Recuerdo del primer mensaje :
La residencia de los descendientes de Saladino se encuentra en una de las plantas más altas de la zona residencial, cuenta con acabados modernos sin dejar de lado la esencia árabe de la familia de saladino con un pequeño baño árabe en su interior, también cuenta con una zona exterior con una jaima dónde el descendiente pasa gran parte de su tiempo y es el lugar en el que suele leer y fumar con sus cachimbas.
Debido a la hospitalidad de Saladino no más seguridad que en la de cualquier casa y cualquiera que llame a la puerta suele ser bienvenido.
La residencia de los descendientes de Saladino se encuentra en una de las plantas más altas de la zona residencial, cuenta con acabados modernos sin dejar de lado la esencia árabe de la familia de saladino con un pequeño baño árabe en su interior, también cuenta con una zona exterior con una jaima dónde el descendiente pasa gran parte de su tiempo y es el lugar en el que suele leer y fumar con sus cachimbas.
Debido a la hospitalidad de Saladino no más seguridad que en la de cualquier casa y cualquiera que llame a la puerta suele ser bienvenido.
- Baño y exteriores:
Sayid Ibn Salah
Raza
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puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
No esperaba menos de la morena al reírse de mi por mi sugerencia del hospital, levanté una ceja cuando me propuso enseñarme sus cicatrices y sonreí de lado -Podemos competir, tengo una par que me he ganado estos días buscando a tu androide- me hizo gracia que se señalara la zona de su maravillosa cicatriz , desde luego no era alguien común.
Me disculpé con ella tanto como pude y a pesar de que me decía que no era nada eso no me convencía, al bajar la música por fin pudimos escuchar al otro y hablar -No te preocupes por mi cosa- dije señalando el trozo de tela -solo es agua, se secará y estará como nuevo- ella se molestó en recoger los trozos de la taza rota, le iba a decir que lo dejara pues se podía cortar pero a parte de volver a reírse de mi seguro que se negaba, me acerqué y ayudé con el desastre mientras continuábamos con la conversación -me complace que te resulte cómodo, lo mínimo que puedo hacer por ti es brindarte un buen lugar para que descanses, dependemos enormemente de tu trabajo para superar esta crisis- nuestras miradas se encontraron y correspondí a su sonrisa haciéndole una pequeña reverencia -Para mi es un honor tenerte en mi casa, no es ninguna molestia-
Lo de pedir algo de comer emocionó más de lo que yo pensaba a mi invitada así que me eché a reír con su reacción -No es exactamente a domicilio, no todos en la isla pueden hacerlo así que tómalo como un favor por mi parte ¿qué te apetece?- simplemente pediría a alguien del personal que se ocupara de pedir la comida y traerla a casa, no era algo que solía hacer pero por un día no pasaba nada.
-Las tazas se pueden volver a comprar y no necesito tantas, con que me dejes una viva me vale- ni siquiera sabía si eran tazas buenas o no, para mi solo eran tazas. Asentí con aquello de que se había liado buena, por poco y no lo contamos esta vez -Ayer llegué agotado así que me fui a la cama hasta esta mañana que... tuve que ocuparme de un asunto personal- hice una pequeña pausa pensando en eso de la boda, tenía que hacer muchos preparativos, los festejos serían pan comido en comparación a enfrentarme a mi abuela si Arleen decidía no seguir con el compromiso.
Volví al presente fijándome en Sigrid para empezar a contarle cosas sobre la misión -Seguimos el rastro del androide hasta Francia porque es el último lugar en el que lo vimos, por desgracia para nosotros no se encontraba allí y seguimos sus huellas de regreso a inglaterra hasta descubrir que se ocultaba en Londres, no fue un mes de viaje divertido, solo tienes que ver mi hermosa melena reducida a esto- bromeé señalando mi cabeza, ya tenía más melena pero aún estaba corto por no hablar de la barba que ahora apenas era pelusilla de unos días sin afeitar -Ayer llegamos a Londres y dimos con ¿James has dicho?- pregunté para asegurarme de su nombre -Pero la IA estaba preparada y actualizada, tiene más máquinas, mucho más fuertes... ahora los centinelas son el menos de nuestros problemas-
Me disculpé con ella tanto como pude y a pesar de que me decía que no era nada eso no me convencía, al bajar la música por fin pudimos escuchar al otro y hablar -No te preocupes por mi cosa- dije señalando el trozo de tela -solo es agua, se secará y estará como nuevo- ella se molestó en recoger los trozos de la taza rota, le iba a decir que lo dejara pues se podía cortar pero a parte de volver a reírse de mi seguro que se negaba, me acerqué y ayudé con el desastre mientras continuábamos con la conversación -me complace que te resulte cómodo, lo mínimo que puedo hacer por ti es brindarte un buen lugar para que descanses, dependemos enormemente de tu trabajo para superar esta crisis- nuestras miradas se encontraron y correspondí a su sonrisa haciéndole una pequeña reverencia -Para mi es un honor tenerte en mi casa, no es ninguna molestia-
Lo de pedir algo de comer emocionó más de lo que yo pensaba a mi invitada así que me eché a reír con su reacción -No es exactamente a domicilio, no todos en la isla pueden hacerlo así que tómalo como un favor por mi parte ¿qué te apetece?- simplemente pediría a alguien del personal que se ocupara de pedir la comida y traerla a casa, no era algo que solía hacer pero por un día no pasaba nada.
-Las tazas se pueden volver a comprar y no necesito tantas, con que me dejes una viva me vale- ni siquiera sabía si eran tazas buenas o no, para mi solo eran tazas. Asentí con aquello de que se había liado buena, por poco y no lo contamos esta vez -Ayer llegué agotado así que me fui a la cama hasta esta mañana que... tuve que ocuparme de un asunto personal- hice una pequeña pausa pensando en eso de la boda, tenía que hacer muchos preparativos, los festejos serían pan comido en comparación a enfrentarme a mi abuela si Arleen decidía no seguir con el compromiso.
Volví al presente fijándome en Sigrid para empezar a contarle cosas sobre la misión -Seguimos el rastro del androide hasta Francia porque es el último lugar en el que lo vimos, por desgracia para nosotros no se encontraba allí y seguimos sus huellas de regreso a inglaterra hasta descubrir que se ocultaba en Londres, no fue un mes de viaje divertido, solo tienes que ver mi hermosa melena reducida a esto- bromeé señalando mi cabeza, ya tenía más melena pero aún estaba corto por no hablar de la barba que ahora apenas era pelusilla de unos días sin afeitar -Ayer llegamos a Londres y dimos con ¿James has dicho?- pregunté para asegurarme de su nombre -Pero la IA estaba preparada y actualizada, tiene más máquinas, mucho más fuertes... ahora los centinelas son el menos de nuestros problemas-
Le miré no muy convencida cuando dijo que no pasaba nada por lo del trapo en la cabeza pero finalmente sonreí de medio lado dándolo por bueno. Solté una risilla cuando se puso tan educado a decirme que ocupar su casa era un honor y demás, plantando ambas manos en mis caderas.
-Vaya...así que es por mi curro...¡Y yo que pensaba que era porque te caía bien!
Comenté burlonamente ante su reverencia . Como estaba cerca de la mesa que la tenía a mi espalda apoyé las manos impulsándome para subirme a ella y crucé mis brazos cuando comenzó a reírse, incluso le miré como superindignada pero en broma y se notaba mogollón para que mentirnos, le miré no muy convencida.
-No sé, no sé...no sé si quiero deberte un favor...mmmm-Arrugué el morro a un lado desviando la mirada también como pensativa durante unos segundos y después le señalé-Eres tú el que lleva un montón de tiempo fuera y no creo que hayas comido cosas muy decentes, así que eliges tú.
Entrecerré mis ojos sonriendo por aquello y cuando comentó lo de la taza desvié la mirada a los cachos que estaban en la mesa alzando una ceja al caer en sus palabras.
-¿Solo una?¿Y si encontramos a tu Reina Mora?Tendrá que tener una taza para beber café¿no crees?
"El café es importante"
Asentí a su explicación de que había llegado tarde, seguramente había llegado a casa en el lapso de tiempo en el que yo estaba en el taller, no dije nada del asunto personal porque eran sus cosas y si no lo decía seguramente no podría sonsacárselo así como así.
Ahí encima de la mesa escuché con atención lo que me contaba de la misión hasta que llegó al tema del pelo.
-Es verdad!No me has contestado antes¿Quién te ha hecho eso?
Señalé a su pelo muy muy corto y su barba rara con cara de "no te queda nada bien".
-Las greñas largas te quedan mejor.
Comenté como si fuese un secreto o algo así antes de reír.
-Jimmy!, quiere que le llamemos así, al menos de momento. Sí....me dijo que se sintió un poco perseguido por todos.
Resople dejando caer mis hombros por sus noticias sobre las mejoradas fuerzas de SAM.
-Mierda...me parece que no estoy siendo lo suficientemente rápida si queremos tener alguna oportunidad.
-Vaya...así que es por mi curro...¡Y yo que pensaba que era porque te caía bien!
Comenté burlonamente ante su reverencia . Como estaba cerca de la mesa que la tenía a mi espalda apoyé las manos impulsándome para subirme a ella y crucé mis brazos cuando comenzó a reírse, incluso le miré como superindignada pero en broma y se notaba mogollón para que mentirnos, le miré no muy convencida.
-No sé, no sé...no sé si quiero deberte un favor...mmmm-Arrugué el morro a un lado desviando la mirada también como pensativa durante unos segundos y después le señalé-Eres tú el que lleva un montón de tiempo fuera y no creo que hayas comido cosas muy decentes, así que eliges tú.
Entrecerré mis ojos sonriendo por aquello y cuando comentó lo de la taza desvié la mirada a los cachos que estaban en la mesa alzando una ceja al caer en sus palabras.
-¿Solo una?¿Y si encontramos a tu Reina Mora?Tendrá que tener una taza para beber café¿no crees?
"El café es importante"
Asentí a su explicación de que había llegado tarde, seguramente había llegado a casa en el lapso de tiempo en el que yo estaba en el taller, no dije nada del asunto personal porque eran sus cosas y si no lo decía seguramente no podría sonsacárselo así como así.
Ahí encima de la mesa escuché con atención lo que me contaba de la misión hasta que llegó al tema del pelo.
-Es verdad!No me has contestado antes¿Quién te ha hecho eso?
Señalé a su pelo muy muy corto y su barba rara con cara de "no te queda nada bien".
-Las greñas largas te quedan mejor.
Comenté como si fuese un secreto o algo así antes de reír.
-Jimmy!, quiere que le llamemos así, al menos de momento. Sí....me dijo que se sintió un poco perseguido por todos.
Resople dejando caer mis hombros por sus noticias sobre las mejoradas fuerzas de SAM.
-Mierda...me parece que no estoy siendo lo suficientemente rápida si queremos tener alguna oportunidad.
Sayid Ibn Salah
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Bando
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Edad
Nacionalidad
Como siempre, seguí la broma de la morena cuando mencionó lo del trabajo -Los ministros se supone que también trabajan y no los veo por aquí- me consideraba una persona amable pero no hasta el punto de meter a cualquiera en mi casa y los ministros eran un tema especial.
-Tu sácanos de este lío de la IA y estamos en paz- envié un mensaje a alguien que pudiera traernos algo de comer, ya que a ella no parecía importarle y a mi tampoco lo dejaría a elección de quien me hiciera el favor -bueno, he pedido que nos traigan algo, será sorpresa porque así no te quejarás si elijo algo que no te guste- el asunto de la taza derivó en lo de mi "reina mora" y de inmediato pensé en Arleen ¿se vendría a vivir conmigo? ¿traería sus cosas o tenía que ir a comprar todo lo que necesitara? me pasé una mano por la cabeza, la costumbre de echarme el cabello hacia atrás cuando tenía algo que pensar -pues... verás, seguro que te suena un papel que había por aquí hasta esta mañana, era de mi abuela y lo raro es que no tenía sobre- la miré divertido porque siendo mi abuela como era una persona de costumbres era sospechoso que no viniera sellado con el emblema de la familia, bien cerradito y en condiciones, le guiñé un ojo en señal de complicidad y continué -Me han arreglado un matrimonio con una mujer de buena familia, aún no es seguro, llámame loco pero casarme con una persona con la que apenas he cruzado un par de palabras es raro- en realidad no lo era tanto, se llevaba haciendo desde hacía muchas generaciones en mi familia si llegada mi edad no había contraído matrimonio pero esperaba poder encontrar a alguien por mi mismo -Que se le va a hacer-
Sigrid parecía tener curiosidad por lo de mi cabello pero era vergonzoso decirle que Altair me había pegado sus pulgas además de la tiña -Fue por una necesidad... me pringué con algo que no salía y tuve que cortarlo- me encogí de hombros por su opinión sobre mi nuevo estilo -ya crecerá y espero que rápido, me siento incómodo con la nuca al descubierto- .
No me había equivocado con el nombre del Androide pero al parecer prefería un diminutivo, la morena se preocupó por el avance de SAM y no era para menos, fue entonces cuando recordé lo que hablé con Giordano sobre los dispositivos antidesaparición -Sigrid, me temo que vamos a necesitar tu ayuda y la de los ministros con el dispositivo antidesaparición que inventó la alianza, la IA lo usa para evitar que huyamos y es peligroso, debemos encontrar la forma de contrarrestarlo y sumar más probabilidades de éxito a nuestra misión, hemos escapado por los pelos de Londres para poder traer a James pero la ciudadela alfa será un reto mucho mayor y si no puedo garantizar mi propia seguridad dudo poder hacerlo con la tuya-
-Tu sácanos de este lío de la IA y estamos en paz- envié un mensaje a alguien que pudiera traernos algo de comer, ya que a ella no parecía importarle y a mi tampoco lo dejaría a elección de quien me hiciera el favor -bueno, he pedido que nos traigan algo, será sorpresa porque así no te quejarás si elijo algo que no te guste- el asunto de la taza derivó en lo de mi "reina mora" y de inmediato pensé en Arleen ¿se vendría a vivir conmigo? ¿traería sus cosas o tenía que ir a comprar todo lo que necesitara? me pasé una mano por la cabeza, la costumbre de echarme el cabello hacia atrás cuando tenía algo que pensar -pues... verás, seguro que te suena un papel que había por aquí hasta esta mañana, era de mi abuela y lo raro es que no tenía sobre- la miré divertido porque siendo mi abuela como era una persona de costumbres era sospechoso que no viniera sellado con el emblema de la familia, bien cerradito y en condiciones, le guiñé un ojo en señal de complicidad y continué -Me han arreglado un matrimonio con una mujer de buena familia, aún no es seguro, llámame loco pero casarme con una persona con la que apenas he cruzado un par de palabras es raro- en realidad no lo era tanto, se llevaba haciendo desde hacía muchas generaciones en mi familia si llegada mi edad no había contraído matrimonio pero esperaba poder encontrar a alguien por mi mismo -Que se le va a hacer-
Sigrid parecía tener curiosidad por lo de mi cabello pero era vergonzoso decirle que Altair me había pegado sus pulgas además de la tiña -Fue por una necesidad... me pringué con algo que no salía y tuve que cortarlo- me encogí de hombros por su opinión sobre mi nuevo estilo -ya crecerá y espero que rápido, me siento incómodo con la nuca al descubierto- .
No me había equivocado con el nombre del Androide pero al parecer prefería un diminutivo, la morena se preocupó por el avance de SAM y no era para menos, fue entonces cuando recordé lo que hablé con Giordano sobre los dispositivos antidesaparición -Sigrid, me temo que vamos a necesitar tu ayuda y la de los ministros con el dispositivo antidesaparición que inventó la alianza, la IA lo usa para evitar que huyamos y es peligroso, debemos encontrar la forma de contrarrestarlo y sumar más probabilidades de éxito a nuestra misión, hemos escapado por los pelos de Londres para poder traer a James pero la ciudadela alfa será un reto mucho mayor y si no puedo garantizar mi propia seguridad dudo poder hacerlo con la tuya-
Entrecerré mis ojos juzgando si sus palabras eran sinceras y al final le iba a caer bien y todo y no estaba ahí acoplada solamente por mis trabajos. Poco a poco esbocé una sonrisa aunque mis ojos seguían juzgándole. Le señalé con el dedo cuando dijo lo de la IA.
-JA!¿Ves?Si ellos fuesen capaces de escribir el código tan bien como yo estarían acoplados en tu casa disfrutando tu piscina.
Alcé ambas cejas varias veces como si mi deducción fuese la acertada aunque obviamente todo era broma. Los ministros eran bastante gilipollas, demasiado como para que Sayid les aceptase en su casa. Esta vez mis ojos se abrieron señalándome a mi cuando dijo que me iba a quejar.
-Ehhh… me van a traer comida a domicilio ¿En serio piensas que me voy a quejar?
"Pero si es un puto lujo!"
Luego empezó a masajearse la cabeza pelona con pinta de estar como pensando, al parecer mis intentos por cotillear habían dado su fruto e iba a soltar todo el movidote de la boca, pero su frase respecto a la carta me dejó un poco a cuadros y ese guiño también.
-mmmm…¿Papel?¿que papel?
Desvié la mirada haciéndome la loca aunque creo que se me había notado demasiado y después entorné los ojos pasando una mano por mi cara dándome por pillada.
-VAAALEEE.... lo reconozco!La maldita carta llevaba HORAS ahí!Mirándome a los ojos!Diciendo...¨Ábreme Sigrid...venga, ábreme"...
Dije poniendo "vocecita de carta" así como muy aguda y triste. Sonreí extrañamente de manera incómoda mientras me encogía sobre mi misma intentando parecer adorable.
-Lo siento...
Solté un poco cantarina por lo bajo y empecé a escuchar su historia sobre la reina mora, no parecía muy convencido al parecer por lo que fruncí la boca no muy convencida yo tampoco, pero entonces caí en lo de cruzar pocas palabras.
-OH!¿Entonces la conoces?!!¿Como es?!¿Es....es guapa?-Pregunté sonriendo abiertamente -¿Es bruja verdad?y… ¿Morena o rubia?¿Es de....de donde sea que seas tú?oh!-Alcé un hombro poniendo una mirada así como picarona alzando mi hombro pegándolo a mi rostro mientras alzaba ambas cejas-¿Es inteligente?
Sí, a mi eso de que alguien fuera listo que te cagas me gustaba mas que un maromo fornido.¿Vale?no me juzguéis. Decidí no preguntar por la sustancia pringosa en el pelo que a veces el Rey Moro me confundía, para mi que se las daba de amable y luego en realidad era un poco guarrillo. Agité mi mano riéndome.
-Tu tranqui!Seguro que te crece para la boda. Además...tocar el pelo cortado da gustito.
Y le pasé la mano por la cabeza así porque sí riéndome.
-¿Cuándo es?
Pero el estaba a otros temas a pesar de que me había emocionado mucho por su casamiento e intentaba darle ánimos porque el parecía no estar tan emocionado como debería , se puso a hablar de curro.
-Ya...el sistema antidesaparición… lo mismo puedo sacar algo de la parte del código de SAM que tengo en la tableta pero no lo puedo asegurar y no recuerdo exactamente la parte que escribí yo... pero seguro que Giordano y Tesla pueden hacer algo parecido pero mágico.¿No crees?
-JA!¿Ves?Si ellos fuesen capaces de escribir el código tan bien como yo estarían acoplados en tu casa disfrutando tu piscina.
Alcé ambas cejas varias veces como si mi deducción fuese la acertada aunque obviamente todo era broma. Los ministros eran bastante gilipollas, demasiado como para que Sayid les aceptase en su casa. Esta vez mis ojos se abrieron señalándome a mi cuando dijo que me iba a quejar.
-Ehhh… me van a traer comida a domicilio ¿En serio piensas que me voy a quejar?
"Pero si es un puto lujo!"
Luego empezó a masajearse la cabeza pelona con pinta de estar como pensando, al parecer mis intentos por cotillear habían dado su fruto e iba a soltar todo el movidote de la boca, pero su frase respecto a la carta me dejó un poco a cuadros y ese guiño también.
-mmmm…¿Papel?¿que papel?
Desvié la mirada haciéndome la loca aunque creo que se me había notado demasiado y después entorné los ojos pasando una mano por mi cara dándome por pillada.
-VAAALEEE.... lo reconozco!La maldita carta llevaba HORAS ahí!Mirándome a los ojos!Diciendo...¨Ábreme Sigrid...venga, ábreme"...
Dije poniendo "vocecita de carta" así como muy aguda y triste. Sonreí extrañamente de manera incómoda mientras me encogía sobre mi misma intentando parecer adorable.
-Lo siento...
Solté un poco cantarina por lo bajo y empecé a escuchar su historia sobre la reina mora, no parecía muy convencido al parecer por lo que fruncí la boca no muy convencida yo tampoco, pero entonces caí en lo de cruzar pocas palabras.
-OH!¿Entonces la conoces?!!¿Como es?!¿Es....es guapa?-Pregunté sonriendo abiertamente -¿Es bruja verdad?y… ¿Morena o rubia?¿Es de....de donde sea que seas tú?oh!-Alcé un hombro poniendo una mirada así como picarona alzando mi hombro pegándolo a mi rostro mientras alzaba ambas cejas-¿Es inteligente?
Sí, a mi eso de que alguien fuera listo que te cagas me gustaba mas que un maromo fornido.¿Vale?no me juzguéis. Decidí no preguntar por la sustancia pringosa en el pelo que a veces el Rey Moro me confundía, para mi que se las daba de amable y luego en realidad era un poco guarrillo. Agité mi mano riéndome.
-Tu tranqui!Seguro que te crece para la boda. Además...tocar el pelo cortado da gustito.
Y le pasé la mano por la cabeza así porque sí riéndome.
-¿Cuándo es?
Pero el estaba a otros temas a pesar de que me había emocionado mucho por su casamiento e intentaba darle ánimos porque el parecía no estar tan emocionado como debería , se puso a hablar de curro.
-Ya...el sistema antidesaparición… lo mismo puedo sacar algo de la parte del código de SAM que tengo en la tableta pero no lo puedo asegurar y no recuerdo exactamente la parte que escribí yo... pero seguro que Giordano y Tesla pueden hacer algo parecido pero mágico.¿No crees?
Sayid Ibn Salah
Raza
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puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Me eché a reir de nuevo con las palabras de Sigrid sobre los ministros, seguía contenta con la "piscina" del baño, al parecer era lo que más le llamaba la atención de la casa -vaya, me has pillado- dije en modo sarcástico porque ni loco los dejaba entrar a mi casa.
-¿estás segura? los magos comemos cosas raras como babosas gigantes estofadas- vale, eso no había quien se lo creyera así que solo pude mantener aquello unos pocos segundos antes de reirme -Es broma, puede que nos traigan comida china o algo italiano- no descartaba comida árabe tampoco.
El asunto de la carta ya era agua pasada pero ella se hizo la loca y me quedé mirándola con su teatrillo hasta que por fin confesó e hizo aquella imitación de la carta que me hizo estallar en carcajadas -te creería si hubieran enviado un howler pero me temo que era un sobre normal, por esta vez no tiene importancia porque he podido leerlo, pero si es una carta mágica se rompen en cuanto dan el mensaje- la morena se disculpó y la verdad es que no estaba enfadado, de hecho eso me daba a alguien con quien hablar del asunto.
Pronto las preguntas llegaron como una tormenta, implacables y en cantidad , algo propio de ella -espera, vamos por partes... la conozco solo de haberla visto un par de veces, de hecho ayer mientras me curaba unas cuantas quemaduras fue la primera vez que crucé palabras con ella, es guapa, morena y nació y creció aquí en la isla, trabaja como sanadora en el hospital así que deduzco que es lista- pero no sabía nada más de ella, ni su cumpleaños, su edad, sus amigos.. nada aparte de suponer que le gustaban las gardenias . Sigrid intentó quitarle importancia a lo de mi pelo para después pasarme una mano por la cabeza con toda la confianza del mundo -Pues más te vale irte mentalizando rápido para ponerte un vestido de esos que no te pones porque la boda es el lunes... rápido y sin dolor-
Me puse serio cuando comenté lo de la IA y cosas sobre el trabajo que se nos venía encima, la miré fijamente hasta que dijo lo del código, lo cual me hizo sentirme más tranquilo porque noi se había negado -Por supuesto, Tesla y Giordano pueden hacerlo pero estoy seguro que comprender el sistema les ayudará a desarrollar algo mucho más rápido, menos mal que tenemos a alguien brillante de nuestro lado- el sonido del timbre nos interrumpió y fui a abrir encontrándome con la persona que nos traía la comida, le di las gracias además de una buena propina antes de que se marchara dejándome unas cuantas cajas bastante grandes -Ha tocado pizza-
-¿estás segura? los magos comemos cosas raras como babosas gigantes estofadas- vale, eso no había quien se lo creyera así que solo pude mantener aquello unos pocos segundos antes de reirme -Es broma, puede que nos traigan comida china o algo italiano- no descartaba comida árabe tampoco.
El asunto de la carta ya era agua pasada pero ella se hizo la loca y me quedé mirándola con su teatrillo hasta que por fin confesó e hizo aquella imitación de la carta que me hizo estallar en carcajadas -te creería si hubieran enviado un howler pero me temo que era un sobre normal, por esta vez no tiene importancia porque he podido leerlo, pero si es una carta mágica se rompen en cuanto dan el mensaje- la morena se disculpó y la verdad es que no estaba enfadado, de hecho eso me daba a alguien con quien hablar del asunto.
Pronto las preguntas llegaron como una tormenta, implacables y en cantidad , algo propio de ella -espera, vamos por partes... la conozco solo de haberla visto un par de veces, de hecho ayer mientras me curaba unas cuantas quemaduras fue la primera vez que crucé palabras con ella, es guapa, morena y nació y creció aquí en la isla, trabaja como sanadora en el hospital así que deduzco que es lista- pero no sabía nada más de ella, ni su cumpleaños, su edad, sus amigos.. nada aparte de suponer que le gustaban las gardenias . Sigrid intentó quitarle importancia a lo de mi pelo para después pasarme una mano por la cabeza con toda la confianza del mundo -Pues más te vale irte mentalizando rápido para ponerte un vestido de esos que no te pones porque la boda es el lunes... rápido y sin dolor-
Me puse serio cuando comenté lo de la IA y cosas sobre el trabajo que se nos venía encima, la miré fijamente hasta que dijo lo del código, lo cual me hizo sentirme más tranquilo porque noi se había negado -Por supuesto, Tesla y Giordano pueden hacerlo pero estoy seguro que comprender el sistema les ayudará a desarrollar algo mucho más rápido, menos mal que tenemos a alguien brillante de nuestro lado- el sonido del timbre nos interrumpió y fui a abrir encontrándome con la persona que nos traía la comida, le di las gracias además de una buena propina antes de que se marchara dejándome unas cuantas cajas bastante grandes -Ha tocado pizza-
Me encogí de hombros ante lo de las babosas como si realmente me diese un poco igual, debía ser por toda la mierda que había comido cuando me fui del ejército o algo así pero babosa gigante estofada no sonaba tan mal.
-¿Un ho que?
Pregunté mientras Sayid se reía a carcajada limpia sin entender un carajo.
"cosas raras de magos"
-¿Se rompen de verdad?prfff...¿te imaginas que es homer de esos y te tengo que decir yo que te casas?aunque lo mismo no te hubiese dicho nada, te hubiesen mandado otra carta o algo.
Escuché atenta la descripción de la chica, aunque ésta fue más bien escasa, aunque claro....teniendo en cuenta que no la conocía mucho eso era normal.
-Ohhh...médico... todo un partidazo ¿eh?-Bajé de la mesa y le di un codazo cómplice riéndome porque...bueno, se supone que el era uno de los tíos más importantes de la isla, así que supuse que el partidazo lo era él para las brujas de Ouroboros o algo así.-Bueno...al menos no te ha tocado bizca y tonta ¿no?
Comenté encogiendo mis hombros nuevamente tratando de animarle un poco más al respecto. Empecé a reírme alegremente hasta que dijo lo siguiente.
-¿Cóoooomoooo?
La pregunta era a lo del vestido que era lo que mas me había descuadrado pero luego parpadeé haciendo un gesto como de haberme dado cuenta de lo otro.
-Espera...¿el lunes?
"Ain madre que va a ir to raro con esos pelos"
-¿Un vesti...¿Me estás invitando a tu boda?
Muchas preguntas seguidas pero era raro, primero porque hacía como ...toda mi vida que no me ponía un vestido, segundo porque era el Lunes y yo había leído "en" Sábado, así que todo era como muy raro y lo tercero porque...yo no había ido nunca a una boda y menos a una mágica. Me llevé una mano al pecho y empecé a reír de modo muy loco doblándome sobre mi misma un poco y todo, dando con la otra mano palmaditas a Sayid.
-Un vestido...que cachondo eres.
De pronto me puse seria y le señalé.
-Hay que arreglarte esos pelos.
"ahí hay trasquilones y de todo"
Siguió hablando de curro y asentí pero lo importante era lo del pelo.
-Hablaré con ellos para ayudarles pero ya tengo mucho lío con el código pero venga... busca unas tijeras que te...
Sonó el timbré y desvié la vista de él por un momento. Le había salvado la comida que finalmente fue pizza así que me llevé ambas manos a la cara mirando la caja con ojitos.
-Hace eones que no como eso...
Casi se me saltaba la lagrimilla y señalé hacia el pasillo como preguntando si comíamos donde los cojines cómodos o que. Le pillé de la muñeca para llevarle hasta ahí y me tiré sobre alguno de los cojines quedando sentada a lo indio, llevé las manos a mi pelo para hacerme el moño cutre de estar en casa mejor y que no se me viniesen los pelos a la cara mientras comía y fruncí el ceño concentrada.
-¿Y...es normal eso de casarse así?digo...para los magos.
-¿Un ho que?
Pregunté mientras Sayid se reía a carcajada limpia sin entender un carajo.
"cosas raras de magos"
-¿Se rompen de verdad?prfff...¿te imaginas que es homer de esos y te tengo que decir yo que te casas?aunque lo mismo no te hubiese dicho nada, te hubiesen mandado otra carta o algo.
Escuché atenta la descripción de la chica, aunque ésta fue más bien escasa, aunque claro....teniendo en cuenta que no la conocía mucho eso era normal.
-Ohhh...médico... todo un partidazo ¿eh?-Bajé de la mesa y le di un codazo cómplice riéndome porque...bueno, se supone que el era uno de los tíos más importantes de la isla, así que supuse que el partidazo lo era él para las brujas de Ouroboros o algo así.-Bueno...al menos no te ha tocado bizca y tonta ¿no?
Comenté encogiendo mis hombros nuevamente tratando de animarle un poco más al respecto. Empecé a reírme alegremente hasta que dijo lo siguiente.
-¿Cóoooomoooo?
La pregunta era a lo del vestido que era lo que mas me había descuadrado pero luego parpadeé haciendo un gesto como de haberme dado cuenta de lo otro.
-Espera...¿el lunes?
"Ain madre que va a ir to raro con esos pelos"
-¿Un vesti...¿Me estás invitando a tu boda?
Muchas preguntas seguidas pero era raro, primero porque hacía como ...toda mi vida que no me ponía un vestido, segundo porque era el Lunes y yo había leído "en" Sábado, así que todo era como muy raro y lo tercero porque...yo no había ido nunca a una boda y menos a una mágica. Me llevé una mano al pecho y empecé a reír de modo muy loco doblándome sobre mi misma un poco y todo, dando con la otra mano palmaditas a Sayid.
-Un vestido...que cachondo eres.
De pronto me puse seria y le señalé.
-Hay que arreglarte esos pelos.
"ahí hay trasquilones y de todo"
Siguió hablando de curro y asentí pero lo importante era lo del pelo.
-Hablaré con ellos para ayudarles pero ya tengo mucho lío con el código pero venga... busca unas tijeras que te...
Sonó el timbré y desvié la vista de él por un momento. Le había salvado la comida que finalmente fue pizza así que me llevé ambas manos a la cara mirando la caja con ojitos.
-Hace eones que no como eso...
Casi se me saltaba la lagrimilla y señalé hacia el pasillo como preguntando si comíamos donde los cojines cómodos o que. Le pillé de la muñeca para llevarle hasta ahí y me tiré sobre alguno de los cojines quedando sentada a lo indio, llevé las manos a mi pelo para hacerme el moño cutre de estar en casa mejor y que no se me viniesen los pelos a la cara mientras comía y fruncí el ceño concentrada.
-¿Y...es normal eso de casarse así?digo...para los magos.
Sayid Ibn Salah
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Ocupación
Bando
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Edad
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para mi sorpresa lo de la comida no había impresionado a Sigrid, muy por el contrario lo del Howler llamó más su atención - Si se llega a romper y no me lo dices, probablemente no me daría cuenta hasta que me plantaran en el altar, no es que me hayan pedido que confirme si me quiero casar o no- y aún enterándome antes de la fecha poco habría que yo pudiera hacer. La morena preguntó por Arleen y claramente no pude decirle mucho -si, parece un buen partido pero no quiero arrastrarla a esto, yo tengo un deber como descendiente pero ella no tiene por qué verse involucrada, hoy he ido a verla para hablar del compromiso y darle la oportunidad de rechazarlo- las ocurrencias de la chica sin duda le quitaban toda la seriedad a la conversación , era totalmente impredecible pero empezaba a entenderla poco a poco -si, que suerte que no sea Vizca ni tonta-
No tenía muy claro si ella se había sorprendido por la fecha o por decirle lo del vestido, al parecer incluso ella tenía que saber lo que le había sorprendido más -Si, es el Lunes y por supuesto que estás invitada, se trata de un acto oficial así que tienes que ir a la altura de la ocasión... aunque si no quieres vestido supongo que pueden conseguirte algo elegante con pantalón- no parecía creerse lo del vestido pero mientras fuera elegante no habría problema.
Me llevé una mano a la cabeza cuando dijo lo de arreglarme y entonces pasamos al asunto del trabajo que quedó zanjado con su disposición a ayudar y por supuesto con la llegada de la comida -Pues no te contengas, come cuanto quieras- me dejé arrastrar hasta los cojines abriendo la caja para tomar un trozo con uno de esos cartones que te traían para sujetar la pizza y dárselo a ella que ya preparaba sus preguntas -No, solo para los descendientes, tenemos normas y protocolos que cumplir y en mi familia si llegas a mi edad y no has contraído matrimonio se arregla uno con tal de continuar el linaje, esperaba encontrar a "mi reina mora" pero se me ha acabado el tiempo, no me importa, no es que haya nadie que me guste pero la boda elimina la opción de conocer a alguien-
No tenía muy claro si ella se había sorprendido por la fecha o por decirle lo del vestido, al parecer incluso ella tenía que saber lo que le había sorprendido más -Si, es el Lunes y por supuesto que estás invitada, se trata de un acto oficial así que tienes que ir a la altura de la ocasión... aunque si no quieres vestido supongo que pueden conseguirte algo elegante con pantalón- no parecía creerse lo del vestido pero mientras fuera elegante no habría problema.
Me llevé una mano a la cabeza cuando dijo lo de arreglarme y entonces pasamos al asunto del trabajo que quedó zanjado con su disposición a ayudar y por supuesto con la llegada de la comida -Pues no te contengas, come cuanto quieras- me dejé arrastrar hasta los cojines abriendo la caja para tomar un trozo con uno de esos cartones que te traían para sujetar la pizza y dárselo a ella que ya preparaba sus preguntas -No, solo para los descendientes, tenemos normas y protocolos que cumplir y en mi familia si llegas a mi edad y no has contraído matrimonio se arregla uno con tal de continuar el linaje, esperaba encontrar a "mi reina mora" pero se me ha acabado el tiempo, no me importa, no es que haya nadie que me guste pero la boda elimina la opción de conocer a alguien-
Volví a sentirme culpable por el tema de la carta y rasqué tras mi oreja sonriendo incómodamente.
-Ya...la habría liado parda¿no?Lo siento...sigo sin entender vuestras cosas de magos.
Mis ojos se abrieron y mis cejas acompañaron alzándose sorprendida por aquello.
-Espera...¿Puede rechazarlo?¿Os dejan?y...¿Por qué?
De pronto fruncí mi ceño sin comprenderlo muy bien.
-¿Por qué te rechazaría?
"Por su pelo mal cortado?"
-Quiero decir... a ver, se supone que eres un tío importante, eres educado MUY educado-Puntualicé ya que supuse que eso para la sociedad mágica pija era un punto a favor importante-Inteligente y oye... no estás nada mal Rey Moro a pesar de las greñas mal cortadas.
Encogí mis hombros como si no le viese mucho sentido. Solté una risilla nerviosa cuando dijo que efectivamente estaba invitada y que era como un evento megaformal y aunque me sentí más relajada por eso de que podía ir con pantalones seguía sin estar muy convencida.
-Yo que sé...nunca he ido a una boda y menos mágica y... no conozco a nadie, bueno...excepto a DaVinci y Tesla pero son un poco raritos, aunque majos y bueno a Ian, pero Ian siempre está con su mujer, la que mira mal a todo el mundo...que es morena y...
Paré de describirla porque caí en que seguramente la conocía bastante mejor que yo y carraspeé.
Todo esto lo dije mientras le arrastraba a los cojines para empezar a comer. Cuando me ofreció el trozo de pizza le miré de reojo sonriendo y encogí mis hombros excitada por la ocasión mientras tomaba en mis manos el trozo de pizza. Le pegué un buen bocado saboreando aquello y entorné mis ojos mientras soltaba un sonidito de gustillo.
"Ain madre que rico"
Escuché con atención y con la boca bien cerrada porque estaba poniéndome fina a pizza. Tragué frunciendo mi ceño ante sus palabras.
-Ey...lo mismo ella es tu Reina Mora...aunque he de confesar que me hubiese gustado ayudarte a buscarla...o... yo que sé, que estés casado no significa que no puedas encontrar a alguien.
Mordí otro cacho encogiendo mis hombros, lo mismo se escandalizaba por sugerirle aquello pero según tenía entendido pasaba en muchos matrimonios concertados.
-Ya...la habría liado parda¿no?Lo siento...sigo sin entender vuestras cosas de magos.
Mis ojos se abrieron y mis cejas acompañaron alzándose sorprendida por aquello.
-Espera...¿Puede rechazarlo?¿Os dejan?y...¿Por qué?
De pronto fruncí mi ceño sin comprenderlo muy bien.
-¿Por qué te rechazaría?
"Por su pelo mal cortado?"
-Quiero decir... a ver, se supone que eres un tío importante, eres educado MUY educado-Puntualicé ya que supuse que eso para la sociedad mágica pija era un punto a favor importante-Inteligente y oye... no estás nada mal Rey Moro a pesar de las greñas mal cortadas.
Encogí mis hombros como si no le viese mucho sentido. Solté una risilla nerviosa cuando dijo que efectivamente estaba invitada y que era como un evento megaformal y aunque me sentí más relajada por eso de que podía ir con pantalones seguía sin estar muy convencida.
-Yo que sé...nunca he ido a una boda y menos mágica y... no conozco a nadie, bueno...excepto a DaVinci y Tesla pero son un poco raritos, aunque majos y bueno a Ian, pero Ian siempre está con su mujer, la que mira mal a todo el mundo...que es morena y...
Paré de describirla porque caí en que seguramente la conocía bastante mejor que yo y carraspeé.
Todo esto lo dije mientras le arrastraba a los cojines para empezar a comer. Cuando me ofreció el trozo de pizza le miré de reojo sonriendo y encogí mis hombros excitada por la ocasión mientras tomaba en mis manos el trozo de pizza. Le pegué un buen bocado saboreando aquello y entorné mis ojos mientras soltaba un sonidito de gustillo.
"Ain madre que rico"
Escuché con atención y con la boca bien cerrada porque estaba poniéndome fina a pizza. Tragué frunciendo mi ceño ante sus palabras.
-Ey...lo mismo ella es tu Reina Mora...aunque he de confesar que me hubiese gustado ayudarte a buscarla...o... yo que sé, que estés casado no significa que no puedas encontrar a alguien.
Mordí otro cacho encogiendo mis hombros, lo mismo se escandalizaba por sugerirle aquello pero según tenía entendido pasaba en muchos matrimonios concertados.
Sayid Ibn Salah
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Sonreí para restar importancia al asunto de la carta -No te preocupes por eso, además, ha valido la pena por ver esa imitación de la carta - me había resultado bastante gracioso y había podido leer el contenido por lo que no me preocupaba en absoluto.
-No es habitual rechazar un compromiso oficial pero soy un descendiente, puedo mover algunos hilos- dije a la chica con respecto a sus dudas sobre la decisión que tomara Arleen, lo que no me esperaba era tantos halagos y cualidades positivas o eso pensaba -No debe ser fácil para nadie casarse con una persona que no conoce, por lo general cuando te comprometes con alguien te avisan con tiempo, conoces a la persona con la que vas a pasar el resto de tu vida y entonces llega la boda, pero esto ha sido muy precipitado, digamos que han influido ciertos factores mágicos con la fecha- hice una pequeña pausa para rascarme la barba y entonces continué -Por muy buen partido que sea si ella tiene a alguien más sería cruel obligarla a casarse con este hombre TAN educado ¿no te parece? ¿ tu te casarías conmigo teniendo a alguien especial?- Me reí con lo de mi cabello pues estaba claro que era lo más importante en ese momento -Luego te dejo arreglarlo, pero déjame guapo-
La invitación a la boda la había puesto nerviosa, era la primera vez que asistía a una y dudaba que la mía fuera sencilla si mi hermana metía mano en todo el asunto -También ha sido la primera vez que vives entre magos y yo te veo bien, no te preocupes por eso y si ves que te abures siempre puedes volver aquí - habló de Gio y de Tesla, era normal pues los llevaba conociendo desde que empezaron a trabajar juntos y sin duda serían una gran compañía -tu háblales de tecnología y universos paralelos, se acabará la boda y ellos seguirán hablando- en cuanto a Ian y Catherine no podía asegurarle que no estuvieran juntos pero tendría un momento para hablar con el licantropo -Catherine es bastante seria y reservada pero no muerde, no muy a menudo-
Nos movimos hasta los cojines para poder comer tranquilos y ella parecía disfrutar de la pizza por lo que me conformé con un par de trozos y le dejé el resto a ella -No descarto que llegue a surgir algo entre nosotros, pero existe la posibilidad de no ser compatibles... lo de encontrar a alguien fuera del matrimonio a mi personalmente me parece algo feo, si vamos a formar una familia lo intentaría y si no saliera bien ...- ¿estaba permitido el divorcio de descendientes? no lo había pensado nunca y no me sonaba que hubiera precedentes, un problema más a la lista.
-No es habitual rechazar un compromiso oficial pero soy un descendiente, puedo mover algunos hilos- dije a la chica con respecto a sus dudas sobre la decisión que tomara Arleen, lo que no me esperaba era tantos halagos y cualidades positivas o eso pensaba -No debe ser fácil para nadie casarse con una persona que no conoce, por lo general cuando te comprometes con alguien te avisan con tiempo, conoces a la persona con la que vas a pasar el resto de tu vida y entonces llega la boda, pero esto ha sido muy precipitado, digamos que han influido ciertos factores mágicos con la fecha- hice una pequeña pausa para rascarme la barba y entonces continué -Por muy buen partido que sea si ella tiene a alguien más sería cruel obligarla a casarse con este hombre TAN educado ¿no te parece? ¿ tu te casarías conmigo teniendo a alguien especial?- Me reí con lo de mi cabello pues estaba claro que era lo más importante en ese momento -Luego te dejo arreglarlo, pero déjame guapo-
La invitación a la boda la había puesto nerviosa, era la primera vez que asistía a una y dudaba que la mía fuera sencilla si mi hermana metía mano en todo el asunto -También ha sido la primera vez que vives entre magos y yo te veo bien, no te preocupes por eso y si ves que te abures siempre puedes volver aquí - habló de Gio y de Tesla, era normal pues los llevaba conociendo desde que empezaron a trabajar juntos y sin duda serían una gran compañía -tu háblales de tecnología y universos paralelos, se acabará la boda y ellos seguirán hablando- en cuanto a Ian y Catherine no podía asegurarle que no estuvieran juntos pero tendría un momento para hablar con el licantropo -Catherine es bastante seria y reservada pero no muerde, no muy a menudo-
Nos movimos hasta los cojines para poder comer tranquilos y ella parecía disfrutar de la pizza por lo que me conformé con un par de trozos y le dejé el resto a ella -No descarto que llegue a surgir algo entre nosotros, pero existe la posibilidad de no ser compatibles... lo de encontrar a alguien fuera del matrimonio a mi personalmente me parece algo feo, si vamos a formar una familia lo intentaría y si no saliera bien ...- ¿estaba permitido el divorcio de descendientes? no lo había pensado nunca y no me sonaba que hubiera precedentes, un problema más a la lista.
Le solté un golpe en el hombro cuando dijo lo de la imitación entrecerrando mis ojos. Aunque fuese tremendamente educado se notaba que eso había sido una burla. Crucé mis brazos.
-Ehhh!Si pudiese hablar seguro que sonaba así!
Solté muy digna sin saber que esas cartas en concreto hablaban con la voz de la persona que las escribía.
-Ya...y...¿Estás seguro que tu abuela te va a dejar no casarte?ya sabes...por lo de la edad y eso.
Que total, si había confesado que había leído la carta pues ya para que disimular. Le miré con cara de no entender eso de "factores mágicos" .
-¿El qué?¿Si lo haces dentro de un mes te maldicen o algo así?
Sentía que estaba haciendo muchas preguntas pero estaba bastante perdida con el tema mágico y con las bodas concertadas y esas cosas también. Encogí mis hombros mientras asentía a su razonamiento de lo cruel que sería casarse teniendo a alguien más, a alguien especial y luego alcé las cejas mirándole sin saber muy bien que decir.
-em...pues...-por un segundo pareció como si me estuviese imaginando la situación-¡yo que sé! ya te he dicho que no conozco vuestras tradiciones, no sé lo que implica rechazar algo así.
"lo mismo se muere mi madre o algo así o me deja coja y manca si me niego "
Esbocé una sonrisilla cuando dijo que le dejase guapo soltando un bufido jactante.
-Como si fuese difícil.
Solté sin más, si algo había hecho en mi vida era cortarme el pelo mucho, de muchas maneras y al final pues oye... no se me daba nada mal. En otra vida sin guerra tal vez hubiese acabado de peluquera o algo. Aunque claro, todo esto no lo expliqué. Cuando habló de mi tiempo aquí pensé en que no se me daba tan mal porque apenas había salido de esa casa y entonces me di cuenta de una cosa y le agarré del brazo sorprendida por no haberlo pensado antes.
-Oye!claro!Viviréis juntos!oh...tal vez debería irme¿Verdad?- Pregunté sin estar segura de aquello, con un aparente gesto de molestia por ello y resoplé-Seh...debería irme. Además...las bodas estas normalmente acaban haciendo que os encameis y esas cosas, que lo he leído yo en muchos libros.
En mierda de libros que había recogido de la calle o había encontrado en casas. Solté una risa por lo de los magos tecnológicos, aunque si que tenía razón y luego encogí mis hombros al hablar de Catherine.
-Supongo que estar en plena guerra y formar parte de un consejo mágico superpoderoso te hace ser así. Pero si está con el chucho majo seguro que es maja también.
Seguí devorando mi pizza sin dejar ni los bordes negando a lo que decía.
-Ya...por muy feo que te parezca ...- Volví a morder y hablé masticando-Efo no fe controla...si aparece aparece
Le hice un gesto queriendo decir que estaba jodido y me reí mirando mi último pedazo de pizza con amor.
-¿Qué?¿Te van a dejar divorciarte?JE no lo veo Rey Moro...
-Ehhh!Si pudiese hablar seguro que sonaba así!
Solté muy digna sin saber que esas cartas en concreto hablaban con la voz de la persona que las escribía.
-Ya...y...¿Estás seguro que tu abuela te va a dejar no casarte?ya sabes...por lo de la edad y eso.
Que total, si había confesado que había leído la carta pues ya para que disimular. Le miré con cara de no entender eso de "factores mágicos" .
-¿El qué?¿Si lo haces dentro de un mes te maldicen o algo así?
Sentía que estaba haciendo muchas preguntas pero estaba bastante perdida con el tema mágico y con las bodas concertadas y esas cosas también. Encogí mis hombros mientras asentía a su razonamiento de lo cruel que sería casarse teniendo a alguien más, a alguien especial y luego alcé las cejas mirándole sin saber muy bien que decir.
-em...pues...-por un segundo pareció como si me estuviese imaginando la situación-¡yo que sé! ya te he dicho que no conozco vuestras tradiciones, no sé lo que implica rechazar algo así.
"lo mismo se muere mi madre o algo así o me deja coja y manca si me niego "
Esbocé una sonrisilla cuando dijo que le dejase guapo soltando un bufido jactante.
-Como si fuese difícil.
Solté sin más, si algo había hecho en mi vida era cortarme el pelo mucho, de muchas maneras y al final pues oye... no se me daba nada mal. En otra vida sin guerra tal vez hubiese acabado de peluquera o algo. Aunque claro, todo esto no lo expliqué. Cuando habló de mi tiempo aquí pensé en que no se me daba tan mal porque apenas había salido de esa casa y entonces me di cuenta de una cosa y le agarré del brazo sorprendida por no haberlo pensado antes.
-Oye!claro!Viviréis juntos!oh...tal vez debería irme¿Verdad?- Pregunté sin estar segura de aquello, con un aparente gesto de molestia por ello y resoplé-Seh...debería irme. Además...las bodas estas normalmente acaban haciendo que os encameis y esas cosas, que lo he leído yo en muchos libros.
En mierda de libros que había recogido de la calle o había encontrado en casas. Solté una risa por lo de los magos tecnológicos, aunque si que tenía razón y luego encogí mis hombros al hablar de Catherine.
-Supongo que estar en plena guerra y formar parte de un consejo mágico superpoderoso te hace ser así. Pero si está con el chucho majo seguro que es maja también.
Seguí devorando mi pizza sin dejar ni los bordes negando a lo que decía.
-Ya...por muy feo que te parezca ...- Volví a morder y hablé masticando-Efo no fe controla...si aparece aparece
Le hice un gesto queriendo decir que estaba jodido y me reí mirando mi último pedazo de pizza con amor.
-¿Qué?¿Te van a dejar divorciarte?JE no lo veo Rey Moro...
Sayid Ibn Salah
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Con la broma de la carta me llevé un codazo amistoso pero también una nueva pregunta -no me niego a casarme, simplemente pueden buscar a otra persona y ya está, con suerte dejarme conocerla y preparar una boda en condiciones- moví mi mano en un gesto de "más o menos" cuando mencionó la maldición, no era eso pero si los números decían que el día era malo seguramente ocurriría algo.
Yo también tenía preguntas para ella, sobretodo para explicarle mejor la situación con Arleen y el porqué de mi decisión de darle a elegir, sonreí al verla tan insegura y finalmente se fue por las ramas -El amor no es solo cosa de magos amiga mía, estoy seguro que no te gustaría encontrarte en una situación así-
El asunto del pelo quedaba resuelto, se lo confiaría a ella y si no iba la cosa muy bien estaba seguro que Sofía tendría alguna poción para echarme una mano pero de momento le dejaría a Sigrid intentarlo -Vaya señorita Miller ¿cuantas veces me ha dicho que soy guapo durante esta conversación? empezaré a creérmelo si sigue así- bromeé al respecto antes de pasar al tema de su hospedaje, no lo había pensado en absoluto -Hay suficientes habitaciones en esta casa para que te quedes, a mi no me importa pero si hubiera algún problema te conseguiré un buen sitio, no te preocupes por eso-
No sabía que clase de libros había leído Sigrid pero desde luego sabía más del tema de lo que pensaba, muchas veces la realidad y la fición iban unidas en las historias pero a mi personalmente no me hacía especial ilusión aquello de consumar el matrimonio la primera noche -Bueno, ya veremos...- me comí un trozo de Pizza y asentí a lo de Catherine, la descendiente de Lefay se mostraba seria la mayor parte del tiempo pero la había visto relacionarse con su marido y con sus amigos, sobretodo con Sean y seguramente fuera "maja" en su círculo íntimo.
tomé un par de vasos y le di uno a la chica para darle algo de beber mientras ella me hablaba con la boca llena de Pizza -si, tienes razón pero por el momento me centraré en el presente, quien sabe, a lo mejor las cosas resultan bien-
En cuanto ambos terminamos de comer dejé el cartón en la cocina y tiré los cristales rotos de la taza de antes, dejándolo todo limpio -Cuando quieras te dejo experimentar con mi cabello, mañana iré a ver a mi posible futura esposa para conocer su respuesta así que tengo que estar presentable- y así fue, en cuanto terminamos de comer la dejé hacer cuanto quiso, pasamos un rato agradable hablando y riendo con su particular sentido del humor y me preocupaba saber que tal vez no compartiría ese tipo de cosas con mi futura esposa, solo silencio en una casa tan grande.
Al final ambos debiamos cumplir responsabilidades por lo que la dejé con su trabajo o su día de descanso mientras yo me dediqué a entrenar y cumplir con la guardia hasta la caída del sol cuando por fin volvía mi hogar para descansar pues a la mañana siguiente tendría que visitar a Arleen.
Yo también tenía preguntas para ella, sobretodo para explicarle mejor la situación con Arleen y el porqué de mi decisión de darle a elegir, sonreí al verla tan insegura y finalmente se fue por las ramas -El amor no es solo cosa de magos amiga mía, estoy seguro que no te gustaría encontrarte en una situación así-
El asunto del pelo quedaba resuelto, se lo confiaría a ella y si no iba la cosa muy bien estaba seguro que Sofía tendría alguna poción para echarme una mano pero de momento le dejaría a Sigrid intentarlo -Vaya señorita Miller ¿cuantas veces me ha dicho que soy guapo durante esta conversación? empezaré a creérmelo si sigue así- bromeé al respecto antes de pasar al tema de su hospedaje, no lo había pensado en absoluto -Hay suficientes habitaciones en esta casa para que te quedes, a mi no me importa pero si hubiera algún problema te conseguiré un buen sitio, no te preocupes por eso-
No sabía que clase de libros había leído Sigrid pero desde luego sabía más del tema de lo que pensaba, muchas veces la realidad y la fición iban unidas en las historias pero a mi personalmente no me hacía especial ilusión aquello de consumar el matrimonio la primera noche -Bueno, ya veremos...- me comí un trozo de Pizza y asentí a lo de Catherine, la descendiente de Lefay se mostraba seria la mayor parte del tiempo pero la había visto relacionarse con su marido y con sus amigos, sobretodo con Sean y seguramente fuera "maja" en su círculo íntimo.
tomé un par de vasos y le di uno a la chica para darle algo de beber mientras ella me hablaba con la boca llena de Pizza -si, tienes razón pero por el momento me centraré en el presente, quien sabe, a lo mejor las cosas resultan bien-
En cuanto ambos terminamos de comer dejé el cartón en la cocina y tiré los cristales rotos de la taza de antes, dejándolo todo limpio -Cuando quieras te dejo experimentar con mi cabello, mañana iré a ver a mi posible futura esposa para conocer su respuesta así que tengo que estar presentable- y así fue, en cuanto terminamos de comer la dejé hacer cuanto quiso, pasamos un rato agradable hablando y riendo con su particular sentido del humor y me preocupaba saber que tal vez no compartiría ese tipo de cosas con mi futura esposa, solo silencio en una casa tan grande.
Al final ambos debiamos cumplir responsabilidades por lo que la dejé con su trabajo o su día de descanso mientras yo me dediqué a entrenar y cumplir con la guardia hasta la caída del sol cuando por fin volvía mi hogar para descansar pues a la mañana siguiente tendría que visitar a Arleen.
Aparecieron en la casa, en el salón principal, en el que de pronto estaban todos los regalos que habían en la mesa. Habían torres y torres y torres de cosas, con lo cual se sorprendió. Venía cogida del brazo de Sayid y, menos mal, porque con la desaparición y el alcohol tenía la cabeza un poco trastocada- Uoh…- Dijo y soltó una risa floja y melodiosa -Tendré trabajo mañana…- Y eso la emocionó. Organizar, catalogar y hacer una lista de regalos para luego escribir las cartas de agradecimiento. Con curiosidad se soltó de Sayid y fue a por una caja, agitándola un poco tratando de adivinar lo que era. Sonaba a metal. ¿Armas? Probablemente.
Después de eso, pese a que su equilibrio no era del todo perfecto, caminó por la estancia reconociendo la influencia árabe de Sayid con una sonrisa. Acarició con suavidad una de las cornisas de la chimenea y empezó a tararear antes de seguir canturrear muy por lo bajo
...Un horizonte a descubrir
Un mundo para ti, para los dos
Déjate llevar a un mundo ideal
Un mundo ideal, un mundo ideal
Un mundo en el que tú y yo,
Podamos decidir, como vivir
Sin nadie que lo impida
Un mundo ideal, cada vuelta sorpresas
Un horizonte a descubrir, cada instante es un sueño
Un mundo para ti, para los dos, para ti,
Para los dos, llévame a donde sueñes tú
Siguió caminando, descubriendo lo que sería su nuevo hogar, mientras canturreaba en voz baja. No era demasiado consciente de que Sayid la estaba oyendo, tampoco que la seguía mientras ella iba curioseando, se internó en un pasillo abriendo una puerta para ver un cuarto lleno de armas. Recordó que era un guerrero, recordó la primera vez que estuvo a su lado y miró sus manos tatuadas
Un mundo ideal, un mundo ideal
Que compartir, que compartir
Que alcanzar, que contemplar,
Tu junto a mí
Cerró la puerta, recordando entonces lo que Sayid tenía que hacer, bueno; lo que tenían que hacer los dos. Dejó de cantar y se volvió para encontrar la mirada del Descendiente mirándola con sorpresa. Los colores se le subieron de pronto y luego soltó una risita floja -Fue lo primero que me vino a la mente- Murmuró con un tono que sonaba demasiado a disculpa. Subió las manos y se las mostró -No las has encontrado- Tampoco era que las hubiese buscado y ella entrecerró los ojos, el vestido que le tapaba todo el cuerpo no ayudaba, pero era el que ella había elegido porque no sabía de la tradición -Debería darme un baño y cambiarme. ¿Dónde está nuestra habitación?
Después de eso, pese a que su equilibrio no era del todo perfecto, caminó por la estancia reconociendo la influencia árabe de Sayid con una sonrisa. Acarició con suavidad una de las cornisas de la chimenea y empezó a tararear antes de seguir canturrear muy por lo bajo
...Un horizonte a descubrir
Un mundo para ti, para los dos
Déjate llevar a un mundo ideal
Un mundo ideal, un mundo ideal
Un mundo en el que tú y yo,
Podamos decidir, como vivir
Sin nadie que lo impida
Un mundo ideal, cada vuelta sorpresas
Un horizonte a descubrir, cada instante es un sueño
Un mundo para ti, para los dos, para ti,
Para los dos, llévame a donde sueñes tú
Siguió caminando, descubriendo lo que sería su nuevo hogar, mientras canturreaba en voz baja. No era demasiado consciente de que Sayid la estaba oyendo, tampoco que la seguía mientras ella iba curioseando, se internó en un pasillo abriendo una puerta para ver un cuarto lleno de armas. Recordó que era un guerrero, recordó la primera vez que estuvo a su lado y miró sus manos tatuadas
Un mundo ideal, un mundo ideal
Que compartir, que compartir
Que alcanzar, que contemplar,
Tu junto a mí
Cerró la puerta, recordando entonces lo que Sayid tenía que hacer, bueno; lo que tenían que hacer los dos. Dejó de cantar y se volvió para encontrar la mirada del Descendiente mirándola con sorpresa. Los colores se le subieron de pronto y luego soltó una risita floja -Fue lo primero que me vino a la mente- Murmuró con un tono que sonaba demasiado a disculpa. Subió las manos y se las mostró -No las has encontrado- Tampoco era que las hubiese buscado y ella entrecerró los ojos, el vestido que le tapaba todo el cuerpo no ayudaba, pero era el que ella había elegido porque no sabía de la tradición -Debería darme un baño y cambiarme. ¿Dónde está nuestra habitación?
Sayid Ibn Salah
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Nacionalidad
AL final pude salvar la situación con Arleen más o menos y con ayuda del vino blanco, yo me bebí una par de copas para acompañarla de vez en cuando peroprefería fumar mi cachimba a beber alcohol. Cuando finalizó la fiesta nos retiramos entre aplausos y algunos abucheos de los más fiesteros que daban la fiesta por terminada pero en realidad podían quedarse el tiempo que quisieran hasta el día siguiente, Me desaparecía con mi esposa de allí y llegamos a mi piso en un momento pero alcohol y magia no casaban muy bien, lo que hizo que Arleen se mareara más y por si se caía la sujeté de la cintura.
Los regalos de los invitados ya nos esperaban en casa pero no era momento de verlos, solté a la morena para poder apartar las cajas del camino y así darnos el espacio suficiente para poder pasar mientras ella examinaba una caja que se me había escapado y después la estancia. La dejé explorar mientras me quitaba algo de ropa y quedaba solo con la camisa y el pantalón, fuera turbante, fuera chaqueta y fuera botas -Espero que te guste, será temporal mientras decidimos como será nuestra nueva casa- comenté dejando la ropa sobre una silla y las botas a un lado cuando la escuché cantar, no presté mucha atención en un primer momento pero al reconocer la melodía me quedé un rato mirándola ,¿en serio estaba cantando Aladdin? ¿lo hacía por el alcohol o se había encontrado con Thalos? porque él fue el primero en decirme Aladdin.
La seguí por mi casa sin quitarle la vista de encima por lo de la canción, dudaba que fuera una mofa pero con el alcohol nunca se sabe y ya estaba empezando a alucinar cuando llegó a la habitación que tenía dedicada a mis armas, las había de todos los tamaños, colores, etnias y épocas, ella cerró la puerta y yo seguía intentando descifrar la elección de la canción cuando se giró y entonces encontró mi mirada de desconcierto y asombro, tardé un momento en reaccionar cuando me enseñó sus manos y entonces caí en lo de la hena -Es cierto, hay que buscar las iniciales, pero primero te enseñaré la casa- tomé su mano y desde la puerta de las armas pasamos a la terraza dónde se encontraba la jaima con sus cojines y alguna que otra planta que me había regalado sofía para darle ambiente al lugar, después pasamos a una habitación de invitados, no era muy grande pero tenía todo lo necesario además de un baño independiente , entre esa habitación y la principal había un gran arco con un pasillo pequeño, al final de este había un mueble con toallas y a la derecha una puerta que conducía al baño árabe con la "mini piscina" como lo llamaba sigrid que ahora estaba llena de pétalos de rosa y velas que iluminaban la estancia, idea de Sofía supuse.
Al salir del baño fuimos a la habitación principal, era amplia y con un pequeño baño independiente pero yo prefería usar el grande, la cama estaba llena de pétalos y velas al igual que el baño y solo pude reírme por las ocurrencias de sofía -Esta mujer pretendía quemarme la casa otra vez- llevé a Arleen hasta la cama para que se sentara mientras yo apagaba las velas y encendía la luz -Tus cosas están en el armario junto a las mías- me dirigí a las puertas frente a la cama y las abrí, en cuanto lo hice se encendió la luz dejando ver otra estancia amplia, obviamente un encantamiento de espacio para poder meter todo dentro, incluso había un pequeño sillón para poder sentarse si hacía falta, cerré esas puertas y le enseñé la del baño -si hay algo que no esté a tu gusto por favor dímelo y lo cambiaremos en seguida- comenté antes de acercarme a ella y tomar sus manos -este es tu nuevo hogar y quiero que te sientas cómoda... ¿quieres que empecemos a buscar ahora las iniciales o prefieres darte un baño antes?-
Los regalos de los invitados ya nos esperaban en casa pero no era momento de verlos, solté a la morena para poder apartar las cajas del camino y así darnos el espacio suficiente para poder pasar mientras ella examinaba una caja que se me había escapado y después la estancia. La dejé explorar mientras me quitaba algo de ropa y quedaba solo con la camisa y el pantalón, fuera turbante, fuera chaqueta y fuera botas -Espero que te guste, será temporal mientras decidimos como será nuestra nueva casa- comenté dejando la ropa sobre una silla y las botas a un lado cuando la escuché cantar, no presté mucha atención en un primer momento pero al reconocer la melodía me quedé un rato mirándola ,¿en serio estaba cantando Aladdin? ¿lo hacía por el alcohol o se había encontrado con Thalos? porque él fue el primero en decirme Aladdin.
La seguí por mi casa sin quitarle la vista de encima por lo de la canción, dudaba que fuera una mofa pero con el alcohol nunca se sabe y ya estaba empezando a alucinar cuando llegó a la habitación que tenía dedicada a mis armas, las había de todos los tamaños, colores, etnias y épocas, ella cerró la puerta y yo seguía intentando descifrar la elección de la canción cuando se giró y entonces encontró mi mirada de desconcierto y asombro, tardé un momento en reaccionar cuando me enseñó sus manos y entonces caí en lo de la hena -Es cierto, hay que buscar las iniciales, pero primero te enseñaré la casa- tomé su mano y desde la puerta de las armas pasamos a la terraza dónde se encontraba la jaima con sus cojines y alguna que otra planta que me había regalado sofía para darle ambiente al lugar, después pasamos a una habitación de invitados, no era muy grande pero tenía todo lo necesario además de un baño independiente , entre esa habitación y la principal había un gran arco con un pasillo pequeño, al final de este había un mueble con toallas y a la derecha una puerta que conducía al baño árabe con la "mini piscina" como lo llamaba sigrid que ahora estaba llena de pétalos de rosa y velas que iluminaban la estancia, idea de Sofía supuse.
Al salir del baño fuimos a la habitación principal, era amplia y con un pequeño baño independiente pero yo prefería usar el grande, la cama estaba llena de pétalos y velas al igual que el baño y solo pude reírme por las ocurrencias de sofía -Esta mujer pretendía quemarme la casa otra vez- llevé a Arleen hasta la cama para que se sentara mientras yo apagaba las velas y encendía la luz -Tus cosas están en el armario junto a las mías- me dirigí a las puertas frente a la cama y las abrí, en cuanto lo hice se encendió la luz dejando ver otra estancia amplia, obviamente un encantamiento de espacio para poder meter todo dentro, incluso había un pequeño sillón para poder sentarse si hacía falta, cerré esas puertas y le enseñé la del baño -si hay algo que no esté a tu gusto por favor dímelo y lo cambiaremos en seguida- comenté antes de acercarme a ella y tomar sus manos -este es tu nuevo hogar y quiero que te sientas cómoda... ¿quieres que empecemos a buscar ahora las iniciales o prefieres darte un baño antes?-
- habitación principal:
-¿Temporal? ¿Nos vamos a mudar? Pero si es preciosa…- Dijo y se quedó mirando las paredes, acarició una como si conociera la historia de aquella casa desde hace mucho tiempo. Caminó junto a él, dejándose llevar para mirar las habitaciones. Al observar la terraza soltó un suspiro, se imaginó a sí misma mirando las estrellas en aquel lugar alguna noche despejada y le encantó la idea. Tenía su propio balcón en su antigua habitación, pero era pequeño. No una terraza de este estilo. Se rió un momento al imaginarse saliendo de allí con la alfombra en los brazos de Sayid con la canción de Aladdin de fondo. Arleen volvió a tararear, soltándose de la mano de Sayid y dando una vuelta sobre sí misma. Evidentemente, el alcohol le había subido. Cuando su esposo volvió a llevársela siguió avanzando viendo todo lo que le enseñaba con una sonrisa delicada en sus labios.
Al ver el baño sonrió, Sofía había tenido tantos detalles. Le parecía un gesto absolutamente romántico y que le recordaba cuál era su deber como esposa. Lo que esperaban de ella. Miró con curiosidad a Sayid mientras la llevaba al otro lado, observó la habitación tratando de absorber cada detalle. Vio la cama con los pétalos de rosas y sonrió de lado, sus mejillas ardían un poco cuando la sentó en la cama pero después vio cómo empezó a apagar las velas y aquello la hizo sorprenderse pero se obligó a morderse la lengua. Vio lo que le mostró y asintió suavemente como tratando de comprender todo y cuando volvió hacia ella con el cuento de las iniciales, negó con la cabeza -Con esto será difícil...Voy a bañarme y ahora vuelvo- Mencionó y le apretó suavemente las manos.
Fue hasta el armario y lo abrió, yendo hacia sus cosas y mirando cómo las habían organizado. Sospechaba que su madre había metido mano y cuando encontró el área de las pijamas cogió la que había elegido para aquella noche, así como la ropa interior, y después salió de la habitación hacia el baño gigante que había visto y que ella quería usar. Allí se desnudó lentamente y se metió en el agua caliente, disfrutando de las velas y los aromas que hacían que su cabeza estuviese aún un poco ida. Cerró los ojos y se dejó flotar duranten rato antes de finalmente asearse y salir. Se secó el cuerpo y con un hechizo rápido lo hizo con su cabello. Se visto y dejó colgada la toalla para que se secara bien tras eso volvió sobre sus pasos con la cabeza más despejada.
Antes de entrar a la habitación inspiró muy profundamente a sabiendas de lo que ocurriría a continuación, menos mal que se había puesto a punto con vino. Necesitaría sólo...Unas dos botellas más para estar al nivel que había estado la última vez. Pero eso sería un desastre. Avanzó hasta donde estaba Sayid con una sonrisa un poco entre avergonzada y tímida para luego extender las manos hacia él -En realidad…- Se lo pensó mejor y se quitó la bata, porque las marcas de hena subían hasta más arriba de los codos -Si no las encuentras….me debes un regalo- Sin mencionara que estaban destinados al fracaso, o algo así había entendido.
Al ver el baño sonrió, Sofía había tenido tantos detalles. Le parecía un gesto absolutamente romántico y que le recordaba cuál era su deber como esposa. Lo que esperaban de ella. Miró con curiosidad a Sayid mientras la llevaba al otro lado, observó la habitación tratando de absorber cada detalle. Vio la cama con los pétalos de rosas y sonrió de lado, sus mejillas ardían un poco cuando la sentó en la cama pero después vio cómo empezó a apagar las velas y aquello la hizo sorprenderse pero se obligó a morderse la lengua. Vio lo que le mostró y asintió suavemente como tratando de comprender todo y cuando volvió hacia ella con el cuento de las iniciales, negó con la cabeza -Con esto será difícil...Voy a bañarme y ahora vuelvo- Mencionó y le apretó suavemente las manos.
Fue hasta el armario y lo abrió, yendo hacia sus cosas y mirando cómo las habían organizado. Sospechaba que su madre había metido mano y cuando encontró el área de las pijamas cogió la que había elegido para aquella noche, así como la ropa interior, y después salió de la habitación hacia el baño gigante que había visto y que ella quería usar. Allí se desnudó lentamente y se metió en el agua caliente, disfrutando de las velas y los aromas que hacían que su cabeza estuviese aún un poco ida. Cerró los ojos y se dejó flotar duranten rato antes de finalmente asearse y salir. Se secó el cuerpo y con un hechizo rápido lo hizo con su cabello. Se visto y dejó colgada la toalla para que se secara bien tras eso volvió sobre sus pasos con la cabeza más despejada.
Antes de entrar a la habitación inspiró muy profundamente a sabiendas de lo que ocurriría a continuación, menos mal que se había puesto a punto con vino. Necesitaría sólo...Unas dos botellas más para estar al nivel que había estado la última vez. Pero eso sería un desastre. Avanzó hasta donde estaba Sayid con una sonrisa un poco entre avergonzada y tímida para luego extender las manos hacia él -En realidad…- Se lo pensó mejor y se quitó la bata, porque las marcas de hena subían hasta más arriba de los codos -Si no las encuentras….me debes un regalo- Sin mencionara que estaban destinados al fracaso, o algo así había entendido.
Sayid Ibn Salah
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Asentí para confirmar que nos mudariamos, quería que fuera mi regalo de boda para ella, una casa nueva hecha a l gusto de los dos pero eso no se lo diría, menos aún viendo la extraña relación que la sanadora tenía con mis paredes. Le enseñé toda la casa terminando por la habitación principal donde ya se encontraban algunas de sus pertenencias -La puerta que queda por ver es la habitación de Sigrid, puedes echarle un vistazo cuando quieras, yo no lo haré, ver la habitación de una señorita no me parece adecuado sin su permiso... aunque sea mi casa y seguramente tendrá todas sus máquinas y cosas allí, mejor no tocar- no fuera que pisara alguna cosa y entonces se fuera al traste la misión por eso.
Apagué las velas de la habitación por seguridad, acababan de arreglarme la casa y no sabía si estaban encantadas o no para que no se propagara el fuego. Volví con Arleen para preguntar sobre aquella tradición de buscar nuestras iniciales en la hena pero prefirió darse un baño, al parecer la mini piscina tenía algo que gustaba. Esperé a que saliera de la habitación para quitarme la ropa y dejarla doblada en uno de los muebles, mientras ella tomaba un baño fuera yo lo haría en la habitación.
Me puse el pijama, no solía llevar uno completo y con un pantalón bastaba para mi, uno bastante suelto que me permitiera ciertas libertades pero por respeto a mi nueva esposa me puse una bata por encima y la esperé sentado en la cama echando una ojeada a algunos documentos que tenía pendientes de revisar. La puerta se abrió y ella entró con un atuendo que me hizo tragar saliva y contener el aliento un segundo antes de dejar lo que estaba haciendo y levantarme de la cama para ir a su encuentro. Ella extendió las manos hacia mi y cuando fui a tomarlas se detuvo para quedar aún con menos ropa que antes y hacer que mis ojos se fijaran en su delicada piel y las curvas que aquel pijama no escondía en absoluto -no me importa hacerte un regalo, pero vamos a buscarlas para evitar problemas divinos- dije guiñándole un ojo tomando sus manos ahora que no había nada que ocultara los dibujos que mi familia se había encargado de dejar en ella.
-¿Me permites?- dije con una sonrisa amable y en cuanto me dijo que si empecé a examinar su piel empezando por los brazos, primero uno, acariciando suavemente con mis dedos cada línea, cada dibujo y detalle para que nada escapara a mi vista, al no encontrar nada pasé al otro haciendo lo mismo sin resultado, ahora tocaba sus piernas y para ello la llevé hasta la cama para que se sentara en ella mientras yo me quedaba arrodillado a sus pies, primero una por la parte delantera, mis manos pasearon delicadamente sintiendo la suavidad de su piel y el dulce aroma que desprendía después del baño, bajé desde las rodillas a la punta de los pies, intenté por todos los medios no desviar la mirada a otras zonas pero era imposible lo cual empezaba a jugar en mi contra pues por más educado que fuera no podía hacer nada frente al deseo que despertaba en mi una mujer tan hermosa y mucho menos las respuestas fisiológicas que eso generaba.
Me concentré todo lo que pude y empecé a recitar en mi cabeza textos aburridos que recordaba de algún libro además de repasar los mapas de Londres que había pintado Yaros, eso me serviría para no pensar en lo que no debía, no esa noche. al final encontré dos letras separadas, una en cada pie pero los dibujos a un lado y otro formaban medio círculo alrededor de ellas, sonreí por el ingenio de mi hermana porque estaba seguro que había sido ella y entonces levanté la mirada para encontrarme con los ojos de Arleen -Las he encontrado... junta los pies- en cuanto lo hizo las dos iniciales parecieron rodeadas por dibujos y formas que recordaban a las ondas en el agua fonrmandose después de arrojar algo en ella, la misión estaba cumplida pero ahora quedaba lo más complicado, huir de la habitación con el orgullo intacto sin enseñarle mis deseos carnales a mi mujer, sonaba extraño pero quería que fuera una noche especial, con sentimientos y no una noche más que podías tener con cualquier desconocido.
Me acomodé la bata para ocultar todo lo que buenamente pudiera y me levanté de golpe para sentarme a un lado de la cama y seguir mirándola a los ojos esperando que ella hiciera lo mismo, de esa forma podía distraerla, le di un beso en la frente y me levanté dándole la espalda empezando a andar en dirección a la puerta -Aún no tengo sueño así que voy a leer algo antes de irme a dormir, estarás agotada así que descansa- me hice el tonto y pillé un libro cualquiera que bien podrían ser las instrucciones de la lavadora, abrí la puerta y salí para entornarla un poco aprovechando el camuflaje, volví a meter solo la cabeza para así apagar las luces -Buenas noches querida, descansa- salí por completo y cerré la puerta suspirando aliviado por haber pasado la primera prueba... me pasé una mano por el cabello y fui hasta el salón para dejarme caer en el sofá y suspirar.
Apagué las velas de la habitación por seguridad, acababan de arreglarme la casa y no sabía si estaban encantadas o no para que no se propagara el fuego. Volví con Arleen para preguntar sobre aquella tradición de buscar nuestras iniciales en la hena pero prefirió darse un baño, al parecer la mini piscina tenía algo que gustaba. Esperé a que saliera de la habitación para quitarme la ropa y dejarla doblada en uno de los muebles, mientras ella tomaba un baño fuera yo lo haría en la habitación.
Me puse el pijama, no solía llevar uno completo y con un pantalón bastaba para mi, uno bastante suelto que me permitiera ciertas libertades pero por respeto a mi nueva esposa me puse una bata por encima y la esperé sentado en la cama echando una ojeada a algunos documentos que tenía pendientes de revisar. La puerta se abrió y ella entró con un atuendo que me hizo tragar saliva y contener el aliento un segundo antes de dejar lo que estaba haciendo y levantarme de la cama para ir a su encuentro. Ella extendió las manos hacia mi y cuando fui a tomarlas se detuvo para quedar aún con menos ropa que antes y hacer que mis ojos se fijaran en su delicada piel y las curvas que aquel pijama no escondía en absoluto -no me importa hacerte un regalo, pero vamos a buscarlas para evitar problemas divinos- dije guiñándole un ojo tomando sus manos ahora que no había nada que ocultara los dibujos que mi familia se había encargado de dejar en ella.
-¿Me permites?- dije con una sonrisa amable y en cuanto me dijo que si empecé a examinar su piel empezando por los brazos, primero uno, acariciando suavemente con mis dedos cada línea, cada dibujo y detalle para que nada escapara a mi vista, al no encontrar nada pasé al otro haciendo lo mismo sin resultado, ahora tocaba sus piernas y para ello la llevé hasta la cama para que se sentara en ella mientras yo me quedaba arrodillado a sus pies, primero una por la parte delantera, mis manos pasearon delicadamente sintiendo la suavidad de su piel y el dulce aroma que desprendía después del baño, bajé desde las rodillas a la punta de los pies, intenté por todos los medios no desviar la mirada a otras zonas pero era imposible lo cual empezaba a jugar en mi contra pues por más educado que fuera no podía hacer nada frente al deseo que despertaba en mi una mujer tan hermosa y mucho menos las respuestas fisiológicas que eso generaba.
Me concentré todo lo que pude y empecé a recitar en mi cabeza textos aburridos que recordaba de algún libro además de repasar los mapas de Londres que había pintado Yaros, eso me serviría para no pensar en lo que no debía, no esa noche. al final encontré dos letras separadas, una en cada pie pero los dibujos a un lado y otro formaban medio círculo alrededor de ellas, sonreí por el ingenio de mi hermana porque estaba seguro que había sido ella y entonces levanté la mirada para encontrarme con los ojos de Arleen -Las he encontrado... junta los pies- en cuanto lo hizo las dos iniciales parecieron rodeadas por dibujos y formas que recordaban a las ondas en el agua fonrmandose después de arrojar algo en ella, la misión estaba cumplida pero ahora quedaba lo más complicado, huir de la habitación con el orgullo intacto sin enseñarle mis deseos carnales a mi mujer, sonaba extraño pero quería que fuera una noche especial, con sentimientos y no una noche más que podías tener con cualquier desconocido.
Me acomodé la bata para ocultar todo lo que buenamente pudiera y me levanté de golpe para sentarme a un lado de la cama y seguir mirándola a los ojos esperando que ella hiciera lo mismo, de esa forma podía distraerla, le di un beso en la frente y me levanté dándole la espalda empezando a andar en dirección a la puerta -Aún no tengo sueño así que voy a leer algo antes de irme a dormir, estarás agotada así que descansa- me hice el tonto y pillé un libro cualquiera que bien podrían ser las instrucciones de la lavadora, abrí la puerta y salí para entornarla un poco aprovechando el camuflaje, volví a meter solo la cabeza para así apagar las luces -Buenas noches querida, descansa- salí por completo y cerré la puerta suspirando aliviado por haber pasado la primera prueba... me pasé una mano por el cabello y fui hasta el salón para dejarme caer en el sofá y suspirar.
-Creo que no te agradecí por los regalos de mi cumpleaños- Indicó en voz baja, notando que la miraba de una forma ligeramente distinta pero su tono seguía siendo cortés. Asintió ante aquello de pedir permiso aunque no creía que lo tuviera que pedir y observó cómo sus dedos iban trazando los dibujos que habían sobre su piel. No había comprendido la importancia de aquella tradición hasta ese momento, intentó mantener la mirada sobre los dedos de Sayid mientras tragaba en seco. Se dejó llevar a la cama percibiendo el cambio de la búsqueda como el posible fin de ésta y se estremeció brevemente, recorriéndole un escalofrío a medida que ascendía por sus pantorrillas buscando en los diseños. Arleen sintió que la respiración poco a poco se ralentizaba y su propio cuerpo respondía a las ligerísimas caricias. Eso….Eso y el alcohol era un buen complemento
-Oh…- Juntó los pies y observó la forma que delineó Sayid, sonrió brevemente sin saber muy bien qué hacer ahora. Lo notó levantarse casi mecánicamente y cuando se sentó a su lado, Arleen le miró a los ojos esperando que se inclinara para besarle. Podía percibir que estaba igual de ¿inquieto? Que ella. Bajó un poco el rostro, para acomodarse el cabello detrás de las orejas y fue muy consciente de que no se estaba haciendo ideas. Alzó la cara cuando se inclinó para besarla. Y lo hizo. En la frente. La siguiente frase casi no la registró, sólo logró verle salir de la habitación y darle las buenas noches antes de apagar la luz. Arleen se quedó mirando la puerta durante un largo rato. Un largo, largo rato tratando de procesar lo que había sucedido. ¿Había hecho algo malo? Seguramente. Era una inexperta en las artes de seducción y tal vez debería haberse inclinado ella para besarlo y no esperar que fuera el hombre siempre el que tomara la iniciativa. ¡Estaban en el 2041!
Se movió por la cama hasta meterse en el lado izquierdo, sacando las mantas y metiéndose entre ellas con el rostro triste. Encima de que le había exigido tonterías el día de la boda ni siquiera había consumado el matrimonio. Por supuesto que le había molestado, los momentos posteriores en la fiesta no había sido más que una máscara de cara a la sociedad. Pero mañana intentaría hacerlo mejor. Tenía que hacerlo mejor. ¿Qué sucedía si alguien se enteraba de que no habían consumado? ¿Es porque no era virgen? Tal vez había dicho que no había problema solo para hacerla sentir mejor y ahora rechazarla. ¿Y si la humillaba al despreciarla? Quería creer que Sayid estaba por encima de eso, le rezaba a los Dioses que no fuera eso. El alcohol le golpeó fuerte y terminó llorando hasta que se quedó dormida.
…
Cuando despertó se sintió extraña. Las sábanas olían distinto y tenían una textura diferente, pero cuando abrió los ojos recordó donde estaba. Se giró, con curiosidad, pero precisamente encontró lo que esperaba. Una cama vacía. Se le hizo un nudo en el pecho. Se abrazó un poco a la almohada tratando de coger fuerzas para verle a la cara y para tener alguna conversación incómoda. Daría lo mejor de sí. Por supuesto. Se incorporó y acomodó la cama tras ella, después fue a cambiarse. Estuvo en una disyuntiva. ¿Se tendría que vestir provocadora para intentar consumar el matrimonio o…lo dejaba estar? Después de mucho pensarlo, optó por la segunda opción. Ella no era una mujer seductora. Y no iba a comenzar su matrimonio mintiendo. Se colocó unos jeans y unas botas de invierno, cómodas para estar en casa. Un jersey grueso de cuello vuelto en color azul marino y se peinó el cabello con cuidado. Tras eso salió para investigar un poco, tenía un ligero dolor de cabeza, pero nada que la detuviera. Se lo encontró en el sofá dormido con el libro encima. Se acercó y guardó el libro en la mesita y tiró de una de las mantas para cubrirlo mejor.
Después de eso se fue a la cocina, necesitaba desayunar. Fue husmeando aquí y allá y por un momento extrañó las máquinas de Giordano pero preparó café y zumo, también unas tostadas francesas. Algo le había dicho su madre de que también se podía conquistar a un hombre por el estómago, esperaba que fuera cierto. Se bebió un poco de la taza de café cuando estuvo listo y se tomó su tiempo para recortar frutas para tres, esperando poder, por fin, conocer a Sigrid. Preparó los vasos de zumo y se sentó a disfrutar de su café mientras miraba la mesa. Estaba contenta, era una mesa bonita. Ojala tuviera flores para que fuera más agradable para los tres. Su madre siempre ponía flores. De pronto, el silencio le pareció ensordecedor y la nostalgia se hizo un espacio en su corazón. ¿Estaría mal ir a desayunar a su casa? -A casa de mis padres…- Murmuró, en un susurro muy bajo y atormentado. Y se respondió a sí misma asintiendo. Estaría fatal. Inspiró profundamente y cogió de nuevo la taza, bebiendo un largo trago.
-Oh…- Juntó los pies y observó la forma que delineó Sayid, sonrió brevemente sin saber muy bien qué hacer ahora. Lo notó levantarse casi mecánicamente y cuando se sentó a su lado, Arleen le miró a los ojos esperando que se inclinara para besarle. Podía percibir que estaba igual de ¿inquieto? Que ella. Bajó un poco el rostro, para acomodarse el cabello detrás de las orejas y fue muy consciente de que no se estaba haciendo ideas. Alzó la cara cuando se inclinó para besarla. Y lo hizo. En la frente. La siguiente frase casi no la registró, sólo logró verle salir de la habitación y darle las buenas noches antes de apagar la luz. Arleen se quedó mirando la puerta durante un largo rato. Un largo, largo rato tratando de procesar lo que había sucedido. ¿Había hecho algo malo? Seguramente. Era una inexperta en las artes de seducción y tal vez debería haberse inclinado ella para besarlo y no esperar que fuera el hombre siempre el que tomara la iniciativa. ¡Estaban en el 2041!
Se movió por la cama hasta meterse en el lado izquierdo, sacando las mantas y metiéndose entre ellas con el rostro triste. Encima de que le había exigido tonterías el día de la boda ni siquiera había consumado el matrimonio. Por supuesto que le había molestado, los momentos posteriores en la fiesta no había sido más que una máscara de cara a la sociedad. Pero mañana intentaría hacerlo mejor. Tenía que hacerlo mejor. ¿Qué sucedía si alguien se enteraba de que no habían consumado? ¿Es porque no era virgen? Tal vez había dicho que no había problema solo para hacerla sentir mejor y ahora rechazarla. ¿Y si la humillaba al despreciarla? Quería creer que Sayid estaba por encima de eso, le rezaba a los Dioses que no fuera eso. El alcohol le golpeó fuerte y terminó llorando hasta que se quedó dormida.
…
Cuando despertó se sintió extraña. Las sábanas olían distinto y tenían una textura diferente, pero cuando abrió los ojos recordó donde estaba. Se giró, con curiosidad, pero precisamente encontró lo que esperaba. Una cama vacía. Se le hizo un nudo en el pecho. Se abrazó un poco a la almohada tratando de coger fuerzas para verle a la cara y para tener alguna conversación incómoda. Daría lo mejor de sí. Por supuesto. Se incorporó y acomodó la cama tras ella, después fue a cambiarse. Estuvo en una disyuntiva. ¿Se tendría que vestir provocadora para intentar consumar el matrimonio o…lo dejaba estar? Después de mucho pensarlo, optó por la segunda opción. Ella no era una mujer seductora. Y no iba a comenzar su matrimonio mintiendo. Se colocó unos jeans y unas botas de invierno, cómodas para estar en casa. Un jersey grueso de cuello vuelto en color azul marino y se peinó el cabello con cuidado. Tras eso salió para investigar un poco, tenía un ligero dolor de cabeza, pero nada que la detuviera. Se lo encontró en el sofá dormido con el libro encima. Se acercó y guardó el libro en la mesita y tiró de una de las mantas para cubrirlo mejor.
Después de eso se fue a la cocina, necesitaba desayunar. Fue husmeando aquí y allá y por un momento extrañó las máquinas de Giordano pero preparó café y zumo, también unas tostadas francesas. Algo le había dicho su madre de que también se podía conquistar a un hombre por el estómago, esperaba que fuera cierto. Se bebió un poco de la taza de café cuando estuvo listo y se tomó su tiempo para recortar frutas para tres, esperando poder, por fin, conocer a Sigrid. Preparó los vasos de zumo y se sentó a disfrutar de su café mientras miraba la mesa. Estaba contenta, era una mesa bonita. Ojala tuviera flores para que fuera más agradable para los tres. Su madre siempre ponía flores. De pronto, el silencio le pareció ensordecedor y la nostalgia se hizo un espacio en su corazón. ¿Estaría mal ir a desayunar a su casa? -A casa de mis padres…- Murmuró, en un susurro muy bajo y atormentado. Y se respondió a sí misma asintiendo. Estaría fatal. Inspiró profundamente y cogió de nuevo la taza, bebiendo un largo trago.
Sayid Ibn Salah
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mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
En cuanto llegué al sofá eché un vistazo al libro que tenía en las manos y que había usado como excusa para huir, ya lo había leído un par de veces pero con tal de distraerme lo leí una tercera. No me di cuanta de en qué momento el sueño me ganó la batalla y caí profundamente dormido, por poco que pareciera la última semana había sido un ir y venir de muchas cosas, casi no había podido descansar después de la misión y al llegar me encuentro con lo de la boda, entre preparativos y mis deberes como descendiente no había tiempo para descansar.
Me removí en el sofá varias veces durante la noche, no era incómodo pero comparado con mi cama era como dormir en la bañera, demasiado pequeño. A la mañana siguiente un olor dulce junto al café recién hecho me despertaron, bostecé sonoramente y me levanté quitándome la manta de encima, la bata que me había puesto ahora estaba abierta y puesta de cualquier forma pero en mi cabeza la única explicación que había era que Sigrid estaba haciendo de las suyas otra vez -Sigrid intenta no quemar la cocina otra v...- fui hasta el comedor estirándome mientras decía aquello pero a la que encontré fue a Arleen sentada en la mesa con todo un desayuno preparado, aquella bofetada de realidad me hizo espabilar de golpe y me acomodé la bata para que ella no me viera el torso desnudo con tantas marcas, pero mucho me temía que era tarde para eso.
Sonreí y me acerqué a ella para darle un beso en la mejilla -Buenos días querida ¿has dormido bien? perdona lo de antes, Sigrid suele levantarse y ensuciar la mitad de los cacharros para hacer unas simples tostadas y café- todo aquello tenía una pinta estupenda pero primero lo primero -dame un momento y enseguida vengo a acompañarte- fui al baño que me pillara más cerca, me lavé la cara, los dientes y me puse una camiseta para que la bata no volviera a traicionarme. Volví con Arleen y me senté a la mesa dispuesto a desayunar, no sin antes preguntarle un par de cosas -¿qué planes tienes para hoy? yo tengo asuntos que atender en la tarde pero dudo tardar más de un par de horas, así que tengo la mañana libre por si te apetece hacer algo-
Me removí en el sofá varias veces durante la noche, no era incómodo pero comparado con mi cama era como dormir en la bañera, demasiado pequeño. A la mañana siguiente un olor dulce junto al café recién hecho me despertaron, bostecé sonoramente y me levanté quitándome la manta de encima, la bata que me había puesto ahora estaba abierta y puesta de cualquier forma pero en mi cabeza la única explicación que había era que Sigrid estaba haciendo de las suyas otra vez -Sigrid intenta no quemar la cocina otra v...- fui hasta el comedor estirándome mientras decía aquello pero a la que encontré fue a Arleen sentada en la mesa con todo un desayuno preparado, aquella bofetada de realidad me hizo espabilar de golpe y me acomodé la bata para que ella no me viera el torso desnudo con tantas marcas, pero mucho me temía que era tarde para eso.
Sonreí y me acerqué a ella para darle un beso en la mejilla -Buenos días querida ¿has dormido bien? perdona lo de antes, Sigrid suele levantarse y ensuciar la mitad de los cacharros para hacer unas simples tostadas y café- todo aquello tenía una pinta estupenda pero primero lo primero -dame un momento y enseguida vengo a acompañarte- fui al baño que me pillara más cerca, me lavé la cara, los dientes y me puse una camiseta para que la bata no volviera a traicionarme. Volví con Arleen y me senté a la mesa dispuesto a desayunar, no sin antes preguntarle un par de cosas -¿qué planes tienes para hoy? yo tengo asuntos que atender en la tarde pero dudo tardar más de un par de horas, así que tengo la mañana libre por si te apetece hacer algo-
La voz de Sayid hizo que enderezara la postura, más de lo que estaba, y se acomodó el cuello para ocultar su cicatriz. Sonrió de lado al ser consciente de las palabras y de su sorpresa, bajó la mirada. ¿Cuándo se había quitado la camiseta del pijama? Parpadeó varias veces y volvió la vista hacia él mientras se acercaba a ella. Adoró el beso en la mejilla, porque aquel gesto quería decir que seguía siendo la persona educada que había conocido la semana pasada y que pese a todo lo que sus demonios internos le habían dicho ayer… Tal vez no le rechazaba. Tal vez -Buenos días. Sí… He dormido bien ¿Y tú?- Inquirió pensando que el sofá no podía ser más cómodo que la cama pero también era muy consciente de que a veces se perdía la noción del tiempo leyendo.
-No me la he encontrado esta mañana. ¿Estará bien?- Preguntó de nuevo, por Sigrid, ya que para hacer el desayuno… Bueno, ya era hora. ¿Habría tenido buena noche? Tal vez debió haberla saludado ayer, fue una descarada al no hacerlo. Intentó que el agobio no se le viera en el rostro y asintió cuando dijo que se iba. Al estar sola, soltó un largo suspiro como si hubiese estado conteniendo la respiración todo aquel rato. No debería haber tomado café, era mejor un té. Estudió la idea de qué tan rápido volvería Sayid para ir a hacerse la bebida pero se quedó tan empanada mirando los cacharros lavarse solos que no fue consciente de que volvió hasta que le habló.
Volvió a enderezarse de pronto, como si le hubiesen dado con un palo en la espalda, y dirigió su mirada hacia el Descendiente cuando le habló -Bueno…- Tenía cosas que hacer. El día después de su boda. Un sentimiento extraño se alojó en su corazón. Tal vez ella debería llenarse la agenda de cosas pero se supone que tenía dos días libres en el hospital y no había hablado de nada con Giordano para sus clases. Y no quería aparecerse así nada más en su casa. Mientras cortaba un poco de la tostada francesa pensó que se estaba comportando como una inmadura total. No se había comido tanto la cabeza cuando se había despertado de la cama de Giordano y se había ido a su casa -Deberíamos conocernos- Dejó caer, sonriendo y señaló su desayuno con el tenedor -No tengo ni idea si eres alérgico a una fruta, si eres intolerante a la lactosa ni cómo te gusta el café. Creo que son cosas que una esposa, que va a cocinar, tiene que aprender- Indicó, sonriendo de lado con más tranquilidad y pensó en la noche de ayer, en que tenía que decir algo -Em… Te pido, por favor, que no vuelvas a dejarme a oscuras. No me gusta- Se apartó el cabello del rostro y cogió una servilleta para limpiarse la comisura de los labios, haciendo gala de sus bonitos modales -Lo arrastro desde el torneo. Tuve una prueba con Rasputin y…- Se reacomodó en el asiento evidentemente incómoda -No me gusta. Creo que tengo una lámpara pequeña…si no os molesta ¿Puedo ponerla de mi lado? Preguntó educadamente.
-No me la he encontrado esta mañana. ¿Estará bien?- Preguntó de nuevo, por Sigrid, ya que para hacer el desayuno… Bueno, ya era hora. ¿Habría tenido buena noche? Tal vez debió haberla saludado ayer, fue una descarada al no hacerlo. Intentó que el agobio no se le viera en el rostro y asintió cuando dijo que se iba. Al estar sola, soltó un largo suspiro como si hubiese estado conteniendo la respiración todo aquel rato. No debería haber tomado café, era mejor un té. Estudió la idea de qué tan rápido volvería Sayid para ir a hacerse la bebida pero se quedó tan empanada mirando los cacharros lavarse solos que no fue consciente de que volvió hasta que le habló.
Volvió a enderezarse de pronto, como si le hubiesen dado con un palo en la espalda, y dirigió su mirada hacia el Descendiente cuando le habló -Bueno…- Tenía cosas que hacer. El día después de su boda. Un sentimiento extraño se alojó en su corazón. Tal vez ella debería llenarse la agenda de cosas pero se supone que tenía dos días libres en el hospital y no había hablado de nada con Giordano para sus clases. Y no quería aparecerse así nada más en su casa. Mientras cortaba un poco de la tostada francesa pensó que se estaba comportando como una inmadura total. No se había comido tanto la cabeza cuando se había despertado de la cama de Giordano y se había ido a su casa -Deberíamos conocernos- Dejó caer, sonriendo y señaló su desayuno con el tenedor -No tengo ni idea si eres alérgico a una fruta, si eres intolerante a la lactosa ni cómo te gusta el café. Creo que son cosas que una esposa, que va a cocinar, tiene que aprender- Indicó, sonriendo de lado con más tranquilidad y pensó en la noche de ayer, en que tenía que decir algo -Em… Te pido, por favor, que no vuelvas a dejarme a oscuras. No me gusta- Se apartó el cabello del rostro y cogió una servilleta para limpiarse la comisura de los labios, haciendo gala de sus bonitos modales -Lo arrastro desde el torneo. Tuve una prueba con Rasputin y…- Se reacomodó en el asiento evidentemente incómoda -No me gusta. Creo que tengo una lámpara pequeña…si no os molesta ¿Puedo ponerla de mi lado? Preguntó educadamente.
Sayid Ibn Salah
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Le di los buenos días a Arleen y ella me contestó como era de esperar de la forma más educada posible y ya me iba tuteando, eso era buena señal y me hizo pensar que darle su espacio había sido una gran idea -Todo lo bien que se puede dormir en un sofá, me quedé dormido mientras leía- me llevé una mano al cuello para masajearlo mientras movía un poco la cabeza al sentir los músculos algo tensos. Sigrid no había vuelto a casa pero al haberle dejado el genio supuse que estaría bien -Mientras haya encontrado un sitio con buen café estará bien, puede que haya dormido en el edificio de habitaciones y haya ido al I+D para trabajar, no te preocupes-
Fui y volví en un momento con una camiseta mucho más decente que la bata traicionera que se abría para sentarme a la mesa y compartir mi primer desayuno con Arleen, a lo primero que le eché un ojo fue al zumo de naranja y le di un buen trago después de preguntarle sobre lo que quería hacer. Sugirió que debíamos conocernos y no pude estar más de acuerdo con eso -Por suerte gozo de buena salud y puedo comer todo lo que me pongas en la mesa, pero también sería interesante saber de ti, me niego a que cocines siempre, no soy muy bueno pero algo podré hacer ¿eres alérgica a algo?- pinché algo de fruta cortada y me la llevé a la boca esperando su respuesta, hacía mucho tiempo que no me comía un desayuno tranquilamente en casa y que fuera decente.
Seguí comiendo y en cuanto me terminé el zumo de naranja le di una oportunidad a esas tostadas que tenían tan buena pinta, corté un trozo y antes de llevármelo a la boca vino el asunto de la luz, la había cagado y yo sin enterarme, Vishous ya me había advertido sobre aquello, a Arleen no le gustaba dormir en la oscuridad y yo la había dejado sola y encima le apagué las luces. Dejé la tostada y me levanté de la mesa para poder disculparme apropiadamente con ella -Lo siento mucho, no era mi intención hacerte pasar un mal rato, puedes poner la lampara o lo que necesites, ahora esta es tu casa- me incliné ante ella y ahora el buen teniente tenía razones para enfadarse conmigo, pocas veces olvidaba algo pero había dejado que mis nervios e instintos más bajos nublaran mi juicio.
Volví a tomar asiento con el peso de aquel error encima, la vida de casado no era tan fácil como yo había imaginado, tomé la taza de café e intenté pasar el mal trago con su aroma -aún no me has contestado a la pregunta de antes, sé que me has dicho que debemos conocernos pero algo habrá que te apetezca hacer... ¿que tal abrir los regalos?-
Fui y volví en un momento con una camiseta mucho más decente que la bata traicionera que se abría para sentarme a la mesa y compartir mi primer desayuno con Arleen, a lo primero que le eché un ojo fue al zumo de naranja y le di un buen trago después de preguntarle sobre lo que quería hacer. Sugirió que debíamos conocernos y no pude estar más de acuerdo con eso -Por suerte gozo de buena salud y puedo comer todo lo que me pongas en la mesa, pero también sería interesante saber de ti, me niego a que cocines siempre, no soy muy bueno pero algo podré hacer ¿eres alérgica a algo?- pinché algo de fruta cortada y me la llevé a la boca esperando su respuesta, hacía mucho tiempo que no me comía un desayuno tranquilamente en casa y que fuera decente.
Seguí comiendo y en cuanto me terminé el zumo de naranja le di una oportunidad a esas tostadas que tenían tan buena pinta, corté un trozo y antes de llevármelo a la boca vino el asunto de la luz, la había cagado y yo sin enterarme, Vishous ya me había advertido sobre aquello, a Arleen no le gustaba dormir en la oscuridad y yo la había dejado sola y encima le apagué las luces. Dejé la tostada y me levanté de la mesa para poder disculparme apropiadamente con ella -Lo siento mucho, no era mi intención hacerte pasar un mal rato, puedes poner la lampara o lo que necesites, ahora esta es tu casa- me incliné ante ella y ahora el buen teniente tenía razones para enfadarse conmigo, pocas veces olvidaba algo pero había dejado que mis nervios e instintos más bajos nublaran mi juicio.
Volví a tomar asiento con el peso de aquel error encima, la vida de casado no era tan fácil como yo había imaginado, tomé la taza de café e intenté pasar el mal trago con su aroma -aún no me has contestado a la pregunta de antes, sé que me has dicho que debemos conocernos pero algo habrá que te apetezca hacer... ¿que tal abrir los regalos?-
-Lo entiendo, me ha pasado en algunas ocasiones- Sonrió pensando que más de lo que decía pero de alguna forma siempre terminaba metida en su cama y arropada. ¿Su padre? ¿Alguno de sus hermanos? No lo sabía con exactitud. Al escuchar lo de Sigrid asintió brevemente. Se sentía un poco extraña con eso de que todo el mundo estuviera trabajando y ella tomándose días libres, pero se concentró en lo importante: El desayuno. Si Sigrid no iba a comer, no iba a desperdiciar esas fresas. Atrajo el plato con magia hacia sí misma y tomó las fresas picadas para comerlas con el tenedor.
Cuando decidió que no iba a cocinar siempre, Arleen hizo un gesto cuco y apoyó su cabeza en su mano y le miró con ternura pero no dijo nada -Soy alérgica a los mariscos. Realmente alérgica- Expresó con un tono de advertencia y cogió un poco más de fruta. Era interesante, al menos, que no tuviera ninguna alergia porque asi tenia libertad a la hora de cocinar. Siguió comiendo, intercalando las frutas con las tostadas, y bebiendo algo de café. Pero al ver el rostro de Sayid cuando dijo lo de la luz, verlo levantado, casi se atraganta por lo que no pudo responder en el momento. Sin embargo, el mal rato no venía por eso en realidad -Tenía demasiado alcohol en las venas. Me dormí bastante rápido…Aparte, estaba dándole vueltas a otra cosa en mi cabeza- Expresó, armándose de valor para enfrentar el elefante blanco de la habitación pero la siguiente pregunta la hizo desconcentrarse.
-Sí…eso estará bien. Tenemos que organizarlos, catalogarlos y escribir las cartas de agradecimiento- Indicó Arleen con una sonrisa agradable. Apartó el plato después de acabarse las tostadas y toda su fruta y la mitad de la de Sigrid. Se quedó en silencio, pensativa, con ambas manos en la taza y decidió que así como en las operaciones atacaría el problema de raíz -¿Hice algo malo ayer?- Preguntó frunciendo suavemente el ceño y alzó la vista hacia él con curiosidad -En la noche, cuando estábamos juntos en la habitación. ¿Hice algo para que os fuerais?- Preguntó tensando un poco los labios y dejando la taza en la mesa -Porque si fue así, no fue en absoluto mi intención y pido disculpas por adelantado. Sé que es importante y…No sé realmente qué fue lo que hice, asi que lo lamento-
Cuando decidió que no iba a cocinar siempre, Arleen hizo un gesto cuco y apoyó su cabeza en su mano y le miró con ternura pero no dijo nada -Soy alérgica a los mariscos. Realmente alérgica- Expresó con un tono de advertencia y cogió un poco más de fruta. Era interesante, al menos, que no tuviera ninguna alergia porque asi tenia libertad a la hora de cocinar. Siguió comiendo, intercalando las frutas con las tostadas, y bebiendo algo de café. Pero al ver el rostro de Sayid cuando dijo lo de la luz, verlo levantado, casi se atraganta por lo que no pudo responder en el momento. Sin embargo, el mal rato no venía por eso en realidad -Tenía demasiado alcohol en las venas. Me dormí bastante rápido…Aparte, estaba dándole vueltas a otra cosa en mi cabeza- Expresó, armándose de valor para enfrentar el elefante blanco de la habitación pero la siguiente pregunta la hizo desconcentrarse.
-Sí…eso estará bien. Tenemos que organizarlos, catalogarlos y escribir las cartas de agradecimiento- Indicó Arleen con una sonrisa agradable. Apartó el plato después de acabarse las tostadas y toda su fruta y la mitad de la de Sigrid. Se quedó en silencio, pensativa, con ambas manos en la taza y decidió que así como en las operaciones atacaría el problema de raíz -¿Hice algo malo ayer?- Preguntó frunciendo suavemente el ceño y alzó la vista hacia él con curiosidad -En la noche, cuando estábamos juntos en la habitación. ¿Hice algo para que os fuerais?- Preguntó tensando un poco los labios y dejando la taza en la mesa -Porque si fue así, no fue en absoluto mi intención y pido disculpas por adelantado. Sé que es importante y…No sé realmente qué fue lo que hice, asi que lo lamento-
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