientos, por lo que ceder este gesto es algo básico para él.
Ah, política, dulce política, el mejor invento de la humanidad.
Estuvo a punto de tomar asiento tal como le fue indicado la primera vez, pero luego de eso vió los licores que estaban cerca de él cuando Catherine los señaló.
Mm.~
El alcohol, algo que no podía rechazar, puesto que él a diferencia de la reina sí que es dado a beber y conocedor de buenos licores como todo noble que se jacte de serlo.
Agradezco mucho su amable ofreciemiento y acepto con gusto...
Dicho esto caminó en dirección a las elegantes repisas que acogían una cuantiosa y rara selección de licores, de los cuales Asiaín tomó el licor que podría esperarse ver de un noble de aspecto especialmente elegante como puede ser él, un vino espumoso ya bastante bien añejado y antes de tomarlo ofreció.
¿Gusta usted una copa?... Oh no... Disculpe mi despiste...
Aparentemente, se había olvidado del hecho de que la reina estaba embarazada por mera costumbre de siempre ofrecer, pero fuera de este vergonzoso percance, procederá a hablar.
Vengo a traerle un informe.
Inició, esperó un segundo y entró en detalles.
Acabo de volver a una misión de espionaje en tierras nórdicas, y he descubierto que sí bien se mantienen neutrales en cuanto a la supremacía mágica, hay aún líderes que no quieren perder su poder...
Daría un sorbo a su propia copa.
Sin embargo, sería fácil conquistarlos de todas maneras.
Concretó
Aunque por supuesto no tenía ni idea de qué ella no tuviera que hacer, prácticamente acababa de volver, después de todo, pero si lo supiera le sacaría partido a poder simplemente tomarse todo el tiempo que quisiera, al final esa es su mayor ventaja, las ocasiones en que puede tomarse las cosas con calma...
Oh, en efecto así es.
Confirmó, aunque pudiera ser que fueran algo más primos que únicamente políticos pero eso era algo que en el momento no venía a cuento.
Sí es así como lo prefiere, le llamaré Catherine.
Cedió casi de inmediato, por un motivo concreto... Ella no era del todo sutil en su incomodidad o al menos no tanto como le gustaría ser, eso es seguro, y después de todo, Asiaín se basa en ser amable en todo momento para hacer sus movimientos, por lo que ceder este gesto es algo básico para él.
Ah, política, dulce política, el mejor invento de la humanidad.
Estuvo a punto de tomar asiento tal como le fue indicado la primera vez, pero luego de eso vió los licores que estaban cerca de él cuando Catherine los señaló.
Mm.~
El alcohol, algo que no podía rechazar, puesto que él a diferencia de la reina sí que es dado a beber y conocedor de buenos licores como todo noble que se jacte de serlo.
Agradezco mucho su amable ofreciemiento y acepto con gusto...
Dicho esto caminó en dirección a las elegantes repisas que acogían una cuantiosa y rara selección de licores, de los cuales Asiaín tomó el licor que podría esperarse ver de un noble de aspecto especialmente elegante como puede ser él, un vino espumoso ya bastante bien añejado y antes de tomarlo ofreció.
¿Gusta usted una copa?... Oh no... Disculpe mi despiste...
Aparentemente, se había olvidado del hecho de que la reina estaba embarazada por mera costumbre de siempre ofrecer, pero fuera de este vergonzoso percance, procederá a hablar.
Vengo a traerle un informe.
Inició, esperó un segundo y entró en detalles.
Acabo de volver a una misión de espionaje en tierras nórdicas, y he descubierto que sí bien se mantienen neutrales en cuanto a la supremacía mágica, hay aún líderes que no quieren perder su poder...
Daría un sorbo a su propia copa.
Sin embargo, sería fácil conquistarlos de todas maneras.
Concretó
- Off-rol:
Razont de tirada: países nórdicos.
Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Asiaín Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Dado (10)' :
'Dado (10)' :
-Perfecto- Dijo cuando finalmente uno de los tozudos Pendragon hacía lo que ella le decía. Tan simple como quitarle las mierdas de título a su nombre y, la verdad, lo agradecía mucho. Se dio cuenta de que Asiaín, con toda su educación le recordaba a dos personas: Sayid y Jack, con lo cual una especie de repelús le recorrió el cuerpo al pensar en el último así que… Sin duda, tenía conocer un poco más a esta persona, aunque prejuzgar era uno de sus hobbies.
-No- Respondió con un monosílabo seco cuando le ofreció una copa porque le daba igual, incluso no estando embarazada no le interesaba beber alcohol así nada más. Era curioso que estando fuera, porque no lo había visto desde su llegada a Ávalon, Asiaín supiera lo de su embarazo. No que a ella le sorprendiera, pues tampoco lo ocultaba, pero…En fin.
-Adelante- Invitó moviendo una mano para que finalmente empezara a hablar de lo que venía a decirle a Wthyr y, como siempre, mantuvo su rostro sereno mientras oía como si el hecho de que su marido estuviese mandando espías a diversos países fuera el pan de cada día. No obstante, iba a tener que hablar con él y su locura de imperio mágico. Le recorrió con la mirada escuchando la última frase como si fuese una daga directo a su estómago.
-¿Es lo que sugieres como plan de acción?- Inquirió mientras se inclinaba hacia adelante, extendiendo las manos sobre el escritorio para luego cruzar los dedos y observarlo inquisitivamente. Quizás, como sospechaba, todos los Pendragon estaban cortados por la misma tijera y lo único que deseaban era imponerse.
-No- Respondió con un monosílabo seco cuando le ofreció una copa porque le daba igual, incluso no estando embarazada no le interesaba beber alcohol así nada más. Era curioso que estando fuera, porque no lo había visto desde su llegada a Ávalon, Asiaín supiera lo de su embarazo. No que a ella le sorprendiera, pues tampoco lo ocultaba, pero…En fin.
-Adelante- Invitó moviendo una mano para que finalmente empezara a hablar de lo que venía a decirle a Wthyr y, como siempre, mantuvo su rostro sereno mientras oía como si el hecho de que su marido estuviese mandando espías a diversos países fuera el pan de cada día. No obstante, iba a tener que hablar con él y su locura de imperio mágico. Le recorrió con la mirada escuchando la última frase como si fuese una daga directo a su estómago.
-¿Es lo que sugieres como plan de acción?- Inquirió mientras se inclinaba hacia adelante, extendiendo las manos sobre el escritorio para luego cruzar los dedos y observarlo inquisitivamente. Quizás, como sospechaba, todos los Pendragon estaban cortados por la misma tijera y lo único que deseaban era imponerse.
Asiaín Pendragon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Fuera de algún pequeño desliz hasta hora todo iba a pedir de boca, o al menos eso pensaba Asiaín que tan fresco se encontraba.
Pará sus adentros razonaba que si bien no le daba especial confianza a la reina, tampoco parecía que tuviera especiales problemas con él, ya que al menos hasta donde veía su bordería se mantenía bastante constante, y eso siempre era una buena señal porque le daba un patrón por donde mantenerse.
En fin, volviendo al asunto, mientras tomaba de su copa también se daba un segundo para ver las reacciones y escuchar las palabras de la reina ante el informe que le había dado.
Y bueno, le hizo un poco de ruido su cuestión, es algo extraño ver por esas tierras alguien que cuestione si imponerse era lo que deseaban, era casi como si estuviera implícito.
Pero por suerte, si algo sabe hacer Asiaín eso es aparentar, así que no mostró titubeos a la hora de dar la respuesta que en este caso le pareció la mejor.
Oh, personalmente prefiero optar por una vía más diplomática... No siempre veo del todo necesario intercambiar oro por sangre.
Aunque sea especialmente curioso que diga eso considerando que es un Pendragon y que por tanto magia de sangre tiene.
Esto antes de hacer un suave ademán y decir.
¿Pero que sabré yo?, las conquistas y las campañas bélicas jamás fueron mi campo, aunque en general es algo que interesa saber, por lo que he aprendido a siempre tener el dato preparado.
Y dicho esto, con un suave movimiento se termina la copa, asegurándose de saborear el vino, mientras que reflexiona sobre lo curioso que se está tornando este pequeño intercambio.
Pará sus adentros razonaba que si bien no le daba especial confianza a la reina, tampoco parecía que tuviera especiales problemas con él, ya que al menos hasta donde veía su bordería se mantenía bastante constante, y eso siempre era una buena señal porque le daba un patrón por donde mantenerse.
En fin, volviendo al asunto, mientras tomaba de su copa también se daba un segundo para ver las reacciones y escuchar las palabras de la reina ante el informe que le había dado.
Y bueno, le hizo un poco de ruido su cuestión, es algo extraño ver por esas tierras alguien que cuestione si imponerse era lo que deseaban, era casi como si estuviera implícito.
Pero por suerte, si algo sabe hacer Asiaín eso es aparentar, así que no mostró titubeos a la hora de dar la respuesta que en este caso le pareció la mejor.
Oh, personalmente prefiero optar por una vía más diplomática... No siempre veo del todo necesario intercambiar oro por sangre.
Aunque sea especialmente curioso que diga eso considerando que es un Pendragon y que por tanto magia de sangre tiene.
Esto antes de hacer un suave ademán y decir.
¿Pero que sabré yo?, las conquistas y las campañas bélicas jamás fueron mi campo, aunque en general es algo que interesa saber, por lo que he aprendido a siempre tener el dato preparado.
Y dicho esto, con un suave movimiento se termina la copa, asegurándose de saborear el vino, mientras que reflexiona sobre lo curioso que se está tornando este pequeño intercambio.
Era curioso cómo pese a los movimientos elegantes y calculados de Asiaín, Catherine se sentía evaluada. Pero, claro, se sentía así con cualquier persona que la viera en Ávalon. Y en Ouroboros. Y aquellos que la conocían en tierra. Inspiró profundamente, lo cierto es que si le daba cuerda a esos pensamientos no iba a parar nunca. Con el tiempo había aprendido a poner una correa sobre el declive mental que solía darle antes de tener un ataque de ansiedad, aunque a veces su control no llegaba a ser suficiente.
-Entiendo…- Ladeó la cabeza con suavidad -¿Sugeriste eso cuando decidieron invadir Ouroboros? ¿O preferiste mantenerte callado?- Cuando quería, Catherine también podía ser viperina y últimamente tanto su temperamento como su lengua estaban más afiladas que nunca. Podría culpar a las hormonas, a la situación que estaba viviendo, pero en el fondo sabía que simplemente se había cansado de soportar a todo el mundo.
-Tampoco es el mío, con lo cual, concuerdo contigo respecto a la vía diplomática- Tenía un par de opciones allí, un interesante momento de inflexión si quería destrozar el plan de Wthyr. Los países nórdicos pertenecían a los Lothbrock si no se equivocaba y estaba claro que su sed de sangre, de conquista, corría por su linaje. Delineó el rostro de Asiaín con lentitud, evaluándolo -¿Alguien más conoce esta información?- Preguntó por curiosidad -¿Te has cruzado con Freyja?-
-Entiendo…- Ladeó la cabeza con suavidad -¿Sugeriste eso cuando decidieron invadir Ouroboros? ¿O preferiste mantenerte callado?- Cuando quería, Catherine también podía ser viperina y últimamente tanto su temperamento como su lengua estaban más afiladas que nunca. Podría culpar a las hormonas, a la situación que estaba viviendo, pero en el fondo sabía que simplemente se había cansado de soportar a todo el mundo.
-Tampoco es el mío, con lo cual, concuerdo contigo respecto a la vía diplomática- Tenía un par de opciones allí, un interesante momento de inflexión si quería destrozar el plan de Wthyr. Los países nórdicos pertenecían a los Lothbrock si no se equivocaba y estaba claro que su sed de sangre, de conquista, corría por su linaje. Delineó el rostro de Asiaín con lentitud, evaluándolo -¿Alguien más conoce esta información?- Preguntó por curiosidad -¿Te has cruzado con Freyja?-
Asiaín Pendragon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Cada oración iba perfectamente hilada en un discurso que sí bien podría parecer casi ensayado debido a lo continuo y protocolar que era lo que decía... Cosa que sí bien podría decirse que era en parte cierta, no lo era del todo, pues por encima de todas las cosas lo que Asiaín hace es moverse junto con el rumbo general de la conversación, por muy tempestuoso e incluso venenoso que se pudiera tornar.
El albino tuvo el impulso de afilar su sonrisa, pero pudo contenerlo, ah, como le divierten las acometidas de naturaleza tan moralina, le hacen cuestionarse si se encontró con una de las pocas nobles con principios morales auténticos, o sí se estará burlando de él.
Detrás de su máscara de suavidad y bondad la escruta constantemente, incluso mientras responde.
No veo porqué me cruzaría en el camino de un dragón que huele oro y sangre...
Esgrimió de regreso una elegante metáfora antes de proseguir, pues al final, lo suyo son las intrigas y los retorcidos asuntos palacescos, no es su tarea cuidar al mundo de la ira de los pendragon, e incluso si tratase eso solo podría tener minar mal si no de hace con la máxima inteligencia, preparación y apoyo posibles, y en última instancia ni siquiera es algo que necesite hacer para lograr sus objetivos.
Así que se limitó a seguir contestando.
No, nadie más, me ha parecido mejor venir buscando directamente al rey antes que ninguna otra cosa...
Por el momento la información estaba entre ambos solamente, al final, la información tiene más valor entre menos gente la conozca.
Oh no, no he visto a la ilustre líder del clan Lothbrock.
Aunque sería interesante hablar con ella alguna vez, no va a negarlo, sobre todo porque tratándose de los países del norte, su protoganismo es indiscutible, y Asiaín en verdad quiere observar de cerca este casi inevitable suceso que cambiará todo el panorama político.
Y hablando del panorama político.
Sí puedo preguntar... ¿Por qué el interés en ello?
Es hora de empezar a jugar de verdad...
El albino tuvo el impulso de afilar su sonrisa, pero pudo contenerlo, ah, como le divierten las acometidas de naturaleza tan moralina, le hacen cuestionarse si se encontró con una de las pocas nobles con principios morales auténticos, o sí se estará burlando de él.
Detrás de su máscara de suavidad y bondad la escruta constantemente, incluso mientras responde.
No veo porqué me cruzaría en el camino de un dragón que huele oro y sangre...
Esgrimió de regreso una elegante metáfora antes de proseguir, pues al final, lo suyo son las intrigas y los retorcidos asuntos palacescos, no es su tarea cuidar al mundo de la ira de los pendragon, e incluso si tratase eso solo podría tener minar mal si no de hace con la máxima inteligencia, preparación y apoyo posibles, y en última instancia ni siquiera es algo que necesite hacer para lograr sus objetivos.
Así que se limitó a seguir contestando.
No, nadie más, me ha parecido mejor venir buscando directamente al rey antes que ninguna otra cosa...
Por el momento la información estaba entre ambos solamente, al final, la información tiene más valor entre menos gente la conozca.
Oh no, no he visto a la ilustre líder del clan Lothbrock.
Aunque sería interesante hablar con ella alguna vez, no va a negarlo, sobre todo porque tratándose de los países del norte, su protoganismo es indiscutible, y Asiaín en verdad quiere observar de cerca este casi inevitable suceso que cambiará todo el panorama político.
Y hablando del panorama político.
Sí puedo preguntar... ¿Por qué el interés en ello?
Es hora de empezar a jugar de verdad...
El trayecto estuvo marcado por cierta tensión y expectación ante el encuentro con Catherine, que al parecer se encontraba en el despacho contiguo a la sala del trono en compañía de Asiaín. No crucé muchas más palabras con Freyja durante el breve camino, pero sí que hice caso a eso de intentar aparentar normalidad al hacer mi entrada. Por ello traté de mantener un paso más o menos rápido, yendo erguido a pesar de que seguía bastante cansado. Los guardias parecieron algo sorprendidos al vernos aparecer ante la puerta del despacho, pero al ver mi gesto serio se apartaron rápidamente para permitirnos el paso.
Al entrar me encontré con Catherine sentada en mi sitio en el escritorio, lo que me provocó una fugaz mezcla de sensaciones. Por un lado sensación de territorialidad al verla donde yo debía estar sentado, y por otro satisfacción por ver que había sido capaz de tomar las riendas. Se la veía bien, aunque estuviese con esa seriedad habitual que adoptaba cuando se ponía en modo político. Por varios motivos no quise hacer contacto visual con ella por el momento, así que pasé a fijarme en mi familiar. Desconocía qué tema estaban tratando, aunque podía imaginarlo.
- Freyja y yo os estábamos buscando. Podemos continuar con la reunión que teníamos pendiente. ¿Os habéis puesto al día? - pregunté como si fuese algo trivial, pero quería saber en qué punto estaban. Avancé, apartándome de la puerta para que Freyja pudiese pasar también. Alcé levemente la barbilla, pasando la mano por la mesa al colocarme a un lado de ésta.
- Intuyo que no perderíais el tiempo en reuniones irrelevantes.
Al entrar me encontré con Catherine sentada en mi sitio en el escritorio, lo que me provocó una fugaz mezcla de sensaciones. Por un lado sensación de territorialidad al verla donde yo debía estar sentado, y por otro satisfacción por ver que había sido capaz de tomar las riendas. Se la veía bien, aunque estuviese con esa seriedad habitual que adoptaba cuando se ponía en modo político. Por varios motivos no quise hacer contacto visual con ella por el momento, así que pasé a fijarme en mi familiar. Desconocía qué tema estaban tratando, aunque podía imaginarlo.
- Freyja y yo os estábamos buscando. Podemos continuar con la reunión que teníamos pendiente. ¿Os habéis puesto al día? - pregunté como si fuese algo trivial, pero quería saber en qué punto estaban. Avancé, apartándome de la puerta para que Freyja pudiese pasar también. Alcé levemente la barbilla, pasando la mano por la mesa al colocarme a un lado de ésta.
- Intuyo que no perderíais el tiempo en reuniones irrelevantes.
Freyja Lothbrock
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Freyja se quedó mirando a Wthyr en silencio pero el juicio estaba escrito por todo su rostro, en cada gesto y aunque eso era suficiente; no dudó en mantener el silencio -Sí , sí, por supuesto- Indicó Freyja dándole la razón a Wthyr sobre la maravillosa ejecución de funciones de Catherine Le Fay ¿O Pendragon?
Acabó por desear ver a Asiaín y luego reírse ante la pregunta de Wthyr y su típica reacción a dejar de lado las conversaciones y centrarse en caminar como dueños del mundo. Aún así, la vikinga siguió a su señor. Le daba curiosidad ver el encuentro del Rey y la Reina, tomando en cuenta que la segunda estaba en su lugar.
Notó el momento en el que cuadró los hombros, pero intentó mantenerse seria porque una cosa era joderle a él en la “intimidad” y otra joderle con sus guardias por ahí, no era su intención aminorar su autoridad delante de su propia gente. En cambio, delante de los vikingos…Bueno. Ingresó detrás de Wthyr para ver al peliblanco sentado con su tranquilidad característica y del otro lado a la Reina, en el asiento que por derecho le tocaba al Pendragon.
Como era de esperarse, la vikinga movió la cabeza en señal de respeto a Catherine y luego se dejó caer en una silla sin ser instada a ello. Clavó sus ojos bicolores en Asiaín con curiosidad -¿Qué estás bebiendo?- La relación entre ellos no estaba muy allá, principalmente, porque Asiaín no visitaba demasiado el campo de entrenamiento por su extraña condición. Aún así Freyja sabía quién era y qué hacía, pero no a dónde lo enviaba Wthyr -¿A dónde has volado esta vez, pequeña palomita blanca?- Inquirió con rintintin.
Acabó por desear ver a Asiaín y luego reírse ante la pregunta de Wthyr y su típica reacción a dejar de lado las conversaciones y centrarse en caminar como dueños del mundo. Aún así, la vikinga siguió a su señor. Le daba curiosidad ver el encuentro del Rey y la Reina, tomando en cuenta que la segunda estaba en su lugar.
Notó el momento en el que cuadró los hombros, pero intentó mantenerse seria porque una cosa era joderle a él en la “intimidad” y otra joderle con sus guardias por ahí, no era su intención aminorar su autoridad delante de su propia gente. En cambio, delante de los vikingos…Bueno. Ingresó detrás de Wthyr para ver al peliblanco sentado con su tranquilidad característica y del otro lado a la Reina, en el asiento que por derecho le tocaba al Pendragon.
Como era de esperarse, la vikinga movió la cabeza en señal de respeto a Catherine y luego se dejó caer en una silla sin ser instada a ello. Clavó sus ojos bicolores en Asiaín con curiosidad -¿Qué estás bebiendo?- La relación entre ellos no estaba muy allá, principalmente, porque Asiaín no visitaba demasiado el campo de entrenamiento por su extraña condición. Aún así Freyja sabía quién era y qué hacía, pero no a dónde lo enviaba Wthyr -¿A dónde has volado esta vez, pequeña palomita blanca?- Inquirió con rintintin.
No le agradó la respuesta de Asiaín, pero aún así sus labios se curvaron en una pérfida e hiriente sonrisa -¿Tienes miedo de tu propia especie?- Así que tenía el mismo desinterés por la gente que todos los Pendragon. Si no vivían en Ávalon valían menos que nada. Y sin embargo, habían actuado contra SAM. Catherine aún no podía entender el concepto de aquella familia. Era como un sueño que intentaba coger con las manos pero se le escapaba entre los dedos.
Esa había sido la respuesta que necesitaba para saber que el peliblanco, más allá de su dulce lengua, estaba cortado por la misma tijera. Sin duda, seguía pareciendo que Cedric era el único dispuesto a ver más allá de su venganza estúpida –Es lo que se espera de ti, sí- Asintió, dándole la razón en que el hecho de reportar sus resultados debía ser siempre a la persona con máxima autoridad.
-Entiendo- Suponía que esa información sería de mucha relevancia para los Lothbrock. Porque tendría que envainar sus espadas, guardar sus mazas y bajar sus escudos y optar por algo de lo que carecía completamente: Política. Catherine se echó para atrás en la silla con el gesto nuevamente neutral -No puedes- Así que por ese simple hecho ignoró su pregunta. Y, sinceramente, le daba igual si la consideraba maleducada.
Alzó la vista hacia la puerta cuando se abrió observando a Wthyr y tuvo que hacer un esfuerzo descomunal para controlar su sorpresa, y el salto en su corazón También luchó por esconder la forma en la que sus ojos empezaron a evaluar su postura y forma de caminar. Parpadeó y aprovechó que Freyja se robó el espectáculo, le devolvió el saludo, para luego verla sentarse como si nada. No le pasó desapercibido que Wthyr no la miró, quizás porque estaba en su asiento así que no dudó en levantarse con gracia y acercarse a él, quedándose a su lado pero sin tocarlo, sólo por si acaso se sentía débil de pronto -No pierdo el tiempo- Resumió -Asiaín tiene información interesante sobre tierras nórdicas que creo que Freyja debería oír…Y tú, por supuesto- No lo miró, porque si él no quería mirarla, ella tampoco iba a rogarle.
Esa había sido la respuesta que necesitaba para saber que el peliblanco, más allá de su dulce lengua, estaba cortado por la misma tijera. Sin duda, seguía pareciendo que Cedric era el único dispuesto a ver más allá de su venganza estúpida –Es lo que se espera de ti, sí- Asintió, dándole la razón en que el hecho de reportar sus resultados debía ser siempre a la persona con máxima autoridad.
-Entiendo- Suponía que esa información sería de mucha relevancia para los Lothbrock. Porque tendría que envainar sus espadas, guardar sus mazas y bajar sus escudos y optar por algo de lo que carecía completamente: Política. Catherine se echó para atrás en la silla con el gesto nuevamente neutral -No puedes- Así que por ese simple hecho ignoró su pregunta. Y, sinceramente, le daba igual si la consideraba maleducada.
Alzó la vista hacia la puerta cuando se abrió observando a Wthyr y tuvo que hacer un esfuerzo descomunal para controlar su sorpresa, y el salto en su corazón También luchó por esconder la forma en la que sus ojos empezaron a evaluar su postura y forma de caminar. Parpadeó y aprovechó que Freyja se robó el espectáculo, le devolvió el saludo, para luego verla sentarse como si nada. No le pasó desapercibido que Wthyr no la miró, quizás porque estaba en su asiento así que no dudó en levantarse con gracia y acercarse a él, quedándose a su lado pero sin tocarlo, sólo por si acaso se sentía débil de pronto -No pierdo el tiempo- Resumió -Asiaín tiene información interesante sobre tierras nórdicas que creo que Freyja debería oír…Y tú, por supuesto- No lo miró, porque si él no quería mirarla, ella tampoco iba a rogarle.
Asiaín Pendragon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Vaya... Realmente estaba en sus intenciones empezar a hablar de verdad, pero jamás imaginó que todo escalaría tan rápido.
Todo se tornaba curiosamente sospechoso, puesto que ya con toda esta conversación le quedaba claro que a pesar del porte que pudiera tener, Catherine no era una mujer de política, ni por asomo, pudo responder a lo que le dijo, moverse un poco más, pero entonces pasó lo que de ninguna forma podría haberse esperado...
La llegada repentina del rey, que le hizo alzar suavemente las cejas, para este punto ya pensaba que no lo iba a atender, y había cambiado su plan en consecuencia de este hecho.
Pero se trata de Asiaín, no es alguien que pierda los papeles por un imprevisto así, por lo tanto simplemente, deja la copa en la mesa, se pone de pie, y hace una elegante reverencia a modo de bienvenida apenas tanto el rey como la líder se instalan en el lugar.
Su altisima majestad, y la ilustre líder de los lothbrock, que grata sorpresa.~
Por supuesto les ofreció su mejor y más elegante sonrisa, antes de alzar las manos en un ademán suave para enfatizar lo que diría.
Oh, por supuesto, nos dedicabamos a ello en este preciso momento, solamente le comentaba a la reina lo que he descubierto.~
Fue lo que respondió al rey, luego de eso siguió Freyja, quien estaba robando cámara ahora, así que por supuesto que también le hablaría como es debido, respondiendo a su primer pregunta.
Oh, es tan solo un vino de buena calidad que se me ofreció, muy agradable.~
Respondió con alegría, puesto que si bien era cierto que no había visto mucho a Freyja en su joven vida por simplemente no poder entrenar como los otros, no quitaba que fuera amable y amigable, y mucho más considerando que está hablando con una persona de tanto interés en esta situación concreta.
Oh bueno, mismamente, acabo de volver de mi viaje a tierras nórdicas, y por lo que pude corroborar, se mantienen neutrales ante la idea de la supremacía mágica.
Informó.
Y si bien hay algunos gobernantes que se rehúsan a perder su poder o aceptar a alguien por encima de ellos, actualmente la zona está fuertemente descentralizada, y por lo tanto, vulnerable a una intervención.
Y luego de lo dicho ladeó la cabeza.
Así que si se desea hacer cualquier movimiento, estamos en el momento propicio.~
Bien, su informe estaba correctamente dado, pero no por eso estaba todo hecho, pues si algo sabía, es que todo pendragón estaría más que gozoso de escuchar esta noticia, sin embargo, Asiaín...
Tenía sospechas, y podría confirmarlas ahora, quería ver que iba a hacer la cuarta en discordia, osea, Catherine, y quizás si jugaba bien sus cartas, podría averiguar a que se debía la extraña ausencia y repentino retorno del rey, todo son cosas que tiene interés en saber, pues le beneficiarán mucho a su causa.
Todo se tornaba curiosamente sospechoso, puesto que ya con toda esta conversación le quedaba claro que a pesar del porte que pudiera tener, Catherine no era una mujer de política, ni por asomo, pudo responder a lo que le dijo, moverse un poco más, pero entonces pasó lo que de ninguna forma podría haberse esperado...
La llegada repentina del rey, que le hizo alzar suavemente las cejas, para este punto ya pensaba que no lo iba a atender, y había cambiado su plan en consecuencia de este hecho.
Pero se trata de Asiaín, no es alguien que pierda los papeles por un imprevisto así, por lo tanto simplemente, deja la copa en la mesa, se pone de pie, y hace una elegante reverencia a modo de bienvenida apenas tanto el rey como la líder se instalan en el lugar.
Su altisima majestad, y la ilustre líder de los lothbrock, que grata sorpresa.~
Por supuesto les ofreció su mejor y más elegante sonrisa, antes de alzar las manos en un ademán suave para enfatizar lo que diría.
Oh, por supuesto, nos dedicabamos a ello en este preciso momento, solamente le comentaba a la reina lo que he descubierto.~
Fue lo que respondió al rey, luego de eso siguió Freyja, quien estaba robando cámara ahora, así que por supuesto que también le hablaría como es debido, respondiendo a su primer pregunta.
Oh, es tan solo un vino de buena calidad que se me ofreció, muy agradable.~
Respondió con alegría, puesto que si bien era cierto que no había visto mucho a Freyja en su joven vida por simplemente no poder entrenar como los otros, no quitaba que fuera amable y amigable, y mucho más considerando que está hablando con una persona de tanto interés en esta situación concreta.
Oh bueno, mismamente, acabo de volver de mi viaje a tierras nórdicas, y por lo que pude corroborar, se mantienen neutrales ante la idea de la supremacía mágica.
Informó.
Y si bien hay algunos gobernantes que se rehúsan a perder su poder o aceptar a alguien por encima de ellos, actualmente la zona está fuertemente descentralizada, y por lo tanto, vulnerable a una intervención.
Y luego de lo dicho ladeó la cabeza.
Así que si se desea hacer cualquier movimiento, estamos en el momento propicio.~
Bien, su informe estaba correctamente dado, pero no por eso estaba todo hecho, pues si algo sabía, es que todo pendragón estaría más que gozoso de escuchar esta noticia, sin embargo, Asiaín...
Tenía sospechas, y podría confirmarlas ahora, quería ver que iba a hacer la cuarta en discordia, osea, Catherine, y quizás si jugaba bien sus cartas, podría averiguar a que se debía la extraña ausencia y repentino retorno del rey, todo son cosas que tiene interés en saber, pues le beneficiarán mucho a su causa.
Decidí mantenerme de pie aunque mi silla hubiese quedado libre y sentarse se antojase tentador. Era preferible aguantar a demostrar cansancio. Necesitaba también comer algo para reponer fuerzas, aunque por el momento tendría que esperar. Después eché una breve mirada de reojo a Catherine, pero en ese preciso momento ella tampoco me estaba mirando, así que aparté la vista rápidamente. Quizás se sentía incómoda y por eso prefería no hacer contacto visual tampoco mientras me resumía lo que estaban hablando. Todo era un tanto extraño después de los acontecimientos de los últimos días, así que quería tener unas palabras con ella a solas. Por ahora la política nos reclamaba, al igual que Asiaín y Freyja.
- Habla pues, Asiaín. - al parecer no había estado perdiendo el tiempo, haciendo incluso descubrimientos en tierras nórdicas. - También tengo algunas cosas que contaros cuando te expliques. - Arqueé una ceja levemente al escuchar que en esos lugares se mantenían neutrales ante la idea de un imperio mágico, como si les diese igual la idea de la unificación. Cerré el puño que tenía sobre la mesa, haciendo un sonido de desdén.
- Su individualismo los hace débiles. Los poca población mágica que quede en la zona no puede quedar a merced de gobernantes pusilánimes de tres al cuarto. Su indiferencia los conducirá al desastre. Los Lothbrok son los que deben encargarse de esa zona. - dirigí la mirada hacia la vikinga, que seguramente tendría mucho que decir al respecto. No hice lo mismo con Catherine, sabía que ella no estaba de acuerdo en nada, pero ya era tarde para que no se enterase de los asuntos que traíamos entre manos. Una mentira no era la mejor idea.
- Tal y como ha dicho, ahora mismo son vulnerables a una intervención. Pero tenemos que decidir la estrategia de intervención que más convenga a nuestros intereses. Deben convencerse de nuestra superioridad, ser conscientes de que nos necesitan. Será nuestro primer lugar a intervenir. - giré hacia un lado para ir hacia el cajón de la mesa, sacando un pergamino que mostraba el mapa de Europa. Lo desenrollé sobre la mesa, haciéndoles un gesto a los tres para que se acercaran.
- Ya contamos con Irlanda. Me encargué de ello antes de la coronación...- dejé caer de modo enigmático, apoyando la palma de la mano junto a la isla irlandesa.
- Habla pues, Asiaín. - al parecer no había estado perdiendo el tiempo, haciendo incluso descubrimientos en tierras nórdicas. - También tengo algunas cosas que contaros cuando te expliques. - Arqueé una ceja levemente al escuchar que en esos lugares se mantenían neutrales ante la idea de un imperio mágico, como si les diese igual la idea de la unificación. Cerré el puño que tenía sobre la mesa, haciendo un sonido de desdén.
- Su individualismo los hace débiles. Los poca población mágica que quede en la zona no puede quedar a merced de gobernantes pusilánimes de tres al cuarto. Su indiferencia los conducirá al desastre. Los Lothbrok son los que deben encargarse de esa zona. - dirigí la mirada hacia la vikinga, que seguramente tendría mucho que decir al respecto. No hice lo mismo con Catherine, sabía que ella no estaba de acuerdo en nada, pero ya era tarde para que no se enterase de los asuntos que traíamos entre manos. Una mentira no era la mejor idea.
- Tal y como ha dicho, ahora mismo son vulnerables a una intervención. Pero tenemos que decidir la estrategia de intervención que más convenga a nuestros intereses. Deben convencerse de nuestra superioridad, ser conscientes de que nos necesitan. Será nuestro primer lugar a intervenir. - giré hacia un lado para ir hacia el cajón de la mesa, sacando un pergamino que mostraba el mapa de Europa. Lo desenrollé sobre la mesa, haciéndoles un gesto a los tres para que se acercaran.
- Ya contamos con Irlanda. Me encargué de ello antes de la coronación...- dejé caer de modo enigmático, apoyando la palma de la mano junto a la isla irlandesa.
Freyja Lothbrock
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Vio a la Reina incorporándose rápidamente y le agradó, que reconociera que no era su puesto. Por mucho que el Sanguis Ligno la hubiese pedido, a ella le importaba tres pepinos y no tenía ni su respeto ni su empatía. A diferencia de los hermanos Pendragon con quienes había crecido e, incluso, cuidado. A esa mujer no la conocía y, sinceramente, no le apetecía conocerla.
-Siempre tan particularmente educado. Debería tomar unas clases contigo si es que me importara tener lengua de plata- Miró hacia lo que estaba bebiendo y la verdad es que no le apetecía en lo absoluto nada de vino, prefería una buena cerveza negra así que simplemente asintió levemente porque a fin de cuentas ella había preguntado.
Freyja escuchó, quería saber qué información había de sus tierras y cuando escuchó que los gobernantes se rehusaban a dejar el poder un sonrisita se colgó en sus labios -¿Hay mucha población muggle?- Preguntó porque no sabía muy bien cómo se iban a enfrentar a ellos y si tenían algún tipo de herramientas y armas que pudieran complicar su conquista.
-Concuerdo- Dijo asintiendo cuando Wthyr -Míranos, por fin de acuerdo en algo- Se rió socarronamente mientras se incorporaba hacia donde estaba expuesto el mapa escuchando de fondo todo lo que estaba diciendo el Rey -Podemos plantarnos como hicimos en Ouroboros- Mencionó ignorando deliberadamente a Catherine -Una muestra de poder sin derramamiento de sangre, siempre que cumplan nuestras condiciones. Agotemos la vía…- Entrecerró los ojos y se quedó mirando a Asiaín para luego ver Wthyr -¿Diplomática es que se dice?- Fingió demencia para luego sonreír.
-Un territorio menos. Digno de comunicar al resto de los líderes, Su Majestad. Os corresponderá a vosotros, imagino- Preguntó y añadió algo más -¿Quién manejará el territorio? ¿Darren?-
-Siempre tan particularmente educado. Debería tomar unas clases contigo si es que me importara tener lengua de plata- Miró hacia lo que estaba bebiendo y la verdad es que no le apetecía en lo absoluto nada de vino, prefería una buena cerveza negra así que simplemente asintió levemente porque a fin de cuentas ella había preguntado.
Freyja escuchó, quería saber qué información había de sus tierras y cuando escuchó que los gobernantes se rehusaban a dejar el poder un sonrisita se colgó en sus labios -¿Hay mucha población muggle?- Preguntó porque no sabía muy bien cómo se iban a enfrentar a ellos y si tenían algún tipo de herramientas y armas que pudieran complicar su conquista.
-Concuerdo- Dijo asintiendo cuando Wthyr -Míranos, por fin de acuerdo en algo- Se rió socarronamente mientras se incorporaba hacia donde estaba expuesto el mapa escuchando de fondo todo lo que estaba diciendo el Rey -Podemos plantarnos como hicimos en Ouroboros- Mencionó ignorando deliberadamente a Catherine -Una muestra de poder sin derramamiento de sangre, siempre que cumplan nuestras condiciones. Agotemos la vía…- Entrecerró los ojos y se quedó mirando a Asiaín para luego ver Wthyr -¿Diplomática es que se dice?- Fingió demencia para luego sonreír.
-Un territorio menos. Digno de comunicar al resto de los líderes, Su Majestad. Os corresponderá a vosotros, imagino- Preguntó y añadió algo más -¿Quién manejará el territorio? ¿Darren?-
Agradeció el silencio de Asiaín porque no le apetecía lidiar con lenguas afiladas. Es más, no quería lidiar con nada de política pero no le quedaba otra cosa mientras Wthyr estaba “fuera de combate”. No obstante, con su llegada todo se aligeraba. Después de todo, él era el que quería iniciar esa movida y Catherine no quería que confundiera su presencia como apoyo. Se cruzó de brazos mientras los oía hablar. De momento, Wthyr no la echaba o se callaba como pasó con Shyvanna así que se mantuvo allí para oír lo que planeaban.
Escuchó la pregunta de Freyja y entrecerró suavemente los ojos -¿Cuál es tu posición respecto a los muggles, Freyja?- Preguntó con un tono bastante más dulce de lo usual y aunque no miró a Wthyr, conectó con él inmediatamente. “No respondas, quiero oír lo que ella tiene que decir”. Se acercó junto a ellos al mapa y observó la posición de la mano de Wthyr. ¿Eso era lo que había estado haciendo? ¿Conquistando un territorio mientras ella estaba pasando los peores días de su vida y, además, embarazada de su hijo?
La mención de Ouroboros hizo que Catherine se cruzara de brazo -¿Sin derramamiento de sangre?- Inquirió y la pérdida de Desmond se convirtió en un lazo de oscuridad que fue creciendo en su corazón y envenenando su sangre con rabia e ira -¿A qué le llamas la muerte del capitán? ¿Las agresiones a Sarah y a Ling? ¿La muerte de mi hermano? ¿La hospitalización de mi Ian y Aedan? ¿El intento de asesinato de Matvey?– Aunque su rostro seguía bastante sereno, sus ojos brillaban con energía mágica, dispuesta a incinerarla allí mismo si podía -¿Eso a ti te parece diplomático, Freyja? ¿Ese es tu concepto?- Espetó con un tono borde.
Escuchó la pregunta de Freyja y entrecerró suavemente los ojos -¿Cuál es tu posición respecto a los muggles, Freyja?- Preguntó con un tono bastante más dulce de lo usual y aunque no miró a Wthyr, conectó con él inmediatamente. “No respondas, quiero oír lo que ella tiene que decir”. Se acercó junto a ellos al mapa y observó la posición de la mano de Wthyr. ¿Eso era lo que había estado haciendo? ¿Conquistando un territorio mientras ella estaba pasando los peores días de su vida y, además, embarazada de su hijo?
La mención de Ouroboros hizo que Catherine se cruzara de brazo -¿Sin derramamiento de sangre?- Inquirió y la pérdida de Desmond se convirtió en un lazo de oscuridad que fue creciendo en su corazón y envenenando su sangre con rabia e ira -¿A qué le llamas la muerte del capitán? ¿Las agresiones a Sarah y a Ling? ¿La muerte de mi hermano? ¿La hospitalización de mi Ian y Aedan? ¿El intento de asesinato de Matvey?– Aunque su rostro seguía bastante sereno, sus ojos brillaban con energía mágica, dispuesta a incinerarla allí mismo si podía -¿Eso a ti te parece diplomático, Freyja? ¿Ese es tu concepto?- Espetó con un tono borde.
Contenido patrocinado
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.