Planta de cuidados intensivos

Es lo que era. Ella era squib. "Por accidente"... Esa palabra se había quedado rondando en su cabeza. Pero se mordió la lengua, no dijo nada y se fijo en la máquina -Mirad- Musitó y explicó un poco el eco enseñándole a su bebé y poniendo los puntitos en la pantalla para delimitarlo.  Finalmente lo imprimió y se los entregó, mirando lo que tenía en las manos con un gesto de profunda tristeza. Era el segundo nieto de Jane. Esos niños no habían conocido a su abuela, no habían podido disfrutarla. A su manera. Tomó una bocanada de aire y observó a Thalos hablando sobre la casa, lo que la hizo sentir profundamente culpable.

Les miró a ambos mientras por su mente pasaban tantas cosas, tantas que no era capaz de expresarlas. Su control de sentimientos se volvió a deshacer y compartió con ellos una tristeza profunda, un sentimiento de pérdida tal que quitaba el aliento. Anteia comenzó a llorar mientras abrazaba la imagen que tenía en las manos como si se le fuera la vida en ello. No podía hacerle eso a Erika, no podía hacérselo a Jane. Apartó un poco la imagen y se la puso en las manos a los dos tratando de secarse las lágrimas. Alargó una mano y le peinó los mechones de pelo rojo como el fuego a su sobrina mientras no paraba de llorar pero la tristeza poco a poco empezaba a disiparse. Una sonrisa muy leve apareció en los labios de la rubia. No podía evitarlo, había algo mucho más grande en su corazón que sólo rencor-¿Sabes que te amo con todo mi corazón?- Le preguntó,  sorbiendo un poco los mocos -Os podéis quedar en casa si no encontráis nada. En nuestro techo siempre hay espacio para ustedes-

Miró a Thalos y le sonrió cálidamente -Jane te habría sacado tantas canas verdes- Se rió, aún con la nariz congestionada y los ojos rojos -Y sería tan feliz por vosotros- Suspiró, aún llorica cuando Johan llegó hasta ellos. Le sonrió nuevamente y se levantó para darle un abrazito porque…Le apetecía. Ellos eran sus niños. Los había cuidado en Hogwarts cuando se hacían pupas tras caerse de la escoba, o cuando un hechizo salía mal. Porque a fin de cuentas, Anteia era la mamá de todos. Cuando se separó de él le cogió el rostro con ambas manos y le dio dos palmadas, intentando controlarse cuando uno le vino a decir que necesitaba revisar a Victorya Blanc. Ella asintió -Bueno… Voy a… arreglar lo de tu habitación...Y a ver a la señorita Victorya- Se limpió las lágrimas con una mano, lentamente, y les sonrió a todos antes de despedirse aunque siguió llorando mientras  se llevaba la máquina y buscaba a la tal Victorya.


¿Le puede el rencor?

Fallo. Claro que no, mi Anteia es un ser de luz.
Pero que no venga otro Soul por dio

El miembro 'Anteia Malfoy' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

-Mmmm...No los conozco- Indicó Mérida con un gesto algo extraño en el rostro, pero bueno, cosas y cosas. Tal vez habría que esperar, seguro vendrían a verlo. Se rió cuando indicó lo de librarse de él -¿Librarme? ¿Y quién va a enfriar mis noches?- Inquirió alzando las cejas varias veces con otra risa más pero a lo del papel le dijo que no, negando con la cabeza -Quiero verte haciendo lenguaje de señas. Eres bueno con los dedos- Expresó con un rintintin que evidentemente se refería a sus habilidades en el lecho.

Cuando le apretó la mano sonrió. Sabía lo que era estar preocupado, ella había estado llorando más temprano con Adael, pero eso no se lo quería decir a Kyllian. No quería que pensara que era una llorica aunque ...Se sentía muy tentada a llorar porque sí. Tenía algo de hambre, pero también sueño. Cuando leyó lo que le puso sonrió con dulzura y asintió, se incorporó y cerró las cortinas. Al darse cuenta de que le había hecho espacio se le enterneció mucho el corazón y se le humedecieron los ojos, pero no dijo nada, simplemente se quitó las botas y se metió en la cama acurrucándose con él. Pero ella sí con la sábana puesta, aunque Kyllian estaba bastante calentito. No tardaron mucho en dormirse ambos, entre el cansancio, la anestesia y las hormonas.

Seguía mirando la pantalla, ladeando la cabeza con mi ceño fruncido. A pesar de las explicaciones de mi tía no veía gran cosa así que miré de reojo a Thalos esperando que el tampoco viese una mierda o confirmaría mis grandes sospechas de que soy una madre de mierda.
Arrancó un papel que salió de la máquina y miré a mi tía sostenerlo entre sus manos, con un gesto muy triste. De pronto una angustia horrible me invadió y me llevé una mano a la boca mientras notaba las lágrimas salir a flote.
-No se pasa rápido...y seguro que es una casa horrible, tienes un gusto de mierda para las casas...
Todo esto lo dije en mitad de un llanto incontrolable mientras limpiaba mis lágrimas.No lo entendía, hacía un segundo no me sentía así y encima mi tía se puso modo moñas y eso me hizo llorar más. Asentí a su pregunta volviendo a limpiar mis lágrimas y sorbiendo por la nariz.
Eso lo tenía claro, mi tía me quería, a pesar de que yo fuese bastante despegada de la familia. Aunque yo odiaba cuando me hacía ponerme sentimental porque era la única que decía cosas así, mi madre lo hacía pocas veces a su modo.El sentimiento fue desapareciendo pero me costaba controlar aquello.
-No hace falta tía, seguro que nos apañaremos.
Miré a Thalos mientras sorbía mis mocos y tomaba aire más tranquila negando.
-No quería decir eso del gusto de mierda.
Mi tía empezó a decirle cosas a Thalos y le dio aquel papel mientras yo me calmaba más, cogí un pañuelo para sonarme los mocos justo cuando apareció Johan. Encogí mis hombros por respuesta aún con el pañuelo en la nariz.
-No del todo al parecer.Tengo que quedarme aquí unos días.
Agarré la mano de mi tía cuando dijo que se marchaba sonriendo aún algo jodida por el momento absurdo de lloros.
-Gracias tía Anteia.
Suspiré profundamente mirando de nuevo al Black.
-¿Tu estás bien enton...
Pero las palabras de mi tía me cortaron la pregunta. Sabía que Anteia se dedicaba a la ginecología, bueno, sobre todo en el aspecto ...maternidad y había dicho ese nombre. Mi cara era extraña como si estuviese atando cabos que me costase unir.

"Yo tampoco entiendo nada"

Le respondí a Erika con una mirada, observando nuevamente la pantalla de la cosa de ecografias. Sacó una foto pero yo seguia sin verlo nada claro. Luego de pronto, me sentí bastante triste. Era una sensación de vacío extraña, que hacía respirar muy pesado. Anteia estaba llorando y de pronto, Erika tambien. Y se metió con mi gusto para las casas.

Fruncí el ceño y miré hacia abajo, no me apetecía discutir o soltarle una pulla, devolverle la frase como solíamos hacer. Admití que tenia un gusto horrible y punto.

"joder, eso tampoco es para deprimirse, que coño me pasa?"

La sensación aquella fue remitiendo poco a poco, pero las lagrimas descontroladas de las dos me indicaron que no habia sido solo cosa mia. Algun tipo de droga debia de circular por el aire.
- Yo creo que alguna cana verde me llegó a sacar... - recordaba muy bien a Jane. Con todas las cosas raras incluidas.

Anteia se levantó y se fue en plan madre despues de saludar a Johan, yo no lo pillé, porque no sabia que Anteia se dedicaba solo al asunto de la obstetricia.
- No se nada, lo mismo que tu....y de unos dias nada, Erika. Ha dicho una semana. Y luego reposo. - Johan mencionó lo de Jo, que vendría a revisarme... - En realidad necesito dormir durante horas y ya está...y comer algo en condiciones... ahora que ya no hay adrenalina en sangre creo que me voy a morir de un momento a otro del cansancio.... ¿Donde han dejado a James? Tampoco lo sabemos, supongo....

Había estado preguntando por Draven por el hospital, al parecer le habían atendido en la propia recepción y luego había preguntado por Erika. También pregunté por Yaroslav, ambos estaban en cuidados intensivos así que fui hacia allí.
Al entrar vi a lo lejos en la cama de Erika como estaba acompañada por Thalos y Johan que en esos momentos estaba siendo achuchado por Anteia, así que decidí que primero vería a mi ruso loco y más tarde me ocuparía de Mister Bombas.
Caminé discretamente hacia la cama de Yaroslav y ante el gentío que había ese día en Cuidados intensivos hice que las cortinas se corriesen.
Miré a Yaros dormido perdido y le coloqué mejor las sábanas.
"Espero que despiertes gritando como cien vikingos rusos, amigo."
Saqué la moneda mandando un mensaje a Thoren para hacerle saber que su hermano de momento se encontraba dormido, le avisaría si había alguna novedad.
Comencé a revisar todos los aparatos que tenía conectados mientras levitaba su ficha leyéndola.

Acudí a la planta de cuidados intensivos unos 30 minutos después de haber terminado las operaciones, justo cuando terminaban de meter allí las camas de los últimos operados, Victorya por un lado y Reiv por otro. Los dejaron en la misma zona que al resto, estando en el mismo espacio las camas de Lyosha, Yaroslav, Kyllian, Arleen, Erika y Gelion. Había además muchas visitas que no deberían estar ya ahí, pues entre unas cosas y otras nos habían acabado dando las 12 de la noche. Fruncí el ceño pero no dije nada mientras hacia una ronda de revisión de los que estaban allí. Jo estaba revisando a Yaroslav, así que fui hacia Gelion. Como parecía estar estable dije que lo bajasen a la planta de abajo, a la de ingresos. Después fui a revisar a Kyllian, dormido en la cama junto con Mérida.

Me parecieron muy monos, pero en la UCI no podían estar así. El feral parecía evolucionar bien y le había dejado limpio del veneno de la plata. Su filtrado de sangre había sido correcto. Realicé una de las sanaciones mágicas prescritas, aunque un poco regulera porque los niveles de energía estaban ya bajos. Le hice un gesto al elfo, señalando a la chica.  - Creo que puedes bajarlos a planta, así podrán estar juntos. Encárgate de que hasta mañana por la noche le sigan haciendo las sanaciones pertinentes que recomendé. - después fui hacia mi compañera Arleen, mirándola con preocupación porque nunca la había visto así. Revisé que todo estuviese en orden, y pedí que la vigilasen muy de cerca.

 - Avisaré a su hermano y a su madre. - comenté con la enfermera que estaba manipulando el gotero de Arleen. Después me dirigí hacia Erika, que estaba muy bien acompañada.  - Siento deciros que tenéis que marcharos, no puede quedarse nadie aquí a pasar la noche. - señalé al fondo de la sala, donde acaban de dejar a Reiv y a Victorya.   - Tu hermano necesita una transfusión, así que ve pronto a la sala de extracciones para que podamos sacarte sangre. - pedí a Johan antes de darme la vuelta, sin explicar mucho más. Ya lo harían Juliet o Sirius.  - Aldaron...maniobra cerbatana como no te hagan caso, quieran moverse antes de tiempo, o no se vayan de aquí los acompañantes. Volveré mañana a ver cómo están los operados. Descansad. - me despedí de todos sin alzar la voz para no molestar, saliendo de esa zona y un rato más tarde del hospital.

La emotiva escena de Anteia, Erika y Thalos me dejó un poco confuso, incluso llegué  a pensar que estaban así porque había perdido al bebé. Le devolví el abrazo a Anteia antes de que se marchase, le tenía cariño a la esposa de Lyran después de tantos años cuidando de nosotros. No asocié lo que dijo de Victorya con la especialidad de Anteia, no estaba muy al tanto de los últimos cambios en el hospital. Eso significaba que ya habían terminado de operarla y que pronto habría noticias. Después volví a mirar a la pelirroja, que tenía buenas noticias a medias. Parecía que se había convertido en embarazo de riesgo. - Eso de estarte quieta te va a costar, pero seguro que todo sale bien. Una semana no es tanto.  - asentí cuando preguntó si estaba bien, nada comparado con todos los que estaban allí. Lyosha estaba unas cuantas camas más allá, con no muy buen aspecto. - Sí, Jo se ha encargado de curarme bien. Descansaré un par de días y solucionado. - ahora Thalos decía que no era necesario que le viesen, así que habría que avisar a Josephine para que pudiese irse también a casa. Puse cara de estar muy de acuerdo con Thalos en eso de morir de cansancio, nos hacía mucha falta dormir.

- No, todavía no he podido contactar con el resto de la Brigada. Les enviaré un mensaje para que nos digan y así avisar a Sigrid. - volví a sacar la moneda, comprobando que aún no había respuesta de Thoren. Después mandé mensaje general a la Brigada, preguntando por el androide. Justo en ese momento escuché la voz de Lucio acercándose a nosotros, pidiendo que nos marchásemos porque no eran horas ni lugar. Seguí con la mirada el lugar al que señalaba, viendo por fin a Victorya desde que nos separamos en China Town. Quise preguntarle cómo estaba, pero enseguida me di cuenta de que también estaba Reiv. No tenía ni idea de que había bajado a la misión. Fruncí el ceño con preocupación, por ambos. - ¿Transfusión? ¿es grave? - asentí rápidamente para dar a entender que estaba dispuesto, aunque no me dio más datos del estado de ninguno de los dos y se fue. Me tocaría preguntar a otros médicos.  - Os veo mañana. - me despedí de la pareja para avanzar hacia el fondo de la sala, donde estaban Reiv y Victorya. Ambos estaban dormidos aún, con varios aparatos y vías enchufados, aunque lo de Reiv parecía más serio. - Joder...aguantad. - murmuré al verlos así, lo cual me dejó con más inquietud de la que ya tenía después de cruzar dos palabras con Lucio. Salí rápidamente de allí para irme directo a la sala de donaciones.

Salimos realmente tarde del quirófano, todo el día metidos en el hospital pero ya estaba acostumbrado a los turnos largos y eternos, me paseé con Lucio por las camas de los pacientes hasta que dimos con Mérida y el feral -Aww... sería una lástima que alguien los despertara- y ese iba a ser yo, le di a una máquina de constantes para quitar un cable y aquello empezó a pitar como un demonio por un par de segundos -Fallo técnico! no se alarmen!- dije a los otros pacientes esperando por los tortolitos mientras Lucio me daba las indicaciones y pasaba al siguiente paciente -Ahora vengo, que sepas que es ilegal dormir con los pacientes pelirroja, luego pasamos al muchachote a planta y vengo a hacerle la curación-

me di un paseo por la sala prestando especial atención a los medicamentos y pociones prescritos para cada paciente, íbamos a necesitar más pociones en nada y como Arleen estaba pocha pues me iba a tocar el marrón del inventario.

Volví con Lucio para dar el visto bueno a todo pues en principio estaba en orden, fue entonces cuando me autorizó a usar la cerbatana si alguno se pasaba de listo y los ojos me hicieron chiribitas para después mirar a los presentes con una sonrisa maligna -Maniobra autorizada por el director del hospital, a ver quien me ayuda a practicar la puntería, que os tengo a todos fichados, ahora todos fuera- miré a Mérida y le hice una señal para que se esperase un poco, ella se iba para otra sala y ya de paso le echaría un vistazo porque la veía muy pálida... pero a lo mejor fue el susto de la máquina.

Mientras los visitantes iban saliendo volví con la pelirroja haciendo una curación al feral como me había dicho Lucio, por suerte los elfos eramos más resistentes y me quedaba lo justo para eso -Chica, tienes mala cara ¿has seguido con los vómitos de esta mañana? si es así tendré que darte medicación ¿has comido algo?- por su cara había dado en el clavo por lo que añadí una nota en el informe del feral y le di instrucciones a las enfermeras -Llevaos al chico a las habitaciones e ingresadla a ella también, ponedle suero por vía intravenosa y medicación para las nauseas, que Anteia le eche un vistazo mañana... tenemos baby boom en la isla!- dicho eso se los llevaron a ambos y me despedí para ir a tomar un merecido descanso en la sala de personal, con eso solo me quedaba rellenar informes e irme a casa.

Llegó justo a tiempo para ver a Johan salir de la zona de terapia intensiva. No sabía si había visto a su hermano o si le habían dicho que necesitaban su sangre. ¿Cómo lo habían dejado salir de quirófano sin sangre? Tenía demasiadas preguntas de cosas que no conocía. Maldecía no haber podido ir nunca a la universidad, aunque tenía la sensación de que la medicina no habría sido su primera opción. A veces se preguntaba que habría sido de la vida de no estar la guerra de por medio. Y de nuevo su respuesta estuvo frente a sus ojos.

Se acercó a la camilla donde Reiv yacía. Traía de nuevo la mochila al hombro y las manos libres para acercarse a él. Caminó hasta su lado. Se veía un poco pálido y no era un color que le gustara. Victorya estaba en la camilla contigua y más allá había gente que también conocía. El elfo ya les estaba echando a todos, pero Lucio prometió unos minutos, así que tomó su mano y se aferró a ella suavemente. Sirius no sabía donde estaba, pero tenía la sensación de que seguía en el hospital. Soltó un suspiro, acercándose a Reiv para dejar un beso en su frente. Ya no estaban en la improvisada área médica del castillo Le Fay. Había aparatos, cosas... No le dejarían estar con él por más que lo intentara. Al menos mientras estuviera en esa sala. Iba a tener que dejarle solo. Tenía tanto miedo de dejarle que comenzó a frotarle uno de sus brazos y luego el otro. Estaba tan helado del quirófano... Trató de colocarlo de una manera reconfortante, pues si no iba a poder estar con él, al menos cubrirlo bien con la manta para que no pasara frío. Se mantuvo silenciosa, procurando que no la vieran, por si podía ser ignorada por el elfo.

Seguía intentando pensar y por alguna razón no terminaba de unir toda la información mientras ellos hablaban de la gente de la misión.
"Mi tía...señorita Victorya...mi tía hace ecografías..."
Puse cara tensa, como si me costase sumar dos mas dos en ese momento, asintiendo sin saber que me había dicho Johan. Para ese momento entró uno de los sanadores poniendo orden en la sala además de traer a Reiv y a Victorya por lo que seguí las camillas con la mirada.
-Si Draven, es mejor que te duches.
Entrecerré los ojos.
"Se me escapa algo"
Johan se marchó a ver a Reiv y a la morena y volví a mirar a Thalos dando por perdido aquello que no conseguía descifrar.
-Ve a descansar, prometo que no me moveré una mierda en una semana.
Solté con fastidio chascando la lengua, miré la foto esa que tenía el entre las manos y la señalé.
-Mejor que la guardes tú yo ya lo tengo todo el rato conmi...
"Espera"
Miré hacia donde estaba Johan y desvié la mirada a la morena varias veces de uno a otro hasta que el Black se largó. Abrí mucho la boca y señalé a Draven agitando mi dedo varias veces.
-Embarazada!
Apreté los labios señalando la puerta por la que se había ido Johan y luego señalé a la morena que seguía sopas en la cama y luego luego miré a Draven como flipando mucho.
-Mi tía...
Señalé de nuevo a la chica y luego a la ecografía que el sostenía en la mano.
"ARGGG porqué no se hablar coherente?"

Al día siguiente.

Los párpados de Arleen se abrieron muy lentamente. La luz era tenue en donde se encontraba pero aún así demasiado brillante para sus ojos. Movió una mano instintivamente para taparse los ojos y gimió al hacer aquel movimiento. El dolor irradió desde su herido hombro por todo su cuerpo y la morena dejó caer el brazo lentamente. Mantuvo los párpados cerrados entonces y se dedicó a oler aquel aroma a…limpio, a hospital, que le daba tanta tranquilidad. Estaba bien, estaba recuperándose, estaba en su hogar.  

Pero cuando los recuerdos la inundaron el dolor que aún se mantenía en su cuerpo pareció intensificarse. Sintió que se le derramaban varias lágrimas por el rostro. Se había visto imposibilitada de curarse a sí misma. Así de grave había sido su encuentro. Agradeció a los Dioses que los Descendientes estaban allí. Había oído a Giordano pedirle ayuda a Altair y después ayudarla con las pociones, prometiéndole que se quedaría allí. Después no recordaba nada más, todo era borroso hasta convertirse en negro. Esperaba que ambos hubiesen salido de allí. Se preocupó enormemente por ambos y decidió abrir los ojos.

Tenía que saberlo. Tenía que saber que todos habían vuelto. La necesidad de hacerlo hizo que se moviera y otra vez el dolor volvió a irradiar por su cuerpo. Las máquinas empezaron a pitar al ver que sus constantes se salían de lo normal y Arleen se molestó por ello, movió la mano tratando de canalizar su magia para tirar la máquina al piso pero cuando la vio tambalearse se detuvo…¿Qué estaba haciendo? ¡Era una locura actuar de esa manera tan irracional! Como todos esos pacientes que decidían darse el alta por sí mismos….Y, no obstante, ahora lo entendía perfectamente. Hizo un leve puchero y se llevó la mano que no le dolía tanto hacia la cara para limpiarse. Sabía que pronto vendría una enfermera. Al verla llegar le sonrió brevemente -Lo…- Carraspeó, tenía la garganta seca -Lo siento, Denia. No es nada…Sólo, me he preocupado. ¿Han vuelto todos de la misión? ¿Están bien? ¿Los Descendientes, Altair, Giordano, Sayid, están bien? - Inquirió alzando las cejas con un gesto de desasociego antes de recordar otra cosa. Una muy importante -Mi maletin…- Y de sólo pensar en perderlo de nuevo el corazón empezó a latir con fiereza -Mi maletin…- Repitió a Denia y se removió, pero cuando lo hizo gimió de nuevo de dolor y la máquina infernal seguía pitando - ¿Sabes algo de mi maletin?  ¿Lo trajeron? ¿Alguien lo tiene?- Preguntó preocupada -Agh…Dame mi expediente, necesito saber…- Pero Denia negó con la cabeza a eso y salió un poco despavorida a buscar a algún superior. Arleen se habría movido a cogerlo pero tenía demasiado dolor para hacerlo -¡Dile a Aurora que venga!- Le gritó, por primera vez, alzando la voz.

- No me lo digas mas veces.... - cuando estas un mes de mision y hueles a mierda pero todos a tu alrededor huelen igual no se nota tanto, pero ahora en el hospital la gente estaba limpia y aseptica y me estaba dando asco a mi mismo.

- No se si creerte, pelirroja.... pero me echan de aqui. Mañana vendré a verte. - me quedé con la foto de la ecografia y le di el beso que no habia podido darle antes. Luego ella se puso a decir "embarazada" y "mi tia", y lo entendí mal.

- Si, Anteia nos ha dicho que tambien esta embarazada...te das cuenta ahora? - pero por qué señalaba a Vyka? Atrapé el dedo de Erika para que dejase de hacer eso porque me estaba poniendo nervioso. Entonces lo entendi, porquie siguió señalando a eso y la eco, y recordé que un mes atrás los habia visto a los dos salir de los aseos con chupetones por el cuello. Y puse la misma cara que ella. - SSHHHHHHH! Jo! - le dije muy por lo bajo, si nos habiamos enterado de algo no quería que Jo se enterase asi de sopeton por oirnos a nosotros marujear. - Tu...deja de flipar y....mañana hablamos...duerme. Eh? - le di otro beso y me fui de alli, antes de que el elfo me diera con la escoba.

erika:

Terminé de chequear que todo andase bien con Yaroslav, le habían chutado un buen sedante así que probablemente hasta mañana no abriría el ojo para gritar a nadie.
Escuché a Lucio decirle a la gente que tenía que marcharse así que me apresuré a terminar de colocar en una buena postura a Yaros, para cuando descorrí la cortina ya no quedaba prácticamente nadie, se estaban llevando a un par de pacientes. Miré hacia donde Erika, Thalos ya se había marchado y Johan también, por su parte la pelirroja me sonrió extrañamente y cerró los ojos con rapidez.
"Querrá descansar"
Vi al fondo que todavía quedaba un acompañante así que me aproximé a Juliet comprobando que era Reiv el que se encontraba ingresado. Tomé su informe entre mis manos con preocupación mientras me acercaba a la chica.
-Juliet...
Miré de nuevo a Reiv y luego leí el informe intentando no mostrar lo tan preocupante que parecían aquellos datos. Suspiré y volví a mirar a la chica sonriendo con cariño.
-Lo siento mucho pero no puedes estar aquí...te avisaremos si despierta.
Le apreté el hombro con delicadeza.
-Ve a descansar.
Dejé el informe de Reiv y repasé con la mirada que todo lo que tenía enchufado estuviese bien mientras la dragona abandonaba la sala. Tras ello pasé a ver a Arleen, comprobando también que todo estuviese correcto, al parecer habían hecho un buen trabajo en quirófano. Acomodé un poco su cama y me dispuse a marcharme.

Pero justo en ese momento vi a alguien más. Victorya estaba ahí también.Suspiré acercándome para comprobar su ficha, seguramente Johan querría saber como se encontraba. La tomé entre mis manos leyendo con detenimiento y en algún punto mis cejas se alzaron. Continué así durante un minuto mas o menos antes de mirar a la muchacha y continuar leyendo hasta finalizar el informe aunque no me enteré de mucho a partir de haber leído aquello.
Pasé una mano por mi rostro tratando de despejarme y tras dejar el informe me maché por fin a casa.

Resulta que la señorita Blanc había estado demasiado sedada para ella hacer nada la noche anterior así que la dejó descansar. Cuando ingresó nuevamente le avisaron de que aparte de Victorya tenía que atender a la señorita Pyro y también un turno para Leila. Día ajetreado. Pero era bueno volver al trabajo, le gustaba. Aunque había sido algo exigente con el tema del horario, quedándose con tiempo para poder estar con sus hijos y familia.

Al llegar a terapia intensiva escuchó los pitidos de la máquina de Arleen y frunció el ceño pero entonces vio a Aurora, su cuñada, ir allí y se quedó tranquila. Seguro luego vendría Lucio y Aldaron, aunque si la máquina seguía sonando iría ella directamente. Victorya seguia dormida asi que Anteia se tomó el tiempo de leer su informe lentamente y luego la miro. Era una muchacha guapa. Esperaba que el bebé estuviera bien. Le mandaría reposo como el de Erika y esperaba que siguiera las reglas aunque sospechaba que no lo haría.

Se preguntaba quien sería el padre mientras cerraba las cortinas. Y al hacerse esa pregunta escuchó un ruido y a la mujer moviéndose. Anteia le sonrió y casi maternalmente le acarició el pelo -Buenos días, Victorya. ¿Te encuentras un poco mejor? Sé que el día después todo suele pasar factura... - Indicó en un tono suave.

Un sonido extraño se clavó en su cabeza lo suficiente como para hacerla removerse. Abrió los ojos cuando pudo, después de varios intentos y fracasos. El techo del hospital lo reconocía bien, era lo último que había visto en urgencias y lo primero que veía al despertar. Una lámpara, un poco más allá, se cernía la habitación. Hubiera preferido que estuviera apagada. Con la cortina cerrada, no tenía idea de en qué parte del hospital estaba, pero todo lo que alcanzaba a ver conectado a ella le indicaban que no había pasado la noche en el piso más tranquilo.

Soltó un suspiro, finalmente viendo a la rubia frente a ella. Las rubias ahora le recordaban a Josephine, pero seguro era porque no sabía si Johan había podido alejarla de ella. Tampoco se lo dijo explícitamente, pero sí esperaba que lo hubiera entendido. Escuchó sus preguntas y sintió el cuerpo cansado, aunque la cabeza le iba bien.- Estoy bien, supongo que algo tengo para el dolor. Solo siento mucho cansancio.- Normal después de una batalla de proporciones épicas, una paliza brutal y un mes de pobre alimentación y descanso.- ¿Estoy en... emmm... urgencias? No sé que ha pasado conmigo.

-Estás en la zona de terapia intensiva. Realmente llegaste en muy mal estado y han tenido que operarte. Una vez solventado has pasado la noche aquí donde han podido vigilarte las constantes- Se acercó a ella tomándose confianzas, porque así era Anteia, y se sentó en la camilla tomándole la mano con suavidad y apretándosela. Le parecía que había pasado peores momentos pero no quiso indagar. Sin embargo, utilizó sus poderes empáticos para generarle un aura de paz pese a los pitidos de la máquina de Arleen a la que estuvo a punto de ir  a atender porque Aldaron definitivamente estaba sacándose la cera de los oídos.

-¿Tienes a alguien que quieras que le informemos que has despertado?- Preguntó con una sonrisa dulce y calmada, tratando de que el impacto de sus siguientes palabras no cayera mal -¿Tal vez el padre de tu hijo? Soy la ginecobstetra y me encargaré de tu embarazo de ahora en adelante. Ahora mismo quiero hacerte una ecografía para ver si todo está perfectamente con el chiquitin que tienes allí dentro. Pero debo informarte que por el reporte que he leído…- Suspiró -Debeis dejar de bajar a tierra cuando estáis embarazadas…Aunque es obvio que no lo sabías- indicó al recordar el conteo. Puso los labios en un morro pensativo y después le dio unas palmaditas en la  mano esperando su respuesta.

Me pasé un rato firmando informes y rellenando formularios después de las operaciones y el sueño me mataba para cuando acabé así que preferí dormir en el hospital, no sería la primera vez y además tenía servicio de lavandería y una ducha en la sala de personal, solo lamentaba no tener la compañía de mi silencioso mayordomo robótico que al menos me hacía de almohada.

A la mañana siguiente desperté algo tarde pero con las pilas a cargadas para empezar el día, me di un buen baño y me cambié la ropa, era otro pijama de esos guays que usábamos en quirófano y por encima la bata que me daba más caché, pero lo más importante era lo que llevaba en el bolsillo, la cerbatana homologada y autorizada por Lucio.

Me hice un café y lo primero era echar un vistazo a los casos del día anterior, sobretodo aquellos más graves. Llegué a terapia intensiva y pedí información sobre como había ido la noche, al parecer nada de problemas y todos tranquilitos y durmiendo como lirones, hasta se me iba a escapar una lagrimilla porque nadie se había escapado y todos estaban tranquilos, pero entonces me vino una de las enfermeras corriendo a decir que Arleen estaba muy nerviosa -Será posible! gracias guapi yo me encargo- la dejé con los informes y entonces fui a echar un vistazo a la sanadora.

En cuanto llegué a su cubículo lo primero que hice fue apagar la maquinita infernal para después poner los brazos en jarras -Vergüenza debería darte Arleen! eres una paciente y como médico deberías saber lo que nos jode un mal paciente- tomé su informe a la vez que sacaba la cerbatana de mi bolsillo y le apuntaba con ella -que sepas que ayer me autorizaron a usarla, así que quietecita que me costó mucho cerrarte esas heridas, tienes que cicatrizar bien para que no te queden marcas muy feas- eché un vistazo a su evolución y pasé a examinarla para después canalizar algo de magia y así comentarle sobre su situación -Hicieron un buen trabajo allí abajo, actuaron rápido con el díctamo así que cuando llegaste aquí el mayor problema era la perdida de sangre y el corte, por lo demás todo bien, te he recetado unos analgésicos por si hubiera mucho dolor y antibióticos, tendrás que pasar un par de días en planta y si todo va bien te podrás ir a casa, tengo que atender a los otros pacientes, pasaré después a verte- dicho eso me fui con el resto que aún quedaban unos cuantos.

Mi siguiente paciente fue la pelirroja con mala uva, esa estaba bien, Anteia ya había pasado a verla y todo parecía favorable, pero el reposo no era discutible -Muy bien señorita Malfoy, la pasaremos a una habitación y con una buena dieta en unos días le daremos el alta, pero nada de cabriolas, Avisaré a Anteia, si dice que todo bien con el feto podrá empezar por paseos cortos - firmé el informe y a otra cosa, una más que nos dejaba hueco en la UCI. Mi última paciente era la morena pecadora que me mataba de curiosidad, la cortina estaba echada pero la abrí y para mi sorpresa la rubia estaba con ella -Buenos días! ya veo que estás en buena compañía, solo vengo a comprobar como te encuentras, chica, tienes una suerte que ni te imaginas- pasé un segundín retirando la sábana y la bata de la chica, los apósitos de la intervención no podía retirarlos pero la piel alrededor de las heridas envenenadas tenía buen color, palpé alrededor y no había inchazón por lo que todo parecía correcto -Verá señorita Blanc, llegó usted con heridas infectadas de tetradotoxina y nanotecnología en su interior, por suerte conseguimos solucionarlo todo pero algunos de esos cabroncetes se le aferraron al intestino así que tendrá que seguir una dieta de líquidos por un par de días, ha pasado buena noche así que la subiremos a una habitación y veremos como evoluciona... respecto a su embarazo, la dejo en buenas manos- dije señalando a Anteia para que siguieran a lo suyo, ya cuando terminara de examinarla que se la llevaran.

Ahora me tocaba el resto de pacientes, primero le eché un vistazo al último que habíamos operado la noche anterior, el pobre estaba débil y estaba casi seguro que tardaría lo mismo o más que Sean en recuperarse, al igual que con la pecadora retiré la sábana y levanté el pijama examinando las zonas alrededor de las incisiones, no parecían en mal estado pero empezaba a notarle algo de temperatura en la piel así que por ese día las enfermeras tendrían que estar más pendientes de él, por lo pronto anticoagulantes, antiinflamatorios y antibióticos. La siguiente fue otra de las mujeres que bajaron a la misión, a esa la había operado Lucio y tampoco estaba en muy buenas condiciones por lo que también debería quedarse pero ella no presentaba alta temperatura, aún así le receté lo mismo.

Por fin había llegado al último paciente, un tío guapo de melena blanca y larga que me recordaba a mi ruso... el caballero del huevo. Suspiré cual colegiala y eché un vistazo a su ficha... a mi ese me sonaba de algo pero no lograba hacer contacto, el caso es que este había llegado también de londres casi a la misma hora que el feral, Lucio los había operado a ambos casi al mismo tiempo -Será cabrito, ya podría venir más- refunfuñé quejándome como siempre pero al leer las instrucciones me quedé muerto, le habían recetado vodka y nadie había dicho nada!? -Claro, si es Lucio nadie dice nada pero al pringao del elfo si! me cago en ..- tomé mi boli y taché aquella insensatez dejando claro que solo dieta hipercalórica y más líquidos por vía venosa durante los próximos días, pero ese también podía irse a las habitaciones.

Las palabras "operarla" le habían caído mal. Ahora entendía bien el efecto de las pociones, pues el día anterior, definitivamente, no se sentía tan mal como para que tuvieran que operarla y meterla a terapia intensiva. Se pasó la mano del suero por la cara, dándose cuenta hasta después que no debía moverla, por lo que la dejó de nuevo en su lugar justo a tiempo para ver a la doctora sentándose junto a ella y tomándole la mano. La gente le solía rehuir... Incluso entre su mismo grupo. El contacto le sorprendió, pues no era el primer instinto de nadie para con ella.

Pensó un momento en su pregunta. Solo había una persona, pues así tanto como mejores amigos no tenía ninguno. Cuando habló sobre el padre del bebé supo que no debía hacerlo.- No, no. Así estoy bien. No hay que molestar a nadie.- Susurró, escuchando sus próximas palabras que le cayeron bastante mal, pero era algo que ya sabía. Se mantuvo tranquila, porque así era ella y porque sentía algo de calma con ella.- Anteia...- Le llamó por su nombre solo porque "doctora" le sonaba raro. Pero rectificó.- Doctora... - Tenía que preguntar, tenía que preguntar. ¿Cómo preguntaba lo que tenía en mente? Jooooder. Rió nerviosamnete  a su "chiste" de que las embarazadas no debían bajar y sobre todo porque averiguó rápidamente que no lo sabía. Todo le hacía más difícil externar sus dudas.- S-Sí, los estudios están bien. P-Pero... Dio un salto al ver de repente que la cortina se abría y cuando el elfo, sin muchos miramientos, le quitó la bata para verle las heridas. Vaya tacto para el doctorcito. Se removió un poco al sentirle la mano, pero puso atención al diagnóstico. No hubo nada que decir, ni tiempo, porque se salió al segundo. Ahora sabía que no podía hablar con tanta libertad. Cerró los ojos un instante, tratando de escuchar a sus sombras para ver si a su alrededor había alguien que pudiera oírle. Cuando consideró seguro, volvió la mirada a la rubia.- Creo que... me gustaría saber... todas mis opciones.- Le miró esperando que no le juzgara porque tenía la intención de que por muy buena que fuera no estaría muy de acuerdo con lo que pensaba. No sabía tampoco si había algún tiempo de ley, solo quería estar segura de estar contemplando todo.

Escuchó sus palabras sintiendo la sorpresa con mucha facilidad. Curioso, tal vez no estaba acostumbrada -Ay no…Llámame Anteia. Entre tú y yo todo son confianzas- Le dijo riéndose un poco. Odiaba poner algún tipo de barrera doctor-paciente, le gustaba más una relación amistosa donde podían contarle todo -De acuerdo, pues proseguiremos…- Iba a ello cuando fueron interrumpidas.  Anteia miró a Aldaron desvestir a la muchacha con toda el tacto de un cactus y le miró con una ceja arqueada. Cuando terminó Anteia la volvió a cubrir como buena mujer cuidando las partes de Victorya. Oyó atentamente todo lo que decía sorprendiéndose con la palabra “nanotecnología”, no sabía con exactitud qué era pero no le daba buena espina.  

Cuando se fue volvió a cerrar las cortinas -Terminaré en un periquete y dejaré que te bajen a las habitaciones- Le sonrió afectuosamente y se sentó frente a la máquina, empezando a tocar botones para poder hacer la ecografía bien. Al escuchar lo siguiente, Anteia levantó la mirada con curiosidad. Su gesto era serio pero comprendió pronto que el niño no era deseado y que, tal vez, por eso no había querido llamar al padre. La mujer asintió con suavidad -Te las diré. Primero veamos si sigue allí…Tu estado de salud no es el óptimo-  Entonces se dedicó a hacer el eco, haciendo un gesto de cortesía para señalar que levantaría la bata. Poco a poco fue buscándolo hasta que lo encontró. Subió el volumen para que oyera el corazón y después marcó con unos cruces blancas el puntito que era el bebé -Está bien. Dentro de todo, pero debes descansar- Indicó para imprimirlo y dárselo a ella. Alejó la máquina y se giró hacia la muchacha.

-Hablemos de opciones. Puedes decidir tenerlo o no. Si eliges la segunda opción debo informarte que el hospital no cubre esa medida y deberás pagarla tú. Si lo vas a hacer tienes que informarme con anterioridad para que pueda luego hacerte revisión de cómo evolucionas. La decisión es tuya, sí, pero también del padre. Mi recomendación es que lo habléis entre los dos. Por el momento prefiero que descanses y te recuperes. Lo que has vivido ayer puede hacerte tomar decisiones precipitadamente. Tienes hasta la semana 14 para tomar la decisión voluntariamente. Actualmente tienes cuatro semanas- Le explicó los detalles de manera bastante explícita y luego le tomó la mano con suavidad. Es cierto que si le preguntaba por su opinión siempre votaría porque lo tuviera. Necesitabamos más seres de luz en esta vida pero había gente que no compartía su punto de vista, mucho menos el de traer niños a una caótica realidad -Y no importa lo que elijas, estaré aquí para ayudarte en el camino ¿De acuerdo?- Inquirió sonriendo.